miércoles, 24 de septiembre de 2014



-Alonso…- su tío regresó inesperadamente pillándolo golpeando furiosamente la cabeza contra el colchón
-Dime tío- repuso embarazado por la situación, lo miraba confuso
-Hijo ¿Te encuentras bien?- instó desconcertado por descubrirlo de aquella manera
 -Sí, muy bien ¿por qué?
-Te veo... algo disperso y nervioso últimamente campeón- indicó amable- sabes que puedes hablar conmigo si tienes algún problema ¿verdad?- se sonrieron entrañables
-Sí tío, no pasa nada; solo que necesito sacar una buena media para entrar en Salamanca y no puedo concentrarme con este calor- se seguían sonriendo cordiales, Jorge movió la cabeza asintiendo agradado aunque sabía que no era eso, Alonso tenía media suficiente para entrar pero no quiso insistir, él se sinceraría cuando lo viera oportuno.
-Mejor acuéstate y duerme un poco, tienes media de sobra hijo y todo te saldrá bien; no te preocupes- aclaró convencido
 -Antes me voy a dar una ducha a ver si después descanso mejor- indicó y su tío volvió a asentir con la cabeza pero lo miraba fijamente y, en su mirada, Alonso detectó que sabía que había algo más que le preocupaba; pero nunca lo había presionado a hablar y tampoco lo haría ahora
-De acuerdo; hasta mañana, hijo- resolvió finalmente
-Hasta mañana tío- se sonrieron entrañables y cerraba la puerta despacio- ¡Tío!
-¿Dime?
 -No te preocupes por mí, lo tendré todo controlado muy pronto- confesó sincero
-No te preocupes tanto en ello tú hijo; hay cosas que no podemos controlar aunque nos esforcemos- respondió mirándolo profundamente a los ojos, Alonso lo miró intrigado- Mira hijo, yo creo que tenemos un destino ya escrito y de nada vale luchar en su contra; lo único que conseguirás es perder el tiempo y sufrir en el intento porque, tarde o temprano, lo que ha de ser será Alonso- explicó cariñoso y él comprendió que no se refería precisamente a los estudios, pero ¿qué diría si supiera que de lo que intentaba huir y él le recomendaba no hacerlo era del amor hacia su hija? Seguro que ya no le parecería tan imposible luchar contra ello, pensó apesadumbrado; pero le sonrió animoso mientras se iba cerrando la puerta.
Los días pasaban rápidamente, Blanca observaba desde el ventanal de su estudio como los muchachos apuraban los estudios en la recta final sentados ante la mesa de piedra del jardín pero notaba que Alonso volvía a estar alejado de Isabella; siempre procuraba no mantener contacto con ella; estudiaba en la hamaca o sentado en los escalones de la entrada o se refugiaba en su cuarto si ella lo buscaba.
Alonso había decidido apartarse más de su prima, la mejor manera de evitar nuevas acometidas incontroladas de su cuerpo, era estando lejos de ella. A veces hasta le costaba llevarla en la moto: sujeta a su cintura, sintiendo su cuerpo adherido al de él, se excitaba de nuevo. Su cercanía o un simple roce de su mano lo descontrolaba y provocaba totalmente. Aquella tortura intentando controlarse en todo momento le superaba y agotaba tremendamente, el deseo que sentía por ella era demasiado, más de lo que podía soportar.
La esperada noche de Isabella llegó, se la veía feliz y radiante por la casa arreglándose para la gran ocasión ayudada por su madre, tía Meli y Francesco tan entusiasmados como ella. Alonso la oía reír nerviosa desde el jardín intentando concentrarse en su libro pero la rabia y la desesperación le consumían ¿sería aquella noche cuando se decidiría entregarse a Ángel? Se la veía muy excitada por un simple baile nada más. Su tío se le acercó sentándose en su misma hamaca
 -¿Qué campeón? ¿Definitivamente no vas a ir?- le preguntó ameno golpeándole suavemente en la rodilla- te aviso que tengo un traje sin estrenar que te quedaría de miedo- le propuso animado
-No, a mí no se me pierde nada en ese baile- respondió serio y rotundo, a Jorge le sonó hasta algo irritado
-¿Estás enfadado por algo? ¿Acaso te molesta qué Andrea vaya con otro?- aclaró decidido
-¡Me importa a mi bien poco con quien vaya esa!- aclaró resuelto dejando a su tío desconcertado- Que sea muy dichosa y él que tenga paciencia para soportarla- se quedaron callados. Apareció Isabella ya preparada, estaba preciosa; su madre le había hecho un vestido negro que se basaba en un corpiño de blondas y finas puntillas con una falda recta un poco ajustada que marcaba sus caderas. Al cuello llevaba ajustada una cinta de terciopelo negro colgando un pequeño crucifijo de plata. Francesco y Meli la habían peinado la melena suelta cortada en capas que bordeaba su hermoso rostro maquillado suavemente remarcando su belleza sin exageración.
-¿Qué tal me veis?- preguntó coqueta sonriendo radiante mientras elevaba levemente la falda dando una vuelta para que percibieran todo su contorno, Alonso descubrió que llevaba unos zapatos corte salón de ante con unos altos tacones muy finos
-Preciosa mi princesita- indicó deslumbrado Jorge sonriendo satisfecho
-¿Qué? ¿Y tú qué me dices?- le provocó a su primo
-Que como te caigas de ahí arriba te vas a dar un rijostio- bromeó y todos rieron divertidos- Tú no sabes andar con esos tacones, siempre andas con esas botas militares y te vas a hacer un esguince en un pie- se burló jocoso
-¡Que gracioso, sí sé andar; mira!- y comenzó a dar paseíllos por las baldosas de la entrada de la casa, él sonreía ameno al verla ir de un lado a otro graciosamente con ese contoneo de caderas que provocan los zapatos altos
-Y si ese es tu estilo… ¿por qué no te vistes tan insinuante siempre en vez de con esas camisetas rotas?- se burló Miguel provocando las risas de todos
 -Papi, a este niño tienes que meterlo en cintura: se está descocando demasiado últimamente- le repuso guasona a su padre y volvieron a reírse- Alonso ¿me llevas?- le pidió amable
-¿Y eso por qué? ¿Acaso no te recoge tu pareja?- preguntó extrañado y ella rió divertida
-¡Como no me venga a buscar en bicicleta!- bromeó socarrona y volvieron a reírse- Su padre no le deja el coche hoy, tiene miedo que beba- indicó resuelta y él le sonrió entrañable
-¿En la moto y con ese vestido?- indicó burlón, Meli sonrió dichosa y le lanzó las llaves de su BMW que él atrapó hábilmente por el aire mirando sorprendido a su madre
-Es tuyo hijo- repuso feliz y él le sonrió agradado- Te lo regalo, te lo mereces
-¡Mamá!- repuso entusiasmado y se sonrieron felices- ¡Vamos Isa, estoy deseando conducirlo!- expuso ilusionado levantándose presuroso de la hamaca
-¡Yo también voy!- se apuntó entusiasmado Miguel
-Lo siento, otro día- lo detuvo Isabella- tenemos que recoger también a Vanesa y a Gloria y todos no cabemos- el muchacho se quedó apesadumbrado
-No te preocupes, peque- le dijo cariñoso Alonso revolviéndole el pelo- la llevo, regreso y nos vamos los dos por ahí a dar una vuelta- él le sonrió satisfecho. Se metieron en el coche
-Cuidado Alonso- le recordó cariñosa Blanca- no te olvides que este coche corre demasiado
 -No te preocupes tía, iré con cuidado- le indicó ameno sacándolo del garaje y guiándolo hábilmente por la carretera mientras Isabella buscaba en la radio un dial musical
-¡Por fin lo estás conduciendo de verdad!- le indicó feliz recordando cuando eran niños, se sonrieron alegres- Y yo voy contigo de copiloto… ¡como de niños!- añadió satisfecha
-Te veo muy entusiasmada- repuso intentando sonsacarle si su sospecha iba por buen camino, ella le sonrió dichosa
-No sé porque no vienes, después de la presentación nos iremos a otra fiesta y tú podrías acompañarme
-¿Otra fiesta? ¿Qué fiesta? ¿A dónde vas Isa?- preguntó escamado
-No te preocupes, es en casa de unos amigos del primo de Katia
-¿Qué amigos Isa? ¿Los conoces o los conozco yo?- indagó inquieto, ella le sonrió dulcemente
-No sé, no me dijo; pero si los conoce ella son de fiar… no me seas tan protector primito- expuso resuelta
 -Ten cuidado Isa, hay fiestas y fiestas- recomendó preocupado, ella lo besó tierna en la mejilla
-Lo sé, y es una fiesta con mucha gente divertida, yo solo quiero divertirme y pasármelo bien Alonso; nada más- indicó rotunda, él comprendió que Ángel no tendría oportunidad tampoco esta noche y una sonrisa satisfecha se dibujó en su rostro. Recogieron a sus amigas y las dejó delante del instituto, antes de que se bajara Isa, Alonso la detuvo
 -Isa, ten mucho cuidado y toma… precauciones- le recomendó cariñoso, ella le sonrió alegre
-Tranquilo primito, ya sé de sobra que no es con Ángel con quien quiero estar ¿por qué crees que no me fue a recoger? rompimos antes de ayer- le susurró alegre al oído y se sonrieron amenos, se apeó del coche
-¿Quieres que te venga a buscar entonces?- le preguntó interesado cuando ella cerró la portezuela y ella volvió a sonreírle alegre por la ventanilla
-Sí, te llamo cuando este cansada ¿de acuerdo?- se sonrieron amistosos mirándose dulcemente y ellas entraron en el polideportivo.
Después de darle la vuelta prometida a Miguel, cenaron y él se fue al jardín esperando la llamada de su prima, estaba desolado, había sido un estúpido por no haber ido, estaba muy arrepentido; no saber qué podría estar haciendo o dónde estaría metida lo agobiaba aún más que verla acompañada de ese Ángel. Todos decidieron acostarse ya tarde
 -¿Tú no te acuestas hijo?- le preguntó cordial su tío
-No, me quedo un poco más; la noche está muy agradable- aclaró y se sonrieron.
Se quedó escudriñando el cielo estrellado ¿qué estaría haciendo ahora? ¿Bailando y riendo alegremente mientras él la añoraba inquieto? Revisó de nuevo su teléfono ¿por qué no llamaba ya? ¿Tan bien se lo estaba pasando?
 Mientras en el dormitorio principal de la casa, Blanca y Jorge se entregaban apasionadamente. Aquella pasión deliciosa y rabiosa que se encendía con solo acariciarse no se había apagado ni un ápice a pesar de los años y cada entrega era algo excepcional y abrumadoramente fantástica. Gustosamente agotados del intenso placer que habían disfrutado, se derrumbaron sobre la cama aún abrazados con pasión mientras se besaban ardientemente. Blanca intentó levantarse
 -¿A dónde crees que vas mi gatita?- la atrapó raudo Jorge entre sus brazos deteniéndola y la besó ardiente en el cuello, ella rió complacida
-Tengo sed amor, solo voy a por agua- expuso melosa besándolo amorosa en los labios
-Déjate estar mi ángel, voy yo- expuso resuelto levantándose
-Me mimas demasiado Jorge- protestó aunque se la veía gustosa con aquellos pequeños detalles que Jorge nunca se cansaba de entregarle, él sonrió dichoso y la besó amoroso en los labios
-Nunca, mientras viva, me cansaré de mimarte mi vida- declaró apasionado y ambos sonrieron deleitados. Abrochándose los vaqueros, cruzó la sala camino de la cocina cuando descubrió a su sobrino Alonso aun en el jardín sentado en las escalinatas de entrada
 -Pero hijo ¿aún ahí campeón?- le interrogó sorprendido acercándosele
-No tengo sueño- indicó ameno pero Jorge lo miraba sin creérselo- Quedé en que me llamaría Isa para ir a recogerla
-¡Acabáramos!- repuso satisfecho sentándose junto a él en las escalinatas de la casa- ¿Y qué? ¿Arrepentido de no haber ido?- Alonso lo miró asombrado, a veces sospechaba que su tío podía leerle el pensamiento; él le sonrió divertido- Es normal, todos se están divirtiendo y tú aquí aburrido- Alonso se estremeció. Parecía talmente leerle el pensamiento.
 -Tío…- intentó cambiar de tema- hace tiempo que quería hablarte de algo
-¿Qué pasa hijo?- expuso palmeándole suavemente su rodilla
-Tío… hace un par de años que conocí a mi padre- expuso muy pausadamente bajando su mirada al suelo, Jorge guardó silencio y Alonso lo observó inquieto por su silencio; su tío le sonrió complacido
-Me parece muy bien hijo- declaró satisfecho
-¿De verdad? ¿No te parece mal?- instó desconcertado
-Alonso cielo, sé que soy tu tío no tu padre; siempre estuve en contra de cómo obraba tu madre pero… yo no podía opinar sobre eso- expuso amistoso y se sonrieron amenos- ¿Lo encontraste tú o te buscó él?
-Le lleva insistiendo a mamá con conocerme desde que nací según me contó, al fin con mi mayoría de edad, mamá accedió a presentarnos
-Eso está mucho mejor hijo, las cosas a espaldas de tu madre no están bien
-Lo que ella no sabe es que nos seguimos viendo muy a menudo desde entonces- aclaró temeroso de la opinión de su tío y lo observó inquieto pero Jorge no dijo nada- y, este verano, no voy con vosotros de vacaciones: me voy con él a Galicia a conocer a mi familia paterna
-¿Sin saberlo tu madre Alonso?- se preocupó Jorge, el muchacho lo miró inquieto
-Tío, sabes muy bien cómo es… Se pondrá a la defensiva y me querrá quitar la idea- expuso pesaroso- y tío… deseo tanto conocerla- expuso deseoso, Jorge palmeó de nuevo la pierna de su adorado sobrino y le sonrió satisfecho
 -Está bien Alonso, tranquilo que no diré nada- declaró sincero y se sonrieron amenos- pero prométeme que se lo dirás así regreses
-Prometido- Su teléfono sonó pero no era Isabella, era Andrea; descolgó molesto -¡¿Qué rayos quieres llamándome a estas horas?!- le increpó enfadado ante la mirada sorpresiva de su tío
-Es tu prima Alonso- le dijo con voz preocupada
-¿Qué le pasa?- se alarmó al instante levantándose presuroso de las escaleras
-Está en casa “del Papelinas” ¿lo sabías?- un muchacho mayor que ellos que estaba en la universidad y muy poco fiable
-¡¿Qué rayos hace ella en casa de ese?!- increpó irritado
-¡No lo sé Alonso! Ya estaba aquí cuando yo llegué… yo no le dije nada, no soy quien para meterme en su vida; pero ahora es que la veo mal, Alonso
-¿Cómo mal? ¿Por qué y cuánto de mal?- preguntó impaciente y muy preocupado
 -Bastante mal: muy desorientada y aturdida; no sé qué pudo haberse metido, ya sabes cómo son Gus y su grupito maravillas: aquí hay de todo y a saber que se metió…- indicó pesarosa
-Mi prima no se mete nada a propósito Andrea ¿dónde está?- indicó rabioso
-Eso es lo malo Alonso…- Andrea guardó silencio unos segundos- te juro que intenté llevármela de aquí pero Richie no me lo permitió y acabo de perderla de vista, no la encuentro por ningún lado Alonso- indicó muy inquieta y preocupada
-¡¿Está con Richie?!- se sobresaltó- Ahora mismo voy- le cortó, su tío lo miraba también preocupado
-¿Qué le ocurre a Isa hijo?- indagó nervioso
 -No lo sé, está en una fiesta de universitarios y al parecer no se encuentra bien- indicó dirigiéndose rápidamente al coche
-Te acompaño- aclaró rotundo Jorge subiéndose en el sitio del acompañante. Alonso condujo hábil pero muy rápido por la autovía en dirección a la casa del tal Gustavo esquivando sin pisar apenas el freno al resto de los coches a los que adelantaba disparatadamente por derecha o izquierda- Ve más despacio Alonso, así no llegaremos nosotros tampoco- le recomendó asombrado por su buen manejo del vehículo
-No te preocupes tío; sé lo que hago y créeme: debemos llegar cuanto antes- contestó muy preocupado asustando aún más a su tío; frenó de golpe el vehículo delante de una casa donde se veían las luces encendidas y mucho jaleo, muchachos cantaban, reían y bailaban por el jardín regado de botellas y vasos de plástico, otros estaban tirados sobre la hierba. Alonso saltó del coche presuroso entrando como un alud en la casa seguido de su tío, encontró de inmediato con la mirada entre la muchedumbre a Andrea
-¿Dónde está Isa, Andrea?- le gritó desesperado agarrándola por los brazos agitándola fuertemente
-Logré dar con ella en el baño y me la estaba llevando afuera para esperarte pero me despisté un segundo y… volvió a desaparecer Alonso- le dijo asustada por su nerviosismo y su furia; él se lanzó por el salón buscándola ansioso con la vista, Jorge lo imitaba nervioso
-¡Ey colega; has venido! ¡Guay!- le saludó Gustavo tenía la vista perdida de algo más que alcohol
-¿Has visto a mi prima?- lo sacudía irritado
-¡¿Qué prima, colega?!
-¡Mi prima Isabella; la chinita que te fumarías muy gustoso ¿Recuerdas?!- le indicó asqueado mirándolo furioso
-¡Aahh sí: la chinita… esa tía está para comérsela!- recordó ameno sonriendo vicioso, tenía cara de estar completamente colgado- ¡Sí, andaba por aquí!- repuso calmosamente- ¡creo que Richie se me ha adelantado y se la debe estar fumando hermano!- bromeó burlón
-No eres mi hermano imbécil- le increpó asqueado entre dientes mientras seguía zarandeándolo- ¿Dónde está, Papelinas? ¿A dónde se la llevó Richie desgraciado?
-Creo que… arriba colega- expuso riéndose burlonamente
-¡¿Arriba?!- repitió aterrado sobresaltando aún más a Jorge y el muchacho soltó una risotada cínica- ¡Hijo de puta! Como le pase algo te las verás conmigo desgraciado- lo empujó bruscamente deshaciéndose de él aunque él seguía riéndose burlonamente, corrió presuroso hacia las escaleras encontrándose en el recibidor atestado a Andrea
 -¿Dónde está Alonso?
-¡Arriba!- gritó angustiado corriendo escaleras arriba
-¡Oh Dios ¿Arriba?!- gritó angustiada y quedó inmóvil
 Jorge lo seguía asustado por no saber del paradero de su hija dentro de aquel antro. Observaba asombrado aquella fiesta desmadrada donde la música sonaba atrozmente alta, se veía las botellas de alcohol que se pasaban y bebían por ellas a morro, en el sofá un grupo de muchachos se pasaban porros unos a otros y había restos de polvo blanquecino sobre la mesa. Lo aterraba además las muchachas que parecían colocadas casi desnudas bailando sobre las mesas animadas por coros de muchachos que intentaban arrancarle la poca ropa que les quedaba puesta. Otros se daban el lote por las esquinas y algunos ya se revolcaban descaradamente por el suelo y sobre los sofás. Pero lo que más lo asustaba era la conducta de Alonso, estaba realmente enfurecido y desesperado buscándola. Abría las puertas de los dormitorios y las parejas increpaban incomodas al ser molestadas; Jorge no salía de su asombro: dentro de los cuartos había más de una pareja sobre las camas practicando todo tipo de actos sexuales entre ellos algunos hasta podían calificarse de retorcidos
 -¡¿Qué coño es todo esto hijo?! ¡¿Qué rayos os pasa a la juventud?!- dijo asombrado pero Alonso no respondió
-¡¡Isa cielo ¿dónde estás?!! ¡¡Háblame mi niña!!- seguía gritando histérico mientras continuaba con su desesperada búsqueda abriendo los cuartos sin pedir permiso.

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