domingo, 1 de diciembre de 2013

Dos días antes de la boda, los recogió Lidia en el aeropuerto. Estaba eufórica de que por fin se decidieran a asistir y los recibió entusiasmada -¡No sabes la que se organizó en casa cuando dije a dónde venía pues a mamá no le comentara nada!- comentaba enloquecida mientras ellos sonreían dichosos- ¡¡Tenemos que ir rápidamente o a la pobre le dará un sincope!! ¡Que feliz estoy de teneros aquí!- los abrazó eufórica a los dos juntos. Miguel recogió las dos maletas y Eva cogió el neceser, Lidia miró el anillo. Abrió los ojos descomunalmente y le agarró la mano para observarlo mejor- ¡¡No… ¿De verdad?!!- gritó ferviente mirándolos entusiasmada, ellos le sonrieron felices- ¡¡Ay, mi madre…! ¡¡Julita, prepárate, que hoy seguro te da el yuyo!!- habló divertida y rompieron a reír entusiasmados -Pues cuando se entere de la otra noticia, la rematamos- comentó cariñosa Eva -¡¿No?! ¡¿Estás embarazada?!- saltó enloquecida y Miguel rió divertido aunque Eva solo logró esbozar una sonrisa nerviosa -No, que va... ¡¡es una gran noticia cielito, ya lo verás!!- contestó entrañable Miguel besando a Lidia en la frente, ella sonrió decepcionada y se dirigieron a la salida. Aunque Eva llevaba otra punzada en el corazón, estar esperando un hijo no era una gran noticia para él… Iban en el antiguo deportivo de Miguel conduciendo él mientras las dos charlaban distraídas y hacían planes entusiasmadas cuando él frenó de repente en medio de la carretera. Estaban junto al desvío que llevaba a su casa y él lo miraba fijamente. Eva lo miró intrigada y luego observó a Lidia que también miraba a su tío con rostro apenado -Tío Miki…- murmuró apesadumbrada posando suavemente su mano en su hombro, él pareció salir de su trance y tomó aire hondamente -Tengo que comprobar una cosa cielo- expuso calmado y tomó el desvío, Eva miró indagadora la cara de Lidia pero la muchacha solo tomó aire profundamente también recostándose en el asiento trasero, su mirada era de gran inquietud y eso la alarmó. Al poco, una preciosa casa blanca de dos plantas con todas sus ventanas bien cerradas y cuatro hermosas columnas delanteras, apareció ante ellos, Eva la miró extasiada -¡Jesús, menuda casa!- repuso deslumbrada, ellos se rieron divertidos- ¿de quien es esta maravilla?- añadió asombrada -Es de tío Miguel- respondió pausadamente Lidia, Eva lo miró atónita y él le sonrió dulcemente pero sus ojos apagados la conmovieron -¿Vivías aquí con ella verdad?- le preguntó cariñosa y él asintió con la cabeza- Cielo…- habló conmovida posando su mano en su brazo que aún sujetaba el volante- ¿Quieres que te acompañe?- él le sonrió levemente -No, quiero entrar solo… tengo que hacerlo solo- aclaró apocado, la besó suavemente en los labios y salió del coche. Se quedaron las dos esperando intranquilas mientras Miguel entraba en la casa. Se detuvo temeroso ante la puerta principal pero haciendo ahínco de fuerzas, la abrió y entró decidido. Asombrado descubrió que, aunque esperaba sentirse mal, hundirse en la pena y la congoja, se sintió tranquilo, sereno, algo nostálgico… Recorrió los sitios que más le recordaba a su dulce Emma pero aquel dolor intenso que había sufrido tiempo atrás y temía lo invadieran, no apareció. Sonrió animado y las llamó desde la puerta. Ellas lo observaron sonreír sereno y acudieron a su llamada -¿Qué tal estás?- le preguntó Eva preocupada -Bien mi amor, estoy muy bien- comentó sereno sonriendo satisfecho y la besó en los labios amoroso- ¡Venga ¿quieres verla antes de que me deshaga de ella?!- repuso de pronto animado y ambas lo miraron desconcertadas -¿La vas a vender tío Miki?- expuso atónita Lidia -Sí chiquita, no la quiero para nada; ahora mi vida está con Eva- respondió resuelto sonriéndole feliz a Eva que también sonrió y se besaron dulcemente en los labios- Anda Lidia, enséñasela mientras yo recojo unas cosas en el estudio que quiero llevarme a casa- Lidia accedió entusiasmada, Eva lo volvió a besar amorosa y se dispusieron a recorrer la casa mientras él entraba en su despacho y empezó a escoger sus libros. Sonreía feliz escuchándolas hablar animadamente por toda la casa. Cuando regresaron a su lado, él había llenado tres cajas de libros sobre el escritorio y examinaba atento otro entre sus manos. Las miró y sonrió dichoso -¿Ya habéis acabado de curiosear?- preguntó chistoso y ellas rieron entretenidas -Sí, es preciosa Mikel- comentó animada Eva, se le acercó abrazándolo amorosa por la cintura y lo besó tierna en los labios -Pues yo no la cambio por la nuestra, mi vida- declaró sincero, ella sonrió deleitada -¿Sabes? Yo tampoco- le murmuró melosa y se sonrieron encantados, volvieron a besarse apasionados -¡¡Bueno ¿qué?!! ¡¿Nos vamos o qué?!- les interrumpió diligente Lidia y ellos sonrieron amenos -Ya nos vamos inquieta, ve llevando estas cajas al coche cielo- le habló animado su tío -¡¡Ya estamos!! ¡¡Echándome para quedaros a solas!! ¡¡No cambias ¿eh?!!- bromeó guasona y se rieron divertidos mientras ella se llevaba una caja al coche Miguel oprimió amoroso a Eva contra su cuerpo e, inspirando profundamente, la besó en el cuello -¿Sabes, corazón? Esperaba sentirme muy mal- comentó apoyando su mejilla en la de ella y meciéndola suavemente entre sus brazos, ella lo rodeó amorosa por la cintura- pero me siento bien, sereno y tranquilo… Eso es porque tú ya ocupas su lugar- ella lo miró y sonrió dichosa -Entonces ¿ya me quieres la mitad que a ella?- preguntó zalamera, él sonrió burlón y chasqueó fastidiado la lengua -Creo que… aún no ¿eh? tendrás que esforzarte un poquito más y complacerme muchísimo más- bromeó socarrón oprimiéndola tierno contra él, se sonrieron felices y se besaron satisfechos. Recogieron cada uno una caja y salieron de la casa. Miguel cerró la puerta y sintió con gran paz que allí se quedaba una etapa de su vida para empezar una nueva junto a su adorada Eva. -¿Cómo está Mark?- le preguntó Eva a Lidia ya en el coche -Muy bien, ahora lo dejan salir a pasar los fines de semana a casa y le permitieron venir a pasar unos días aunque siempre en compañía de sus padres… - habló serena pero una tristeza empañaba su rostro- Se volverá a ir en unos pocos días- comentó finalmente, Eva la miró compasiva y ella le sonrió dulcemente- No me importa de ese modo que piensas, Eva- repuso serena- Me da pena que se vaya… Pero no le quiero, creo que ahora sé lo que es amar realmente y a él no le amé- Miguel la miró por el espejo retrovisor intrigado y ella sonrió feliz- ¡¡lo conocerás en la boda, tío Miki!! Se llama Kimi, bueno Joaquín, y es maravilloso; estudia leyes, quiere llegar a ser juez… ¡Te gustará, lo sé!- habló entusiasmada, se sonrieron felices -¿Y cómo les va a Luisa y a Charlie?- se interesó animado -¡De maravilla! Ellos me preguntan siempre por ti y tienen unas ganas locas de verte- contestó tierna, Miguel sonrió agradado- se casaron así acabaron las carreras, para tranquilidad de los padres de Lui pues dudaban dejarla sola aquí, y son muy felices -¡¿Se casaron?! ¡¡Qué bien!!- exclamó complacido y los tres se sonrieron amenos -Quisieron invitarte pero no sabíamos de aquella dónde localizarte y se quedaron muy apenados- explicó cariñosa- y, para que sepas, el doctor Carlos Soto es ya todo un cirujano cardiovascular y trabaja en el hospital codo con codo con el doctor Alonso… - explicó presumida de su amigo -¿A sí? Me alegro por él- repuso complacido Miguel, su sobrina lo miró con malicia -¿Acaso no lo sabías?- exclamó con picardía, su tío la miró por el espejo retrovisor -Claro que no princesa, que iba a saber yo- respondió desconcertado, ella sonrió pícara -Pues “alguien” le dio unas muy buenas referencias sobre él al doctor Alonso Quijano y, desde el primer día que llegó de interino al hospital, lo tomó bajo su ala protectora y lo convirtió en su mano derecha… tampoco sabes nada de eso ¿verdad tío Miki?- preguntó burlona mirándolo pícara -No- respondió intentando parecer desenfadado, Lidia rió alegre -¡Anda ya! ¡Nunca supiste mentir tío Miki y se te pilla en seguida!- exclamó divertida golpeándolo suavemente en el hombro y ambos se rieron alegres; Eva sonrió levemente, pues a ella sí sabía mentirle muy bien, pensó dolida -¿Y Lui?- se interesó cariñoso -Toda una gran pediatra; sus padres le pusieron una pequeña clínica en el centro y le va muy bien, además de buena es muy atenta y tierna con los pequeñines y en seguida se corrió la voz- respondió animada- ¡Ah! Lo que sí seguro que no sabes es que, si antes eran felices, ahora están que no caben de gozo; van a ser papás en menos de cinco meses -¡¿De verdad?! ¡¡Eso es maravilloso, me alegro por ellos!! Antes de irnos debemos visitarlos cielo, verás que fantásticos muchachos son- declaró cariñoso a Eva que le sonrió amena -Les darás una alegría inmensa, también están deseando volver a verte- declaró satisfecha su sobrina. Al llegar a la casa de Julia, ella salió entusiasmada a recibirlos al porche. Eva también se asombró al ver la enorme y preciosa casa de la hermana de Miguel Julia se abalanzó entusiasmada a los brazos de su hermano y lo abrazó apasionada -¡Oh mi hermanito adorado, por fin has vuelto!- lloraba feliz, él sonreía dichoso. Lo sujetó por los hombros y se alejó dos pasos para verlo mejor de arriba abajo- ¡Estás guapísimo, Miki! ¡No esperaba encontrarte así!- hablaba sorprendida y encantada- ¡Estás radiante de nuevo y se te ve feliz!- lo volvió a abrazar apasionada- ¡No sabes lo dichosa que me hace verte así, hermanito! -Tu sin embargo, ¡estás más vieja caray!- bromeó burlón y ella le dio un puñetazo cariñoso en el pecho -¡Idiota… sigues igual de bobo!- se rieron divertidos- ¡Eva, querida!- la abrazó también entusiasmada- ¡Que gusto me da tenerte aquí y poderte abrazar por fin! -Gracias Julia, a mi también me alegra verte- contestó encantada El resto de la familia también salió a recibirlos. El hermano mayor de Miguel, Diego; su esposa, Carla; el hijo de ambos, Toni junto a su esposa Andrea; y una muchacha muy linda que resultó ser Sarah, la hija del sobrino de Miguel. Ambos hermanos se abrazaron realmente emocionados, tanto que conmovió a Eva -¡¿Dónde está esa mujercita mayor de edad ya?!- le dijo Miguel entusiasmado a Sarah abriendo los brazos, ella corrió a él y se abrazó a su cuello con los brazos mientras rodeaba su cintura con las largas piernas- ¡Guau, ya voy viejo para estos recibimientos!- se resintió cariñoso al abrazarla pues tuvo que dar unos pasos atrás ante el impulso de la muchacha para mantener el equilibrio, se rieron encantados -¡¡Oh, tío Miki cuanto te eché de menos!!- decía la muchacha abrazada a él besándolo en las mejillas sonora y repetidas veces- ¡No te vuelvas a ir nunca más! -No corazón… ¡Hasta dentro de cinco días no me vuelvo a ir!- bromeó y ella lo miró entristecida- Ahora tengo allí mi trabajo y mi vida, amor- comentó él cariñoso -¡Sí, de camarero de un bar!- se burló sarcástico Diego -¡Yo también te quiero y te eché de menos, hermano!- contestó guasón Miguel y todos rieron amenos -¡Baja de ahí nena, ya no eres una niña!- le regañó su madre Andrea a la muchacha que seguía enroscada en Miguel, ella obedeció y la mujer abrazó y besó a Miguel amorosa- ¡Bienvenido tío Miguel! -Hola cielo- la saludó cariñoso, luego abrazó y besó a Eva -Bienvenida a esta familia de locos preciosa- la saludó cariñosa y Eva le sonrió entrañable -Menos los arrimados, aquí están todos como putas cabras preciosa; ya lo irás observando ¡¡hasta los retoños!!- repuso divertido el marido de Julia apareciendo en la puerta de casa, se volvieron a reír -¡Hola Jaime!- le saludó entrañable Miguel mientras se abrazaban también emocionados Entraron en la casa, pasaron a la enorme sala y se sentaron por los sofás mientras Julia y Lidia traían bebidas frescas. Hablaban y preguntaban todos a la vez, unos interesados del lugar donde estaba viviendo ahora Miguel; otros de su nueva vida en la ciudad. -¡Mira má lo que tiene Eva!- los interrumpió ilusionada a todos Lidia mostrando el anillo en el dedo de Eva, ella sonreía feliz y Miguel la besó en la sien amoroso -¡¿De verdad?! ¡¿Va en serio?!- preguntó ilusionada Julia -Y tan verdad, si aún no tiene la alianza junto a ese es porque ella no se da decidido, porque por mí, ya hace tiempo que lo habríamos hecho- explicó cariñoso Miguel -¡Esto es una noticia maravillosa!- se entusiasmaron todos -Pues la que tenemos que daros es aún mejor- habló entusiasmada Eva y todos la observaron expectantes- Mikel empieza a trabajar en el hospital así regresemos- comentó orgullosa sonriendo feliz mientras se abrazaba a él amorosa, él le correspondió de igual forma recibiéndola satisfecho -¿Vas a volver a ejercer, hermano? ¡Eso no me lo comentaras!- se sorprendió entusiasmado Diego y él asintió, todos se sonrieron complacidos felicitándolo entusiasmados- ¿y de aquello que me comentaras, qué?- indagó curioso mirándolo ilusionado, Miguel se revolvió inquieto en su sillón -Quedó momentáneamente en el aire, ya te contaré, ahora no es el momento- respondió decepcionado cortando la conversación, su hermano lo miró contrariado pero nadie siguió preguntando -Tenemos que hablar sobre lo que me expuso Diego y también de unas inversiones que son muy interesantes- anunció animado Jaime, el esposo de Julia -De eso ocúpate tú, ya sabes que no entiendo nada de todo ese rollo y nunca me preocupo de esas cosas- resolvió despreocupado y todos rieron divertidos -Sí, sí, los negocios quedan para más tarde- aclaró desenvuelta Julia- ahora será mejor que os vayáis a refrescar un poco antes de la cena; ya está lista y pronto llegará Axel con Salomé también- indicó amena Julia -Sí, vamos corazón- repuso Miguel levantándose y agarrando amoroso la mano de Eva.

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