sábado, 1 de febrero de 2014

-Claro que no bobita, pero ¿Por qué no se lo has dicho a Diego?- se interesó curiosa y el rostro de Fran se congestionó -Se va Sandy… y no quiero que lo sepa- sollozó pesarosa -¿Cómo que se va? ¿A dónde?- exclamó sin entender nada- ¡¿Qué rayos os ha pasado Fran?! -A nosotros nada, está todo muy bien; solo que lo aceptaron en los cuerpos especiales, se va a realizar las pruebas en menos de una semana- explicó entre sollozos -¡¡Por fin!! ¡Mira que lleva luchado para entrar el pobrecillo!- exclamó entusiasmada pero al instante cambió el tono de voz- ¡Oh no! ¡Vaya por Dios! ¡Con todo el tiempo que lleva esperando esto y tuvieron que aceptarlo justamente ahora!- añadió apesadumbrada, oía sollozar a Fran- tranquila corazón, volverá pronto- intentó animarla -Sí, dentro de seis meses Sandy- aclaró afligida -¡¿Tanto?! ¡Jesús! ¿Pero por qué no se lo dices igual cielo?- instó intrigada -Porque le hace muchísima ilusión Sandy y, como tú bien dijiste, le costó mucho entrar… y ese atolondrado bien es capaz de no querer ir si llega a saberlo- explicó inquieta -Sí… eso es cierto- musitó ella -Se lo diré más adelante, cuando ya se haya ido- resolvió más animada -Está bien, como tú desees; no te preocupes que yo no le diré nada -Gracias Sandy -Fran… ¿tú estás bien verdad cielito?- instó cariñosa y Fran sonrió enternecida por el cariño que demostraba -Sí Sandy, yo estoy bien. Aquella semana le voló de manera increíble para Fran. A Diego lo tenían agobiado en el trabajo para dejar cerrado el caso y su respectivo papeleo antes de que dejara su puesto y regresaba tarde a casa. Al menos, se quedaba a pasar las noches con ella, aunque se tuviera que encargar de Andy. Era una maravilla tenerlo allí. Sus alegres risas y juegos llenaban la casa de felicidad y entretenían a Miriam que lo atendía gustosa y feliz. También el pequeño ayudaba a Fran, que cada día veía más resuelta y decidida lo de ser madre haciéndole cada vez más ilusión Por las mañanas corría alegre al dormitorio donde dormían ellos y saltaba feliz encima de su padre para despertarlo. Diego lo atrapaba entre sus brazos con una ternura increíble y enredaban juguetones en la cama provocando las risas deleitadas de Fran mirándolos reír felices entre sus juegos. Aquel hombre era maravilloso y un padre magnífico; cada día lo amaba más. Llegó el terrible día que a Fran tanto le atormentaba, Diego se iba. Lo acompañó al aeropuerto junto a Sandy con Andy y Miriam. Era triste y doloroso pero lo sobrellevaban débilmente ilusionados por la vuelta. -Nunca había visto tanto amor y complicidad, y eso que entre Estela y Ben era increíble- comentaba fascinada Sandy a Miriam observándolos hablar melosamente sentados en los asientos con Andy en el regazo de Diego, se tomaban las manos y se sonreían amorosos mientras se miraban y se ofrecían caricias con tanto amor que impresionaba -Son tan iguales, tan pasionales y entregados, que cada vez están más compenetrados- respondió la mujer emocionada, se sonrieron encantadas. -Pronto empezará el juicio- le comentaba preocupado Diego a Fran- ¿estás preparada? ¿Te encuentras con fuerzas para enfrentarlo? -Sí, no te preocupes por eso- le respondió amorosa- tú solo preocúpate de cuidarte y volver pronto- él le sonrió dichoso -¡Dios, que duro va a ser sin vosotros dos cerca!- repuso exasperado abrazando fuertemente a Fran y a su hijo contra su cuerpo- Ahora cuídate tú también, tienes mala cara estos días y mucho más hoy -¿Qué querías después de un fin de semana sin dormir apenas?- bromeó pícara, él rió dichoso besándola en la frente -Tenía que aprovechar el tiempo, vamos a estar separados muchos días- repuso satisfecho y lleno de pasión. Volvieron a besarse deleitados entregándose ese amor tan grande que se sentían el uno por el otro. Anunciaron el vuelo de Diego, se miraron entristecidos y volvieron a besarse apasionados. Se acercaron a las mujeres que se habían retirado levemente para dejarlos solos. Diego las besó cariñoso a ambas en la mejilla -Me lo cuidas mucho ¿eh?- le dijo contundente a Sandy entregándole a Andy no sin antes besarlo apasionado de nuevo en las mejillas -Diego, no necesitas decírmelo- respondió ella divertida sonriéndole cariñosa, él sonrió deleitado -También quiero pedirte una cosa muy importante para mí Sandy- le habló muy serio, ellas lo miraron inquietas- por favor, échale un ojo de vez en cuando y vigílame a Fran ¿sí? tiene muy mala cara últimamente y no me está gustando nada- expuso contrariado y muy inquieto -Diego- protestó Fran fastidiada, Sandy sonrió enternecida -Tranquilo Diego, es normal en estos casos y lo sabes- habló desenfadada Sandy y Fran abrió sus ojos mirándola despavorida, ella quedó sobrecogida, había hablado sin pensar -¿De qué hablas?- interrogó Diego desconcertado, Fran la miraba muy nerviosa e impaciente -¡¡Del juicio Diego!! ¿De qué voy a estar hablando? se avecinan días duros y, aunque no quiera, le afecta- resolvió rotunda -Sí, tienes razón- asintió él y Fran respiró tranquila- ¡Dios, cuanto me cuesta irme sabiendo lo que se le viene encima a mi chiquita! Saber todo por lo que va a pasar y yo encontrándome lejos sin poder ayudarla- exclamó afligido oprimiendo a Fran apasionadamente contra su cuerpo -No te aflijas que no estará sola Diego, no la dejaré, te lo prometo; además, también debe regresar Estela y entre las dos la apoyaremos- hablo enternecida Sandy y él le sonrió agradecido -Gracias Sandy- musitó agradecido besándola tierno en la sien- Y tú vigímela también mucho mamá Miriam, esta terca y cabra loca es capaz de meterse en cualquier otro lío- avisó a Miriam entrañable besando ardiente la sien de Fran mientras aún la sujetaba poderosamente contra su cuerpo -Lo haré hijo, y tú cuídate mucho también- le contestó amorosa. -Te quiero, nunca lo olvides mi gatita- le musitó apasionado a Fran besándola con desesperación en los labios -Y yo a ti, vuelve pronto que ya te echo de menos- declaró apretujándose aún más a él Lo vieron alejarse por el túnel de embarque -¡Os intentaré llamar siempre que pueda!- les decía esperanzado desapareciendo al rato por la puerta de embarque. Fran rompió a llorar finalmente, había estado aguantándose pero ya no lo soportó más. Miriam y Sandy la abrazaron amorosas consolándola tiernamente. El pequeño Andy también intentaba consolarla acariciándole la cabeza imitando lo que hacía su madre. -Cálmate cielo, volverá pronto, ya lo verás y angustiarte así no es bueno en tu estado; ahora debes relajarte y esperar la llegada de ambos con ilusión; hablé ya con el doctor Wilson, el mejor tocólogo del hospital, y nos espera mañana a las diez y media- le habló melosa Sandy acariciando tiernamente la cabeza de Fran recostada sobre el hombro de Miriam que abrió los ojos estupefacta al oírla -¿En tu estado? ¿Esperar la llegada de ambos? ¡¿Tocólogo?!- repitió pasmada y se separó levemente de Fran para mirarla a los ojos- mi niña… ¿estás esperando un bebé?- exclamó atónita, Fran solo sonrió levemente pero a Miriam no le hizo falta más explicaciones- ¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío!- balbuceó la anciana con un brillo entusiasmado en la mirada- ¡¡un bebé!! ¡¡Por fin mi ángel me harás abuela!!- exclamó feliz abrazándose a su niña con alegría- Por eso Diego te propuso matrimonio ¿no? ¿Y por qué no me lo dijo también? -No mami, él no lo sabe- explicó calmosamente Fran -¡¿Qué?! ¿Por qué?- indagó confundida -Porque ese bien es capaz de no querer irse si se lo digo y es una gran oportunidad que no debe desaprovechar mami- le explicó inquieta -Sí… bien es capaz…- musitó la anciana- pero hija ¿y si pasa algo mi niña y tú sola? Era mejor que estuviera a tu lado cielo- expuso intranquila -No mami, no estoy sola: te tengo a ti mi lado- expresó amorosa abrazando a la anciana con cariño que le sonrió tierna -Y si me lo permites, yo también estoy aquí para lo que necesites- se ofreció animada Sandy -Y yo, y yo- balbuceó raudo y rotundo Andy provocando las risas de las mujeres -¿Ya ves? Hasta Andy está preparado para la llegada de su hermanito ¿verdad cielo?- expuso enternecida Sandy -Sí, el manito- exclamó como si comprendiera todo y ellas volvieron a reírse divertidas- besitos Fran- añadió resuelto y, sin esperárselo ella, la besó tiernamente en los labios provocando de nuevo las risas de las tres -Muchos de estos voy a necesitar con la marcha de tu papá mi ángel - repuso conmovida Fran -Pues oto y ya está- exclamó decidido y volvió a besarla, todas rieron alegres Había pasado solo una semana de la marcha de Diego y Fran ya no lo soportaba; además, al estar en casa sin hacer nada se desesperaba aún más. Estaba deseando que la investigación acabara y volver a estar ocupada en algo. Intentó entretenerse leyendo un libro que hacía tiempo tenía ganas de leer, pero le era imposible concentrarse y apenas a cinco páginas, ya estaba de nuevo dando vueltas por la casa como un animal enjaulado. Su madrina la miraba bordando serenamente sentada en el sofá -Quieres calmarte mi niña, últimamente estás que desesperas a cualquiera- expuso cariñosa, Fran la miró fastidiada -¿Te parece poco estar aquí encerrada sin hacer nada mami? Estoy deseando volver a trabajar ¡¡no sirvo para estar así y lo sabes!!- increpó irritada -¿Y solo es eso?- investigó curiosa mirándola suspicaz, ella volvió a mirarla pero esta vez recelosa -Sí ¿por qué?- repuso prevenida -No, por nada…- musitó despreocupada la anciana- Sería una buena ocasión para aprender a cocinar, mi niña- propuso animosa, ella la miró desdeñosa- ¡A mí me relaja! Y verías lo entretenido que es- Fran tomó aire fastidiada pero asintió finalmente, más por consentir a su madrina que lo que deseaba aprender Poco a poco fue encontrándolo entretenido y hasta divertido; al cabo de un par de horas, estaba feliz cocinando con Miriam y charlando amenas -¿Por qué no llamas a Sandy? Invítala a cenar y que traiga a Andy; extraño mucho a ese pícaro- propuso animada, Fran sonrió amena -Yo también lo echo de menos…- expuso enternecida -¡Pues ¿a qué esperas?! ¡A lo mejor para después es tarde!- la incitó alegre, Fran sonrió entusiasmada y la llamó. Llegó a media tarde, solo entrar por la puerta aquella maravilla de criatura, ya todo el apartamento pareció cambiar y se llenó de risas alegres y juegos entusiasmados. Parecía que él también las había echado de menos porque no paraba de abrazarlas y besarlas mientras hablaba sin cesar contándoles miles de cosas. Era una gloria de pequeño. -No sé qué dudabas cielo, serás una madre fantástica- habló melosa Sandy, ella la miró entrañable- te has ganado a Andy en seguida… Sin embargo Clayton hace esfuerzos titánicos y apenas le sirven -¿Quién es Clayton?- indagó curiosa pero el sonrojo de Sandy habló por si solo y Fran rió divertida Tres semanas después, las visitas de Sandy con Andy se habían hecho habituales y el pequeño pasó a quedar con ellas siempre que Sandy tenía guardias, turno de noche o quedaba con Clayton haciendo las delicias de Miriam y Fran que casi lo consentían en todo y querían a aquel pequeño con pasión. Aquel domingo también Sandy comían con ellas como últimamente ocurría, habían trabado gran amistad; Sandy era encantadora. Cuando le sonó el móvil a Sandy en su bolso -¡O no por favor! ¡Que no sea una urgencia!- protestó fastidiada recogiéndolo pero sus ojos brillaron entusiasmados- ¡Es Diego!- exclamó ilusionada y ambas mujeres sonrieron complacidas- Hola Diego ¿cómo te van las cosas por ahí?- preguntó amistosa -Más o menos, esto es duro pero me encanta- respondió animado- ¿Cómo está Andy? ¿Creció mucho ya? ¿Dónde anda mi campeón? ¡¡Dios, no sabes cómo lo extraño Sandy!! -Pues tu hijo pegó tal estirón que no cabe en el piso ¡¡No sé si lo reconocerás cuando vuelvas!!- se burló cariñosa- No seas bobo ¡te fuiste aún no hace un mes, Diego! Está igual, espera, te lo pongo… Andy, es papi- le dijo amorosa al pequeño que se entusiasmó con la noticia y recogió el teléfono muy serio y formal; ellas rieron enternecidas -¡Papi!- exclamó emocionado al oírlo- ¿Arónde tás? ¿Cuándo venes?- indagó curioso y empezó una amena charla con él contestándole alegre y encandilado a sus preguntas -Toma, mami- le dijo el niño regresándole el teléfono a su madre- ¡¡Es mi papi Tute!!- le dijo excitado a Fran -Sí mi sol, es papi- le contestó amorosa Fran -¡¿Esa es mi Fran?!- exclamó entusiasmado Diego a Sandy -Sí es Fran, comimos juntas; nos hizo una tarta de manzana riquísima- comentó cariñosa -¡Sí ya, una tarta hecha por Fran y voy yo ahora y me lo creo!- repuso burlón- Pásamela por favor, iba a llamarla ahora mismo; que bien que estéis juntas, así me ahorro una llamada -Claro- le ofreció el teléfono- quiere hablarte -Hola cielo- le dijo apasionada -Hola mi dulce petit suisse ¿cómo lo llevas? -Mal sin ti- se hablaban melosos, las mujeres se miraban y sonreían divertidas

No hay comentarios:

Publicar un comentario