jueves, 12 de junio de 2014


-Marinita…- iba a hablar Norma pero Marina levantó nuevamente su mano firme delante de su rostro acallándola. Cerró los ojos y respiró hondamente varias veces
-Creí en ti Norma, me prometiste cambiar y te creí… confié en tu palabra, pero ya veo que me equivoqué- repuso muy dolida y salió de la tienda quedándose de espaldas a ellos en la puerta con los brazos cruzados sobre su pecho. Guillermo hizo amago de seguirla
-No Guille, es mejor dejarla ahora; de verdad- lo detuvo Rubén amable y él obedeció; Norma rompió a llorar angustiada y mortificada, su hermano la tomó cariñoso entre sus brazos de nuevo besándola tierno en la frente- No llores corazón, ya la conoces, siempre se pone así cuando te peleas, pero sabe que nunca lo haces sin un buen motivo y se le pasa pronto cielo; solo hay que esperar a que se calme- le decía amoroso
 -Pero tiene razón Rubén, le fallé y, lo peor, es que… a Betty también- sollozó afligida hundiendo su cara avergonzada en el pecho de su hermano, aquello conmovió a Guillermo; parecía que le dolía más haber lastimado a Marina y a Beatriz que sus propios golpes
-Mi chiquita, Betty no sé pero ella sabe que si lo hiciste fue porque algo muy gordo; nunca te peleas así por nada cielo…- le tomó la cara entre sus manos y la miró a los ojos- ahora lo que importa eres tú ¿estás bien cielo?
-Sí, no te preocupes; ya la hemos llevado a urgencias antes de venir y todo parece estar bien, solo son moratones y algún rasguño poco profundo- contestó cariñoso Guillermo, Rubén le sonrió agradecido- y por mi hermana no te preocupes cielo, ella también sabrá comprender pero deberías contarle el motivo preciosa- la alentó cariñoso pero ella no contestó, Rubén miró a los ojos de Guillermo
-¿No lo ha dicho?- interrogó precavido, Gus negó con la cabeza- Entonces fue algo serio…- comentó seriamente- ¿insultó a papá o a mamá cielo? ¿Fue eso Norma?- inquirió intranquilo pero ella solo negó con la cabeza- ¡¿No se atrevería a meterse con Marina verdad?!- indicó prevenido, ese comentario impactó en Guillermo, no se le había ocurrido que podían haber insultado a Marina y de la forma en que pegaba a su contrincante tenía que ser algo de eso. Se encrespó frenético
-¿Fue eso Norma? ¿Esa estúpida se atrevió a insultar a Marina?- la increpó rabioso apretando furioso sus puños, Rubén y Gus lo miraban asombrados por su reacción
-No, de Marina no dijo nada… ¡¡Porque entonces sí que la mato!!- respondió frenética
 -Sabes que nunca llega a las manos de esta manera si no es por un motivo serio mi niña- le decía cariñosa Ágata a Marina aún fuera- Nuestra pequeña es todo corazón y algo le tuvieron que decir o hacer para su comportamiento… Ella no se pega sin un buen motivo
-Lo sé Ágata, lo sé… ¡pero todo iba tan bien ahora!- repuso apenada
 -¡Y seguirá yendo pequeña, esto no significa nada! Solo hay que esperar a que se explique y entonces comprenderás las razones de mi pequeño sol… Además, de esto han salido dos cosas buenas: por fin te has librado de esa mala sombra que te acompañaba- repuso la mujer cariñosa, Marina le sonrió entrañable
-¿Y la otra?- indagó curiosa y la mujer rió complacida moviendo sus hombros indicando que no iba a decirlo.
 -Ya lo sabrás… y muy pronto- resolvió sonriendo complacida y Marina rió más relajada
 -Ya Ágata consiguió que sonriera, corazón; ya está más tranquila, así que prepárate que va a entrar…- repuso Rubén a su hermana observando a Marina. Gus y Guillermo observaron asombrados lo bien que se conocían, a los pocos minutos entraba Marina más calmada. Se acercó a Norma y la observó fijamente
-¿Estás bien?- le preguntó cariñosa
 -Sí, siempre lo estuve, pero Guille se empeñó en llevarme a urgencias- contestó serena pero con un tono muy afectuoso hacia Guillermo que los desconcertó; no solo estaba agradecida, parecía apreciarlo al fin. Marina y él se cruzaron una mirada atónita pero no dijeron nada, Marina observó curiosa a Ágata a través de la cristalera descubriéndola sonriendo complacidamente dichosa aunque parecía entretenida en sus cartas. Miró inquieta a Guillermo
 -¿Y ahora qué va a pasar?- le preguntó preocupada
 -Si la otra no da queja, Betty lo dejará pasar por esta vez- intentó serenarla
-¡Pero las dará!- saltó afligido Gus- ¡¡Es una gilipollas de armas tomar!!... Además ¡¡Le dio de hostias hasta en el carnet de identidad y eso la enfurecerá porque esa estúpida estirada está acostumbrada a que todos le bailen el agua y no va a permitir que las cosas queden así!!- añadió despreciativo
-¡Oh Dios mío mi chiquita!- exclamó angustiada cerrando desolada sus ojos al tiempo que abrazaba tierna a su hermana contra su pecho y la besó dulce y repetidamente en la cabeza; abrió los ojos y miró afligida a Guillermo- ¿Y así?- inquirió angustiada
 -Expulsada un mes… como mínimo- comentó Guillermo ensombrecido, Marina volvió a cerrar los ojos mortificada; él se acercó más a ella y se acuclilló a su lado- pero no te angusties así mi ángel que hay una salida, Norma solo debe explicar los motivos y, si son tan contundentes como parecen ser, Betty tendrá alguna posibilidad de arreglarlo cielo mío; solo debes convencerla de que hable- expuso esperanzado acariciándole tierno la mejilla, ella abrió los ojos y lo miró amorosa
-Gracias por todo Guille- musitó agradecida mirándolo tierna y le sujetó cariñosa la mano que él aún posaba en su mejilla ambos se sonrieron reconfortados- Ahora será mejor irnos a casa- repuso pausada levantándose cansadamente, él la ayudó
 -¡No puedes cerrar aún Marinita, apenas son las seis!- protestó Norma dulcemente
-Da igual cielo, no estoy de ánimos y empieza a dolerme la cabeza- repitió agotada- Rubén apaga atrás y tráeme el bolso, por favor- el muchacho obedeció volviendo en seguida. Salieron a la calle y Marina cerró la tienda ayudada por Rubén mientras Ágata sujetaba cariñosa las manos de la muchacha mirándola fijamente a los ojos
-¿Quieres mucho a esa mujer, verdad corazón?- le preguntó dulcemente
-Sí, Ágata; además la respeto un montonazo, por eso no podía dejarlo así- le explicó afligida
-Ya lo sé cielo, pero no te angusties así por ella que esa mujer está bien mi pequeña… ¿sabes? ella cree en ti mi ángel y todo se arreglará ya lo verás; pero esta vez solo tú debes decidir a quién quieres proteger y a quien fallarle, únicamente está en tus manos y, si me aceptas un consejo, esa muchacha no se merece que la protejas corazón- se miraron fijamente a los ojos- El destino ha cruzado vuestros caminos porque ambas os necesitáis, esa mujer va a hacer grandes cosas por ti mi niña, pero tú también significarás mucho para ella… ¿vas a estropearlo por una persona que no vale la pena y nadie aprecia, solo la temen? ¿O es que acaso tú también le tienes miedo mi chiquita?- instó retórica -Yo no le tengo miedo a nadie y lo sabes Ágata- respondió rotunda, la anciana sonrió complacida -Pues recapacita mi niña, el hilo que os une a ti y a esa buena mujer aún es muy fino pequeña y puede romperse con demasiada facilidad- expresó categórica y Norma se quedó callada unos segundos -Gracias por tu consejo Ágata, siempre me ayudas muchísimo- declaró cariñosa y la besó tiernamente en las mejillas. Gus y Guillermo, aunque no parecía ponerles atención, lo habían oído todo.
-Ágata, cielo; nosotros nos tenemos que ir- le explicó cariñosa Marina aproximándose a la mujer -Claro, lo entiendo mi angelito; además, yo también me voy…- miró fijamente y muy seria por un instante a los ojos de Guillermo confundiéndolo y descoló enérgica sus cartas que aún seguían colocadas ordenadamente sobre la mesita como si no le gustara lo que veía en ellas- Hoy no es buen día, los astros andan muy revueltos y no me gusta lo que dicen- repuso recogiendo todo con la ayuda de Rubén. Anduvieron por la acera hasta llegar al coche de Guillermo
-Subir, os acercaré a casa- ofreció abriendo el coche
-No, Guillermo; muchas gracias pero necesito andar para despejarme- denegó cariñosa Marina sujetándole amorosa la mano que sujetaba la puerta, él aceptó apesadumbrado y le besó la mano amoroso
-Vigila ese dolor de cabeza cielo- indicó preocupado besándola en la frente, ella le sonrió agradecida- Marina, lo de mañana…- comenzó a hablar, ella negó con la cabeza
-Lo siento mucho Guille pero eso tendremos que posponerlo… La señorita está castigada hasta sabe Dios cuándo y no voy a dejarla sola en casa- comentó apenada, él sonrió amargamente
 -Pero eso no es justo Marinita; ella es la castigada, no tú… Mira, puedo quedar yo a vigilarla, te doy mi palabra que la mantendré bien a raya- se ofreció dispuesto Gus, y Marina le sonrió tierna denegando suavemente con la cabeza
-No puedo corazón, compréndelo… Además ¿tú no tienes planes con Rubén?- expresó cariñosa
 -Si no viene la fierecilla a mí ya no me interesan esos planes- declaró fastidiado metiéndose abatido las manos en los bolsillos de sus vaqueros y Norma lo miró estupefacta sonrojándose tremendamente; Marina y Guillermo rieron amenos
-Pues lo siento- expresó tierna. Guillermo volvió a besarle apasionado la frente y ella sonrió dulcemente alejándose ya.
 -¡¡Menuda mierda tío!!- repuso disgustado Gus a su lado observándolos alejarse- Aunque esa Silvia se las merecía con creces ¡¡Menuda manera de jodérsete los planes colega!!- Guillermo sonrió entristecido y agarró con su brazo el cuello de Gus apretándolo contra su pecho
-¡¡Te juro que un día te voy a lavar esa boca con jabón!!- bromeó entrañable y se rieron divertidos entrando en el coche.
-¿Cómo está mi pequeña Guille?- se interesó de inmediato Betty así vio entrar en la sala a su hermano
-Mal- respondió rotundo y su hermana lo miró angustiada- de las heridas está bien, no te preocupes; en el hospital la revisaron a conciencia y dicen que no tiene nada, aunque por previsión le pusieron la antitetánica por miedo a una infección ya que las mordeduras eran bastante profundas… pero lo que más le duele y lleva peor fue el haberte faltado y herirte así; creo que tú fuíste el motivo de la pelea- aclaró contundente, Betty lo miró fijamente a los ojos
-Yo también, mi pequeño ángel- musitó conmovida y ambos se sonrieron enternecidos- Esa niñata es insoportable y le tengo unas ganas también…- declaró asqueada asombrando a su hermano que nunca la oyera hablar mal de un alumno- Se cree superior y es insoportable, a veces quien me diera poder darle como hizo mi chiquitina- expresó orgullosa
-¡¡Betty!!- clamó boquiabierto Guillermo mirando asombrado a su hermana pero ella movió desdeñosa los hombros
-Pero no puedo hacer nada, todos lo muchachos la temen por tener unos padres con posición y contactos… ¡Si mi chiquita se decidiera y hablara…!- siguió hablando y Guillermo quedó atónito escuchándola y recordando las palabras de Ágata ¿cómo aquella mujer podía saberlo?
 El sábado, Guillermo se levantó de mal humor decepcionado por la negativa de Marina a salir. La comprendía, pero no se conformaba. Intentó concentrarse en su trabajo en el despacho pero era imposible. Beatriz, pintando en el estudio, lo oía caminar de un lado a otro como fiera enjaulada por su despacho, después lo vio salir y pasear muy lentamente por el jardín trasero cabizbajo y pensativo. Luego entró en la casa y se fue directo a su despacho de nuevo. Ella lo siguió encontrándolo de pie frente al ventanal mirando ensimismado al vacío con las manos metidas en los bolsillos traseros de sus pantalones vaqueros
-Guille- le habló melosa
-¿Qué?- bramó enfadado mirándola irritado, estaba de un humor de perros pero su hermana no lo tuvo en cuenta
-¿No ibas a salir hoy?- se interesó amena
-Ya no- respondió rotundo y furiosamente volviendo su mirada a través de la ventana, Betty comprendió que la cita con Marina había sido anulada
-¿Y no sabrás si Marina recibió mi encargo, verdad?- indicó resuelta, el brillo ilusionado en los ojos de su hermano le indicó que se había olvidado del libro y una pequeña esperanza de al menos verla le iluminó el rostro; sonrió deleitado y besándola amoroso en la frente, salió de la casa. Beatriz sonrió satisfecha regresando al estudio donde continuó pintando, siempre tenía que andar a empujarlo o a él nunca se le ocurriría nada.
 Pero su desilusión fue enorme cuando en la librería solo se encontró a Rubén y a Gus
-¿Qué haces aquí Gus?- preguntó intrigado abrazándose al muchacho saludándolo ameno
-Vine a echarle una mano a Rubén ya que Marinita hoy no podía abrir- contestó resuelto, Guillermo se sobresaltó
-¿Le ocurre algo a Marina? ¿Acaso el dolor de cabeza se acrecentó?- se impacientó nervioso
-No que va, ella está bien; la que se despertó con algo de fiebre fue Norma y Marina no quiso dejarla sola; no iba a abrir pero al final la convencí cuando le dije que llamaría a Gus para que me ayudara- le explicó despreocupado Rubén
-Pero eso ya nos lo avisaran en el hospital que podía pasar ¿recuerdas? que a lo mejor tendría alguna reacción a la inyección- añadió Gus amistoso pero Guillermo estaba desolado con la noticia, ni yendo allí vería hoy a Marina pensó afligido
-¿Necesitabas algo Guillermo?- indagó servicial Rubén y él le sonrió intentando disimular su gran decepción
-Sí, venía a recoger el libro de Betty- indicó y el muchacho lo atendió hábil y dispuesto. Cuando llegó a casa, estaba aún más furioso e irritado de lo que se había ido- ¡Aquí tienes tu puñetero libro!- exclamó colérico lanzándolo fuertemente desde la entrada del estudio sobre la mesita donde los restauraba asustando tremendamente a su hermana que estaba concentrada en su pintura
-¡¿Qué rayos te ha pasado?! ¡¡Suponía que regresarías de mejor humor no aún más encolarizado!!- exclamó sobrecogida mirándolo atónita pero él se fue a su despacho sin decir nada más y, dando un tremendo portazo que volvió a sobresaltar a su hermana, allí se encerró por el resto de la mañana. -¡¡Dios santo Betty!! ¡¿Qué te ha ocurrido corazón?!- apareció muy asustada Tina corriendo alarmada desde la cocina
-A mí nada cielo, tranquila; fue el animal de Guille- la tranquilizó cariñosa
 -¡¡Oh Dios que susto me llevé, pensé que te habías caído!!- exclamó más serena echándose la mano al pecho como si quisiera sujetarse el corazón que le latía frenético- ese muchacho hoy nos está con un humor de perros rabiosos- comentó asombrada, Betty movió impasible los hombros
La tarde pasaba lenta y tediosa para Guillermo. Si la mañana fuera desesperante, la tarde estaba siendo absolutamente insoportable. Necesitaba ver a Marina con desesperación y saber que no lo podría hacer hasta el lunes lo angustiaba. Betty ya tenía los nervios desquiciados viendo a su hermano de nuevo andar de un lado a otro sin tregua por la casa adelante como aquella mañana y no podía concentrarse en el cuadro. Otra vez salía de su despacho y volvía a caminar por el jardín hasta el viejo roble donde se detuvo unos instantes para regresar de nuevo a la casa encerrándose en su despacho de nuevo. Ya exasperada por sus incansables paseos y su hermético silencio, abandonó la idea de seguir pintando y se fue a la sala intentando concentrarse en el bordado pues eso la relajaba más.
 -¿Necesitas algo Betty?- le habló atenta y servicial Tina al oírla en la sala; otra vez Guillermo salía de su despacho y ambas lo observaron por la gran cristalera de la sala caminar de nuevo por el jardín -Yo no, pero un relajante a esa fiera desquiciada le vendría de perlas- expuso crispada
 -La cena no tardará en estar ¿se lo echo en el consomé?- bromeó guasona y ambas se rieron divertidas
Guillermo no tardó en regresar pero esta vez se fue a la sala sentándose junto a su hermana que intentaba bordar sin éxito pues él no paraba de resoplar y acariciarse inquieto la frente. Lo había visto muchas veces irritado por culpa de un caso pero nunca tan frenético y fuera de sí
 -¿Se puede saber qué rayos te pasa hoy?- se decidió a preguntar ya agobiada por su inquietud
-Nada- respondió encrespado recogiendo una revista de sobre la mesa y comenzó a pasar sus hojas ruidosamente pero sin centrarse en ninguna
 -¡¡Oh por Dios bendito Guille!! ¡¡Ya está bien!!- exclamó desquiciada sin poder soportarlo más -¡¡Eso digo yo también, ya está bien!! ¡¡No puedo aguantarlo más!!- prorrumpió también dejando fuertemente la revista sobre la mesita sorprendiendo a su hermana que lo miró pasmada. Él recogió su móvil y marcó apresuradamente
-Gus ¿Dónde estás y qué estás haciendo?- interrogó decidido
-Nada, estoy en casa aburrido mirando un muermo de programa en la tele ¿por?- contestó desganado el muchacho
 -¿No ibas a salir con Rubén esta noche?- expresó confundido
-Sí… pero tampoco Rubén quiso salir; esa familia es la hostia tío: si uno de ellos es castigado, el resto se autocastigan al instante- comentó desconcertado y Guillermo rió divertido por primera vez en todo el día
-Pues mira, genial para mí; te recojo dentro de veinte minutos en tu portal- cortó la llamada y se fue a su cuarto. Beatriz curiosa lo siguió, estaba cambiándose de ropa y se vestía un pantalón de pinzas blanco con una camisa malva que dejaba por fuera del pantalón; se le veía animado nuevamente
 -La cena ya va a estar Guille… ¿Puede saberse a dónde vas ahora?- preguntó intrigada
-A verla hermanita, no me puedo aguantar hasta el lunes sin verla- respondió entusiasmado calzándose los mocasines
-¿Y para qué necesitas a Gus?- inquirió intrigada sonriendo deleitada al verlo de nuevo tan ilusionado -¡Me conoces de sobra Betty! Solo nunca me decidiría a subir y me quedaría paralizado como un idiota en el portal; pero con él acompañándome, será muy distinto- aclaró ilusionado besándola en la frente- ¡No me esperes despierta!- le dijo saliendo eufórico de la habitación, ella sonrió dichosa.

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