viernes, 21 de marzo de 2014

Él la detuvo en el umbral de la puerta antes de que lo cruzaran -Me voy ya cielo -¡¿Ya?!- repuso disgustada y él sonrió dichoso -¿Me dejarás dormir contigo en tu cama?- propuso pícaro y ella sonrió divertida negando con la cabeza- Pues entonces es mejor que me vaya o ya no podrás detenerme y al coche no vuelvo amor- replicó tajante y ella rió solazada; pero al instante lo miró abatida -¿Y cuándo te regresarás a Nueva York?- indagó desmoralizada pero él la miró sonriendo dichoso -¡Nunca mi vida!- declaró rotundo e Irene lo miró pasmada- ¡¡Nadie me arrancará ya de tu lado y mucho menos de junto mi hijo Irene!!- aclaró categórico- ¡¡Dios!! ¡¡Mi hijo!!- repitió henchido de pasión tomándola entre sus brazos y oprimiéndola fuertemente contra él- ¡¡Que bien suena ¿verdad mi cielo?!!- ella le sonrió feliz -Pero Rodrigo… ¿Y tu trabajo?- se preocupó inquieta, él la miró fijamente los ojos -¿Te vendrás conmigo?- interrogó decidido, ella guardó silencio sorprendida por la pregunta -¡¿No verdad?! ¡¡Pues eso!! Lo que tengo allá lo puedo conseguir aquí, sea mejor o peor no me importa; sin embargo, lo que me estaba esperando aquí no lo podré tener jamás allá… así que, me quedo- resolvió decidido, se sonrieron dichosos y se besaron nuevamente; Rodrigo empezó a profundizar aquel beso volviéndolo de nuevo ambicioso mientras la oprimía cada vez más anhelante contra su cuerpo- será mejor que me vaya o ya no podré hacerlo cielo mío, me vuelves loco mi ángel- musitó lleno de deseo retirándose muy despacio de aquella boca que no se saciaba en degustar- mañana os llevaré por ahí todo el día, quiero trabar amistad con mi hijo y me deje al menos besarte delante suyo- sonrió feliz al decirlo -Mañana es mal día, Pati tiene el partido a las cuatro- explicó cariñosa- Lo dejaremos para el domingo ¿vale? -¡¡Cierto!!- aclaró recordándolo- ¡Menudo fallo olvidarlo!- añadió arrepentido, se sonrieron tiernos -Apenas acabas de estrenarte como papá, te falta mucho rodamiento- bromeó acariciándole dulcemente la mejilla- ¿Por qué no vienes a comer con nosotros y nos vamos juntos al partido?- él sonrió deleitado -Tengo un par de cosas que hacer pero estaré aquí sin falta ¿a qué hora? -A la una, para darle tiempo a Pati; no me gusta que juegue después de comer -De acuerdo, a la una estaré aquí- se besaron amorosos en los labios y lo vio alejarse en su coche mientras lo despedía cariñosa con la mano. Subió y arropó al pequeño en su cama besándolo tierna en la frente. Luego abrió el cuarto de Pati, aún estaba despierta leyendo en la cama con los cascos de música puestos. Se miraron sorprendidas las dos -¿Aún despierta?- le preguntó su madre -¿Ya se fue tío Rodri?- indagó ella al unísono quitándose los cascos de los oídos, se sonrieron divertidas -Sí ¿por qué? -Pensé que se quedaría a dormir- expuso maliciosa mirando cariñosa a su madre -¡¡Ey chiquilla!!- protestó su madre abochornada pero le sonrió feliz- Es muy pronto, antes Diego tiene que hacerse a verlo por aquí- ella calló aunque no parecía conforme- ¿Y tú por qué no duermes ya? -Estoy intrigada con este libro, pero ya apago ahora la luz- repuso amena y se sonrieron cariñosas, su madre asintió con la cabeza y cerraba la puerta- ¡¡Mami…!!- la llamó Pati y volvió a abrir la puerta mirándola intrigada a los ojos- Me alegro de verte nuevamente sonreír feliz, esta noche estás radiante -Gracias cielo- agradeció de corazón a su niña preciosa -De verdad, me alegro que haya vuelto y, por fin, podáis ser felices- añadió satisfecha -Lo sé cielo- se estaba emocionando con la muestra de cariño de su pequeña -Mami…- volvió a llamarla -Dime cielo- la muchacha le sonrió zalamera -Ya que tío Rodri no se quedó… ¿Puedo dormir contigo esta noche? ¡¡Puede que sea la última que podamos dormir juntas!!- reveló astuta y su madre rió divertida -¡El libro te tiene intrigada ¿no?!- reprochó cariñosa, la muchacha rió sagaz- ¡Anda, vente; cara dura! ¡Tan grandota y colándose en cama de su mamá a las primeras de cambio!- repuso rendida a su pillería, ella saltó de la cama rauda y se fueron abrazadas al dormitorio de su madre mientras reían divertidas. Rodrigo se despertó temprano, radiantemente feliz y entusiasmado. Tenía que hacer algo muy importante antes de la una: encontrar una casa; una casa grande, cómoda, y sobre todo, con un gran jardín para toda la familia… ¡Una familia! Estaba tan ilusionado de formar parte de una que se sentía plenamente dichoso. Se duchó rápido pidiendo el desayuno a la habitación mientras se vestía apuradamente. Después de mucho buscar por distintas inmobiliarias, encontró una que le complació; aunque estaba en las afueras y un poco lejos de la ciudad, era lo suficientemente grande como él deseaba. De estilo moderno y dos plantas, se encontraba al borde de un pequeño acantilado que le proporcionaba unas vistas espectaculares desde la amplia sala del piso de abajo y las cinco habitaciones del piso superior. El gran jardín trasero de hierba bien cortada, que también se veía desde las habitaciones y la gran sala, rodeada de una segura valla le encandiló. Allí podría jugar su hijo tranquilamente sin temor a caerse por el acantilado. Sonrió dichoso al pensar en él: su hijo… una gran pasión le llenaba el corazón al recordarlo y pronunciar aquellas palabras. En la valla había una portezuela, que se aseguró cerrara bien, que daba a unas escaleras firmes y seguras, que también revisó preciso, que llevaban a una pequeña cala de arena fina y blanca donde rompían las olas de un mar limpio y transparente. -Me gusta- resolvió satisfecho a la vendedora metiéndose las manos en los bolsillos de sus pantalones vaqueros, ella le sonrió alegre- ¿Trabajan con algún decorador que la pueda amueblar inmediatamente? -No solemos, pero puedo conseguirle uno ahora mismo si así lo desea- le indicó atenta, él asintió y ella avisó por su teléfono- Vendrá en seguida- se lo agradeció y revisó todos los cuartos de nuevo mientras esperaban. No tardó en llegar una mujer joven que sacaba montones de muestrarios de cortinas y tonos de pinturas del asiento trasero. -Ni se moleste en bajar todo eso porque no tengo ni idea de decoración- la detuvo y ella lo miró confundida- yo le voy a explicar lo que quiero y el resto se lo dejo en sus manos- le habló animoso, la muchacha sonrió divertida y recogió solo un bloc. Primeramente subieron al piso de arriba y él le fue mostrando lo que quería: el primer cuarto era para Pati, al final del corredor; le explicó con lujo de detalles como era, un chiquilla de 16 años muy adulta para su edad, preciosa, coqueta y una deportista nata… el siguiente sería un cuarto de invitados que decoraría como quisiera y venía el de Diego, un niño de cinco años precioso, travieso y juguetón; muy aficionado a pintarrajearlo todo, así que la pintura tendría que ser lavable…- me va a ser artista ¿sabía?- bromeó lleno de pasión, la decoradora sonreía divertida, se le veía un padre atento e ilusionado muy interesado en agradarles. Otro cuarto de invitados y abrió las dobles puertas del dormitorio siguiente… -Este es el dormitorio principal- indicó decidido- La quiero perfecta, encantadora; que entre aquí mi esposa después de una dura jornada de trabajo y de lidiar con nuestros diablillos y solo sienta paz y tranquilidad; pero muy romántica e íntima… que se sienta plenamente feliz en ella- no sabía por qué había usado el calificativo de esposa para hablar de Irene pero se sentía completamente dichoso de haberlo hecho y le sonara precioso, ella lo miró sorprendida -¡Ah, pero ¿está casado?! ¿Y a su esposa no le gustaría amueblarla en persona?- indicó confundida y él sonrió dichoso; esa idea del matrimonio cada vez lo seducía más -Probablemente… pero quiero darles una sorpresa y que se encuentren todo dispuesto para entrar a vivir en ella cuando lleguen- le explicó ilusionado -De acuerdo entonces, les haré el nido de amor más perfecto que nunca hayan visto- aclaró y él le sonrió complacido -El resto de la casa: funcional, alegre, moderno… pero sobre todo que sea placentera y cómoda, que solo deseemos estar en ella… Del dinero no se preocupe- hablaba entusiasmado y decidido -Le entiendo, no se inquiete; le dejaré una casa perfecta para su familia- repuso la mujer ilusionada -¿Cuándo me la podrá tener lista? me urge- indicó ansioso -Haré todo lo posible para tenérsela a finales de semana ¿le parece bien?- propuso dispuesta y él sonrió satisfecho- le llamaré para avisarlo cuando esté acabada, para que pueda decidir cambiar algo que no esté a su gusto -No se demore, por favor- se despidieron y él regresó a la ciudad entusiasmado, observando complacido el hermoso paisaje que lo llevaba a la ciudad. Examinó su reloj, tenía el tiempo justo para llegar a casa de Irene, así que la visita a su hermano tendría que posponerla para otro día; marcó en su móvil su teléfono -¡¡Hermanito ¿cómo te va?!!- le respondió ameno Diego, él sonrió dichoso -¡Ni te lo puedes imaginar!!- respondió entusiasmado -¡Vaya! Te oigo mucho más alegre y animado que la semana pasada ¿qué? ¿Te has decidido por alguna americana por fin?- indicó socarrón y él rió divertido -Estoy aquí ya de vuelta, Diego- expuso alegre -¡Cabrito ¿Por qué no has avisado?! Comemos juntos entonces… -No puedo Diego, lo siento pero hoy me es imposible; iba a ir a verte ahora porque tengo una noticia que darte, pero ya se me ha hecho tarde- explicó resuelto- Te llamo porque no puedo esperar hasta verte para decírtela -¡A saber qué será!- repuso burlón y volvieron a reírse -Tienes un sobrino hermano- soltó de pronto radiante y orgulloso, su hermano no dijo nada; guardaba silencio- ¿Me has escuchado? -Sí, Rodrigo, te he oído- hablaba muy serio y precavido- ¿Tú estás seguro de eso? -¡¿Seguro?!- exclamó y soltó una carcajada feliz- ¡¡Tío, es un calco de ti colega!! ¡¡Figúrate que al verlo lo único que se me vino a la cabeza fue que era tuyo y se lo reproché a su madre!! -Serás animal- expresó divertido y se rieron jocosos -¿Quieres conocerlo y comprobarlo tú mismo? -De acuerdo- aunque no sonaba muy convencido -Te vas a asombrar hermanito, esta tarde iremos a un partido y allí conocerás a Irene y a… -Irene… ¿cómo no?- lo interrumpió apesadumbrado- ¡Pero ¿Qué haces estúpido?! ¡¿Aún no te llegó todo lo que has sufrido por su culpa que vuelves a las andadas Rodrigo?!- reprochó abatido -¡¡No hubiera sufrido tanto si hubieras hecho lo que te pedí maldito desgraciado!!- le reclamó furioso y su hermano calló- Se quedó viuda Diego; al poco de irme, su esposo murió en un accidente… ¡Y de eso hace cinco años!! ¡¿Acaso no te enteraste?! ¡¿Por qué no me lo hiciste saber imbécil?! ¡¡He sufrido cuatro años lejos de ella por tu maldita culpa; no por la de Irene!!- siguió increpando furibundo -Vale… cálmate energúmeno; lo siento… lo siento mucho pero quería que te olvidaras de ella Rodri, que dejaras de sufrir de aquella manera y así te fuiste ni me molesté en saber de ella; te juro que no me enteré de esa noticia hermano sino sí te hubiera avisado, no seas imbécil- expuso arrepentido Diego, lo oyó tomar aire profundamente -Pues hermanito... No te sirvió de nada ¡¡Me tiene completamente loco Diego!! ¡Estoy más que enamorado de ella, la amo con pasión hermano; ni yo sospechaba cuánto la amaba hasta que volví a tenerla frente a mí!- declaró efusivo y lo oyó reír- ¿Te digo otra hermanito?- repuso entusiasmado -A ver… ¡te temo!- comentó prevenido -Estoy pensando en pedirle matrimonio- indicó dichoso -¡¡Ah, por ahí sí qué no paso!! ¡¡Maldito impostor, regrésate a las Américas y devuélveme a mi hermanito Rodri porque él nunca pensaría en semejante estupidez!!- bromeó chistoso y se rieron divertidos -Solo lo estoy sopesando, puede que no me decida a proponérselo- indicó inquieto -¡¡Mejor!! Piénsalo bien, colega… ¡Eso es un pecado imperdonable!- siguió bromeando -Te llamaré para decirte a donde debes ir… Te quiero, hermano; pese a todo- dijo cariñoso -Y yo, colgado… ¡Querer casarse! ¡Joder tío, me ha salido un sarpullido de solo oírtelo decir!- se rieron de nuevo y colgaron la llamada. Pati lo recibió entusiasmada y él le correspondió agradado y feliz; sin embargo el pequeño Diego lo miraba receloso y poco comunicativo, casi no habló durante la comida, lo miraba desconfiado pero Rodrigo no le hacía caso, seguía hablando animadamente con Pati e Irene mirándolo de vez en cuando y sonriéndole cariñoso, otras veces le hacía un guiño divertido; el niño parecía que lo iba aceptando muy lentamente en su pequeño mundo pero no estaba muy dispuesto a integrarlo del todo. Y menos cuando acariciaba o le tomaba la mano a su mamá, en seguida reclama su atención obligándola a soltarlo y lo miraba triunfante cuando lograba su cometido. -Lo tienes muy crudo- le susurró divertida Pati durante la comida -Lo sé, pero se parece demasiado a mí y sé cómo ganármelo ¡ya lo verás!- declaró convencido guiñándole un ojo a la muchacha y se sonrieron amenos Llegaron al parque donde se celebraba el partido, ellos se sentaron en las gradas de madera con Diego en el medio de ellos ¡Cómo no! mientras Pati calentaba en el campo con sus compañeros, daba toques perfectos al balón con su pie; manejaba la pelota intachablemente. Con los pantalones cortos, la camiseta de manga corta y la trenza sujetándole su rizado pelo rubio; estaba preciosa y se veía que sería una mujer impresionante -¡¡Pero todos son chicos!!- expuso inquieto mirando a sus compañeros y al equipo contrario, Irene sonrió divertida -¿Eres un machista de esos que piensan que el fútbol solo es para hombres?- bromeó socarrona, él la miró sorprendido por su comentario -¡¡Claro que no!!- repuso molesto- Pero temo mi reacción si a alguno se le ocurre hacerle daño; quiero mucho a mi chiquitina- añadió preocupado e intranquilo, ella volvió a reírse hacia Diego -Como se ve que tu papá no vio jugar aún a Pati, cielo; no sabe que ella es la peor de todos- le comentó guasona al niño mientras le colocaba su visera, él rió divertido mirando a Rodrigo que le correspondió agradado -¿A ti también te gusta jugar al fútbol?- le preguntó ameno -No, a mi me gusta nadar; el abuelo me llevaba a la piscina antes de marcharse- indicó feliz -¿Y ya no vas?- siguió preguntando, había comenzado a entrar en su mundo y no podía arrecular ahora -No, mami no tiene tiempo de llevarme- indicó desalentado -¡Ah, pues eso hay que solucionarlo colega!- comentó decidido Rodrigo, el niño lo miró desconfiado pero sus ojitos brillaban expectantes- Podemos hacer un trato… si quieres, claro- expuso serenamente mirando hacia el campo sin darle importancia al comentario. Irene los observaba divertida, realmente sabía cómo llevarlo a su terreno -¿Qué trato?- repuso el pequeño intrigado -Pues yo podría encargarme de apuntarte a clases de natación y de llevarte personalmente, y tú… pues no sé…- hizo que se lo estaba pensando recostándose en su asiento reposando sus codos en la grada a su espalda, el niño lo miraba expectante- Y tú… por ejemplo… podrías dejarme darle cariñitos a mami cuantas veces yo quiera sin oponerte ni enfadarte- repuso calmosamente como si no le importara mucho el trato, se miraron fijamente a los ojos, el pequeño hizo gesto de estar pensándoselo -Vale, trato hecho- repuso convencido e Irene sonrió encandilada -¡Ey, colega; los tratos hay que firmarlos!- repuso Rodrigo mostrándole la mano amistosamente, el niño se la estrechó firmemente, serio y concentrado; estaba firmando un trato como una persona mayor. Irene y Rodrigo se sonrieron solazados ante el gesto resolutivo del pequeño -Pero solo cariñitos ¿eh?- remarcó rotundo levantado su dedito índice -¡Claro que solo cariñitos!- exclamó decidido Rodrigo, Irene reía divertida y el pequeño respiró satisfecho- como por ejemplo… ¿qué te parece este?- expuso besando amoroso los labios de Irene mirando intrigado la reacción del pequeño que sonrió satisfecho para grata sorpresa de los dos -¿Siempre te sales con la tuya?- preguntó encandilada Irene mirándolo enamorada y Rodrigo sonrió satisfecho -Siempre ¿aún no lo sabías?- expresó vanidoso y volvieron a besarse complacidos sin protestas al fin del pequeño

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