domingo, 26 de enero de 2014

-¡Vaya, que… sigilosa eres!- repuso burlón -¡Pardillo! ¡Sabía que no podrías evitar ayudar a una damisela en apuros!- repuso desdeñosa sonriendo cínicamente y sin apartar su arma de la nuca de Diego. El teléfono no cesaba de sonar -Hija de la gran puta- masculló él entre dientes, a Clarisse se le encendió la mirada rabiosamente y apretó más su arma en la nuca de Diego -¡Quieta muñeca! Todos tenemos muchas ganas de hincarle el diente; pero para este paquetito, Sombra le tiene preparado un envío especial- la calmó Arthur sonriendo irónico- Ahora me vas a escuchar muy atentamente por si se te ocurre hacer alguna estupidez- le habló chulesco Arthur cortando la llamada para que el persistente sonido dejara de repiquetear- hoy, en el jardín de infancia Las Golondrinas, ha faltado uno de los chiquitines porque, supuestamente, está enfermito… se llama… ¿cómo era? ¡Ah sí! Andrew Vázquez Grey; más conocido como Andy… ¿lo conoces Diego?- a Diego se le apretó el corazón y la sangre se le heló de repente, apretó fuertemente sus puños- Pero no te preocupes que su mamá, Sandy Grey, tampoco fue a trabajar para quedarse a cuidarlo… ¿normal verdad?- añadió sarcástico sonriendo cínicamente -Imposible- murmuró intentando parecer sereno pero Arthur soltó una risotada burlona -¿Por qué? ¿Por qué los tienes bajo custodia?- dijo cínicamente, Diego sentía que su corazón se le iba a salir del pecho pero intentó disimular su nerviosismo- ¡Vamos Diego! No seas estúpido ¿crees acaso que estás tratando con novatos? ¡¡No eres el único que sabe tener entretenido a los vigilantes mientras otros sacan a los custodiados de la casa!!- Mierda, ya sabían que Fran no estaba en su casa, reparó al instante y sus mandíbulas empezaron a batirse inquietas- ¡¡Tenías que ver que carita puso tu ex cuando una patrulla de policía, mandados de tu parte naturalmente, fue a buscarla esta madrugada con órdenes estrictas de llevarlos a un lugar seguro!!- A Diego se le paró de repente el corazón. -Dame ahora las armas, ya sabes, muy despacio y por la empuñadura- Diego le entregó la que llevaba debajo del sobaco, Clarisse oprimió más la pistola contra su nuca- todas, Diego; deja de tomarnos por idiotas, por favor- aclaró al tiempo Arthur -No llevo más, lo juro- respondió sereno. El teléfono volvió a sonar dando apenas dos timbradas porque Arthur cortó de nuevo la llamada entrante. “Sigue insistiendo corazón, no te rindas” se decía mentalmente Diego esperanzado de que Fran no se diera por vencida y siguiera llamando -¿Entonces a que vas a ser tú el idiota?- se burló irónico y lo cacheó, soltó una risotada- ¡Pues parece que sí!- repuso convencido- Vamos, nos esperan… Y cuidado con querer hacer alguna idiotez, acuérdate del pequeño Andy- comentó cínicamente, salieron del vestuario y caminaron hacia el ascensor. Clarisse no dejaba de apuntar su nuca. El teléfono volvió a sonar de nuevo en la mano de Arthur- ¡Joder, puto teléfono!- exclamó fastidiado y lo apagó, Diego sonrió satisfecho; era precisamente lo que estaba deseando. El ascensor llegó y Clarisse lo espoleó dentro apretando el cañón del arma aún más contra su nuca- entra, y pórtate bien o ya sabes: a Clarisse le importa bien poco saltarte aquí mismo la tapa de los sesos pero lo peor sería lo de Andy ¿no lo crees?- indicó sarcástico Arthur Cristín, Archie y Fran estaban en la salita intentando comunicarse con Diego pero parecía imposible, el teléfono ahora no daba señal. Archie y Cristín se cruzaron una insignificante pero aterradora mirada y al instante sonó el móvil de Archie que contestó raudo, ellas lo observaron inquietas -¿Qué pasa García? -La señal del teléfono de Vázquez acaba de dejar de emitir, eso no es buena señal colega- le habló nervioso y apresurado su compañero -Lo sé… ¿Dónde?- indagó impaciente Archie mirando a los ojos de su compañera -Desde la comisaria, aún se encontraba allí- respondió raudo García -Ahora mismo salgo para allá; ya sabes lo que hay que hacer, compañero- resolvió cortando la llamada de inmediato -¿Se le quiere mucho a un hijo Diego? ¿Lo suficiente como para morir por él? Es que yo no tengo ¿sabes? Y no puedo opinar en ese tema- le indicó burlón Arthur mientras bajaban en el ascensor, él no contestó- ¡Pobre mujer! ¡Se quedará sin hijo y sin ex a la vez! ¡Eso debe ser horrible! ¿No crees Clarisse?- Pero la muchacha que ahora estaba a lado de Diego apuntándole en la sien, no daba ni una sola palabra- Aunque siempre se le puede dar una ayudita para que no sufra ¿no lo crees así? Total, una bala no se le niega a nadie- comentó irónico mientras reía sarcástico, Clarisse ahora sí esbozó una media sonrisa sádica, aquella muchacha le erizaba la piel a Diego con su frialdad; era increíble, parecía tan linda y delicada, y era fría e insensible- ¡¡Cómo te gusta matar mi chiquitina!! ¡¡Disfrutas más que un niño en una atracción de feria!!- habló orgulloso Arthur y ambos se sonrieron amenos- Aunque, la verdad, sería una verdadera pena mandarla al otro barrio sin… ¡¡darle antes un buen revolcón!!- expuso mordaz al oído de Diego, pero él ni se inmutó- ¡Está muy buena Diego! ¡Sí señor! Hay que reconocer que tienes buen gusto referente a mujeres; ambas están para comérselas… aunque yo con la segunda disfrutaría mucho más metiéndole una bala en la cabeza que echándole un polvo- añadió cínicamente, intentaba irritar a Diego pero él no se dejaba influenciar- A lo mejor a tu ex la puedo consolar un poquito antes de que Clarisse le dé matarile ¿me dejarías muñeca?- le preguntó a Clarisse que movió los hombros desdeñosa, él se rió cínicamente- Además… sería casi un favor: no sería humano mandarla al otro mundo sin saber lo que es estar con un hombre de verdad ¿no lo crees así…Diego?- le susurró malicioso, Diego lo miró de soslayo -La verdad es que hasta ahora creí que hablabas de ti; pero con eso de “un hombre de verdad” me acabo de perder, chico ¿de quién me hablas?- respondió burlón, Clarisse no pudo aguantar una socarrona carcajada -¡¡Cállate estúpida!!- le bramó irritado Arthur a la muchacha que hizo un esfuerzo enorme para no seguir riendo- ¡¡Tú sigue con esa chulería y esos aires de superioridad que vas a ver que pronto te los bajo, chulo de mierda!!- le increpó chirriando los dientes furioso y apretando su arma contra la frente de Diego -Conmigo hacer lo que os plazca; pero dejar en paz a mi hijo y a Sandy, nada tienen que ver en esto- contestó sereno -Eso ya no depende de nosotros, depende solo de ti… Pórtate bien, y nada les ocurrirá ¡camina!- le ordenó al detenerse el ascensor en el aparcamiento. Caminaron en dirección al fondo sur. Allí los esperaba Marti, Mike y Charlie. -¡Vaya, la comitiva al completo! ¿Pero falta alguien, no?- expresó chistoso al verlos -Por Dios Cristín, no le quites el ojo de encima; tengo que salir inmediatamente- le decía apresurado Archie a Cristín sentada en el sofá junto a Fran -Ya, claro; tranquilo- contestó ella intentando mantener la serenidad -¿Pasa algo?- se inquietó Fran también -Por favor te lo pido Fran, obedece a Cristín en todo y no te muevas de aquí- contestó solamente y salió de la casa por la cocina al garaje. Aunque Fran observó cómo desfundaba su arma y la examinaba presuroso antes de cruzar la puerta inquietándola aún más. Oyeron arrancar el coche y salir acelerando a toda velocidad -¿Qué está pasando Cris?- interrogó aún más nerviosa todavía, ella le sonrió amistosa -Sé lo mismo que tú cielo, pero no ha de ser nada verás; tranquila- respondió tranquilizadora, aunque sus ojos no podían ocultar su preocupación también. Fran se levantó nerviosa del sofá- No hagas tonterías, por favor te lo pido Fran; están las cosas ya muy calientes para andar tú preocupando a Vázquez aún más- le recomendó dulcemente sujetándola de la mano firmemente -No puedo estarme ahí sentada sin hacer nada, no valgo para estar así; tranquila que no voy a ningún lado- indicó resuelta y empezó a caminar de un lado a otro de la sala ante la atenta mirada de Cristín. No podía dejar de pensar en Diego; su instinto le decía que algo estaba pasando con él y nadie quería decirle nada… -¿Te apetece comer algo? Puedo prepararte…- Fran negó rotunda con la cabeza no dejándola acabar de hablar- a mí tampoco… aunque no le haría ascos a una copa en estos momentos...- comentó recostándose en el sofá mientras Fran seguía dándole vueltas a su cabeza… ¡¡el teléfono!! Recordó al instante ¡¡El teléfono de Diego jamás se podía apagar!! Eso significaba… ¡¡Dios mio: agente abatido!! Se dirigió presurosa al cuarto de aseo- ¿A dónde vas?- instó al instante Cristín -Al baño, vengo ahora- respondió serena. Ya dentro, se metió el teléfono que se llevara despistada en la mano en el bolsillo trasero de sus vaqueros, y saltó por la ventana sin pensárselo; Diego estaba en peligro y ella no podía quedarse sin hacer nada. Despacio y con mucho cuidado para no ser descubierta a través de las ventanas, rodeó la casa. Corrió todo lo que daba así alcanzó la acera en un intento de alejarse lo máximo posible antes de que Cristín descubriera su huida. Asombrosamente vio un taxi a pocos metros dejando a un cliente y corrió a él. Apenas alcanzara la acera cuando Cristín ya tocaba en la puerta desconfiada -Fran ¿te encuentras bien? ¿Fran, estás ahí verdad? Dime que estás ahí, por favor te lo pido- cerró los ojos esperanzada y abrió la puerta- ¡¡Mierda, joder, lo sabía!!- salió corriendo de la casa en su busca- ¡¡Mujer testaruda y terca, pues sí que haces una pareja cojonuda con Vázquez!!- decía irritada examinando la acera hacia un lado y el otro, al fin la descubrió, corrió a detenerla- ¡¡Fran detente por Dios santo!! ¡¿A dónde vas a ir Fran?!- le increpó rotunda pero ella entraba rápida en el taxi que arrancó justo en el momento en que Cristín llegaba a su altura- ¡¡Mierda, mierda, mierda!! ¡¡Vázquez de esta me mata!! ¡¡Me mata!!- exclamó angustiada llamó apurada a la central- ¡¡García, Fran se me escapó!! -¡¡Dios Cristín, joder!! ¡¿Qué coño has hecho?!- repuso fastidiado el interlocutor y lo oyó teclear apresurado en su ordenador- menos mal que se llevó el móvil con ella… va en dirección… ¡¡a casa de Vázquez!! -Así vea que él no llegó aún, no se va a quedar esperándolo; es demasiado decidida e insensata… Voy a intentar llegar antes que ella a la comisaría e interceptarla ¡No la pierdas de vista y sígueme informando!- exclamó alterada saltando al medio de la calle- ¡ALTO! ¡¡Asunto policial; salga, necesito su coche!!- detuvo rotunda un coche que pasaba en esos momentos mostrando su placa que llevaba colgada al cuello de una cadena Fran llegó delante de casa de Diego, sin bajarse del taxi, buscó con la mirada su coche pero no lo vio -¿Aún no llegó de trabajar? Eso es imposible- se preocupó aún más -¿Dice algo señorita?- le preguntó el taxista -No… Lléveme a la 21en la calle principal por favor- le indicó resuelta -¿A la comisaría 16?- preguntó asombrado volteándose para mirarla incrédulo -Sí, a la comisaría ¿tiene algún problema con eso?- le habló desafiante -No, nada; usted misma- musitó desconcertado regresando su mirada al frente -Y dese prisa por favor- el taxista le echó una mirada por el espejo retrovisor pero no comentó nada más y comenzó el viaje. -¡¡Tenías razón, se va derechita a la boca del lobo Cristín!! ¡¡Parece que ahora se dirige a comisaría y allí las cosas están que arden!! ¡¡Quieres conducir más rápido joder!! - le comunicó García por el teléfono que Cristín llevaba pegado a la oreja sin soltarlo -¡¡Mierda, mierda, mierda…!!¿De dónde coño salió todo este tráfico? expresó atormentada sin dejar de conducir rauda por la general esquivando hábil el atestado tráfico de aquella hora -Son las dos y media preciosa… ¡¡Solo a ti se te ocurre meterte por la 31 a estas horas!! ¿Sabías que la gente normal tiene unas cosas a las que llaman hogares y familias? ¿Y qué además tienen la estúpida costumbre de regresar a ellas a estas horas?- bromeó chistoso García -¡¡Qué gracioso!! ¿No puedes detener ese puto taxi García?- indicó esperanzada -¡¿Qué coño crees que estoy intentando hacer desde que arrancó de delante de la casa de Diego?!- protestó fastidiado el muchacho que seguía tecleando apresurado De detrás de Mike, Marti y de Charlie, descubriéndose de entre las sombras, apareció Alexander sonriendo cínicamente; Diego lo miró serenamente a los ojos -Veo que no te extrañas… Estabas más cerca de lo que suponía- repuso sarcástico -A estas alturas ya no me sorprende nada, y mucho menos si proviene de ti- repuso tranquilo Diego, él se sonrió burlón -¡¿Dónde está Fran Diego?!- preguntó de pronto enfurecido con los ojos inyectados en rabia -En su casa supongo- respondió sosegadamente Diego, él lo miró con resentimiento y odio -Allí no está y lo sabes muy bien; así que dime ¿dónde te la has llevado?- se acercó a Diego amenazante -¿Miraste bien? ¿Debajo… de la cama, por ejemplo?- se burló guasón y una pequeña sonrisa socarrona acudió a su rostro -¡¡Déjate de gilipolleces y responde!! Sé que te la llevaste tú… ¡¿Dónde está?!- bramó colérico -Ni idea… ¡a mí que me dices! ¡¡Llámala!!- repuso despreciativo, Alexander lo abofeteó fuertemente con el revés de su mano al tiempo que apretaba las mandíbulas haciendo chirriar los dientes; el grueso sello que llevaba en su dedo anular le golpeó potentemente el pómulo de Diego, pero no dio muestras de dolor. Fran se bajaba del taxi delante de la entrada del aparcamiento, iba a intentar colarse sin que la vieran. Empezó a sentir que le subía de nuevo la fiebre. -¡Ey, señorita; tiene que pagarme!- le gritó alarmado el taxista al verla alejarse, ella resopló angustiada -Espere ahí por favor, puede que lo necesite para regresar- le dijo impaciente, el taxista la miraba desconfiado- ¡Caray, está mirando que me dirijo a la comisaría! ¡No podré escapar muy lejos ¿no cree?!- le reclamó ansiosa -De acuerdo… ¡Pero solo espero diez minutos o entro a por usted!- la advirtió -Que sean veinte y por su bien, no salga del coche- contestó ella corriendo a la entrada del parking. -¡Y ni se le pase por la cabeza que voy a bajar la bandera!- le indicó rotundo, ella movió su mano indicándole que hiciera lo que le diera la gana. -Central a 326; central a 326- sonó la radio del taxi -Aquí 326, central- respondió el taxista- ¿qué pasa Susan? -Peter, acaban de llegan órdenes estrictas de la policía de que no dejes a tu ocupante bajarse del taxi bajo ningún concepto hasta que llegue uno de ellos para hacerse cargo de esa mujer- le indicó nerviosa la centralita -¡Uy, pues tarde Su; la tía ya se largó!- respondió despreocupado- ¡¡Ey!! ¡¿Eso significa que no voy a cobrar la carrera?!

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