jueves, 26 de marzo de 2015


    Se fueron a la terraza de una heladería en el embarcadero donde se tomaron relajadamente unos helados frente al mar entretenidos con la cháchara de Alex y Óscar. Hugo sujetó la nuca de Paloma acercándola y la besó intensamente
-¡¿Qué haces Hugo? Alguien podría vernos!- expuso ella sobresaltada, él esbozó una sonrisa conmovida
-¿Otra vez? ¿Acaso importa ya mi chiquita?- expuso sereno acariciándole tierno su nuca, ella sonrió dulcemente y se besaron amantes, entregándose todo ese enorme amor que sentían. Oyeron las risitas picaronas de Alex, se detuvieron muy despacio mirándose embelesados; Hugo apoyó su frente en la de ella sin soltarle su nuca y, sonriéndose dulcemente, miraron a los dos muchachos que los observaban divertidos- ¿Qué te pasa a ti brujita?- preguntó socarronamente Hugo
-Nada- contestó Alex moviendo sus hombros despreocupadamente aunque no podía borrar aquella sonrisa picaruela de sus labios
-¿Desde cuándo lo sabéis vosotros dos?- preguntó intrigado Javier pues, por sus reacción, se notaba que ya lo sabían hacía tiempo
-¿El qué? ¿Lo tuyo o lo de ellos?- respondió guasón su hermano pequeño, Javi abrió los ojos pasmado de aquella contestación provocando las risas divertidas del resto- ya os vimos varias veces, a los cuatro, aunque creíais que nadie estaba cerca…- aclaró desenfadado y todos rieron entretenidos-Hugo…- llamó con voz trémula a su hermano mayor que lo miró tierno- Eso de qué te vas a ir de casa... ¿no iba en serio verdad?
 -¡Que va hermanito! ¿No ves qué soy un estúpido insensato que no sé lo que digo ni hago según tu padre?- bromeó chistoso y volvieron a reírse animados- ¡Venga, levemos anclas! ¡Vamos a comprar unos bocadillos y bebidas y vayámonos a la cala a pasar la tarde tranquilos!- expuso animoso tomando la mano de Paloma levantándola al tiempo que él lo hacía
-¡¡Oh, vaya; no traje mi bikini Palomita!!- se acordó apesadumbrada Alex
 -Pues nada, tendrás que bañarte en bragas entonces- respondió burlón Javier
-¡Imbécil, no!- protestó incómoda la chiquilla dándole un suave golpe en el brazo
-¡Ah no, claro; que la niña ya tiene pechitos y podemos vérselos!- siguió burlándose socarrón, Alex estaba colorada como una grana
-No le hagas caso a ese idiota mi brujita linda, hay de tu hermana en el maletero- contestó cariñoso Hugo bajándose del coche, ella le sonrió satisfecha
Ellas tres se los colocaban dentro del vehículo sentadas en el asiento trasero atándoselos unas a otras mientras ellos se cambiaban arrimados al maletero de espaldas a ellas. Javi,pícaro, echó un vistazo atrás y Hugo le dio una sonora colleja mirándolo recriminatorio, Óscar soltó una carcajada divertida. -¡Patri!- le recriminó Paloma al pillarla echando también una mirada disimulada por encima de su hombro hacia los muchachos
 -¡¿Qué?!- se sobresaltó sonrojándose tremendamente, Paloma y Alex también rieron alegres.
 Las dos parejas se sentaron sobre la arena mientras los otros dos muchachos corrían alegres hacia el agua. Hugo sentó a Paloma entre sus piernas y ella se recostó gustosa contra su cuerpo. Se quedaron callados mirando entretenidos a los otros dos jugando divertidos en el agua. Hugo de vez en cuando la besaba tierno en la sien y ella le sonreía feliz; empezó a enredar distraído sus dedos con los de Paloma, tenía unas manos preciosas pero chiquitas en comparación con las suyas; toda ella en sí era chiquita pero preciosa, resolvió encandilado y volvió a besarla en la sien
-¡Joder, qué movida más chunga hubo en casa tío!- lamentó hastiado Javier al cabo de un rato recostándose sobre la hierba y apoyando su cabeza sobre las piernas de Patri, los tres lo miraron pesarosos; habían estado pensando en lo mismo sin saberlo- En serio... ¿Qué vas a hacer ahora Hugo?- indagó inquieto mirando interesado a su hermano; Patri y Paloma también lo miraron intranquilas pero él solo sonrió dulcemente y besó tierno los labios de Paloma sin dar una contestación
-A mí, si no te importa Hugo, me dejas ya en mi casa de camino de vuelta- expuso resuelta Patri recostándose levemente apoyando sus manos sobre en la arena
-¡Serás cobarde ¿no te quedabas toda la semana?!- le reprochó pasmada Paloma y los dos muchachos rieron divertidos
-¡Era broma Palomita! ¿cómo puedes creer que te voy a dejar sola frente a este marrón mujer?- aclaró riéndose también; Paloma esbozó una sonrisa agradecida- ahora, la verdad es que no comprendo nada… si casi toda la familia lo sabía y a nadie le importaba ¿por qué tu padre se pone así Hugo?- preguntó intrigada, él tomó aire profundamente
-Porque es gilipollas cielito ¿aún no lo sabías?- resolvió desenfadado Javi y volvieron a reírse los cuatro
-Yo en el fondo le comprendo- respondió serenamente Hugo, todos lo observaron intrigados- quiere muchísimo a Paloma, casi como si fuera hija suya, y teme que sea otra aventura más de las mías y que acabe haciéndole daño…- explicó calmado, miró amoroso a los ojos de Paloma y la besó tierno en la frente- no sabe que te quiero de verdad mi amor, no tiene ni idea de lo que llevo luchando contra esto y es imposible, que cada vez se hace más grande y más poderoso- aclaró totalmente sincero y se besaron intensamente apasionados
-¿Y qué vamos a hacer ahora, Hugo?- expuso amedrentada mirándolo inquieta cuando él se retiró levemente de su boca
 -¿Con qué mi ángel? ¿Con lo que decidan ellos?- preguntó y ella asintió con la cabeza- A mí me la trae bien floja lo que decidan, lo dejé bien claro: si intentan separarnos, tú y yo nos largamos de aquí sin mirar atrás… ¿o tú no te vendrás conmigo mi chiquita?- indagó inquieto mirándola intensamente a los ojos
 -¡Claro que sí mi amor, sin pensármelo!- respondió rotunda posando dulcemente su mano en su mejilla, él sonrió satisfecho- Pero ¿Y la universidad, Hugo? Estuve pensando mucho en ello y no tengo derecho a quitarte eso, tú querías ir a la capital, tu ilusión era entrar allí; no creo que hagas bien quedándote solo porque a mí no gusta que te vayas...
-¡¡Por todos los santos Paloma ¿Tú tampoco has comprendido nada, verdad mi bien?!!- expuso crispado mirándola afligido a los ojos- ¡Mi ilusión es estudiar arquitectura, nada más; y aquí es dónde está una de las mejores universidades que dan esa carrera, Paloma; yo solo quería irme a la capital para alejarme de ti amor mío; alejarme e intentar apagar todo esto que siento antes de que fuera a más!- aclaró sincero
 -Hugo- murmuró conmovida y volvieron a besarse deleitados. Las risas alegres de Alex y Óscar se aproximaban
-¡Veniros al agua, está buenísima!- los incitó animado Óscar -¡Sí, el agua no esta nada fría!- añadió entusiasmada Alex
 -¡¡Dios, no me había fijado Alex!!- exclamó pasmado Javier enderezándose y mirándola burlón- ¡¡Si tienes ya casi más pecho que Patri!!
-¡¡Imbécil!!- increpó molesta cubriéndose abochornada los pechos con sus brazos mientras se sonrojaba tremendamente
-¿Quieres dejar de meterte con mi brujita preciosa y adorada, gilipollas?- le regañó Hugo dándole una colleja provocando las risas del resto, se levantó y recogió cariñoso en brazos a Alex que le sonrió dichosa- vámonos al agua, ojitos de hechicera, deja a ese idiota ahí con sus chistecitos bobos- expuso tierno besándola en la frente y se la llevó al agua. Todos los siguieron.
Enredaron divertidos los seis, jugaron largamente gastando bromas y chistes unos con otros hasta que la tarde empezó a caer formando un bello atardecer.
-Patri apenas comió con la bronca y tiene hambre; así que nos vamos a merendar ¿os apuntáis?- propuso animado Javi dirigiéndose hacia la orilla con Patri de la mano
 -¡Sí, nosotros también!- se unieron alegres Alex y Óscar
-¡¡Ahora vamos!!- indicó Hugo sujetando a Paloma por la cintura con sus brazos afianzándola contra su cuerpo, ella rodeó melosa su cuello con los suyos y se fundieron en un beso deleitándose en saborearse gustosos- mi vida, tengo algo que preguntarte...- expuso así el resto se alejó de ellos, Paloma lo miró intrigada a los ojos- mi ángel... ¿tú estás tomando algo?
 -¿Algo…de qué Hugo?- indagó desconcertada por la pregunta
 -Ayer mi amor... no tomamos precauciones- anunció desolado. Paloma abrió sobrecogida los ojos -¡Oh Dios! ¡Oh Dios Hugo; no, no estoy tomando nada!- clamó con voz espantada mirándolo aterrada; él la abrazó aún más fuertemente contra su cuerpo
-Tranquila mi bien; seguro que no pasa nada…no tiene por qué pasar nada…- murmuró tranquilizador besándola con mucha ternura en la sien
-¿Y si pasa Hugo? ¡Oh por favor, era lo que nos faltaba, como ya están tan bien las cosas…!- expuso abatida aferrándose muy asustada a su cuello
-Tranquilízate mi ángel, ahora con inquietarnos no arreglamos nada; ya no tiene remedio mi chiquita y preocuparse es inútil, esperemos tranquilos ¿vale?- la besó amoroso de nuevo en los sien- Pero te digo que lo más probable es que nada pase- repuso sereno acariciándole cariñoso la espalda, de pronto, se retiró levemente para verla a la cara y sonrió pícaro- Y si llega a pasar… ¿qué problema hay cariño mío? ¿No te hace ilusión tener un churumbel?- expresó guasón, Paloma lo miró atónita a los ojos
-¡¿Te has vuelto loco Hugo?! ¡solo tengo 17 años, por Dios bendito!- aclaró sobrecogida por aquella idea; él, aunque sonrió divertido, la miró a los ojos con tanto amor que la impresionó
-Y yo todo el amor del mundo para entregarte el resto de nuestras vidas, mi chiquita- declaró apasionado, ella sonrió encandilada por sus palabras
 -Eres increíble, dices y haces unas cosas que... ¿cómo no voy a quererte vida mía?- expresó arrebatadamente apasionada y, sonriéndose felices, se besaron ardientes; poco a poco sus bocas se fueron entregando deseosas de más al tiempo que sus cuerpos se oprimían ya ambiciosos. Hugo, sin soltar aquella deliciosa boca que lo enloquecía, se fue adentrando en el mar hasta que el agua le cubría por debajo de los brazos; Paloma no se daba cuenta, estaba embriagada de deseo y solo quería estrecharse contra él y besarlo hambrienta hasta que notó su mano apartándole la parte baja del bikini -¿Qué haces Hugo? ¡Los niños pueden vernos!- reclamó inquieta
-Chisss, tranquila muñequita; sé lo que hago- expuso meloso y atrapó de nuevo su boca al tiempo que la insertaba preciso sobre su miembro erecto, ella gimió complacida abrazándose aún más a su cuello. Hugo la fue llevando por las nalgas muy lentamente para no efectuar movimientos demasiado delatores y se fueron sublevando con la pasión hasta alcanzar el frenesí delirante que los llevó impetuosamente a una culminación plena y perfecta quedándose abrazados a fuego uno al otro. Pasado el delirio esplendoroso, curiosearon al resto por si notaran algo pero estaban demasiado lejos para percibir nada. Se miraron llenos de pasión y rieron felices besándose complacidos, saboreándose llenos de pasión
-¡¡Mierda… joder!!- soltó encrespado de pronto Hugo
-¿Qué te pasa?- se sobresaltó Paloma, él rompió a reír a carcajadas- ¿Qué rayos te pasa?- instó mirándolo descolocada
-Me vuelves loco mi muñequita preciosa y me haces perder la cabeza… ¿no dicen que no hay dos sin tres?¡Pues hala, para nosotros no hay tres sin cuatro y otra vez lo hemos hecho a pelo!- exclamó guasón
-¡Por todos los demonios!- clamó impotente Paloma dándose con la palma de la mano en la frente y ambos se echaron a reír divertidos
Disfrutaron del resto de la tarde los seis en la arena bromeando y enredando alegres pero, aunque Paloma intentaba también entretenerse y parecer jovial, sus ojos y su rostro eran de preocupación. -Ven aquí mi chiquita hermosa- le dijo amoroso Hugo que la había estado observando y la recogió tierno entre sus brazos sentándola sobre sus piernas- ¿quieres dejar de comerte esta preciosa cabecita mi cielo?Ya no hay qué hacerle; llegado el momento, nos preocuparemos ¿vale?- le susurró meloso besándola en la sien, ella le sonrió más serena y se recostó gustosa contra su pecho, él comenzó a acunarla dulcemente entre sus brazos besándola intermitentemente en la frente muy amoroso
-Siento decirlo pero… debemos regresar ya- expuso pausadamente Javier cuando empezó a oscurecer con la llegada de la noche
-Lo sé- murmuró apagadamente Hugo pero no se movió
-Mi amor ¿qué irá a pasar?- inquirió nerviosa Paloma, él la apretó más fuerte contra su cuerpo
 -No lo sé mi ángel; no lo sé...- respondió muy pausado, le tomó el mentón con su mano y la miró a los ojos- ¿realmente estás decidida a seguirme mi chiquita?
-Sí, hasta el fin del mundo si es preciso- respondió contundente y él le sonrió dichoso, la besó amoroso en los labios
 -Pues vamos entonces; alargar la vuelta es tontería y que sea lo que Dios quiera- resolvió decidido y se regresaron a la casa. Alex y Óscar iban en el coche sin para de charlar alegres, parecían muñecos a los que no se les acababa nunca la cuerda; hasta que traspasaron los muros de la finca, en ese momento se quedaron completamente callados como presintiendo el vendaval que se aproximaba. Detuvo el coche delante de la puerta principal pero nadie se apeó ni nadie salió a recibirlos furioso; era buena una señal
-¿Qué? ¿Nos vamos a quedar aquí toda la noche?- habló Javi al cabo de unos segundos, Hugo y Paloma se miraron a los ojos, él tomó la mano que Paloma reposaba en su regazo y se la oprimió transmitiéndole valor; ella sonrió más animada y se bajaron entrando en la casa. Las voces despreocupadas y alegres de la familia llegaban de la terraza en la piscina. Hugo tomó de nuevo la mano de Paloma
 -¿Qué haces Hugo?- expuso inquieta intentando soltarse pero él entrecruzó sus dedos con los de ella afianzando la sujeción y se la besó tierno
-Juntos ante todo y para siempre ¿o no?- expuso decidido y ella le sonrió feliz cerrando sus dedos asiéndose a los de él con firmeza
Salieron a la terraza pertrechados por los otros cuatro: Alex y Óscar delante, luego iban ellos y detrás Javi y Patri. Al instante todas las miradas adultas se clavaron irremediablemente en ellos dos bajando al instante a sus manos entrelazadas quedándose en silencio formándose un inquieto e incómodo momento; nadie pudo disimular su nerviosismo aunque todos intentaron parecer serenos. Hugo aún afianzó más sus dedos con los de Paloma mirando fijamente a los ojos de su padre que, sorprendentemente, apartó su mirada de él
-¡Papaíto lindo!- saltó alegre Alex corriendo a los brazo de su padre que sonrió feliz recogiéndola entre sus brazos
 -Por fin llegaste mi dulce caramelito; ya era hora, estaba empezando a inquietarme- respondió tranquilamente Cris- ¿qué tal te lo has pasado mi chiquita?
-¡Genial papi! Huguito nos llevó a comer helados al embarcadero de yates y después compró refrescos y unos bocadillos riquísimos en el “Happy Sundays” e hicimos un picnic en la playa ¡¡Lo pasé de miedo mi papi guapo!! ¿Nos llevarás de nuevo mi primito guapísimo?- le preguntó zalamera mirándolo embaucadora con aquellos preciosos ojos grises
 -Claro mi brujita linda, cuando quieras; ya sabes que a ti no te puedo negar nada ojitos hechiceros- respondió cariñoso acariciándole tierno la cabeza y Cris sonrió plácido a su sobrino que se la devolvió más relajado, todos sonrieron alegres y mucho más calmados; había pasado el momento de tensión y lo había roto la pequeña Alex con su ternura y alegría desmedida. Hugo, sin soltar la mano de Paloma, se sentó en el balancín y Javi y Patri los acompañaron
-¿Y a qué playa fuisteis cielito?- preguntó tierna tía Carla mirando a Paloma e indicándoles con una mirada muy clara y dichosa que todo iba bien y no iba a haber problemas
 -A una…- empezó a hablar Javi
-A la playa de las conchitas, tía Carla ¿verdad Alex?- le interrumpió muy serenamente Óscar, sus hermanos lo miraron desconcertados por la mentira que estaba soltando
-Sí mami, hoy no había mucha gente y se estaba la mar de bien- lo secundó tranquilamente la jovencita sin inmutarse; ellos estaban alucinados con la manera más descarada y tranquila que tenían aquellos dos de mentir
-Sí, es curioso: a los domingos esa playa está bastante solitaria; no sé por qué a todo el mundo a los domingos se le da por aglomerarse en la playa bahía...- comentó despreocupada Claudia y los adultos empezaron una amena conversación sobre sus gustos sobre las distintas playas de la ciudad y todo volvió a la normalidad de siempre... bueno, todo no; Hugo observó atónito como su padre evitaba mirarlo a los ojos, pero no parecía por enfado o disgusto, más bien parecía avergonzado... y lo mismo siguió ocurriendo durante la cena.
-Mañana nosotros tenemos que ir a recoger las notas y, claro está, mi matrícula de honor- expuso presumido Javier mientras cenaban tranquila y amenamente como siempre- ¿nos llevas tú Hugo?
-Sin problema, además yo también debo ir sin falta a la ciudad- respondió serenamente aunque no dejaba de observar a Paloma disimuladamente; llevaba toda la cena callada y ensimismada, revolvía la comida en su plato pero no probaba bocado
-¿Y a qué hijo?- indagó curiosa su madre
-Debo reunirme con el entrenador y apuntarme ya a las competiciones que empezarán dentro de dos semanas mamá; de paso, además también aprovecharé para acercarme a la universidad y entregar los papeles que ya tengo preparados solicitando el ingreso; ah, e ir por correos, debo enviar las contestaciones de agradecimiento al resto de universidades que también ya tengo escritas- aclaró desenfadado y su mirada se cruzó unos instantes con la de su padre que rápidamente se la esquivó confundiéndolo aún más
-¿Eso quiere decir que te quedas con nosotros hijo? ¿Ya no te vas definitivamente?- se interesó feliz su abuela y él le sonrió tierno tomándole la mano y se la besó dulcemente
-No abuelita, me quedo; la universidad de la ciudad es una de las mejores en la carrera de arquitectura e irme sí sería una estupidez- volvió a mirar a su padre pero éste ni levantó la cabeza
 -Princesa ¿qué te ocurre?- indagó Cris y percibió como se sobresaltaba saliendo de su ensimismamiento
-Nada papi ¿por qué?
-No has dicho una palabra durante toda la cena ni has probado bocado ¿estás bien?- indicó preocupado
-Sí, es que comí el bocadillo algo tarde y ahora no tengo hambre- contestó moviendo desenfadada los hombros pero su padre seguía mirándola inquieto con el ceño fruncido- además tengo la cabeza algo abombada, debe de ser de haber dormido poco- expuso dedicándole una dulce sonrisa que él correspondió comprendiendo y relajando su rostro al fin
 -Puede ser, no estáis acostumbrados a acostaros tan tarde; así que mejor será que nosotros nos vayamos ya y podáis iros a la cama cuanto antes- resolvió animada tía Claudia y todos empezaron levantarse, seguían charlando mientras caminaban hacia el recibidor de la casa para despedirse; Hugo sujetó el brazo de Paloma deteniéndola para quedar retrasados en la cocina
 -Quieres tranquilizarte mi amor- le murmuró amoroso tomándole su rostro entre sus manos- si sigues así se acabarán mosqueando; y más tu padre, que parece olérselas a kilómetros
-No puedo dejar de darle vueltas en la cabeza Hugo- expuso disgustada
-Mi amor, no va a pasar nada; ya lo verás- indicó tranquilizador y la besó cariñoso en la frente- a ver mi muñequita linda ¿cuándo te tiene que venir?
-Para finales de semana o principio de la que viene
-Aún falta toda una semana, así que intenta calmarte o empezarán a hacer preguntas; ya pensaremos que hacer llegado el momento ¿de acuerdo mi cielo?- ella asintió con la cabeza y él, echándole una nerviosa visual a la puerta, la besó suavemente en los labios- Hasta mañana mi vida, sueña conmigo- le murmuró meloso acariciándole tierno sus labios con las yemas de sus pulgares
-Siempre lo hago mi amor- respondió amorosa dedicándole una de aquellas sonrisas que lo enloquecían
-¡Dios mi muñequita, no me sonrías así o no podré aguantarme!- murmuró deseoso mientras se miraban ardorosos a los ojos, ella inevitablemente, volvió a sonreír y él se mojó ambicioso los labios pero aquello no le aplacó las ansias- ¡A la mierda!- exclamó ansioso y atrapó sin esperar más la boca de Paloma; se besaron gustosamente deleitados saboreándose complacidos. Asombrosamente, nadie vino a buscarlo y las voces se fueron apagando al salir de la casona como si nadie reparara en que faltaban. Cuando al fin se separaron, Hugo tomó de nuevo la mano de Paloma y salieron a la calle encontrándose solo con Óscar, Alex, Javi y Patri esperándolos- ¿Y el resto?- indagó sorprendido al no ver al resto de la familia
-Todos se fueron para cama así papá y mamá se marcharon, Óscar quiso ir con nosotros- le aclaró también pasmado su hermano Javier, todos se miraron atónitos y sonrieron alegremente complacidos; con aquel acto, les demostraban que habían decidido no intervenir en su relación. Hugo besó amoroso los labios de Paloma y se marcharon también
-Oye coleguita ¿qué fue esa manera tan descarada de mentirle a tía Carla?- preguntó intrigado Javier a su hermano Óscar así se metieron en el coche
 -Lo siento por tía Carla, pero ya conocéis a mamá, es una metomentodo curiosa y chismosa: si le hablamos de esa playa tan guay, querrá ir a verla; y después empezará a parlotear de ella con sus amigas y cuando nos deamos cuenta estará llena de viejas cotorras y se fastidiará ese rinconcito tan bonito, solitario e íntimo que está tan bien para llevar chicas- explicó tranquilamente, sus hermanos se miraron pasmados
-¡Menudo tío, se las sabe todas! ¡Y papá piensa que soy yo el que le da problemas; que se prepare para lo que viene encima con éste!- expresó chistoso Hugo y los tres rompieron a reír divertidos.
Al entrar en casa seguían riéndose alegres mientras se peleaban juguetones; se encontraron con sus padres aún en la sala. Claudia les sonrió amena al verlos entrar pero su padre volvió a evitar mirarle -Hasta mañana- expresó desenfadado besando cariñoso la mejilla de su madre y se dirigió seguido de sus hermanos hacia las escaleras
-Espera Hugo, quisiera hablar contigo un momento- lo detuvo su padre sin tampoco mirarlo; sus dos hermanos miraron al instante a los ojos de Hugo muy inquietos y él les sonrió tranquilizador regresando a la sala. También su madre se quedó expectante en la sala- a solas- remarcó rotundo, Javi y Óscar se miraron incómodos a los ojos pero subieron obedientes las escaleras despacio
-Jacobo, es tarde; déjalo para mañana cielo- intentó intermediar dulcemente su madre
-A solas Claudia- repitió tajante mirándola fijamente a los ojos, ella apretó en desacuerdo los labios pero respiró profundamente
-Está bien- resolvió suavemente, besó de nuevo la mejilla de su hijo y también se fue arriba. Hugo se metió las manos en los bolsillos traseros de sus vaqueros y se intentó mantener tranquilo a la espera de que su padre se decidiera a dar el primer paso
-Hugo...- nombró apagadamente sin mirarle
 -¿Qué?- exclamó algo brusco de más aunque no fuera para nada su intención hablarle así; su padre por fin lo miró a la cara
-Lo siento hijo...- murmuró apagadamente; Hugo no dijo nada, solo le mantuvo la mirada serenamente- perdóname Hugo, siento muchísimo haberme puesto así; me arrepiento tremendamente de haberte gritado como lo hice y haberte dicho las cosas que te dije- se disculpó profundamente arrepentido
-No tengo nada que perdonarte, entiendo perfectamente que te hayas puesto así y cuales fueron los motivos- contestó calmado, su padre lo miró confundido- aquella pequeñuela de ojos dulces nos ganó el corazón de todos así la conocimos y sé que la quieres como si fuera tu propia hija y temes que le haga daño; pero lo que tú no sabes es que yo nunca soporté verla sufrir, ni de niño, como para infringirle algún daño a propósito y mucho menos ahora- aclaró rotundamente sincero; su padre abrió sus ojo impactado por aquella franca y clara explicación
-¡Vaya, tu tío tiene toda la razón!- exclamó Jacobo atónito- nunca logré entenderte ni comprenderte y es porque no te conozco para nada- reconoció arrepentido, Hugo le sonrió suavemente
-No tiene nada que ver con el entendimiento ni la comprensión: es que no escuchas nunca; sacas tus conclusiones precipitadas, te ciegas y ya no dejas que nadie se explique y te dé sus razones- le reprochó amable pero contundente, su padre lo miró terriblemente sentido por aquella nueva verdad que le abofeteaba en la cara- y si te interesa para algo mi sincera opinión y me permites un consejo: como no cambies, pronto tendrás serios problemas; no con mamá, ya que ella ya pasa de discutir contigo y calla hasta que se te pase la obcecación, pero sí con Javi y Óscar, y vais a perder esta buena relación que siempre tuvisteis los tres- le recomendó muy tranquilo y sobre todo sincero
 -¡Vaya!- volvió a exclamar impresionado por sus palabras- hoy parece que fue el sorteo de todas las hostias en esta familia y soy el máximo ganador- bromeó afectado
-Será porque te las mereces, llevas mucho tiempo acumulando papeletas para que eso ocurra- repuso desenfadado moviendo despreocupado los hombros, su padre lo miró a los ojos unos segundos y rompió a reír compresivo de aquel nuevo ataque de realidad
-Perdóname hijo- volvió a disculparse posando amistoso su mano en el hombro de Hugo
 -Ya te dije que no hay nada que perdonar- remarcó resuelto, su padre le sonrió agradecido -¿Olvidado entonces e intentamos desde hoy empezar a conocernos aunque sea un poco?- expresó esperanzado mostrándole cordial la mano
-¿El qué papá?- respondió frunciendo olvidadizo el ceño y, sonriéndole afable, le estrechó animado la mano; Jacobo volvió a reírse
-¡Dios que razón tiene tu tío Cris; tengo un hijo maravilloso que a punto estuve de perder!- expresó deleitado abrazándole cariñoso
-No papá, tienes tres; ten cuidado no vayas a perder a ninguno... y sobre todo ten mucho tiento con Óscar, ese muchacho tiene una forma de ser muy especial: se parece mucho a Alex y ambos tienen un poder de observación increíble, pero él no es tan abierto como ella y aunque no te lo parezca, sabe y calla muchas más cosas de las que crees; hay que saberlo llevar muy bien- recomendó muy serio y su padre asintió con la cabeza

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