miércoles, 27 de agosto de 2014


-Vega hijo...- Expuso muy lentamente como si estuviera calibrando si seguir hablando o quedarse callado
-Dígame Sánchez- lo animó Vega
-Hijo… ¿Tú conoces a un tal...Méndez? ¿Carlos Méndez?- al oír aquel nombre, a Vega lo asaltó una ira irracional y su cuerpo se tensó sujetando fuertemente el auricular hasta ponérsele los nudillos blancos
 -Sí... por mala suerte sí- masculló desdeñoso apretando furioso sus dientes
-Ya- murmuró Sánchez percibiendo su terrible malestar y guardó silencio
-¿Qué ocurre con él?- indagó inquieto ante su silencio- ¿No estará él detrás de todo esto, verdad? Porque bien lo veo capaz y entonces…- indagó furioso apretando fieramente sus mandíbulas
 -No muchacho, no; lo que le ocurrió a ese paciente de tu esposa fue una desgraciada casualidad... ese fatal medicamento al ser administrado por vena y en goteo acelerado para prevenirlo de cualquier infección al estar recién salido de quirófano, hizo reacción demasiado rápido no dando tiempo a salvarlo; ni ella ni nadie podría hacerlo- intentó tranquilizarlo- pero sí sonó su nombre un par de veces y me comía la curiosidad… ¿sabías de su cruzada irracional en contra de tu esposa?
 -Sí, hace mucho tiempo que va tras Ali amargándole la vida e intentando echarla del hospital- le explicó irritado
 -Ya…- volvió a exclamar muy pausadamente- me impactó que, cuando casi todo el hospital declaró a favor de ella y la defendieron a muerte como una excepcional cirujana y una compañera extraordinaria, él hablara tan desprestigiosamente de ella… ¿Sabes que fue el mayor incitador de la familia para que la denunciaran hijo?
-Me lo suponía, eso no me coge de sorpresa- expuso muy pausadamente aunque estaba rabioso
 -Ya...- repitió solamente Sánchez y se quedaron ambos muy callados, Vega ya estaba pensando en buscarlo y romperle los dientes, iba a dejar en paz a Ali por las buenas o por las malas- hijo...
-¿Sí Sánchez? -No hagas nada que pueda arruinar tu felicidad muchacho, déjalo pasar; va a llevar duro en las narices cuando sepa la resolución del juez y, al final, a todos nos llega nuestra hora de pagar tarde o temprano- expuso serenamente como si hubiera leído los pensamientos de Vega a través del teléfono
 -Claro, no pensaba hacer nada...
-¡Ya, vamos; como si no te conociera hijo!- aclaró resuelto y Vega sonrió ameno- bueno, te dejo; ve y dale la buena noticia a esa preciosa esposa que estoy deseando conocer, Gabi no hace más que hablarme de ella y ya me come la curiosidad de conocer a ese ángel maravilloso
-Venga cuando desee, será siempre bien recibido en nuestra casa
 -Te tomo la palabra; hasta pronto muchacho y calma esa furia, que no vale la pena- le recomendó amistoso -De acuerdo Sánchez, me calmaré
-Eso espero hijo, eso espero…
-Sánchez…- lo llamó precipitadamente antes de que colgara -Dime hijo -¿No tendrá por un casual una copia de la sentencia verdad?- interrogó esperanzado
-La tengo delante ¿por?- le habló resuelto
 -¿Podría enviármela por fax, por favor?- pidió animado
 -Claro, sin problemas… pero los abogados te entregaran la original muy pronto- explicó resuelto
-Pero me gustaría mostrársela ya a Ali- indicó entusiasmado
-¡Claro, como no hijo! Ahora mismo te la envío
-Muchísimas gracias Sánchez, no sabe cuánto le agradezco todo lo que ha hecho por mi reinita- aclaró conmovido
-No hay de qué hijo, no hay de qué- la comunicación se cortó y, al instante, su fax empezó a soltar una retenida de papeles en dónde se describía claramente las resoluciones a las que habían llegado el juez y su sentencia declarando a Alicia completamente inocente de lo ocurrido. Vega las leyó deleitado sonriendo feliz. En un impulso, se levantó de su sillón, metió las copias en una carpeta amarilla y de inmediato en su maletín, recogió veloz su chaqueta del respaldo del sillón y salió de su despacho presuroso
-¿Pasa algo Vega?- indagó sobresaltada su secretaría al verlo salir tan precipitado en dirección a los ascensores
 -No Blanca, pero no creo que regrese ya hasta mañana- le explicó sin detener su paso
 -Está bien… Hasta mañana entonces
Esperaba impaciente dentro de su coche parado en doble fila mirando fijamente el coche de Carlos aparcado en su plaza privada del hospital. No sabía aún muy bien qué iba a hacer ni cómo reaccionaría así lo viera… pero que ese tipejo iba a dejar en paz a Ali o se acordaría de él para el resto de sus días, lo tenía más que claro. Lo vio aparecer caminando con su aire de superioridad y muy chulesco por el aparcamiento. La primera idea que le se pasó por la cabeza fue pasarle por encima con el coche… pero se contuvo como pudo y dejó que se metiera en su coche. Cuando ya maniobraba para salir de su plaza, Vega aceleró precipitadamente y clavó los frenos justo ante su morro impidiéndole el paso. Carlos logró detener su vehículo apenas a escasos milímetros de impactar con él
-¡¿Está ciego o qué rayos le pasa?! ¡¿No ve que salía, estúpido?!- le increpó furioso por la ventanilla pero enmudeció al instante cuando vio descender del coche negro a Vega, sus ojos se abrieron aterrados mirándolo acercarse a él con paso decidido e intentó cerrar rápidamente la ventanilla; pero Vega abrió la puerta sin ningún problema dejándolo totalmente desarmado- Vega… ¿qué hace aquí…?- balbuceó atemorizado al verlo ya junto a él y se encogió acobardado cuando Vega le echó la mano al pecho, pero solo le dejó una carpeta amarilla sobre él desconcertándolo aún más- ¿Qué…? ¿Qué es esto?- balbuceó atónito sin entender nada
 -La sentencia del juez imbécil, léela muy despacito y muy atento para que la puedas asimilar bien en esa cabeza de melón que tienes- habló muy sereno y calmado mirándolo despectivamente- a ver si esto te hace dejar de una puta vez en paz a Ali; no vas a poder con ella Carlos, porque además de ser una magnífica cirujana, no está sola y puedes arrepentirte de verdad- aclaró rotundo, él lo seguía mirando incomprensible
 -¿Me estás amenazando?- expuso burlón y Vega sonrió cínicamente
-No Carlos, te estoy avisando, que no es lo mismo; yo no amenazo, actúo: déjala en paz ya de una puta vez o te buscaré de nuevo y no seré tan comedido en nuestro próximo encuentro… no sabrás cómo, ni dónde, ni cuándo, pero que te las verás conmigo y no te vas a ir de rositas como ahora, eso te lo juro- habló tajante y, volviéndose tan serenamente como había caminado hasta él, regresó a su coche
 -¿Contigo o con ese matón tuyo del tres al cuarto?- increpó bajándose del coche avalentonado por su distancia, Vega se volvió mirándolo extrañado
-¿De qué coño hablas?
-Sabes muy bien de lo que estoy hablando, de ese matón tuyo que me enviaste hace unas semanas; me pilló por sorpresa y cobardemente por la espalda, pero no volverá a ocurrir Vega: estaré preparado y esperándote maldito bastardo- Vega no pudo evitar reírse jocoso
-Ya vi qué tan preparado estás fantasma, casi te cagas en los pantalones cuando me viste acercarme a tu coche- aclaró burlón sin poder dejar de reírse- y yo que tú me andaría con ojo: al parecer más gente que yo quiere romperte esa cara de idiota que tienes porque yo no mandé a ningún matón; ni lo necesito, me basto y me sobro para romperte los morros
 -¿Ah sí? ¿Y por qué vino entonces aquel moreno a defender a “tu Ali” también? Cuidado Vega, me parece que ya te los puso bien puestos como me hizo a mí- expuso mordaz mostrándole vanidoso unos cuernos con los dedos de su mano derecha
 -¿Cómo dices imbécil?- exclamó y dio un paso hacia él, Carlos se estremeció amedrentado y Vega volvió a soltar una carcajada explayada -¿Sabes? eres un cobarde de mierda que no tienes ni media hostia ni vale la pena perder el tiempo contigo; piensa lo que te venga en gana, yo sé que a Ali la tengo suficientemente satisfecha para que no tenga que andar a buscar fuera, cosa que no ocurrió contigo- expresó con desdén y se metió en su coche marchándose de allí.
Aquella noche celebraron la magnífica noticia junto a Willy, Sarah y Gabriela cenando al fresco de la noche en el jardín trasero todos juntos y felices como una gran familia que ya eran. Estaba siendo una velada encantadora en donde todos se divertían. Vega observaba deleitado a Alicia sentada en su regazo, estaba preciosa sonriendo radiante de felicidad mientras escuchaba animada las bromas que Gabi le hacía a Willy que sabía continuárselas pícaramente provocando las risas de todos. Tenía que reconocer que estaba muy equivocado referente a Willy y Gabriela y sus miedos fueran infundados; él realmente tenía la cabeza en su sitio y, aunque coqueteaba terriblemente con Gabriela, nunca pondría en peligro su matrimonio ya que adoraba a Sarah y nunca perdía un momento en demostrárselo; como en aquel instante, que le hacía una carantoña mimosa a la muchacha que le sonrió enamorada. Entonces Vega se fijó más en Willy y recordó las palabras de Carlos: “¿Por qué vino entonces aquel moreno a defender a “tu Ali”…? Willy era muy moreno, tanto de cabello como de tez, y tenía unos brazos poderosos de tocar la batería como para intimidar a un cobarde de mierda como Carlos. Además se veía que quería a Ali con locura y bien capaz lo veía de defenderla por cualquier circunstancia, más sabiendo que él estaba fuera y Ali se encontraba indefensa; sonrió complacido, tenía grandes y buenos amigos. Muy grandes.
-¿Está bien Lucas, Aurora?- se interesó inquieto Vega mientras le realizaba una ecografía a Alicia en su revisión mensual del séptimo mes
-Tranquilo, todo está perfecto de nuevo: ha recuperado fantásticamente peso, está creciendo debidamente y es perfecto; tenemos un bebé que es todo un campeón- declaró satisfecha y ellos rieron dichosos- ¿Quieres verlo Vega? hoy se le ve muy claro y muchísimo mejor- le propuso la doctora animosa, él sonrió feliz afirmando con la cabeza- pues aquí lo tienes: vuestro bebé- aclaró mostrándole la pantalla dónde ya se veía perfectamente a un bebé hermoso 
-¡Es precioso!- exclamó conmovido y ambas sonrieron deleitadas
-¿Seguís sin querer saber lo que es?- indagó cariñosa mirándolos animada, ellos se miraron amorosos a los ojos y sonrieron dulcemente
-Sí Aurora… nos da igual que sea niño o niña con tal de que venga bien ¿verdad mi palomita?- repuso Vega entusiasmado y ella asintió feliz- Además es niño Aurora ¡¡No ves que se parece a mí!!- exclamó animado señalando la pantalla
-¡Eso es el cordón umbilical Vega!- repuso Alicia mirándolo escandalizada, Aurora rió divertida
-¡Ya lo sé cielo, no soy idiota! ¡Solo estaba bromeando!- aclaró alegre besándola tierno en los labios y los tres rieron explayados Aprovechando que estaban en el hospital, Alicia quiso saludar a Bárbara que la recibió entusiasmada
-¡Alicia, que alegría volver a verte!- expuso abrazándola con ternura- ¡Qué bien te veo, estás preciosa!
 -Hola Bárbara ¿qué tal van las cosas por aquí?
 -Pues, la verdad... llevamos un semana en la gloria al fin- exclamó feliz, ellos la miraron intrigados
 -¿Qué pasó Bar?- se interesó Alicia
 -Pues resulta que las cosas aquí se pusieron tremendamente difíciles desde que fue lo tuyo, Alicia- ambos se miraron confusos entre ellos mientras Bárbara miró inquieta a su alrededor para confirmar que estaban solos y se aproximó más a ellos para hablarles íntimamente- esto parecía un polvorín a punto de estallar en cualquier momento llevándonos a todos por delante; resulta que los accionistas se cabrearon enormemente al descubrir que Carlos tenía esa batalla campal en tu contra y que el hospital podía haber perdido a la mejor cirujana por los celos de un niñato consentido y se echaron como fieras sobre toda la junta directiva por permitirlo…
 -¿Y la familia de Carlos también?- exclamó descolocada Alicia
-¿Qué tiene que ver la familia de ese en todo esto?- preguntó extrañado Vega
 -Cielo, la familia Méndez es una de las mayores accionistas del hospital- le explicó Alicia y él apretó irritado los labios
 -¡Ay Alicia, agárrate que te nos vas a caer cuando lo oigas! ¡¡Eran los que más cabreadísimos estaban cielo!!- expresó la muchacha y Alicia abrió pasmada los ojos- Nunca se hubieran imaginado que ese estúpido pudiera llegar tan lejos en tu contra y de esa manera tan irracional, así que le retiraron todo apoyo y lo dejaron solo ante el toro como se suele decir; los accionistas presionaron muchísimo a la junta directiva, sobre todo a Bermúdez claro está como director del hospital y él por consiguiente, a todos nosotros… ¡¡Que agobio Alicia, menudas semanitas!! Lo teníamos encima constantemente con ese humor a perro rancio que tiene a veces y no podíamos realizar ni un movimiento sin que él lo revisara con lupa- aclaró agobiada casi en un susurro- a todo eso añádele que desde entonces, aquí dentro ningún compañero confiaba en Méndez porque lo que había hecho contigo podría repetirlo con cualquiera de nosotros y todos intentábamos tratarlo lo menos posible formándose una tensión terrible insoportable
 -Lo siento muchísimo- expuso conmovida Alicia
 -¿Y qué culpa tienes tú de nada cielito?- exclamó Bárbara mirándola atónita- la culpa es de ese chulo mal nacido que ya podía haberse ido antes con viento fresco y dejarnos en paz- añadió fastidiada
-¿Cómo has dicho?- exclamó atónita mirándola incrédula por lo que había oído, Bárbara sonrió feliz
-Sí Alicia, has oído bien: ¡¡ese imbécil al fin se fue y al parecer para siempre!! ¡¡Por eso estamos en la Gloria amiga mía, al fin nos libramos de ese… callo en el zapato!!- expresó dichosa y los tres rieron alegres
-¿Y se sabe a dónde fue?- curioseó Alicia
-Pues unos dicen que abrió una clínica privada en no sé dónde, otros que recibió una invitación para trabajar en Estados Unidos…- volvió a revisar a su alrededor comprobando que nos les oía nadie- otros, y esa es la versión que más fuerza coge y yo también más creo, es que fueron los mismos accionistas quienes pidieron su cabeza y Bermúdez lo puso de patitas en la calle sin contemplaciones- cotilleó en casi un susurro moviendo afirmativamente la cabeza- pero bueno, la cuestión es que se fue y eso es lo que importa- resolvió alegre y los tres volvieron a reírse divertidos.
Camino de vuelta a casa, Alicia iba muy callada y ensimismada; apoyando su codo en la ventanilla abierta, mordisqueaba distraída el nudillo de su dedo índice. Vega la observaba por el rabillo del ojo preocupado por su silencio. Después de un largo rato, tomó su mano izquierda que descansaba en su regazo y se la besó dulcemente, ella salió de sus pensamientos y le sonrió amorosa.
 -¿Qué tienes mi amor?- le preguntó inquieto
-Nada ¿por qué?- respondió serenamente
 -Algo te ronda por esa hermosa cabecita, vas demasiado callada desde que salimos del hospital- expuso tierno- ¿Acaso te preocupó algo de lo que contó Bárbara mi vida?
-No, que va, para nada- aseguró rotunda y se sonrieron amorosos 
-¿Entonces mi ángel?- insistió intrigado
 -Es Gabi cielo- expuso entrecerrando el ceño, parecía preocupada 
-¿Qué tiene esa atolondrada ahora?
-No sé nada de ella en toda esta semana y me extraña- repuso preocupada, se miraron a los ojos unos instantes- pasó de visitarme casi todas las tardes a ni siquiera llamarme... y la verdad que me extraña mucho porque estaba muy ilusionada con preparar la habitación de Lucas; ya quería hace meses empezar a prepararla pero la frené diciéndole que tú querías hacerlo personalmente- él le sonrió encantado- ¿sabes tú qué puede estarle pasando?
-Pues, la verdad, ahora que lo dices, sí que anda muy esquiva últimamente... casi no va por la oficina y, si aparece, siempre se va apresurada pues tiene “algo importante que hacer” según ella- expuso intrigado ahora también él- la verdad, creí que andabais juntas haciendo compras para el cuarto del bebé...- guardó silencio unos segundos- ¡Bah, no te preocupes cielo! andará liada con alguna de sus locuras- resolvió besándole tierno de nuevo la mano- Y cambiando de tema....- la miró intensamente mostrando una sonrisa dulce que la encandiló- ¿ya puedo empezar a preparar el cuarto de Lucas entonces, mi ángel?
-Sí, ahora sí; ya falta menos de dos meses y va siendo el momento
-¡¡Genial!!- gritó entusiasmado y ella rió alegre- este sábado empezamos a pintarlo mi dulce melocotón y yo- ella le dedicó una tierna sonrisa al sentir tanta emoción en su voz.
-¿Qué tal todo?- se interesó cariñosa Esther así llegaron a casa mientras Vega recogía en brazos a Abi que corría a ellos como siempre para besarlos ilusionada
-Bien mami, todo está yendo perfecto- respondió animada Alicia y ambas se sonrieron complacidas
 -¡Mira mi dulce melocotón! Qué grande y hermoso está ya Lucas, y todo es porque tú lo cuidas mucho cielo mío- le habló meloso Vega a la pequeña mostrándole la nueva ecografía
 -¡Uy que grande papi! ¡Ahora sí se le ve bien! ¡Mira cómo se agarra las manitas abuelita!- expresó entusiasmada mostrándosela a su abuela que sonrió deleitada mientras Vega besaba tierno los labios de Alicia
-¿Y ya sabemos si es Lucas o tendremos que buscar otro nombre?- indagó interesada Esther
-No mamita, además ¡¿Qué más da?! Sea niño o niña será amado de igual manera ¿verdad mi dulce melocotón?- expresó dichoso Vega besando tierno las mejillas de su pequeña que le sonrió alegre- Aunque nosotros seguimos apostando que es Lucas y pintaremos la habitación de azul aunque mami proteste ¿a qué sí mi angelito?
-Sí papito- remarcó rotunda la pequeña provocando las risas de todos.
 Así fue, aquel sábado se pasaron el día pintando el cuarto del bebé de un suave y dulce tono azul a pesar de las protestas de Alicia por si sería una niña y ante la mirada divertida de Esther que pasaba de vez en cuando por allí a observarlos trabajar entre bromas y risas entretenidas. Eran una familia unida y feliz y era encantador observarlos tan dichosos y alegres. Cuando acabaron, Esther y Alicia descansaban al fresco del atardecer en el jardín relajadas en las hamacas mientras padre e hija seguían divirtiéndose en la piscina jugando en el agua como niños.

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