martes, 24 de diciembre de 2013

-¿Y solo averiguaste eso? Pues menudo policía estás hecho- se burló jocosa y ahora fue él el que la miró desconcertado provocándole nuevamente una risa divertida- por mis venas no corre sangre totalmente americana; es una mezcla ítalo francesa americana- aclaró ella animada y se rieron alborozados -¡Diola! ¿Y eso cómo se come?- bromeó burlón y volvieron a reírse -Mi abuelo era italiano que llegó aquí buscando el sueño americano y conoció a mi abuela que era francesa; se casaron y nació mi madre, que se casó con mi padre, que sí era neoyorkino aunque provenía de familia hawaiana- explicó jovial -Menudo lío de parentescos… ¿No podías ser normal como todo el mundo?- se burló entrañable -Soy normal como todo el mundo, no hay nadie en este país que no provenga de familia de emigrantes, nada más ¿acaso tú no tienes algo así? Porque vale que tus abuelos maternos con los que te criaste eran cubanos; pero seguro que si buscas por la paterna, encuentras algo- replicó salerosa -No señorita, yo soy cien por cien cubano ey- expresó con acento cubano y ella rió amena- nací en La Habana aunque tenga nacionalidad americana; de padres cubanos y de abuelos, tanto paternos como maternos, cubanos mi querida señorita…- respondió orgulloso- mis abuelos maternos lograron escapar de allá conmigo con apenas yo cuatro meses y pidieron asilo político aquí pues el régimen Castrista andaba en su busca después de condenar a muerte a mis padres que eran militantes activistas declarados en contra la represión cubana- explicó resuelto, Fran lo miró anonadada -¡Vaya! ¿Cómo es que nunca me hablaras de ello?- expuso atónita, él la miró despreocupado -Sería porque… ¿nunca me preguntaste a lo mejor?- respondió resuelto y ella rió recreada- Tampoco yo sabía nada de ese lío parentesco tuyo- declaró desenfadado -La verdad es que, a pesar de haber estado dos años juntos, nunca se nos dio por hablar de esto- expuso serena -Eso es cierto, es más, yo diría que hablamos bien poco de todo; se nos iban los días en estudiar y follar… y lo de estudiar más bien poco también si no recuerdo mal- comentó socarrón mirándola malicioso, Fran se sonrojó y esquivó incómoda su mirada, él rió divertido -Pues parece una historia interesante, algún día tienes que contármela- cambió animada de tema -¡Sí! ¡Muy interesante! Tanto, que ya te la he contado toda- replicó jocoso y ambos se echaron a reír divertidos -Bueno, tengo que irme ya que prometí ir a visitar a mi madrina- repuso ella entrañable recogiendo el tabaco y el teléfono de sobre la mesa y guardándoselo en el bolso mientras él examinaba su reloj de pulsera -¡Dios, yo también!- se impacientó al ver la hora llamando a la camarera- He quedado y voy a llegar tarde- añadió amable y se sonrieron. Discutieron brevemente sobre quién pagaba y ganó finalmente él con la condición de que al día siguiente pagaba ella. Se despidieron en la puerta del café y se fueron en direcciones opuestas. Fran llegó a su piso y recogió los botes plásticos de su madrina en uno de los muebles de la cocina. Los metió en una bolsa plástica y salió del piso. Camino de casa de sus padrinos se acordó de nuevo de su compañero Ben y aquella congoja le asaltó de nuevo. Se sintió culpable por no haber ido a visitar a su esposa Estela aún en todo aquel tiempo y, sin pensárselo más, cogió una salida de la autopista regresando a la ciudad y se dirigió a casa de su amigo caído. Aparcó su coche cerca de la casa pero, cuando se disponía a salir de él, se quedó sorprendida al ver salir a alguien de la casa; aunque antes de cruzar el umbral se puso rápidamente las gafas de sol y se hundió más la visera ocultando su rostro, ella lo reconoció al instante… ¡¡Era Diego!! Se quedó mirándolo atónita -¿Qué hace este aquí?- musitó intrigada. Diego, nervioso, oteó a su alrededor y ella se ocultó rápida para que no la descubriera. Se despidió de la mujer de Ben con un abrazo muy cariñoso besándola en la frente y se alejó a paso apresurado de la casa- ¿Qué narices está pasando aquí? ¿De qué conoce Diego a Estela? ¿Y es más, a qué viene tanta familiaridad con ella?- exclamó completamente desconcertada sin poder dejar de observarlo hasta que desapareció calle abajo- ¿Por qué no me comentó nada de que conocía a Ben y a qué rayos vinieron aquellas preguntas durante la comida si él también lo conoce como yo?- Se alejó de allí hacia la casa de sus padrinos, iba llena de dudas a las que no le encontraba explicación. Su madrina se alegró muchísimo de verla. Pasaron juntas la tarde, entretenidas charlando de sus cosas y se olvidó de Diego; sobre las diez llegó su padrino que se sorprendió gratamente de verla allí. Se quedó a cenar ante la insistencia de su madrina -Mami, la cena está buenísima- alabó cariñosa a la mujer que sonrió encantada -Todo te parece rico porque no sabes cocinar, hija- comentó ella entrañable- ¿Cuándo me permitirás enseñarte? -Cuando tenga tiempo, mami- se excusó entrañable -¡Sí, ya! ¡Ni que estuvieras tan ocupada mi niña!- repuso divertido su padrino- ¡Di mejor que cuando por fin te interese aprender!- se burló guasón y se rieron recreados -Vale, cuando me venga la inspiración luego madrina- añadió ella graciosa -¿Qué tal tu primer día con el nuevo?- le preguntó entrañable obligándola a recordar a Diego -¡¡Bah!! Bien… normal- respondió moviendo despreocupada sus hombros en un intento de parecer indiferente aunque algo debió hacer mal ya que su padrino la miró prevenido al instante -¿Pasa algo cielo? ¿No estás cómoda con él?- se interesó impaciente -¡No que va padrino! Es muy agradable y es cierto que le conocía, fuimos juntos a la academia y éramos buenos amigos de aquella- comentó animada y su padrino pareció tranquilizarse asintiendo agradado con la cabeza -Me alegro, tenía reticencias a ponerte con él ya que no es fácil retomar tu puesto después de lo que pasó con alguien desconocido a lado pero, si os conocíais, mucho mejor- repuso animado -¿Erais buenos amigos? ¿Y luego quién es, hija? ¿Lo conozco?- preguntó curiosa su madrina, Fran la miró maliciosa mordiéndose el labio inferior; su madrina que la conocía bien se intrigó más, aquel gesto era típico en ella cuando quería decir algo pero no se atrevía, observó a su esposo que estaba entretenido en encenderse un cigarrillo sin prestar atención y la miró de nuevo con mirada insistente -No personalmente pero te hablé de él alguna que otra vez… ¿Te acuerdas de Diego, mami?- comentó serena, ella la miró confundida -¿Diego…? ¿Diego?- estaba intentando recordar -Sí mami: Diego- instó moviendo sus cejas impaciente, de pronto, su madrina puso cara estupefacta y sonrió pícara -¡Diego!- inquirió animada y Fran sonrió abochornada- ¡Vaya! así que tu nuevo compañero es… ese Diego- repuso guasona y se rieron amenas -¿Qué pasa con tanto Diego?- preguntó ya interesado el padrino -Nada- contestó cortante Fran y las dos callaron al instante dejándolo desconcertado, la miró persistente a los ojos y Fran entendió que no se iba a conformar con aquella vana contestación, le sonrió melosa- a nada padrino, de verdad; solo que a mami le hacía mucha gracia cuando le contaba cómo “ese Diego” me ayudaba en las pruebas físicas en las cuales era muy patosa; ya sabes que yo de cabeza muy bien pero referente al ejercicio…- expuso chistosa y él rió divertido dándose por satisfecho con la explicación; su madrina le sonrió cómplice y continuaron con la cena- padrino ¿a qué se debe su traslado a nuestra comisaría?- le preguntó intrigada al cabo de un rato -A nada fuera de lo común, solicité un nuevo miembro debido a la baja de Ben y lo mandaron a él- comentó campechano -¿Viene de la 21 como Ben, no?- dejó caer desinteresada comiéndose un pedacito de tarta de manzana -No cielito; Vázquez viene de la catorce- la corrigió despreocupado -Oh, debí entender mal- repuso descolocada, Diego no le había mentido… ¿entonces…?- Padrino ¿Sabes si Diego conocía a Ben?- inquirió curiosa, su padrino la miró sorprendido -No ¿por qué? ¿Acaso te dijo algo él de que lo conocía?- preguntó desconcertado, ella movió desinteresada los hombros -No que va, la verdad es que ni hablamos de Ben en todo el día- respondió resuelta sin entender muy bien por qué había mentido pero lo prefirió así, su padrino le sonrió entrañable-¿Y por casualidad no te acordarás de por qué fue motivado el traslado de Ben a nuestra comisaría?- preguntó desinteresada. El la miró suspicaz -Pues no, no me acuerdo hija… ¿a qué viene tanta preguntita?- repuso incómodo apagando el cigarrillo en el cenicero -No, por nada- le sonrió animada pero él seguía desconfiado- es que llevo todo el día con Ben en la cabeza y me di cuenta que, quitando que estaba casado y tenía dos hijos, no sabía nada más de él y eso que era muy abierto y entrañable ¿no es extraño?- comentó entristecida- Es increíble lo poco que lo llegué a conocer a pesar de ser el mejor compañero que tuve hasta ahora- añadió apesadumbrada, él le sonrió apesarado y se borró la desconfianza de su rostro -Bueno, pues deja de pensar en cosas tristes ya por hoy- repuso su madrina cariñosa- ¿Quieres más postre, cielo?- le ofreció amorosa -No gracias, mami; ya estoy a reventar- denegó efusiva y se rieron divertidos. Ella y su padrino encendieron unos cigarrillos recostándose en la silla -¡Aghhh, por favor! ¡Ya están las dos chimeneas en funcionamiento!- se quejó disgustada la mujer mientras se levantaba a recoger la mesa, ellos se sonrieron entrañables. -¿Quién lleva la investigación sobre el tiroteo, capi?- preguntó de pronto intentando no parecer ansiosa -¡No te entrometas, Fran!- repuso enojado el padrino -¡No me entrometo, padrino!- contestó irritada- ¡Solo quiero saber quién la lleva, nada más! -No es de tu incumbencia- le cortó fríamente- Dedícate a tu trabajo y deja a los demás hacer el suyo -¡Caray, cuanto misterio!- se burló irónica- Solo quería un nombre: Mike, Charlie… ¡No pido las claves secretas de la Interpol!- pero su padrino no le contestó y ella suspiró derrotada. Le dio una calada profunda al cigarrillo y lo apagó en el cenicero- Solo espero que pongas a los mejores, esto debe aclararse- añadió desafiante y su padrino la miró irritado -Sabes que siempre mis hombres son lo primero Fran- le replicó molesto, ella sonrió dulcemente provocando que su padrino se relajara y también le sonrió tierno -Bueno, me voy ya- comentó serena levantándose de la silla -¿Por qué no te quedas esta noche cielo? Es tarde- le propuso esperanzado su padrino, ella le sonrió cariñosa -No, no es tan tarde y prefiero irme a mi casa- expuso amena aunque fue tajante, él sonrió palmándole dulcemente en la mano -No te pongas a la defensiva ya, solo era una inocente proposición- le habló tierno y ella le sonrió más relajada aunque apartó al instante su mano del contacto de su padrino disimuladamente para apagar su cigarrillo; cada día soportaba menos su contacto y no sabía por qué- ¡Mami, me voy!- gritó a su madrina que estaba en la cocina mientras se levantaba de su silla -¡Espera cielo que ya voy!- le contestó apurada y apareció en el comedor con una bolsa plástica donde volvían a estar los plásticos- Llévate estas cosas para el resto de la semana, amor- le dijo cariñosa entregándole la bolsa -¡No hace falta, mami!- rehusó afectuosa- Sabes que nunca como en casa y el domingo ya regreso- explicó agradada -Nunca entenderé esa manía tuya de comer de cafetería todos los días- farfulló desconcertada y Fran sonrió besándola tierna en la frente- así a todo, tendrás que cenar algo aunque no comas en casa ¿no?- repuso jovial la mujer- y me has adelgazado pequeña ¿estás cuidándote? ¿Te estás tomando tus medicinas? -Sí mami, no te preocupes- habló conforme y recogió la bolsa, la besó amorosa en la mejilla- Me voy ya, el domingo nos vemos- comentó alegre despidiéndose con un breve saludo de mano con su padrino -¡A ver si es verdad!- repuso la mujer esperanzada, se sonrieron amorosas y se fue a su casa. -No sé qué le pasa a esta chiquilla pero cada día está más esquiva conmigo- protestó dolido su padrino así se fue, su esposa lo miró tierna -Que va cielo, ya sabes que nunca fue de muchas carantoñas y mimos- la defendió dulcemente recogiendo el resto de loza de la mesa -Pues a ti no pierde ocasión de besarte a cada instante- reclamó fastidiado, ella le sonrió conmovida y lo besó amorosa en la sien -No me seas celoso Alex, que sabes que te quiere tanto o más que a mí; solo que ya no es una niña cielo y tú eres su jefe, querrá mantener las distancias para no cometer infracciones en público ¿te imaginas que se despiste y te bese cariñosa delante de sus compañeros? Sería un poco fuera de orden ¿no crees?- explicó bromista y se sonrieron tiernos mientras ella regresaba a la cocina. Pero así entró en la cocina, Alex volvió a ponerse serio y su mirada se endureció encendiendo otro cigarrillo. Fran llegara a casa y guardó la comida en el congelador; recogió la botella de vodka, tomó un vaso del mueble y se sentó en el sofá. Se sirvió un buen chorro de vodka y se encendió un cigarrillo. Se recostó contra el respaldo mirando la ciudad y empezó a darle vueltas al líquido en su vaso al tiempo que en su cabeza intentaba ponerle orden a todas aquellas dudas que tenía. Todo le era tan extraño: Diego despidiéndose con tanta familiaridad y cariño de la esposa de Ben, como si la conociera de hacía mucho cuando por sus comentarios durante la comida más bien le pareciera que no conocía a Ben de nada; su tío con esa terquedad y mutismo sobre el caso como si desconfiara de ella; el misterio de la llegada de Ben a comisaría, nunca se comentara el porqué de aquel traslado cuando no había falta de personal ni hubiera ninguna baja… ¡Y el tiroteo! ¡El maldito tiroteo que le costó la vida a Ben! Estaba segura de que les estaban esperando, de eso no tenía ninguna duda: apenas le dieran el alto a aquellos muchachos cuando empezaron a disparar, tenían las armas preparadas; que fuera para eliminar a Ben, estaba claro: aquel disparo preciso en medio y medio de su frente no fuera ninguna “casualidad”… Pero ¿por qué? ¿Por qué solo a Ben? ¿Por qué no a los dos? Lo habían tenido muy fácil… ¿por qué a ella la dejaron con vida? Y sobre todo ¿por qué rayos Ben en vez de cubrirse se lanzara de aquella manera impetuosa encima de ella protegiéndola? ¿Y por qué en vez de coger su arma y defenderse, iba a coger su teléfono? Aquellas dos preguntas sí que la tenían fuera de lugar… Se bebió el vodka de golpe y se sirvió otro vaso. Luego las preguntas de Diego: ¿si tenía algo que esconder? ¡¿Ella?! ¿Qué creía ese idiota que podía estar escondiendo? Pero… ¿Y Ben? ¿Acaso sí tenía algo qué esconder él? ¿Lo habrían eliminado por algo en lo que estaba metido? Sospechando que se avecinaba otra noche de insomnio y que seguiría atormentándose inútilmente con aquellas dudas a las que no tenía respuesta por ahora, decidió aprovechar la noche desfogándose en la sala de tiro. Se volvió a beber el vodka de golpe, recogió el chaquetón que dejara sobre el respaldo del sofá y se fue a comisaría.

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