domingo, 19 de enero de 2014

Oteó por la ventana y vio cómo Alexander se alejaba en su coche -Adiós desgraciado hijo de puta, ya nos veremos las caras y serás tú quien me las pague a mí capullo- masculló asqueado y se dirigió a buscar una salida de inmediato. Pero al pasar por el tocador, Fran lo miraba desde la fotografía con aquellos ojitos negros tan hermosos y ahora percibió mejor el aire de tristeza que la envolvía en aquella foto, tanto que lo conmovió y no pudo resistirse- te vas a masturbar con la foto de tu puta madre asqueroso de mierda, pero con la de mi Fran, no- repuso guardándosela la foto en el bolsillo interno de su cazadora. La ventana del baño daba al jardín trasero y era de abertura vertical, la más fácil de abrir y cerrar luego por fuera, era la perfecta. Se deslizó por ella atentó a que nadie lo mirara y corrió internándose nuevamente en el bosque. Antes de arrancar el coche llamó a su compañero de la central -García, te mando unas fotografías muy importantes que no pueden esperar; debo saber de inmediato que significan y a que se refieren, es muy urgente- le dijo ansioso arrancando el coche sacándolo de su escondite dirección la carretera general -Está bien jefe, envíalas cuando quieras; estoy preparado- respondió raudo su interlocutor y Diego empezó a enviar las fotografías que sacara de la caja fuerte- Están jefe ¿algo más? -Ahora te envío una grabación que debes clasificar como prueba importante, he logrado pillar una conversación muy jugosa -Estoy esperando- Diego se la envió- ¿Algo más? -Por ahora no, pero necesito saber todo lo que significan esos datos de inmediato… ¡ah, prepáralo todo! vamos a sacar a Fran hoy mismo de en medio de todo esto- resolvió rotundo -Pero… ¡¡Jefe!! ¡¿Hoy?! ¡¡No hay nada preparado…!!- exclamó atónito -¡¡Sí, hoy García!! No, mejor dicho ¡¡Ya!! En cuanto te avise, quiero que la vengáis a recoger a mi casa de inmediato ¿entendido?!!- bramó tajante -Ahora mismo me pongo en ello jefe; con una cosa y la otra- musitó sumiso -Perfecto- colgó y alcanzó la general, conducía rápido y muy atento por si se cruzaba con el coche de Alexander o algún otro conocido que regresara a Miriam a casa. Mientras, su cabeza no cesaba de mandarle flashes de lo que había presenciado y oído hacia unos segundos y su estómago se le estaba removiendo asqueado. Abrió la guantera y tanteó sin quitar la vista de la carretera un paquete de toallitas húmedas con las que limpió metódicamente la fotografía de Fran -Ya estás mi cielo, limpia de babas y hermosa de nuevo- exclamó mirándola enamorado acariciando con su dedo índice el bello rostro de Fran- ¡Joder Diego, céntrate hostia!- se bramó irritado y se volvió a guardar la foto en su bolsillo interno de la cazadora. Intentó centrarse en todo lo que le expusiera Ben: Fran en peligro… Eso le quedara más que claro hacía apenas unos minutos; tenía que alejarla pero no sabía cómo ¡¡Dios, era tan torpemente tozuda!!…- A eso le buscaremos solución más tarde, vamos con lo otro: SesA… SesA…- se repetía inquieto esforzándose en descifrarlo pero no le encontraba lógica alguna; sacó un bloc de su guantera y, sin perder concentración en la carretera, escribió: “SesA”, lo observó detenidamente; seguía sin decirle nada… probó a hacer varios juegos de palabras: “Se-sA” ¿Se es sA; qué Ben? No significaba nada… “S-esA” ¿ese es esa? ¿Esa quién?- ¿Qué coño me querías decir amigo mío? ¡¡Dame una pista por todos los santos!!- murmuró angustiado frotándose enérgico la frente. De pronto, algo en medio de la carretera lo sobresaltó. Con un rápido y experto volantazo lo esquivó hábilmente. Observó nervioso por el espejo retrovisor: solo era la sombra de un arbusto- ¡Joder que susto; solo era una sombra!- expuso más relajado y la luz por fin se encendió en su cabeza- ¡¡Claro, seré imbécil!!- soltó dándose una palmada en la frente y puso un par de puntos entre las letras: “S. es A.” ¡¡No es SesA!! Lo que me escribías era “S” es “A”: Sombra es… ¡¡Alexander!! ¡¡Claro!!- exclamó atónito- ¡¡Santo Dios hermano, lo llegaras a descubrir finalmente amigo mío!!- se angustió y aceleró aún más internándose ya en la ciudad. Al poco rato, aparcaba el coche a solo un par de manzanas de la casa de Fran. La llamó por teléfono -Hola corazón- le respondió amorosa, su voz aún sonaba ronca -Hola cielo ¿estás en casa? -Sí ¿por qué? -Ahora subo, prepara rápidamente una bolsa de ropa para varios días, te vienes conmigo- expuso rotundo -Pero Diego…- no esperó a sus protestas, le colgó y salió del coche dirigiéndose andando a la casa de Fran. Iba tan nervioso y decidido a sacar a Fran de su apartamento cuanto antes que apenas ponía atención en nada. De pura casualidad, se topó de frente con un Ford Taurus negro de cristales tintados aparcado delante de él. -¡Ay la hostia, estás aquí!- exclamó prevenido y se ocultó raudo en el portal que tenía justo al lado. Descubrió a Marti al volante vigilando la casa de Fran- ¡Maldita sea!- exclamó fastidiado, con él allí no podía sacar a Fran. Tenía que alejarlo de allí a como diera lugar… pero ¿cómo? Salió decidido de su escondite y se dirigió resuelto hacia el portal, con un poco de suerte lo atraería… siguió andando pasando de largo la casa de Fran sin detenerse y empezó a dar vueltas por distintas calles. Se paraba a observar despreocupado los escaparates, aunque realmente acechaba a cuanto le rodeaba a través del reflejo del cristal. Al quinto escaparate lo descubrió- ¡Te pillé capullo! Sabía que vendrías tras de mí- repuso satisfecho, entró en el comercio. Era una juguetería, ni se había fijado- ¡Estupendo! si quisiera hacerlo a propósito no me salía mejor- exclamó complacido. Se alejó del escaparate y se ocultó tras una estantería. Llamó por teléfono sin perderlo de vista a través del hueco de los estantes -García ¿cómo va lo que te entregué?- indagó interesado -Joder, tío… ¡Acabas de pasármelo!- se sorprendió su compañero- Pero dos cosas sí puedo decirte ya: la primera, falta comprobar balística, pero el arma de la fotografía es una inconfundible Magnum Python 357 colega, un cacharro hermoso e inusual, casi podría asegurarte ahora mismo y con los ojos cerrados, que es el arma con la que dispararon a James Sullivan- a Diego aquella noticia lo dejó estupefacto -El padre de Fran- musitó atónito -Exacto- remarcó García, Diego quedó pasmado ¿habría sido capaz Alexander de matar al padre de Fran? ¡¿A su gran amigo?! La verdad es que de aquel hombre ya casi nada le asombraba últimamente… ¡¡Claro que podría ser!! ¡¡Tenía unos ojos grises impactantes como los que Fran decía siempre que nunca podría olvidar!! ¡¡Fran estaba realmente en grave peligro!! ¡¡Más del que él ni nadie podría sospechar!!- y lo segundo compañero… vamos a ver Diego… ¿dónde grabaste esa conversación tío?- habló García con malicia desconcertando a Diego -En casa de Alexander ¿por? ¿Se escucha mal? -¡No, qué va! ¡Si se escucha de puta madre!- repuso socarrón- Pero tío, la última parte es la mar de jugosa… ¿Por qué cortaste? ¿Te lo pasaste bien de espectador principal?- y soltó una risotada divertida -¡Mierda joder! Pensé que la apagara a tiempo…- repuso azorado, García no paraba de reír -¡Pues no! ¡Espera que la oigan el resto del equipo, se van a descojonar!- se burló chistoso -¡¡Bórralo García joder!!- exclamó abochornado y su compañero volvió a reírse explayado- Escúchame bien García, no puedo acercarme a la casa de Fran, la están vigilando como sabuesos; pero tenemos que sacarla de ahí inmediatamente -Ok, oído cocina… lo tengo todo dispuesto jefe…- oía teclear el ordenador- ¿qué propones? -Logré alejar a Marti lo suficiente… pero no sé si habrá alguien más… -¡¿Te sigue a ti?! ¿Quieres apoyo o te recogemos en algún sitio?- su voz sonó seria y preocupada -No, aún no; vamos a esperar un poco que lo tengo controlado… lo primero y más importante ahora es sacarla a ella -No te hagas el valiente jefe, también Ben creía tenerlo controlado y mira… -Tranquilo- aclaró más convencido -Por si acaso ¿Dónde estás? -A unas manzanas de la casa de Fran, es… espera- buscaba alguna referencia pues estaba perdido completamente después de tantas vueltas, se fijó en el papel de envolver de la tienda- Estoy en una juguetería llamada “I love the toys” -Per… fecto- expresó resuelto y siguió oyendo teclear el ordenador- estás entre la principal y la trece… ¡Joder tío, está Expósito a pocos metros! Te lo envío como apoyo, un momento... Expósito, el jefe te necesita urgentemente entre la principal y la trece: está atrapado en una juguetería, alguien lo sigue, ok…- le oyó darle las órdenes a través del teléfono a su otro compañero- Jefe, ahí lo va ya; no se te ocurra salir antes de que llegue, no vayas de héroe ¿me oyes? ¿A quién debe controlar? -Ya te lo dije, es el de siempre: Marti… está en el quiosco de enfrente al comercio dónde estoy metido… pero necesito regresar a casa de Fran García- aclaró contundente -Espera, dame un segundo… Expósito, es Marti Stevenson; está en el quiosco de enfrente al jefe, ok… Jefe, listo; ya está en camino… ¡¿Cómo se te ocurre pensar en regresar tío?! ¡¡Tú no puedes!!- recriminó tajante -¡¿Y cómo hacemos García?! No quiero que salga sola porque no sabemos si alguien más la vigila y si no voy yo a por ella… ¡¡no saldrá!! ¡¡No sabes lo terca que puede llegar a ser!!- exclamó abrumado -Pues cómo siempre… la recogerán Archie y Cristín con el coche camuflado mientras tú mantienes al sabueso ocupado -No irá…- musitó acongojado -No será tan torpe de quererte poner en peligro ¿no?- reclamó sobrecogido, Diego se tomó unos segundos de reflexión; ya vio llegar a su compañero que se detuvo a observar el escaparate disimuladamente aunque controlaba más el quiosco de enfrente -Llegó Expósito- anunció por el teléfono -Lo veo… jefe ¿qué?- lo apremió en su decisión, Diego resopló vencido -Está bien, pon el dispositivo en marcha; vamos a sacar a Fran de inmediato de su casa… ¡y borra eso!- cortó y llamó a Fran -Cielo ¿dónde estás? ¿Por qué tardas tanto?- la asaltó así descolgó, estaba muy intranquila -No puedo ir corazón- le contestó pesaroso -¿Pasa algo Diego? ¿Estás bien? ¡Voy a recogerte ¿Dónde estás?!- ahora estaba desesperada -¡Sí hombre!- exclamó guasón pero reaccionó al instante- No pasa nada corazón, te prometo que estoy bien; solo que no puedo subir a buscarte: tienes un doberman en la puerta- la intentó tranquilizar amoroso -¿Pero realmente estás bien, no me engañas? -Que sí cielo, no te pongas pesada; todo está bien y ya no estoy solo, tengo apoyo… ¿tienes preparado eso que te pedí? -Sí, ya tengo todo recogido- respondió diligente -Estupendo; te llamo en cinco minutos ¿vale? -Vale- parecía más serena- Diego… -¿Qué mi vida? -¡No vuelvas a colgarme dejándome con la palabra en la boca ¿me oyes?!- le increpó molesta, él rió divertido -Te quiero gatita, no lo olvides nunca mi amor- le dijo apasionado, le salió desde lo profundo del corazón -Y yo a ti idiota- contestó melosa. Cortó la llamada y volvió a llamar a su compañero en la central -García, no sé cuánto tiempo podré mantenerlo alejado; hay que sacar a Fran de su piso ya ¿está todo? -Sí; el coche llegará en apenas doce minutos… ¿tiene garaje el edificio?- Diego afirmó y lo oyó teclear raudo- estupendo, así será aún más fácil; ya sabes jefe: ella que solo abra el portal y la tendremos fuera antes de que suspire; se la llevarán a la casa de las afueras… por ahora y sin apoyo técnico, no podemos moverla más lejos; lo siento jefe- oía teclear rápidamente en el ordenador -Está bien, pero es muy terca García… que se armen de paciencia, es una fiera y puede que se niegue a ir o arme alguna trifulca así vea dónde la llevan, pero que la controlen aunque tengan que amordazarla ¿entendido?- remarcó tajante, lo oyó reír divertido -Tranquilo, se lo diré a Cristín… Vázquez ¿pareces muy interesado en ella? Recuerda que es ilegal liarse con los protegidos- bromeó burlón -Lo sé García, pero no es lo mismo que el amor de tu vida pase a protección que te acabes enamorando de un protegido- repuso profundamente emocionado -¡Hostias… tío; perdona! Estaba bromeando- se acobardó avergonzado- No te preocupes, la cuidaremos… pero ¿sabes que si se enteran arriba te retirarán del caso, verdad?- Diego no contestó- Ya casi están jefe, cinco minutos… -Ahora la aviso… ¡Ey, García! -Dime jefe -Quiero vigilancia a mi hijo y a Sandy también -El peque sabes que la tiene desde que estás infiltrado, Gladys no se separa de él, cómo siempre -Vale, pues refuérzala más aún y ponérsela a Sandy; Alexander es perro viejo y por lo que estamos descubriendo, muy peligroso y sin escrúpulos… ahora mismo aviso a Fran para que os espere ya en el garaje -Cuatro minutos- remarcó García y se cortó la llamada, agarró el primer coche de carreras del estante que tenía delante y lo pagó en caja; salió de la tienda y caminó dando un paseo rodeando la casa de Fran; debía mantener a Marti lejos, pero tampoco mucho o sospecharía...

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