miércoles, 6 de agosto de 2014


-Haz el favor de bajar la voz, no seas escandalosa- recomendó intentando parecer comedido aunque su rechinar de dientes indicaba lo contrario- será mejor dejar esta conversación, últimamente no sé qué te pasa pero siempre estás muy alterada y no se puede hablar lógicamente contigo
-Mira Carlos, una cosa es hablar “lógicamente” y otra decir la sarta de estupideces que estás diciendo ¿querer que deje a mi hija y a mi madre de lado así nos casemos? Debes estar mal de la cabeza para creer que aceptaría algo así; la verdad, pensé que lo que venía a decirte me iba a ser difícil de exponer pero me lo has puesto sumamente fácil…- dijo mirándolo asqueada; le había dado mil vueltas a cómo decírselo para no hacerle mucho daño pero, después de lo oído, le importaba bien poco si sufría o no… al contrario; buscó en su bolso y sacó una pequeña cajita roja que se quedó mirándola
-¿Qué haces?- expresó desorientado sin entender
-No te quiero y nunca te quise Carlos aunque te juro que lo intenté, pero no puedo…- habló serena dejando la cajita sobre la mesa; él la miraba desconcertado- y ahora que oí tus “maravillosos planes” para mi familia aún el rechazo es mayor; se acabó Carlos, aquí y ahora mismo se rompe este absurdo compromiso que nunca debí aceptar, ni siquiera quiero volver a verte ¿me oyes?- determinó tajante e intentó levantarse, pero él la sujetó fuertemente por la muñeca
-Siéntate, no seas maleducada- indicó autoritario tirando fuertemente de su muñeca obligándola a sentarse de nuevo mientras le lanzaba una mirada furiosa, Alicia lo observaba confundida y amedrentada, nunca le había visto esa mirada tan fría y furibunda- ni se te ocurra levantarte en medio de una conversación Alicia ¿Acaso tu madre no te enseñó educación? Ahora comprendo porque es tu hija como es- habló despectivo sujetándole firmemente la muñeca
-Mi madre me educó muy bien y mi hija es una niña maravillosa que al parecer reconoce mucho mejor que su madre a la mala gente- indicó tajante mirándolo ofendida, pero aquella mirada fría con la que él la veía la asustó de verdad
-Tu niña es una cría malcriada y deslenguada que necesita mucha mano dura y aprender modales; pero con la madre que tiene es normal que sea así- indicó duramente, Alicia abrió asombrada sus ojos -¿Qué tiene su madre imbécil?- interrogó intentando zafarse de su férreo amarre pero le era imposible, cuanto más se resistía, él más cernía su mano alrededor de su muñeca
-Eres una niñata insensata y veleta que no sabe lo que quiere y estás acostumbrada a que todos te bailen el agua Alicia; pero de esta no te vas a salir de rositas- habló despectivo, casi amenazante; Alicia comenzó a sentir miedo de aquel hombre que no reconocía
-Suéltame Carlos, de verdad que me estás haciendo daño- lo avisó dolida intentando una vez más soltarse pero era inútil
 -Pues estate quieta porque no vas a ir a ningún lado Alicia, aún no hemos acabado de hablar- expresó apretando aún más su muñeca, ahora sí le estaba haciendo autentico daño- ¿Acaso piensas que puedes soltar así como así que rompes nuestro compromiso y ya está? ¡¡Eso ni lo pienses!!- le indicó furibundo, ella se detuvo en su lucha y Carlos aflojó algo su férreo amarre pero no la soltó
-¿Qué más quieres que te diga? No te quiero Carlos, nunca te quise ¿no es suficiente motivo acaso?- respondió tajante soltándose al fin de su opresión- Además, por fin he visto tu verdadera cara Carlos; eres mala persona, eres falso, insensible y desconsiderado y me das asco; no quiero volver a verte ni que vuelvas a tocarme en tu vida- aclaró rotunda e hizo intención de levantarse
 -No te atrevas a levantarte Alicia, ya te lo he advertido- farfulló entre dientes y la miraba de nuevo rabiosamente, ella obedeció aunque no se amilanó- ahora me toca hablar a mí Alicia, bastante paciencia tuve ya contigo y con tu mimosa y consentida niñita de los cojones; primero te me echas a los brazos como gata en celo y luego me tuviste mareando la perdiz dos años con estúpidas excusas pero ahora ya sé lo que buscabas…- expresó mirándola cínicamente a los ojos
-Nunca me eché en tus brazos como gata en celo estúpido, fuiste tú el que me anduvo persiguiendo por todo el hospital hasta que acepté salir contigo; y maldita sea la hora en que acepté… ¿Y qué buscaba según tú?
-No me vengas ahora con cara de no romper un plato Alicia, tú buscabas el puesto de jefe de cirujanos y necesitabas mi apoyo en la junta directiva; pero ya conseguido ¿para qué me necesitas, no?- reprochó hiriente echándose levemente hacia adelante acercando su rostro al de Alicia- Pero no te olvides de una cosa Alicia… así como logré darte ese puesto, también puedo sacártelo de un plumazo- la amenazó rotundo
-¿Crees que con eso me intimidas Carlos? Eres más imbécil de lo que pensaba si lo crees así- repuso mirándolo ofendida, él sonrió sarcástico- puedes meterte el puesto y a todo el fantástico consejo donde te quepa gilipollas; cada vez que abres esa bocaza me pareces más y más estúpido, ahora comprendo porque a todo el mundo le parece incomprensible que tú y yo seamos pareja
-¿Quién es ese “todo el mundo”? ¿Tú…Vega, por ejemplo?- indicó mordaz
-Claro que no- respondió sonriendo burlona- cuando Vega y yo estamos juntos nunca hablamos de ti, ni nos acordamos de que existes; estamos ocupados… en otros menesteres- expresó con malicia, el rostro de Carlos se volvió terriblemente serio mirándola con fuego en los ojos- ¿Te acuerdas que el sábado te dije que Vega lo hacía todo muy bien y tú me preguntaste si “todo”? Pues sí Carlos, “todo” lo hace estupendamente; solo con sus manos me rocen me llevan al mismo cielo- la cara de él se iba descomponiendo de ira así ella hablaba- esta mañana me dijiste que parecía muy feliz ¿verdad? ¿Sabes por qué? Porque pasé la noche con él y fue maravilloso Carlos, nos seguimos amando igual o más que cuando se marchó y estamos decididos a retomar nuestra relación y ser la feliz familia que debimos ser siempre si no fuera por mi terquedad; y sí, es lo que sospechas y tan intrigado estabas por saber: los mensajes y las flores eran suyas…- inesperadamente él golpeó fuertemente la mesa con su puño sobresaltándola, su mirada era pura ira
-Algo me decía que tenía que tener cuidado contigo, que eras una trepa con cara bonita; una vulgar pros…
 -¡Cuidado con lo que vas a decir Carlos!- le recomendó autoritaria señalándole con el dedo inquisitivamente- si eso lo fui alguna vez, es por haberme acostado contigo sin amarte; no ahora que lo hice con el hombre que realmente amo- se levantó dispuesta a irse- y esta conversación se acabó, no tenemos más que decirnos y ahora empezaremos con los insultos y reproches que no ayudarán a nada y acabaremos haciéndonos daño de verdad- aclaró decidida recogiendo su bolso y volteándose para dirigirse a la salida del restaurante
-¡¡Alicia!!- la detuvo poniéndose en pie también, ella lo miró inquieta- yo que tú empezaría a buscarme un puesto en otro hospital- indicó desafiante, ella lo miró desconfiada
 -¿Qué quieres decir con eso Carlos?
 -Que te voy a amargar la vida a partir de ahora Alicia: sabes muy bien que estoy en la junta directiva del hospital y no voy a cesar en mi empeño hasta ponerte de patitas en la calle- la amenazó contundente y las piernas le empezaron a temblar pero disimuló valientemente
-No creo que la junta quiera perder a la mejor cirujana que tenéis en ese hospital, a ver si logras convencerlos estúpido- le aseveró decidida
-Y ya de primeras olvídate de tu puesto de jefe de cirugía que lograste gracias a mí- siguió amenazando
-Lo logré gracias a mi trabajo imbécil, pero ¿sabes lo que te digo? Que hagas lo que te plazca, no te tengo miedo; por mi puedes meterte el puesto, a la junta directiva y a todo el dichoso hospital por donde te quepa- replicó desenfadada y se giró dirigiéndose a la salida del restaurante
-¡Comete un error Alicia... el más pequeño y leve error, y no te creerás lo rápido que te verás en la calle!!- lo oyó amenazarla mientras alcanzaba la calle, se metió en uno de los taxis que estaban a las puertas del restaurante y ya dentro del vehículo, no pudo contener más las lágrimas.
Vega se pasó todo el día recorriendo locales acompañado de la mujer de la inmobiliaria; estaba en dudas por dos y los apalabró hasta pensárselo bien. Luego se dirigieron a conocer una casa que había visto en las fotografías de la inmobiliaria y le gustara mucho. Aunque al verla in situ era mucho más hermosa. Estaba en una zona residencial en lo alto de la ciudad y se tenía una vista espectacular de la ciudad con el mar al fondo. La casa era de dos plantas en piedra gris y tenía delante un pequeño jardín con césped con un camino de piedras que llevaba a cuatro escalinatas que acababan en un hermoso porche con columnas trabajadas; otro camino a la par algo más ancho llevaba a un garaje bajo la casa.
Ya dentro pudo comprobar que la planta superior solo era dedicada a dormitorios, cinco en total con sus respectivos baños, muy soleados y amplios. La planta baja estaba preparada para una gran sala con chimenea francesa, una zona para un amplio comedor que comunicaba con la cocina también muy amplia que daba a un gran jardín trasero con piscina y dos baños bien completos. Además también había dos habitaciones que la buena mujer le explicó cordial que los antiguos dueños los usaban de despacho; Vega sonrió entrañable al ver la más grande, recordó aquella salita que la casa de sus padres poseía en donde se pasaba las tardes de lluvia jugando mientras sus padres se entretenían sentados en el sofá regalándose arrumacos. Era el más dulce recuerdo de su niñez y ya se imaginó en aquella estancia una salita íntima y confortable como aquella que tan bien recordaba donde estar con su amada Alicia mientras Abi jugaba a su alrededor.
-Me gusta señora Martínez; me gusta mucho- expuso dichoso y se sonrieron complacidos; examino su reloj- Pero quiero tener también la opinión de mi esposa ¿Sería posible que me la reservara junto a los dos locales?
-Claro, puedo guardársela un par de días; pero no más: hay muchos interesados en uno de los locales que le gusta y, sobre todo en esta casa, y no puedo tenerla retirada del mercado mucho tiempo -Conforme, no se preocupe que lo arreglaré y probablemente nos veamos ya mañana- se estrecharon la mano amistosos y regresaron al centro
Cuando Alicia llegó a casa, su madre estaba en la cocina atendiendo la cena pero su alocadita hija no corrió a recibirla como siempre
-Hola mami ¿Y Abi? ¿No está en casa?- indagó besándola tierna en la mejilla
-No ¿Tú qué crees dónde anda mi niña?- contestó animada y se sonrieron alegres- ¡¿Y esas flores tan hermosas?!- expuso viendo el ramo que Alicia traía entre los brazos, ella le sonrió complacida
-¿Tú qué crees de quién son mami?- respondió también y sonrieron amenas- fueron capaces de dejarte todo el día sola…
-No que va, además ya soy mayorcita y no me come nadie cielito- repuso despreocupada, Ali sonrió enternecida- pero no; él llegó solo hace un momento, se pasó el día buscando locales para su nueva empresa, y ahora se llevó a Abi al parque mientras no estaba la cena- explicó animosa, Alicia le sonrió aunque su madre percibió su mirada apagada- ¿Pero te ha ocurrido algo mi ángel? Pareces triste- instó preocupada
-No, todo está bien- resolvió dándole la espalda y recogiendo un florero para poner el ramo de rosas -A mí no me engañas Alicia y sí te pasó algo hija ¿qué fue?- reiteró segura, Alicia tomó aire profundamente
-No es nada mamá; solo que por fin rompí ese estúpido compromiso con Carlos y no fue plato de buen gusto, nunca lo es ¿no?- expuso muy calmada sonriéndole tristemente, también ella sonrió compasiva
-No, nunca lo es corazón- aseveró cariñosa besándola tierna en la frente- ¿Y tuviste algún problema con él?
-No que va, todo bien; solo que nunca es fácil romperle las ilusiones a otra persona ¿no?- mintió sonriendo despreocupada y su madre se la devolvió cariñosa
 -Lo comprendo… pero Vega me comentó que tiene algo muy importante que consultarte y estaba eufórico, seguro que eso te aliviará el mal trago pasado y te animará mi niña
 -A saber que locura se le ocurrió a ese ahora- repuso chistosa dejando el florero sobre la mesa de la sala y ambas rieron alegres. Se oyeron las risas jocosas de Abi por el corredor del edificio que les provocó sonreír amenas
 -Mamita Esther ¿está la cena? Porque aquí le traigo un paquetito que dice estar hambriento- bromeó Vega entrando en el piso, llevaba a la pequeña colgada boca abajo de su brazo por la cintura como un fardo y la niña reía alegre; a Vega le chispearon felices sus ojos grises al encontrarse con Alicia en la sala y quedaron mirándose con gran amor mientras se sonreían dichosos aguantando como podían los deseos frenéticos de correr a abrazarse y apagar aquel ardor impaciente de sus labios ansiando fundirse en un gran beso apasionado
-¡Ey mami, ya has llegado por fin!- exclamó feliz Abi al ver a su madre
 -Hola mi rayito de sol- la saludó amorosa acercándose a ellos descubriendo la cara de su pequeña llena de barro- ¡¡Jesús ¿pero qué te ha ocurrido mi ángel?!!- exclamó atónita al verla, ella soltó una risotada dichosa
-Estuvimos jugando a los indios y Vega me puso las pinturas de guerra, fue muy divertido mami- explicó entre risas
 -Que poco sentido tienes- le recriminó Alicia a Vega que movió cándido las cejas y ella no pudo evitar sonreír enternecida mientras recogía a su hija de debajo del brazo de su padre
 -¿Y para mí no hay uno aunque sea muy chiquito?- preguntó meloso cuando Alicia besó encantada a su pequeña
 -No, por guarro- replicó rotunda
 -Mami no le digas eso, que me lo paso muy bien siempre con él- lo defendió presurosa su hija y se rieron todos divertidos, de pronto Vega se puso algo más serio mirándola ansioso a los ojos
-Pero cuéntame ¿Tú cómo estás? ¿Todo bien?- indagó inquieto
 -Sí, muy bien ¿por qué? ¿A qué te refieres?- expresó serenamente mirándolo confundida
 -A esa comida que has tenido ¿todo fue bien?- instó preocupado, ella sonrió dulcemente
-Sí, todo ya está arreglado y fue perfecto- contestó despreocupada sonriéndole serena pero él la miraba fijamente a los ojos
-¿De verdad Ali? No me mientas- instó examinándole exhaustivamente aquellos preciosos ojos negros de Alicia, ella sabía que si dudaba un segundo él sabría al instante que mentía, así que sacó sus armas de profesional y se armó de falso valor y serenidad como cuando tenía que hablar con los familiares de un paciente
-Sí, de verdad, todo perfecto- contestó sin dejar de sonreír manteniéndole todo lo calmada que pudo aquella intensa mirada suya; él entrecerró sus ojos quedándose mirando fijamente los de ella unos segundos que a Alicia le parecieron eternos
 -Está bien, te creo; entonces ese Carlitos es aún más imbécil de lo que pensaba- resolvió chistoso y ellas rieron divertidas; él se agachó a recoger a Abi y Alicia aprovechó aquellos segundos para resoplar silenciosamente intentando exhalar todos los nervios que había estado controlando- vamos a lavar esa carita preciosa mi dulce melocotón
-No hijo, déjame a mí que ya la baño y la alisto para la cena; vamos mi cielito- intercedió amena Esther, él besó a la pequeña en la mejilla toda embadurnada y la devolvió al suelo; ambas se fueron hacia el baño. De pronto, Vega sujetó tierno pero contundente la nuca de Alicia acercándola a él
-Ven aquí mi dulce melocotón, ardo en deseos de besarte desde que te vi al entrar- expresó pícaro empezando a enredar mimoso con sus labios en los de ella; Alicia sonreía dichosa al tiempo que unas ganas inmensas de atrapar aquella deliciosa boca la invadían
-A ver si nos va a ver Abi otra vez Vega- previno nerviosa aunque sus deseos aumentaban tortuosamente
-Pues que se vaya acostumbrando porque no puedo soportar estar cerca de ti y no tocarte o besarte amor mío- expresó ansioso y por fin atrapó aquella deliciosa boca que tanto anhelaba fundiéndose en un apasionado y sabroso beso que alargaron complacidos- te invito a cenar esta noche- propuso sin dejar de enredar con sus labios aquellos sabrosos de Alicia mientras le acariciaba tiernamente su nuca provocándole una sensación maravillosa
-Mañana tengo que madrugar Vega…- expuso apesadumbrada, él sonrió campechano
 -No he dicho nada de salir a cenar, he dicho invitarte a cenar… y te prometo que te meteré en la cama cuanto más temprano mejor- añadió mirándola pícaro, ella rió divertida- ¿te apetece comer langosta? Me sale de miedo- indicó ameno, ella sonrió divertida
-¡¿Langosta?! ¡¿A golpe de lunes y sin celebrar nada?! ¡¡Y cocinada por ti nada menos! ¿A qué mi mamá se va a poner muy contenta porque cacé un buen partido sin saberlo?- bromeó burlona, él rió entretenido
-No lo sabes tú bien mi gatita- aclaró chulesco dándole una suave cachetada en el glúteo aprisionándola más contra su entrepierna- en todos los sentidos ¿o no?- aclaró malicioso, Alicia soltó otra una carcajada alegre y volvieron a besarse complacidos- además quiero pedirte un favor…
-¿Ah sí? ¿Y puedo saber qué es?
-¿Mañana puedes cogerte una hora libre con el almuerzo? He visto dos locales preciosos para la nueva empresa y no me doy decidido, me gustaría que me ayudaras… podríamos ir a verlos un momentito y después comer juntos- expuso alegre mirándola esperanzado
-¿Quieres que elija yo el local para tu empresa? ¿Qué entiendo yo de eso Vega? Tú sabes mejor que escoger…- indicó reservada mirándolo retraída
-Yo ya he elegido los dos más céntricos y grandes, puntos convenientes para la empresa; ahora quiero tu opinión porque siempre es importante para mí y tienes muy buen gusto mi ángel- resolvió deleitado, ella sonrió complacida
-Está bien, mañana haré lo posible por conseguir esa hora de más- se sonrieron felices
 -¿Y no podría ser la tarde entera? Después tengo que ir al pub y ya no podremos estar juntos por la noche…- expuso meloso rodeándole con sus brazos por la cintura oprimiéndola aún más contra su cuerpo
-Sí hombre, están las cosas como para faltar una tarde entera- exclamó sobrecogida recordando las amenazas de Carlos
-¿Por qué has dicho eso con ese tono Ali? ¿Acaso pasa algo?- preguntó alertado mirándola desconfiado a los ojos, ella sonrió nerviosa
-Nada cielo, no está pasando nada- resolvió animosa acariciándole tierna las sienes- solo es porque hay mucho trabajo y ya no damos abasto en quirófanos como para faltar toda una tarde; nada más- él sonrió más relajado
-Entonces aprovechemos esta noche… ¿me das media hora para prepararlo todo mi ángel?- resolvió feliz y ella sonrió alegre
-Te doy una hora, yo también quiero ponerme muy guapa para esta cita tan importante- expuso melosa besándolo amorosa en los labios
 -Mucho mejor entonces; aunque tú siempre estás hermosa vida mía- declaró apasionado y volvieron a besarse deleitados

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