lunes, 6 de enero de 2014

Al llegar al coche, un muchacho de apenas dieciséis años con una pinta estrafalaria con sus vaqueros caídos, camiseta roída y visera de medio lado, estaba apoyado en el capó del coche de Diego con su monopatín en su mano. Sonrió animado al verlos aproximarse -¡Qué hay mascachapas!- saludó amistoso a Diego mostrándole su nudillo que Diego entrechocó ameno -¿Qué haces tan lejos de tu territorio Cris?- repuso despreocupado Diego -Esperándote para charlar un poquito- respondió desenfadado -¿Cómo diste conmigo?- interrogó curioso, el muchacho rió divertido -Sabes que tengo ojos en toda la ciudad, colega- respondió vanidoso y Diego y Fran sonrieron amenos- Aunque me costó dar contigo… ¿sabes qué últimamente eres más difícil de encontrar que una virgen de quince años? ¡Y mira que eso está difícil colega!- bromeó chistoso y ellos volvieron a reírse divertidos -Estoy liado con un asuntillo- respondió cordial Diego -Ya veo, ya… y muy bonito el “asuntillo” por cierto- musitó mirando descarado de arriba abajo a Fran, Diego le golpeó suavemente el borde de la visera bajándosela y tapándole los ojos, el muchacho rió divertido y ambos sonrieron amenos -¿Y de qué quieres hablar que no pueda esperar Cris? Además, tienes mi teléfono- expuso sereno Diego abriendo el coche y metiendo la bolsa de Andy que llevaba sobre el hombro dentro del coche, el muchacho se enderezó y miró muy serio a Diego -Mira colega, no me fío de vuestros teléfonos y lo sabes, tenéis la puta manía de grabarlo todo…- replicó fastidiado- y lo que vengo a decirte no podía esperar más; ya sé qué no hicimos bien y no debimos meternos así en la casa de ese viejo cascarrabias, pero él se lo buscó por hijo de puta y tocapelotas- habló rotundo mirando muy sobrio a Diego que lo miró fijamente a los ojos -¿De qué estás hablando Cris?- interrogó muy determinante -De la casa que asaltamos mis colegas y yo y que pintarrajeamos hace un par semanas… ¡¡Pero te juro por lo que quieras que se lo merecía el muy capullo con creces!! Estaba tocándonos las pelotas denunciándonos a la bofia a cada momento por todo: si estábamos patinando en el descampado, si estábamos en el parque tomando una birras… el tío se las buscó y nos vengamos- explicó resuelto pero miró muy serio de nuevo a Diego a los ojos- Y desde entonces nos llevan cargando con todo lo que ocurre en el barrio, hasta con las otras dos que asaltaron y ni puta idea de quien lo hizo tío, pero nos resbala… Ahora sí colega ¡eso que nos quieren endiñar el asalto a la casa de Ben y la dulce Estela, chaval…! ¡¡Por ahí no pasamos!! ¡¡Eso es mentira compadre y tú lo sabes!!- repuso dolido, Diego lo miraba fijamente a los ojos -No tenía ni idea de que os lo colgaran a vosotros Cris- declaró apesadumbrado mirándolo compasivo -Tú nos conoces tío y sabes lo que todos queremos a esa mujer en el barrio, nadie se mete con ella ni sus chiquillos ¿vale? ¡¡Nunca, jamás, le haríamos algo a Estela y mucho menos ahora después de lo que le pasó a nuestro colega Ben!! ¡¡Y sabes muy bien que pobre del que intente meterse con ellos!!- aclaró contundente y muy enfadado, Diego y Fran se miraron interesados -¿Qué sabes del asalto Cris?- le preguntó Diego -Nada colega; mira que removimos cielo y tierra para hacerle pagar a ese hijo puta lo que había hecho, pero nadie sabe nada colega… Solo algunos dicen haber visto a un par de tíos merodear la casa de vez en cuando pero nada más. -¿Bofía?- expuso interesado, el muchacho sonrió burlón -¿Cómo no?- expresó mordaz- Aunque querían pasar de incognito, se les olía a kilómetros chaval- miró pícaro a Fran- como la morenita… ¡qué penita de chica, con lo mona que es!- bromeó malicioso volviendo a mirar a Fran de arriba abajo -Céntrate Cris… ¿Tú los viste alguna vez? ¿Podrías describirlos?- le insistió impaciente -No tío, yo nunca los vi; si no sabes que los ventaría y te iría con el chisme… uno de ellos fue el Botas, ya sabes que vive enfrente, pero los vio de lejos y estaba oscuro… ¿Ya sabes qué a la farola de delante la casa de Estela le rompieron la bombilla varias veces, no? ¡¡Y ese viejo capullo también nos echa a nosotros la culpa!! ¡¡Nos echa la culpa de todo tío, así que se las hicimos pagar!!- se volvió a defender -¿Y no podría describir ni una sola cosa de ellos que nos ayudara Cris? -No colega, dice que tampoco les puso mucha atención porque creyó que eran colegas vuestros ya que no era la primera vez que se veía merodear por allí a la bofia aun estando vivo Ben y, después de que lo balearan, también hubo un par de coches que vigilaron la casa en un par de ocasiones… Supuso que eran colegas tuyos que protegían a Estela -¿Un par de coches Cris?- masculló prevenido entrecerrando los ojos mirando inquisitivo al muchacho -Sí; vuestro cantoso Fiat al principio y después un Ford Taurus del 91 negro con cristales tintados y llantas de aleación- replicó desenvuelto -¡¡Dios Cris!! ¿Te fijaste alguna vez en quien conducía el Taurus?- se impacientó esperanzado -Pues no colega, era tan evidente que también era uno de la secreta que ni me molesté- respondió incómodo mirándolo desalentado- lo siento tío…- replicó fastidiado -¡Mierda, esto no nos lleva a ninguna parte tampoco!- exclamó furioso golpeando el capó del coche -Bueno, no hay mal que por bien no venga Diego, ya tenemos algo más- se animó Fran esperanzada, Diego la miró tierno sonriendo conmovido -¿Sabes cuántos Ford Taurus del 91 puede haber en la ciudad cielo?- expuso cariñoso -¡Bueno, ya sé que puede haber algunos, pero algo es algo ¿no?!- él le sonrió enternecido -Cris, hazme un favor colega, sabes que Estela no está, pero vigila la casa; si veis algo sospechoso o volvéis a ver ese coche o a alguien merodear por allí, me avisas de inmediato… a mi móvil, ese está limpio ¿está claro? -Ok, clarísimo- respondió decidido pero lo miró muy seriamente a los ojos de nuevo- Ey Diego ¿Volverá Estelita al centro comunitario cuando se calme un poquito, verdad?- preguntó cariñoso -No lo sé Cris, no tengo ni idea de lo que piensa hacer a partir de ahora chaval- respondió cordial -Bueno… esperemos que sí; se la echa mucho de menos, sobre todo los renacuajos- resolvió esperanzado y palmeó amistoso el hombro de Diego- yo me voy colega, queda aclarado que nosotros no fuimos ni nunca haríamos tal cosa -Eso ya lo sabía Cris, descuida -Vale, y cuida de tu enano ¡tío, cada día está más grandote!- exclamó cariñoso revolviéndole el pelo al pequeño Andy que recostaba la cabeza sobre el hombro de Fran, pero el pequeño ni se inmutó y él curioseó su carita- Se te durmió colega; aunque no me extraña nada, arropadito entre esos… “brazos” hasta yo me dormiría gustoso- comentó malicioso sonriendo pícaro mientras clavaba su mirada en el provocar escote de Fran -Anda, levanta la vista que se te van a caer los ojos- bromeó chistoso palmeándole de nuevo el borde la visera ocultándole otra vez los ojos, los tres rieron divertidos- tienes más labia que años; ve a tomarte el biberón y no olvides lo que te he dicho -Que sabrás tú de lo que yo sé mascachapas, a lo mejor más que tú ¿eh?- respondió chulesco y volvieron a reírse- Y no te preocupes, eso está hecho- se despidieron golpeándose suavemente de nuevo los nudillos y el muchacho se montó hábil en su monopatín -¡Espera Cris!- lo detuvo raudo Diego y el muchacho saltó ágil del monopatín recogiéndolo habilidoso con un pequeño golpecito de su pie en el borde de la tabla- ¿Ben por un casual no te mandaría esconder una estilográfica verdad? -No colega, además hacía semanas que procurábamos no vernos; me avisó de que andaba infiltrado y que no era conveniente que nos vieran juntos, así que yo obedecí… ¿por qué?- contestó resuelto, Diego movió la cabeza desalentado -Por nada, ve con cuidado- lo despidió de nuevo entrechocando sus puños y el muchacho se subió de nuevo a su monopatín -¡¡Dale saludos a tu prima cuando hables con ella y dile que la echamos mucho de menos!!- exclamó cruzando ya el parque y Diego le sonrió alentado despidiéndolo con su mano -¿Quién es?- indagó curiosa Fran -Uno de los muchachos del barrio donde vive Estela y que van al centro comunitario donde ella ayuda voluntariamente; son buenos muchachos y nos tienen ayudado a Ben y a mí como informadores, al estar por las calles se enteran de todo- le explicó ameno recogiendo a Andy de sus brazos y se sonrieron agradados. Lo colocó amoroso en la sillita del coche y lo sujetó con los cinturones, cerró la puerta despacio -¿Y conoce a tu prima?- expresó descolocada y él rió divertido mirándola pícaro -Y tú también- replicó desenfadado, ella frunció confundida el ceño- mi prima es Estela mi dulce petit suisse- explicó resuelto, Fran abrió anonadada sus ojos -¡¿Estela?!- repitió atónita y él volvió a soltar una risotada dichosa; el rostro de Fran cambió al instante y lo miró furiosa- ¡¿Por qué no me lo dijiste antes de ayer y dejaste que hiciera así el ridículo?!- le reclamó furibunda y él volvió a reírse explayad -Porque… ¿no me dejaste hablar a lo mejor?- expresó burlón y ella se mordió incómoda el labio inferior. De pronto, él la besó suavemente en los labios; fue rápido, casi fugaz, pero la encandiló- Muchas gracias por acompañarnos, lo pasamos muy divertido- le agradeció cariñoso -No, muchas gracias a vosotros; me esperaba una tarde de lectura encerrada en casa y así tomé el sol- reconoció ella feliz, se rieron cordiales y él acarició amoroso los labios de Fran con su dedo índice. -Te invitaba a casa y te devoraba hasta el amanecer esa boca que me trae loco toda la tarde… pero sospecho que no andamos solos- le susurró meloso y muy decepcionado, ella sonrió dulcemente aunque también apesadumbrada. Diego se metió en el coche sonriéndole deleitado y se despidieron con la mano mientras él se alejaba. Aquella noche, ella se durmió plácida y aún más ilusionada que la noche anterior... ¡¡Estela era prima de Diego!! Recordaba riéndose abochornada por el ridículo que había hecho al reclamarle aquel gran cariño que demostraba por ella y ahora cobraba sentido. A la mañana siguiente, cuando llegó a la comisaría, iba rutilante y sonriente. -¡Qué buena cara esta mañana, Fran!- objetó su padrino al verla, sonriéndole también- Quien te ve hoy y quien te veía el viernes- añadió malicioso -Es que esta noche dormí de maravilla- comentó jubilosa entrando en los vestuarios. Diego aún no llegara, se cambió tarareando alegre una dulce melodía. Estaba colocándose el cinturón reglamentario cuando llegó él apresurado, se sonrieron deleitados al verse- Te has dormido- canturreó pícara riéndose maliciosa -¡No, que va!- comentó quitándose el jersey raudo- ¡Se durmió Sandy! ¡Esa mujer duerme tan profundo que ni tirando la puerta abajo despierta!- añadió abrumado, ya se cambiaba de pantalones; sonrió deleitada observándolo desnudo, seguía teniendo un cuerpo increíble, un deseo ardiente de acariciar aquel musculoso cuerpo le ardía en las manos -¡Entonces mi chiquitín en algo salió a su mamá!- volvió a bromear chistosa cerrando su taquilla, él la miró dichoso sonriéndole entrañable -¡Vaya, hoy estás de un humor increíble!- afirmó recreado -¡Pues sí… hoy estoy muy feliz!- comentó satisfecha- ¡Ayer dí un paseo increíble con un chico guapísimo…! ¡Creo que me enamoré y todo, así que mira!- repuso vanidosa, Diego sonrió divertido -¿Y puede saberse el nombre de ese chico?- preguntó burlón, ella lo miró pícara, se acercó a él por detrás y posó una de sus manos en su macizo ante brazo mientras con la otra acarició suavemente su fornida espalda desnuda, aplacando así su deseo incontrolable de acariciarlo, a él se le erizó la piel al notar sus suaves manos sobre su cuerpo -Se llama Andy ¿a qué es un nombre precioso?- le susurró melosa al oído cortándole el aliento, él se volvió raudo en un intento de atrapar aquella irresistible y jugosa boca que llevaba deseando desde ayer, pero ella se alejó ágil de él negando con la cabeza- ¡Aquí no!- le murmuró precavida -Me traes loco desde ayer por besarte- murmuró apasionado y se sonrieron alegres mientras ella se alejaba hacia la salida -¡Apúrate o llegarás tarde; y ya sabes cómo se pone capi cuando llegamos tarde!- le apremió saliendo del vestuario. El resopló desarmado y siguió vistiéndose el uniforme -Hoy vosotros os quedáis en comisaría- les indicó el capitán, ellos se miraron extrañados pero no repusieron nada; acabó de transmitir las órdenes y salieron del cuarto de reuniones- Fran quiero hablar contigo- le indicó el capitán dirigiéndose a su despacho, ellos volvieron a cruzar una mirada intrigada y ella lo siguió. -Perdón Alexander- lo interrumpió Diego, él se volvió mirándolo a los ojos- ¿Puedo usar la mesa de Ben? -Sí claro, alguien tendrá que usarla tarde o temprano- respondió despreocupado y siguió su camino. Sentado ya a su mesa, le indicó a Fran que cerraran la puerta -¿Pasa algo capi?- preguntó Fran -Sí- respondió rotundo mirándola muy serio- ¿No tenías que presentarte la semana pasada ante la doctora Reynolds? -¡Oh Dios!- murmuró pesarosa -Sí, oh Dios pero no te has presentado Fran; mandó aviso que si no te presentas de inmediato, revocará tu permiso -Estuve liada y se me olvidó por completo…- explicó desenvuelta -¿Liada en qué Fran?- la interrumpió intrigado mirándola fijamente a los ojos, ella le mantuvo la mirada pero guardó silencio- Porque, hasta dónde yo sé, no te di ningún trabajo que te mantuviera “tan ocupada”- reclamó sarcástico, ella no respondió- Dime Fran ¿en qué me andas tú “tan ocupada” últimamente?- instó sarcástico clavándole duramente aquellos ojos grises

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