miércoles, 1 de octubre de 2014


   Un equipo lo formaba Alonso con su padre, sus tíos y tres de sus primos: Juan, Manuel y el pequeño Carlitos; el otro, Isabella con las esposas de sus tíos, Miguel, María y Juan con el abuelo. La abuela miraba divertida y entretenida desde su hamaca
El primer encuentro lo ganó el grupo de Isabella, era una culebrina cuando pillaba el balón y no había quien la detuviera, esquivando a los contrarios. Pero el segundo, los tíos y primos de Alonso ya le fueron cogiendo el truco al ritmo de Isabella, y lograron ganarlo por solo una canasta de diferencia. El de desempate estaba siendo arduo, Alonso e Isabella tenían un pique entre ellos no dejándose avasallar por el otro pues a ninguno le gustaba perder; se podía sentir la tensión entre ellos peleándose furiosos por la pelota provocando las risas entretenidas del resto y sobre todo de la abuela que estaba disfrutando con aquella pequeña lucha que ambos mantenían por ganar. Empatados a 7 canastas de diez, Isabella le pasó un pase perfecto a María la prima de Alonso que encestó precisa
-¡A un punto para diez!- expresó chulesca Isabella palmeándose las manos con el resto de su equipo mirando socarrona a Alonso que se mordía fastidiado la mejilla por dentro
 -¡Vamos, que no se diga; el partido aún puede ser nuestro!- animó el tío Joaquín recolocándose los equipos de nuevo. La pelota iba de un lado a otro quitándosela muy rápidos unos a otros hasta que llegó a manos de Miguel, observó que su hermana estaba muy bien colocada para un triple y, guiñándose mutuamente el ojo, se la lanzó preciso. Pero Alonso se olió su jugada y corrió a colocarse tras Isabella
-Te quiero mi fierecilla- le susurró meloso al oído cuando ella recibió la pelota dejándola paralizada; no solo por sus dulces palabras sino por el encantador cosquilleo que le recorrió el cuerpo al sentir su melosa voz en el oído. Él le arrancó la pelota de las manos y encestó
 -¡Un triple y partido ganado!- indicó satisfecho palmeando las manos de su padre y sus tíos que reían recreados
 -¡¡Porca miseria!! ¡¡Esa no ha valido!! ¡¡Eres un maldito tramposo, Alonso!!- increpó enfadada Isabella dirigiéndose a él encrespada; el resto la miraba entre pasmados y divertidos
-Que mal perder tienes gatita, pero me encanta cuando te enfadas así- se burló socarrón encrespándola más aún
-¡¡Eres un figlio di una…!!- chilló enfurecida levantando su mano para abofetearlo pero Alonso se la sujetó por la muñeca llevándosela hacia atrás inmovilizándola al tiempo que la atrajo hacia él y la besó acallándola al instante provocando las risas jocosas de todos. Se fue alejando poco a poco de la boca de Isabella que lo miraba encantada sonriendo feliz
-¿Ves qué fácil es hacer que se callen?- expresó resuelto mirando divertido a su padre que soltó una sonora carcajada
 La semana la pasaron realmente bien, Gabriel acompañado de los primos de Alonso, les enseñaron las maravillas de los alrededores: las islas Cíes, San Simón, el Grove, La Toja… Después cenaban en casa de los abuelos todos juntos con unas sobremesas larguísimas en donde charlaban entretenidos pasando unas veladas encantadoras.
Pero lo mejor eran las noches, las pasaban entregándose plenamente ambiciosos y amorosos. No podían ser unas vacaciones más ideales. Sobre todo por despertarse juntos, entrelazados y deseosos de nuevo el uno del otro; aquello no podía compararse a nada.
-¿Has decidido algo de lo que me comentaste?- le preguntó animadamente su padre durante una de aquellas veladas después de cenar aun sentados a la larga mesa en el jardín de los abuelos
-Aún no; hubo unos pequeños problemas en casa y no tuve cabeza para pensar en ello
-¿Problemas? Nada serio espero- repuso sobresaltado
-No, nada serio al final- indicó ameno mirando de reojo a Isabella que le sonrió cariñosa
-¿Qué tienes que decidir?- le preguntó curiosa
 -Si ser arquitecto o piloto, él me pude introducir fácilmente en la academia de vuelo
-¡¡Te quedarías en Madrid!!- se entusiasmó ella mirándolo emocionada pero él la miró tiernamente
-Me gusta la arquitectura Isa- le comentó cariñoso, ella le sonrió comprensiva pero decaída; él le pasó el brazo por los hombros atrayéndola y la besó en la sien- en una hora estaré en casa todos los fines de semana cielo y, aunque me quede en Madrid, por la semana no nos veríamos casi
-Casi no es igual que nada- repuso tristona, él sonrió enternecido y la besó suavemente en los labios
-Además, pasado este año, tú te marcharás también a la universidad ¿a dónde te irás?
-¡¡Detrás de ti!!- contestó rotunda y decidida provocando una risa jocosa en él- ¡A mí el qué no me importa, solo quiero estar contigo!- aclaró sinceramente mirándolo a los ojos
-Con lo loca que está, te digo que eso sí lo hará- indicó bonachón Miguel recogiendo de la fuente un pedazo de empanada y todos rieron amenizados
 -¡¡Santa Madonna ¿cómo puedes seguir comiendo?!! Acabará sentándote mal- exclamó asombrada su hermana al verlo dar buena cuenta de ella, su hermano movió despreocupado los hombros y todos volvieron a reírse divertidos
Pero lo bueno se acabó, les avisaron que en dos días llegaban a Vigo el resto de la familia.
Apesadumbrados se fueron a la ciudad, las habitaciones ya estaban reservadas en el hotel Samil a primera línea de la hermosa playa. Para mayor desilusión, no solo Miguel y Alonso compartirían cuarto, sino que Isabella tenía dormitorio doble con tía Meli, la idea de escurrirse en su cuarto Alonso cuando todos durmieran, se fue al traste.
-¡Mi niña!- repuso feliz Blanca cuando se encontraron en recepción- Pero, estás cambiada…- añadió mirándola sorprendida; Isabella y Alonso se pusieron tensos al oírla ¿una madre notaría esas cosas? Se preguntaron nerviosos- ¡¡Estás tan morenita y hermosa!!- ambos respiraron tranquilos y Miguel soltó una risita burlona que intrigó a su padre y lo miró receloso
-Se pasa el día tumbada al sol como una lagartija, no me extraña que esté morena- aclaró decidido y todos sonrieron amenos.
 Era una tortura para Alonso tenerla cerca todo el día y no poder besarla o acariciarla; también ella sufría ambiciosa de su boca y sus caricias. Aprovechaban las salidas nocturnas por la ciudad para amarse y mimarse con ansía y hambre acumulada durante el día.
Una tarde, dos días después de su llegada, estaban disfrutando de un día de playa entretenido riéndose divertidos con las tonterías de Franco cuando de pronto...
-Hola Meli- sonó la voz fuerte y profunda de Gabriel tras ellos, ella lo miró pasmada mientras los muchachos sonreían maliciosos disimuladamente y el resto observaba curioso al recién llegado
-Gabi…- solo pudo pronunciar mirándolo como si fuera una aparición
-Supe que estabas aquí y quise venir a saludarte- ella al instante miró a su hijo que esquivó raudo su mirada; nadie decía nada, solo observaban expectantes y curiosos la escena. El primero en reaccionar fue Jorge que se levantó raudo de su toalla
-Hola Gabriel, cuanto tiempo- lo saludó amistosamente sonriéndole ameno mientras se estrechaban las manos, Gabriel se sintió más relajado- Él es Gabriel, el padre de Alonso- lo presentó al resto que rápidamente se mostraron gustosos en saludarlo invitándolo a unirse al grupo y comenzaron a charlar entrañablemente, sobre todo Jorge, que se esmeró en relacionarse con él; desde el nacimiento de Miguel, no pudo olvidar a aquel pobre hombre que deseaba luchar por su hijo y de cómo su hermana se lo negara rotundamente. Nunca se atreviera a inmiscuirse en la vida de su hermana, pero no le pareciera nada bien su tajante resolución. Y cuando se enteró que padre e hijo mantenían contacto al fin, aquello le pareció fantástico.
Sin embargo Meli mantenía cierta distancia con él y apenas hablaba
 -Bueno, debo irme ya- expuso cuando el sol ya caía levantándose de la toalla, todos lo secundaron educados para despedirlo- ¿Podrás cenar esta noche conmigo, Meli?- la invitó resuelto, ella lo miró sobrecogida por aquella inesperada invitación
-Lo siento, esta noche no…- empezó a denegar pero él la sujetó inesperadamente por la nuca y la besó ante el asombro de todos; Alonso reía divertido
 -Te recojo a las ocho- resolvió raudo así soltó sus labios y se fue sin darle oportunidad a protestar. Ella se quedó atónita mirándolo alejarse mientras el resto empezó a recoger las cosas disimulando sus risas
 -¡¿Habéis visto que desfachatez se gasta este imbécil?!- exclamó de pronto mirándolos a todos atónita, nadie se atrevía a hablar
-Venga mamá, no te hagas la ofendida que lo estabas deseando; sino bien que le hubieras dado una bofetada sin cortarte un pelo que nos conocemos- expresó guasón Alonso dirigiéndose a la salida de la playa
-¡Alonso!- exclamó resentida su madre mirándolo atónita
-En eso tiene razón Meli, que nos conocemos de hace muchos años- aclaró Jorge siguiendo a su sobrino
-¡Pero bueno!- exclamó incrédula cruzando sus brazos sobre su pecho quedándose pasmada mirándolos a todos que reían divertidos mientras se encaminaban tras ellos- ¡¡Pues se va a cansar de esperar porque no pienso ir!!- resolvió decidida pero ninguno le hizo caso siguiendo su camino hacia el hotel.
 Sí apareció en recepción preciosa y preparada para la cita cuando Alonso le avisó que Gabriel ya estaba allí y las invitaciones se fueron repitiendo en las noches siguientes, luego empezaron a quedar para pasar ya la tarde no volviendo Meli al hotel hasta entrada la noche… hasta que no regresó a dormir ni se supo de ella en todo el día.
Aquella tarde, mientras Blanca paseaba entreteniendo a Alejandra acompañada de Franco, Isabella enredaba en la arena con Miguel como hacía últimamente para estar entretenida y no correr a besar a Alonso; mientras él estaba sentado junto a la orilla del mar abstraído en sus pensamientos. Jorge se le acercó y le percibió su rostro decaído y ensombrecido
-¿Qué tienes campeón?- le preguntó animado sentándose a su lado, él le sonrió entrañable
-Nada, solo estoy aquí disfrutando del paisaje- repuso intentando parecer alegre pero Jorge lo conocía muy bien y sabía que había algo que le preocupaba.
-Me cae bien tu padre, en tu forma de ser te pareces a él- indicó resuelto y él sonrió complacido- Siempre estuve en desacuerdo con la decisión de tu madre, será porque también soy hombre, pero no me parecía justo prohibirle verte- indicó cordial y se dedicaron una sonrisa amable- Tampoco lo veía bien por ti, aunque creo que no me he comportado como un mal padre, siempre pensé que tenías derecho a conocerlo
-Has sido el mejor padre que podía haber tenido- indicó sincero y profundamente emocionado, Jorge se lo agradeció con un amoroso abrazo
-¿Y qué tal con el resto de la familia?- se interesó animado y Alonso le sonrió agradado
-Es buena gente y me demostraron mucho cariño
-Me alegro hijo- repuso satisfecho pero notó que seguía apesadumbrado- ¿Qué pasa Alonso? Sabes que a mí no puedes engañarme- indicó rotundo, el muchacho no contestó- ¿Acaso te preocupa que tu madre aún no haya aparecido? ¿O es que te molesta que tu padre esté intentando algo de nuevo con ella?- inquirió curioso, Alonso lo miró sorprendido
 -¡No, qué va!- expuso contento y se sonrieron amenos- Pueden hacer lo que quieran, son mayorcitos; además pase lo que pase, tú siempre serás mi padre y solo entre vosotros sentiré mi verdadero hogar- Jorge le palmeó suavemente el hombro
-Entonces Alonso…- lo miró fijamente a los ojos- ¿qué te preocupa? Sabes que me puedes contar todo lo que te inquiete
-¿Todo papá?- indicó rotundo manteniéndole la mirada y él asintió- ¿Y si te digo, por ejemplo, qué estoy enamorado de Isa?- expresó mirándolo retraído, esperando inquieto su respuesta
-Pues yo te contestaría que no es ninguna novedad la que me cuentas- aclaró entrañable sorprendiéndolo, le sonrió cariñoso- Y ella de ti hijo, lo sé ya hace mucho tiempo… desde la función de teatro del instituto; tanto Franco como yo nos dimos cuenta de inmediato- Alonso lo miraba entre sorprendido y aliviado
-¿Y si le añado de que estamos saliendo desde que casi empezó el viaje y se me hace insoportable mantener esta distancia con ella para que no se enteren todos?- su contestación fue una dulce sonrisa
-Me lo suponía- indicó serenamente y clavó su mirada en el horizonte- Habéis cambiado demasiado hijo; de jugar distraídamente y enredar como niños, os evitáis que casi no os permitís ni un simple roce…- lo volvió a mirar cariñoso- una cosa es querer disimular y otra trataros como apestados- rieron más relajados y agradados- Solo os pido que vayáis con cuidado y penséis bien las cosas antes de seguir adelante, daros cuenta que sois familia y os seguiréis viendo; si, por un casual os herís u os hacéis daño, no me gustaría que por una tontería vaya a perder a alguno de mis hijos- recomendó cariñoso, se sonrieron enternecidos. El rostro de Alonso se había relajado como si se hubiera quitado un gran peso de encima y eso satisfizo a su tío- Alonso ¿por qué crees que te decía que no lucharas contra el destino? Te veía agobiado y sabía que era por lo que sentías por mi princesa, intentabas esquivarlo pero era imposible ¿verdad?- se sonrieron tiernos
-Siempre supe que me leías el pensamiento- bromeó él y su tío soltó una sonora carcajada
-Te crié hijo, eres un libro abierto para mí- expuso cariñoso y se volvieron a sonreír entrañables
-Papá… ¿cómo es eso de que estás casado de segundas con tía Blanca?- la pregunta cogió de sorpresa a Jorge que lo miró desconcertado
-¿Quién te lo contó? ¿Francesco?- repuso muy sorprendido
 -No, Gabriel; mamá le contó que estaba muy preocupada por ti pues llevabas mal el divorcio y se sorprendió gratamente al enterarse que volvíais tú y tía Blanca a estar juntos - indicó cordial y se sonrieron entrañables
 -La verdad, no hay nada de espectacular ni extraño para que no os lo hubiéramos contado, solo que preferimos olvidarlo: fue una tonta metedura de pata que nos costó muchos años de felicidad- Alonso lo miraba intrigado- Verás hijo: nos casamos muy jóvenes, Blanca era una mujer maravillosa llena de vida, cariñosa y divertida; como aún lo es ahora- aclaró decidido y se sonrieron amenos- y yo estaba loco por ella… como sigo estándolo- añadió orgulloso y se volvieron a reír- de aquella yo trabajaba de vigilante nocturno y ella empezaba a despuntar como diseñadora en una importante firma; con mi trabajo casi no nos veíamos y mucho menos hablábamos y empezaron los problemas entre nosotros; a ella le ofrecieron un muy buen puesto en Italia que significaba conseguir su gran sueño: tener su propia firma dentro del mundo de la moda y las cosas iban tan mal entre nosotros que aceptó… la ruptura fue dura y, después de una serie de malos entendidos entre nosotros, a las dos semanas nos divorciamos- Alonso percibió la tristeza y el dolor en los ojos de su tío al recordar su separación- Pero la vida quiso que nos reencontramos de allí a unos años y hablando nos enteramos que ninguno de los dos había querido aquel estúpido divorcio y ambos habíamos sufrido de igual manera ya que aquel inmenso amor que nos teníamos seguía ardiendo casi tanto o más que antes; así que ella se regresó y nos volvimos a casar… ¡Y hasta hoy!- repuso guasón sonriendo dichoso y rieron explayados; pero a Jorge la mirada volvió a ensombrecerse- De verdad que ya no me acordaba de eso, preferí olvidar aquellos siete interminables años de sufrimiento y tristeza- indicó melancólico mirando de nuevo el horizonte- los malos entendidos y no hablar hacen mucho daño hijo…- le miró a los ojos- recuérdalo siempre pues tienes el mismo defecto que yo, huir ante las discusiones en vez de hablar y eso puede ser fatal; a nosotros nos costó siete años de nuestra vida en las que podríamos ser plenamente felices y, sin embargo, estuvimos perdidos los dos amándonos y sufriendo por ello sin motivo- se sonrieron entrañables- Hijo, me alegro de que confíes en mí y estés con Isa; cuídala mucho y procura hacerla siempre feliz… o tu tía te cortará el cuello- indicó guasón y volvieron a reírse amenos
-¿Cómo crees que se lo tomará ella?- indagó mirando inquieto a su tío que elevó las cejas y movió los hombros despreocupado
-Bien, no te preocupes; te quiere como a un hijo Alonso y ambos sabemos que no encontraríamos mejor muchacho para nuestra princesa- indicó afable y se rieron más tranquilos, se mantuvieron en silencio un momento- Alonso, referente a los estudios ¿qué has decidido? Sé que ya te llegaron las cartas de la universidad y las dos te aceptan
-No sé papá, ahora sí que tengo un verdadero lío hecho en la cabeza; prefiero Salamanca porque tiene más grado de estudio pero…
-Isa ¿no?- aclaró Jorge entrañable y él le sonrió cariñoso
-Siempre es ella- expresó derrotado y Jorge sonrió entrañable- antes quería irme lejos para alejarme de ella pero ahora, solo de pensar en estar toda la semana sin verla, se me oprime el corazón hasta el punto que no me deja respirar- declaró totalmente enamorado y su tío sonrió dichoso
-Mira campeón, si crees que es mejor universidad, piensa que la semana pasa rápido y el viernes se viene encima cuando menos lo esperas y solo estarás a poco más de una hora de casa; ella lo entenderá y estará esperándote.
-No estoy yo muy seguro de eso- murmuró y Jorge lo miró extrañado
-¿No crees que te esperé?
-No, eso sí- repuso categórico- lo que ya no tengo tan claro es que lo entienda: tu hija es una auténtica cazurra cuando se lo propone- expresó resoplando fastidiado y se rieron a carcajadas animados.
 -¿De qué os reís tan alegres?- preguntó contenta Blanca cuando los alcanzaron en su paseo, Jorge se levantó y la abrazó amoroso besándola en los labios tiernamente
-Del amor y de ti… el amor de mi vida- ella sonrió feliz y le devolvió el beso; el resto de la familia los miraban y sonreían divertidos.
Las vacaciones de verano llegaban a su fin y debían regresar ya a Madrid. Mientras toda la familia lo hizo en avión, los tres muchachos lo hicieron en coche como la ida.
También los acompañaba Gabriel. Jorge observaba a la pareja sentados a su lado como se hacían mimosas carantoñas mientras reían felices con las locuras de Franco, aquella relación iba viento en popa para alegría de todos. Jorge se percató de que Blanca, sentada a su lado, iba hacía un buen rato muy callada mirando ensimismada por la ventanilla; le tomó amoroso la mano
-¿Qué tanto piensas corazón?- le preguntó intrigado besándole la mano, ella lo miró sonriendo dulcemente
-En lo que pudo haberles ocurrido a los niños en este viaje…- repuso apesadumbrada
-¿Por qué?- indagó curioso
-¿Acaso no te has dado cuenta?- indicó mirándolo sorprendida- ¡Ni se hablaban casi Jorge! Creí que este viaje los uniría y sin embargo los encontré más esquivos que nunca el uno con el otro- él sonrió entrañable besándola dulcemente de nuevo en la mano- ¿Qué pasa Jorge? ¡Sé que tú lo sabes!- indicó inquieta
-¿Qué me dirías si te dijera que están enamorados?- expuso cariñoso
-Pues que no soy tonta y ya lo sé, se les nota a leguas desde hace tiempo, aunque al parecer ninguno de los dos quiere reconocerlo- respondió tranquilamente y él sonrió alegre
-¿Y si te digo que ya lo han reconocido y están juntos y felices desde que empezaron el viaje? Solo que intentan disimular y lo único que consiguen es llamar mucho más la atención- bromeó chistoso, ella lo miró fijamente a los ojos inquieta
 -¡¿Están juntos… del todo, todo?!- preguntó intranquila sorprendiéndolo
-¡Pues no lo sé mi vida, hablo con Alonso pero a tanto no llegamos! ¿Por qué?- estaba inquieto
-¡Dios mío, solo espero tengan cuidado! Son muy jóvenes para cometer una locura y quiero que acaben sus estudios primero- él sonrió más relajado besándola amoroso en los labios
-Seguro que sí lo tienen cielo, Alonso es un muchacho muy responsable; además, siempre estaremos estos guapos y aún jóvenes abuelos para cuidar ese nieto mientras ellos acaban las carreras ¿o no?- se sonrieron felices y se besaron recreados.

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