miércoles, 11 de junio de 2014


-Tío, es estupenda; tan dulce y cariñosa, y te envuelve en una ternura increíble con esos ojitos acaramelados que tiene- le decía apasionado Gus a Guillermo ya de vuelta a la escuela
-Sí, muy dulce y tierna… pero se olvidó de la cita- expuso dolido
-¡Joder tío!- exclamó fastidiado palmeándole ameno el hombro- Ya te dije que la pobrecilla no podía estar más afligida y arrepentida ¡¿Sabes lo que debe ser lidiar con esas dos fieras?! ¡¡Están todo el puto día a la gresca!! ¡¡La pobrecilla no sé cómo ya no está pasada de vueltas!!- la defendió contundentemente y le pasó el brazo por los hombros- No se lo tengas en cuenta tío, te digo que se la veía tan mortificada a la pobrecilla que daba lástima… además, tenías que verle como le chispeaban los ojitos al recordarte; le tocaste la patata tío, de verdad te lo digo- expuso tierno golpeándose con el puño el corazón, se sonrieron entrañables- ¡No me extraña que te guste tanto colega! ¡¡Además de dulce, es bonita a rabiar la muy jodida!!
-¡Te juro que un día de estos te voy a lavar esa boca con jabón Gus!- lo amenazó rotundo y ambos rieron divertidos
-¡¡Y como cocina tío!!- repuso encandilado acariciándose el estómago, Guille rió divertido- ¡¡Es un ángel chaval!!
-¿Me la estás intentando vender Gus?- bromeó divertido- Pues te aviso que no es necesario, yo ya la compraría mañana mismo sin pensármelo dos veces; mejor convéncela a ella sobre mí- expuso ameno y se rieron agradados
-Que te digo que ya la tienes en el bote chaval, sus ojitos hacían chiribitas al recordarte- remarcó decidido y Guillermo sonrió complacido- ¿Me vas a contar ahora que hicisteis el domingo bandido?- preguntó pícaro y socarrón
 -Nada- contestó tranquilamente Guillermo- Ya os lo dije, solo paseamos, nada más
 -¡Anda ya!- exclamó guasón dándole con su codo en el brazo de Guillermo- No me creo nada porque cuando el cardo le preguntó que le pasara el domingo… ¡¡puso una cara, tío!! Sus ojitos brillaron emocionados y se sonrojó como una cría ¡La embobaste colega!- lo miró ladino- ¡Anda, cuéntame ¿ya hubo temita?! ¡¿El angelito no es tan inocente como parece?!
-No seas impertinente, hombre…- le recriminó cariñoso- pero te prometo que no pasó nada Gus; solo la besé
 -¡¡Joder… ¿solo la besaste y flipó así?!!- se asombró alucinado- ¡¡Debes besar cómo los dioses tío!! ¡Ya me enseñarás como lo haces!- repuso boquiabierto
-Cuando quieras… Ahora ya, si quieres- bromeó burlón haciendo amago de besarlo en la boca y Gus se retiró raudo
 -Déjalo ¿sí? me defiendo bastante bien aunque no las deje lelas como tú- denegó apresurado y se rieron divertidos.
 -¿Te cuento una cosa Gus?- expuso muy pausadamente, el muchacho lo miró intrigado- No fue nada especial, solo que nunca la habían besado antes, de ahí su deslumbramiento; nada más- aclaró serenamente
-¡¿No jodas?!- exclamó pasmado, Guillermo asintió con la cabeza- ¡¿A estas alturas?! ¡¿Qué pasa?! ¡¿Estuvo encerrada en un convento o qué?!
-¡Pelea de gatas en el patio Gus!- los interrumpió un muchacho que corría hacia el remolino de gente que había a lo lejos
-¡¡Dios, lo que faltaba!! Con lo poco que le gustan las broncas Betty- expresó Gus disgustado- Vamos tío, será mejor acabarla antes de que ella llegue o menudo disgusto se va a pillar- y se fueron aproximando a paso acelerado.
 -¡Dale Norma, que esa estúpida se las lleva mereciendo hace mucho!- exclamó alguien de entre la multitud y ambos se miraron atónitos
-¡¡¡Norma!!!- gritaron al unísono y echaron a correr hacia el grupo abriéndose paso a través de la multitud. Descubrieron a Norma encima de la otra muchacha atrapándola contra el suelo y dándole golpes a diestro y siniestro en el rostro
-¡¡Por todos los demonios Norma, para ya!!- exclamó angustiado Gus e intentó separarlas pero ella estaba fuera de sí y no había manera de quitársela de encima a la otra muchacha.
 -Para ya Norma- exclamó rotundo Guillermo sujetándola fuertemente por la cintura elevándola en el aire y, sacándosela de encima, la apartó a una distancia prudencial ya que estaba desquiciada y pateaba en contra la compañera intentando impactar alguna patada contra su cuerpo- Santo Dios- murmuró atónito al ver el rostro de la otra muchacha hecho un poema lleno de golpes y sangre
-¡¡De esta te vas a enterar!! ¡¡No sabes con quien te has metido maldita muerta de hambre!!- le increpó llorosa Silvia queriéndose ir hacia ella avalentonada al ver a Norma inmovilizada
-Quieta uñas postizas ¿a dónde crees que vas?- exclamó Gus sujetándola rápidamente impidiendo que llegara hasta ella
 -¡¡Me la trae muy floja lo que tú puedas hacerme imbécil!! ¡Suéltala Gus y acércate si tienes lo que hay que tener; que te voy a quitar toda la gilipollez de un ostión y te vas a tragar esa lengua viperina que tienes!- la amenazaba Norma enfurecida
 -¡¡Basta Norma, cálmate!!- la intentaba aplacar Guillermo angustiado sin dejarla aún en el suelo, la sacudía suavemente en el aire para que reaccionara- ¡¡Norma, por favor… basta ya!!
-¡¡Déjame Guille, que a esta estúpida le tocó el premio gordo y aún le quedan boletos por cobrar!!- se revolvía frenética intentado soltarse
-¡¡Salvaje montuna!! ¡¡Animal barriobajera; vuélvete a tu barrio obrero y de poca clase!! ¡¿Y aún tienes dudas de por qué entraste en este centro basura inmunda?! ¡¿Enchufada de mierda?!- le increpó la rubia con desprecio
-¡¡A mí puedes llamarme lo que quieras imbécil, que me resbala!! ¡¡Pero cuídate gilipollas, porque tarde o temprano voy a hacerte tragar todo lo que le has llamado a ella capulla!!
-Cálmate, Norma; esta tía no vale la pena… ¡y se va a enterar Beatriz!- le dijo Gus ansioso, eso la serenó al instante que dejó de patear de inmediato
-¡¡Se va a enterar igual porque voy a dar parte!!- la avisó cínicamente la rubia
 -¡¡Parte no, mejor entero!! ¡¡Suéltame Guille, que esa rubia desteñida aún quiere más!!- gritaba rabiosa nuevamente- ¡¡Te vas a tragar todo el veneno que llevas dentro y todo eso que has dicho de la pobre…!!
 -¡¿Qué pasa aquí?!- resonó de pronto la voz de Beatriz interrumpiéndola, todos callaron haciéndole un pasillo para que pudiera pasar; observó a las dos muchachas sujetas por Gus y Guillermo, Silvia se deshizo de Gus y corrió hacia ella
 -¡¡Betty, mira lo que me ha hecho esa salvaje!!- sollozó melosa abrazándose mimosa al cuello de Beatriz. Pero ella ni se inmutó, solo miraba con desolación a Norma
 -Serás cínica, hipócrita- farfulló asqueada Norma y Beatriz la miró tan disgustada y pesarosa que a Norma se le rompió el alma y bajó la mirada avergonzada
 -Las dos a dirección ahora mismo- dijo solamente y volvió la silla hacia la entrada del centro siendo seguida por la rubia que seguía sollozando compungida moviendo frenética las manos intentado explicarse entre intensas lágrimas, pero Beatriz levantó su mano de pronto acallándola de inmediato y entró en el edificio seguida de la muchacha
Norma se quedara muy parada y con la cabeza hundida en el pecho mirando al suelo; estaba avergonzada y realmente apesadumbrada. Gus y Guillermo la observaban apenados, se la veía realmente afligida.
-Vamos, cielo; iré contigo, no te dejaré sola corazón- le dijo cariñoso Guillermo pasándole dulcemente su brazo por los hombros y estrechándola contra su pecho. Norma se dejó abrazar sin oposición y él la besó tierno en la frente echando a andar hacia el edificio abriéndose paso entre el resto de estudiantes que seguían sin moverse mirando consternados a Norma.
 -¡¿Qué pasa?! ¡¡Venga, cada mochuelo a su olivo que aquí se acabó todo ya!!- exclamó contundente Gus disolviéndolos y los siguió sin decir ni palabra. Beatriz no estaba en el despacho, ni la otra muchacha tampoco. Guillermo y ella ocuparon los sillones frente a la mesa de la directora mientras Gus apoyó su espalda en la pared tras ellos. Norma, sentada con los hombros hundidos, seguía cabizbaja sin pronunciar palabra. Entró Beatriz y los miró seriamente a los dos; pero no dijo nada y cerró la puerta tras ella dejándolos quedarse.
 -¿Puede saberse qué pasó, Norma? ¿A qué vino esa actitud bochornosa?- le preguntó duramente a la muchacha, ella ni respondió ni levantó la cabeza
-Bueno Betty, sabes que Silvia se las lleva pidiendo el cuerpo desde que nació…- empezó a hablar Gus intentando defender a Norma
-¡¡Cállate Gus o te vas fuera!!- le increpó duramente Beatriz y el muchacho calló de inmediato volviendo a recostarse contra la pared- ¡¡Háblame Norma!! ¡Quiero que me expliques ahora mismo qué ha pasado!- inquirió fuertemente pero ella no obedeció- Silvia dice que empezaste tú, que te abalanzaste sobre ella como una gata salvaje sin motivo ninguno
-¡¡Menuda gilipollez!! ¡¡Eso no se lo cree ni ella Betty!!- increpó furioso Gus de nuevo, Betty lo miró fija y duramente acallándolo de nuevo
-Si lo dice ella, pues así será luego- respondió serena Norma moviendo sus hombros desdeñosa sin levantar la cabeza
 -Norma, cielo- ahora le habló cariñosa y dulce- Sé qué no fue así, sé que algo tuvo que enfurecerte de esa manera ¿qué ocurrió mi niña? ¿Qué te dijo para ofenderte así?- indagó cariñosa intentando sonsacarle
-Nada… es ella poca cosa para ofenderme a mí- respondió concluyente, Beatriz suspiró rendida
 -Sino me explicas no puedo ayudarte, corazón- comentó angustiada
-Es que no hay nada que aclarar… Como Silvia dice: fui yo, la tenía atragantada y me fui a por ella sin más; haga lo que tenga que hacer- respondía testaruda con la cabeza agachada, avergonzada. Beatriz se recostó abatida en su silla, se la veía muy preocupada
 -¿Qué va a pasar Betty?- preguntó impaciente Guillermo
-Si Silvia no diera parte podría taparlo y dejarlo pasar con un leve castigo… Pero me extraña mucho que sus padres no vayan a poner una queja al consejo en cuanto la vean- miró abatida a su hermano- ¡¿Tú la has visto Guille?! Está hecha un cuadro; la tuve que llevar a la enfermería pero la llevarán al hospital a hacerle unas placas pues se queja de un fuerte dolor en el pecho y las costillas- comentó afligida y los dos hermanos se quedaron mirando fijamente a los ojos
-¡Si le daba hostias como si no fuera a haber un mañana!- comentó divertido Gus- ¡Pero esa tía se las merecía desde hace años y tú lo sabes Betty! ¡Pregúntale a quien quieras!- la defendió contundente, ellos lo miraron críticamente
 -¡Calla Gus!- le recriminó Guillermo
 -¡¡Se está jugando una expulsión de un mes Gus y lo sabes!!- le dijo ásperamente Beatriz a Gus- y eso suponiendo que se quede aquí la cosa, en solo una regañina del consejo escolar… porque los padres de Silvia bien pueden llegar a denunciarla
 -¡Pero si ocurrió fuera del horario escolar, Betty!- reprochó aprensivo el muchacho
-¡¡No importa, Gus!! Fue dentro del recinto escolar y hay testigos; si no los hubiera aún podría a lo mejor hacer alguna chapucilla… pero así no puedo hacer nada, compréndelo hijo ¡¡Son las reglas y tengo las manos atadas!!- clamó afligida Beatriz sintiéndose atrapada y sin poder ayudar a Norma -¡¡La próxima vez agárrala por las greñas y llévatela tras el gimnasio, cielo!!- recomendó alentador Gus posando tierno su mano en el hombro de Norma
-¡¡Gus!!- volvió a recriminarle Guillermo. Norma oía sin decir nada, cabizbaja y avergonzada se intentaba limpiar sus nudillos ensangrentados- ¡Por Dios bendito, cómo tienes las manos chiquilla!- se asustó Guillermo al verlas, Gus se acercó angustiado a observárselas igual que hizo Beatriz
-¡Jesús mi niña; tus lindas y maravillosas manos!- exclamó afligida Betty mientras Guillermo se las examinaba atento.
-¿Te duelen cielo?- se interesó preocupada
-No- respondió apagadamente
-Se hincharán y te dolerán, eso fijo- aseguró Gus divertido
 -Será mejor llevarla también al hospital, tener un parte de lesiones nos ayudará; no es conveniente que solo lo presente Silvia- comentó Beatriz y le tomó dulcemente del mentón obligándola a mirarla a los ojos pero, aunque elevó la cabeza, no la miró- ¿Te duele algo mi niña?- indagó cariñosa Beatriz -No, ni logró tocarme la remilgada esa, solo me mordió- respondió serena mostrando el brazo donde tenía tres dentelladas profundas en el antebrazo. No soltaba ni una lágrima y eso asombraba a Guillermo
-¿Y entonces lo de la mejilla?- se interesó preocupada mirándole el fuerte golpe que tenía en el pómulo
-Eso no es nada; me di contra su cabeza cuando caímos al suelo… me cogió de sorpresa, creí que haría algo de resistencia al menos y no se dejaría caer como un saco inútil- declaró despreocupada y Gus rió divertido; Guillermo lo volvió a mirar reprochador aunque también hacia esfuerzos para no reírse
-Cielo ¿qué pasó?- volvió a insistir Beatriz acariciándole amorosa las mejillas
-Nada, ya te dije… la tenía enfilada hacía tiempo y me fui a por ella, nada más- respondió tercamente, Beatriz volvió a suspirar agotada y vencida
-Tienes el fin de semana para pensarlo mejor y darme alguna explicación coherente a todo esto; hasta el lunes no creo que se vaya a hacer nada- repuso calmadamente volviendo a su lugar- La llevaré al hospital
 -Déjate estar Betty que la llevamos nosotros- se ofreció Guillermo levantándose de la silla- Vente cielo, nos vamos- la tomó cariñoso por los hombros para alentarla a levantarse, ella obedecía pausadamente. Al salir del despacho, ella se volvió y miró por primera a Beatriz a los ojos
-Bea, no sabes cuánto lamento haberte hecho esto- dijo ahora sí atormentada y sus ojos se llenaron de lágrimas. Beatriz quedó impresionada y abatida.
 La llevaban a la librería ya de vuelta con el brazo vendado, y los puños enrojecidos; el golpe en la mejilla ya estaba muy morado. Guillermo la llevaba dulcemente con el brazo por sus hombros
 -¡¡Ay, mi niña!! ¡¿Qué te ha ocurrido?!- repuso angustiada Ágata al verla tomándole la mano herida y acariciándosela amorosa- ¡¡Tus manos mi chiquita, tus tiernas y preciosas manitas!!- repetía compungida
 -No es nada, Ágata; tranquila bonita que estoy bien- calmó a la mujer sonriéndole dulcemente, la besó en la mejilla y siguieron su camino entrando de la librería.
-¡¡Santo Dios, la energúmena esta ya ha hecho de las suyas!!- exclamó desdeñosa Cris al verla. Guillermo le lanzó una mirada ofendida pero pareció que no le afectó. Sus gritos atrajeron a Rubén de la oficina
-¡¡Dios santo hermanita!!- clamó angustiado corriendo hacia ella y se abrazaron con gran ternura- ¿Qué te ha pasado mi chiquita?- indagó inquieto besándola amoroso en la frente
-Nada, me pelee- contestó serena, él posó tierno sus manos en sus mejillas y la miró fijamente a los ojos unos segundos, Guillermo y Gus los observaron pasmados, parecía talmente que se estaban hablando solo con aquella intensa mirada- ¿Y se lo merecía Norma?- indagó prevenido y ella asintió rotunda con la cabeza- ¡Esta es mi hermanita!- exclamó complacido abrazándola nuevamente contra su cuerpo; Gus y Guillermo rieron amenos
 -Sí, tú dale alas a este animal; a ver qué opina Marina de todo esto- expuso punzante Cris moviendo despectiva la cabeza y mirando arrogante a Norma que le clavó una mirada furibunda. La dulce campanilla de la puerta repicó y se volvieron encontrándose con Marina que abrió asustada sus ojos -¡¡Dios mío Norma!!- gritó angustiada corriendo hacia su hermana- Pero ¿Qué te ha ocurrido mi chiquita linda?- preguntó impacientada observando inquieta las heridas de su hermana pequeña -Nada, la niñita solo se peleó… otra vez- le contestó desdeñosa Cris
 -¡¿Qué?!- se asombró Marina mirando atónita a Norma que bajó abochornada su mirada
-Ya tardaba esta estúpida delincuente en hacer de las suyas- siguió comentando despreciativamente Cris- Si ya lo decía yo, la mala sangre que tiene este bicho dentro no se la sacas ni a golpes- siguió expresándose desairada
-¡¡Basta Cris!!- gritó exasperada Marina mirándola furiosamente sobresaltando al resto
-¡¡Ey, conmigo no la tomes ¿eh?!! Que ya te avisé bien cuando te pusiste a pelear con asuntos sociales por ellos, que era mucho mejor que…
-¡¡Que te calles estúpida!!- le volvió a increpar enfurecida y todos se quedaron boquiabiertos ante la reacción de Marina; sobre todo Cris que la miraba pasmada- ¡¿Con qué derecho te crees para hablar así de mis hermanos Cristina?! ¡¡Son mis hermanos; y tú una simple empleada estúpida engreída!! ¡Estoy más que harta de tus comentarios soeces sobre ellos y no lo soporto más!- siguió censurando a una Cris asombrada que no se esperaba aquella reacción por parte de Marina- ¡¡Lárgate de aquí inmediatamente!! ¡¡No quiero volver a verte nunca más por aquí… estás despedida!!- resolvió tajante y un grave silencio los rodeó unos instantes
-Marina yo…- intentó defenderse la muchacha desconcertada
 -¡¿Qué parte de lárgate no entiendes Cris?!- volvió a increparle indignada mirándola con furia, la mujer fue a recoger su bolso y, al regresar del despacho, miró a Marina arrepentida e iba a decir algo pero Marina levantó enérgica su mano prohibiéndoselo- ¡¡Ni se te ocurra hablarme Cris!! ¡¡A partir de hoy no nos conocemos, no vuelvas a dirigirme la palabra en lo que te resta de vida!!- exclamó tajante y la muchacha se marchó
-Buff, hoy las mujeres de esta familia están sublevadas; deben andar con la regla- le susurró guasón Gus a Guillermo
-Cállate Gus, no seas soez como esa tú también- le repuso con firmeza mirándolo reprochador a los ojos

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