lunes, 18 de noviembre de 2013

Aunque llevaba un buen rato ya calmado, siguieron manteniéndose en silencio. Él recogido contra su pecho mientras ella le acariciaba amorosa la espalda y la nuca. -Era aún una niña Eva- comenzó a hablar entristecido- ¡no hay derecho que apenas con 24 años le arrebataran así su vida!- dijo rabioso- ¡y yo no pude hacer nada por ella, Eva! ¡¡Nada!!- gritó desesperado. Eva seguía acariciándolo cariñosa contra ella sin decir nada- Solo pude dejarla ir… ¡Éramos por fin tan felices!- añadió amargado- Tuvimos que luchar contra todos y contra todo pero, al final, lo consiguiéramos… Pero su corazón falló y se fue, sin apenas tiempo a disfrutar de nuestro amor…¡¡Y yo no hice nada por salvarla!! ¡¡Solo perder en estúpidas dudas y temores un precioso tiempo que solo la hicieron sufrir y pude haberlo aprovecharlo en hacerla feliz!!- exclamó llorando de nuevo angustiado -¿Y qué podías hacer tú, corazón?- le habló cariñosa- ¿No hubo posibilidad de un trasplante? -No… Cuando me di cuenta de que algo pasaba, su cuerpo ya estaba demasiado debilitado para esperar- expuso muy pausadamente y la miró a los ojos- ¿No es cruel la vida, Eva? Cuando al fin alcanzábamos la felicidad, me la arrebatan sin consideración de mis brazos- exclamó resentido -A veces parece que se burla de uno cielo…- repuso amorosa- pero tienes que quedarte con que la hiciste muy feliz ¡seguro que se sintió la mujer más amada del mundo, cariño! ¡Y seguro que te amó con locura!- expuso enternecida acariciándole amorosa las mejillas- -Me dijo que nunca sabría cuánto amor se llevaba dentro de ella- sollozó nuevamente aunque más sereno. -¿Lo ves? Te quería muchísimo y tú a ella, os lo demostrasteis y os entregasteis sin reservas mientras pudisteis y con eso te tienes que quedar cielo… ¿Cómo era Mikel? -¡¡Era una niña, Eva!! Una ardiente y apasionada mujer atrapada en el cuerpo de una inocente y dulce niña- resolvió feliz- le encantaba los amaneceres, bromeaba con todo y con todos… solo sabía reír y hacerme reír… A todo le intentaba buscar el lado bueno… Cuando tuvimos que enfrentarnos a todos por nuestra relación, ella no se acobardó ni un palmo, hicimos frente juntos y conseguimos salir adelante… ¡¡Con ella era todo felicidad!!- se quedaron callados -Si ella te estuviera mirando en estos momentos ¿qué crees que te diría?- él la miró conmovido y sus ojos se llenaron de lágrimas de nuevo -¡Vive Miguel! ¡Vive por los dos, no te rindas!... - dijo como un autómata mientras se acariciaba los labios recordando aquel bello beso que le entregó al final- eso me suplicó segundos antes de morir entre mis brazos…- murmuró débilmente y las lágrimas comenzaron a resbalarle por las mejillas nuevamente -¿Y crees que lo estás haciendo así?- le recriminó tiernamente, él la miró desconcertado- Esto que tú haces no es vivir Mikel, solo dejas pasar la vida esperando el momento de reunirte con ella… ¿piensas faltarle a su última promesa? -¡Es que es tan difícil seguir sin ella, Eva!- repuso amargamente mientras seguía llorando sin poder contenerlo, ella lo volvió a tomar entre sus brazos recostándolo contra su pecho y él se abrazó a ella -Chisss, tranquilo; lo sé cielo, sé que es difícil…- le murmuró melosa besándolo tierna en el pelo- pero tienes que poner de tu parte, corazón- él la miró sin entender- no puedes andar intentando acabar contigo así como lo hacías ni andar revolcándote solo en las amarguras… Tienes que esforzarte en recordar todos los momentos felices que viviste con ella, recuérdala sonriéndote dichosa y en lo muy dichosa que la hiciste… Y, sobre todo, debes olvidar esa tontería de que no hiciste nada por ella ¡¡Nadie podía hacer nada Mikel!!- le volvió a coger la cara entre sus manos y lo miró a los ojos- sin embargo tú sí hiciste algo muy importante por ella: ¡¡La hiciste muy feliz hasta el último de sus días!!- le dijo apasionada y él sonrió mientras seguía llorando silenciosamente -¿Sabes una cosa, Eva?- le dijo cariñoso acariciándole tierno la mejilla con el dorso de la mano- ¡Te pareces tanto a ella!- se sonrieron entrañables y ahí se dio cuenta de que era eso lo que le ocurría, de ahí esa atracción inexplicable por ella: Eva se parecía a Emma. No era algo físico, porque eran completamente diferentes, pero en su forma de ser eran muy parecidas: amable, cariñosa, alegre y hasta un poquito alocada, solo con su presencia le hacía sentirse feliz. Los primeros rayos de luz ya comenzaban a iluminar el cielo. -¿Mejor?- indagó mirándolo con ternura y él sonrió dulcemente asintiendo con la cabeza- Eso está muy bien, has dado un gran paso: has sacado de dentro eso que te corroía, ahora todo será más fácil, ya lo verás- expuso satisfecha y volvieron a sonreírse amistosos- ¿Sabes que me debes una sesión de psiquiatría, verdad?- bromeó ella y él sonrió divertido- Me vale con un buen desayuno ¿me invitas?- añadió entrañable y se rieron gustosos. El se levantó y le ofreció cariñoso la mano, ella se la aceptó y volvieron a casa de Miguel para desayunar. Prepararon un buen desayuno completo ente bromas y jugueteos. Eva observaba satisfecha que estaba más calmado. Lo malo parecía ir desaparecido; parecía que se había quitado un gran peso de encima y estaba mucho más relajado. Aunque ella seguía haciendo un gran esfuerzo en conversar de cosas nimias y gastar bromas para que no recordara más; lo estaba consiguiendo, sonreía ameno y parecía otro, a sus ojos empezaba a asomarse un pequeño brillo de dulce serenidad. Ya estaba mucho mejor, ella ya podía regresar a casa tranquilamente, pensaba decidida -¿Podrías quedarte un poco más?- repuso él de pronto como si le leyera el pensamiento -Claro, no hay problema- respondió sonriéndole cariñosa -Solo hasta que me duerma… ¡O no lo conseguiré!- añadió amargamente, dolido de nuevo -Ya te dije que no hay problema ¡a mí nadie me espera!- bromeó y él sonrió levemente -A mi tampoco- respondió melancólico, Eva le sonrió cariñosa -Pues, a partir de ahora, yo te esperaré a ti y tú a mí ¿de acuerdo?- le acarició tiernamente la mejilla y él sonrió, le tomó la mano y le besó cariñoso la palma. -Gracias- dijo solamente con agradecimiento y se sonrieron. Se acostaron sobre la cama uno frente al otro, mirándose afectuosos mientras se sonreían. Sin darse cuenta de cual fue el primero, ambos se durmieron. Al despertarse, Miguel comprobó que Eva estaba abrazada a su cuerpo durmiendo placidamente sobre su brazo y él la sujetaba amoroso contra su pecho. Intentó moverse y soltarse pero ella se aferró más a él y cubrió sus piernas con la suya atrapándolo completamente. Miguel sonrió divertido y la observó dormir. Su rostro estaba relajado y sonreía dulcemente. Se fijó que tenía unas pequeñas pecas debajo de los ojos, junto su naricilla pequeña y recta que acababa en un ángulo perfecto. No pudo resistirse y le pasó suavemente el dedo por ella, Eva la movió inconscientemente al notar su caricia y él sonrió divertido. También reparó en el lunar junto a su boca, al lado derecho sobre el labio superior, no se había fijado antes en él; sus ojos se clavaron en sus labios, finos y bien dibujados, formaban una boca perfecta en forma de corazón. Parecían suaves, carnosos; se los acarició despacio con el pulgar; ella reaccionó entreabriendo la boca mientras soltaba un suspiro de deseo. Miguel sintió unas ganas terribles de corresponder a su ambición. Su pelo rizado estaba revuelto, dos de los rizos caían sobre su rostro; Miguel se los apartó cariñoso mientras se aproximaba a su boca despacio. Deseaba besarlos, saborearlos… Se detuvo de pronto, Eva se estaba despertando. -Hola- le dijo cariñosa sonriendo feliz al encontrárselo frente a ella mirándola -Hola- respondió Miguel- lo siento ¿te desperté? -No ¿por qué?- preguntó tranquila, sin moverse de entre sus brazos -Creí que lo había hecho, no pude resistirme a acariciarte ¿sabes que te ves muy linda ya de mañana?- expuso serenamente pasándole dulcemente el revés de su mano por su mejilla, se sonrieron tiernos. -No seas grosero, me veo linda siempre- respondió chistosa sentándose al borde de la cama para pesadumbre de Miguel- ¿qué hora es?- preguntó sacudiéndose los suaves rizos que de inmediato retomaron su peinado habitual -Las cuatro- repuso él observando su reloj- ¡¡Las cuatro!!- se sorprendió de repente sentándose en el bordillo de la cama- ¡¡No llamé a Lidia!! -Ahora ya es tarde, estará en clase; ya hablarás con ella en otro momento- contestó ella tranquilamente, él la miró y se sonrieron entrañables- ¡No creo que vaya a enfadarse porque te has quedado dormido!- bromeó cariñosa y se dirigió a la puerta -¿A dónde vas?- le preguntó inquieto, ella lo miró desde la puerta y sonrió divertida -Al baño, a beber y después a mi casa…- lo que inquietaba a Miguel, no quería que se fuera- Vuelvo al trabajo dentro de tres horas y tengo que ir a hacer la compra aún- lo miró burlona- ¿O qué? ¿Quieres que me quede a vivir aquí?- bromeó y se sonrieron entrañables -No sería mala idea- contestó Miguel guasón y ella lo miró pasmada- ¡Total! ¡Ya dormimos juntos!- se rieron explayados y salieron del cuarto, Eva se metió en el baño y él se dirigió a la cocina sirviéndose un café frío. Eva regresó bostezando y se dirigió directa al frigorífico, cogió la botella de leche y bebió de ella inconscientemente. El la observaba deleitado. Era bonita, realmente muy bonita; y aquel vaporoso vestido largo que le llegaba a los tobillos, le marcaba insinuantemente su hermoso cuerpo. Ella se detuvo de pronto, mirándolo sorprendida con los ojos muy abiertos, unas gotas de leche rodaron por su barbilla y se las limpió con el revés de su mano -¡¡Perdona, fue sin querer!!¡¡La costumbre de mi casa!!- repuso abochornada y él sonrió divertido - No pasa nada, yo lo hago también- comentó sereno- además, es solo tuya, yo no tomo leche ¿recuerdas?- expuso mostrándole su tazón de café, se rieron entrañables y ella volvió a darle otro trago a la botella -Parece que se bebe mejor, ¿verdad?- comentó dejando el resto en su sitio y cerrando la puerta del frigorífico -No te podría decir… yo lo hago para no tener que lavar después el vaso- explicó divertido -¡Mira que eres vago!- se burló guasona y volvieron a reírse- Bueno, ahora sí me voy que se me echa el tiempo encima- repuso desganada mientras recogía sus zapatos. Inesperadamente, regresó a lado de Miguel y lo besó cariñosa en la mejilla antes de irse por la playa, él sonrió encandilado, aquella mujer lo hacía sentirse de una manera especial Miguel se duchó y se quedó observándose en el espejo por primera vez desde aquella tarde en la habitación del hotel. Había recuperado algo de color y las ojeras parecían menos profundas. Se meció el pelo de sus sienes canosas hundiendo sus dedos por ellas. Necesitaba un corte de pelo, estaba algo largo… pero no le disgustaba. Se observó las canas y sonrió divertido recordando que Eva comentara que le quedaban bien. Luego se acarició la abundante barba que poblaba su rostro, examinándola detenidamente. Chasqueó molesto la lengua; no, aquello sí que no le gustaba y se afeitó. El rostro que el espejo le devolvió así terminó de afeitarse le agradó mucho más; se había quitado diez años de encima. Muy animado, se fue al dormitorio y se vestía animado cuando decidió mandarle un mensaje a su sobrina para tranquilizarla. Con solo los boxers puestos, se sentó en la salita frente al mar y encendió el ordenador. Le mandó un email a Lidia: “Perdona cielo, no me ha ocurrido nada, solo que me quedé dormido. Te llamo mañana a las dos como siempre. Besos y cuídate, preciosa” lo envió y volvió a cerrarlo reclinándose sobre el sofá poniendo los pies sobre la mesita y las manos cruzadas en la nuca; se desperezó gustoso, hoy se encontraba realmente bien. Animado, sereno y feliz. De pronto apareció Eva por la puerta sin llamar como siempre. Miguel se sobresaltó enderezándose al instante y cubriéndose con uno de los cojines -¡Un día me vas a encontrar como Dios me echó al mundo!- reclamó sobresaltado, ella se lo quedó mirando pícara -¿Y quién te dijo a ti que no es lo que ando buscando?- se burló maliciosa descolocándolo nuevamente y ella se rió explayada- ¡Caray, que cambio! ¿Sabes qué estás mucho mejor sin barba? No se te ve tan viejo- declaró satisfecha acariciándole la mejilla y él sonrió agradado- Bueno, yo me voy que se me hace para preparar todo antes de abrir- y lo volvió a besar en la mejilla, para sorpresa de Miguel, le acarició muy despacio su mejilla- caray, ahora sí que da gusto chico- expuso complacida y, sin más, salió corriendo por la puerta principal dejándolo completamente desconcertado pero sonriendo deleitado. Después de alistar la casa, daba inquieto vueltas por ella examinando su reloj. Era aún algo temprano pero tenía unas ganas desesperadas de volver a estar con ella. La extrañaba terriblemente de manera irracional. Sin pensárselo más, se fue hasta el pub. Estaba completamente vacío y ellos hablaban en la barra distraídos. Eva lo recibió encantada al verlo entrar -¡Hola mi pichoncito! ¡Qué bien que hoy hayas venido antes, esto es un muermo y te echaba de menos!- exclamó Eva besándolo cariñosa en la mejilla, Miguel sonrió encandilado por tal efusivo recibimiento -Gracias ¿eh?- protestó chistoso Fran y los tres rieron divertidos -No me irás a comparar Fran, Mikel es mi ángel atento y a ti ya te tengo muy visto- bromeaba zalamera mientras lo besaba de nuevo en la mejilla al tiempo que acariciaba tierna su otra mejilla, Miguel sintió un gustoso hormigueo que se convirtió en un dulce escalofrío que le recorrió el cuerpo erizándole la piel. Asombrado notó como su cuerpo se excitaba raudo a las caricias de Eva e intentó controlarse pero ella no se detenía- además ¿no ves lo guapísimo que se me ha puesto al afeitarse?- exclamó mimosa abrazándose más a él juntando sus cuerpos. Sus cálidos brazos alrededor de su cuello, su dulce aliento en su oído y la suave presión de sus turgentes pechos sobre él, hicieron que su corazón comenzara a latir tan fuerte que parecía que se iba a saltar fuera de sitio. La erección en su miembro ya no fue posible controlarla y Miguel se sintió turbado. Riéndose alegre, se alejó al fin de Miguel sin darse cuenta de nada para tranquilidad suya. Estaba atónito de como su cuerpo reaccionara tan ferviente con un simple abrazo y, sobre todo, se sentía avergonzado de haber sentido todo aquello con otra mujer que no fuera Emma.

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