martes, 4 de febrero de 2014

Habían pasado cinco meses desde su marcha, solo quedaba uno más y regresaría; se decía entusiasmada Fran. Cada día que pasaba, más se emocionaba y era más dichosa. -Como se nota que ya va a regresar- le comentó encantado García mirándola canturrear mientras escribía un informe -¿Tanto se me nota?- preguntó entusiasmada, él se echó a reír encandilado -¡No, casi nada!- se burló guasón y se rieron felices- Entonces, estará aquí para las navidades -Si es cierto que vuelve para el mes, sí… Supongo… espero que llegué antes del 24- repuso ilusionada -Por lo menos aún tendrá dos meses para hacerse a la idea de que tendrá que trabajar el doble- comentó socarrón acariciando el vientre de Fran -¡El triple! No olvides a Andy- remarcó chistosa y volvieron a reírse. -¡Que locura! ¡Aún queda más de un mes para las navidades y ya llevan bombardeándonos con ellas desde septiembre! Estos deben querer que nos aburramos ya antes de que empiece- le protestaba Miriam al televisor donde salía otro anuncio de dulces de navidad cuando llamaron a la puerta- ¡¡Voy!!- gritó levantándose del sofá donde estaba sentada tranquila. Sus ojos se abrieron entusiasmados al ver a Diego en el rellano. -¡¡Santo Dios, hijo; estás aquí!!- repuso fascinada -¡Mami Miriam, cuanto les eché de menos!- repuso emocionado y se abrazaron apasionadamente encantados besándose ansiados de cariño- ¿Dónde anda mi gatita mami?- preguntó ansioso entrando en el piso, dejó el petate junto al sofá para que no estorbara -No tardará en llegar, fue a hacer unas compras para la cena… Pero déjame verte, hijo- lo observó encandilada, venía doble, ya antes era fortachón pero ahora estaba formidable; se dejara bigote y perilla que traía cuidada y bien recortada que le quedaba perfecta y su cabeza completamente rapada, estaba realmente atractivo- ¡Estás increíble, hijo! ¡Vuelves muy, muy guapo!- él sonrió encantado y la volvió a abrazar entusiasmado. -Tú si que estás guapa, mami- la besó dulcemente en la sien -Anda zalamero, sentémonos que estarán a punto de llegar… ¿quieres tomar algo mientras no regresan? -No, gracias- se sentaron juntos en el sofá- ¿Estarán? ¿Quiénes mami?- indagó curioso -Andy y ella- explicó encantada -¿Mi campeón está aquí mami?- exclamó entusiasmado -Como muchas veces hijo -¿Pasa mucho tiempo con vosotras entonces?- preguntó interesado -Sí, estamos locas con ese pequeño diablillo, corazón- estaba encandilada con el pequeño y Diego sonreía emocionado y satisfecho- Fran y Sandy se hicieron muy buenas amigas y Andy se queda siempre con nosotras por el trabajo de Sandy o si quiere salir con su novio Clayton… -¡Sandy tiene novio! ¡Vaya qué bien! Me alegro mucho por ella- se entusiasmó de corazón y la anciana le sonrió amena -Sí, un doctor compañero de ella en el hospital; es muy entrañable y, sobre todo, muy cariñoso con Andy- remarcó satisfecha, él volvió a sonreír complacido- te gustará hijo, ya lo verás… Pero cuéntame ¿cómo has regresado tan pronto? No te esperábamos hasta el mes que viene… ¿no eran seis meses? -Sí, pero no podía esperar más; tenía que regresarme de inmediato y el sargento, que es un gran hombre, me propuso presentarme a las pruebas finales antes del tiempo establecido, le puse más ganas que nunca y las pasé sin problemas; solo he regresado yo- explicó orgulloso -Eso está bien, hijo; muy bien- lo felicitó ella admirada- pero… ¿a qué se debían las prisas?- expuso confundida, él la miró muy seriamente -A que ya lo sé todo mami- expuso muy serio frunciendo el ceño irritado -¿Sabes qué, hijo?- preguntó desconcertada Miriam pero la puerta abriéndose los interrumpió, Diego se puso al instante de pie, excitado por volver a ver a su amor que tanto extrañara -Toma cielo, llévale el pan a mami Miriam mientras yo cierro- decía amorosa Fran desde el rellano entregándole el pan al pequeño -Vale- contestó servicial, el niño entró en la sala llevando la bolsa entre sus brazos. Al ver a su padre, abrió entusiasmado sus ojitos; cuando iba a gritar, Diego lo mandó callar amoroso con su dedo índice sobre sus labios y él obedeció al instante quedándose muy quieto y callado -La sorpresa te la vas a llevar tú- murmuró divertida Miriam -No había berenjenas mami, pero traje calabacines; para rellenar también…- se quedó estática al encontrarse a Diego de pie frente a ella, le sonreía feliz- ¡Diego!- repuso trastornada sin poder creerlo -Hola mi vida- le dijo emocionado -¡Diego!- repitió impresionada, no se movía; la bolsa de papel con la compra le tapaba la barriga -¿Otra vez? Me vas a acabar con el nombre cielo- bromeó él entrañable acercándose a ella -¡Oh, Dios, Diego!- repuso entusiasmada, soltó la bolsa sobre la barra de la cocina y él descubrió su barriga enfundada en el peto de unos vaqueros premamá. La observó deleitado y, sonriendo encandilado, la miró inmensamente emocionado a los ojos -Sabía que tenías que estar preciosa, te imaginaba hermosa con tu pancita… pero no me esperaba que lo estuvieras tanto amor mío- declaró apasionado, ella lo miró atónita -¡¿Lo sabes?!- exclamó asombrada, él sonrió divertido ante su sorpresa -¿Por qué crees que me vine antes de tiempo? Ya sé que me tienes por imbécil gatita, pero no lo soy tanto; y Andy me lo dejó muy clarito- bromeó cariñoso -Diego- musitó conmocionada llenándosele los ojos de lágrimas -¡Ya estamos otra vez!- replicó fastidiado- ¿Es que no piensas hacer nada más que quedarte ahí de pasmarote repitiendo mi nombre?- le reclamó ameno, ella rió dichosa -¡¡Dios amor mío, cuanto te eché de menos!!- exclamó feliz abalanzándose hacia sus brazos -Esto está mucho mejor gatita, muchísimo mejor- murmuró deleitado y se besaron apasionados, entregándose extasiados con sus bocas ese amor completo que sentían -Ojo, que alguien está esperando…- avisó cariñosa Miriam, Diego cayó en la cuenta de que Andy los miraba intrigado -¡Ven aquí campeón!- repuso feliz recogiéndolo en sus brazos, el pequeño se abrazó exaltado a su cuello mientras Diego lo besaba emocionado- Mi muchachito está hecho todo un hombre ya caray- le decía amoroso abrazándolo apasionado -Papi- repetía el niño ilusionado de tenerlo allí de nuevo- no marches más ¿no?- decía conmovido, Diego lloraba de felicidad -No mi cielo, no pienso irme nunca más- aseguró enternecido. Ellas los observaban complacidas y felices- ¡¡Dios, cuanto os echaba de menos a todos!!- repuso lleno de entusiasmo sin dejar de abrazar a Andy mientras sujetó amoroso la nuca de Fran y la atrajo hacia su boca, volvía a besarla embelesado y satisfecho- No podía creerlo cielo, ni viéndolo ahora puedo creérmelo realmente amor- le murmuró apasionado mirándola con los ojos llenos de amor mientras le acariciaba tierno el vientre -Porque me la colaste sin esperármelo, que sino ni de broma me agarras en algo así- bromeó amorosa y él rió divertido besándola nuevamente en los labios. -Cuidado gatita, bien te avisé que no me culparas de nada si algo así pasaba- le recordó meloso y ella sonrió derrotada Diego disfrutó encantado de volver a atender a su hijo, lo bañó entusiasmado oyéndolo deleitado como hablaba ya casi correctamente, como pronunciaba claro y se explicaba perfectamente. Después de cenar, lo acostó dichoso. Y, aunque hacia un rato que se había dormido, seguía observándolo sentado al borde de su cama mientras lo acariciaba con ternura y pequeñas lágrimas de felicidad se escapaban de sus ojos; cuanto lo había echado de menos y como había cambiado en aquel tiempo, ya no era aquel pequeño con rasgos de bebé aún, ya se le veía casi un hombrecito… Miriam le acarició dulcemente el hombro a su lado -Es el regalo más hermoso de la vida ¿verdad?- repuso emocionada -Es lo más bonito del mundo, mami- le contestó encandilado secándose las lágrimas de sus mejillas- Le quiero con locura y lo extrañé terriblemente; pero el que me da Fran será mi pasión, entre lo que se les quiere junto al gran amor que tengo por ella… me asusta tanta dicha, mami- la mujer le sonrió amorosa y lo besó en la mejilla dulcemente -Me voy a la cama, hijo- le comentó cansada- Procura que se acueste pronto, está bastante pesada ya y no para en todo el día- él le sonrió agradado -Claro mami, no se preocupe- repuso cariñoso Bajó al piso inferior, Fran estaba acostada en el sofá. Se sentó junto a ella y le colocó tierno su cabeza sobre sus rodillas; la besó amante -¿Sabes que estás preciosa?- le murmuró apasionado acariciando amoroso el vientre de Fran -¿Y tú increíblemente atractivo?- respondió fogosa. Se besaron ardorosos, arrebatadamente deseosos. Él la cogió en brazos y la llevó al cuarto. Se desnudaron mutuamente, acariciándose tiernos y deseosos; sus cuerpos urgían de deseo pero ellos se lo tomaron con calma, apreciando cada gesto y cada caricia. Llevaban tanto tiempo deseándose que no querían precipitarse y acabar rápido con aquel momento sublime. Diego la observó desnuda, radiantemente feliz, besó su vientre apasionado. Fran sintió un implacable amor por él. -Acabo de verte y ya te amo profundamente- le murmuró ardiente a la barriga de Fran, ella sonrió dichosa- Ven amor, te deseo tanto, tanto- le dijo fogoso a Fran llevándola de la mano a la cama, se recostó contra la cabecera y la guió a ponerse sobre él, ella obedecía apasionada. Sus caricias sobre sus cuerpos desnudos los excitaba aún más, su piel ardía deseosa bajo el contacto de sus manos. Despacio, con mucha pasión, la penetró; Fran gimió placida, llevaba tanto tiempo deseándolo que su cuerpo respondió explosionando en miles de sensaciones: pasión de sentirlo, ardor por sus caricias, apuro por su espera… Rabiosamente deseosa y anhelante. Diego sentía y percibía las mismas sensaciones que ella, aunque intentó controlarlo y ser comedido y equilibrado no pudo. No podía controlar su ansía junto al apetito fervoroso de Fran que reclamaba con frenesí moviéndose impetuosa y, con un delirio frenético; sus cuerpos encontraron por fin lo que tanto ambicionaban obstinadamente furiosos alcanzando la culminación total con una efusión gloriosa calmando así su ansioso apetito Fran, complacidamente deleitada, se acostó a su lado y se abrazó amorosa a su pecho mientras él la recogía ardoroso entre sus brazos besándola apasionado en la frente -Cuanta falta me estabas haciendo junto a mí, amor- le dijo embelesada besándole encantada el pecho -Yo te extrañé a rabiar, mi gatita; me urgía tremendamente sentirte así a mi lado, bien juntita a mí- repuso él ansioso aprisionándola aún más contra su cuerpo, se sonrieron encandilados. -No sabía que se podía llegar a amar así- comentó asombrada y apasionada -Hasta parece que duele ¿verdad?- añadió maravillado, se besaron tiernamente. Diego volvió a acariciar encandilado la barriga de Fran- ¿Cómo va todo amor?- inquirió arrebatadamente amoroso -Todo va perfecto; tranquilo- puso su mano sobre la de él acariciándola dulcemente- Crece estupendamente y se porta muy bien- él sonrió dichoso- Además estamos tan mimados y protegidos por todos que nos están acostumbrado muy mal ¿verdad mi chiquitín?- repuso hablando a su vientre, se rieron encantados -Y yo jabeando paredes, entrando por ventanas y disparando a muñecos de paja sin saber nada; cuando debía estar aquí, mimándoos y protegiéndoos yo- comentó amargamente -No mi cielo, no digas eso- le acarició enternecida la mejilla, Diego la miró ofendido a los ojos -¿Por qué no me lo dijiste Fran? ¿Ya lo sabías cuando me fui, verdad? ¿Por qué callaste? ¿Y si os llega a ocurrir algo? ¡¿No comprendes que no me lo perdonaría nunca Fran?!- le reprochó dolido -No seas así Diego; era lo mejor amor mío, tú debías estar a lo que estabas y nosotros estábamos bien- expuso melosa acariciándole tierna la mejilla, pero el rostro de él no cambiaba- además ¿crees que Sandy no te hubiera llamado si algo no fuera perfectamente bien?- Diego sonrió más relajado comprendiendo que en eso tenía toda la razón -¿Es un niño verdad?- aseguró sonriendo dichoso mientras volvía a acariciar tierno la panza -Sí- se sonrieron amorosos y se besaron embelesados- Decidí ponerle James… ¿te importa? -No mi ángel, me parece una idea estupenda- inquirió ilusionado y volvieron a sonreírse felices- ¿cuándo llega? -Para mediados de Enero -¡Tiene siete meses ya!- se sorprendió fascinado, ella le sonrió encandilada- Entonces ya estabas de dos meses cuando me fui…- la miró inquieto a los ojos- ¡¡Ya estabas embarazada cuando te metiste en medio de todo aquello!! ¡¿No lo sabrías ya, verdad?! ¡¡Porque tú eres tan insensata que bien capaz eres de…!!- regañaba soliviantado, ella lo besó ardiente en los labios acallándolo y él le correspondió raudo entregándose todo ese gran amor que se sentían -Si supieras que guapo estás cuando estás así calladito- le murmuró melosa jugando mimosa con sus labios en los de él, Diego rió divertido -Ven aquí mi gatita insensata y mimosa, que no sabes lo loco que me tienes- repuso ardiente subiéndola de nuevo sobre él y volvieron a hacer el amor apasionadamente; aunque esta vez consiguieron ser más comedidos realizando un acto hermoso lleno de fogosa pasión pero reposado, entregándose deleitados a cada caricia y beso que se donaban. Llegando a una culminación increíble e impresionante que los satisfizo enormemente.

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