domingo, 22 de diciembre de 2013

-¿Por qué te has puesto a la defensiva, Fran?- le preguntó serena mirándola nuevamente -No estoy a la defensiva- respondió tranquila- solo que me está mintiendo y no me gusta que me mientan -¿Yo te estoy mintiendo? ¿Por qué piensas eso?- interrogó curiosa -Porque es imposible que sepa siempre el porqué de sus sentimientos- respondió también serena mirándola desafiante a los ojos- Hay veces que se sienten cosas sin poder explicarlas… ¿Nunca fue por la calle y la asaltó de pronto un miedo sin motivo aparente? ¿O no sintió inquietud al percibir la sensación de cómo si la vigilaran o la siguieran? ¿Nunca entró en un lugar y sintió una tranquilidad asombrosa sin saber el motivo?- la doctora sonrió entrañable- Pues esos también son sentimientos… -¿Te ocurre a ti eso Fran? ¿Sientes cómo si te vigilaran o te siguieran?- indagó interesada -A veces… ¿usted no?- instó retadora -A veces- musitó despreocupada -Pues eso… Y yo siento culpa sin saber un motivo fijo, como supongo que le pasará a la mayoría de compañeros en mi situación- explicó resuelta -Puede ser… - repuso relajada la doctora, Fran la miró a los ojos echándose hacia adelante -¿Seguro que no puedo fumar?- insistió tercamente, la doctora sonrió amena -No Fran, no se puede fumar en todo el edificio y lo sabes- respondió amistosa, Fran chasqueó la lengua fastidiada y volvió a recostarse en su sillón resoplando molesta. La doctora empezó a revisar nuevamente su expediente -Leí en tu expediente que atendiendo un accidente de tráfico, un conductor borracho se saltó la orden de stop; sin pensártelo, saltaste al medio de la carretera y apartaste a tu compañero de su camino metiéndote tú en la trayectoria del vehículo… -seguía buscando en el informe- aquí está: dos costillas rotas y el tobillo dislocado… ¿por qué lo hiciste, Fran? -¡Hay que joderse!- soltó desdeñosa revolviéndose incómoda en su sillón y descruzó las piernas apoyando las manos en los reposabrazos de su sillón: reacción abierta y sincera recuperando la compostura- A menuda gilipollada le quiere sacar punta- añadió burlona pero la doctora seguía mirándola fijamente- No me intenté suicidar doctora Reynolds, vivo muy bien y muy feliz; si eso pone el informe está equivocado: los golpes fueron al caer contra el bordillo, no me los produjo el coche…- contestó serena- ¿y por qué lo hice?... ¡¡Vamos hombre!! ¿Acaso usted ve venir un coche encima de una persona aunque sea un desconocido y sería capaz de quedar impasible y no hacer nada?- preguntó mordaz y burlona; ella rió amistosa -Probablemente no- comentó divertida -Pues eso- expuso relajándose en el sillón, la doctora retomó la lectura del expediente -¿No tienes pareja verdad? Por lo que parece, hace mucho que no tienes una relación estable… -¡¡Jodeer!! ¡¿A eso también le va sacar puntilla?!- increpó molesta, la doctora la observó detenidamente y Fran se volvió a echar hacia delante mirándola desafiante a los ojos- Apunte en su dichosa libretita: desde la academia no he vuelto a tener una pareja estable ni pretendo tenerla por ahora porque estoy muy bien sola y no quiero atarme- aclaró rotunda y ambas se miraron fijamente- ¿Qué pasa? ¿Acaso habló con mi madrina o tiene también algún significado que no quiera tener novio ni casarme? -No conozco a tu madrina Fran… Y puede que sí tenga algún significado- respondió la doctora serenamente- A lo mejor evitas las relaciones duraderas porque temes sufrir otro abandono como el que sentiste con la muerte de tu padre… ¿Quién rompió esa relación que tenías en la academia? ¿Tú… o él?- instó mirándola fijamente a los ojos -¡Ya está bien!- explosionó irritada levantándose del sillón rápidamente- esto es una pérdida de tiempo y una soberana estupidez, no tengo pareja porque no quiero: me gusta el orden y no soporto que me cambien las cosas de su sitio, cada cosa tiene su lugar y así debe ser… hágale entender eso a un hombre- replicó guasona y la doctora rió divertida- además, soy muy amante de mi espacio y me gusta salir y entrar cuando me salga de las narices sin que nadie me controle; y si hoy no quiero salir y me apetece mejor quedarme en casa con un buen libro, que nadie me lo recrimine… Además, me gusta demasiado mi trabajo para meterme en discusiones estúpidas con un hombre que, a lo mejor, quiera que deje el cuerpo porque es peligroso ¡y ya no hablemos de los niños! ¡No sé qué rayos le pasa a los hombres pero si vives más de un año con uno, de inmediato sale el tema de tener hijos, y yo paso- guardó unos segundos de silencio, la doctora la atendía muy callada y atenta- ¿La verdad? Para eso ya tengo a mi madrina y me tiene hasta los mismísimos para también buscarme un hombre que me reclame lo mismo- la doctora se echó a reír explayada provocando que Fran también riera volviéndose a sentar más tranquila -¿El tiroteo te recordó a tu padre Fran?- espetó de repente mirándola muy seria, Fran quedó desubicada unos instantes mirando inquieta a la doctora que clavaba sus ojos intensamente en ella -Recuerdo a mi padre todos los días, no necesito que me ocurra algo para hacerlo- contestó tajante sin retirarle la mirada -¿No te gustan los niños Fran?- preguntó amistosa de nuevo sonriendo dulcemente, Fran se sentía aturdida con sus preguntas tan variantes y sin sentido -Sí me gustan, me gustan muchísimo, y no digo que algún día no vaya a tenerlos; pero eso: algún día, cuando yo quiera y realmente vea que es el momento… ahora mismo, mi carrera y mi profesión lo ocupan todo; me gusta muchísimo ser policía y me interesa y me llena mucho más en estos instantes que tener pareja e hijos- respondió serena y sincera -Veo que tienes las ideas muy claras- expresó amistosa y se sonrieron amenas- Pero no me has contestado a mi pregunta Fran…- Fran frunció el ceño confundida- ¿Quién rompió aquella relación? ¿Tú o él?- insistió tercamente, Fran se removió incómoda en su sillón -Ambos… o ninguno… no sabría contestarle- respondió muy pausadamente, ahora fue la doctora la que frunció su ceño mirándola intrigada- nos licenciamos y cada uno tomó caminos distintos… hubo algunas llamadas de teléfono…- añadió comedida recordando las insistentes llamadas de Diego que ella se negaba a responder- pero pronto cesaron, nos fuimos alejando y nunca más supe de él- logró explicar serena aunque aquel tema le dolía aún demasiado; la doctora tomó aire profundamente -Realmente Fran… no veo motivos para que no retomes tu puesto nuevamente- le dijo entrañable firmando el papel que estuviera escribiendo y Fran sonrió abiertamente- Pero me gustaría tener alguna sesión más contigo- añadió amistosa -¿Por qué?- preguntó a la defensiva y ella la miró entrañable -Tus problemas para poder dormir seria una…- indicó amable mirándola de nuevo intensamente a los ojos, Fran se removió nerviosa en su sillón- aunque me hayas mentido, sé que no puedes conciliar el sueño -Sí duermo, duermo muy bien- se defendió inquieta y la doctora sonrió amena- solo que no tanto como antes… pero si regreso al trabajo eso se me pasará, se lo aseguro- aclaró decidida -No te voy a negar la vuelta Fran, tranquila ¿lo ves? Ya firmé el informe- expuso con voz amistosa mostrándole su firma estampada en el papel y Fran sonrió calmada- solo quiero que vengas y charlemos como amigas, nada más; quiero saber si, volviendo al trabajo como dices, puedes volver a descansar de nuevo- ella no dijo nada- Además, quiero que vayas a la sala de tiro y me cuentes lo que sientes al volver a disparar; y lo que sientes volviendo a la calle… Quiero hablar solamente, Fran; no te preocupes. -Vale, solo hablar como unas amigas- repitió ella serena, se sonrieron y la doctora le entregó el informe pero no lo soltó, la miró fijamente de nuevo -Fran ¿estabas con tu padre cuando le dispararon, verdad?- Fran la miró inquieta, se mordió el labio inferior -Sí, estaba en el coche… Me acababa de recoger en el colegio y me llevaba a casa como todos los días, se detuviera en la gasolinera para comprarme un bollo- comentó calmada. -¿Cuántos años tenías?- siguió preguntando sin soltar el papel, Fran estaba alterándose de nuevo pero intento controlarse -Seis -¿Viste lo que ocurrió?- Fran se calló. Ambas se clavaban las miradas desafiantes, Fran no quería contestar y ella no soltaría el papel hasta que respondiera. La puerta se abrió interrumpiéndolas, era una policía forense -Oh disculpe Sarah, pensé que estaba sola -No pasa nada Emily, entra; ya habíamos acabado- Le contestó la doctora soltando el papel, Fran movió la cabeza en forma de saludo y salió de la consulta -¡Fran!- la llamó desde la puerta antes de que alcanzara las escaleras, ella se volvió- Dentro de quince días tengo un hueco libre ¿te viene bien? -Ya veremos si puedo- respondió esquiva -Haz por poder… o puedo revocar el informe- repuso categórica, Fran la miró irritada y ella le sonrió amable- por favor, a charlar como amigas- añadió suavemente -Está bien… ¿Pero no podíamos vernos en una cafetería? Allí sí puedo fumar- respondió guasona y la doctora rió divertida negando con la cabeza. Fran bajó las escaleras hacia la calle, no regresó a despedirse de su padrino. Se sentía mordazmente dolida, incómoda y malhumorada, necesitaba respirar aire fresco o se ahogaría. Sabía que estaba preparada para enfrentar y hablar sobre Ben y el tiroteo… pero aquella mujer le había despertado un revuelo de sentimientos que le hacían muchísimo daño; como el recuerdo de la muerte de su padre o la ruptura de su relación con Diego… Al alcanzar la calle, encendió presurosa un cigarrillo dándole una profunda calada y soltando el humo poco a poco mientras cerraba los ojos intentando calmarse. Echó a andar despacio hacia su apartamento intentado centrarse en las gentes con las que se cruzaba para olvidar todos aquellos recuerdos que la lastimaban, pronto aquel malestar había desaparecido. Al día siguiente entró de nuevo en la comisaría feliz; llevaba el uniforme puesto y todos la recibieron encantados. Fue a hablar con el capitán -Buenos días, capi- le saludó alegre al entrar en su oficina mostrando la hoja de la psiquiatra, él sonrió complacido -Buenos días pequeña- le respondió cariñoso recogiendo el papel echándole un vistazo mientras ella se sentaba frente a él sonriendo feliz- Así que has cumplido tu palabra -Nunca la doy en vano, lo sabes- reclamó segura y él sonrió dichoso -Lo sé mi niña, lo sé… Tu nuevo compañero aún no llegó… viene de la comisaría 14 -¡¿Un novato?! ¡¿Me vas a endosar un novato?!- protestó fastidiada -He dicho uno nuevo, no un novato Fran- le aclaró muy serio- Puede que lo conozcas, estudió en la academia cuando tú también estabas… -Éramos cientos padrino y no me los conocí a todos- replicó despectiva; recordar la academia y venirle Diego a la memoria era una y le dolía aun terriblemente recordarlo -Pues él sí te conoce y te recuerda, o eso dijo ayer cuando vino a entregar su reporte… preguntó por ti, quería saludarte pero no regresaste de tu consulta- comentó el capitán serenamente, ella solo movió los hombros desinteresada -Pues mira que bien- repuso desdeñosa- pero ya lo veré cuando llegue… ahora me interesa más saber cómo va el caso… -¡Olvídate del caso Fran!- le increpó tajante, ella lo miró encendida- no me mires así que no te servirá de nada; ahora ve a prepararte mientras no llega tu compañero que os vais a la estatal 221, un control rutinario- siguió hablando más relajado -¡¿Qué?!- repuso ella enfadada y sorprendida, el capitán la miró extrañado- ¡¿Esa carretera capi?! ¡¿Qué he hecho?! ¡¿Por qué me castigas?! ¡¡Está muerta, no pasa ni el viento por allí!! -No, Fran; no dispares ya ese genio tuyo endemoniado que nos conocemos- la recriminó duramente- No es ningún castigo ni nada por el estilo… Ha llegado la orden de arriba y no tengo nada que ver; es una campaña de seguridad especial y habrá controles en todas las carreteras… Las repartí ecuánimemente y os ha tocado a vosotros esa, nada más -¡Quiero estar en la investigación de la muerte de Ben!- gritó encendida -¡De eso nada, Fran!- negó tajante -¡¿Por qué no?!- dijo enfurecida levantándose de la silla enérgica. Todos los de la comisaría los miraban extrañados al oír los gritos -¡¡No seas terca niña!!- bramó él también irritado enfrentándola- Sabes muy bien el por qué Fran… Están implicada y las órdenes lo prohíben ¡No puedo dejarte ni acercar a los informes!- le gritaba también enfadado- ¡¡Y lo sabes, Fran!! -¡¡Pero…!!- quería discutirlo pero él la detuvo levantando la mano firme deteniéndola -¡¡Basta Fran, no insistas!!- ella se mordió enfurecida el labio inferior mirándolo rabiosa y salió de la oficina dando un portazo- ¡¡Maldita sea!! ¡¡Fran!!- oyó que le gritaba desaprobadamente el capitán por el portazo pero ella no se volvió y se encerró en los vestuarios. El nuevo, que justo acababa de llegar y viera el portazo desde la entrada de la comisaría, se quedó mirándola mientras se dirigía hecha una furia a los vestuarios. -Hay cosas que no cambian nunca y seguimos con el mismo genio por lo que veo- murmuró ameno mientras sonreía divertido. Se dirigió a los vestuarios con su bolsa sobre el hombro, sus nuevos compañeros lo saludaban a su paso y él respondía con un movimiento de cabeza.

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