viernes, 16 de mayo de 2014

Aquel domingo, en casa de los padres de Bruno, su comportamiento con ella no varió. Todos los observaban curiosos y desconcertados pues se veía a leguas que estaban enfadados, pero nadie preguntaba nada hasta que llegó Guille que observó sorprendido un par de veces las desairadas contestaciones de Bruno a Bárbara -¡¿Hay tormenta en el paraíso o qué?!- se burló socarrón mirando a su hermano que no le contestó, Bárbara solo bajó su mirada abochornada, estaban dando un espectáculo bochornoso. Siguieron comiendo, Bárbara casi no probó la suya y Guille también lo notó- Como sigas comiendo tanto te vas a poner enorme para la boda- bromeó chistoso -No tengo hambre- expuso amable intentando mostrarle una sonrisa pero solo quedó en una mueca tristona; Gonzalo la observaba preocupado -¿Se puede saber qué pasa?- increpó molesto Gonzalo a su hermano -El jueves me voy- contestó rotundo y tajante, todos les miraron sorprendidos -¿A dónde?- preguntó su madre intrigada -A las islas Maldivas- aclaró despreocupadamente siguiendo con su comida, Bárbara revolvía nerviosa la comida en su plato sin atreverse a mirar a nadie -¿Has dicho Maldivas o Malvinas?- interrogó Andrés confundido -Maldivas, en el Pacífico- explicó rotundo -¿Pero eso no queda en el culo del mundo?- expuso sobrecogido Pablo, todos callaron -¡Es igual! Eso es guay, dicen que están de miedo ¿no?- preguntó entusiasmada Bego -Una luna de miel antes de la boda- indicó ilusionada Patricia -¡Estos todo lo hacen al revés!- indicó burlón Guille- Primero tienen niñas y luego se comprometen, ahora se van de luna de miel antes de la boda… ¡Todo a la contra del mundo!- todos rieron divertidos, menos Bárbara y Bruno; Gonzalo no les quitaba ojo de encima -Tú no vas ¿verdad?- indicó apesadumbrado mirando a Bárbara, ella evitó su mirada pero las lágrimas corrían por sus mejillas acongojando a todos que guardaron un pesaroso silencio -¡Porque no quiere!! ¡¡Y deja de llorar de una puta vez, sabes que no lo soporto!- exclamó enfurecido Bruno dejando sus cubiertos fuertemente sobre la mesa sobresaltando a todos que pegaron un respingo impresionados; Alba rompió a llorar asustada y Patri corrió a calmarla mientras Clara consolaba a Sarah que también se asustara al tiempo que Adrián calmaba a su hijo en brazos. -¡¡Quien me diera poder evitarlo estúpido ¿o crees que lo hago para darte lastima?!! ¡¡Y no es que no quiera ir, Bruno; te lo expliqué hasta la saciedad pero tú no escuchas!! ¡¡No puedo ir!!- le gritó furiosa dejando su servilleta de un guantazo sobre la mesa levantándose- ¡¡No puedo ir cenutrio!! ¡¡No puedo!!...- le vociferó acercándose a su oído- ¡¡No puedo!!- le chilló rabiosa nuevamente y, llorando desconsolada, se metió en la casa. Todos se quedaron helados, nadie sabía que hacer o decir mientras Bruno apretaba furioso sus mandíbulas. -¿Cuánto tiempo es Bruno?- preguntó calmosamente su padre al cabo de un tiempo -Cuatro o cinco meses- respondió apesadumbrado -¡¿Te das cuenta de lo que le estás pidiendo, capullo insensible?!- le bramó furioso Gonzalo y él lo miró desconcertado encontrándose con su mirada furiosa- Se comprometió en un proyecto importante, dio su palabra y no puede dejarlo ahora ¡no es una tontería, Bruno! ¡Si no lo entrega a tiempo, irán encima a ella y perderá una gran oportunidad además de una considerable suma de dinero!- expuso irritado, Bruno empezaba a comprender -Estoy por apostar que si apareciera esto antes, ella hubiera rehusado su proyecto sin pensárselo dos veces; te quiere con locura y te seguiría hasta el fin del mundo, de eso no tengo duda ninguna hermano- aclaró seguro y confiado Guille -¡¡Dios le da pan quien no tiene dientes!!- bramó asqueado Gonzalo mirando desdeñoso a su hermano que lo observó irritado- ¡¡Eres un capullo que no te la mereces! ¡Ni a ella ni al gran amor que te tiene!- le indicó enfurecido yéndose al encuentro de Bárbara, Bruno bajó sobrecogido la cabeza: había sido un egoísta intolerante y un burro desconsiderado. -Y estar tanto tiempo sin ver las niñas, que son su vida- expuso calmosamente Bego -¡Yo tengo que estar tanto tiempo sin ver a Raúl y me da algo!- añadió apesadumbrada Patricia acariciando la cabeza de la pequeña Alba que estaba en sus brazos -¿Pero no comprendéis que yo no sé si podré estar tanto tiempo sin ella? la amo tanto- aclaró mortificado Bruno sin atreverse a mirarlos abochornado por su comportamiento -Pues se lo estás demostrando de perlas hermanito- se burló satírico Guille. Apareció Gonzalo con rostro enfadado y pesaroso -Bego, recoge a las niñas que nos vamos a llevar a Bárbara a casa; puede que te quedes con ella esta noche que no se encuentra bien- indicó autoritario y todos se sobresaltaron -¡¿Qué le ocurre a mi ángel?!- bramó aterrado Bruno levantándose con tal ímpetu que tiró su silla hacia atrás al salir corriendo a su encuentro -¡¡Ah ahora vuelve a ser “tu ángel”!!- exclamó sarcástico, Bruno le lanzó una mirada furiosa- ¡¿A ti que te parece, imbécil?! ¡¡Después del disgusto y el sofoco que le acabas de hacer pasar está vomitando y se encuentra fatal!!- le reprochó violento y rabioso pero Bruno ya entrara en la casa buscando a Bárbara. La encontró tirada en el sofá de la sala, estaba pálida y descompuesta -¿Qué tienes vida mía?- inquirió nervioso besándola amoroso por el rostro mientras la recogía tiernamente entre sus brazos abrazándola; todos los rodeaban preocupados por ella -Ayer me sentó mal la comida y hoy sigo con el estomago revuelto- expuso llorosa abrazándose a él, solo su amor y su ternura hacía que se sintiera mejor- Te avisé hasta la saciedad que no me gritaras, que no me gusta- sollozó pesarosa -Sí me lo dijiste ángel mío, todo esto es por mi culpa mi amor; soy despreciable- exteriorizó desolado mientras la besaba cariñosamente en los labios y la estrechaba ansioso contra él- ¿Vamos a un médico cielo? ¿O prefieres que nos vayamos a casa?- ella le sonrió tierna acariciándolo amorosa en la mejilla -No es necesario, solo estando tú a mi lado ya se me pasa todo y me encuentro mucho mejor- expuso cariñosa mirándolo con tanto amor que le impresionó y él la besó de nuevo amoroso en los labios -Perdóname mi ángel; sé que fui un irracional pero… solo pensar que voy a estar sin ti a mi lado tanto tiempo me llevan todos los demonios mi ángel… ¡¡te quiero tanto vida mía que estar lejos de ti me vuelve loco!!- sollozó conmovido por aquella mirada tan llena de amor de ella -¡¡Oh Dios Bruno!! No lo había pensado así… Pues abandono el proyecto y me voy contigo vida mía ¿es eso lo que quieres?- propuso decidida y él abrió atónito sus ojos -¡¡No mi ángel!! ¡¡Nunca debí ponerme así ni permitiré que hagas tal cosa!! ¡¡Es tu sueño, tu carrera mi ángel, no lo permitiré!! Yo vendré a veros mi vida y tú puedes ir alguna semana… ¡Lograremos superarlo, verás mi cielo!- exclamó convencido y ambos lloraron arrepentidos mientras se fundían en un abrazo encandilado y asombrante ante la mirada emocionada de toda la familia -Tomate esto cielo, verás cómo pronto te encontrarás mucho mejor- le habló cariñosa Patricia trayéndole una taza de tila caliente que ella le agradeció con una sonrisa dulce -Y abrígate corazón, seguro que estarás destemplada de no probar bocado y pasar la noche sin dormir… Conozco muy bien estas riñas cielito, Bruno se parece demasiado al mulo de su padre- indicó tierna la madre de Bruno colocándole amorosa un chal de lana por los hombros y ellos se sonrieron enternecidos mientras Bruno le ayudaba cariñoso a tomarse la tila. El resto de la tarde la pasaron en la sala en donde todos se instalaron a su alrededor mientras Bruno la mantenía con gran amor y muchísima ternura entre sus brazos cobijándola contra su cuerpo. Aquella noche hicieron el amor pausadamente, sensitivos, entregándose embargados de un amor infinito, maravilloso y deslumbrante. Bruno fue tan tierno y amoroso que hizo que cada poro de la piel de Bárbara pudiera apreciar todo aquel gran amor que sentía por ella de manera extraordinaria. Eran todo el uno para el otro y así se lo intentaron demostrar embriagados de amor y pasión El jueves los despedían en el aeropuerto. Marta, Héctor y otros dos muchachos que Bárbara no conocía, iban con él; después de facturar el equipaje y todo el abundante equipo, se despidió de toda la familia que fueran a despedirlo -Sigo pensando que de verdad no te la mereces Bruno, ni cuenta te das de todo lo que hace por ti ni del amor que te da diariamente; si no fuera porque ella está completamente ciega de amor por ti, yo soy capaz de…- le reprochó Gonzalo sincero al oído mientras se abrazaban, Bruno lo miró desafiante a los ojos -Ni se te ocurra intentarlo Gonzalo porque te juro que hago una locura- lo acalló de inmediato mirándolo duramente, su hermano solo esbozó una mueca cínica que aún lo inquietó más- Cuídamelas mucho hermano y vigila a Gonzo de cerca, no me gusta para nada lo que me acaba de decir- le murmuró preocupado a Guille cuando se despedía de él -Tranquilo, sabes que es un bocazas- intentó serenarlo pero sin resultado -Solo me fío de ti en estos momentos; júrame que si algo pretendiera, me lo comunicarás inmediatamente- le indicó rotundo -No te preocupes, además no las dejaré ni a sol ni a sombra- prometió decidido. Luego aferró a sus tres hermosas mujeres entre sus brazos besándolas apasionado repetidamente -¿Por qué no te vas con mis padres cielo? Me quedaría más tranquilo- le insistió nuevamente a Bárbara, ella le sonrió tranquilizadora -No; quiero estar en nuestro hogar esperándote Bruno, dormir en nuestra cama que huele a ti… Estaremos bien amor, no te preocupes- pero él no cesaba de mirarla inquieto y ella lo besó dulcemente en los labios sonriéndole tierna- amor, de verdad que estaremos bien; tranquilo- insistió sincera y él volvió a oprimirlas a las tres fuertemente contra él -Te quiero muchísimo mi vida, nunca lo dudes- declaró apasionado y ya no las pudo soltar hasta que casi pierde el vuelo teniendo que correr por el pasillo de embarque. Nadie de la familia las desamparó, siempre atentos a cualquier necesidad de las tres. Clara recogía a las pequeñas de la escuela llevándoselas a casa de los abuelos donde pasaban felices la tarde hasta que Begoña las recogía después de trabajar y se las llevaba a casa a donde se había trasladado por orden expresa de Guille. Todas las noches, Guillermo pasaba a verlas y asegurarse de que todo iba en orden encontrándose siempre a Gonzalo allí ya. Vigilaba alerta cada gesto suyo hacia Bárbara, pero llegó un momento en que ya era demasiado descarado el amor que él le mostraba, no se cortaba un pelo últimamente aunque Bárbara no parecía, o no quería, darse cuenta. -¿Qué rayos pasa con este? ¿Vive aquí ahora o qué?- le comentó a su hermana Bego una noche ya mosqueado con sus caricias y muestras de cariño hacia Bárbara -Se ofreció amable a llevarla y traerla todos los días al trabajo para que no lleve el coche y dejármelo a mí; sabes que no me gusta conducir la ranchera de Bruno, se me hace muy grande… además comen juntos muchas veces según me comentó ella- le explicó resuelta sin darle importancia pero a Guille todos eses detalles con ella no le gustaron nada, mosqueándolo terriblemente. -Pues te dejo el mio y yo me llevo la ranchera, pero él que no la lleve ni la traiga nunca más a ningún lado ¿me oyes? ¡A ningún lado!- resolvió tajante desconcertando a su hermana que lo miró atónita- ¡¡Y a ver si te compras un coche de una puta vez y dejas de usar los nuestros!! -Guille… ¿a qué viene eso?- expresó anonadada -¿Es que acaso no te has dado cuenta como la mira, como la acaricia, y que dulce y amable es con ella Bego? No me gusta tanta muestra de cariño por su parte- habló desconfiado pero su hermana sonrió divertida -No me seas un Otelo tú también como Bruno, Guille; solo la quiere mucho como todos nosotros y ella se lo merece, nada más- respondió despreocupada sin dejar de reírse alegre Pero aquella conversación con su hermano Guille la hizo abrir los ojos y acabó percatándose al poco tiempo que él tenía razón y Gonzalo quería algo más de lo normal a Bárbara, tenía detalles demasiado atentos con ella y la miraba de forma demasiado especial; muchas veces lo descubría mirándola embobado con un brillo en los ojos que no le gustaba nada. Al cabo de unas semanas, la conversación que mantuvieron él y Bárbara antes de que llegara Guille, la inquietó mucho más… -Cielo, últimamente se te ve pálida y decaída cariño mío ¿estás descansando bien?- se interesó Gonzalo amoroso hacia Bárbara acariciándole su mano con demasiada ternura como siempre hacia, ella le sonrió cariñosa -Sí, no te preocupes tanto hombre- respondió agradecida -Bego ¿estás obligándola a cenar? Porque está comiendo como un pajarito- siguió indagando inquieto, su hermana lo miraba atónita, aquella preocupación ya se pasaba de cariñosa… -Estoy bien Gonzo, de verdad; deja tranquila a Bego… solo estoy teniendo algunos problemas en las obras, pero nada que no pueda solucionarse- intermedió amable -Lo que necesitas es desconectar un poco mi chiquita preciosa, te pasas los días del trabajo a casa y de casa al trabajo… ¿qué te parece si el sábado salimos a cenar y distraerte un poco?- le propuso esperanzado, Begoña sintió que el corazón le latía frenético ante tal propuesta y esperó que ella se negara -No puedo Gonzo, las niñas…- denegó Bárbara aunque parecía desilusionada por no poder aceptar, eso aún alarmó más a Begoña -Bego se quedará con ellas ¿verdad cielo?- propuso resuelto, ella miró a ambos desconcertada -¿El… sábado? ¿Este sábado?- balbuceó inquieta ella sin saber que decir -No puedo pedirle eso Gonzo, por favor- interrumpió rauda Bárbara- ya hace mucho por nosotras, déjale los fines de semana al menos caray- explicó conmovida acariciándole la mano a Begoña sonriéndole con gran cariño, ella le correspondió; aquella muchacha repartía tanto cariño a todos sin apenas darse cuenta que no le extrañaba que su hermano se enamorara de ella- Iremos cualquier otro día Gonzo- resolvió cariñosa -No que va, iremos este sábado; hablaré con mamá y verás cómo queda encantada con las pequeñas- resolvió decidido Gonzalo para pesar de su hermana -Está bien, como quieras- respondió animada Bárbara y ambos se sonrieron encantados ante la mirada inquieta de Begoña -Tenías razón Guille, Gonzalo no se corta un pelo en mostrar su amor a Bar y no me gusta el tonito que todo esto está tomando hermanito- le indicó aquella misma noche Begoña a su hermano Guille después de que se fuera Gonzalo mientras Bárbara acostaba a las pequeñas -A mí tampoco cielo- aclaró preocupado -Estaba pensando en decírselo a Bruno en su próxima llamada- expuso inquieta -¡¿Estás loca peque?! ¡¿No conoces a tu hermano Bruno o qué pasa?! ¡¡Si llega a enterarse, bien es capaz de matar a tu hermano peque!!- le increpó nervioso y ella lo miró agitada- No te preocupes cielo, hablaré con él -Pues hazlo pronto porque, como Bar lleva decaída hace tiempo, la invitó a salir el sábado para distraerla… y lo peor es que ella aceptó muy animada Guillermo- indicó pesarosa y él la miró pasmado -¡¿Está trastornado o que rayos le pasa?! ¡¡Está pidiendo a gritos unas hostías!!- bramó enfurecido, ella lo miró apesadumbrada. -Está enamorado Guille, y no las piensa- declaró compasiva pero su hermano la miró desdeñoso. Aquella noche fue al piso de Gonzalo. Así abrió, le agarró fuertemente por las solapas inesperadamente metiéndolo dentro del piso mientras cerraba la puerta con el pie -¡¿Eres gilipollas?! ¡¿Qué coño crees que estás haciendo?!- le gritó enfurecido mientras lo zarandeaba -¿A qué te refieres?- preguntó descolocado mirando incomprensible a su hermano pequeño -¡¡No te hagas Gonzalo que no soy tonto!! ¡¿Qué rayos pretendes con Bárbara?!- le reprochó rotundo -¡¡Nada!! ¡¡No seas imbécil!!- le bramó soltándose de su sujeción de un fuerte palmetazo en sus manos -¡¿Cómo que nada?! ¡¿A qué viene invitarla a salir y todo eso que estás haciendo capullo?!- recriminó mordaz, su hermano lo miró incrédulo unos instantes pero al segundo sus ojos se endurecieron fríamente -¡¡Déjame en paz!! ¡¡Hago lo que me dicta el corazón y lo que debo Guille!! ¡¿Has visto que mal está desde que Bruno se fue?! ¡¡Solo quiero animarla!!- sus ojos estaban cargados de tristeza -¡¡A mí no me vengas con milongas!! ¡Sé lo que pretendes y ella está así porqué ama a nuestro hermano, imbécil! ¿Aún no te das cuenta de que ella lo ama con devoción? -¡¡Sí lo sé!! ¡¡Lo sé muy bien!!- escupió mortificado pero volvió a clavarle los ojos llenos de ira- ¡¡Pero él no se la merece Guille, nunca se la mereció!! ¡¡Y yo no cesaré en la lucha!! -¡¿Estás desquiciado o qué cojones te pasa?!- expresó atónito mirándolo incrédulo -¡¡No, no estoy desquiciado y compréndeme tú!! Yo estoy completa y locamente enamorado de ella Guille y no soporto verla sufrir así… -Se tuvo que ir por trabajo Gonzalo, no seas cenutrio- expresó amable para hacerlo reaccionar -¡¡No me vengas con esas Guillermo!!- bramó desdeñoso descolocándolo de nuevo- Eso es ahora y lo comprendo… pero tienes que reconocer que nunca la valoró como se merece, todo lo que lleva hecho por él y él ni cuenta se da; no se merece todo lo que lo ama Guille, lo sé muy bien y tú también ¡¡reconócelo!!- comentó apesadumbrado con gran dolor en los ojos que conmovió a su hermano- pero eso puede cambiar Guille, puedo conseguirlo hermano, tengo cinco meses y puedo lograr enamorarla y que se olvide de Bruno que solo la sabe hacer sufrir- añadió esperanzado -¡¿Te estás oyendo Gonzo?! ¡¡Estás enfermo hermano!! ¡¡Obsesionado con una idea que jamás ocurrirá!! ¡¡Ella lo ama y nunca conseguirás eso que te propones!! ¡¡Lo único que estás buscando es que ella acabe por percatarse y Bruno regrese solo para matarte!!- concluyó aturdido -¡¡No me importa Guille!!- clamó desesperado sorprendiéndolo de nuevo- ¿No te das cuenta que vivir sin ella ya es una tortura para mí?- declaró abatido mirando afligido a su hermano- él no se la merece Guille, no se la merece… Bárbara siempre lo ha dado todo por él, siempre lo antepuso ante todo ¡¡hasta a su propia vida Guillermo!! ¡¡Joder, hasta estaba decidida a dejar ese proyecto tan importante por él!! ¡¡Y ese energúmeno ni cuenta se da de todo lo que hace por él!! ¡¡No se la merece hermano!!- repuso amargamente. Guille sintió una gran pena y desazón por sus hermanos, tanto por uno como por el otro: cualquiera de ellos iba a sufrir fuera cual fuera el resultado de aquella locura. -Cesa con esta estúpida idea, Gonzo… o perderás a un hermano que siempre te quiso con pasión hermano- recomendó más calmado posando amistoso su mano en el hombro de su hermano -Lo siento pero no puedo, la amo demasiado y ella se merece algo mejor- aclaró rotundo -¡Y ese “algo mejor” eres tú?- expresó sarcástico -¡Sí Guille! ¡¡Soy yo!! Yo sé lo que vale y todo el amor que puede llegar a dar a manos llenas sin pedir nada a cambio; nunca permitiría que sufriera hermano -Pues me obligarás a intervenir- avisó decidido, él lo miró desafiante a los ojos -Haz lo que creas conveniente, pero yo con Bárbara no voy a desistir- determinó definitivo. Guille, deprimido, salió del piso dejándolo solo en su tormento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario