sábado, 17 de mayo de 2014

Aquel sábado, Gonzalo y Bárbara salieron a cenar finalmente pero no como Gonzalo tenía preparado; Guille animó al resto de hermanos y salieron todos juntos a divertirse para alegría de Bárbara y la incomodidad de Gonzalo -Te salió bien esta, pero habrá más; como te dije no cesaré en mi empeño y no vas a lograr intervenir en todas- le habló amenazante Gonzalo cuando salían del restaurante entre las risas animadas de sus hermanas con Bárbara por algún comentario chistoso de Pablo -Mientras tú no dejes esa locura, yo seguiré interviniendo siempre- aclaró decidido mirándolo desafiante y ambos se quedaron con la mirada clavada, despectivos y provocadores -¡¿Qué?! ¿Vamos a bailar? Las chicas se animan- les propuso animado Andrés encontrándoselos con aquella mirada dura y desafiante entre ellos- ¡¡Ey!! ¿Os pasa algo a vosotros dos?- se interesó preocupado al verlos, Guille tomó aire profundamente y desvió su mirada hacia él sonriéndole ameno -No que va, no pasa nada… ¡¡Sí venga, vámonos a bailar!!- resolvió risueño y todos se dirigieron a los coches. La noche siguió entretenida para todos menos para Gonzalo que no pudo estar a solas con Bárbara ni un segundo. Aquella semana, la tensión que se palpaba entre Gonzalo y Guille cuando se encontraban sus miradas, era evidente para todos… Para todos menos para Bárbara, que ni cuenta se diera de las intenciones de Gonzalo y la intranquilidad de Begoña y Guille; solo pensaba y vivía por Bruno contando los días que faltaban para su regreso. Solo tenía cabeza para él y sus pequeñas. Bego observó que desde hacía días estaba radiante y feliz nuevamente y con aquel brillo entusiasmado en su mirada de nuevo, inquietándola terriblemente porque las visitas de Gonzalo no cesaran y ella parecía cada día más ilusionada. Pero lo que no sabía nadie, era que aquella ilusión de Bárbara era porque estaba decidida a irse tres días a las Maldivas. Era un viaje caro y pesado, pero valía la pena. Solo por volver a ver a Bruno, estar con él y amarse apasionadamente… valía la pena. Su Bruno, el amor de su vida; se llenaba de pasión solo de pensar en él. -Guille, me estoy preocupando de verdad- llamó presurosa por teléfono aquella mañana a su hermano así Bárbara se fue al trabajo -¿Qué ocurre ahora con ese imbécil?- indagó intranquilo -No es Gonzo, es Bárbara Guille- dijo desalentada -¿Qué le ocurre a Bárbara?- se inquietó al instante -La veo desde hace unos días ilusionada de nuevo, anda como en una nube; como si estuviera…- guardó silencio -¡¿Cómo si estuviera qué, peque?!- reclamó alterado -Ilusionada de nuevo hermanito- dijo finalmente en un breve murmullo, ahora era él el que guardaba silencio -Hay que alejarla de aquí, mandarla allá unos días para que esté con Bruno- expuso de repente- No te preocupes, cielo; yo se lo comento a la noche y le regalo el viaje si es necesario. -Bar, cielo… ¿por qué no le haces una visita sorpresa a Bruno? Hace más de un mes que se marchó y debe echarte de menos… te quiere mucho corazón- la incitó animado aquella noche, ella le sonrió dichosa; aunque Gonzalo lo fulminó con la mirada -¡Caray, debemos tener telequinesia!- expuso divertida sorprendiéndolos- Iba a pediros el domingo que me quedarais con las niñas: me voy el sábado que viene a las Maldivas; Esther me consiguió un pasaje- expuso feliz, ellos se miraron sorprendidos y luego la observaron a ella intrigados- Tengo que verlo, no me aguanto más sin verlo- añadió ilusionada y aquel hermoso brillo en sus ojos regresó -Cómo vas a viajar sola cielo…- repuso amistoso Gonzalo, Guille lo miró inquieto y desafiante pero él no se calló- Yo te acompaño- se ofreció decidido, Bego lo observaba incrédula -¡¿Estás tocado?!- increpó asombrada- ¡¿Qué pintas tú allí de sujeta velas en medio de la pareja?! -No voy a andar con ellos peque, yo solo la acompañaré para que no viaje sola- indicó serenamente, Bárbara le sonrió agradecida -No es necesario, Gonzo- indicó cariñosa acariciándole tierna la mejilla, Guille percibió en los ojos de su hermano su deleite y su satisfacción al sentir la mano de Bárbara sobre su mejilla- pero gracias de todos modos; sois todos tan buenos conmigo -Tú te lo mereces todo, cielo- murmuró emocionado Gonzalo sujetándole la mano aún en su mejilla besándosele apasionado la palma; Guille y Bego se miraron alterados -Y entonces ¿por cuánto te vas cielo?- preguntó entusiasmado Guille abrazándola por los hombros sentándose entre ellos para separarlos, ella no se dio cuenta del detalle y le sonreía feliz pero Gonzalo lo fundió enfurecido con la mirada -Solo puedo ir tres días, me iré el sábado pero martes estaré de vuelta; el proyecto está yendo de maravilla y no puedo quedarme más tiempo- comentó apesadumbrada, se sonrieron conmovidos y él la abrazó contra su cuerpo cariñosamente mientras la besaba en la sien; ella le miró a los ojos dulcemente- ¡No le digáis nada cuando llame miércoles ¿eh?! ¡Quiero darle una sorpresa!- avisó feliz -¡Claro que no, cielo!- aseguró radiante Guille -Menuda alegría le vas a dar, corazón- expuso entusiasmada Bego. Los tres rieron dichosos, solo Gonzalo mostró una pequeña mueca en un intento de sonreír también pero su corazón se le rompía en mil pedazos al verla tan ilusionada por volver a ver a Bruno; lo amaba con devoción y nunca podría luchar contra aquel amor tan fuerte que ella sentía… Un anochecer más, sus compañeros observaban preocupados a Bruno sentado en el balcón mirando ensimismado y con rostro muy triste a la nada como últimamente hacía muy a menudo. Echaba tanto de menos a sus tres amores, el amor y las caricias de Bárbara, el inmenso cariño que su ratita siempre le daba, pero sobre todo, a su adorada brujita; aquella pequeña lo era todo para él y ya se le hacía insoportable no poder ver su dulce y hermoso rostro cada noche antes de acostarse… Su Alba, su Albita, sonrió deleitado al recordar sus ojitos grandes y negros, su carita sonrosada y pecosa, su sonrisa que llenaba de luz todo su mundo; aquella pequeña lo era absolutamente todo en su vida y a punto estuvo de perderla si no fuera por Bárbara que luchó con dientes y uñas para hacérselo entender… Quería a su Alba con pasión, pero también lo daría todo por su Sarita, aquella criaturita le donaba amor a manos llenas desde el primer día que la conoció y le ganara el corazón al instante y Bárbara… ¡¡Dios, Bárbara!! ¡¡Aquella muchachita era especial!! ¡¡Cuánto había sufrido en esta vida sin decaer ni un segundo!! ¡¡Buscando siempre el lado positivo a las cosas!! ¡¡Apenas era una cría y cómo había luchado para que su pequeña familia se mantuviera unida cuando él lo despreciaba todo y su vida no tenía sentido con la pérdida de Bea!! ¡¡Cómo y con cuanta ternura había luchado para sacarlo de aquella tristeza que lo embargaba, cuando ella estaba sufriendo como él o aún más pues era su adorada hermana!! ¡¡Cómo había dejado a un lado sus estudios, sus ilusiones y hasta su propia vida por ellos tres!! ¡¡Cuanto amor le había demostrado a él y a las niñas siempre anteponiéndolos a todo y a todos!! ¡¡Dios santo!! ¡¡Si a punto estaba de abandonar aquel gran proyecto que tanto significaba para ella solo por él!! ¡¡Cuánto le había amado siempre, sufriendo en silencio, sin demostrarlo nunca para no interponerse en la felicidad de su hermana!! ¡¡Por todos los demonios!! ¡¡Que estúpido era!! ¡¡Cuánto le había entregado a manos llenas sin pedir nada a cambio ni reprocharle nunca nada y él solo le había entregado migajas de todo el amor que se merecía!! El corazón se le oprimió, como si se le desgarrara de pronto… -¿Qué te pasa Bruno?- lo interrumpió preocupada Marta al ver sus lágrimas, él le sonrió tierno limpiándoselas con su mano -Nada, se me pasará; no te preocupes- respondió sincero -¿Echas de menos a tus pequeñas, verdad?- se enterneció cariñosa y él asintió con la cabeza- están bien, no te inquietes -Eso lo sé de sobra Marta- respondió y le sonrió dulcemente- con Bárbara junto a ellas nunca les ocurrirá nada, nunca permitiría que nada nos ocurriera a ninguno de los tres… nos quiere tanto Marta…- aquella opresión regresó de nuevo y suspiró profundamente respirando agitadamente -¿Qué te sucede Bruno?- se alarmó ella al verlo tan agitado de pronto -No lo sé…- expuso apretándose el pecho- o sí; lo que ocurre es que no sabía cuánto la amaba yo hasta que me alejé de ella Marta- declaró lleno de pasión y ella le sonrió tierna- la amo tanto Marta y se lo demostré tan poco… la necesito a mi lado como el respirar y noto una opresión aterradora como si fuera a perderla…- la miró inquieto- necesito verla Marta, necesito regresar o esto se me hará imposible soportarlo- sollozó afligido y Marta lo abrazó conmovida Como todos los miércoles, esperaban ansiosos la llamada de Bruno en casa de sus padres; habían decidido que llamara allí así podrían hablarle todos ya que él solo podía llamar el día que bajaban a la isla grande a por suministros, pues donde estaban no había ni teléfono ni cobertura para los móviles. Solo al primer timbre, descolgó entusiasmada Sarah -¡¿Papi?!- preguntó acuciosa -Hola mi ratita ¿cómo estás corazón?- la niña sonrió radiante al oírlo -Bien, papi; y Alba también- indicó alegre- ¿sabes? tu hija me mordió- indicó pesarosa mirando aún la marca de la dentada en su manita -¡Vaya, de repente pasó a ser solo mi hija! ¿Ya no es tu hermanita, cielo?- expuso divertido pero la pequeña no le contestó- ¡Que mala se ha vuelto entonces nuestra brujita! ¡Se va a enterar cuando regrese, ya verás corazón!- repuso entrañable y Sarah sonrió dichosa- Ponme con tía Bar cielo ¿no está ahí?- preguntó ansioso -Sí… y todos esperando como siempre- le pasó el teléfono a Bárbara- quiere hablar contigo ¡cómo siempre!- indicó rotunda provocando la risa de todos -Hola corazón- le contestó amorosa Bárbara; todos observaban mientras hablaban, se la veía tan enamorada e ilusionada que no había cabida a dudas del amor que se procesaban. Guille miró a su hermano Gonzalo que la observaba pesaroso y molesto, sus miradas se encontraron. Guille lo miraba ensombrecido, sentía pena por su hermano; pero él lo observó desafiante, no se daría por vencido fácilmente. Después de un buen rato hablando los dos, el teléfono comenzó a pasar entre todos que deseaban locamente hablarle; menos Gonzalo, que nunca se ponía. -¿Cómo andas colega?- le decía animoso Guille -Guille, necesito que me recojas en el aeropuerto el sábado sin decírselo a nadie- le indicó presuroso y entusiasmado -¿Cómo dices?- exclamó Guille desconcertado -De que llegó ahí el sábado, tengo el pasaje delante de mí y creo que voy a gastarlo de tanto mirarlo- exclamó feliz -Pero ¿De qué estás hablando tío? No puedes- habló trastornado y nervioso intuyendo el lío que se iba a armar -¿Cómo que no puedo? necesito verlas Guille, las extraño tanto colega, me muero por volver a tener entre mis brazos a mis tres amores- explicó ansioso -Lo supongo hermano, pero tío… vamos a ver…- balbuceó nervioso frotándose inquieto la frente, observó que todos lo miraban intrigados -¿Pasa algo Guille?- indagó preocupado su padre -¿Le pasa algo a Bruno Guille?- se inquietó Bárbara, él les sonrió moviendo los hombros despreocupado -No que va, tranquilos, todo está bien; solo me está pidiendo unos arreglos para la ranchera que… bueno, ya lo conocéis, siempre piensa con los pies- contestó chistoso en un intento de apaciguarlos, rieron divertidos- disculparme- se refugió en la cocina para poder hablar más privadamente- ¡¿Este sábado?! ¡¿Estás loco?! ¡¡No puede ser tío!! ¡Tienes que cámbialos colega!- le susurró inquieto -Pero ¿Qué te pasa?- exclamó desconcertado su hermano -No te puedes venir el sábado colega, debes cambiarlos- siguió murmurando preocupado -No puedo hacer eso Guille, me los envió la agrupación para la que trabajo y no puedo cambiarlos… ¿qué rayos pasa Guille?- se le notaba alterado -Pues vendrás para nada, no encontrarás a Bárbara- indicó rotundo -¿A dónde va luego?- Guille se frotó nervioso de nuevo su frente, había prometido no decirlo -Con Bego a una exposición de arte- mintió rápido- se va el sábado y no regresará hasta el martes -¡No importa, voy por dos semanas; la esperaré!- indicó entusiasmado -¡¡Dos semanas, genial!!- murmuró emocionado- Pero ¿Qué estoy diciendo? ¡¡No!! Esto es una estupidez- se recriminó al recordar que Bárbara haría un viaje largo e inútil- Tío ¿No podrías venirte el viernes mejor? Aunque tengas que pagar tú la diferencia… -No lo sé…- habló titubeante como si lo estuviera sopesando- no que va tío, desde aquí no puedo arreglarlo; tendría que ir hasta Male y me es complicado- concluyó abatido -Pues a ver cómo le haces hermanito pero tienes que estar aquí antes de las seis de la tarde del sábado o tendré que decirle que vienes y tu sorpresa se te irá al garete- indicó tajante Guille -¡¡No!! Pero ¿qué pasa Guille? ¡No te estoy entendiendo nada! ¡Quieres explicarte de una puñetera vez!- exclamó alterado, Guille no contestó- ¿Bárbara no se va a ninguna exposición con Bego, verdad?- su voz sonó recelosa- ¡¡Es Gonzalo!! ¿Qué pretende Guille? ¿Es que acaso mi ángel se va con él a algún lado? ¡¿A dónde pretende llevársela Guille?! ¡¿No se irán solos verdad?!- ahora sonaba encrespado -No hombre, cálmate; Gonzalo no va a ninguna parte con ella y mucho menos solos… Además, Gonzo no tiene nada que hacer con tu ángel colega; esa niña te quiere demasiado y solo tiene ojitos para ti- expuso satisfecho -Eso me suena a que no es que no lo siga intentando…- resolvió raudo y Guille apretó fastidiado los labios, su hermano lo conocía demasiado bien y pillara el comentario al instante- ¿A dónde va entonces Guille? -No puedo decírtelo Brunete, se lo prometí- contestó resuelto sabiendo que su hermano cogería la indirecta -¡¡Viene ella!!- expuso al instante y ambos rieron amenos -Puede… -Haré lo que pueda para llegar antes, pero detenla hermano -¡¡Sí claro, como si eso fuera tan fácil vamos!!- indagó preocupado- ¡¡No sabes cómo está de ilusionada tío!!- lo oyó reír feliz -Mira, no me vayas a buscar: entretenla hasta que llegue; haré lo imposible para llegar a tiempo… ¡¡Pero tú no dejes que embarque Guille, por tu padre no la dejes!!- instó preocupado -Eso está hecho colega, te prometo que haré todo lo que pueda… pero si veo que no llegas, no tendré más remedio que decírselo- explicó decidido -Claro, si no hay más remedio… Después de aquella llamada, Guille pegó tal cambio y estaba tan raro los días siguientes que Begoña lo miraba alucinada sin comprender nada; de pronto y sin explicación alguna, su mayor y máxima insistencia era sacarle de la cabeza a Bárbara que viajara. -No lo veo Bar… la verdad que no lo veo- decía inquieto una vez más el viernes ante el asombro de su hermana- lo estuve pensando mucho cielo y creo que no es buena idea que vayas, ahora no -Voy a ir Guille, lo veas o no, voy a ir- contestaba ella decidida -¡¡Son cientos de islas corazón!! ¡¡A saber en cual está!!- expuso sobrecogido, ella le sonrió tierna -Ya lo sé, tranquilo; Esther ya me lo explicó muy bien y ella sabe cómo guiarme pues preparó también los pasajes de Bruno… Mira cielo, hago su mismo recorrido: me voy a Male que es la capital y desde allí me llevarán con él… ¿ves? Llevo hasta la dirección de los guías que están con ellos recorriendo la islas- expuso serena mostrándole las notas que Esther muy atenta le entregara -¡Mira tú mi cuñadita que dispuesta!- exclamó fastidiado, todos lo observaban extrañados- Pero ¿por qué no cambias el viaje, mujer? Dicen que esta es muy mala época para viajar allá ¿no te lo dijo ella?- repetía nuevamente ante la mirada atónita de Begoña- Déjalo para dentro de unos días… ¡El mes que viene sería estupendo!- exclamó resuelto -No insistas Guille; voy a ir… ¡Tengo que ir ya y no puedo esperar un mes! ¿No lo comprendes?- reponía ella rotunda -Pero corazón…- insistió meloso tomándole dulcemente las manos- no vayas cielo, me he enterado que en esta época hay tormentas terribles por allá ¡Monzones le llaman! ¡Y hasta huracanes!… Déjalo para más adelante -¡¿Tormentas?! ¡¿Monzones?! ¡¿Huracanes?!- exclamó incrédula Begoña mirándolo recelosa -Sí Bego, sí; no es una buena estación…- insistía tozudamente; Gonzalo no daba crédito a lo que oía ¿a qué venía aquella insistencia de Guille a que no viajara? Aunque para él estaba siendo fantástico… -¡¿Pero qué coño sabes tú de épocas o estaciones so memo?! ¡¡Si ni siquiera te enteras cuando llega aquí el verano y solo haces protestar que “hace calor para esta época del año”!!- le gritó irritada Bego, Bárbara se rió divertida- ¡Tiene decidido ir y va! ¡¿Pero qué narices te pasa ahora?! ¡¡Déjala en paz Guille!!- reclamó molesta -¡Tú no te metas peque!- le bramó furioso -¡¡Basta!!- les gritó categórica ella dejándolos asombrados- ¿Qué os pasa? Voy a ir y punto Guille- aclaró zanjada- Si es cierto que hay tormentas y yo no puedo llegar a dónde él está, pues… a lo mejor, él sí puede acercarse a Male… ¡No sé Guille pero me da igual! voy a ir, te pongas cómo te pongas ¡¡No puedo aguantar ni un día más sin verlo, como para hacerlo un mes!! ¡¿No puedes comprenderlo?!- exclamó rotunda y sus ojos brillaron entusiasmados demostrando el gran amor que sentía y sus ansiosos deseos de verlo -Pues si hace tan mal tiempo, entonces mejor será que te acompañe- exclamó resuelto Gonzalo- no puedes viajar sola si las cosas están como dice Guille -¡Ya saltó el desesperado! ¿No pierdes puntada verdad?- expuso sarcástico Guille y ambos se miraron desafiantes -¡¡Eres tú el que está poniéndoselo todo negro imbécil; yo solo pretendo ayudar!!- reclamó irritado -¿¿Sabes dónde puedes meterte tu ayuda…?? -¡¡Basta los dos!!- intercedió Bárbara contundente- Voy a ir Guille, y voy a ir sola Gonzo- resolvió rotunda acabando la discusión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario