domingo, 4 de mayo de 2014

-¡¡Subimos juntos en el ascensor el otro día!! ¿No lo recuerdas?- repuso alegre sonriéndole dichoso- Estabas mucho más pálida pero eras tú ¿verdad? -Sí, era yo- le contestó en un murmullo sonrojándose, el bochorno que pasara no le dejaba hablar claramente -¡Lo sabía!- dijo animoso mirando a Bruno, él comprendió que la reconociera pero estaba seguro que no saldría de él nada reprochador ni insultante. También la mirada inquieta de Andrés saltando entre él y Bea le hicieron entender que la había reconocido. -También estuvo enferma- explicó Bárbara amena, ya entrabara amistad con todos y hablaba divertida y amistosa como siempre al contrario de Bea, siempre retraída y tímida- ¡Hasta en eso se ponen de acuerdo estos dos!- bromeó jocosa y todos rieron divertidos. La comida iba entretenida entre bromas y chances de los hermanos y Bea se relajó completamente. Atendía a Sarah con ternura sentada entre ella y Bruno, aunque empezaba a enfadarse pues la pequeña se negaba a comerse las verduras. -No me gustan- expuso rotunda -Sí te gustan ratita, es zanahoria y sé de sobra que te gusta- le decía amorosa obligándola a comérselas, la niña aceptó meterse una en la boca -Si te comes todas las zanahorias sin protestar peque, al finalizar, te doy una piruleta grande y sabrosa- expuso de pronto Guille muy tierno a la niña sobresaltando a Bea que le temblaron las manos pudiéndolo advertir todos ya que el vino de la copa que se llevaba a la boca bailó temblorosa en su mano. Bruno le sujetó amoroso la mano libre que mantenía sobre su regazo en un intento de tranquilizarla -¡Por favor, Guille!- bramó al instante Andrés mirándolo reprochador -¡¿Qué te pasa energúmeno?! ¡¿Acaso la pequeña no puede comer dulces?!- indicó haciéndose el inocente- una piruleta no tiene maldad ninguna… ¿o sí?- remarcó sarcástico mirando desafiante a su hermano mayor -¡Sujeta tu lengua, que a veces no las piensas!- le reprochó ásperamente Andrés apoyando sus puños bruscamente sobre la mesa reafirmando su pronto enfado contra su hermano, Bea se sobresaltó nuevamente resbalándole la copa de su mano haciéndose añicos sobre la mesa. Dio un ágil respingo poniéndose de pie rápidamente en un intento de escapar de las salpicaduras de vino. Bruno, Andrés y Gonzalo la acudieron raudos y serviciales -¡¡Que elasticidad muñeca!!- exclamó atónito Guille al verla moverse tan ágilmente -Basta Guillermo- exclamó duramente Bruno mirando irritado a su hermano que se calló al instante- No te preocupes cielo, no pasó nada- le dijo muy tierno y amoroso a Bea examinándole la mano para asegurarse de que no se había cortado -¿Te has hecho daño, cielo?- se interesaba preocupado y atento Gonzalo ya junto a ella sujetándole tiernamente los hombros -No me hecho daño, estoy bien gracias- le contestó amable a Gonzalo, las lágrimas por la impresión rebosaban sus ojos intentando escaparse y Gonzalo las detectó -No parece ¿de verdad estás bien?- insistió cariñoso -Sí- intentó sonreír pero ellas corrieron por sus mejillas pese a su vano intento de detenerlas- Lo siento por la copa… -Tranquila, cielo- le dijo cariñosa la madre de Bruno también junto a ella- con esta enorme familia siempre se rompe algo, no te inquietes por eso ¿Te has manchado?- ella negó con la cabeza sonriéndole amable a la buena mujer -Además, dicen que es buena señal y da suerte ¿no?- indicó divertido Guille sonriéndole tierno a Bea aunque pudo apreciar en sus ojos que estaba avergonzado por su comportamiento, mojó los dedos en el vino y se los pasó dulcemente por la frente a Bea y a Bruno- ¿Hay que hacer así, no? Por la feliz parejita y que sean muy, muy dichosos- dijo con gran ternura y todos aceptaron el brindis, ella conmovida, no pudo más que sonreírle agradecida. Patricia recogía los pedazos de cristal retirándolos hábilmente sin dejar de sonreírle dulcemente y Clara regresaba servicial con otra copa para Bea -Será mejor darle un vaso plástico como a Sarita… lleva todo el día hecha un flan- bromeó burlona Bárbara sonrojando a su hermana y todos rieron más sosegados siguiendo despreocupados con la comida. Todo se volvió a relajar y fue una velada entrañable y entretenida en la que no hubo más comentarios ni bromas hacia ella. Sin embargo, los hermanos de Bruno seguían gastándose bromas y jugueteaban entre ellos como cuando niños, siendo ahora el punto más incidido de las bromas socarronas y las burlas inocentes Adrián, el esposo de Patri; todos se metían con él por ser banquero, le llamaban cariñosamente “exprimidor de pobres” Sarah recorría el jardín jugando entretenida yendo de vez en cuando a examinar al bebé de Patricia, lo besaba dulcemente en la manita y volvía a correr juguetona; Bárbara hablaba animosa con Bego, realmente parecía haber hecho buenas migas con ella. Bea oía las bromas de todos y los observaba entretenida, todos reían y bromeaban dejándola tranquila, la miraban de vez en cuando sonriéndoles amigables y cariñosos; se sentía integrada sin que se lo dijeran. -¿Vas mucho al gimnasio, Bea?- le preguntó cordial Patricia cuando estaba acuclillada colocándole bien la cinta en el pelo a Sarah que, así se vio libre de su madre, salió disparada a sentarse en las piernas de Bruno, él la recogió amoroso besándola tierno en las mejillas; la niña se le abrazó cariñosa al cuello dejándose estar encantada. Lo hacía tantas veces que ya era habitual para ellos aunque a su familia se notaba que les sorprendía gratamente -No, nunca; no tengo tiempo ¿por qué?- respondió sincera e inocente mientras le sonreía dulcemente regresando al lado de Bruno -Tienes un cuerpo increíble para haber sido madre- indicó cariñosa- ¡Yo no me deshago de esta fofa barriga que me quedó!- se quejó lastimera palmeándose fastidiada el pequeño vientre que tenía, Bea comprobó que los hermanos de Bruno la miraban cariñosos pero sonreían pícaros. -Al gimnasio no irás, pero gimnasia sí haces mucha ¿no?- expuso desenfadado Gonzalo- digo, porque ese cuerpo tan elástico y perfecto no se consigue de la nada, saltaste como una gacela cuando se rompió el vaso- indicó amistoso -Bueno… alguna sí hago- respondió Bea ingenua -Deberías enseñarle algunos de esos ejercicios a mi hermanita- dijo socarrón Guille mirándola pícaro, ella se sonrojó levemente -No, mejor a Esther cuando regrese; Pablito te estará eternamente agradecido- soltó chistoso Gonzalo provocando las risas socarronas del resto de hermanos -¡Esa fue muy buena hermanito!- exclamó entusiasta Guille entrechocando sus palmas con su hermano -Bueno, ya ¿no?- intervino Bruno mirando reprochador a sus dos hermanos -No sé por qué decís eso, Esther está muy delgadita- expuso inocente Clara y todos volvieron a reírse divertidos -¿Desde cuándo os conocéis?- le preguntó curiosa la madre a Bruno -Desde la facultad mami- le respondió él calmosamente -¡¿Tanto?!- se sorprendió la buena mujer- ¿Por qué no nos las habías presentado antes?- le regañó cariñosa -Ya sabes que es algo despistado mamita y se le escapan algunos “detallitos”… Después se sorprende y se pone como un basilisco ¿verdad hermanito? - volvió a hablar maliciosamente Guille -Imbécil- exclamó ameno Bruno lanzándole un pedazo de pan sobrante que él esquivó hábil sin dejar de sonreír y todos rieron alegres -No podía mami, tenía que esperar a que Pablo se casara- bromeó divertido Gonzalo -¡Uuhhh!- soltaron sus hermanos burlones riéndose a carcajadas -¡Cómo lo sabes!- respondió chistoso Bruno lanzándole otro pedazo de pan que él también esquivó hábilmente, se notaba que era habitual en ellos aquellas pícaras indirectas y lanzamientos pues estaban muy entrenados a esquivarlas; todos rieron divertidos aunque a las mujeres y a los padres les ocurría como a Bea y no comprendían aquellas bromas. -No les hagas ni caso cielo, estos tres son un mundo aparte desde muy pequeños y se entienden ellos solos; nosotros ya ni intentamos comprenderles- explicó desenfadado su padre a Bea que le sonrió cariñosa- Así que bióloga también entonces ¿no?- indicó ameno -No, yo no pude acabar la carrera- indicó apesadumbrada aunque le sonrió dulcemente, todos la miraban intrigados- me quedé embarazada y tuve que dejar los estudios- todas las miradas se volvieron de repente hacia Bruno -¡No, y lo siento en el alma, pero no! Esta preciosidad no es mía- respondió él también abatido besando tierno a la pequeña aún en sus brazos; Bea estaba fascinada con la amistad, el cariño y la camaradería que todos se tenían. Era una gran familia que, a pesar de los años, no se habían desligado ni perdido esa comunicación íntima. -¿Y tú, preciosa? ¿Estudias o trabajas?- le preguntó curioso Guille a Bárbara colándole hábil un pedazo de pan en el escote de su vestido, ambos rieron divertidos -Estudio- contestó amena quitándosela desenfadada- Arquitectura -¡Como tú, Bego!- expuso encantado -¡¡Hay que ser cachalote!!- le repuso asombrada su hermana volviendo a provocar la risa divertida de todos- ¿Qué tiene que ver la arquitectura con el arte? -¡¡Ar, ar… es muy parecido!!- se defendió él burlón -¡¡Sí, como un huevo a una castaña!! Aunque para ti sí, como ambas cosas son redondas ¿no?- se burló socarrona Bárbara y todos rieron a carcajadas -Eres buena tía, muy buena- exclamó encandilado Gonzalo palmeándose ambos las palmas con satisfacción -A ver, fisgón: ¿Y tú a qué te dedicas?- preguntó animosa tirándole ahora ella el pedazo de pan que él intentó esquivar hábil creyendo irle a la cabeza pero ella se lo encestó perfectamente por dentro de la camisa asombrando a todos -¡Ey, que puntería chiquita!- exclamó complacido mirándola entrañable y Bárbara sonrió vanidosa -Es mecánico- le respondió presurosa Bego -¡¡Oye niña, con más respeto!!- indicó guasón- Soy técnico especialista en electrónica de vehículos de motor- añadió orgulloso -¡Lo dicho: mecánico!- aclaró rotunda de nuevo Bego, todos rieron explayados y ahora fue ella la que esquivó el pedazo de pan que su hermano Guille le tiraba a dar. -¿Quieres otro café, Bea?- la invitó tiernamente Clara mostrándole una sonrisa encantadora y la miraba amorosa con aquellos bellos ojos grises; a Bea aquella mirada tan franca y dulce la hizo sentir completamente integrada en la familia, más que todas las muestras de cariño del resto -No gracias- contestó amistosa -¡¡Pues vamos con la partida luego!!- se animó de repente el padre de Bruno frotándose las manos entusiasmado, su madre se levantó para recoger el juego en el mueble del jardín mientras todos se empezaron a colocar animosamente y estratégicamente para el juego formando parejas- ¡A ver! ¿Cómo quedáramos el domingo?- indicó sacando un papel de su bolsillo -Guille y Andrés perdieron todas las veces- explicó burlona Patricia riéndose hacia ellos dos -De eso nada, ganáramos una- protestó molesto Guille -No hagas trampas, que el viejo lo lleva todo apuntado- indicó cariñosa y divertida su madre -¡¡Ya no voy contigo, tío; eres un manta!!- le reprochó a su hermano Andrés que reía divertido- ¡Hoy voy con Bea!- se animó queriendo cambiar de posición -¡No corras tanto que Bea viene conmigo!- le detuvo imperativo Bruno -¡Claro, como no!- indicó burlón y todos rieron- pues voy con la Barbie entonces -¡Oye, Bárbara o vas solo!- le recriminó ella divertida cambiando de sitio pasando a su lado -Gonzo, vamos juntos cielo; nos dejaron solos- indicó cariñosa Bego a su hermano dirigiéndose a él observando como Andrés ya hacia pareja con Clara -¿A qué es?- le preguntó Bea inquieta a Bruno -Al scatergories, cielo- le indicó amoroso besándola en la sien; ella observó la mirada tierna de Guille hacia ellos dos -¡Te vamos a machacar chulito!- le amenazó pretenciosa, él abrió los ojos pasmado por su reacción -¡¡Coño para la modosita vergonzosa!!- exclamó descolocado por su bravucona amenaza; todos volvieron a reírse. Realmente fue una partida entretenida, Bea era inteligente y rápida igual que Bárbara, se turnaban ansiosas en la detención del tiempo. Pero también eran competitivas y orgullosas de igual manera y aquello se convirtió en una batalla campal entre las dos por la victoria mientras el resto las observaban divertidos en su lucha por ganarse la una a la otra espoleadas alegremente por Guille y Gonzalo. En la última, ganó Bea contra Bárbara por catorce puntos -¡¡Sí!!- gritó entusiasmada Bea besando suavemente los labios de Bruno que sonreía dichoso. Fue cuando se dio cuenta que Sarah estaba dormida en brazos de él -¡Se durmió!- expuso asombrada, él le sonrió encandilado -Hace más de una hora corazón- le comentó tierno y se sonrieron amorosos -¡La siguiente te machacaremos nosotros!- le amenazó guasón Guille, ella frunció su bonita nariz en un gesto burlón quedándole una mueca hermosa y divertida; era una mujer preciosa como pudieron contemplar todos que la observaban encandilados -Eso no te lo crees ni tú- repuso vanidosa y se sonrieron los dos amistosos- Pero quedará para otro día pues debemos irnos, no le traje rebeca a Sarah- le dijo entrañable, mirando amorosa a Bruno mientras acariciaba tierna el bracito desnudo de su niña -De acuerdo, cielo- le sonrió él dulcemente levantándose de su silla, Bea lo imitó; también Bárbara lo hizo -Betty…- comenzó a hablarle dulcemente- ¿Puedo salir esta noche con Bego? Nunca salí de noche y me va a presentar unos amigos- le comentó entusiasmada -Claro cielo ¿pero después cómo regresarás a casa? No me gusta que vayas en metro de noche- indicó preocupada -No te preocupes, nunca ando lejos cuando sale esta alocadita y me encargo de traerla; la dejaremos en casa de camino aquí- explicó resuelto Guille -De acuerdo entonces- su hermana se abrazó a ella ilusionada- Ten cuidado ¿eh?- le habló dulcemente acariciándole la mejilla y ella asintió con la cabeza -¿De verdad nunca ha salido los sábados a la noche?- inquirió sorprendida Bego a Bea, ella negó con la cabeza- ¿Y ni un día como fin de año o su cumpleaños?- siguió negando -Mi pecosita se dedica a estudiar; no a pensar en chicos y en salir de juerga como otras- indicó burlón Bruno y su hermana pequeña le echó socarrona la lengua -Bea trabaja duro de noche en un bar para salir las tres adelante y yo poder estudiar; así que yo me tengo que quedar con Sarita- expuso Bárbara orgullosa de su hermana rodeándola con su brazo por los hombros besándola amorosa en la mejilla; Bea se sonrojó ante la mirada fija de Guille, pero se dio cuenta que era una mirada respetuosa, dulce y algo avergonzada aún por sus burlas anteriores mientras le sonreía cariñoso; ella, así a todo, bajó la cabeza abochornada -¿Luego vuestros padres?- preguntó curiosa Clara -Murieron en un accidente hace unos años- respondió amable Bruno- y ya está bien de preguntas por hoy, nos vamos que se puede enfriar nuestra pequeña- se dirigieron a la casa -¿No vienes a mudarte? La noche está fría para salir con ese vestido nada más- le indicó maternal a su hermana al ver que se quedaba en el jardín despidiéndolos -Le prestaré yo algo, no te preocupes- respondió animada Bego rodeando amistosa los hombros de Bárbara con su brazo, Bea le sonrió entrañable; se metió en el coche y Bruno le pasó muy tierno a Sarah que aún dormía entre sus brazos -¿Volveréis pronto?- le preguntó encantadora su madre que se había acercado a besarlos para despedirlos -El domingo, como siempre- indicó él besándola con muchísimo amor- ¿me harás natillas mami?- preguntó meloso, ella le sonrió cariñosa acariciándole la mejilla -Mi peque goloso- le dijo tierna- Si me prometes traerlas -Cuenta con ello, ahora irán siempre a donde yo vaya mami- le oyó decir vanidoso mientras rodeaba el coche para ponerse ante el volante, Bea sonrió tierna, abrió la puerta de su lado- Ah, os aviso, a partir del martes nos vamos a vivir juntos; nos trasladamos al segundo F- expuso entusiasmado antes de entrar y se sentó en su asiento ante el volante, todos quedaron estupefactos ante la noticia, él sonreía divertido mirándolos a través de la ventanilla -¡¿Y lo dices así?!- le recriminó Patri asombrada -¿Cómo lo voy a decir?- le preguntó socarrón bajando la voz para no despertar a Sarah -¡¡Era lo primero que tenías que decirnos cuando llegaste!!- le indicó molesto Gonzalo mientras él arrancaba la ranchera -¡¡Si, hombre; para que nos ametrallarais a preguntas!!- respondió burlón sonriendo guasón- Eso sí, podéis venir a ayudar con la mudanza… ¡¡Chao!!- se despidió moviendo su mano mientras se alejaban. Bea también se despedía con la mano respondiéndoles a todos que hacían lo mismo. De camino a casa, Bruno la atrajo por los hombros levemente para besarla en el pelo -Ves como no había que ponerse tan nerviosa cielo; todo salió bien ¿no?- indicó satisfecho, ella le sonrió cariñosa -Pero Guille y Gonzalo me reconocieron- expuso apesadumbrada -¡Que va!- repuso resuelto, ella lo miró reprochadora -No me mientas- dijo cariñosa- me di cuenta de sobra -¿Y pasa algo?- le preguntó serio mirándola intrigado -No, por mi no; solo lo digo por ti y por tus padres- contestó sincera -Primero y ante todo te repito que a mí no me importa; y no te preocupes, sé que no dirán nada porque los conozco de sobra; siempre dejamos que cada uno haga su vida si vemos que no se están equivocando, claro está- la miró amoroso- Y yo no me estoy equivocando porque te quiero amor- se sonrieron felices- Y sobre mis padres, son buenas personas y sé de sobra que no te reprocharían nada; pero así a todo, ellos no les dirán nada… ¡Si supieran solo la mitad de algunas cosas nuestras ya estarían en el otro barrio!- se rieron divertidos pero Bea lo miraba intrigada e inquisitiva, había hablado de “ellos”- Vale ¿quieres saber la verdad?- le dijo derrotado ante su mirada- Te reconocieron todos ¡Hasta el bobo de Adrián que no se entera de la media la mitad!- aclaró burlón, ella abrió los ojos asombrada- ¿Y qué? ¿Hicieron algo o dijeron algo? Bueno… el idiota de Guille y algo Gonzalo, pero ya te avisara de que eran unos bocazas -No, fueron todos muy educados y amables… Sobre todo Gonzalo, es muy cariñoso- expuso encantada -¡¿Verdad?!- la miró encandilado- es un hombre estupendo, es el hermano que más quiero junto a Bego- Bea le acarició amorosa el brazo sobre el volante y él le sonrió dichoso

No hay comentarios:

Publicar un comentario