jueves, 17 de octubre de 2013
-¿Eres tú, princesa?- preguntó su padre desde su habitación, ya se acostaran. Cosa que agradeció, aún estaba sofocada y agitada por la pasional entrega de hacía unos segundos.
-¡Sí, soy yo!- respondió y se fue a su cuarto.
-Vienes tarde ¿todo bien?- indagó su madre al verla pasar ante su puerta
-Hoy es domingo mamá, y sí, todo muy bien- contestó despreocupada
-¿A dónde fuisteis al final?- se interesó curiosa
-De acampada; buenas noches- respondió ya cerrando la puerta de su cuarto, su madre sonrió complacida siguiendo con la lectura de su revista
-Tú sigue, no aprendes- murmuró desdeñoso Alberto y Cecilia sonrió amena
Emma en su cuarto cogió el teléfono del bolso y al fin vio en mensaje de Luisa
-“¡¡Cuando prepares una escapada de fin de semana avisa joder!! Estás de acampada con Mark y unos amigos, te recogieron en el parque” ¿A qué viene esto?- se preguntó desconcertada pero era tarde para llamarla… mañana hablarían.
Cuando llegó a las puertas de la facultad, Luisa ya había llegado y estaba con Charlie; de Mark no había ni rastro
-Buenos días- se saludaron animados
-¡¡Tú te vas a enterar!!- le regañó fastidiada Lui
-¿Qué pasa?- indagó extrañada
-Te mando un mensaje y ni respondes… - le recriminó molesta
-Perdona, no lo vi hasta anoche que llegué a casa y era tarde para llamar ¿qué pasó?- se interesó curiosa
-¿Has hablado con tu madre?- indagó inquieta
-No, ayer ya estaban acostados y hoy mi padre y yo salimos antes de que se levantara…
-Pues, cuando vayas a hacer una escapadita romántica con Miguel, avisas ¿vale?- le increpó irritada, Emma seguía sin entender- este fin de semana estuve en la ciudad con Charlie…
-¿No irías a casa a buscarme?- se sobresaltó alarmada
-No, peor; nos encontramos con tu madre en el centro comercial; se sorprendió al vernos allí y preguntó por ti- explicó guasón Charlie
-¡Dios bendito!- musitó temerosa Emma
-Le dijimos que fueras con Mark de acampada y te recogieran en el parque- explicó Luisa más animosa, Emma sonrió divertida- ¡Puedes reírte, menudo apuro pasamos!
-No mujer, es que ayer antes de acostarme me preguntó a donde había ido y le dije la verdad: de acampada… pero no que fuera con Miguel, claro está- explicó jocosa y los tres rieron divertidos
-Esta vez salió bien; para la próxima que hagas planes con él por lo menos avisa y estamos al loro ¿vale?- recomendó cariñosa su amiga y se sonrieron complacidas- ¿y qué tal lo pasasteis?
-¡Genial Lui! ¡Es un hombre maravilloso!- declaró enamorada y ellos rieron divertidos
-Bueno, entremos que se hace tarde- habló ameno Charle
-¿Y Mark?- indagó Emma
-Hoy no viene, como te he dicho, se fue con unos amigos de acampada y no llegan hasta esta noche ¿entramos?- aclaró Luisa
-Aún no vino Miguel…- musitó inquieta examinando calle arriba a ver si lo veía acercarse pero no venía nadie
-Pues el timbre ya sonó preciosa, llegaremos tarde- habló incómodo Charlie, Emma caminó despacio hacia la entrada pero ni rastro de Miguel. Tuvo muy mala mañana, no lograba prestar atención y su cabeza solo pensaba preocupada en por qué Miguel no viniera… A las doce el móvil le avisó de un mensaje que se apresuró a leer
-“Perdona ángel mío por no pasar a verte, tuve una urgencia a las siete de la mañana y pensaba hacer una escapada para ir a tu lado unos minutos pero aún acabo de salir de quirófano ahora… Pero te lo compensaré con el doble de besos a la tarde; te quiero, nunca lo olvides” El día le cambió rotundamente desde aquel mensaje.
Aquel miércoles acabaran de comer y Emma se disponía a regresar a la facultad, entró en la cocina para despedirse de su madre que enjugaba los platos en el fregadero
-Me voy ya- repuso besándola en la mejilla
-¿Hoy tampoco llegarás hasta la hora de la cena?- se interesó curiosa
-No, voy a la biblioteca a ver si acabo mi tesis de una vez- observó que su madre ponía cara de descontento- ¿Por qué? ¿Pasa algo?
-No cielito- respondió sonriendo tierna besándola cariñosa en la cabeza, Emma le sonrió dulcemente- Solo quería hablar contigo, pero puedo esperar- declaró pausadamente volviendo su atención a los platos del fregadero
-¿Hablar? ¿De qué? Aún tengo tiempo- se interesó amena, su madre le sonrió complacida
-El sábado es tu cumpleaños cielito- anunció entusiasmada, Emma le sonrió alegre- ¿Quieres hacer algo especial mi niña?- estaba ilusionada y a Emma le dio lastima
-¡¡Oh mami; lo siento!! Creo que Lui tiene algo planeado- se disculpó dolida, ella la miró entristecida
-Ah, claro- repuso desilusionada y siguió lavando los cacharros dándole la espalda. Emma se sintió cruel e insensible. Se acercó de nuevo y la besó en la mejilla cariñosa
-¡Pero serán para el sábado mamita! Nosotros podemos celebrarlo juntos los tres el domingo e ir a cenar fuera ¿Qué te parece?- su madre la miró agradecida y volvió a sonreírle- ¡Además, el lunes es festivo y no tendremos que madrugar! ¡Podremos cenar tranquilos e ir a bailar que tanto te gusta!
-¿A dónde?- preguntó entusiasmada, Emma sonrió dichosa
-¡Al pub ese que te gusta tanto, el irlandés!
-¡De acuerdo! ¡El domingo entonces!- la besó amorosa y Emma se sintió plena y, sonriéndose felices, volvió a besarla con ternura en la mejilla- Le diré a tu padre que se encargue de las reservar en un buen restaurante… ¡¡Ese que tanto te gusta mi cielito ¿cómo se llama?!!
-El Mistrol mamita; pero me da igual cualquiera, la cuestión es que lo celebremos juntos- resolvió cariñosa
-No mi cielo, iremos al que a ti más te gusta, es tu cumple… Y dime cielo… ¿Por qué no te animas a traer a ese chico con el que estás saliendo?- Emma se sintió desalentada nuevamente, no perdía ocasión en insistir últimamente
-No, lo celebraremos solos- contestó seria y recogió su portafolios de encima de la mesa para irse, aquello olía a discusión de nuevo
-¡Sería una buena oportunidad para conocerlo, nena!- insistía cansinamente
-¡Mamá, por favor…! ¡¡Ya!!- gritó enfadada, entró su padre en la cocina en ese momento
-¡¡No pienso parar!! Hace tiempo que andas con él y quiero conocerlo- recalcó tozudamente
-¡¿Qué pasa aquí?!- les reprochó
-¡Mamá, que no se cansa nunca! ¡Aburres ya!- y salió de la cocina dando un portazo
-¡Ya volviste a las mismas ¿verdad?!- le regañó su esposo
-¡Es mi hija Alberto! ¡Necesito saber con quién anda! ¡Solo le estoy pidiendo saber algo de ese muchacho, nada más! ¡Pero ahora no voy a estar tranquila hasta que lo conozca!- le respondió decidida- ¿A ver? ¿Por qué no lo quiere presentar, eh? ¡O al menos que nos diga su nombre! ¡Te digo que algo tiene, Alberto! ¡Ese muchacho no es trigo limpio…!- habló expectante
-Pero, ¿por qué va a tener algo el pobre muchacho?- repuso sorprendido Alberto
-Pues ¿por qué no nos lo presenta entonces?- su esposo movió los hombros indiferente
-¿Por qué es tan terca y tozuda como tú y, cuanto más insistes, más se cierra?- expresó burlón, su mujer lo miró irritada pero no dijo nada sobre su comentario sarcástico
-Conocemos a todos sus amigos; cuando hace años anduvo con Barry, lo trajo a casa a los pocos días de empezar a salir juntos y nos lo presentó tranquilamente… ¿por qué a este no, Alberto?
-No lo verá una cosa seria, será una tontería pasajera…
-¡¡Ja, pasajera!!- repuso irónica- ¿Sabes cuanto tiempo deben llevar? Unos dos o tres meses, ¡Nunca le duró tanto un chico Berto!
-Pues entonces será que ve futuro con este muchacho y quiere asegurarse… ¡¡Yo qué sé Cecil!! Pero lo que sí sé es que como sigas insistiendo lo haces peor y no conseguirás nada… ¡Sabes cómo es! Cuanto más insistas tú, más torpe se pondrá ella ¡¡y acabareis ambas a mal!! ¡Ya lo presentará, mujer!
-No me da la gana, no me quedaré tranquila hasta saber quién es, ¡me da en la nariz que no es trigo limpio Alberto! ¡¡Algo esconde y por eso no quiere dar la cara!!- lo miró con los ojos muy abiertos y asustada- ¡¡O algo peor Alberto!! ¡¡O tiene malas intenciones para con nuestra niña!! El mundo está corrompido Alberto…
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