sábado, 28 de febrero de 2015


    La mañana del martes, Cris la besaba repetidamente sin querer soltarla
 -¡Cris por Dios santo, para ya!- protestó aunque sonreía feliz por su arrebatado comportamiento
-No quiero- respondió rotundo mientras continuaba, Carla rió divertida- tengo que quedarme bien satisfecho porque sabrá Dios cuando regresaréis a casa… conozco a Ari y pierde el rumbo entre trapos
-No seas bobo- repuso cariñosa, él se detuvo y, tomándole su dulce rostro entre sus manos, la miró a los ojos
-Recuérdalo, no te preocupes por nada: llevas mi tarjeta y no quiero que tengas reparos ni te sientas mal por gastar lo que quieras ¿vale?
-Cris- protestó abochornada
-Por favor mi ángel, quiero que disfrutéis tú y Paloma como nunca lo habéis hecho y que no te sientas apabullada por Ari, dame ese capricho ¿vale? Nunca te pedí nada ¿no?
-Llevas pidiendo desde que te conocí- le reprochó tierna y él rió derrotado
-Vale, me has pillado; pues entonces hazme este favor por Ari, también quiero verla feliz ¿ok?- ella sonrió conforme- así me gusta mi vida, hazme feliz; ah, y cuidado con Ari, frénala: de verdad que pierde completamente el norte y se olvida de todo, si estáis cansadas tú o Paloma avísala; tiene un gran corazón pero… referente a compras es incansable
 -Está bien, tranquilo
A las diez en punto, Ari las recogió en su precioso descapotable rojo. Se la veía ilusionada y radiante pero Carla ya se sintió cohibida solo con verla: embutida en un precioso traje azul que marcaba cada curva de su cuerpo y con unos tacones de vértigo, estaba muy elegante; sin embargo ella se había puesto unos simples vaqueros con una camisa blanca y unas zapatillas
 -¿Preparadas para un día completamente de chicas?- preguntó entusiasmada recogiendo a Paloma en brazos besándola cariñosa en la mejilla
-¡¡Siiii!!- gritó eufórica la pequeña como si entendiera que había querido decir provocando las risas divertidas de ambas
Sin embargo, se olvidó de su desazón al poco tiempo. Ari era muy divertida, cariñosa y sobre todo amable y paciente haciendo que aquella velada de compras fuera muy entretenida y para nada tan terrible como se lo quisieron hacer suponer Jacobo y Cris. Pero lo que más asombraba a Carla era que Ari le había descubierto a una nueva Paloma que desconocía completamente: parecía contagiada de la alegría y la esencia de Ari convirtiéndose en una coqueta redomada encantada en todo momento de probarse ropa, zapatos, sombreros o cualquier cosa que Ari eligiera exclamando un entusiasmado “estupendo” a cada momento
-Tía Ari ¿puedo llevarme este vestido puesto?- indagó esperanzada mirándose coqueta al espejo con un precioso vestido malva de gran lazada blanca a su espalda, sombrerito a juego y zapatos blancos de pulsera a su tobillo
-Por supuesto mi angelito
-¡¡Estupendo!!- exclamó satisfecha- ¿y este lazo para el vestido verde?- expresó mostrando una horquilla para el pelo con un gran y bonito lazo blanco
-Claro que sí, mi princesita; todo lo que gustes- respondió resuelta Ari
-¡Estupendo!- resolvió complacida, Carla con el ceño fruncido no dejaba de mirarla intrigada
 -¿Qué pasa cielito? ¿No te gusta?- indagó curiosa Ari
-¿El lazo? Sí, es muy bonito- balbuceó desconcertada
-¿Entonces?- insistió confundida
 -¿De dónde habrá sacado eso de “estupendo”? Lleva todo el fin de semana diciéndolo…- comentó descolocada, Ari rió explayada confundiéndola aún más
-¡¡De mi mamaita cielito!! ¡Lo repite también a todas horas! ¡¿No es una ricura de niña?!- expuso conmovida besando satisfecha las mejillas de Paloma que sonreía complacida- Vámonos a comer, tengo un hambre descomunal- resolvió desenfadada provocando una sonrisa divertida en Carla
 La inquietud y el nerviosismo de Carla regresó al instante que vio el restaurante elegante que Ari había elegido. Ella no iba adecuadamente vestida para aquel local... Pero todo fue tan natural, ni el metrê ni los clientes se preocuparon en absoluto de su atuendo y Ari le hizo tantas preguntas sobre su infancia que Carla contestó radiante de felicidad hablando de su hermana que pronto volvió a sentirse cómoda. Ari la escuchaba deleitada, percibiendo que quería y había estado tan unida a su hermana como ella a los suyos. También ella le contó cosas de Cris de cuando era niño. Así se enteró que, a pesar de que los cuatro se querían con pasión y se defendían siempre unos a otros como fieras, había algunos roces entre ella y Susi debido probablemente a su escasa diferencia de edad, apenas se llevaban diez meses; entonces aquella bonita armonía desaparecía y los hermanos se dividían: Claudia siempre salía a muerte en su defensa mientras que Cris sacaba los dientes por Susi formándose tremendas trifulcas
-Así que no te asustes si nos ves discutir como energúmenos; parece que nos vamos a matar, pero la sangre nunca llega al río y se nos pasa enseguida- resolvió despreocupada, Carla sonrió divertida
-¿Y tus padres?- indagó curiosa
-Mis padres nunca intervienen, se mantienen al margen como meros espectadores; a no ser que las cosas se desmadren demasiado, claro está
-¿Y de qué lado se pone el pobre Jacobo? Porque le será difícil- le preguntó divertida Carla
-Tampoco de ninguno; él pasa de entrometerse entre “esa jauría de lobos sarnosos” como él nos llama- expuso divertida y Carla soltó una divertida carcajada- ¿Acabasteis? Aún tenemos muchas cosas que hacer- resolvió jovial, ambas asintieron con la cabeza y se fueron del restaurante.
 Le tocó el turno a Carla. Ari estaba eufórica y escogía vestido tras vestido cada cuál más hermoso, obligándola a probárselos todos; pero Carla estaba muy cohibida y a todos le buscaba algún defecto, rechazando categóricamente los de espalda al aire, confundiendo a Ari que la miraba sin entender, pero gracias a Dios no hacía preguntas; al probarse el tercero y también rechazarlo, Ari ya se puso muy seria
-Vamos a ver ¿qué tiene este? ¡Te queda divino Carla, ni hecho para ti!- expuso desconcertada observándola encandilada con aquel maravilloso vestido rojo de escote en “V” que ceñía su preciosa figura
-¡Sí mama Carla, estás muy guapa!- remarcó entusiasmada la pequeña
-¡¿A qué sí, mi chiquitina?!- expresó complacida Ari besándola agradecida en las mejillas; regresó su mirada a Carla- no te entiendo Carla, tienes un cuerpo precioso ¿por qué siempre lo escondes tras esas ropas flojas?
 -Ari, ya… por favor- le murmuró sofocada
-¿Qué pasa preciosa?- indagó intrigada mirándola inquieta
 -De verdad Ari, te lo agradezco de corazón pero yo no necesito tantos vestidos; con esos dos voy más que servida
-¡Eso te crees tú! A una mujer nunca debe faltarle un elegante traje rojo en su fondo de armario; que nunca se sabe cuándo pueden invitarte a una cena importante… Hazme caso, ese también- repuso decidida
-Ari no- remarcó seria, Ari la miró desconcertada y parecía ofendida, Carla se sintió tremendamente apesadumbrada; se acercó a ella y la besó dulcemente en la mejilla- Perdóname por favor, pero… es que...- se calló avergonzada
-¿Pero es que, qué Carla?- instó intrigada
-¡¡Es muy escotado!!- susurró abochornada intentando cerrarse algo el escote y Ari sonrió enternecida
-¡Tiene razón Cris, eres un ángel apocadito!- expuso tierna pero aún sonrojó más a Carla- Y de eso nada, corazón; está perfecto: sugerente pero nada escandaloso- la miró pícara- y te aviso que a mi hermano le gustan mucho los escotes ¿eh?- expuso con malicia
-¡Ari!- exclamó abochornada sonrojándose aún más, Ari rió divertida
 -¡Señorita, este vestido a mi cuenta!- le habló resuelta a la dependienta
-No por favor Ari; ya no me dejaste pagar nada de todo lo que le has comprado a Paloma, y no me haces sentir bien…- protestó de inmediato
-Perdona, no quería hacerte sentir incómoda…- se disculpó amable- Mira ¿me harías un gran favor?- la miraba con ojos llenos de ternura.
-Claro, si está en mi mano.
-Me encantan las niñas y siempre deseé tener una sobrinita a la que consentir...- miró con pasión a Paloma- ¡¡Y Palomita me tiene enamorada!!- declaró acariciándole tierna la mejilla, la niña sonrió feliz- Por favor ¿Me dejas considerarla ya mi sobrina?- imploró esperanzada
 -Si claro, por qué no
-¡Pues ya está! Todo lo de Palomita se lo compré a “mi sobrina”… Ahora quiero regalarle algo bonito a una buena amiga, ¿puede ser?
-Mira que eres lianta- expuso derrotada y se rieron las tres
-Ahora pruébate otra vez el negro ¡es divino y te queda como un guante!- expuso palmeando sus manos entusiasmada
-¡Ari!- protestó pero no le sirvió de nada. Al final se llevó cuatro trajes preciosos con sus respectivos complementos.
 -¡¡Ah, mira; perfecto!!- explosionó entusiasmada al descubrir la zona de ropa interior
-¡Ari, eso sí que no!- murmuró Carla sonrojándose en extremo
 -¡Ay, que ricura de mujer por Dios!- la abrazó enternecida y la besó en la mejilla- ¿Quieres saber lo que más, más le gusta a Cris?- expuso pícara, Carla la miraba intrigada
-¡Yo lo sé tía Ari, yo lo sé!- respondió feliz la pequeña dando saltitos de alegría, ellas y las atentas dependientas que las atendían, la miraron intrigadas- ¡Hacerle el amor a mamá Carla!- aclaró satisfecha, Ari y todas las empleadas rompieron a reír a carcajadas
 -¡Paloma!- exclamó Carla mientras sus mejillas se enrojecían tanto que parecían iban a prenderse en cualquier instante
 -¡¿Qué?! Cris lo dijo el otro día mientras cenábamos ¿O es que ya no te acuerdas? Que le gustaba mucho leer pero lo que más, más le gustaba, era hacerte el...- insistía resuelta pero su tía le tapó rauda la boca
 -¡Cállate Pal!- clamó sobrecogida
 -Parece que a mi hermanito se le suelta mucho la lengua delante de quien no debe ¡¡Mira tú quién me llama bocazas a mí!!- se burló chistosa Ari provocando aún más risas entre las dependientas
-¡Por favor Ari!- suplicó Carla cubriéndose abochornada la cara, Ari rió explayada y la abrazó cariñosa- no te preocupes cielo, estamos entre mujeres adultas y todas sabemos lo que hay- la consoló tierna- Mira cielito, vamos a vengarnos del bochorno que te está haciendo pasar el bocazas de mi hermano; ven- y cogiéndola de la mano, apuró el paso hacia un salto de cama de encaje negro muy provocativo- ¡Perfecto! ¡Dos por favor, uno en negro y otro en rojo!- le dijo a la empleada
-¿Para la señorita y para usted?- preguntó la empleada
-¡No, son los dos para mi hermanito; se va a cagar ese bocazas!- explicó guiñándole cómplice un ojo, la dependienta rió divertida- ¡¡Ah, y aquel en blanco!!- escogió otro cuando iba en busca el pedido; Ari se volvió y escogió un conjunto de braguita y sujetador precioso pero muy provocativo- Yo conozco a mi hermano y esto... ¡le va a volver loco cuando te lo vea puesto!- expresó entusiasmada -¡Ari!- expuso azorada
 -Tienes razón cielito, el castigo tiene que ser mayor... ¡¡Cuatro conjuntos en distintos colores!!- le indicó decidida a la dependienta que reía divertida, Carla no pudo resistirse tampoco y acabó riéndose también
 -Ari, en vez de castigarlo más bien parece que le estás premiando- indicó entretenida y Ari rió feliz
-¡Uy! Creí que te estaba engañando pero ya veo que no- declaró sincera y rompieron a reír alegres, Ari la abrazó tierna- le quiero muchísimo Carla, y quiero seguir viéndolo tan feliz como desde que estás a su lado- expresó llena de amor hacia su hermano
Llegaron a casa pasadas las ocho, Cris estaba esperándolas sentado en las escaleras del porche de su casa fumándose un cigarrillo
-¡Ya era hora Ari, a donde vas no tienes vuelta!- protestó fastidiado
-Ya estamos aquí impaciente, y aquí las tienes: sanas y salvas- contestó desenfadada
 -¡Dios mío!- exclamó cogiéndole las manitas a Paloma y la examinó con los ojos muy abiertos- Pero... ¡No puede ser! ¿Eres tú mi princesita?- preguntó dudoso, la niña sonrió feliz
-Si, claro- contestó vanidosa, él la recogió en brazos
-¡No te reconocía mi ángel! ¡Estás…estás… guapísima!- exclamó haciéndose el sorprendido, ella rió presumida y se abrazó complacida a su cuello
-¡¿A que está divina Cris?! ¡¿A qué sí?!- Ari saltaba de alegría alrededor de ellos como una niña -Está impresionante… Has hecho un gran trabajo hermanita- le dijo meloso y la besó en la mejilla. Ella se quedó muy satisfecha
-Es fácil, se parece a su tía Ari: es una presumida guapísima que sabe lo que vale ¿verdad preciosa mía?- expresó deleitada y besó a la niña en las mejillas- No ocurre lo mismo con mamá Carla- reprochó tierna mirando de reojo a Carla que rió divertida- Bueno me voy- besó a Cris y a Carla, y, llena de felicidad, se dirigió al descapotable- ¡Ah, se me olvidaba! ¡Ya verás a Carla!- expresó maliciosa arrancando el coche- ¡¡Ya la verás, ya!!- se rió alegre y se alejó. Cris estrechó contra él a Carla con su brazo libre y la besó amoroso en los labios
 -¿Fue muy duro mi ángel?- preguntó compasivo
-No, que va; es muy divertida y entretenida, y muy comprensiva a pesar de lo que dijiste; realmente me lo pasé muy bien- respondió sincera sonriéndole alegre, él sonrió complacido
 -Muchas gracias cielo mío- expresó agradecido y la besó tierno en la sien
-¿Por qué?-le preguntó extrañada
-Por darle este día y dejarla hacer todo esto; hacía mucho tiempo que no la veía tan feliz- expresó tremendamente agradecido, realmente se querían con pasión.
Aquella noche se quedaron de nuevo en casa de Cris. Después de cenar y acostar a Paloma. Se sentaron en el porche como todas las noches a fumarse un cigarrillo. Carla sentada entre sus piernas, se recostaba complacida contra su pecho
-Carla…- llamó Cris al tiempo que la besaba dulcemente en la cabeza, ella elevó la cara para mirarle a los ojos- estuve pensando que... ¿por qué no os mudáis conmigo?- propuso decidido, Carla siguió mirándole sin decir nada- mi amor, creo que es una tontería mantener dos casas cuando siempre estamos en la tuya, y la verdad, ya estoy harto de huir a hurtadillas cada noche de tu cama, quiero despertar a tu lado- expresó apasionado besándola en los labios, ella sonrió encandilada- yo si lo prefieres me mudo a la tuya, sin problema, pero creo que estaríamos más cómodos aquí ya que es más grande; además, esta casa es propiedad mía y creo que sería una tremenda estupidez tenerla cerrada y nosotros pagando un alquiler ¿no lo crees tú también?- siguió intentando convencerla, ella lo miró atónita
-¡¿Ya has podido comprarte esta casa?! ¡¿Cuánto cobra un arquitecto entonces?!- exclamó asombrada, él sonrió divertido
-Más que una camarera, eso ni lo dudes- expuso guasón, ella le hizo un mohín de burla y él soltó una alegre carcajada oprimiéndola cariñoso contra su cuerpo- Pero no mi ángel, no la compré; solo me quedé con ella- respondió besándola en la frente- esta urbanización la construimos nosotros, me encanta como nos quedó y sobre todo su situación: muy cerca de la ciudad pero alejada de su insoportable ruido y ajetreo; así que escogí ésta y me la quedé- explicó desenfadado, Carla asintió conforme con la cabeza- ¿Entonces? ¿Qué me dices mi ángel? ¿Os mudáis?- instó impaciente, ella sonrió y lo besó amorosa en los labios- ¿Eso es un sí?- insistió emocionado
 -Si- exclamó feliz, ambos sonrieron dichosos y se besaron apasionados; poco a poco se fueron encendiendo y de un beso apasionado pasó a ser un beso lleno de deseo y ansía. Entraron en casa sin dejar de besarse, sus manos recorrían sus cuerpos con anhelo; Cris empezó a desabrocharle ansioso los botones de su camisa
 -Espera- dijo Carla intentando detenerlo, pero él no cedió- ¡espera Cris!- expresó más contundente, él la miró ardiente a los ojos
-¿A qué mi vida? ¡Palomita ya duerme!- exclamó impaciente
-No es eso mi amor… dame diez minutos para asearme, estoy sudada del trajín del día; además quiero enseñarte lo que Ari te compró para ti- explicó melosa acariciándole tierna la mejilla -¡¿Ahora?! Sea lo que sea, ya me lo enseñarás mañana- resolvió despreocupado, la acercó a él y siguió besándola ardiente en el cuello- y mejor nos duchamos juntos- murmuró meloso
 -No, Cris; por favor, solo diez minutos- protestó mimosa, él resopló fastidiado separándose finalmente
 -Cinco- exclamó tajante, ella sonrió complacida y, besándolo amorosa en los labios, subió las escaleras. Él volvió a resoplar vencido y se sentó en el sofá fumándose otro cigarrillo. Así lo acabó, apagó las luces, le echó un vistazo a la pequeña que estaba totalmente dormida y se dirigió a su habitación. Se quedó inmóvil con los ojos abiertos como platos cuando se encontró a Carla esperándolo al pie de la cama con un excitante negligé negro. Ella sonreía dichosa al ver su expresión de satisfacción
-¿Te gusta?- preguntó pícara, él esbozó una sonrisa complacida cerrando la puerta y se fue acercando a ella mirándola ardiente- ¿Me lo cambio y lo dejo para mañana entonces?- expresó maliciosa, él sonrió derrotado
-¡Ni hablar!- expresó radical rodeándola con sus brazos y la levantó en el aire, ella rió feliz; se atraparon las bocas y se besaron hambrientos de deseo mientras la recostaba sobre la cama. Sin quitarle el precioso negligé, sus manos acariciaban sus cuerpos con ardiente deseo mientras sus mutuas bocas parecían insaciables de saborear cada rincón de sus pieles. El placer y el anhelo por más era cada vez más intenso trastornándolos de sobremanera y rodaban impetuosos sobre la ancha cama intercambiando posiciones buscando ávidos el máximo goce mutuo. El éxtasis final fue atronador, Cris arrebatado la guiaba diestro sobre él embistiéndola casi con furia y en medio de un delirio de gemidos y jadeos que les salían al unísono de lo más hondo de sus entrañas, aún logró llevarla a otro de aquellos maravillosos clímax antes de que él también lo alcanzara. Cris la abrazó tierno contra su cuerpo y se fue recostando sobre la cama muy despacio para no perder aquella deliciosa conexión de sus cuerpos llevándosela sobre él y así amorosamente abrazados, gustosamente agotados y plenamente satisfechos, se durmieron dichosamente felices.
-¿Qué rayos le pasa a Carla, Cris?- preguntó interesada Ari al día siguiente desde el otro lado de la mesa donde comía la familia reunida como todos los días
-Que yo sepa nada ¿por qué lo dices?- respondió mirándola curioso por aquella pregunta
-Dios mío, nunca vi mujer más acomplejada con su cuerpo; y no entiendo por qué, porque tienes que verla mamaita: es tan bonita y tiene un cuerpo sinuoso y perfecto...
-Te avisé que no la apabullaras- increpó molesto Cris
 -¡¡Y no lo hice imbécil, la dejé escoger a su libre albedrío!!- exclamó rotunda mirándolo altiva- al principio...- añadió más comedida
-¡¡Ariadna!!- exclamó alarmado Cris
-Tranquilo que no la forcé a nada, solo... la empujé un poquito- explicó chistosa provocando las risas divertidas del resto, pero Cris seguía mirándola ofendido- compréndelo Cris, le ponía peros a todo: que si el escote, que si llevaba la espalda al aire, que si era demasiado ceñido...- Cris comprendió al instante que Carla seguía más traumatizada de lo que él creía por aquellos maltratos que sufriera -Déjalo Ari- murmuró abatido siguiendo con su comida, todos se miraron intrigados pero nadie dijo nada
 -Y cambiando de tema ¿No tienes nada que decirme, Cris?- requirió presuntuosa
 -¿Quién yo? No- respondió despreocupado
-¿Acaso Carla no te enseñó lo que compré pensando en ti?- indagó confundida, Cris sonrió complacido mordiéndose travieso el labio inferior recordando aquel encantador picardías sobre el excitante cuerpo de Carla
-Sí perdona, es precioso; muchas gracias hermanita- contestó agradecido guiñándole cómplice un ojo; ella sonrió feliz
-¿Y cuál estrenó?- se interesó emocionada
-Uno negro muy...- contestaba despreocupado pero de pronto la miró interesado- ¿Acaso hay más?- interrogó ávido y ella rió traviesa levantándose de la amplia mesa
-Yo me voy ya; tengo una reunión a las cuatro con unos inversores interesados en el nuevo proyecto- expuso sin contestar a su hermano que sonrió sagaz comprendiendo que sí
-Espera cuñadita que yo también me voy- anunció Jacobo besando amoroso los labios de su esposa- ¿tú vienes Cris?- indagó mientras besaba las mejillas de su hijo pequeño
-No, yo esta tarde no voy a la oficina- respondió resuelto
-¿Y eso? ¿Ha ocurrido algo?- indagó curioso su padre
 -No, tranquilo, todo está bien; solo que Carla y Palomita se vienen a vivir conmigo y quiero empezar cuanto antes con la mudanza- aclaró desenfado
 -¡¡Eso es estupendo cielo!! parece que la cosa va en serio ¿no?- repuso entusiasmada su madre posando tierna su mano sobre la de Cris, él sonrió feliz
-Y tan en serio mamaita; así encuentre la ocasión, le propondré casarnos cuanto antes- declaró dichoso besando cariñoso la mano de su madre y la noticia calló como una bomba en la familia: sus hermanas empezaron a gritar eufóricas mientras su madre lo besaba arrebatadamente feliz en las mejillas provocando las risas divertidas de los tres hombres
-Pero supongo que tendremos oportunidad de conocerla antes ¿no?- expuso esperanzado su padre -Claro papá, y ya estuve pensando en ello; estuve hablando con Susi y regresa para la semana, podríamos preparar una cena para recibirla y con esa excusa traerlas- propuso animado
 -¡¡Estupendo hijo, muy buena idea!!- exclamó feliz su madre, él sonrió complacido
-Pues ahora que vais a vivir juntos, ten un poquito más de cuidado con esta boquita, hermanito- comentó burlona Ari besándolo cariñosa en la mejilla, él la miró enredado- no es que me importe, pero realmente, enterarme de que lo que más te gusta en este mundo es hacerle el amor a Carla no era una de mis prioridades de esta vida, la verdad- declaró resuelta, todos rompieron a reír divertidos mientras él la miraba atónito
-¿De dónde sacaste eso?- preguntó pasmado
-¿Acaso no se lo dijiste el otro día durante la cena?- le recordó mirándolo ladina
-¡¡Palomita!!- exclamó abriendo sobrecogido los ojos y las carcajadas fueron en aumento
 -Pues sepa usted caballero, que lo sé yo... ¡¡y todas las empleadas y clientas que estaban ayer en la boutique!! y no te quiero ni contar la cara de Carla, aquello era un poema ¡¡no sabía dónde meterse la pobrecilla!!- siguió explicando desenvuelta, Cris se cubrió arrepentido la cara imaginándose a la pobre Carla pasando por aquel terrible bochorno con lo cohibida que era; ahora las carcajadas eran de órdago.

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