martes, 17 de marzo de 2015


    El sábado los acercaba tía Ari a la ciudad, Javi y Hugo estaban en la sala con el resto de la familia esperando a que Paloma acabara de arreglarse Apareció por fin y resplandeciente vestida con unos vaqueros muy ajustados a su cuerpo sinuoso y un top rojo de una sola manga muy ceñido a sus perfectos pechos. Remataban el conjunto unas botas de tacón negras que le cubrían hasta encima de la rodilla y su pelo suelto, vaporoso. Hugo quedó extasiado al verla.
-¡Wow!- soltó impresionado Jacobo al verla sonriendo cariñoso, ella le dedicó una de aquellas preciosas sonrisas suyas de agradecimiento
-¡Ey, princesita ¿Vas al cine o armar guerra?!- le preguntó sarcástico Cris
 -¡A armar guerra papaito!- bromeó ella guiñándole picarona un ojo
 -¿A qué no vas cielito?- le respondió entre dientes su padre forzando una sonrisa, pero ella se le echó al cuello y le dio dos sonoros besos en las mejillas.
-Mi papaíto guapo, si sabes que tú eres el único hombre al que quiero en mi vida… por ahora- expuso melosa. Él le sonrió rendido sin haber empezado la batalla siquiera.
-¡Bueno, vámonos; que yo llego tarde a mi cita!- resolvió tía Ari levantándose del sofá y ellos la imitaron
-A la una en el parque, ser puntuales- avisó Cris
 -¿Y papaíto, no podría ser a la…?- intentó Paloma persuadirlo pero la mirada intensa que su padre le clavó lo decía todo, sonrió alegre- ¡¡A la una es una hora perfecta!!- resolvió resuelta besándolo nuevamente en la mejilla y se fueron los cuatro
 -¡Que suerte hemos tenido al tener solo niños, mi vida; yo no me quedaría tranquilo si veo a mi princesita salir así a la calle con la de hienas que hay por ahí sueltas!- expuso burlón Jacobo besando amoroso los labios de su esposa
 -¡Tú no piques… ¿vale?!- le amenazó chistoso Cris y todos rieron divertidos
Ari los dejó delante del portal de Patri donde la muchacha ya los estaba esperando y fueron dando un paseo hasta el cine, charlaban animados riéndose alegres. Ya en la puerta, ellos se adelantaron a comprar las entradas quedándose ellas cogiendo sitio en la fila que ya había para entrar.
Paloma observaba disimuladamente a Hugo que estaba guapísimo aquella tarde. Sorprendemente, hoy no llevaba una sus eternas camisetas sino una camisa verde agua por fuera de sus vaqueros gastados. Su suave y brillante pelo se mecía suavemente por la brisa y… ¡se había afeitado! Se sorprendió al descubrirlo
 -¡Que guapo está hoy tu primo!- le susurró entusiasmada Patri
-A que sí...- murmuró extasiada, pero al instante reaccionó y miró a su amiga- ¡¿Cuál?!- se alarmó -¿Cuál va a ser Paloma?… ¡Javi! ¿Acaso pensaste que hablaba de Hugo?- se rió divertida- ¡Chica Palomita! ¡Sí, es guapísimo! ¡Está para mojar pan… pero es mayor, amiga mía!- indicó resuelta riéndose amena, Paloma la miró confusa y ella rió divertida- ¡Ay, amiguita, te tenía por mas lista! Los chicos mayores no se fijan en niñatas de 16 como nosotras, ellos van a por las universitarias que ya están de vuelta de todo- expuso despreocupada dejando abatida a su amiga. Patri tenía razón, a pesar de que solo le quedaba un mes para cumplir los 17, Hugo ya tenía los dieciocho y acudía con sus amigos a muchas fiestas de universitarios a las que solían invitarlo donde, según se oía por el instituto, había alcohol, a veces drogas y, sobretodo… sexo, que era lo que a los chicos más les interesaba.
Entraron al cine y se sentaron dejando a las chicas en medio, quedando Paloma junto a Hugo. Comenzó la película, pero Paloma no podía quitarse el comentario de Patri de la cabeza. Llamó a Hugo con un gesto, él se agachó levemente y puso su rostro cerca de ella
-¿Alguna vez has bebido alcohol Hugo?- él frunció confundido el ceño
-¿A qué viene eso ahora?- preguntó descolocado, ella movió los hombros despreocupada- Anda, atiende a la película- se sonrió divertido y volvió a su posición mirando la película. Ella le sujetó de la camisa y tiró suavemente para acercarlo
 -¿Y drogas? ¿Has probado alguna vez las drogas?- interrogó curiosa, él sonrió recreado
 -¡Por favor Paloma! ¿Me vas a someter al tercer grado en este momento?- bromeó guasón pero ella lo miraba fijamente, entonces él se puso serio, como si se hubiera enfadado de pronto- No, dile a mi madre que nunca tomé drogas y quitando alguna cerveza, tampoco bebo ¿Me dejas ver ahora la película en paz?- respondió hiriente y volvió de nuevo a su posición. Paloma quedó atónita, creía que tía Claudia la había mandado averiguar…
 Hugo se sentía ofendido, que precisamente ella se dejara embaucar en ese juego de su madre le dolía mucho… Se sentía furioso y decidió salir a tomar el aire. Se inclinó para comentarle a Paloma que salía un momento e, inesperadamente, ella también se volvió hacia él para explicarle que su tía Claudia no le había dicho nada; de pronto ambos se encontraron frente a frente con sus labios rozándose ligeramente. Se quedaron inmóviles, paralizados de la impresión, y sus corazones empezaron a latir desbocados. Se miraron a los ojos y Hugo percibió un extraño brillo en aquellos preciosos ojos grises que lo sorprendió; frunció confuso el ceño intensificando su mirada intentando descifrar aquello que se veía en los ojos de su prima. Paloma, nerviosa por aquella profunda e intensa mirada de Hugo, se humedeció sus labios y, sin querer, rozó levemente con la punta de su lengua los de Hugo. Si Hugo hasta aquel momento sentía unas ganas inmensas por atrapar aquella boca que casi rozaba la suya, al sentir aquel sutil roce de su húmeda lengua, todo su cuerpo se alteró de manera descomunal produciéndole un calor intenso que hasta la sangre parecía hervirle por las venas y aquellos deseos por besarla se acrecentaron de tal manera que, muy asustado, se veía ya incapaz de controlarlo.
 -Voy a buscar algo de beber- indicó precipitado y huyó de allí rápidamente dejando a Paloma desconcertada mientras lo observaba salir presuroso de la sala.
Ya en el pasillo, Hugo se apoyó contra la pared tomando aire a grandes bocanadas intentando tranquilizarse. Su corazón galopaba frenético, sus manos le sudaban terriblemente y sentía un agotamiento tremendo en todo su cuerpo del esfuerzo tan enorme tuviera que hacer para no besarla. Cada vez se le hacía más y más difícil controlarse y presentía aterrado que llegaría un momento en que ya le sería imposible... Tragó nervioso saliva, a pesar de que solo con pensarlo le dolía terriblemente el corazón, tenía que alejarse de ella; y hacerlo ya, o acabaría cometiendo una auténtica locura.
 Paloma se quedó extasiada mirando la pantalla del cine ¡Había estado tan cerca! ¡Si se hubiera atrevido… Ahora podría estar saboreando aquellos deliciosos labios que la volvían loca!! Y un delicioso escalofrío le recorrió el cuerpo solo de pensarlo. Suspiró profundamente cerrando gustosa sus ojos intentado imaginárselo. Hugo volvió al cabo de un rato, traía dos raciones grandes de palomitas y bebida; con un simple gesto le indicó a Paloma que le pasara una ración a Javier y no volvieron a hablar ni a mirarse durante el resto de la película. Pero ninguno de los dos podía concentrarse en ella. A Paloma su mente seguía yéndose a aquel encuentro y soñaba con lo que podría haber sido si hubiera sido un poco más pilla. Y Hugo tenerla tan cerca lo turbaba, su corazón latía a cien por hora y solo podía pensar en tenerla entre sus brazos y besarla, besarla hasta saciarse... Al acabar la sesión, Javi y Patri hablaban alegres de la película pero ellos no decían nada, se limitaron a caminar tras la animada pareja que se internaron distraídos con la cháchara por el parque. Seguían inmersos en su animada conversación que poco a poco se fue volviendo más reservada, con cierta intimidad. Ellos los seguían en completo silencio, Paloma jugaba entretenida con el envoltorio de un chicle en sus manos mientras él caminaba a su lado con las suyas metidas en los bolsillos traseros de sus vaqueros. De pronto, Hugo la sorprendió sujetándole suavemente del brazo y llevándosela por otro camino entre los setos, ella lo miró confundida y él le sonrió dulcemente
-Menudo cupido estás hecha: ahora hay que dejarlos solos para que cuaje tu plan- explicó entretenido y ella observó entre los setos a lo que se refería: la parejita estaba detenida y Javier le susurraba al oído de Patri que se reía nerviosa. Paloma miró a Hugo y ambos se rieron pícaramente cómplices. Siguieron caminando alejándose de la pareja. Hugo aun la llevaba sujeta suavemente del brazo y Paloma sentía que la piel le ardía bajo el contacto de su mano como a él también le ocurría al notar la suave piel de Paloma. Dejó resbalar muy despacio en una suave caricia su mano por el brazo de Paloma produciendo en ella una dulce descarga que le erizó gustosa la piel y le tomó de la mano; al instante, sus dedos se entrelazaron y así continuaron el paseo. Llegaron junto al río y se sentaron en un banco sin soltarse de la mano. Hugo la posó sobre su muslo y la observó mientras se la acariciaba tierno; Paloma creía que el corazón se le iba a salir del sitio sintiendo aquella dulce caricia
-Bonitas manos- murmuró entrañable
 -Tía Ari me hizo la manicura esta tarde- aclaró con voz apagada, él movió la cabeza asintiendo despreocupado; respiró profundamente y cubrió la mano de su prima con su otra mano dejándola entre las suyas
-Parece que funcionó ¿no?- expuso tranquilo
-Parece ser que sí
-Tengo que reconocer que se te da bien eso de hacer de cupido- bromeó chistoso dándole un suave empujón con su hombro en el de ella, Paloma rió alegre.
 -No creas, jugaba con ventaja: Javi me comentó hará unos días que le gustaba mucho Patri y, como sabes, ella es mi mejor amiga desde pequeñas y sé desde hace tiempo que está enamorada de él; el sábado pasado él solito me lo puso en bandeja- explicó resuelta y ambos rieron divertidos. Se quedaron de nuevo callados-Hugo...- murmuró casi en un suspiro, él la miró intrigado- Lo del cine…- él sintió que el corazón le volvía a latir presuroso
 -No te preocupes, un inocente accidente sin importancia- aclaró resuelto, ella lo miró confundida
 -¿A qué te refieres?- indagó curiosa
-¿A qué te refieres tú?- repitió descolocado
-A mis preguntas- aclaró inocente, él le sonrió dulcemente con aquella sonrisa que a ella le fascinaba- tu madre no me dijo nada Hugo, ni yo me ofrecería a andar de chivata nunca; solo era curiosidad mía- se defendió herida por aquella injusta acusación de su primo
 -Lo sé mi muñequita preciosa; perdóname tú por haber desconfiado de ti- expuso arrepentido de su comportamiento rodeándola con su brazo por los hombros y la oprimió contra su cuerpo besándola tierno en el pelo, en aquel cabello sedoso con delicioso olor a limones frescos; ella se recostó sobre su pecho deleitándose con el dulce aroma de su perfume percibiendo que su corazón latía tan veloz como el de ella. Ninguno hizo gesto alguno de separarse
-Hugo- volvió a murmurar
 -Dime- respondió serenamente -¿A mi edad tú ya habías hecho el amor?
-¡¡Joooder, hoy llevamos el tema completito ¿eh?!!- soltó guasón, ella lo miró intrigada a los ojos- ¡¡Sexo, drogas y rock and roll!!- expuso chistoso y ambos rieron divertidos- ¿Por qué seguro que también me vas a preguntar por la música que escucho, no?- siguió bromeando, ella volvió a reír entretenida
 -No, eso ya lo sé: quitando a Metallica y un par de grupos así parecidos, no hay mucho más que escoger en tu discografía- aseguró resuelta y él rió divertido, Paloma lo miró a los ojos- A ver ¿Sí o no?- insistió tozuda, él resopló desarmado
-Primero que no hay tanta diferencia de edad entre tú y yo, apenas año y medio, para que digas “a mi edad” que ya pareces la abuela- expresó burlón, ella rió jocosa- y dos: no, curiosa, a los dieciséis años no había hecho aún el amor... aunque sí ya había echado varios polvos si es a lo que te refieres- contestó sincero, ella lo miró sorprendida a los ojos- ¡¿Qué?! No es lo mismo Paloma- expresó rotundo- No es lo mismo echar un polvo para simplemente desahogarte que hacer el amor; eso conlleva sentimientos Paloma: amas tanto a la otra persona que te entregas en cuerpo y alma deseando demostrárselo en cada caricia y en cada beso; son cosas muy, muy distintas
-Ya lo sé que no soy idiota- repuso fastidiada por creerla tan ingenua, él rió divertido- lo que yo no me esperaba es que fueras de... esos- expresó asqueada, él la miró confundido
-¿De cuáles Paloma?- instó intrigado
 -De esos- repitió desdeñosa mirándolo ofendida- de los que te calientan la oreja para obtener sexo y, después, si te he visto no me acuerdo
-¡Ey, ey, ey; no te confundas ¿eh?! Yo para nada soy “de esos”; siempre encuentras una chica bien dispuesta a hacerlo sin necesidad de engañar a nadie con falsas promesas de amor; nunca lo he hecho ni pienso hacerlo- aclaró sincero- y Javi tampoco, tenlo por seguro- aseveró rotundo, ella lo miró sorprendida
-¡¿Javi también se estrenó ya?! ¡¡Pero... ¿cuándo?! ¡¡Si él y yo siempre estamos juntos!!- preguntó asombrada mirándolo con aquellos preciosos ojos grises abiertos como platos, él volvió a reír a carcajadas y tomó dulcemente su rostro entre sus manos
 -Mi muñequita linda e inocente que cree saberlo todo y no se entera de nada- expuso lleno de ternura mirándola encandilado- para echar un polvo no se necesita ni mucho tiempo ni un sitio especial; un “aquí te pillo, aquí te mato” de esos apenas dura unos minutos y mismamente el baño del instituto sirve, bobita- aclaró tierno
-¡Oh!- expresó atrapada y él sonrió entrañable aunque no podía apartar sus ojos de aquella boca deliciosa... ¡¡Dios, como deseaba besarla...!!
-¡Ah, estáis ahí! ¡Vamos, que el tío Cris ya nos está esperando!- sonó la voz de Javi tras ellos; Hugo se levantó al instante y echó a andar hacia su hermano dejándola de nuevo descolocada por aquel abrupto alejamiento suyo de nuevo. Suspiró profundamente y, echando a correr, se le subió ágil a la espalda; él, riéndose alegre, le sujetó al instante sus piernas alrededor de su cintura
-¡A ver si sacas pronto ese dichoso carnet!- expresó posando suavemente su mejilla en la de él al tiempo que rodeaba con sus brazos el cuello de Hugo
 -¿A sí? ¿Y para qué?- preguntó pícaro intentando mirarla a la cara y casi volvieron a rozarse sus labios
 -¡Para no tener que volver a la 1 a casa por ejemplo!- contestó revoltosa bajándose de un salto de su espalda y, de un rápido gesto, le tiró del pantalón hacia abajo sin éxito ya que apenas se movió de sus caderas y echó a correr huyendo de su represalia. Hugo rió divertido y se lanzó tras ella atrapándola al llegar a la altura de Javier. La sujetó con sus brazos por la cintura y empezó a girar llevándola en volantas por el aire. Los tres se reían jubilosos mientras Cris los observaba divertido desde las escaleras sonriendo tierno: aunque ya habían crecido, y demasiado rápido para su gusto... siempre serían sus “tres pequeños mosqueteros”
-Hugo...- lo llamó su hermano así el tío Cris siguió su camino después de dejarlos a ellos ante de su casa, él lo miró intrigado- ¿Podríamos hablar un momento antes de entrar?- propuso esperanzado -Claro- expresó sereno y se sentó en los escalones del porche; Javi lo hizo a su lado- ¿qué te pasa colega? ¿Acaso no se te dio bien la noche?- indagó pícaro empujándolo levemente con su hombro en el de su hermano
-No, que va; la noche se dio de maravilla- aclaró sonriendo muy complacido, Hugo rió divertido -¿Entonces? ¿qué te pasa?- preguntó intrigado
-A mí nada- respondió calmado y lo miró fijamente a los ojos- ¿Qué es lo que te pasa a ti, Hugo?- expresó preocupado, su hermano tomó aire profundamente- y no me salga con el “nada” de siempre que nos conocemos y a mí no me la das- aclaró contundente antes de que su hermano contestara, Hugo se mantuvo callado- llevas una temporada muy raro y ahora sales con eso de que te quieres ir… La verdad es que me tienes muy preocupado Hugo; dime que te pasa por favor, creí que nos teníamos confianza…- insistió tenaz
-Claro que te tengo confianza hermano, pero de verdad que no me pasa nada- contestó sonriéndole tranquilizador- solo que estoy hecho un lío y necesito tiempo y sobre todo, soledad para poner en orden mi cabeza, nada más- Javier lo miró fijamente a los ojos
 -Hugo, que a mi no me la das te digo- remarcó rotundo, Hugo lo miró prevenido- ¿qué tienes que poner en orden? tienes muy claro desde hace muchos años que quieres ser arquitecto; y tienes bastante claro que universidad quieres escoger: la capital...- le clavó los ojos intensamente- así que a mí no me vengas con cuentos ¿Qué cojones es lo que te tiene tan desquiciado y por qué quieres huir tan precipitadamente de ello hermanito?- Hugo le mantuvo la mirada unos instantes y, de pronto, se levantó del escalón dándole la espalda; se metió las manos en los bolsillos traseros de su pantalón y se quedó callado unos segundos
 -Es una chica Javi; una chica que me está volviendo loco y debo alejarme de ella cuanto antes- habló al fin sin volverse
-¡Oh!- exclamó sorprendido por aquella declaración, su hermano se volvió hacia él mirándolo fijamente a los ojos
 -Pero no me preguntes nada sobre ella porque nada te voy a contar y ni una palabra de ésto a nadie ¿entendido?- aclaró tajante, su hermano asintió con la cabeza y Hugo volvió a tomar aire profundamente- me tiene completamente trastornado hermanito y así no puedo seguir ¿Comprendes? No es que quiera irme Javi, es que tengo que irme; tengo que alejarme de ella cuanto antes y arrancármela a cómo de lugar de la cabeza y sobre todo del corazón porque, como no me aleje de ella pronto hermanito, o acabaré volviéndome loco o cometiendo una gran estupidez…- explicó angustiado, su hermano lo miró conmovido- ¿me entiendes ahora?- expuso atormentado, Javier le sonrió compasivo
-Sí hermanito, ahora sí; y, la verdad, todo me tiene mucho más sentido- aclaró animado y se sonrieron cómplices
-Pues, aclarado el tema, vámonos a la cama o bajará el viejo a buscarnos y no tengo ganas de enfrentarme a él- expresó más calmado y Javi se levantó del escalón- ¡Ey, ni una palabra a nadie sobre ésto ¿está claro?!- volvió a remarcar tajante
-Ya hombre, ya; tranquilo- contestaba desentendido
 -Y menos a Paloma ¿me oyes?- aclaró contundente, su hermano lo miró muy sorprendido y Hugo le mantuvo firme y tajante la mirada
-Vale, ni a Paloma- repitió aunque muy descolocado y Hugo le sonrió agradecido.
La tarde del domingo pasaba relajada junto a la familia en la terraza. Mientras los mayores charlaban alegremente desperdigados por los sofás, Paloma jugaba alegre metida en la piscina con Alex, Javi y Óscar. Pero, disimuladamente, no le quitaba ojo a Hugo que estaba muy entretenido con su móvil desde hacía rato acostado en el balancín. Cada vez que reía divertido cara a la pantalla, a Paloma le reconcomía algo por dentro: ¿de qué se reiría? ¿Estaría acaso hablando con la tal Lys? y unos celos tremendos la devoraban. En una de estas ocasiones en las que él volvía a reírse divertido; Paloma, de un perfecto manotazo sobre el agua, lo salpicó certeramente
-¡¿Qué haces Paloma?! ¡Estate quieta!- le recriminó él encontrándose con los hermosos ojos de ella -Vente al agua, está muy buena- lo incitó mimosa
-Voy ahora- respondió desganado y volvió su atención al móvil. Ella lo volvió a salpicar- ¡Para ya Paloma, o acabarás mojándome el...!- pero ella no le dejó terminar de hablar y lo salpicó de nuevo; él la miró enfadado pero se encontró con aquellos ojos preciosos que lo miraban pícaros y aquella sonrisa maravillosa que lo hechizaba, y el enfado se le borró al instante- ¿quieres jugar, eh? ¡Pues te vas a enterar!- exclamó resuelto dejando el teléfono sobre el balancín y se zambulló perfectamente en la piscina. Sin salir a la superficie y en tres precisas brazadas, llegó hasta Paloma a la que oyó gritar divertida al verlo acercarse; a pesar de sus juguetonas protestas, la sujetó por la cintura y la hundió llevándosela con él hasta el fondo de la piscina. Ambos sonreían alegres cuando, de pronto, sus ojos se encontraron y, uno en la mirada del otro, descubrió un brillo especial que les cautivó. Se quedaron mirándose fijamente a los ojos, con una mirada tan intensa e íntima, tan específica y aclaratoria, que ni con palabras podían hablarse más claro… Hugo abrió tan atónito sus ojos impresionado por lo que leía en la mirada de su prima y comprendiendo que era lo que también había visto la noche anterior en el cine, que puso muy nerviosa Paloma al verse descubierta haciendo que el poco aire que le quedaba en los pulmones se le escapara a borbotones por la boca y huyó rauda a la superficie. Hugo reaccionó al segundo y la siguió presuroso
-Paloma...- intentó detenerla ya en la superficie en su presurosa huida hacia las escalinatas de la piscina. Necesitaba hablarle, necesitaba urgentemente que le aclarara si lo que viera en sus ojos era cierto...
-Déjame Hugo, por favor...- musitó abochornada sin ser capaz de mirarlo a la cara y él, a pesar de no quererlo, la dejó ir quedándose mirándola en su avergonzada huida hacia la casona.
-¿Te ocurre algo mi niña?- se interesó atenta la abuela al verla dirigirse presurosa hacia las puertas correderas de la sala provocando que todas las miradas del resto de la familia acabaran sobre ella produciéndole aún más desazón y nerviosismo
-No abuelita, solo que ya me cansé de estar en el agua; me voy a mi cuarto- resolvió sin atreverse a mirar a nadie y se escabulló dentro de la casa. Todos volvieron a sus animadas conversaciones y, aunque Hugo siguió jugando divertido con sus hermanos y su adorada brujita Alex en la piscina, no podía apartar de su mente aquella mirada tan profunda y hermosa de Paloma y al tiempo tan esclarecedora que solo recordarla hacia que su corazón latía frenético de la emoción. Paloma sentía lo mismo que él; aquel inmenso amor que él sentía era correspondido... por todos los demonios, aquello ahora sí que era una locura, una auténtica locura... pero al tiempo tan fantásticamente maravilloso... Elevó su mirada hacia la ventana del dormitorio de Paloma y se la encontró observándolo; ambos, sin poder remediarlo, se quedaron mirándose de nuevo fija e intensamente hasta que Óscar, que no se percatara de nada como el resto de la familia, lo enredó de nuevo en el juego subiéndose a sus hombros y hundiéndolo en el agua entre risas divertidas. Cuando logró al fin salir a la superficie, buscó de nuevo a Paloma en su ventana, pero ella ya se había ido y él sintió una terrible decepción. Pero, que nadie se había percatado, no era cierto... el abuelo sí había observado sus intensas miradas pero nada comentó; aunque siempre se enteraba de todo lo que pasaba a su alrededor, nunca daba muestra alguna de ello ni hacía preguntas ni comentarios.
-Javi cielo ¿podrías ir a avisar a tu prima?- pidió amable Carla mientras todos ya iban ocupando sus sitios a la mesa para cenar
-Claro tía- respondió atento el muchacho
 -Deja Javi, ya voy yo- se adelantó raudo Hugo que aún no se había sentado
-No hace falta que vaya nadie que ya estoy aquí- anunció Paloma apareciendo en aquel instante en la cocina. A Hugo el corazón se le disparó y sus ojos le hicieron chiribitas al verla con aquel pantaloncito corto vaquero y aquel pequeño top blanco sin mangas que dejaba al descubierto sus hombros y su vientre, y tan ajustado, que marcaba provocadoramente sus redondos y turgentes pechos. Acalorado y completamente azorado, Hugo apartó la vista de aquella preciosa y excitante visión que se aproximaba a él sentándose a su lado.
 Aunque la cena transcurrió como una noche cualquiera de tantas otras, para ellos ya nada era igual desde aquella mirada tan reveladora para ambos de la piscina. Ahora, al saber que el otro sentía lo mismo, se sentían mucho más nerviosos ante la proximidad del otro y descaradamente evitaban mirarse a los ojos. Además, aquellos pequeños roces sin querer, les erizaba muchísimo más que antes la piel poniéndolos aún más agitados y rehuían tocarse presurosos volviendo aquella cena en una auténtica tortura intentando ocultar a los ojos del resto de la familia, todo aquello que estaban padeciendo irremediablemente.

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