miércoles, 25 de febrero de 2015


    Cuando se metió el sol, regresaron a casa. Carla se encargó de desabrochar los cinturones de seguridad de la silla de Paloma mientras Cris recogía su chaqueta y su corbata junto a la cesta de la merienda del maletero
 -Voy a casa, me quito este incómodo traje y regreso de inmediato- le murmuró meloso besando dulcemente los labios de Carla, ella sonrió mientras asentía con la cabeza
 -¡¡Cris!!- sonó una alegre voz a lo lejos; él abrió sorprendido sus ojos al oírla y se dio entusiasmado la vuelta mientras Carla intentaba curiosear quien lo llamaba tan eufórica, una mujer muy bonita de negra melena rizada, corría hacia ellos agitando sus brazos- ¡¡Cris!!- repitió echándose al cuello de Cris que rodeó entusiasmada con ambos brazos
 -¡¡Susi!! ¡¡Oh Dios Susi, por fin has vuelto!!- gritó feliz Cris elevándola en el aire y dándole vueltas a su alrededor mientras ella reía feliz posando su mejilla contra la de él- ¡¡Mi Susi, por fin aquí!!- repetía dichoso
 -Mi hermanito adorado- exclamaba ella besándole repetidamente las mejillas sin soltarse de su cuello; Paloma, de la mano de su tía, observaba divertida la escena como Carla también hacía
-De este viaje has tardado mucho- le reclamó dolido
-Trabajo, mi rey; sabes que es lo único que me puede apartar de ti mucho tiempo- contestó besándolo amorosa en la mejilla; él sonrió encantado- Pero, bájame de una vez, hombre- le regañó guasona golpeándolo suavemente en el antebrazo, él obedeció riéndose radiante y la tomó de la mano; realmente era muy bajita a lado de Cris, comprobó Carla.
 -Ven, quiero que las conozcas ahora mismo- expresó emocionado y tiró suavemente de ella acercándose a Carla- Mira Carla, ella es mi hermana Susi- la presentó feliz; ellas se sonrieron y se besaron amistosas en las mejillas
-Y entonces, esta ricura es Palomita- expresó deleitada recogiendo a la pequeña en brazos, Paloma le sonrió alegre- ¡Oh, que preciosidad de niña!- exclamó impresionada al verle aquellos hermosos y alegres ojos grises
 -¿Eres hermana de Cris, cómo Ari?- preguntó curiosa la pequeña; Susi entrecerró sus ojos mirando ofendida a su hermano
 -¡Vaya, muy bien! Yo soy tu preferida pero se las has presentado antes a ella ¿verdad?- le reprochó golpeándole de nuevo suavemente el brazo, él rió divertido
-¡No fue así, puerca celosa! Ari se presentó inesperadamente una noche mientras cenábamos y no iba a esconderlas en el armario ¿no?- contestó resuelto tirándole cariñoso de su recta y pequeña naricilla; ella miró inquisitiva a Carla
 -¿Fue así?- interrogó desconfiada, Carla asintió con la cabeza- Bueno, entonces te perdono- repuso desenfadada y los cuatro rieron divertidos- ¡¿Quién lo iba a decir?! ¡¡La toca huevos y siempre perfecta Ari, presentándose en tu casa sin avisar!! ¡¿Ardía algo o se murió alguien importante?!- preguntó burlona abriendo sus hermosos ojos negros tan bellos y profundos como los de Cris, él sonrió de nuevo divertido- ¡¡Como me voy a divertir reprochándoselo!!- exclamó maliciosa
 -No seas mala- le recriminó tierno- realmente teníamos un problema en la empresa y ella no sabía nada de aquella cena- la defendió cariñoso
-¡¡No seas malo tú!! ¡¡ Déjame disfrutar un poquito… solo un poquito, abochornándola!!- suplicó melosa y él movió derrotado la cabeza; los tres se rieron divertidos. Besó sonoramente la mejilla de Paloma que seguía en sus brazos y la dejó en el suelo, se acercó a Cris y lo tomó de las manos- Pero déjame que te vea… ¡que guapo estás hermanito! ¡El amor te sienta de maravilla!- exclamó dichosa y se lanzó de nuevo a su cuello rodeándolo tierna con sus brazos
-Sin embargo tú cada día más poca cosa ¿Qué pasa? ¿No te dan de comer por esos mundos de Dios o qué?- respondió burlón, ella se apartó levemente mirándolo ofendida a los ojos
 -¡¡Niño!! Yo estoy que rompo- aclaró rotunda y volvieron a reírse los tres; ella se soltó de su cuello- Lo que ocurre es que a ti siempre te gustaron las mujeres con mucha curva y yo soy más estilo... “light”-expuso socarrona
-Sí, estilo “la hay” que poner un cascabel que casi no se la ve- exclamó burlón haciendo un pícaro juego de palabras y volvieron a reírse, él le tomó cariñoso las manos- ¿Hasta cuándo te quedas, peque?- preguntó ilusionado pero ella lo miró abatida
-Solo hasta mañana corazón; estoy de paso hacia Somalía y mañana a primera hora cojo el avión- respondió entristecida
-¿Tan pronto?- exclamó sobrecogido Cris
-Sí, no tengo más remedio, cariño…- expresó dulcemente posando tierna su mano en la mejilla de Cris- ¡pero te prometo que estaré aquí para el gran acontecimiento!- resolvió más animada
-¿Me lo prometes?
-Te lo prometo- expuso mostrando su puño a Cris que él golpeó suavemente con el suyo, se abrazaron ilusionados de nuevo; Carla los observaba conmovida, se veía tanto amor y complicidad entre ellos que impresionaba. Susi al fin se percató del coche y abrió asombrada sus grandes ojos negros- Pero... ¡¡Si este es tu coche, Cris!!- exclamó de pronto atónita mirando incrédula a su hermano- ¡¿Vuelves a conducir?!
 -Es más cómodo para moverse con nuestra niña- contestó despreocupado, ella sonrió tan radiante y plena de felicidad que desconcertó a Carla; parecía que había sido un acto milagroso
-¡¡Cuanto me alegro hermanito!!- expresó con un brillo emocionado en los ojos- ¡¡Ah, y además genial!! Porque iba a pedirte que me acompañaras a casa de papá y mamá que no quiero ir sola, y así ya me llevas- resolvió desenfadada
 -¡Ah no, de eso nada!- exclamó raudo Cris negando rotundo con la cabeza, ella lo miró mimosa -¡Porfi, hermanito! ¡Porfi! ¡Porfi! ¡No me dejes ir sola!- suplicó melosa, él seguía negando con la cabeza- por favor, seguramente estarán allí Ari y Claudia y ya te imaginas lo que me espera... ¡Y estoy muy cansada del viaje para lidiar con ellas yo sola, Cris!- siguió rogando esperanzada, a Cris su rotundo gesto negativo en el rostro, empezaba a suavizarse
 -Pero Susi, sabes que mamá ya no me dejará regresar hasta después de cenar…- protestó acariciándole tierno la mejilla
-¡¿Y qué? Solo serán un par de horitas! ¡Anda, no seas malote!- se lanzó a sus brazos de nuevo pero esta vez también enroscó sus piernas alrededor de la cintura de Cris; lo besó en las mejillas, en la frente, en la punta de la nariz...- ¡di que sí, anda! ¡Como en los viejos tiempos: tú y yo contra los monstruitos!
-¡No seas mala, Susi! Ellas solo quieren que…
-¡Que me transforme en una Barbie como ellas!- acabó mordaz la frase
 -No es eso, Susi…
-¿Me imaginas a mí con una manicura perfecta, un vestido de Dior, peinada impoluta…en medio de balas silbando por doquier?
-¡Siempre fuiste así Susi, no te hagas ahora! Ya cuando eras niña te gustaba vestir estrafalaria y siempre andabas metida en peleas con todos los niños de la escuela
-¡Bah, me gusta ir cómoda y alguien tenía que defender a esa insensata de Ari cuando tú no estabas!- aclaró despreocupada bajándose de entre sus brazos de un ágil salto- ¡A ver! ¿Me llevas o no?- aclaró resuelta mirándolo con ojitos lastimeros, Carla no podía dejar de reírse, era realmente espontánea y divertida; Cris miró a Carla apenado pero ella siguió riéndose- ¡Ella no se va a evaporar; seguirá aquí cuando regreses, hombre de Dios!- repuso chistosa Susi y Carla volvió a reír divertida. Cris cerró los ojos derrotado
 -¡Está bien!- expuso rendido- pero ya me estoy cansando de ser vuestra marioneta ¡Tengo vida propia!- añadió indignado
-¡¡Eso mi hermanito guapo!!- Y volvió a saltar a sus brazos- y a mí no me protestes que acabo de llegar ¿eh? si tienes mal acostumbrados a los dos monstruitos no es mi culpa; nunca supiste decirles que no hermanito- aclaró despreocupada. Se bajó de los brazos de Cris- encantada de haberte conocido, preciosa- se despidió de Carla dándole dos sonoros besos, luego recogió a la pequeña en brazos para despedirse también de ella. Cris abrazó fuertemente a Carla contra su cuerpo besándola amoroso en la sien
-No se te ocurra evaporarte como dice Susi ¿eh? Me moriría de angustia si no te encuentro aquí a mi regreso- le murmuró meloso
-Ni loca, aquí estaré esperándote- contestó rotunda, se sonrieron alegres y se besaron largamente, con pasión.
 -¡A ver tortolitos ¿nos vamos?!- exclamó divertida Susi abriendo ya la puerta del coche; ellos se separaron muy despacio, desganados, mirándose ardientes a los ojos. Cris besó una vez más los labios de Carla
-Vamos luego, lianta; pero esta te la cobraré, puedes contar con ello- expresó fastidiado y se agachó a besar cariñoso las mejillas de Paloma antes de dirigirse al asiento del conductor
 -¿Estás preparado para el escrutinio femenino de nuestra adorada familia?- se burló cuando él entraba en el coche- “¡Por todos los santos Cris, qué pintas!” “¡¿Cuando piensas cortarte ese pelo, Cris?!”- exponía burlona revolviéndole el pelo; Carla reía divertida escuchándola
-No me toques las narices que vas sola, te aviso- repuso moviendo fastidiado la cabeza escapando de su mano al tiempo que ponía en marcha el motor
-“¿¡Y esas barbas, Cris!? ¡¡Pareces un pordiosero, Cris!!”- siguió picando acariciándole su mejilla -¿¡A que vas tu sola?!- aclaró rotundo echando de nuevo la mano a las llaves de arranque, Susi soltó una sonora carcajada. Cris le guiñó un ojo a Carla y se alejaron. Como le gustaba aquel pequeño pero tan tierno gesto suyo... suspiró profundamente y, recogiendo la cesta del picnic y tomando de la mano a Paloma, se fue a casa. Acostó a Paloma después de bañarla y darle la cena. Recogió la cocina y se puso a ver un poco la tele, esperando oír llegar a Cris; pero a la una y media se rindió y se fue a la cama.
Salieron todos a la puerta al oír llegar el coche de Cris y una inmensa alegría los asaltó al ver a Susi, todos estaban felices de tenerla de regreso aunque fuera por un solo día. La bombardeaban a preguntas a la vez y ella intentaba responderlas feliz de estar de regreso. Pero, de quien no se soltaba ni un solo momento y se volcaba en acariciar y besar a cada instante con gran pasión, era de su padre. -Hay hijo ¿Cuándo piensas cortarte esas greñas cielo?- expuso abatida su madre cuando ya estaban sentados a la mesa dispuestos a cenar, Susi soltó una risotada divertida y él le envió una mirada envenenada
 -Cualquier día mamá- respondió esquivo sirviéndose de la fuente
-Lo peor son esas barbas mamaita- añadió despótica Claudia- ¡No me beses mucho a Andrés ¿eh?! Puedes producirle una urticaria
-Cuando no la sufrió el pobre al llegar a esta casa…- murmuró sarcástico metiéndose una ración de comida en la boca; su cuñado Jacobo, sentado frente a él, rió divertido
-¿Qué es lo que has dicho Cristóbal?- le reprochó su madre mirándolo duramente
-¿Qué? ¿Y ya conocéis a Carla?- intercedió entusiasmada Susi echándole un capote a su hermano -¡¿La has visto?! ¡¿A qué es preciosa?! ¡¡Y Palomita parece un angelito!!- exclamó eufórica Ari y ambas rieron felices
-¡¿Tú también ya la conoces, Susi?!- preguntó atónita Claudia
 -Sí, ahora mismo- respondió resuelta su hermana
-¡Ah muy bien! ¡Me parece genial Cris!- soltó molesta Claudia, Cris la miró prevenido- ¡¡Ya la conocen todas menos yo!! ¡¡Soy siempre la última para ti, hermanito!! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué soy la mayor me excluyes así?!- le reprochó dolida
-No Claudia, por favor; no te enfades cariño mío- habló tierno pero su hermana lo miraba realmente ofendida- ellas aparecieron inesperadamente en casa encontrándosela allí ¿qué quieres que hiciera cielo?
-Anda, no te pongas así Claudia; eso es cierto, yo los pillé en plena cena y te juro que no me esperaban- aclaró dulcemente Ari tomándole cariñosa de la mano
-Y yo, como te acabo de decir, acabo de conocerla ahora mismo Claudia- también explicó compasiva Susi, ella parecía más calmada
-Además, pasado mañana ya la vas a conocer- expuso resuelto Cris, Claudia lo miró emocionada -¿De verdad?- expresó ilusionada
-De verdad, le propuse invitarte el sábado a mi casa para que os conocierais y accedió- explicó desenfadado, ella sonrió complacida
 -Te va a gustar mucho, Claudia; parece una chica sencilla y estupenda, así como tú; creo que os llevaréis muy bien las dos- declaró tierna Susi
-Y ya verás lo preciosa que es hermanita- añadió alegre Ari tomándole cariñosa la mano de su hermana sentada a su lado
-¿Y por qué no la traes aquí el sábado y así la conocemos al fin todos?- propuso interesada su madre -Poco a poco mamá, poco a poco- contestó prevenido- Carla es especial, las cosas deben ir despacio con ella; mejor que os vaya conociendo de uno en uno de forma informal como está ocurriendo
-¿Qué le pasa? ¿Se espanta fácilmente?- bromeó chistoso Jacobo
 -Más o menos cuñado, más o menos- respondió él guasón y todos rieron divertidos
-La verdad, es que es muy apocadita y vergonzosa, se sonroja a la más mínima ¡¡es de mona!!- aclaró enternecida Ari
 -Además mami, si la metemos sin anestesia en medio de esta panda de atolondrados, echará a correr y ya no le veremos el pelo nunca más- bromeó su padre mirando a su mujer al otro lado de la mesa y todos volvieron a reírse divertidos
 -No es así Palomita, ella es más abierta y vivaracha- comentó orgulloso Cris
-¿Y cuándo conoceremos a ese angelito hermoso entonces?- se animó su padre
 -A ella en cualquier momento papá, ya te digo que es campechana y muy curiosa; todo lo quiere saber- explicó cariñoso sonriendo encandilado- a lo mejor me escabullo un ratito con ella el sábado ya y os la traigo- aclaró decidido
-¡Estupendo!- exclamó emocionada su madre y todos festejaron la noticia
 -Bueno, pues todos a la cama; mañana hay que madrugar y Susi está rendida del viaje- aclaró su padre observando a su hija bostezar agotada
-Sí, y yo me voy- dijo Cris intentando escabullirse
 -De eso nada- habló rotunda su madre, él la miró alertado- No señorito, usted se queda esta noche, es muy tarde para regresar a tu casa
 -Pero mamá…- iba a protestar pero Susi lo interrumpió
-Sí anda Cris, quédate; así mañana me acercas tú al aeropuerto y podemos charlar un poquito más, que no me has contado casi nada- aclaró decidida Susi
 -¡Susi!- protestó fastidiado por aquella inesperada traición de su parte
-¡Tranquilo hombre ¿qué más te da dormir en un sitio u otro?! Esa preciosidad tuya ya ha de estar dormidita y no vas a despertarla ¿no?- bromeó pícaro Jacobo. No hubo razón a más, Cris se tuvo que quedar a dormir.
A la mañana siguiente, Carla abrió rápidamente las ventanas de su cuarto con la ilusión de verlo, pero él no apareció por ningún lado. Examinó esperanzada la acera por si aún dormía, pero su coche no estaba tampoco. Defraudada, bajó a preparar los desayunos. Se levantó la pequeña, la preparó para la escuela y marcharon al trabajo. Cris no había aparecido aún...
 La mañana pasaba agónicamente lenta, además hoy no había precisamente mucha clientela haciendo la cosa más pausada y aburrida. El reloj parecía como si se detuviera, las agujas no se movían. Por fin marcaron las cinco, Carla ilusionada se cambió el uniforme y salió esperanzada a la puerta pero Cris no estaba; esperó ansiosa un poco más su llegada, pero nada. Al final tuvo que echar a correr para recoger a Paloma en la escuela pues se le había hecho tarde.
-¿Y Cris?- preguntó defraudada la pequeña al verla llegar sola
-No sé cielito, estará ocupado con el trabajo y no pudo venir a buscarnos- le contestó acariciándole cariñosa su mejilla; ella se dio por satisfecha y regresaron lentamente a casa dando un paseo. La pequeña contaba entretenida sus aventuras del día en el colegio pero Carla apenas le prestaba atención, pensaba en Cris y ya empezaba a inquietarse: ¿Y si le había ocurrido algo? ¿Y si había tenido un accidente? se sacudió ligeramente la cabeza para que los malos pensamientos que empezaban a aflorar no siguieran adelante. Llegaron a casa y ni rastro de Cris. Paloma merendó mientras estaban en el jardín jugando con Polly. Carla empezaba a preocuparse realmente. Estaba envuelta en pensamientos negativos que la estaban agobiando terriblemente cuando al fin el coche de Cris se detuvo delante de su casa. Carla respiró aliviada al verlo descender del coche. Paloma corrió hacia él entusiasmada y él la recogió encantado en brazos besándola cariñoso en las mejillas pero sin detener su avance apresurado hacia Carla a la que abrazó con desesperación así llegó a su lado, estrujándola fuerte contra su cuerpo y besándola casi con desesperación en los labios, las mejillas, el cuello...
 -¡Dios! ¡Que falta me hacía veros mis chiquitas!- expuso ansioso, ella casi no podía respirar de tanto que la oprimía contra él, no paraba de besarla por toda la cara- No me podría ni imaginar que os echaría ya tanto de menos, mi ángel
-¿Qué te ocurrió? Pensé que regresarías ayer- preguntó acariciándole tierna las mejillas en un intento de calmarlo, le besó suavemente en los labios pero él la envolvió en un beso apasionado y desesperado al mismo tiempo.
-¡Y esa era mi intención mi vida! Pero con mi madre es imposible; y tuve un día horrible que me tuvo todo el tiempo liado sin poderme escapar ni un momento para ir a verte aunque fuera un segundo a la cafetería- expuso desalentado, pero de pronto, sonrió feliz- pero al fin ya llegué a casa mi amor- expresó sereno y muy satisfecho oprimiéndolas a ambas contra él; aquellas palabras le sonaron encantadoras a Carla: “ya llegué a casa”; las pronunciara con tanta serenidad, tanta sinceridad y total satisfacción que no dejaban lugar a dudas: ellas ya eran su hogar para él.
 Carla se encargó de la pequeña mientras Cris preparó algo de cena; luego él acostó a Paloma mientras ella recogió la cocina. Aún no había regresado cuando acabó, tardaba demasiado en bajar aquella noche. Se encaminó hacia las escaleras para ver qué sucedía y se lo encontró acostado en el sofá de la sala con el brazo cubriéndose los ojos. Se había quitado los zapatos, desabrochado totalmente la camisa y aflojado el cinturón. Ella lo observó, realmente parecía exhausto. Se acostó a su lado y él la atrapó al instante entre sus brazos oprimiéndola contra él
-¡Que bien se está así mi vida!- murmuró encantado besándola tierno en la sien
-Será mejor que te acuestes amor, pareces muy cansado
-Aún no, déjame estar así un poquito más- expuso apretujándola aún más contra él, ella sonrió complacida asiéndose tierna a su cuerpo
 -¿Qué te pasó?- indagó curiosa besándolo amorosa en su pecho al descubierto
-De verdad que fue un día horroroso, mi ángel; ayer ya se empeñaron en que durmiera allá... ¡los seis! porque ya te imaginarás de que parte se puso la traidora de Susi ¡cómo no le convenía quedarse sola!- expresó fastidiado, ella sonrió enternecida- y esta mañana ya la empezamos con una carrera al aeropuerto porque perdía el avión… Claro, se pone de parranda con mi madre y mis hermanas y después vinieron las carreras; luego resultó que el vuelo traía retraso ¡dos horas allí esperando! Al final llegué por fin a la empresa, aunque más me valió no aparecer… Como Ari es una terca y cuando se empecina en una cosa tiene que ser aunque yo me mate en explicar que no, mi padre decidió ir de nuevo a inspeccionar los terrenos; así que tuvimos que ir a las afueras después de comer… Luego la reunión, que resultó agotadora; discutimos hasta la saciedad con los propietarios…- suspiró profundamente y volvió a oprimirla contra su cuerpo- pero por fin estoy en casa, y sobre todo, a tu lado- aclaró complacido besándola tierno en la frente- ¿y tu día qué tal?- se interesó mirándola cariñoso
 -¡Ni la tercera parte de ajetreado que el tuyo!- explicó resuelta y se rieron divertidos; él volvió a cerrar los ojos- ¿Y lograsteis algo con los terrenos?
 -Sí; al final logramos llegar a acuerdo- habló más pausado, su abrazó se fue aflojando y su respiración se fue ralentizando. Carla levantó la mirada, se había quedado dormido. Intentó escapar de su abrazo despacio pero se despertó al momento- ¿A dónde vas?- preguntó sobresaltado
-Vámonos a la cama, estas agotado mi vida- él la miró pícaro
-¿Vámonos a la cama?- repitió mirándola fijamente a los ojos- ¿Eso significa que hoy me dejas quedarme a dormir y no me echarás de madrugada de tu cama como siempre?- indagó sagaz y ella rió divertida
-Sí bobo, dejo que te quedes- respondió resuelta y él sonrió complacido. Se levantó aunque sin poder disimular su cansancio y, de la mano de Carla, se dejó guiar escaleras arriba. Le echaron una visual a Paloma y se fueron a la habitación. Él así llegó, se derrumbó sobre la cama boca arriba exhalando un complacido gemido. Carla, sonriendo divertida, se fue al baño. Cuando regresó, Cris no se había movido y estaba profundamente dormido. Tanto, que ni se enteró cuando ella lo desnudó. Se acomodó a su lado, bien pegada a él, y besándolo enternecida en los labios se dispuso también a dormirse.

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