domingo, 9 de febrero de 2014

El bebé comenzó a llorar ansioso y Fran se puso nerviosa al oírlo y empezó a acunarlo pero el pequeño no callaba -¿Qué tiene? ¿Qué le pasa Diego?- indagó turbada mirando llena de miedo a Diego que sonrió enternecido -Nada cielo, solo tiene hambre corazón- la calmó amoroso besándola amoroso en la frente y mirando apasionado a su hijo -No voy a saber entenderlo Diego… no estoy preparada para ser madre- sollozó angustiada mirándolo con angustia -Sí lo entenderás mi vida, tranquila; solo te falta práctica- la tranquilizó cariñoso besándola tierno en los labios, todos sonrieron conmovidos -Nosotros nos vamos y os dejamos tranquilos ya- comentó Archie cariñoso besándola en la frente -Volveremos más tarde, así descanses un poco- añadió García y la besó en las mejillas como también hizo Cristín y se marcharon los tres juntos con Harry -¿Tienes pensado darle el pecho?- le consultó Sandy entrañable -Sí, por lo menos los tres meses que estaré en casa- respondió decidida -Pues ya puedes empezar, cielo- repuso Sandy encantada y le explicó lo básico para darle de comer al pequeño, ella lo puso en práctica pero él inmediatamente comenzó a succionar ansioso. Ella se sorprendió maravillada -¡Ya sabe lo que tiene que hacer! ¡Es increíble como apura! -La naturaleza es inexplicable corazón- comentó embelesada Sandy -¡Y el hambre negra!- bromeó cariñoso Diego, ellas rieron alegres. A los tres meses celebraron una boda preciosa junto al bautizo del pequeño Jamie, llena de invitados y muy buenos amigos que estaban felices de verlos tan radiantes y dichosos. Miriam, satisfecha y orgullosa con sus dos guapísimos hijos y que al fin le cumplieran su promesa, no cesaba de hablar henchida de pasión de ellos y sus dos preciosos nietos a todo el mundo llenándose la boca de orgullo. Diego era un amante y apasionado esposo que se le veía plenamente enamorado de Fran pero, además, un padre increíble; mimaba entusiasmado y cuidaba con dedicación absoluta a los dos niños. Se volcaba con gran corazón en Andy que quería a su papi con pasión y con Jamie era algo indescriptible; apenas protestaba levemente, corría a atenderlo con diligencia e ilusión derrochando amor por aquella criatura a raudales. Miriam lo observaba henchida de cariño por aquel hombre tan maravilloso que hacía tan feliz a su pequeña sin olvidarse tampoco nunca de ella; siempre tenía una caricia, palabras amables o un dulce beso para la anciana que le entregaba con el gran corazón que tenía. También a Fran se la veía completamente enamorada de su esposo, no podía disimular aquellas miradas llenas de amor siempre que estaban cerca y su amor y pasión por los dos pequeños era algo indescifrable. Pero lo más inesperado para todos era Andy, se deshacía en mimos y detalles con su hermanito, en ningún momento mostrara atisbo de celos por él como se temían en un principio Sandy y Fran; estaba completamente embobado con el bebé. Solo había aparecido un pequeño problema: ahora nunca quería regresar a casa con su madre desde la llegada de Jamie pues tenía que cuidarlo ya que era su hermano mayor. Así que acabaron decidiendo que se instalara definitivamente en casa de su padre para evitar más pataletas rabiosas del pequeño yéndose a pasar algunos fines de semana con mami y Clayton. Habían pasado cinco meses y todo iba tranquilo y con una felicidad absoluta. Aquella tarde preciosa de Junio, Miriam y Andy se entretenían haciendo un puzzle sobre la mesa de café mientras Diego, que había librado aquel día, le daba el biberón con gran ternura al pequeño Jamie antes de llevárselos al parque a tomar un poco el sol. El pequeño devoró en un momento su biberón -Sigues siendo un tragón irremediable ¿lo sabías fierecilla?- le decía con ternura y él niño le reía feliz Oyeron abrirse impetuosamente la puerta -¡¡Diego!!- gritó enfurecida Fran al tiempo que cerraba la puerta con un tremendo portazo, Jamie se sobresaltó entre los brazos de su padre que lo acunó tranquilizador -Tranquilo cielito, es la atolondrada de tu madre- expuso pasmado por el potente portazo mientras Miriam y Andy lo miraban asombrados -¿Qué has hecho ahora hijo?- le preguntó amorosa Miriam, él solo movió los hombros incrédulo y se levantó del sofá dejando al pequeño Jamie en su cunita al tiempo que ella se le acercaba echa un basilisco mirándolo frenética -¡Maldita sea Diego!- repitió Fran ya frente a él mirándolo echa una furia agitando un sobre frente a él- ¡¡Y maldita sea tu estampa!!- increpó fuera de sí -¡¡Quieres calmarte desquiciada, estás asustando a Jamie!!- le recriminó duramente -¡¡No me da la gana imbécil!! ¡¡Eres… eres… un estúpido atolondrado!!- decía muy alterada -¿Puede saberse qué rayos he hecho ahora?- indagó desconcertado mirándola incrédulo -¡¿Qué has hecho?! ¡¿Qué has hecho?!- repetía furibunda agitando el sobre aún delante de su rostro- ¡¿Y aún tienes la cara de preguntar imbécil?! ¡¡Eres un insensato!! -¡¡Quieres dejar de insultarme de una puñetera vez y explicarte!!- reclamó fastidiado por tanto insulto gratuito por su parte -¡¡Que estoy embarazada de nuevo Diego!! ¡¡Y de tres meses ya!!- declaró y él sonrió dichoso- ¡¡No te rías por encima!! ¡¡Ni se te ocurra reírte estúpido!! ¡¿Sabes qué significa esto imbécil?!- estaba enfurecida -¿Qué tendremos que mudarnos a una casa más grande porque aquí ya no cabremos todos?- bromeó bonachón, Miriam rió divertida -¡¡Déjate de bromitas estúpidas!!- bramó furiosa golpeándolo en el brazo con el sobre- ¡¡Eres un insensato!! ¡¡Apenas acabo de pasar por ello hace cinco meses y ya estoy otra vez en las mismas!! -¡¡Ey, ey, ey!! ¡¡A mí no me reclames nada que pudo ser mucho peor!! ¡¿Quién pedía ya guerra como una gatita salvaje apenas a 28 días de nacer Jamie?! ¡¡Menos mal que yo soy mucho más sensato que tú y pude controlarme!! ¡¡Si no podías estar ya cinco meses en vez de tres!!- le reclamó burlón -¡¡Diego!!- le recriminó sonrojándose abochornada -¡Vale! Esa información me sobraba- repuso al tiempo Miriam ruborizada regresando su atención al puzzle y él rió jocoso -Eres un inmaduro- le reprochó llorosa, él sonrió tierno acercándose a ella y la tomó dulcemente por la nuca acercándola a sus labios -Anda mi ángel ¡¡si es una noticia fantástica mi amor!! ¡¡Reconócelo!! A lo mejor hasta es la niñita que tanto deseamos vida mía- repuso meloso acariciando mimoso sus labios con los suyos y mirándola con un amor increíble -Diego…- murmuró Fran que ya se sentía derrotada ante aquella mirada cargada de felicidad y repleta de amor hacia ella -Anda mi ángel, reconoce que también te hace ilusión; además, con lo preciosa que te pones con tu pancita… me vas a volver loco mi gatita- declaró apasionado e intentó atrapar aquella boca deliciosa que lo trastornaba, pero Fran reaccionó al instante retirándose para evitar aquel roce tan sensual y tentador de su boca que siempre la derretía y acababa con todas sus fuerzas -¡¡Déjate de pancitas, de niñas e historias tuyas que siempre acabas liándome imbécil!! ¡¡Y eras tú el que se empeñaba ya en ir a por ella, no yo!!- lo miró desconfiada a los ojos- ¿No lo harías a propósito verdad? -¡¡Ey cielo!! ¡¡Eso no ¿eh?!! Nunca haría nada contra tu voluntad y lo sabes- exclamó fastidiado por su desconfianza -¡¡Ja!! ¡¡Que nos conocemos Diego!! Aún recuerdo muy bien un viajecito…- le reclamó hiriente mirándolo desafiante -¡¡Vale!! Yo fallo en que hice algunas cosillas en contra de tu voluntad pero tú en todas tus promesas… así que, estamos a par gatita- le reprochó mirándola vanidoso, ella resopló vencida y él sonrió tierno- pero te juro por lo que más quiero que son mis hijos que esto no lo hice adrede mi ángel- expresó sincero, ella tomó aire profundamente -Diego… Te dije que quería tiempo para mí, te expliqué que quería…- sollozó derrotada, él la tomó tierno por la cintura atrayéndola de nuevo contra su cuerpo y la besó amoroso en la frente -Ya lo sé, corazón- le habló meloso mientras seguía besándola dulcemente en la frente- me pediste esperar un tiempo, que querías avanzar en la profesión, que querías presentarte a criminología… y prometí dártelo… lo sé- volvió a besarla tierno en la frente- pero hay cosas que no se planean mi vida y llegan sin esperártelo… Esta es una de ellas, porque no lo hice a propósito, eso te lo puedo jurar ángel mío… y que estés esperando a la pequeña Miriam no significa que no puedas seguir con tu idea y presentarte a criminología mi ángel- aclaró entusiasmado, la anciana lo miró emocionada al oírlo pronunciar su nombre -¡¿Miriam?! ¡¿Ya le tienes hasta el nombre pensado Diego?!- exclamó boquiabierta Fran mirándolo incrédula, él sonrió bonachón -Qué menos que llamarla como mami ¿no? Se lo merece por lo paciente y cariñosa que es con todos nosotros- declaró satisfecho -Gracias hijo- expuso conmovida la mujer, él le guiñó tierno un ojo y regresó su mirada cándida y dulce hacia Fran -Además mi cielo…- expuso enternecido y la miró pícaro a los ojos- no sé qué me reclamas a mí ¿eh? ¡¡Tú pierdes el control mucho más que yo cuando tienes ganas!! ¡¡Que, por cierto, es siempre gatita!! ¡¡Nunca vi mujer más fogosa y deseosa que tú!! ¡¿Tengo yo la culpa de que me arrastres en tu pasión desatada sin darme tiempo ni a pensar?! ¡¡Mucho menos para ponerme el preservativo!!- expuso resuelto -¡¡Diego!! ¡¡Por todos los santos!!- exclamó sonrojándose tremendamente Fran -¡Basta hijo! Demasiada información ya para mi gusto- replicó asombrada la anciana levantándose de su sofá, recogió al pequeño Jamie de su cuna y tomando la mano de Andy, caminó decidida hacia la puerta- vámonos cielito al parque con tu hermanito; dejemos a estos dos atolondrados que sigan diciéndose barbaridades corazón -¿Qué pasa mami Miriam? ¿Por qué está tan enfadada Fran con mi papi?- indagó curioso el pequeño -Porque, por lo que parece cielito, tu papi está decidido a formar un equipo de fútbol cuanto antes mi niño y no pierde ni un segundo en hacer fichajes- bromeó chistosa y Fran y Diego rieron divertidos -¡¿Y yo podré jugar papi?!- se entusiasmó el pequeño mirando ilusionado a su padre -¡¡Claro mi ángel!! ¡¡Si tú eres el primero de la lista corazón!!- respondió enternecida la anciana saliendo del piso, ellos se sonrieron dichosos y mucho más tranquilos -Ven aquí mi gatita rabiosa- expresó meloso Diego oprimiéndola aún más contra su cuerpo y la besó deleitado - te quiero mucho mi vida y dime de verdad si no es una noticia maravillosa- ella no pudo más que sonreír feliz- Perdóname mi cielo, pero… ¿qué quieres que le haga amor? ¡¡Si me vuelves loco con esa carita tan linda y no puedo controlarme con lo que te quiero!!- dijo encandilado mirándola con un amor infinito, Fran lo miró enamorada y sonrió mimosa -Pues quiéreme un poquito menos- propuso divertida -Pídeme lo que quieras pero eso no me es posible mi vida- declaró completamente entregado y se besaron apasionados. Al instante ya se devoraban rabiosos y llenos de pasión, él la elevó raudo llevándosela hacia las escaleras -¡Diego!- reclamó atónita al verlo dirigirse con ansia hacia el cuarto -A mí no me digas nada, te tengo dicho ciento de veces lo linda que te pones y cómo me excitas cuando te pones así de rabiosilla; ahora a cumplir o no me encendieras de esta manera gatita -Pero mami… -Mami se fue al parque y ya sabe lo que hay que no es una niña- exclamó sin detenerse y llegando ya la dormitorio -Pero se llevó a Jamie en brazos en vez de en su silla, no tardará en regresar… -Pues deja ya de hablar tanto y vamos a lo nuestro- exclamó resuelto y atrapó aquella deliciosa boca que lo encandilaba al tiempo que se desnudaban ansiosos ya de deseo. FIN

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