miércoles, 4 de marzo de 2015


     -¿No puedes dormir o te encuentras mal?- se interesó dulcemente Claudia apareciendo a su lado llevando un sencillo camisón de raso blanco muy parecido al de ella. Carla le sonrió tranquilizadora -No puedo dormir y bajé a por un vaso de leche a ver si me ayuda… ¿Acaso te desperté?- se inquietó amable
 -No, que va; fui a abrir la ventana del cuarto de los niños porque esta noche hace un calor insoportable y entonces te vi aquí sentada- comentó desenfadada sentándose a su lado. Carla observó intrigada el piso superior, el largo balcón delantero recorría también la parte trasera uniendo todas las estancias del piso superior- Pero ¿estás bien, verdad?- la observó insistentemente
 -Sí, estoy bien; tranquila- respondió sonriéndole serena. Ella movió conforme su cabeza y se quedaron calladas
-¿Puedo hacerte una pregunta un poquito personal?- indagó amable Claudia al cabo de un rato, Carla asintió con la cabeza- ¿Por qué razón no puedes tener hijos?
 -Me dieron una tremenda paliza estando embarazada, aunque yo no sabía aún que lo estaba, y me tuvieron que realizar un profundo raspado… Entre eso y los fuertes golpes que recibí en el vientre, los médicos me dijeron que sería improbable que pudiera tenerlos
 -Improbable no es lo mismo que imposible, Carla- aclaró contundente Claudia; ella la miró sonriendo apagadamente
-Lo sé, pero todo ahí dentro quedó muy dañado y los ovarios muy afectados, no producen óvulos correctamente y tengo la menstruación muy alterada, pueden pasar varios meses sin bajarme; sin ir más lejos, ahora mismo llevo casi dos meses sin ella- contestó moviendo despreocupada los hombros, Claudia la miró intensamente a los ojos
 -¿Carla...?- pronunció reticente mirándola desconfiada, Carla se quedó pensativa mordiéndose levemente la parte interior de la mejilla
 -No, que va- resolvió decidida finalmente
-¿Segura? ¿Habéis tomando precauciones para asegurarlo tan rotundamente?- y Carla se quedó mirándola sin decir nada, Claudia sonrió maliciosa- Uy Carla, que a lo mejor te llevas una sorpresa que no esperas cielito; que no conoces a Cris... ese es tan tozudo y cabezón que es capaz de conseguir lo... “improbable”- expresó burlona sonriendo guasona; Carla se quedó callada con una expresión dudosa en el rostro, de pronto miró el cigarrillo en su mano y lo apagó contundente en el cenicero. Claudia soltó una alegre carcajada y ella tampoco pudo evitar reírse. Pasaron unos minutos en silencio, Claudia volvió a mirarla dulcemente
-¿A qué se debió tal paliza corazón? ¿Te asaltaron o estuviste envuelta en alguna trifulca?- se interesó curiosa.
 -Me enamoré de quien no debía- respondió en un murmullo, Claudia suspiró profundamente recostándose contra el respaldo adoptando la posición de Carla
-¡Ya!- expresó comprendiendo- Entonces ¿la cicatriz de tu espalda es de aquello o ibas en el coche con tu hermana?
-¿Me la has visto? ¡Oh Dios! ¡¿Se ve con el vestido de hoy?!- se alarmó sobrecogida, Claudia sonrió dulcemente tomándole tierna una de sus manos entre las suyas
-No, tranquila; estabas guapísima con él y no se vio nada... fue el otro día en la playa, Óscar te movió sin querer el bañador- explicó tranquilizadora, Carla tomó más relajada aire profundamente
 -Me las hizo él… cuando mi hermana y su esposo sufrieron el accidente iban solos; aunque ya pasara un año de toda aquella pesadilla, yo seguía viviendo con ellos, así que me quedé con Paloma mientras ellos acudían a la boda de un compañero del trabajo de mi cuñado Toni... pero nunca llegaron- expuso pausadamente entrecortándosele la voz y volvieron a quedar calladas; Claudia podía detectar la gran pena que a Carla le estaba produciendo recordar todo aquello- Si los hubieras visto Claudia, eran tan inmensamente felices… pero aquel maldito borracho tuvo que cruzárseles en su camino…- se quedaron calladas de nuevo.
 -¿Y tus padres? ¿Viven?- cambió sutilmente de conversación, Carla negó con la cabeza- Vaya, lo siento... ¿Qué les pasó?
-Papá sufrió un derrame cerebral cuando teníamos 16 años y se nos fue, así de repente- se calló brevemente- mamá intentó luchar como pudo ante la pérdida de papá por nosotras pero no aguantó mucho; lo amaba tanto que se fue apagando día a día superada por aquella tristeza y nos dejó dos años después…¡Eran una pareja súper enamorada y unos padres maravillosos!- a Carla se le llenó la boca de satisfacción al hablar de ellos y Claudia sonrió deleitada escuchándola hablar- entonces, al quedar solas, Alex y yo nos volcamos la una en la otra, éramos uña y carne y nos cuidábamos y protegíamos a muerte- expuso cariñosa y miró complacida a Claudia- éramos muy parecidas a vosotros- expresó deleitada y ambas se sonrieron dulcemente; pero Carla se quedó mirando dudosa a Claudia mordiéndose nuevamente la parte interior de la mejilla- Claudia...- pronunció acobardada, ella la miró intrigada
 -Dime- expresó animándola a hablar
 -A tu mamá... se la ve muy emotiva y susceptible con Cris ¿no?- se atrevió a preguntar finalmente -¿Lo notaste? Es su máxima preocupación… Bueno, también lo es Susi claro está, pero es distinto: ella está haciendo lo que le gusta y no le queda más remedio que aguantar; pero con Cris…- suspiró profundamente- mamá sufrió muchísimo al no poder ni saber cómo ayudarlo cuando estuvo tan mal- se quedó pensativa con el rostro afligido
-¿Qué le pasó a Cris Claudia?- le preguntó inquieta, Claudia salió de su ensimismamientos y la miró tierna sonriendo apagadamente
 -Cris estuvo hundido en una depresión terrible de la que nadie pudo ayudarlo a salir aunque lo intentamos con todos los medios posibles; estaba tan mal que mamá hasta se temía que hiciera una locura en cualquier momento- habló abatida, Carla la miró impresionada y ella le sonrió dulcemente- tenía novia desde hacía muchos años, casi se puede decir que desde primaria; se llamaba Sandra- sonrió conmovida- Estaban muy enamorados, casi podría decirse que estaban locos el uno por el otro; tanto que, aún no acabarán el instituto, y ya planeaban casarse ¡¿te lo imaginas?! ¡Con apenas 17 años y hablando ya de boda; dos atolondrados!- expresó airada y ambas rieron amenas- no sin poco esfuerzo pues como te dije Cris es muy cabezón, papá logró al fin convencerlos de que acabaran primero sus carreras pero con la firme promesa de que, así las terminaran, sería la boda…- los ojos de Claudia se apagaron afligidos- pero aquello nunca ocurrió; apenas empezada la facultad, ella se mató en un accidente de coche…- aclaró con lágrimas en los ojos
-¡Oh Dios santo ¿También?!- exclamó acongojada Carla
-Sí cielito, pero en este caso ella fue la culpable e iba sola- explicó apagadamente, tomó aire profundamente- Eran una parejita de lo más singular; como dije, se querían con pasión, pero ella tenía un carácter fuerte y Cris... bueno, mi hermanito no es precisamente una balsa de aceite cuando se le cruzan los cables o le llevan la contraria- aclaró con recochineo y ambas se sonrieron divertidas- así que tanto estaban haciéndose arrumacos incansablemente como al instante siguiente estaban discutiendo como auténticas fieras... aquel mal día tuvieron una bronca descomunal, sus gritos se oían por toda la casa y papá ya estaba subiendo al cuarto de Cris para detener todo aquel escándalo cuando Sandra bajó las escaleras echa una auténtica furia y, sin ni siquiera despedirse, se subió al  coche deportivo que sus padres le acababan de regalar por su mayoría de edad y salió encolerizada como alma que lleva el diablo…
-¡Oh Dios mío…!- musitó afligida Carla suponiéndose el final
-Sí corazón, pasó lo que supones… entre su poca destreza aún al volante y que aquel era un coche demasiado potente para una joven novata, en unas de las curvas que hay en dirección a la ciudad, no muy lejos de aquí, no pudo controlar el coche y se estrelló contra el muro de protección; fue un golpe tremendo y murió en el acto- se quedaron calladas- Cris se hundió terriblemente, cayó en un pozo sin fondo de dónde nos era imposible sacarlo; se culpaba de todo sin remedio: de la estúpida discusión que encima había sido provocada porque él le reprochó que corría demasiado con el coche; de haberla dejado marcharse sin intentar detenerla; de no haber ido tras ella…- Claudia la miró abatida- pero lo más terrible fue que se le metió en la cabeza que no murió en el acto y se consumía en desesperación al imaginársela agonizando en medio de aquel amasijo de hierros y él no haber hecho nada por ayudarla; no había manera de hacerle entender que aquello era imposible, que él ni nadie hubiera podido ayudarla ya que ella se desnucó al instante con el impacto y no se enteró de nada…- Claudia se calló unos segundos- hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos y más para ayudarlo; pero solo con el tiempo y, sobre todo, con el trabajo en el que se volcó ciegamente así acabó la carrera, fue reponiéndose poco a poco, pero nunca volvió a ser el mismo; aquella honda tristeza nunca llegó a desaparecer del todo, nunca volvió a sonreír con esa maravillosa sonrisa que parece iluminarlo todo y sus profundos y bellos ojos negros siempre se mostraban apagados y tristes; ya nunca más tuvieron ese precioso brillo intenso que parecen desprender chispas; tampoco volvió a coger el coche y el remate final para acabar de angustiar a mamá totalmente, fue cuando decidió irse a vivir solo- la miró entristecida a los ojos- creíamos que se volvía loca con aquella decisión de Cris, no quería permitírselo; le imploraba a papá que le quitara esa idea de la cabeza; decía que lo veía aún tan deprimido que, al verse solo, ahora sí podría hacer una locura y no habría nadie cerca para evitarlo- Claudia de pronto sonrió divertida- ¿Nunca te preguntaste por qué Cris no tiene teléfono en su casa ni usa móvil?- expuso chistosa- mamá lo llamaba todos los días unas tres o cuatro veces al día con cualquier excusa… tanto lo cansó que, un día en uno de esos prontos arrebatados que a veces tiene, arrancó furioso el cable del fijo y estampó el móvil contra la pared; y nunca más tuvo teléfono- Carla rió divertida, ahora comprendía su insistencia de aquella mañana en que nadie supiera que tenía un teléfono; Claudia la miró llena de felicidad y con una franca sonrisa en los labios cogió la mano de Carla entre las suyas de nuevo acariciándosela tierna- Y cuando ya toda la familia estaba convencida de que no sucedería jamás, su hermosa sonrisa apareció de nuevo y sus fantásticos ojos negros empezaron a brillarle de nuevo llenos de ilusión al hablar de una tal Paloma, la niña más linda que nunca había visto y un verdadero ángel, y de su encantadora tía Carla, que poseía una sonrisa preciosa y unos hermosos ojos grises que enamoraban con su ternura… y así nos enteramos que habíais aparecido vosotras en su vida- le volvió a sonreír feliz- gracias por aparecer Carla, fuisteis una bendición para él y para todos nosotros; pero sobre todo para mamá, que aún sin conocerte, ya te quiso muchísimo solo por todo lo que habías conseguido con Cris- expresó conmovida y la abrazó tiernamente agradecida
 -Pues la verdad es que yo hice bien poco, o mejor dicho, no hice nada; al contrario, rehuía a tu hermano y no quería ni que se me acercara- aclaró sincera, Claudia la miró confundida- todo pasó gracias al descaro de Paloma, sin ella Cris y yo probablemente nunca nos hubiéramos ni hablado siquiera- explicó resuelta
-Pues que Dios bendiga a ese angelito, entonces- exclamó feliz y ambas se rieron alegres.
-¡Carla!- oyeron llamar alarmado a Cris, levantaron la vista hacia el balcón y lo encontraron observándolas preocupado. Desapareció dentro del dormitorio de nuevo y al segundo estaba ya junto a ellas- mi vida ¿te pasa algo? ¿te encuentras mal de nuevo?- se impacientó nervioso acuclillándose ante Carla mirándola inquietó a los ojos
 -No, estoy perfectamente; tranquilo- contestó acariciándole cariñosa las mejillas
-Me he asustado al no encontrarte en la cama- expuso aún inquieto, ellas le sonrieron alegres y él relajó el rostro
-Pues no pasa nada, hermanito; solo que no podíamos dormir con el calor y aquí nos vinimos las dos mamás a presumir de sus niños- explicó tranquilamente Claudia con una amplia sonrisa y él también sonrió más calmado
-¿Y Paloma?- preguntó Carla mientras él la levantaba tirando suavemente de su mano para sentarse en su lugar y sentarla en su regazo. Ella se acomodó gustosa contra su pecho desnudo ya que solo llevaba puesto un pantalón del pijama en seda negro
 -Duerme como un lirón mi amor, como siempre- comenzó a balancear el columpio suavemente- ¡es una niña increíble Claudia! Así coge la cama, no hay Palomita hasta la mañana siguiente; eso sí: a las nueve en punto la tienes en pie como un reloj suizo y llena de una energía que quien me la diera a mí algunas veces- le explicó orgulloso a su hermana. Ellas rieron enternecidas- ¿de qué hablabais?- se interesó curioso
-De todo y de nada- contestó desenfadada Claudia evitando contestarle- ¿y qué? ¿tenéis en mente alguna fecha para la boda? Sabes muy bien que ahora mamá no parará hasta veros ante el altar y también sabes lo persistente que puede llegar a ponerse- cambió resuelta de tema, Cris sonrió socarrón a su hermana
-¿Por qué crees que sigo sin teléfono hermanita?- bromeó chistoso y los tres rieron divertidos- Además, eso se lo tienes que preguntar a Ari ¡Sabes que ella tiene que ser la reina del cotarro!- volvió a bromear guasón y se rieron a carcajadas
 -¿Qué hacéis aquí?- apareció Jacobo también solo con el pantalón de pijama
 -¿Se despertó Óscar?- se sobresaltó Claudia
-No, me desperté yo al notar que no estabas ¿eso no importa o qué?- bromeó amoroso y ellos rieron divertidos; hizo lo mismo que Cris: levantó a su mujer sentándola luego en su regazo- que manía con escaparte, sabes que sin ti no puedo dormir mi vida y despierto así desapareces- le dijo mimoso y se besaron tiernos en los labios
-¿Es qué no pensáis dormir esta noche o qué?- comentó divertida Susi apareciendo también junto a ellos llevando un pijama de raso de finitas asas y pantalón corto
 -¿Y tú?- preguntó socarrón Jacobo
-Yo tengo el dichoso jet lag ese de los cojones- expuso mortificada mientras arrastraba un sofá para acercarlo más al balancín colocando su trasero en pompa hacia ellos; Cris elevó su pie y la empujó cayéndose de bruces contra el mullido respaldo rompiendo todos a reír a carcajadas- ¡Muy gracioso, sí señor; la mar de gracioso! Tiene razón Ari: vuelves a ser el mismo de antes, y por consiguiente, también regresaron tus impertinentes bromitas- expuso fastidiada aunque también se reía amena; se sentó con las piernas cruzadas sobre el sofá- Si llego a saber que me pasaría la noche en vela, me hubiera ido con Ari- suspiró desolada posando sus codos en sus rodillas y sujetándose su bonita cara con las manos
-¿Ari no está en casa?- preguntó sorprendido Cris
-¡¿Esa?! ¡¡Ni que no la conocieras hermanito!! Se fue al poco de irnos todos a la cama; insistió en llevarme con ella pero parecía que estaba cansada, aunque al final resultó que no- resopló fastidiada-¿y de qué hablabais?
-¡Así me gusta, que mi querida familia me espere levantada!- bromeó chistosa Ari apareciendo con un imponente traje pantalón negro muy escotado, los zapatos en una mano y una botella de champán en la otra
 -¡Esta no pierde puntada! ¡Ya viene preparada para seguir la juerga, es increíble!- respondió Susi observando la botella de champán
-Os vi aquí charlando al entrar y me dije: ¡¡pues hala: que continúe la fiesta!!- exclamó chistosa y todos rieron alegres; se sentó junto a su hermana Susi pasándole la botella a la que ella le echó un trago a morro y se la fueron pasando, cuando llegó a Carla recordó la conversación anterior con Claudia y la miró fijamente a los ojos
-Improbable no es imposible- le murmuró esperanzada pasándole la botella sin ella beber y Claudia sonrió feliz.
Se desperezó complacida en aquella gran cama y se dio cuenta que estaba sola. Oyó las risas alegres de los niños fuera de la casa y se dirigió a las puertas de cristal, descorrió los cortinones y el sol le dio en todo el rostro cegándola unos instantes. Abrió las puertas y se asomó al balcón: los niños jugaban dentro de la piscina con el padre de Cris, Jacobo y Susi. Sin escucharlo acercarse, Cris le pasó sus brazos por su cintura oprimiéndola contra su cuerpo al tiempo que la besó dulcemente en el hombro -Por fin te has despertado mi ángel- le susurró sin dejar de besarla recorriendo despacio su cuello, ella sonrió encantada; notaba como su cuerpo se encendía de pasión al sentir sus ardientes labios caminando lentamente por su piel- ¿Y qué? ¿Fue tan terrible conocer a mis padres?- ella acarició amorosa los brazos de Cris que le rodeaban la cintura
-No que va, son una delicia; como el resto de tu familia- contestó complacida; él seguía besándola, ahora recorría muy despacio su hombro de nuevo retirándole la fina asa de su camisón- Para Cris, por favor... aquí no- repuso aunque remolona porque lo qué más deseaba era que continuara
-¿Y por qué no? Estamos en nuestro dormitorio, los niños abajo entretenidos en la piscina... y estamos solos- aclaró pícaro mientras la iba atrayendo de espaldas dentro de la habitación muy despacio- no puedo más amor, no tienes ni idea todo lo que llevo aguantado, lo que me hiciste pasar viéndote toda la noche contonear este cuerpo delicioso dentro de ese precioso vestido rojo y después tenerte a mi lado en la cama y no poder tocarte- siguió susurrándole meloso al oído sujetándola por la cintura contra su cuerpo mientras cerraba las puertas y pasaba las cortinas con la otra mano. Ya todo cerrado, la volteó en un rápido movimiento dejándola frente a él atrapando su boca apasionadamente, ella le correspondió al instante. Sin dejar de besarse deleitados, la fue llevando lentamente hacia la cama y la derribó despacio sobre ella quedando atrapada bajo su cuerpo. Carla le quitó ansiosa la camiseta y seguidamente fue rauda a por sus vaqueros. Pero él parecía no tener tanta prisa; sus manos acariciaron despacio sus muslos mientras arrastraba con ellas el fino camisón, siguió por sus costados y por sus brazos hasta retirarle totalmente el camisón y se deleitó en saborear aquellos deliciosos pechos muy despacio mientras le sujetaba las manos sobre su cabeza encima de la cama. Ella respiraba apresurada, aquella parsimonia suya y el estar inmovilizada y no poder tocarlo, aún la excitaba más; Cris empezó a recorrer su cuerpo con su húmeda y cálida lengua mientras sus manos,en apenas un roce, pasaban de nuevo muy lentamente por sus brazos, sus costados, sus caderas... lo tomaba con asombrosa calma mortificando cada vez más a Carla que ya gemía impaciente. Pero él hizo caso omiso a su premura y continuó con su boca hasta la entrada de su sexo enredando a su alrededor pero sin tocarlo; Carla se desesperaba al sentir su cálido aliento sobre su clítoris y arqueaba ambiciosa su cuerpo suplicándole sin palabras a aquella maravillosa boca que la acometiera de una vez mientras ya jadeaba impaciente. Cris se bajó levemente los vaqueros y, cogiendo a Carla por sorpresa ya que no era lo que se esperaba, la penetró de repente profunda y enérgicamente provocando que ella soltara un profundo gemido de completa satisfacción y sorpresa al sentirlo al fin dentro. Empezó a embestirla potentemente con acometidas raudas y atinadas. Toda la calma que se había tomado anteriormente se transformó de pronto en un implacable ímpetu que llevó a Carla hasta la cumbre del más intenso placer y aún su cuerpo se batía de la maravillosa descarga cuando Cris, elevándola levemente pasando sus brazos por detrás de las rodillas de Carla y sujetando sus caderas, siguió arremetiendo briosamente con inclementes embistes hasta hacerla sentir de nuevo aquella grandeza estallar en sus adentros unos segundos antes de que él también consiguiera alcanzar el clímax total. Fue un acto impetuoso, agresivo y hasta algo precipitado, pero que los dejó arrolladoramente satisfechos. Cris descendió las piernas de Carla aún colgadas de sus brazos mientras se miraban deleitados y sonreían plenamente felices. Atrapó la boca de Carla y se besaron complacidos
-Venga, fierecilla; que mi madre nos está esperando con el desayuno preparado- aclaró de pronto enderezándose y recomponiéndose la ropa, ella se quedó mirándolo desconcertada- ¡Vamos que es en serio; solo me mandó para ver si ya estabas despierta!- aclaró pícaro y tiró suavemente de ella, pero tan inesperadamente, que Carla sintió un leve mareo y dio un traspiés; Cris la sujetó rápido entre sus brazos al verla campanear- ¡¡Ey mi ángel ¿qué tienes?!!- se alertó inquieto
 -Nada, solo que me levantaste con tanto ímpetu que perdí un poco el equilibrio- contestó desenfadada, pero él la miraba desconfiado- de verdad mi amor, estoy bien- remarcó sonriéndole tranquilizadora y lo besó en los labios
-No estoy tranquilo Carla, nada tranquilo; aunque no te decía nada, ya me preocupaban esas dos faltas que tienes, pero ahora estos mareos... quiero que vayas al médico cielo- aclaró inquieto, ella lo miró cariñosa a los ojos
-No hay de qué preocuparse Cris, te lo prometo; desde aquel día no soy nada regular: me baja cuando quiere y se va cuando le da la gana ¡¡a veces no dura ni un día!!- repuso moviendo despreocupada los hombros
-Vale, lo qué tú digas; pero me quedo mas tranquilo si vas al médico ¿me prometes que lo harás?- expresó mirándola a los ojos mientras le mostraba aquella maravillosa sonrisa que la desarmaba
-Está bien, te lo prometo- respondió besándolo dulcemente los labios, él sonrió más calmado
 -Así me gusta- clamó satisfecho y también la besó en los labios- ahora vístete y baja pronto; o vendré a buscarte de nuevo y entonces juntaremos el desayuno con la comida- remarcó malicioso saliendo del cuarto, ella rió divertida.
Pasaron todo el domingo en casa de los padres de Cris. Fue un día maravilloso y desde el primer instante la hicieron sentir totalmente integrada en aquella gran familia tan unida. Después de una copiosa y deliciosa comida en la gran mesa de la cocina, todos descansaban en la terraza al fresco mientras los niños enredaban alegres por la finca solo con sus bañadores puestos. Alonso dormitaba en el balancín mientras Jacobo charlaba distendido con Ari sentado en unos de los sofás y Cris estaba inmerso en una entretenida conversación con Susi sentados al borde de la piscina. Ella y Claudia ocupaban el otro sofá observando tiernas como Marina ayudaba feliz al pequeño Óscar a dar sus primeros pasos alrededor de la piscina.
-Cris me hizo prometerle que iría al médico- expuso Carla de pronto asombrándose a sí misma, era increíble lo fácil que le resultaba abrirse a Claudia sin necesidad de que ella le preguntara
-¿Acaso no ibas a hacerlo?- expresó mirándola desconfiada, Carla movió indecisa los hombros
-Sí, por supuesto; pero no ya inmediatamente, iba a esperar un poco...- aclaró vacilante
 -Por Dios Carla, sea el motivo que sea, eso debes mirártelo cuanto antes cielo- le recriminó tiernamente, Carla se empezó a morder la parte interna de la mejilla- ¿quieres que vaya contigo?- se ofreció amistosa, Carla la miró esperanzada
-¿Lo harías?- expresó agradecida, Claudia le sonrió cariñosa
 -Claro, sin problema- respondió animada y ambas se sonrieron alegres- ¿Y tienes ya médico?- se interesó, ella negó con la cabeza- pues si quieres puedo hablar con Gerardo; es nuestro médico de toda la vida y es muy atento y agradable
-Te lo agradecería muchísimo- expuso agradecida y le sonrió tierna
 -Pues no se hable más, mañana mismo le pediré cita y te mandaré aviso- resolvió dispuesta y se sonrieron amistosas.
 Regresaron a casa después de cenar. Toda la familia salió a despedirlos a la entrada de la casa. -Familia, tenemos que hablar de algo importante- expuso Claudia así el coche de su hermano se alejó- ¡ y sobre todo vosotros dos!-remarcó rotunda a los niños
-¿Nosotros qué hicimos mami?- protestaron los niños al instante
-Nada, pero quiero hablaros precisamente para eso: para que sigáis sin hacer nada- aclaró y se encaminaron a la sala. Se sentaron cada uno en su lugar. Los niños la veían expectantes- Venid aquí- les dijo sonriendo a los niños para que se tranquilizaran, ellos se acercaron a su madre colocándose delante de ella- la tía Carla tiene unas cicatrices en el cuerpo que la avergüenzan mucho y no quiero que nunca le preguntéis nada sobre ellas ¿queda claro?
-Yo ya se la vi en la playa y no dije nada mami- respondió orgulloso Hugo
-Muy bien cielito- lo felicitó besándolo tierna en la frente
-Pues yo no- protestó fastidiado Javier
-Javi, no se pregunta nada ¿entendido?
-Entendido- contestaron al unísono. Toda la familia observaba intrigada a Claudia
 -¿Te lo contó Claudia? ¿Te las enseñó?-preguntó curiosa Susi
 -¿Tu lo sabes?- exclamó sorprendida
-Cris me contó todo lo que la pobrecilla pasó… ¡Dios mío, solo lo vi una vez llorar así y sabéis todos cuando fue!
-Pero ¡¿qué pasa?!- preguntó rabiosa de curiosidad Ari Susi les contó la historia de Carla.
-¡Oh Dios, pobrecilla; y yo insistiéndole en un precioso vestido de espalda al aire...!!- se lamentó arrepentida Ari
-¡¡Es que no aprendes Ariadna, a veces te comportas peor que una cría y si alguien dice “no” por algo será!!- le reclamó Jacobo, ella bajó avergonzada la mirada; todos los miraban intrigados- Es como el domingo en casa de Cris; erre que erre en insistir en por qué no tendrían hijos sin ni siquiera fijarte en la cara de aflicción que él ponía al escucharte, ni cuenta te diste de que tus palabras le estaban doliendo terriblemente; tú ahí, pinchando hasta que lo hiciste perder los estribos como siempre... ¿hoy has aprendido algo por fin o seguirás tocando los cojones Ariadna?- le regañó duramente, ella seguía con la cabeza hundida en el pecho sin atreverse a replicarle
-Bueno Jacobo, ella es así...- intentó intermediar como siempre Claudia
 -¡No, Claudia!- la atajó rotundo su padre- nunca me entrometo, pero esta vez no permito que salgas en defensa de Ari como siempre porque Jacobo tiene muchísima razón: esta chiquilla necesita aprender la lección de una vez- habló tajante y nadie se atrevió a reprobar nada.

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