miércoles, 30 de julio de 2014

-Pero ¡¡Por Dios santo Alicia ¿Tan poco me conoces?!!- expresó estremecido tomándola entre sus brazos y abrazándola cariñoso contra su pecho- por favor Ali, nunca sería capaz de hacer tal cosa ¿cómo se te ocurre?- le tomó dulcemente del mentón obligándola a mirarlo a los ojos- la verdad es que te lo merecías con creces…- expuso socarrón y ella golpeó suavemente con su puño su dura espalda provocándole una risa divertida- pero nunca podría hacerlo cielo mío; por nuestra pequeña que jamás sería capaz de apartarla de su madre ni por ti ¿Es que aún no has comprendido que te amo con locura y nunca podría hacerte daño?
-¿Que has dicho?- exclamó mirándolo asombrada por aquella inesperada declaración
-Que te quiero con locura Ali, que te amo más que a mi propia vida, que en todos estos años no logré apagar todo este amor que llevo dentro por ti y me he vuelto loco de desesperación añorándote y deseando volver a verte cielo mío
 -Vega- murmuró sin saber qué decir y él tomó su rostro entre sus manos
-Y me muero de ganas por besarte desde que te vi de nuevo en el hospital Ali- declaró apasionado y sin darle tiempo a reaccionar, la besó ardientemente. Ella se quedó aturdida, pero volver a sentir su cálida lengua enredando con la suya dentro de su boca, saborear de nuevo aquella deliciosa boca que tanto había codiciado la trastornó y le correspondió al instante entregándose en un prolongado y arrebatador beso que los encandiló. Vega se detuvo muy despacio y, acariciándole tierno las mejillas sin soltar aquel dulce rostro de entre sus manos, la miró con pasión- Dios santo Ali, no puedes ni imaginarte cuanto te eché de menos amor mío
 -¿Por qué tuviste que irte? Yo te amaba tanto Vega y no te importó, te fuiste igual…- expresó apesadumbrada
-Lo dices ahora Ali... con lo sencillo que hubiera sido todo si me lo hubieras dicho en aquel momento- comentó desolado ella lo miró desconcertada
 -¿El qué?
-Que me querías- declaró mirándola fijamente a los ojos, ella abrió los suyos desconcertada- yo te lo repetía hasta la saciedad Ali, en un desesperado intento de que tú me lo dijeras a mí, pero nunca llegaste a pronunciar esas palabras- se miraron completamente desolados
-Pero Vega…- murmuró afligida
-Ya sé lo que me vas a decir…- la interrumpió suavemente- me lo demostrabas en cada caricia, en cada beso… me lo entregabas en cada momento íntimo… pero nunca llegué a oírtelo decir realmente en tres años de convivencia Ali- la miró desconsolado- nunca cielo, nunca… y fuiste tan radical en escoger tu trabajo en vez de venir conmigo que ya no supe que pensar… No me fue nada fácil dejarte mi vida, me moría a cada escalón que descendía pero tú no me detuviste en ningún momento Ali…- le musitó amoroso, se miraron intensamente a los ojos- con lo fácil que te hubiera sido decirme: no te vayas Vega porque te quiero; y yo lo hubiera abandonado todo por ti- declaró tierno acariciándole dulcemente la nuca. A ella sentir la calidez de su mano en su nuca ofreciéndole aquella suave y delicada caricia, la estremecía poniéndole la piel erizada
 -Dios mío Vega ¿qué hemos hecho con nuestras vidas? Lo hemos estropeado todo por nuestro orgullo y no hablar claro- murmuró afligida mientras sus lágrimas no cesaban de correr por su precioso rostro; no podía creer que hubiera sido tan estúpida, lloraba desolada y arrepentida. Vega tampoco podía retener sus lágrimas, ahora sabía que sí lo había amado tanto como él a ella… pero ahora podía ser tan tarde, tan tarde...
-Ali cielo, perdimos siete años pero aún podemos…- no pudo continuar hablando, su teléfono empezó a vibrar sobre la mesita de cristal interrumpiéndolo- ¡Joder, este tío debe hacerlo a propósito sino no me lo explico!- murmuró irritado recogiéndolo
-Será mejor que me vaya- musitó ahogadamente e hizo amago de irse pero él le sujetó por la muñeca deteniéndola
-No, aún no Alicia, tenemos más que aclarar- le dijo muy seriamente y ella volvió a sentarse muy lentamente mientras él descolgaba- ¿Sabes qué hora es?- expuso ya al teléfono
-¡¡Me importa bien poco imbécil; así sean las cinco, las siete o las diez!! ¡¡Eres un maldito desgraciado hijo de puta!!- le gritó Charles, tan potentemente que él apartó sobrecogido el teléfono de su oído y el bramido le llegó hasta ella con una claridad asombrosa
 -¡Wow!- exclamó sobrecogida abriendo sus ojos estupefacta mirando a Vega que también parecía muy descolocado con el comportamiento de su interlocutor.
-Vaya, pues eso aún no me lo habían llamado hoy, mira tú- bromeó sarcástico pero Charles seguía enfurecido
 -¡¡No puedes hacerme esto, eres un maldito desgraciado!!
-Ey… cálmate ¿quieres? ¿De qué estás hablando?- intentó frenarlo Vega sin resultado
-¡¿Cómo que de qué estoy hablando?! ¡¡No puedo creer lo que me acaba de decir Sánchez!! ¡¿Qué es eso de que no vas a regresar?! ¡¿Qué cojones crees que estás haciendo Vega?! ¡¡Ya puedes empezar a hacer la maleta y regresarte de inmediato ¿me oyes estúpido insensato?!!- siguió bramando enfurecido el interlocutor, Alicia observaba a Vega boquiabierta
-Ey brother… escúchame ¿quieres? Tengo un motivo muy importante por el que no…- volvió a intentar serenarlo pero sin éxito
-¡¡No!! ¡No quiero escuchar nada que no sea que te regresas ya mamón! ¡¡Maldita sea la hora en que te animé a irte de vacaciones a ese puto pueblo de los cojones!! ¡¡No te perdono esto en la vida si no regresas ¿me oyes gilipollas de mierda?!!
-¡¡¡Ey!!! ¡¡Ya está bien ¿no?!! ¡¡Ahora vas a calmarte o si no te cuelgo y que te folle un canguro imbécil!!- chilló ya encrespado también acallando inmediatamente a su interlocutor- Pero ¡¿Qué cojones quieres?!
 -¡¿Cómo qué que quiero?! ¡¡Que muevas tu puto culo de inmediato y que te regreses ahora mismo; no me puedes hacer esto a punto de cerrar una fusión tan importante desgraciado!! ¡¿Cómo se te pasa por la cabeza dejarme a mí al frente de eso?! ¡¡No soy tú Vega, yo tengo conciencia y escrúpulos!! ¡¡No sé hacerlo, no puedo, y se irá todo al garete!!
-¡¡Mira tío, me importa bien poco si no sale esa fusión o si la empresa se va a la quiebra; no voy a regresar te pongas como te pongas ¿ok?!!- le gritó enfurecido poniéndose en pie y comenzando a pasear por la sala inquieto, Alicia lo observaba atónita- Estoy demasiado cansado para aguantar tus insultos hermano… llevo tres días casi sin dormir en los cuales me he recorrido miles de kilómetros en coche, he lidiando durante más de diez horas con un tipo aún más cenutrio que yo que ya es decir y he regresado a casa sin parar ni a descansar porque quería estar cuanto antes con mi hija- a Alicia el corazón le dio un brinco emocionado al oírlo pronunciar aquellas palabras tan llenas de cariño
-¿Cómo que una hija? ¿Qué hija?- balbuceó Charles incrédulo
 -Si escucharas en vez de ladrar tanto… Sí, como has oído: mi hija... tengo una niña que es la más preciosa y linda del mundo con un corazón tan grande como el de su madre que, por cierto, va casarse con un tipo al que mi dulce melocotón no soporta y está sufriendo terriblemente; estoy a punto de perder a mi hija además de la mujer que amo y ¿tú me vienes con estas gilipolleces?- oír aquello le dolió terriblemente a Alicia
-No Vega, yo no...- aclaró apesadumbrada levantándose y él la miró con aquellos ojos tan llenos de amargura que la conmovió levantando su mano callándola y continuó bramando por el teléfono
-¿También me vienes tú a tocar los huevos? ¡¿Tú?! ¡¿Qué te ofrezco la oportunidad de tu vida?! ¡¡Anda y que te den mucho por el culo tío!! ¡¿Cuál es tu preocupación gilipollas?! ¡¿Qué te designé como director general de la empresa y te ofrecen un puesto en el que, entre el sueldo y las comisiones, ganarás millones a final de año?!¡¿Qué problema tienes?! ¡¿Qué no lo quieres?! ¡¡Pues dices no, joder, no es tan difícil!! Ya se las arreglará Sánchez para encontrarme un sustituto pero yo no pienso volver ¿me oyes? ¡¡Me da igual que me perdones o no!! Ahora lo único que me importa es estar con mi niña y tenerla siempre conmigo, perdí a su madre por culpa de este puto trabajo pero a mi chiquita no ¿me oyes? ¡¡Voy a recuperar estos siete años perdidos y todo lo demás me da bien por el culo chaval!!- cortó la comunicación- ¡¡Gilipollas!!- gritó furioso al tiempo que lanzaba con furia el teléfono contra el sofá y se empezó a pasar irritado las manos por el cabello ante la mirada conmocionada de Alicia
-Oh Dios Vega… a eso te referías cuando dijiste que no te ibas a separar nunca más de ella… no te vas a volver a ir, has renunciado a tu puesto por… por Abi- sollozó conmovida cubriéndose abrumada su boca, él la miró con tanto dolor en los ojos que la impresionó- Dios santo Vega- exclamó emocionada y corrió a sus brazos, él la recibió al instante oprimiéndola con desesperación contra su cuerpo. Ambos, abrazados fuertemente el uno al otro y con sus mejillas unidas, lloraron hasta desahogarse.
Ya más calmados, él retiró su mejilla de la de ella pero sin soltarla de su cintura seguía aprisionándola amoroso a su cuerpo con un brazo mientras, con la otra mano, comenzó a acariciarle con su ternura tan especial sus mejillas secándole las lágrimas mientras se miraban amantes
-No me llores más mi dulce melocotón, que me destrozas el alma; sabes que no soporté nunca verte llorar- le decía con un amor indescriptible que la conmocionó
-Vega… yo no...- murmuraba afligida, él posó su dedo en sus labios callándola
-Chisss, mi chiquita- murmuró lleno de ternura acariciando con su dedo aquellos labios que deseaba a rabiar volver a besar; se miraban fijamente, ella también deseaba desesperadamente besarlo, saborear de nuevo aquella boca que siempre la volviera loca
-Vega... ¡Oh Dios, Vega; no me aguanto más!- exclamó apremiada y, sin pensárselo más, lo besó de nuevo; él respondió de inmediato y se besaron apasionados aferrándose el uno al otro con ansia desesperada; se volvió frenético, se devoraban impetuosos con hambre atrasada mientras sus cuerpos se adherían fogosamente codiciosos. Envueltos en una locura irracional y totalmente pasional, se despojaron desenfrenados de sus ropas mientras caminaban hasta el sofá sin dejar de besarse enloquecidos, él la derrumbó sobre el sofá sin soltar ni un instante aquella delirante boca al tiempo que ella, veloz y habilidosa, agarró su duro miembro insertándolo presurosa en su sexo sin esperar más preámbulos. Los dos soltaron al unísono un gemido complaciente al sentirse ensamblados que los desenfrenó aún más volviéndolos exigentemente ambiciosos y entregándose encolerizados y sin indulgencia; tanto con sus cuerpos como con sus bocas. Ambos estaban delirantemente impacientes de tanto tiempo sin desahogarse sexualmente sumado al gran amor que afloraba a cada roce de sus manos y la ambición contenida de poseerse de nuevo. Los gemidos y las repetidas sacudidas de placer de Alicia lo excitaban más aún. En el máximo momento de desenfrenado frenesí, Alicia se asustó al notar que algo extraño se movía debajo suyo, soltó un chillido al tiempo que se aferraba espantada al cuello de Vega y elevó instintiva las caderas escapando de aquello que vibraba bajo ella provocando en Vega un envite inesperado
 -¡La virgen!- gritó involuntario al tiempo que una descarga descomunal e incontrolable lo sacudió fieramente arrastrándolo a un imprevisto y trepidante final que lo hizo gemir escandalosamente mientras clavaba crispado sus dedos en el cojín del sofá impulsado por la inmensa descarga de placer que sufría su cuerpo de manera desproporcionada- ¿Qué coño fue eso?- expuso impresionado del chocante movimiento de ella que le había empujado a tal vertiginoso final. Ella soltó una risa divertida al tiempo que sacaba el teléfono vibrando insistente de debajo de su trasero- Al menos por una vez sirvió de algo este tío tan plasta- comentó guasón al tiempo que la besaba amoroso en los labios y se rieron explayados mientras él se sentaba al borde del sofá tomando el móvil de la mano de Alicia y contestaba la llamada- ¿Qué quieres ahora pesado? ¿Sabes qué eres de lo más inoportuno siempre?- le recriminó amistoso
-Perdona tío, me siento fatal colega… me comporté como un auténtico gilipollas y tú pasando por las que estás pasando hermano...- decía con voz apagada y realmente conmocionado
-No pasa nada Charles, tranquilo- le respondió amable, Alicia lo besó tierna en los labios y se levantó comenzando a vestirse su pijama, él la observaba deleitado recostado contra el respaldo mientras seguía escuchando a su interlocutor
-¿Una hija brother? ¿Cómo es eso de que tienes una hija?
 -Pues... ¿qué quieres qué te diga Charles? Resulta que tengo una hija de siete años; Alicia estaba embarazada cuando me fui y no me dijo nada
-¡Dios colega, pero eso muy fuerte! ¡Por algo querías regresar tío, algo te decía que debías regresar! ¿Y qué es eso de que quieren alejarla de ti?
-Charles, déjalo por favor; te lo explicaré en otro momento ¿vale? Ahora es muy tarde aquí y…- ella se aproximó de nuevo a él y besándolo dulcemente en los labios, le indicó que se iba- No Ali espera…- le imploró en un intento de detenerla, no quería que se fuera, pero ella negó señalando su reloj de pulsera indicándole que era tarde y se fue
-¡Oh my God! ¿Estabas con tu Alice? Sorry, mi brother- repuso abochornado Charles al oírlo
-¡Sí tío y eres muy, muy inoportuno ¿lo sabías?! Tengo que dejarte, mañana te llamo así me levante
-Claro, disculpa; hasta después entonces- cerró su móvil
-Ali espera- increpó saliendo presuroso a las escaleras pero Alicia ya llegara a su casa y cerraba la puerta- ¡Mierda!- soltó fastidiado entrando de regreso al apartamento
Alicia entró en su piso intentando no hacer ruido, Abi se despertaba con el volar de una mosca y después costaba Dios y ayuda volverla a dormir. Caminaba de puntillas por el pasillo en dirección a su cuarto
 -¿A dónde fuiste a estas horas y en pijama?- le susurró su madre detrás de ella, Alicia soltó un chillido ahogado al tiempo que pegaba un respingo sobresaltada mirando tras ella encontrándose a su madre sujetando una taza de té caliente entre sus manos mirándola despreocupada
-¡¿Eres idiota, mamá?! ¡¿Quieres dejar de hacer eso?! ¡Un día de verdad que me dará algo!- le reprochó echándose la mano al pecho pues su corazón latía tan desbocado que parecía irse a salir del sitio
-Si tú no entraras a hurtadillas como un vulgar ratero últimamente, yo no te asustaría- le contestó indiferente regresando a la cocina, Ali la siguió
-¿Se puede saber qué haces levantada a estas horas?- indagó curiosa mientras su madre se sentaba tranquilamente ante la mesa redonda
 -Yo pregunté primero- repuso calmosamente dándole un sorbo a su tazón
 -Vengo de hablar con Vega- respondió serenamente sirviéndose también un té y se sentó frente a su madre
-Ajá… ¿y tenía que ser a estas horas y en pijama?- repuso serenamente, Ali se sonrojó
-No pensé ni en la hora ni en vestirme elegantemente para la ocasión- dijo sarcástica mirándola irritada
-Ajá… ¿y qué era eso tan urgente que tenías que hablar que no podía esperar a una hora más adecuada?- Ali soltó un profundo suspiro
-No podía dormir pensando en lo que hará ahora mamá; si solo reclamará la custodia compartida de Abi o, en venganza, intentará quitármela y llevársela a Sidney… ¡lo conoces como yo mamita! y sabes qué puede llegar a ser realmente alocado cuando se enoja- expuso sobrecogida
-Un verdadero adoquín cuadriculado, sí lo sé- repuso la mujer chistosa y ambas rieron divertidas- pero me parece que lo conozco algo más que tú y no creo que él haga eso mi chiquita, no le veo yo con su gran corazón haciéndoos daño a ninguna de las dos
-Eso me dijo- repuso sonriendo dichosa y se quedaron calladas unos segundos bebiendo abstraídas de sus respectivos tés, Ali se deleitaba recordando lo que acabara de pasar en el piso de Vega, se sentía completamente feliz y gozosa, fuera increíble; se habían entregado como fieras desenfrenadas y habían disfrutado como nunca, su piel y sus pechos aún ardían rememorando sus manos y su boca sobre ella. Su madre observaba aquel rubor en sus mejillas, aquel brillo en sus ojos negros, aquella sonrisa deleitada… estaba muy claro: no solo habían hablado y sonrió pícara
 -¿Y qué piensas hacer ahora?
 -¿Con qué?- se sobresaltó de nuevo sonrojándose ante la mirada penetrante de su madre que la observaba fijamente
 -¿Con qué va a ser hija? ¡Con Carlos y ese estúpido compromiso que acabas de aceptar!- expuso resuelta
-¡Carlos!- exclamó apagadamente abriendo sobrecogida los ojos, no se había acordado de él y… ¡¡Dios santo ¿qué había hecho?!!
-¡Sí, Carlos! Un pediatra alto de cabello castaño y ojos fríos y calculadores… ¿Te acuerdas de él, verdad?- exclamó burlona su madre elevando sus cejas y volvió a sonreír maliciosa
-¿A qué viene esa sonrisita mamá?- le increpó fastidiada y su madre aún se rió más abiertamente- pues nada, no pienso hacer nada; seguir adelante y listo, nada tiene que ver una cosa con la otra- explicó resuelta levantándose para dejar su tazón en el fregadero
-¡¿Estás loca?!- exclamó pasmada Esther, Alicia se volvió mirándola desafiante- ¡¡Eso es una locura Alicia, tú no quieres a ese hombre!!
-¡Sí le quiero!- remarcó tozuda
-¿Ah sí? ¡Y si tanto le quieres explícame por qué acaba de pasar lo que acaba de pasar con Vega!- Alicia la miró con ojos asombrados
-¡¿De qué hablas?! ¡No acaba de pasar nada con Vega mamá, solo hablamos!- se defendió rauda aunque aquel rubor delator que apareció en sus mejilla hablaba diferente
-¡Ya, que yo me caí de un guindo ahora Alicia!
 -¡¡Déjame en paz ¿quieres?!!- protestó fastidiada y se dirigió apuradamente a la salida de la cocina, pero se detuvo antes de cruzarla- mamá…- murmuró más relajada
 -¿Qué hija?- Alicia se volvió y miró a los ojos de su madre esbozando una sonrisa complacida
-¿Sabes que Vega ya no se va a volver a ir? ¿Qué abandonó su puesto en Sídney y que se queda aquí por Abi?- aclaró feliz y su madre sonrió dichosa
 -¡Lo sabía!- expuso satisfecha- ¡siempre lo supe! ¿Te lo dije o no te lo dije Ali? Te lo dije cientos veces: díselo Alicia, él no se irá si sabe que estás embarazada…
 -Vale ya mamá, sabes muy bien por qué no lo hice- expuso apagadamente bajando abatida su cabeza- sabes que deseaba terriblemente que se quedara, que no se fuera; pero no podía obligarlo a quedarse por un embarazo inesperado y que después se arrepintiera y me reprochara el haber perdido la gran oportunidad de su vida
-¿Y después Ali? ¿Por qué después tampoco? Llevo casi ocho años diciéndote que lo llamaras, que le dijeras de la existencia de Abi… pero tú como burra tozuda erre que erre en no querer hacerlo…- siguió reprochándole su madre
-¡Basta mamá!- exclamó molesta mirándola dolida- ¿Acaso tú volviste a saber algo de él desde que se fue? ¿Viste que en algún momento haya querido saber de mí? ¿Ha escrito o llamado alguna vez en todos estos años? ¿No verdad? ¡¿Por qué yo sí tenía que rebajarme y buscarlo a él mamá?!
-Tú y tu maldito orgullo Alicia… ¡¡Porque tú sí tenías algo que contarle, algo importante; algo que no solo es tuyo Ali: Abi es de ambos!! Piensa bien lo que haces hija, porque lo perdiste una vez y puedes volver a perderlo
-¡No mamá, no voy a volver a perderlo porque ya no hay nada que perder! Se acabó mamá, todo se acabó hace siete años; he aceptado casarme con Carlos, he puesto fecha a esa boda, he dado mi palabra… así que el 17 de Enero me caso con Carlos y ya no hay vuelta de hoja- aclaró rotunda y su madre la miró atónita
-¿Te estás oyendo Alicia? Estás hablando de tu matrimonio con Carlos como si fuera un contrato hija, un acuerdo al que te ves obligada a responder por dar tu palabra y no es así
-¡Oh por Dios santo mamá, ya basta! Me da igual cómo te haya sonado, voy a hacerlo y punto; y ahora será mejor irnos a la cama, está a punto de amanecer y pronto se levantará Abi

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