sábado, 4 de enero de 2014

-Tenemos que espabilarnos o acabarán encontrándolo antes que nosotros- comentó preocupado mirando el papel- Mira, es un código muy fácil y muy viejo pero poca gente cae en ello…- comentó y ella se acercó más a él quedando hombro con hombro- se utilizan números en vez de letras ¿ves? la A es el 1, la B el 2, y así sucesivamente; también así nos escribíamos los mensajes de teléfono- aclaró resuelto y la miró a los ojos sonriéndole ameno; ella sintió unos deseos tremendos de besarlo, estaba tan provocadoramente cerca- A ver, dice: “Diego, la clave en Willy. Fran en peligro. Diles que les quiero. SesA”… Otra vez esa incongruencia ¡¿qué rayos es SESA?!- expuso fastidiado y se miraron extrañados -¿No pone nada más?- inquirió confundida Fran -No, solo pone eso… Se ve que lo escribió muy nervioso y apurado porque apenas explica nada… puede que sea hasta del mismo día que ocurrió todo- comentó intrigado -Diles que les quiero… ¿sabría entonces que iba a pasar algo ese día?- preguntó nerviosa -No lo sé, franchute…- expresó pasándose impaciente la mano por la cabeza -¡Tute!- dijo el niño divertido mirando a Fran y señalándola con su dedito -¡No, tú también no corazón!- bromeó desolada y Diego rió explayado- Fran, soy Fran, repítelo cielo: Fran- le insistió al niño pero no dijo nada y continuó jugando golpeando el coche contra la mesa de café sonriendo alegre -Nos dijo que creía que lo seguían pero nada de que sospechara que estaba en peligro…- comentó desolado -Si os lo dijera ¿qué hubierais hecho?- preguntó Fran, él la miró sorprendido -¡¡Sacarlo inmediatamente de allí!!- contestó tajante, ella sonrió tristemente moviendo la cabeza confirmando su sospecha, él suspiró profundamente y volvió la mirada al papel- ¡Claro, como pude ser tan idiota!- expuso de pronto y Fran lo miró confundida- ¡¡Eres tú la que estás en peligro!! De ahí su mensaje la noche anterior al asesinato, y yo creyéndome que se refería a Estela- Ambos se miraron intrigados. Un grifo se abrió al fondo del pasillo- ¡¡No, no, no…!! ¡¡Otra vez no!!- exclamó acelerado saltando ágil por encima del reposa brazos del sofá sobresaltándola- ¡¡Andy, deja el agua inmediatamente!!- decía mientras corría hacia el baño pero ya era tarde, el niño estaba jugando con el agua del bidé y estaba ya empapado- ¡¡Es el tercer pijama en esta noche, diablo de niño!!- le regañó cariñoso cerrando el grifo mono mando y recogiéndolo en brazos. Fran reía divertida en la puerta del baño y el niño también le reía a ella- ¡¡Puedes reírte, enano; con lo mono que eras cuando aún no andabas!!- lo llevó a una habitación amueblada con un sinfonier, una cuna y un cambiador todo blanco; las paredes pintadas de azul celeste. -¿No acabarías antes cerrando la puerta del baño?- bromeó burlona Fran aun riéndose entretenida -¡Mira que lista es nuestro petit suisse cielito! ¡¿Cómo no se nos habría ocurrido antes esa idea mi chiquitín?!- se burló chistoso hacia su hijo, ella le echó la lengua en un gesto desdeñoso, al instante Andy también la imitó- ¡Eso, enséñale más malos gestos para que después la tenga otra vez con su madre!- protestó riéndose encandilado con el burlón gesto de su pequeño que aún le ponía una carita más dulce y pícara de lo que ya tenía- ¿No es para comérselo?- dijo apasionado y lo besó arrebatado en la mejilla sin poder contenerse, Fran sonrió enternecida- La puerta está rota y no cierra franchute, aún no tuve tiempo de arreglarla- explicó sacando un nuevo pijama del sinfonier; colocó al niño sobre el cambiador y comenzó a desabrocharle el pijama. En algún lugar de la casa, sonó un teléfono -¡Mami!- chilló entusiasmado el pequeño al oírlo palmeando sus manitas -No es mami, no, listillo- le respondía divertido Diego- ¿Respondes tú, por favor? Es el de la cocina- le pidió amable a Fran -No, mejor responde tú… Yo me ocupo de él- le contestó temerosa de que fuera su esposa y se aproximó al niño, el pequeño se emocionó al verla acercarse y pateaba entusiasmado- ¿Eres tan rebelde cómo dice tu papi? ¿Sí? Y te ríes de él por encima, pobrecito ¿no te da pena papi?- quedaba hablándole muy tierna mientras Diego iba a contestar sonriendo entrañable escuchándola Cuando regresó, Fran lo tenía en brazos ya mudado y le hacía cosquillas en su barriguita, el niño reía a carcajadas feliz. A Diego una radiante sonrisa le dibujó los labios y se quedó mirándolos entrañable apoyado en el quicio de la puerta con los brazos cruzados sobre su pecho ¡Cuánto había amado a aquella mujer y cuanto había soñado con aquella imagen que ahora tenía frente a él! Algo se le removió por dentro y deseó abrazarlos a los dos y besarla nuevamente… pero esta vez estando despierta, y no dormida como ocurriera en el hospital… Besarla cómo en el aparcamiento de la comisaría, sentirla tan cerca nuevamente… Se recompuso de su anhelante deseo y se acercó a ellos -¡Sabes qué te queda bien, franchute!- bromeó divertido recogiendo al pequeño de sus brazos, el niño se entusiasmó nuevamente y comenzó a patear nervioso mientras Diego lo sostenía en el aire sobre su cabeza, reían los dos divertidos -¡Esta belleza le queda bien a cualquiera!- contestó ella apasionada -¡¡Uau, lo que te dijo esta chica guapa!! ¡Que suerte tienes bandido!- le decía bromista al niño que seguía riendo sujeto sobre la cabeza de su padre- ¡A la cama bribón!- comentó radiante y el niño empezó a mover enérgico la cabeza negando insistente- ¡Siií, claro que sí!- remarcó Diego amoroso moviendo la suya afirmativamente; lo descendió y lo besó en la mejilla sonoramente- Anda dale un besito a Fran de buenas noches- se lo aproximó a su mejilla y el pequeño le entregó un beso en la cara a Fran tranquilamente, ella sonrió encantada mientras Diego lo dejaba en la cuna, pero el pequeño pateaba juguetón destapándose al tiempo que su padre intentaba cubrirlo- ¿Quieres estarte quieto, diablillo?- le decía divertido y el niño reía dichoso -A mami- repuso ilusionado el pequeño soltando besitos al aire -Mami no está, mañana se lo das- le contestó entrañable -¡¡Festa!!- exclamó entusiasmado y riendo alegre enseñando nuevamente sus dientecillos -Sí, hoy fue de fiesta… ¡A dormirse ya!- lo cubrió finalmente y lo volvió a besar en la mejilla. El niño miró a Fran, le sonrió y movió su manita diciéndole adiós -Adiós, hasta mañana- le contestó amorosa imitándole el movimiento -A dormirse pronto campeón ¿me oyes? Y ni se te ocurra bajarte de la cuna, papi va a trabajar- le habló cariñoso Diego apagando la luz del cuarto saliendo tras Fran y apagó también la del pasillo -¡¿Lo dejas a oscuras?!- se atemorizó ella, él sonrió divertido -¡Es hijo mío franchute! ¡No le tiene miedo a nada!- declaró encantado y orgulloso, se rieron entrañables volviendo a la sala- ¿Otro café? -De acuerdo- aceptó sentándose en el sofá, él volvió en seguida con otros dos cafés y le entregó el de ella sentándose a su lado -Era Estela- comentó, a Fran le dio un vuelco el corazón- que no encontró nada en el peluche de Willy ¿le hablaste tú de lo de tu padre? -Sí, le pedí que los revisara por si acaso- comentó desilusionada -Pues una lástima que no se le ocurriera a él esa idea- repuso apenado, suspiró hondamente y se acomodó en el sofá posando los pies sobre la mesita -¡Saca los pies de ahí, por favor!- le regañó fastidiada, él rió divertido -¡Esta es mi casa franchute y los pongo donde me apetece!- se burló guasón y se sonrieron amenos- ¡Ponlos tú también, verás que cómodo!- la invitó entrañable -¡¡No!!- negó rotunda- ¡Ni tú tampoco deberías! Andy pasa las manos por ella y luego las lleva a la boca, a saber lo que habrás pisado en la calle… ¡Por lo menos descálzate caray!- comentó serena y él rió encantador -¡Dios, dos minutos con él y ya te sale la vena maternal!- se burló amoroso bajando los pies de la mesa -Será el instinto femenino- repuso dulcemente -¡Ten cuidado petit suisse!- avisó burlón- ¡De ahí a la llamada del reloj biológico hay un paso!- bromeó guasón -¡Que gracioso eres a veces!- comentó picajosa y se rieron entrañables- ¿Le has preguntado si por casualidad lo podría tener Willy? -¿El pen drive? No, no se me ocurrió; pero si lo tuviera, él ya se lo habría dado después de lo que pasó; Ben los tiene muy bien instruidos por si pasaba cualquier cosa…- expuso apagado y se sonrieron conmovidos -Bueno; entonces me voy a casa ya que no podemos hacer nada más por hoy- expuso acabando su café, él la miró a los ojos -¿No vas a contarme antes de irte que rayos te pasaba ayer conmigo?- interrogó curioso mirándola insistente, ella iba a hablar pero él la interrumpió- y no me vengas con un nada ni que dormiste mal porque no cuela… cuando no duermes te pones mustia y muy apagadita, no con un genio de mil demonios- explicó decidido, ella suspiró profundamente -No era contigo ni tiene importancia- expuso calmadamente esquivando su mirada -¡Aahh!- exclamó irónico arrastrando las letras- pues no fue eso lo que me dijiste a las puertas de la comisaria…- dijo sarcástico bebiendo de su taza de café, Fran lo miró intrigada- según palabras textuales tuyas, muy dulces por cierto, dijiste: el único problema que tengo eres tú, estúpido capullo…- repitió mirándola desafiante, ella sonrió divertida -Era para que me dejaras en paz, nada más- expresó despreocupada, Diego movió muy despacio la cabeza asintiendo -Ya… por eso huiste como alma que lleva el diablo cuando rocé sin querer tu mano…- murmuró apagadamente; ella lo miró avergonzada; creía que no se había dado cuenta…- Fran…- nombró muy serio mirándola fijamente a los ojos, ella se inquietó por su mirada profunda clavada en sus pupilas- lo que tenemos entre manos no es ningún juego, es gente real que dispara balas de verdad y asesina despiadadamente a quien se interponga en su camino, estamos en grave peligro: tú y yo… ¿lo sabes verdad?- habló rotundo, ella asintió con la cabeza- debemos estar muy unidos y centrados en cada paso que damos, yo solo te tengo ti, y tú solo me tienes a mí; no debes confiar en nadie más por tu bien y el mio Fran…- siguió exponiendo muy preocupado, ella apretó mortificada los labios- si tienes algún problema conmigo es mejor aclararlo cuanto antes, no puedo estar centrado en el trabajo y preocupándome a la vez por si te molesto en algo que digo o hago… Y si lo que te molesta es mi presencia, pues… buscaré a otro para que ocupe mi lugar… no hay problema…- añadió abatido bajando su mirada al suelo -¡¡No!!- exclamó ella rotunda y posó dulcemente su mano en la mejilla de Diego obligándolo a mirarle- No Diego, no me molesta tu presencia; al contrario, solo me sentiría segura contigo a mi lado… con nadie más- aclaró sincera, él la miró interrogante a los ojos y también acarició tierno la mejilla de Fran -¿Entonces mi dulce petit suisse? ¿Qué te pasa conmigo?- reclamó examinando insistente sus ojos en busca de respuestas -Pasa que… yo… es que tú…- balbuceó inquieta, no podía explicarle que aún lo amaba con todo su ser, que se moría por besarlo a cada instante, que el roce de su mano le provocaba arder la piel… él seguía mirándola impaciente esperando su respuesta, acarició su mejilla animándola a hablar provocándole aún más excitación en ella y su respiración se empezó a acelerar -¿Tú qué Fran?- instó meloso pasando suavemente su mano a su nuca siguiendo con aquella tierna caricia, Fran no podía soportarlo más, todo su ser se aceleró tremendamente… -¡¡Oh Dios Diego!! ¡¡No puedo más!!- exclamó sulfurada y se abalanzó sobre él atrapando al fin aquellos deliciosos labios que ardía en deseos de saborear nuevamente. Su reacción fue inmediata, la rodeó al instante con sus brazos y la oprimió por su nuca contra su boca devorándola ansioso también. Se besaban ardientes y anhelosos por saciar todo aquel deseo que llevaba consumiéndolos desde hacía tanto tiempo por dentro. Diego la fue recostando en el sofá hasta colocarla debajo suyo al tiempo que Fran buscaba ambiciosa bajo su camiseta el roce de su piel desnuda en sus manos, así él sintió sus cálidas manos rozándole la espalda, se la quitó en un movimiento raudo sin apenas soltar aquella deliciosa boca que no podía dejar de saborear ambicioso -No tienes ni idea de cuánto llevo deseándote también mi dulce petit suisse- expuso ardiente recorriendo con sus labios el fino y suave cuello de Fran -Diego… piensa en Andy… puede bajarse de la cuna y…- musitó ella aunque no podía tampoco detenerse y recorría ansiosa con su mano aquel fornido pecho calmando sus tremendos deseos desde el día anterior por sentirlo -Ese así se duerme no lo despierta ni un obús- respondió retirándole presuroso el jersey de Fran quedando al descubierto sus pechos desnudos- ¡Ay Dios, como deseaba saborear estos pechitos tuyos gatita!- exclamó complacido al verlos y se abalanzó sobre ellos devorándolos ansioso- tan redonditos, tan perfectos…- musitaba ardiente mientras ella reía alegre acariciándole provocadora su nuca guiándolos sobre ellos. Diego fue recorriéndole su escote subiendo a su cuello y mordisqueó hábil el lóbulo de su oreja provocando en Fran un gemido de inmenso placer que los aceleró aún más, atrapó afanoso su boca nuevamente al tiempo que ambos se deshacían presurosos de sus respectivos vaqueros. Diego mordisqueó juguetón y excitantemente el labio inferior de la boca de Fran que la entreabría ambiciosa de atraparla mientras sonreía divertida, él también sonreía deleitado observando su ansía- no tienes ni idea de cuánto te deseo mi dulce petit suisse- le murmuró meloso sobre sus labios y la penetró sin más preámbulos, implacable y con todo su furia, provocando en ambos un gemido complacido que les salió de lo más profundo de sus almas. Fran lo sujetó por la nuca y atrapó con fiereza aquella boca que no se saciaba de saborear. Fue un acto rabioso, desatados se movían frenéticos buscando alcanzar aquel máximo placer que tanto ansiaban mientras se besaban ambiciosamente feroces. Diego la embestía una y otra vez con furor mientras ella, con sus manos en sus glúteos, lo empujaba con ímpetu aún más a sus adentros hasta que por fin lograron desatar aquella inmensidad que les saturaba las entrañas explosionando con furia recorriéndoles cada recodo de sus cuerpos inundándolos de tremendo placer que les hizo gemir arrebatados de complacencia. Sonriéndose satisfechos y llenos de goce, Diego se recostó a su lado y ella se amoldó mimosa contra su maravilloso cuerpo al tiempo que él la rodea amoroso entre sus brazos besándola apasionado en la sien- sigues siendo una gatita arrebatada ¿sabías?… mi gatita salvaje- remarcó deleitado y ella rió recreada besándolo amorosa en los labios -Tengo que irme ya Diego, se hace muy tarde y no sabemos si nos vigilan- musitó melosa besándolo nuevamente en los labios, Diego suspiró profundamente abatido y ella lo besó de nuevo en los labios antes de empezar a vestirse despacio bajo la atenta mirada de Diego que la observaba embelesado. La acompañó hasta la puerta, aún se besaron de nuevo antes de que Fran empezara a descender las escaleras; él se quedó apoyado al quicio mirándola encandilado -Me gustó mucho, mucho tu visita; espero vuelvas pronto- le dijo pícaro y ella rió deleitada -Cierra la llave de paso del bidé mientras no arreglas la puerta… ¡Es más cómodo que estar cambiándolo cada diez minutos!- comentó guasona, él sonrió divertido -Lo que yo digo… ¡Ten cuidado con ese reloj que empieza a sonar!- se burló cariñoso, ella rió divertida- sí, ríete; pero… ¡Escucha! ¿No oyes? Tic tac, tic tac… - repuso guasón y ella le echó la lengua burlona, él de pronto corrió a su lado atrapándola de nuevo entre sus brazos- vuelve a echármela y verás- la amenazó malicioso, Fran repitió el gesto riéndose deleitada y él la besó apasionado entregándose amorosos en un beso ardiente -Diego… debo irme…- musitó melosa intentando retirarse, él sonrió derrotado dejándola ir finalmente

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