miércoles, 9 de octubre de 2013

Volvieron a la playa. Se reunieron alrededor de una de las hogueras donde había más muchachos aunque formaban grupos diferentes. Emma se sentó entre sus piernas como Luisa hizo entre las de Charlie recostándose ambas gustosas contra sus cuerpos. Charlaron y rieron tomándose unas cervezas o pasándose botellas de vodka y whisky que Miguel no sabía de dónde salían pero nunca dejaban pasarse mientras se escuchaba la música que provenía de alguna otra hoguera. -Dijiste el otro día que eras médico en el hospital Santa Ana…- expuso interesado Mark -Ajá, cirujano… Cirujano torácico para ser más exactos- respondió ameno -¡Cirujano! Como lo que quieres tú cielo- expresó gustosa Luisa besando amorosa los labios de Charlie -¿Quieres especializarte en cirugía?- preguntó animado a Charlie que asintió con la cabeza sonriendo gustoso- ¿Y te interesa alguna rama en especial? -Aún no lo tengo claro… Lo iré viendo cuando esté de interino -Nos pasa a la mayoría, no te preocupes- respondió animoso y se sonrieron amenos- ¿Y tú Lui? ¿Por qué te decantas? ¿Por trauma como aquí la señorita?- indagó besando cariñoso la mejilla de Emma -No; yo lo tengo muy claro desde hace mucho: pediatría- respondió complacida y también se sonrieron alegres -Aquí a mi churri le encantan los peques…- aclaró orgulloso Charlie besándola en los labios, ella sonrió complacida -Yo también: ginecología- habló resuelto Mark -Eso ya lo teníamos todos claro… porque será la única manera que tengas de que una tía se te abra de piernas- repuso burlón Charlie -¡¡Que gracioso, imbécil!!- protestó molesto poniéndose de pie y campaneó brevemente -¡¡Uoo, vas bueno!!- exclamó guasón Charlie -¡Creo que llegó la hora del baño!- repuso divertido quitándose las deportivas, vacío los bolsillos metiendo sus pertenencias dentro de ellas y las cubrió con su jersey lanzándose al agua sin pensárselo- ¡Ey, veniros, está fantástica!- les gritaba entusiasmado -¡Para ti siempre está fantástica tío, no sé cómo lo haces!- le contestó su hermana sin darle importancia quitándose las zapatillas como Charlie y Emma también hacían ya. Miguel los imitó y se fueron todos al agua. Chapotearon y enredaron divertidos hasta que empezó a amanecer. Miguel y Emma se abrazaron amorosos y se deleitaron en observar aquella majestuosa grandeza. Los otros tres también se quedaron observándolo y quedaron impresionados -¡Joder, que bonito tío!- repuso emocionado Mark. Todos se rieron, la borrachera no le pasara del todo aún. Decidieron salir del agua. Delante iba Miguel y Emma, detrás Mark, por último Charlie y Luisa. -¡Joder tío! ¡Eso sí que es un bonito panorama!- se burló Charlie mirando divertido a Emma, el vestido blanco le trasparentaba al mojarse quedándose pegado a su cuerpo, lo torneaba preciso enseñando su cuerpo precioso y perfecto. Luisa le dio una colleja mientras Miguel sonreía divertido. Sus ojos brillaban pícaros y gozosos al verla casi desnuda, no llevaba sujetador y sus pechos redondos y firmes con sus pezones pequeños y duros por el frío se podían ver perfectamente; apenas un pequeño triangulo de encaje blanco cubría su entrepierna y sus glúteos medianamente. -¡Ni que estuvieras viendo más que cualquier día de playa en verano, vamos!- le decía divertida Emma a Charlie mientras seguía saliendo del agua tranquilamente -¡Pero así es más… erótico!- repuso deleitado, Luisa lo hundió en el agua riendo entretenida, él salió a la superficie tosiendo por el trago de agua- ¡Serás capulla! ¡Ahora verás!- añadió riéndose divertido y empezaron a enredar en el agua mientras ellos avanzaban hacia la hoguera sin hacerles caso. Se sentaron alrededor de ella para secarse y calentarse, Emma se resguardó entre las piernas de Miguel cobijándose del frío entre sus brazos que la recibió encantado -Ponte mi jersey cielo o te cogerá el frío- le indicó cariñoso pasándoselo y ella se lo vistió. Era de suave lana, muy calentito y, sobre todo, olía a Miguel. Emma aspiró gustosa recostándose contra su pecho y Miguel rodeó amoroso sus hombros con sus brazos mientras la besaba tierno en la sien. Mark se sentó en la arena junto al fuego como ellos vistiéndose su jersey y le echó una ojeada a su hermana en el agua con Charlie. Se dejó caer de espaldas cruzando los brazos debajo su cabeza -Vosotros hacer lo que os plazca, este menda se va a dar una cabezada mientras hay que esperar por eses, porque empiezan así… y acaban dentro de dos horas- expuso despreocupado cerrando los ojos. Emma y Miguel miraron curiosos a la otra pareja en el agua, abrazados apasionados se comían ardientes a besos. Se rieron entretenidos y a los dos minutos, Mark dormía profundamente Se sonrieron y se besaron amorosos. Deleitándose en saborearse. Y aquel deleite los iba excitando rápidamente hasta que, en instantes, se besaban ardientes mientras se ceñían deseosos uno contra el otro. Ansiaban cada vez con más desesperación saciar todo aquel frenesí que les ardía y devoraba por dentro, y cada vez se oprimían más uno al otro y se devoraban más ambiciosos. -Vayamos a mi casa y pasemos solos el domingo mi vida- le susurró meloso al oído, ella sonrió feliz -Pensé que no me lo ibas a sugerir nunca- contestó deleitada y se sonrieron dichosos. Emma examinó el agua pero la parejita había desaparecido- ¿A dónde rayos se fueron estos ya?- protestó fastidiada, Miguel sonrió deleitado y la besó dulcemente en los labios, pero ella os volvió a atrapar ambiciosa besándose de nuevo ardientes -¿Qué? ¿Ahora no os cansáis, no?- les habló animoso Charlie sentándose junto a ellos acompañado de una sonrojada Luisa cuyos ojos brillaban del placer consumado, ellos los miraron y se rieron divertidos -Que bien que ya regresarais, nos queremos ir pero dejar solo a Mark…- contestó animada Emma -¡Uy sí! ¡A ver si a mí me van a comer ahora!- expresó burlón él abriendo uno de sus ojos mirando tierno a Emma -¡¡Creí que dormías payaso!!- expresó sorprendida -No caigo en coma como mi hermana preciosa, yo duermo con un ojo abierto- explicó chistoso y los cinco rieron alegres. Miguel y Emma recogieron sus cosas y se calzaron. Emma se levantó acercándose a su amiga -¿A dónde os vais?- curioseó amena Luisa, Emma la besó en las mejillas y, al agacharse para hacerlo, su vestido se elevó levemente de la parte trasera; desde la posición de Miguel pudo deslumbrar deleitado sus muslos firmes y redondos de piel suave y tersa que parecían de cera. Y un deseo tremendo de acariciarlos y comprobar que esa firmeza y suavidad era cierta, lo asaltó -Nos regresamos a casa, así que no me esperéis; nos vemos en la facultad- respondía resuelta mientras besaba también a los muchachos y seguía mostrando aquella bella pero tan perturbadora visión. A Miguel, un acaloramiento lo abordó excitándolo de nuevo -¿Vamos o qué?- se impacientó levantándose raudo provocando las risas pícaras de los tres muchachos -Sí, ya vamos- respondió animosa Emma- ¡Ah! no te olvides de llevarme la bolsa a clase el lunes ¿eh?- continuó hablando con su amiga, Miguel la cogió de la mano y echó a andar hacia la moto tirando suavemente de ella- ¡¡No lo olvides Lui!!- remarcó despidiéndose de ellos con la mano ya subida a la moto y Miguel la arrancaba raudo. -¡No te preocupes, pasarlo bien!- respondió Luisa sonriendo feliz a su amiga agitando también su mano -¡¡El móvil preciosa!!- gritó Mark sacándoselo de su deportiva pero ya no le oyeron. Miguel volaba calle arriba en dirección a la salida del pueblo. -¿Cómo lo tienes tú?- indagó curiosa su hermana -Porque cómo no tenía bolsillos con ese vestido, me lo dio a guardar al salir de casa como su dinero- explicó inquieto -¡Bah, no creo que vaya a necesitarlo! Además, Miguel tiene el suyo- resolvió despreocupado Charlie y se quedaron relajados.

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