miércoles, 29 de enero de 2014

Regresaban abrazados por las cinturas, riendo felices; esquivando los coches que regresaban a la central llevándose a los detenidos. La parte superior de la comisaría también había sido asaltada al mismo tiempo. -¡¡Edwards, aquí rápido!!- reclamó autoritario Diego al llegar junto a su coche donde les esperaba otro compañero que les sonreía dichoso. Era muy jovencito por lo que pudo apreciar Fran y, con sus rastas y sus piercings, no parecía para nada policía -¿Estás herido?- le preguntó el muchacho preocupado intentando examinarle la herida del hombro -No, esto no es nada García, apenas un leve roce; es para Fran, vuelve a tener fiebre alta- aclaró sereno -¡¡No Diego, estoy bien!!- expuso ella fastidiada, el compañero de Diego reía divertido -Terca como alguien que yo me sé- repuso guasón y Diego sonrió ameno- Realmente al final te salvó el culo ¿eh jefe?- bromeó con Diego palmeándole suavemente el hombro sano -Muy gracioso García- repuso sarcástico -¡¡Vázquez!!- le llamó otro compañero mostrándole un teléfono- ¡¡Castro al teléfono, está con tu hijo!!- Diego besó los labios de Fran y corrió al teléfono. Fran lo observaba dichosa y enamorada -Estaba preocupado inútilmente- repuso indignado García, Fran lo miró intrigada- Sabe de sobra que nunca permitiríamos que se acercaran a su hijo y menos Gladys, esa mujer lo da todo en su trabajo y, además, quiere a ese enano con locura -Pero la sangre tira demasiado- contestó amorosa -Debe ser… yo como aún no tengo hijos no siento eso- comentó conmovido y se sonrieron entrañables- ¡Así que tú eres la famosa Fran ¿eh?! ¡El dolor de cabeza del teniente! - repuso de pronto divertido, ella lo miró intrigada- El teniente se desesperaba porque Vázquez no te sacaba de aquí de una vez y él ya no sabía como sacárselo de encima- comentaba divertido- ¡Hasta llegó a decirle que, probablemente, le salvarías el culo!- bromeó entrañable y se rieron recreados- Me acojoné cuándo te oí salir a descubierto ¿cómo se te ocurre hacer tal cosa?- añadió ahora preocupado -¡¿Eres el del teléfono?!- se sorprendió agradada y él asintió- La estúpida de Clarisse estaba a punto de descubrir a Archie y sabía que a mí no me iban a hacer nada pero a él…- resolvió despreocupada, se sonrieron amenos. -Entonces, le salvaste el culo a dos de mis compañeros, podrías venirte al equipo- propuso complacido y ella se rió divertida. Diego regresaba feliz y más calmado -Sube cielo, pasaremos por junto Sandy para que te examine y nos vamos a recogerlo- dijo entusiasmado abriendo la puerta del coche -Y a ti- expuso cariñosa ella y se sonrieron tiernos, pero antes de entrar, Diego miró inquieto a García -¿Qué sabes de los que te encargué esta mañana?- el muchacho abrió sus ojos mirándolo atónito -¡¿Pero qué coño os creéis todos vosotros?! ¡¿Qué nuestro trabajo es como el vuestro que con entrar a tiros ya está arreglado?! ¡¡Eso lleva su tiempo jefe, y apenas hace unas horas que conseguimos la muestra!!- exclamó ofendido, Diego sonrió ameno- Amigo mío, ese trabajito lleva horas, días… ¡¡tal vez semanas, tío!! No es abrir un mueble y ahí lo tienes; hay que encontrar cual es entre cientos, no ¡¡miles de sustancias!!- explicó desquiciado -¡Anda ya! Sabes que soy muy cinéfilo y tengo visto que metéis la muestra en una maquinita y ya sale todo- expresó resuelto metiéndose en el coche- ¡Así que os doy hasta mañana, espabílalos!- resolvió despreocupado poniendo en marcha su vehículo -¡Y muy inocente además de fantasioso!- exclamó fastidiado el muchacho y Diego volvió a reírse- Ve tú a decirle a esos mandamases de arriba que nos compren esos apartitos ¡¡Anda ¿a ver qué te responden?! -Mañana García, los quiero mañana- remarcó rotundo ya poniendo en movimiento su coche -¡¡Diego espera!! ¡¡Tengo algo que deciros de la prueba de ayer!!- les intentó detener el doctor Edwards pero la mirada inquieta que Fran le dedicó lo dejó desconcertado -¿Fran está bien verdad?- se interesó al instante, Edwards asintió con la cabeza- ¿Y eso es muy, muy importante Doc? ¿Algo que no puede esperar?- interrogó preocupado Diego, el doctor negó con la cabeza- ¡¡Pues hablamos luego, ahora necesito ver a mi hijo!!- aclaró desenvuelto y guío el coche a la salida del aparcamiento. -¿Qué pasa doc? ¿Acaso Fran tiene algo más que una gripe?- se interesó Cristín acercándose al médico, también lo hicieron Archie y García; el doctor seguía mirándose fijamente a los ojos con Fran mientras se alejaba -No… ella está bien- contestó impresionado, ellos lo miraron intrigados- solo que está embarazada de cinco semanas y, por la mirada fulminante que Fran me lanzó, ella ya lo sabe y estuve a punto de meter la pata- sus compañeros se alegraron inmensamente de la noticia. -Tengo que ir a hablar con mi madrina y explicárselo todo- comentó entristecida ya de camino al hospital, Diego la miró dolido y le apretó cariñoso la mano -Lo sé cielo, e iré contigo- respondió amoroso- Tengo que mostraros algo que descubrí en la casa antes de que lleguen a precintarla. Llegaron al hospital y Sandy se aterrorizó al ver Diego. -¡Santo Dios, Diego! ¡¿Qué te ha pasado?! ¿Te encuentras bien?- exclamó compungida al verlo tan maltrecho -Esto no es nada, no te preocupes, unos moratones, un rasguño y poco más; revisa mejor a Fran que tiene mucha fiebre- le indicó preocupado, ella les sonrió enternecida -Os atenderé a los dos, no te inquietes tanto hombre- repuso cariñosa guiándolos a un box. Sentados en la camilla uno junto al otro mientras Sandy le atendía el hombro y cosía la brecha de la mejilla de Diego al tiempo que una enfermera le extraía sangre y se ocupaba de Fran, Diego no soltaba la mano de Fran que se la besaba tierno repetidamente y se miraban amorosos sonriéndose dulcemente; no se quitaban los ojos de encima y brillaban de una manera especial al observarse. Sandy descubrió lo que era el verdadero amor, y era lo que había entre ellos, no cabía lugar a dudas. No pudo evitar sonreír cariñosa aunque sentía todo el peso de la derrota sobre su corazón reconociendo su definitiva pérdida de Diego. Aquello tan intenso entre ellos nunca se rompería, era algo superior y muy especial. -Esto está- dijo finalmente cortando el hilo, examinó el labio de Diego -Eso no es nada Sandy; examina tú a Fran para que me quede más tranquilo, anda- le comentó cariñoso acariciándole dulcemente la mejilla con el revés de su mano, ella sonrió agradada por aquel tierno gesto de cariño de su parte -Ya la estoy atendiendo también Diego ¿o no lo ves? Tengo que esperar a que el termómetro le tome la temperatura; tranquilízate y déjame hacer mi trabajo ¿vale?- expuso cariñosa y siguió limpiándole el labio. Luego pasó al roce de bala en la mejilla, limpiándoselo también- ¡Dios, que cerca estuvo esta de volarte la cabeza!- expresó angustiada- ¡No entenderé nunca vuestra forma de vivir! -Muy cerca… pero no lo suficiente- bromeó Diego, le sujetó la mano cariñoso y la apartó suavemente- ¡Ya está todo bien Sandy, gracias!- repuso, sonó el pitido del termómetro y se lo retiró de la axila a Fran examinándolo -Tienes fiebre sí, pero no es tan alta como este atolondrado dice- explicó cariñosa y se sonrieron los tres- tómate esto cielo, pronto te encontrarás mejor- le indicó entregándole unas grageas que Fran se las tragó sin agua -Pues sí todo está bien, nos vamos- aclaró Diego levantándose de la camilla sonriéndole agradecido -¡Debo hacerte unas placas Diego!- exclamó inquieta cuando él ya se colocaba de nuevo la camiseta -Aquí no hay nada roto, tranquila; solo son moratones… Me voy a recoger a Andy y me lo llevo conmigo -De acuerdo- respondió ella tranquila quitándose los guantes sonriéndoles cariñosa- ¿Me lo llevarás esta noche? -No sé, te aviso ¿vale?- la besó dulcemente en la mejilla -Si te encuentras mal llámame o tú Diego, a cualquier hora ¿de acuerdo?- le dijo amistosa a Fran entregándole una tarjeta con su número, ella le sonrió amistosa- si en las pruebas que te realicé saliera algo anormal, te llamo -Vale, gracias- respondió agradecida Fran -Te quiero mucho rubita- le dijo cariñoso Diego a Sandy besándola de nuevo en la mejilla y salieron del hospital tomados enamorados de la mano camino de la guardería. Ella se acariciaba con ternura la mejilla donde Diego la besara mientras los observaba entristecida alejarse haciéndose mimos y carantoñas -Y yo a ti… y nunca sabrás cuanto- susurró apasionada Diego se abrazó desesperado a su hijo en cuanto la cuidadora se lo trajo -No sé de que te preocupaste Vázquez, si algo ocurriera te hubieras enterado el primero- Fran comprendió que era la infiltrada -No te paras a pensar cuando te amenazan con tu familia Gladys- repuso angustiado, ellas se sonrieron entrañables -¡Ainss, pupa, papi!- exclamó afligido Andy al verle la cara a su padre sin atreverse a tocársela -Estoy hecho una mierda ¿verdad campeón?- repuso divertido -Una mierda- repitió el niño rotundo, Diego lo abrazó fuertemente besándolo en la mejilla; se rieron felices los cuatro. Llegaron a casa de la madrina de Fran, le explicaron lo ocurrido, despacio, intentando ser lo más cautelosos posible. La mujer, desesperada y angustiada, no podía creerles. Estaba aturdida, desolada; no reaccionaba. No podía creer que su esposo, aquel hombre cariñoso y maravilloso con ella, fuera todo lo que le estaban contando. Aparecieron dos coches negros y se bajaron cuatro hombres con enormes maletines metálicos que se acercaron a la casa -Ya están aquí, Miriam- comentó sereno Diego, les abrió y entraron en la sala -Tenemos que registrar y precintar la casa, Vázquez- le dijo uno dócilmente -Lo sé- repuso tranquilo -¡¿Cómo precintar mi casa?! ¡¿Por qué?!- repuso horrorizada Miriam -Miriam…- Diego le hablaba dulcemente, le tomó cariñoso de la mano y la levantó suavemente- Tienen que registrarla a fondo… venga, quiero mostrarle algo- la guió hasta al cuarto. Les mostró lo que había descubierto tras el armario. Ellas estaban impresionadas- ¿Sabía algo de esto Miriam?- le preguntó Diego, ella negaba rotunda con la cabeza -¿Y tú cómo lo descubriste?- preguntó intrigada Fran -Es mi trabajo, amor- comentó esquivo- Ahora tendrán que investigar el resto de la casa por si hubiera más escondites o más información ¿comprende, Miriam?- ella asintió- Pues recoja ropa, se irá con Fran una temporada- la besó amoroso en la frente y salió del cuarto -¡Diego!- lo llamó Fran, él se volvió y se miraron a los ojos- ¿qué hay dentro? -Ya lo sabrás, curiosa, ahora no se puede tocar nada- contestó amoroso y se volvió; pero retrocedió y la miró fijo y seriamente a los ojos- ¡No se puede tocar a nada ¿me oyes?! ¡¡A nada!!- exclamó tajante -¡¡Ya pesado!! ¡¡Lo sé!!- repuso ella molesta -¡¡Sí ya… ni que no te conociera!!- se burló entrañable, la besó suavemente en los labios y se fue en busca de Andy que se quedara en la sala. Diego charlaba con aquellos dos hombres cuando regresaron Miriam y Fran con una pequeña maleta y un neceser a juego- ¿Está lista? ¿Podemos irnos ya?- le preguntó cariñoso recogiéndole amable el neceser y la maleta a Fran -Sí hijo, recojo mis medicinas y nos vamos…- indicó la buena mujer caminando ya hacia la cocina -¡¡No!!- gritó de pronto deteniéndola y sobresaltando a todos que lo miraban atónitos- Esas medicinas no Miriam ¿no tiene la receta? Mejor recogeremos otras nuevas en una farmacia de camino a casa- expuso más sosegado aunque todos seguían mirándolo desconcertados -Sí… claro…- balbuceó aturdida la anciana -¿Qué pasa Diego?- interrogó alertada Fran mirándolo inquieta a los ojos, él sonrió dulcemente -Nada cielo, solo que no se puede tocar nada de la casa, ya te lo he dicho- resolvió despreocupado pero ella lo miraba insistente- A nada es a nada Fran; venga, recoge tú a Andy, Miriam las recetas y vámonos que estos hombres deben empezar a trabajar cuanto antes- repuso animoso sacando las maletas hacia su coche aunque regresó a hablar con ellos mientras Miriam entraba en el todo terreno y Fran aseguraba a Andy a su sillita sin perder de vista a Diego. Hablaba muy serio con aquellos hombres que asentían también muy serios y concentrados con la cabeza. -No te preocupes Vázquez, nosotros se los haremos llegar a científica de inmediato- comentó servicial uno de ellos. Apenas llegados a casa de Fran, se despidió de ellas en la sala; Fran no podía dejar sola a su madrina en aquellos momentos y él tenía que atender a Andy. Se besaron apasionados, entregando todo el amor que sentían. Ninguno deseaba separase pero tenía que hacerlo -Debo irme cielo, Andy aún tiene que bañarse, cenar e irse a la cama- le susurró meloso sobre los labios sin dejar de besarlos deleitados -Vale- musitó ella sin dejar de rodearle el cuello con sus brazos como él tampoco hacía con los suyos alrededor de su cintura atrapándola contra su cuerpo, volvieron a entregarse a otro beso sabroso y apasionado oprimiéndose el uno al cuerpo del otro con deseo -Bueno, ahora sí me voy- repuso de nuevo sin poder soltar aquella deliciosa boca que lo embriagaba -¿Estás seguro?- bromeó Fran, él rió divertido -Sí, mi dulce petit suisse; o ya no podré hacerlo mi gatita melosa- repuso besándola tierno en la punta de su respingona nariz y al fin soltó su cintura- vamos campeón, debemos irnos a casa- le habló desenvuelto al niño que jugaba con Miriam en el sofá, el pequeño corrió a sus brazos y él lo recogió con precisión y lo elevó sobre su cabeza antes de sentarlo sobre su antebrazo provocándole una carcajada feliz al pequeño- Hasta mañana Miriam -Hasta mañana hijo, y tráelo pronto de nuevo; es un encanto de pequeñín- lo despidió la anciana desde el sofá, se sonrieron encantados y Fran los acompañó hasta el rellano- Te veo mañana cielo- le dijo amoroso acariciando tierno la mejilla de Fran ya ante el ascensor, se percibía a las claras que no deseaba irse; Fran sonrió deleitada- te traeré lo que dejaste en la casa -¿Vendrás a comer con nosotras?- le propuso esperanzada -No mi ángel, mañana tendré un montón de trabajo debido a lo de hoy y seguro estaré liado hasta la noche- expuso desalentado, ella le sonrió comprensiva -Vale, te estaré esperando ansiosa de igual forma- contestó deseosa, se volvieron a besar nuevamente deleitados y la llegada del ascensor los interrumpió- chao Andy, cuida de papi- besó tierna la mejilla del pequeño que le sonrió alegre

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