viernes, 1 de agosto de 2014

Cuando llegaron, al pagarle al taxista, se dio cuenta de que en los grandes almacenes pagara con la Master card sin tener cuidado de que no se le saliera la foto de Alicia, inquieto rebuscó tras ella pero no estaba ya
 -¡Mierda, no puede ser!- expuso irritado pasándose desolado la mano por el pelo
 -¿Qué te ocurre hijo?- indagó inquieta Esther
-Perdí algo que llevaba muchos años conmigo- repuso fastidiado cerrando de nuevo la billetera pero le sonrió calmado a la mujer- no es nada, no importa- aclaró aunque sus ojos decían lo contrario
-¿Es esto Vega? te cayó al suelo en la caja del centro comercial y yo la recogí- repuso satisfecha Abi entregándosela
-¡Ey mi chiquita, muchas gracias!- la besó complacido en la mejilla al tiempo que recogía la foto -¿Por qué tienes una foto de mi mamá Vega?- preguntó recelosa mirándolo desconfiada, él quedó frío sin saber que contestar mirando inquieto a Alicia; ella lo miraba desconcertada sin saber que decir tampoco
-Porque son amigos desde hace muchos años ¿no te lo contara ya mi niña?- le contestó rauda Esther tomando la manita de la niña llevándosela dentro del portal ayudando a saltar a ambos aquel incómodo momento
-Sí abuelita, no soy tonta- repuso despreocupada subiendo los escalones de la mano de su abuela y ellos se sonrieron más tranquilos
-¿Aún la guardas?- preguntó conmovida Alicia
-Como te dije ayer, no me fui porque no te quisiera sino porque dudaba de sí tú lo sentías así también; y debes decirlo más Ali, a veces con demostrarlo solo no basta y hoy en todo el día no se lo has dicho ni una sola vez a nuestra pequeña- expuso apesadumbrado y las siguieron sin decirse nada más.
 -Me lo pasé genial Vega ¿podemos repetirlo otro día?- propuso animada abrazándose a su cuello cuando llegaron ante la puerta del piso de ellas
 -Claro mi ángel, cuando quieras- respondió deleitado por aquella muestra de cariño inesperada de la pequeña
 -No te vayas sin despedirte ¿eh?- lo avisó cuando siguió escaleras arriba en dirección a su piso, sonrió ameno siguiendo su camino
Se cambió el jersey vistiéndose una camiseta negra y metió la guitarra en la funda; se tomó un café y salió del apartamento después de recoger de nuevo la chaqueta de piel negra. Llamó con los nudillos en la casa de Alicia y Abi, atenta, abrió la puerta; Esther también estaba en la sala
-Ya me voy mi chiquita preciosa- se agachó para besarla en la mejilla y ella se abrazó a su cuello; él la envolvió amoroso contra su cuerpo- te quiero mucho mi dulce melocotón- le dijo con todo el amor que tenía dentro
-Y yo a ti Vega, también te quiero mucho- le respondió sonriéndole alegre haciéndolo sentir el hombre más feliz del mundo- ¿Algún día me llevarás a verte tocar?
-Cuando quieras mi princesita bella- se abrazaron de nuevo
-Mamá, abróchame el vestido haz el favor- dijo Alicia apareciendo por el pasillo con un bonito vestido negro muy ceñido que le marcaba las hermosas curvas de su cuerpo; de cuello subido, no llevaba mangas y apenas le rozaba las rodillas. Vega la repasó gustoso con la mirada de arriba abajo quedándose aún más complacido al observar que también llevaba puestos los pendientes que él le regalara.
 -Caray, estás preciosa ¿siempre te pones tan elegante para irte a dormir?- indicó galante y ella sonrió amena. Pero sus ojos descubrieron el llamativo anillo de diamantes que brillaba en su mano provocándole que las tripas se le retorcieran- y menudo pedrusco llevas ¿no te pesa en el dedo?- intentó bromear pero le salió un tono herido, ella miró el anillo y a él le dio la sensación que su rostro se apesaraba
 -Voy a cenar con Carlos…- dijo pausadamente elevando los ojos y mirándolo incómoda- ya sabes, por el plantón del mediodía- aclaró rápida como excusándose, él le sonrió amable
 -No tienes que darme explicaciones de lo que haces, y mucho menos con ese noviecito tuyo- repuso intentado ser ameno pero su voz sonó retórica- Chao chiquita, hasta mañana- volvió a besar las mejillas de la pequeña y se fue.
Durante la cena, Carlos no paraba de hablar de un caso de un paciente que lo tenía preocupado pues el niño no respondía al tratamiento… pero ella pensaba en Vega, en la fantástica noche anterior amándose, en el día maravilloso y perfecto que habían pasado como una auténtica familia… Había disfrutado más en dos días con él que en esos dos años con Carlos, en ambos casos. Lo miró parlotear sin prestar atención, no tenía ni punto de comparación con Vega. Vega era, además de mucho más atractivo que Carlos, atento y galante; como hacía un par de horas, decirle que estaba preciosa, cosa que Carlos creía que ni se había percatado de ello. Pero sobre todo, nunca se pasaría las horas hablando de trabajo, y mucho menos de vísceras, vómitos y diarreas, siempre que estuviera cenando con la mujer que amaba. Distraídamente se acarició los pendientes que él le regalara… y siempre tenía algún detalle para todo el mundo ni nunca olvidaba un día señalado. Vega era especial, era un amante excepcional, un hombre cariñoso y atento que se hacía querer en seguida… Vega era maravilloso y lo amaba aún con locura. Observó su exuberante y recargado anillo de compromiso en su dedo. De bastante mal gusto, por cierto… Vega jamás compraría algo así. De pronto aquel anillo parecía quemarle… se lo quitó de inmediato guardándoselo en el bolso
-Cari ¿Qué estás haciendo?- le preguntó al instante Carlos y ella lo miró desconcertada
-Yo… es que….- no sabía qué decir, le sonrió recatada- perdóname Carlos pero es que me molesta, lo siento; ya sabes, la costumbre de no llevar nunca nada en el quirófano- relató animosa y él sonrió convencido
-Claro, lo comprendo- contestó sereno y se sonrieron amenos- Te noto extraña esta noche ¿Te encuentras bien?- le preguntó amable y ella asintió decidida con la cabeza- Pues bien; entonces… ¿Qué piensas de lo que te he estado contando?
-Perdona pero se me fue el santo al cielo ¿podrías repetírmelo?
-Hace rato que me he dado cuenta- le reprochó serio pero al instante le sonrió amable- no importa, déjalo… ¿de verdad no te ocurre nada?- indagó amable
-No, solo es cansancio, tuve un día agotador; fui con Abi al zoo y al centro comercial y no paró ni un segundo correteando de un lado a otro…- expuso sonriendo tierna, él se revolvió levemente en su silla y esbozó una leve sonrisa comprensiva ¿se había puesto molesto al mencionar a Abi o le pareció a ella? Prefirió no especular sobre aquel inesperado gesto suyo…
-Había entendido ayer que iba a pasar el día con su padre- repuso desinteresado siguiendo con su cena
 -Y así fue, pero Vega prefería no ir solo con ella pues no está habituado y mamá y Abi se empeñaron tanto en que los acompañara… que al final fuimos los cuatro
-Oh qué bonito, todos juntitos como una Happy family ¿no tomasteis fotos?- expuso irónico y Alicia lo miró disgustada
-Pues no, no se me ocurrió; una lástima… ¿Se puede saber qué rayos te pasa? ¿A qué viene ese sarcasmo Carlos?- le reprochó fastidiada, él le sonrió amistoso
-Hoy estás un poquito susceptible ¿no? Solo estaba bromeando, perdona si te he molestado; en ningún momento quise ser sarcástico- aclaró con una tranquilidad tan pasmosa de pronto que sorprendió a Alicia ¿aquel hombre era más cínico de lo que nunca se había imaginado o realmente ella hoy estaba siendo demasiado suspicaz?- Si ya has acabado podemos irnos si te parece bien- propuso entrañable dejando su servilleta que mantenía sobre su regazo en la mesa y ella aceptó- de verdad que solo bromeaba cari, perdóname si te he molestado- se disculpó de nuevo ya en el coche besándola en los labios
-Discúlpame tú a mí, estoy cansada y sí puede que esté algo picajosa- también se excusó, él le sonrió piadoso y empezó a recorrer su mejilla caminando con sus labios hasta el lóbulo de su oreja; Alicia se sintió incómoda- Para por favor Carlos, de verdad que estoy cansada- le habló dulcemente intentando detenerlo pero él no se detuvo
 -Vámonos a mi casa cari, aún es temprano- le susurró deseoso mientras seguía besándola descendiendo por su cuello
-Carlos no… para- siguió protestando pero él hizo caso omiso a sus protestas
 -No sabes cómo te deseo cari…- murmuró excitado deslizando su mano por debajo del vestido buscando su entrepierna
 -¡¡No Carlos, para ya!!- denegó más contundente empujándolo para alejarlo de ella y que se detuviera de una vez- ¡¿Qué rayos haces, estás loco o qué?! ¡¡Podrían verte Carlos!!- le reclamó molesta recomponiéndose la falda mientras examinaba nerviosa el abarrotado aparcamiento
-Es la primera noche en dos meses que por fin te dignas a salir conmigo- le reprochó molesto recolocándose en su asiento, la miró ofendido- ¿y cuándo fue la última vez que hicimos el amor Alicia? Porque yo ni lo recuerdo ya, últimamente siempre estás “demasiado ocupada o cansada”
-Lo siento, pero soy madre además de trabajar fuera Carlos; sabes cómo están últimamente los quirófanos y el fin de semana es lo único que tengo para estar con Abi- le respondió bravamente -Abi, Abi, Abi… siempre Abi- repuso fastidiado, a ella eso le molestó muchísimo
-¡¡Oye ¿Qué rayos te pasa?!! Sabías desde el primer día que tenía una hija… Mejor dicho, nos conocimos a través de mi hija pues eres su pediatra; no apareció de la nada como por arte de magia para reclamarme ahora- le increpó molesta y lo miró fijamente a los ojos- ¿Qué ocurre Carlos? ¿Acaso te estorba mi hija?- interrogó decidida
 -¡Dios santo Alicia ¿a qué viene esa pregunta ahora?! Hoy me parece que estás muy irritable; mejor será llevarte a casa o acabaremos discutiendo- dijo muy serenamente como siempre hacía cuando la veía sulfurada para no discutir… Alicia lo observó desconcertada: es que nunca habían discutido que no era igual, nunca le había reclamado nada, ni llevado la contraria… Carlos era tan soso y sereno… tan apático. Sin embargo Vega era tan ardiente como impetuoso, saltaba atolondradamente a la mínima; discutir con él estaba a la orden del día, pero después hacer las paces siempre era tan arrebatadoramente delicioso… Tomó aire profundamente en un intento de descartar de su cabeza a Vega de una vez, pero vio las luces de un pub haciendo esquina en la Avenida…
-Espera Carlos, vayamos a tomar algo antes; tampoco me apetece que nos quedemos así, incómodos y molestos- propuso animosa y él detuvo el coche en doble fila
 -¿Quieres que vayamos a casa entonces?- invitó esperanzado
-¡Oh Carlos, por favor!- protestó fastidiada
-Está bien, no insisto en eso… ¿quieres ir al club?- propuso indiferente
-¿Cruzar toda la ciudad para solo tomar algo?- dijo desganada- ¡Mira, podemos ir ahí mismo! tomamos una copa y nos vamos
 -¡¿Ahí?!- expuso sorprendido examinando la puerta del local donde la gente no cesaba de entrar y nadie salía, debía estar abarrotado
-Sí ahí ¿qué tiene?- saltó irritada de nuevo
-Nada Alicia, no te sulfures así- dijo mirándola desconcertado de nuevo- solo lo decía porque fíjate, entra mogollón de gente y apenas sale nadie: debe estar lleno hasta los topes cari
 -Eso significa que debe estar bien; mira, yo voy ¿tú vienes o te vas a casa?- aclaró decidida bajándose del coche y cerró la puerta de un portazo, sabía que eso le fastidiaba terriblemente
 -Vale, está bien; pero no es necesario que golpees así la puerta- le dijo pasmosamente controlando la ira que aquellos portazos le provocaban, ella hizo un esfuerzo por no reírse- espera, voy a aparcar Entraron en el local, realmente allí no cabía una aguja y sonaba de maravilla ZZ Top, la gente estaba muy animada moviéndose al ritmo de “La Grange”; Alicia también comenzó a mover la cabeza al ritmo de la música distraídamente
Se pusieron en la única esquina libre de la barra, contra la pared. Desde allí atisbó a Vega que tocaba animado sin dejar de moverse al ritmo de la canción, de vez en cuando se miraba con el batería y se sonreían alegres; se veía que estaban disfrutando tremendamente
-Cari ¿Ese no es tu ex?- le preguntó Carlos
 -Sí… que casualidad; me comentó que tocaba en un local pero no sabía dónde- respondió despreocupada, Carlos movió convencido la cabeza
 -La verdad es que lo hacen bien, no me extraña que esté a tope- expuso animado
-Sí, eso sí lo sabía- aclaró orgullosa
-Hola preciosidad, la noche se me iluminó con tu entrada ¡¡qué dos hermosos luceros llevas en esa cara hija mía!! ¿Qué te pongo ojos hechiceros?- le coqueteó el camarero guiñándole un ojo pícaramente y ella le sonrió divertida; era un hombre maduro, alto y gallardo, de hermosos ojos grises, con un cuerpo estupendo y atractivo aunque ya abundantes surcos marcaban su rostro debido a las arrugas, pero aquellas sienes canosas sobre su cabello negro lo hacían realmente seductor
-Tres dedos de whisky con un solo cubito- le dijo y él la miró fijamente, entre extrañado y sorprendido- ¿Hay algún problema?
-Nada preciosa, solo que hay una única persona aparte de ti que me lo pide así ¿conoces a Vega verdad?- ella asintió con la cabeza mientras se sonreían amistosos- Vale, comprendido: se acabó tontear contigo entonces; no quiero problemas con él ¿y a ti amigo? ¿Qué te pongo?- le preguntó a Carlos y Alicia esbozó una sonrisa amena
-¿Con Vega no y delante de mi acompañante no se corta?- se rió divertida
-Yo sé porque lo que me digo preciosa ¿acaso no te has fijado en los brazos que se gasta?- le susurró ameno guiñándole el ojo de nuevo y rieron alegres mientras les servía. Alicia observó de nuevo el escenario, la canción acabara y todos los animaban a más
-Va la última y está dedicada especialmente para esta morenita linda que está aquí sentada, va por ti preciosa- le dijo alegre Vega mientras le guiñaba tierno el ojo a una muchacha sentada en las primeras mesas y se sonrieron amistosos, Alicia sintió que las tripas se le removían y una rabia sofocante le subió al rostro ¿quién era aquella morena a la que Vega le dedicaba canciones? El batería empezó a dar los primeros acordes de “Another piece of meat” de Scorpions y la multitud enloqueció al reconocerla al instante; Vega entró perfecto en su momento preciso, se coordinaban de maravilla y aquello sonaba fantástico.
-Caray, realmente lo hacen muy bien- expuso asombrado Carlos
-Sí, todo lo hace muy bien el muy cabrito- comentó deslumbrada Alicia
-¿Todo Alicia?- repitió sarcástico y ella se sonrojó esquivando su mirada; observó cómo ambos se sonreían dichosos con aquella muchacha morena que acompañaba entusiasmada con sus palmas al llegar el momento cumbre de la guitarra de Vega seguida a la perfección por el muchacho de la batería. El público coreaba la canción y aplaudieron a rabiar cuando acabaron; ellos también los secundaron. Observó cómo, a pesar de las protestas de los asistentes, recogían sus cosas y se bajaban del escenario; entre felicitaciones, se aproximaron a la morena que besó a ambos en las mejillas y asombrada vio como Vega acariciaba amoroso su gran tripa de avanzado estado. Se fueron acercando a la barra
-Nos vamos ya Félix, hoy no nos paramos que Sarah está cansada- anunció elevando la voz Vega para ser oído entre la multitud; Alicia se puso nerviosa, ya se iba…
-Espera, ahí hay una preciosidad que te conoce- le dijo el camarero señalando con la cabeza hacia Alicia
-¿Y vale la pena?- bromeó él echando un vistazo curioso- ¡¡Ali!!- expuso complacido al verla y sonrió feliz, Alicia le correspondió y se acercó seguido del batería y la chica morena- ¡Ey ¿qué hacéis aquí?!- la saludó animado besándola en las mejillas y le estrechó amable la mano a Carlos
-Hemos venido a tomar algo- le contestó Alicia amena
-Lo hacéis muy bien- los felicitó Carlos y se lo agradecieron animados
-Willy y su esposa Sarah; esta es la madre de mi hija: Ali y su novio Carlos- los presentó despreocupado y ellos se saludaron amistosos- y esta es la pequeña Patricia- añadió tierno acariciando la tripa de Sarah besándola en la mejilla de nuevo, la muchacha le sonrió alegre -Acabarás gastándome a mi pequeña ya antes de nacer- bromeó ella dichosa y todos rieron amenos -Es que me encanta tocarla, me llena de ternura sentirla- aclaró satisfecho Vega acariciando de nuevo la abultada barriga, Alicia tomó aire profundamente conmovida: ahí estaba el Vega que a ella la encandilaba, todo ternura- bueno, pues…
-¿Tomáis algo? Os invito- lo interrumpió rauda Alicia suponiendo que iba a despedirse de nuevo llamando rápida al camarero
-Cari, la muchacha acaba de decirle al camarero que está cansada- expuso Carlos intentando ser cordial aunque se percibió claramente que estaba incómodo con la idea de que ellos se quedaran
-Ah pero solo es una copa y no tardaremos mucho- insistió animosa mirando esperanzada a Sarah que le sonrió dulce
-La verdad es que yo no lo he dicho porque no estoy cansada, son estos dos que se han vuelto súper protectores desde que cumplí las 32 semanas- le comentó divertida
 -Es cuando el bebé coge más peso y hay riesgo de un parto prematuro, debes descansar cielo- indicó decidido Willy
-¿Lo ves? Y así todos los días- bromeó chistosa y ambas rieron divertidas
-Entonces ¿qué te pido: un zumo, agua…?- se animó Alicia
-Lo de siempre Félix- le indicó resuelta al camarero
-Estupendo, un San Francisco para mi morenita preciosa ¿a vosotros whisky, no chicos?- resolvió animado el camarero y tanto Vega como Willy aceptaron con la cabeza
-Así que 32 semanas, a puntito de soltarla entonces ¿qué tal lo llevas?- se interesó amena Alicia y entablaron una amena conversación entre ellas mientras Carlos se acodó en la barra tomando su copa de brandy en las manos con clara intención de no mantener conversación con Vega que comenzó a charlar despreocupado con Willy.
 -¿Te importa si te dejo sola un momento cari?- habló Carlos interrumpiendo la animada charla que mantenían Sarah y Alicia besándola cariñoso es la mejilla
-Tranquilo que no queda sola, estamos aquí ¿recuerdas?- le contestó mordaz Vega y ambos se miraron desafiantes a los ojos pero se alejó de ellos en dirección al baño- tu noviecito además de maleducado ¿es idiota?- le preguntó jocoso a Alicia
-No te pases ¿sí?- replicó ella fastidiada
-Perdona, pero es que me gustaría saber qué haría si le dijeras que sí te importaba ¿mearse en los pantalones?- indicó burlón y Willy y Sarah se rieron divertidos
-No seas soez, solo es muy respetuoso- lo defendió Alicia
 -Oh cari no te mosquees; solo era curiosidad- se burló socarrón y la pareja volvió a reírse mientras Alicia lo miraba ofendida
-¿Quieres dejarlo?- instó fastidiada
-¿El qué cari?- volvió a burlarse y Alicia lo miró agraviada
-Basta Vega, solo quiere ser cariñoso- instó molesta por sus burlas observando nerviosa que Carlos regresaba
-¿Te parece cariñoso tanto “cari”? Pues a mí se me haría empalagoso y repugnante; solo llevo con vosotros dos minutos y ya estoy saturado- indicó asqueado provocando que la pareja volviera a reírse entretenida
-Por favor para, te va a oír- le susurró inquieta viéndolo cada vez más cerca
-Claro que sí cari, sin problemas- se burló de nuevo esbozando una socarrona sonrisa, pero Alicia no tuvo oportunidad de protestar pues Carlos ya estaba demasiado cerca

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