martes, 24 de marzo de 2015


     Abrazados el uno al otro, se mantuvieron callados un buen rato solo deleitándose en donarse caricias llenas de ternura en sus cuerpos. Él le besó dulcemente en el pelo y ella le correspondió con uno en su pecho.
-¿Cómo te encuentras mi amor?- le murmuró meloso, ella lo miró a los ojos
 -En la gloria- respondió sonriéndole llena de felicidad, él sonrió plenamente dichoso- sabía que sería maravilloso, que tú lo harías maravilloso- declaró apasionada y se besaron mansamente pero con una pasión infinita al tiempo que él la oprimía amorosamente contra él. Hugo se retiró levemente y la miró intensamente a los ojos con aquellos penetrantes ojos negros tan hermosos que poseía
-Te quiero Paloma, no sabes cuánto te quiero- declaró apasionadamente sincero, ella sonrió dulcemente
-Lo sé, lo vi en tus ojos mientras sufrías por miedo a hacerme daño- aclaró complacidamente deleitada; él sonrió feliz y atrapó de nuevo aquella deliciosa y perfecta boca que no se cansaba de saborear fundiéndose en un cautivador beso lleno de delirante pasión convirtiéndolo en una entrega total de todo lo que sentían y no podían explicar con palabras. Hugo volvió a cubrirla con su cuerpo y empezó a caminar con sus labios tiernamente por aquel hermoso rostro que lo tenía completamente enamorado, recorrió su cuello bajando lentamente por su hombro y regresando de nuevo al nacimiento de su cuello, luego descendió por su escote volviéndose aquellos dulces roces de sus labios cada vez en más ardientes provocando ya en Paloma suspiros de delirante placer y llegó a sus pechos. Enredó tierno pero diligente en ellos hasta que los suspiros de Paloma fueron profundizándose y sintió en su boca como aquellos preciosos pechos se endurecían de deseo excitándolo de nuevo. Siguió su recorrido por aquel cuerpo sinuoso deteniéndose brevemente en su vientre en donde se recreó besándolo sensualmente alrededor de su ombligo y continuó camino por los muslos de Paloma mientras le retiraba muy despacio las medias que aún llevaba puestas; regresó saboreando la dulce piel interna de aquellos prietos muslos hasta llegar a su sexo y hundió gustoso su boca en él provocando que Paloma exhalara un gemido de plena complacencia. Hábilmente con su lengua,volvió a llevarla con destreza a un orgasmo fantástico que la hizo gemir de completo gozo. Hugo se arrodilló en la cama y, elevándola levemente de las caderas, la penetró sin demora profunda y totalmente emitiendo ambos casi al tiempo un complaciente gemido placer. Sujetándola por las caderas, la embistió una y otra vez de manera precisa mientras la observaba deleitado como iba enloqueciendo de placer; cuando sus gemidos se volvieron ambiciosos y movía sus caderas deseosa más, se recostó sobre ella y, de un ágil movimiento, se volteó raudo llevándosela sobre él; ella rió sorprendida de su mañosa hazaña contagiándolo y, riéndose alegres, se besaron complacidos mientras Paloma movía levemente sus caderas ensamblada en él. Retiró su boca de la de Hugo y, sin parar en aquel insinuante baile de sus caderas, comenzó a hacer lo que él había hecho hacía escasos segundos: recorrió mimosa su atractivo rostro y su largo cuello; acariciando ardiente con sus manos sus hombros y su fornidos brazos, continuó su recorrido con sus labios por su velludo pecho, su compacto vientre... y Hugo exhalaba gustosos gemidos de placer a cada contacto de sus labios en su piel. Se desmontó despacio de su pene y siguió bajando con su ardiente boca hasta atrapar con ella aquel grueso e imponente miembro y Hugo emitió un profundo y complacido gemido al sentir su pene dentro de aquella maravillosa boca. Paloma jugó gustosa con él hasta que las caderas de Hugo comenzaron a apresurar la penetración en su boca mientras emitía ya apremiantes gemidos; se detuvo y se volvió a insertar con precisión en él hundiéndolo totalmente dentro de ella provocando que Hugo emitiera un leve pero intenso gemido de inmenso placer. Hugo abrió los ojos y, mirándose con gran amor y sonriéndose plenos de dicha, Paloma empezó a moverse armoniosamente oscilando aquel hermoso cuerpo ensamblado en aquel maravilloso falo mientras él recorría con sus manos en una tierna caricia sus caderas subiendo despacio por sus costados y regresando a las caderas
-Eres preciosa mi muñequita y me tienes completamente loco- expuso repleto de amor. Ella le sonrió con aquella hermosa sonrisa que lo hechizaba y se fundieron en un apasionado y ardiente beso. Sin soltar aquella deliciosa boca, Hugo se incorporó quedando sentado sobre la cama y empezó a llevarla más preciso por las caderas; Paloma empezó a gemir ya más arrebatada mientras movía más impaciente las caderas acrecentando sus embestidas, Hugo atrapó con su boca uno de sus pechos sin dejar de guiarla preciso por las caderas y ella acarició su nuca aprisionándolo complacida contra él aumentando sus gemidos hasta ser ambiciosamente delirantes. Entonces él empezó a guiarla más impetuoso sobre su miembro hasta que logró que aquel inmenso placer que abarrotaba las entrañas de Paloma explosionara furioso invadiéndola por completo de manera extraordinaria arrancándole gemidos que le salía desde lo más profundo de su ser. Oír aquellos maravillosos gemidos que a Hugo le sonaban a pura gloria y aquel palpitante cuerpo estremeciéndose de placer entre sus brazos, lo enloqueció disparándolo sin remedio también al final. Sujetó con firmeza las caderas de Paloma y la guió frenético sobre su pene arrastrándola a ella a otra inclemente carga de placer en sus entrañas que luchaba por explosionar furioso. Aferrándose rabiosos uno al otro en una arrebatada locura mientras emitían gemidos de ansiosa ambición, traspasaron aquel delirante umbral estallando furioso en sus adentros toda aquella magnitud que les recorrió implacable por cada recodo de sus cuerpos dejándolos maravillosamente extasiados fundidos en un vigoroso abrazo. Se quedaron muy quietos y en silencio; en la habitación solo se oían la suave música acompañada de sus respiraciones agitadas y, si se ponía un poco de atención, hasta se podía oír sus corazones desbocados. Paloma, completamente extenuada, apoyó su cabeza sobre el hombro de Hugo y su agitada respiración rozaba su cuello haciendo que la piel de Hugo se erizara gustosa. Él, al cabo de un rato, relajó un poco aquella férrea opresión del cuerpo de Paloma contra él y ella suspiró profundamente
-Yo también te quiero Hugo- le murmuró candorosa besándolo en el cuello y él sonrió pleno de dicha. La besó amoroso en la sien y, apoyando tierno su mejilla sobre la de ella, volvieron a quedarse callados mientras él le acariciaba suavemente la espalda. Hugo percibió que la respiración de Paloma se ralentizaba sobre su cuello- Ey mi chiquita, no te vayas a dormir que tenemos que irnos ¿eh?- la previno cariñoso
 -¿Ya? ¡Jo, un poquito más mi amor; que estoy muy bien así!- protestó mimosa oprimiéndose más a él, Hugo rió seducido y la besó de nuevo cariñoso en la sien y se quedaron de nuevo callados dulcemente ensamblados aún. El teléfono de Hugo los sobresaltó. Hugo recogió sin soltar a Paloma de entre sus brazos su chaqueta del suelo y buscó su teléfono en el bolsillo interior
-¡Es Javi!- exclamó alertado y ambos se quedaron mirándose inquietos mientras él contestaba a la llamada- ¿Pasó algo Javi?- preguntó impaciente tan solo descolgar
-No, no pasó nada... ¿Dónde estás?- inquirió interesado Javier
 -¿Por qué? ¡¿No jodas que ya son las cinco?!- expresó asustado, Paloma abrió atónita los ojos
-No, aún falta algo más de un cuarto de hora, tranquilo; pero ¿dónde andas?- insistió tercamente -¿Por qué?- volvió a preguntar evitando contestar
 -Porque, tío… ¿puedes tardar quince minutos más?- su voz sonaba demandante, llena de ansía. Más calmado, Hugo percibió su respiración agitada e impaciente y rió divertido, Paloma lo miró extrañada
-Sí claro, sin problema; pero respira hermanito que te me ahogas- se burló socarrón pero él no contestó- ¿Te llegan esos quince minutos o necesitarás más?- siguió burlándose
-Bueno…si puedes no ser tan puntual como habitúas y nos recoges directos en casa de Patri…- propuso pícaro, Hugo soltó una divertida carcajada
-¡Que morro le echas, tío!- exclamó riéndose recreado- está bien, os recogemos ahí dentro de media hora ¿vale? aprovéchala bien hermanito…- expuso guasón y colgó; volvió a reírse explayado
 -¿Qué pasa?- preguntó curiosa Paloma y él se tiró de espaldas sobre la cama sin dejar de reír, llevándola entre sus brazos acostándola sobre él
 -Parece ser que no somos los únicos que hicimos una fiestita privada, cielo mío- aclaró socarrón besándola tierno en los labios, ella sonrió divertida- pero ellos están en casa de Patri.
 -¡¡En casa de Patri!!- exclamó abriendo mucho los ojos y se rieron alegres; Hugo la volvió a besar amoroso en los labios- Venga mi muñequita, vamos a ducharnos que nosotros aún tenemos que llegar a la ciudad- aclaró decidido y se puso en pie recogiéndola tiernamente en brazos, ella sujetó su nuca y atrapó su boca entregándole un amor inmenso
-Si pudiera demostrarte cuanto te amo…- le susurró llena de pasión sobre los labios, él la miró extasiado
-Ya lo has hecho, mi vida; tú también ya lo has hecho- declaró lleno de pasión y se besaron deleitados mientras se dirigían al baño. Ella se recogió el pelo mientras él abría el grifo y se metieron debajo de la ducha
-No me mojes la cara que solo tengo maquillaje para retocarme- previno coqueta y él rió divertido mirándola embelesado
 -Mi ratita presumida- murmuró meloso besándola en los labios mientras descolgaba obediente la ducha para que ella no se mojara el rostro. Se enjabonaron mutuamente entre mimosas caricias y leves besos pero cargados de pasión. Hugo recogió la alcachofa de la ducha con su mano mientras con la otra empezó a acariciar suavemente todo el cuerpo de Paloma retirándole el jabón; ella se recostó contra su cuerpo complacida con las delicadas pero insinuantes caricias que él le proporcionaba y se besaron deleitados saboreándose gustosos y sin prisas. Pero pronto prendieron como hojarasca seca en un día de verano y ya sus bocas se devoraban ambiciosas de nuevo; él la elevó apoyándola contra la pared y la penetró poderosamente al tiempo que ella rodeó sus caderas con sus piernas empujándolo impetuosa dentro de ella. La embestía una y otra vez enérgico mientras se comían las bocas alocadamente. Fue impulsivo, frenético, casi salvaje; pero tan arrebatadamente delirante y apoteósico como lo habían sido los otros. Mirándose extasiados se rieron felices, habían alcanzado el paraíso y estaban pletóricos. Salieron de la ducha y se secaron mimosos el uno al otro sin poder separar sus bocas que se buscaban golosas. Tampoco Hugo la dejó tranquila mientras se retocaba el maquillaje, la besaba juguetón en el cuello mientras ella hacia leves protestas mimosas y se reían alegres.
Al fin regresaron a la ciudad, Hugo llevó todo el camino sujeta amorosamente la mano de Paloma y se regalaban melosos besos en los labios de vez en cuando mientras sus ojos mostraban un amor inmenso cada vez que se miraban. Detuvo el coche delante de la casa de Patri, no se veía a Javi ni a Patri por ningún lado; Hugo examinó el reloj de su móvil: las cinco y treinta y siete.
 -Yo seré demasiado puntual, pero este lleva el reloj de adorno- protestó fastidiado y Paloma lo miró dulcemente con sus preciosos ojos grises mostrando una sonrisa compasiva que aun hizo mas hermoso su rostro; él la atrajo a su boca tomándola por la nuca y se volvieron a besar entregándose todo aquel enorme amor que sentían y no se cansaban de demostrar- ¡¡Dios ¿qué me has hecho mi cielo? ¡¡Ya estoy deseándote de nuevo mi chiquita preciosa!!- murmuró excitado sobre los labios de Paloma y ella rió deleitada, siguieron besándose ardientes. No oyeron llegar a la otra pareja, solo cuando Javi cerró la puerta de atrás ya metidos dentro del coche, reaccionaron y los miraron intrigados. Se les veía radiantes, los ojos brillantes de la pasión y aún sofocados; Javi sujetaba tierno entre las suyas la mano de Patri que estaba preciosa con aquel bonito y ardiente rubor en las mejillas. -¿Todo bien?- indagó Hugo mirando animado a su hermano y él asintió con la cabeza mostrando una sonrisa plenamente satisfecha; Hugo y Paloma se miraron pícaros y, sonriéndose complacidos, se fueron a casa.
Las dejaron en la casona, Hugo y Paloma se miraban ardientes mordiéndose deseosos el labio inferior mientras Javi se despedía con un apasionado beso de Patri, pasó al asiento delantero y Hugo condujo el todo terreno de regreso a su casa dejándolo aparcado delante de la puerta principal en vez de meterlo en el garaje. No se apearon, Hugo se reclinó en su asiento como estaba Javi y cerró los ojos rememorando deleitado el maravilloso momento que acababan de disfrutar; fuera hermoso y totalmente increíble. Distraídamente se acariciaba los labios, aún podía percibir el dulce sabor de la tersa piel de Paloma en ellos mientras su mente solo podía recordar el hermoso rostro de Paloma aún más bello si cabía iluminado de pasión disfrutando gozosa...
-Tío, que noche tan genial; valió la pena esperar, Patri es maravillosa...- expuso embelesado su hermano a su lado, él sonrió complacido sin abrir los ojos: Paloma sí que era maravillosa...- como se mueve la muy cabrita ¡Claro, así la primera vez fue una chapuza! Entre que ya me tenía loco de esperar, después tanto baile y tanto refriegue, el precalentamiento bien a fondo porque era su primera vez... no pude aguantarlo y me disparé antes de tiempo sin poder remediarlo- comentó fastidiado, Hugo sonrió suavemente abriendo un solo ojo y lo miró de soslayo
-Cuando sea así, hazte una paja antes bobo; si vas demasiado apurado, te dispararás irremediablemente- aclaró sereno
-¿Eso haces tú?- indagó mirándolo interesado
-Eso hacemos todos idiota, cae de cajón- respondió cerrando los ojos de nuevo
 -Pero es tan fogosa que me vuelve loco y la siguiente salió espectacular… menos mal que había metido en la billetera dos más por si acaso... ¡¡y buena falta me hicieron!!- añadió riéndose pícaro; al oír aquel comentario, Hugo abrió los ojos de repente
-¡Santo Dios ¿seré gilipollas?!- exclamó de pronto sorprendiendo a su hermano- ¡¡Mierda… joder!!- bramó furioso descargando un potente golpe con su mano en el volante pasmando a Javi que lo observó desconcertado
-¿Qué coño te pasa tío?- indagó apabullado por la explosión de su hermano que se golpeaba la cabeza contra el reposa cabezas mientras seguía soltando injurias
-¡Que yo no los usé Javi!- expuso abatido mirando angustiado a su hermano que lo miraba sin comprender
-¿Lo qué?- preguntó inocente
-¡¡Los condones Javi ¿qué va a ser?!! ¡¿La crema hidratante de mamá?!- increpó furioso pero su hermano lo miró atónito
-¡¿Por fin te decidiste y lo habéis hecho tú y Paloma?!- exclamó pasmado- ¡¡La Virgen, ahora sí que se puede liar parda!!- murmuró desencajado
 -¡Gracias hombre ¿por qué no te vas un poquito a la mierda?!- exclamó fastidiado por su comentario y salió del vehículo dando un potente portazo dejando a su hermano boquiabierto mirándolo desparecer dentro de la casa
Aquella hermosa noche que había comenzado tan maravillosa, se convirtió en tortuosa y desesperante. Acostado en su cama, su cabeza no dejaba de dar vueltas no permitiéndole dormirse y empezaba a angustiarse; se repetía una y otra vez que no iba a pasar nada, no tenía por qué pasar nada… sería muchísima casualidad que su primera vez y ya fuera tan preciso, ¿cuántas parejas lo intentaban miles de veces sin resultado? ¿ellos iban a tener tan mala suerte de ser a la primera? No que va... Y una vocecilla en su cabeza le respondía: la primera puede que no, pero ¿y la segunda, o la tercera...? ¡¡Dios, tío Cris me mata!! ¡¡O peor, no me vuelve a dirigir la palabra en la vida!! y la angustia iba en aumento... Se sentó al borde de la cama y hundió nervioso sus manos en su pelo mesándoselo inquieto
-Vamos a ver Hugo, cálmate y pensemos con serenidad joder...- se dijo en voz alta tomando aire profundamente- nunca has hablado sobre el tema de anticonceptivos con Paloma y ella tampoco te recordó ponerlo, estaba muy tranquila referente a ese tema; quien te dice que no esté tomando ya la píldora, se lleva a partir piñón con tía Ari y esa mujer está de vuelta y media en todo ésto… sí, claro, puede ser- ya más calmado, se tiró de espaldas sobre la cama- además te dijo que “estaba preparada” puede ser que se refiriera a eso Hugo… así que no te empieces a angustiar antes de saber...- y, agotado, se durmió en seguida.
Otra fuerte discusión de sus padres lo despertó. Costándole horrores abrir los ojos, examinó el reloj de su móvil, ya eran casi las doce y media pero apenas había podido dormir cuatro horas... medio adormilado salió al pasillo, los gritos provenían de la cocina esta vez, bajó las escaleras encontrándose a Óscar sentado en la sala ante el televisor aunque el pobre observaba asustado la puerta de la cocina pertrechado tras el respaldo del sofá asustado por las gritos de sus padres. Sus ojos azules lo miraron amedrentados al aparecer en la sala, nunca en sus vidas los oyeran discutir y mucho menos de aquella manera: su padre gritaba enfurecido a Claudia que aquello se había terminado y ella con voz entrecortada le pedía por favor que recapacitara... Hugo sonrió a su hermano pequeño intentando calmarlo y le revolvió el pelo en señal de tranquilidad, entró en la cocina y sus padres callaron al instante mirándolo desencajados
-¿Se puede saber que os pasa últimamente que no dejáis de discutir?- indagó directo mirándolos intrigado, su madre bajó la mirada apesadumbrada inquietándolo
 -¿Tú qué crees?- respondió sarcástico su padre, él lo miró confundido
-Ahora no Jacobo, por favor déjalo estar- rogó inquieta Claudia, Hugo observó a su padre que lo miraba enfurecido
-Pero ¿Qué es lo que os pasa? ¿Acaso tenéis algún problema?- insistió preocupado
-¡¡Sí, uno; y es el de siempre: tú, atolondrado!!- bramó furioso su padre desconcertándolo
-¡De qué estás hablando?- expresó sin comprender
-¡¿Te has parado a pensar en lo que estás haciendo?! ¡¡Respeta a esta familia al menos Hugo!! ¡¡Vas a destruirla con tus insensateces!!
-¡¿Quién yo?!- exclamó atónito
-¡¡Claro que tú!! ¡Eres un irresponsable! ¡Un insensato!- le gritó furioso
-Jacobo, por favor… ahora no, estamos a punto de irnos a la casona...- intentó aplacarlo Claudia -Vale… ¿sabes qué te repites verdad? eso ya me lo llamaste no hace mucho- repuso despreciativo -¡¡Y aún tiene los santos cojones de replicar!!- bramó enfurecido hacia su mujer que lo miraba inquieta
-¿Qué coño pasa? Menudo día escogisteis para discutir ya de buena mañana…- protestó fastidiado Javi apareciendo también en la cocina frotándose desganado los ojos
-Pregúntaselo a tu padre porque yo no entiendo nada… solo que, como siempre y para no variar, es culpa mía- expuso Hugo serenamente
 -¡¡Mira niñato!!- habló duramente su padre sujetándolo del brazo fuertemente- ¡¡Lo que estás haciendo es una auténtica barbaridad ¿me oyes?!!
-¡¡Si oír te oigo perfectamente!! ¡¡Yo y todos en kilómetros a la redonda!! ¡¡Pero no te entiendo joder!!- bramó ya irritado
-¡¡Deja de querer enredar a Paloma con tus jueguecitos de una puta vez!!- expuso contundente zarandeándolo por el brazo, Javi quedó sin respiración al oír a su padre
-Acabáramos- murmuró Hugo
 -¡¡Ella no puede ser una más de esas conquistas tuyas que usas y tiras como un clínex usado Hugo!! ¡¡Es tu prima!! ¡¡Tú prima joder, pero tú no respetas nada ni nadie ¿verdad?!!- siguió exponiendo alterado su padre
-Eso no es así, ella realmente no es nada mío- se defendió intentando mantener la calma para poder explicarse pero aquello sonó aún peor a lo que intentaba decir
-¡¡Serás cabrón, desgraciado…!!- bramó furioso su padre mirándolo colérico- ¡¡Cómo si lo fuera Hugo!! ¡¡Os criasteis juntos y la pobrecilla tendrá que seguir conviviendo contigo y mirándote esa cara de sinvergüenza cuando le des la patada!!
 -No quise decir eso papá; escúchame: te estás equivocando de pleno… porque yo a Paloma…
 -¡¡Y es aún una niña Hugo, impresionable e inocente; y tú un mujeriego con ya demasiadas tablas encima tuya con tus solo 18 años!!- lo interrumpió sin dejar que se explicara
-¡Déjame explicarte papá! ¡No es ningún juego, yo a Paloma...!- elevó encendido su voz para hacerse oír pero no había manera
-¡¿Cuánto te va a durar el calentón esta vez Hugo?! ¡¿Un par de días como con muchas?! ¡¿Una semana si se te pone difícil?! ¡¿O un mes por ser Paloma?!- gritó fuera de sí zarandeándolo de nuevo por el brazo- ¡¿Y después qué?! ¡¡Aún no tiene ni los 17, es aún una niña que no tiene las ideas claras y vas a hacerle mucho daño Hugo!!
-¡¿Por qué no escuchas tú por una vez para variar, papá?! ¡¡Para mí Paloma no es un juego más!! ¡¡Y ya no es tan niña joder!!- increpó furioso soltándose de un potente tirón de su amarre, su padre abrió sobrecogido los ojos mirándolo aterrado
 -¡¿Qué has hecho ya maldito desgraciado degenerado?!- solo pudo susurrar, como si le faltara la voz de la impresión
-¡¡Yo nada, no seas imbécil!!- respondió tajante pero evitando mirarle a los ojos; pero de inmediato volvió a clavárselos fijamente a los suyos- ¡¡No entiendes nada ni quieres escuchar ¿verdad?!! No es ninguna tontería ni un simple romance, papá… ¡¡Estoy enamorado de verdad de ella y ella tiene las ideas muy claras con respecto a mí!!- aclaró decidido
-¡¡Ya ¿Enamorado cómo de la última, no?!! ¡¿O la anterior, Hugo?! ¡¿O la de antes?!- le reprochó despreciativo
 -¡¡No!! Amo a Paloma papá- declaró contundente y totalmente sincero dejándolos impactados- la amo de verdad, la amo con todo mi ser, la amo tanto que hasta me duele… y no voy a dejarla te pongas como te pongas- expuso rotundo
-Hugo hijo…- murmuró conmovida su madre
 -¡¡Esto se acaba ya ¿me oyes?!! ¡¡Hoy mismo!! ¡¡Antes de que vaya a mayores!!- impuso rotundo su padre
-¡¡NO!!- gritó categórico- ¡¿Tú no escuchas o qué?! ¡¡Amo a Paloma y no voy a dejarla!! - elevó tajante la voz
 -¡¡Ve a preparar tus maletas, te largas ahora mismo!!- expuso imperativo su padre señalando las escaleras que llevaban al piso superior, todos callaron mirándolo atónitos -¡Jacobo!- murmuró abrumada Claudia
-¡¿Me estás echando de casa?!- preguntó aturdido Hugo mirándolo pasmado
 -¡¡No, claro que no!! ¡¿Cómo se te ocurre tal cosa por Dios santo?!- respondió también desconcertado por haber sido malinterpretado- Pero te largas ahora mismo a la capital; buscarás vivienda tranquilamente y prepararás tu solicitud de ingreso…
-No me voy a ir; ya elegí universidad y me quedo en la ciudad- respondió tajante
-¡¡Ah, de eso nada muchachito!! ¡¡Tú te vas, claro que te vas!! ¡¡Te vas ahora mismo por mis santos cojones!!- recalcó imperativo tomándole del brazo de nuevo e intentando llevárselo a su dormitorio -¡¡He dicho que no!!- dijo rotundo soltándose de un potente tirón- y si me voy… ella se vendrá conmigo- habló claro y decidido, ambos se quedaron mirando desafiantes a los ojos
-Se lo contaré todo a tu tío, él me ayudará a ponerle fin a toda esta estúpida insensatez- amenazó contundente su padre
 -¡¡Cuéntaselo a quien te salga de los huevos!! ¡¿Acaso crees que me importa?!- respondió agriamente enfrentándolo con la mirada- pero eso sí, pon mucha atención y escúchame muy bien: si intentas alejarme de ella, me la llevaré conmigo y no volverás a vernos el pelo a ninguno de los dos ¿está claro?- remarcó rotundamente decidido y dando media vuelta se subió a su cuarto dejándolos mudos. Se miraron unos a otros sin saber que decir. Óscar los observaba medio oculto por el quicio de la puerta.
-¿Se va a ir Hugo de casa?- se atrevió a preguntar acongojado
-¡¡Tú cállate y sube a tu cuarto!!- gritó encolerizado su padre sobresaltando al pobre muchacho -¡Jacobo!- le amonestó rotunda Claudia y él la miró enfurecido
 -Vamos enano, preparémonos que se hace tarde- habló cariñoso Javier pasándole compasivo el brazo por los hombros a su hermano pequeño llevándoselo de la cocina.
Acudieron a la casona a comer como todos los días y cada domingo. El resto de la familia ya estaba en la cocina preparándolo todo para sentarse a comer. Solo faltaban las muchachas y tía Ari, pero en ella ya era normal.
 Entraron juntos los cinco, Óscar corrió al encuentro de su prima Alex después de saludar a sus abuelos mientras el resto intentó disimular el disgusto que traían y poder pasar un día tranquilo en familia; aunque fue inútil ya que todos se dieron cuenta al instante de que algo había ocurrido de nuevo entre Hugo y su padre por sus caras serias y las miradas incisivas que se cruzaban. Además, el rostro triste de Claudia aunque intentaba sonreír amena y el silencio absoluto que mantenía el parrandero de Javi, les decían que había sido algo muy serio de esta vez.
 -¡¡Buff, tormenta a la vista!! ¡¡Y parece que esta vez con vendaval!!- bromeó chispeante Susi sentada en el regazo de su padre revisando juntos el periódico
-Cállate Su- le recomendó cariñoso pero rotundo su padre
-Regresasteis demasiado tarde anoche ¿no?- protestó molesto tío Cris
 -Era una noche especial para los muchachos, no seas toca huevos hombre ¿ya no te acuerdas de la tuya o qué viejales?- le reclamó chistosa tía Susi y todos rieron explayados
-¡Buenos días a todos! ¿No hace un día maravilloso?- expuso alegre tía Ari entrando en la cocina con la jovialidad que le caracterizaba- ¡Ey, ya hay quien llega más tarde que yo ¿eh?!- añadió guasona revolviéndole el pelo cariñosamente a Hugo que le sonrió ameno
-¿Nos espías o qué? ¿No nos serás de esas viejas cotillas que vigilan entre visillos?- bromeó tierno Hugo provocando las risas de todos de nuevo
-¡Oye, niño!- protestó divertida dándole una dulce colleja y él rió entretenido- Berto y yo acabábamos de llegar y aún estábamos entrando en casa, por eso os vi- explicó despreocupada
-Berto de nuevo ¿eh hermanita? Ese chico se está repitiendo demasiado ¿no?- se burló socarrón Cris y Susi soltó una risotada jocosa, ella les hizo una mueca burlona
-Vamos al tema que nos importa ¿lo pasasteis bien mis amores?- cambió de conversación animada besando a sus sobrinos en las mejillas
-De puta madre tía Ari- contestó pletórico Javi
-¡¡Niño, esa lengua!!- regañó la abuela y él se sonrojó, todos volvieron a reírse
-Buenos días- expuso entrando Paloma y Patri, a Hugo se le olvidó todo al instante así la vio; estaba preciosa, más que nunca, se podría decir que estaba radiante; a pesar de las leves ojeras debajo de sus lindos ojos por no haber dormido lo suficiente, sus ojos brillaban de una manera asombrosa y su rostro parecía resplandecer aquella mañana. Hugo se estremeció levemente de gusto recordando todo lo que habían vivido apenas hacía unas horas y que había sido tan maravilloso; se miraron con ojos chispeantes y se sonrieron dulcemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario