viernes, 14 de agosto de 2015


      Aquella mañana desayunaban de nuevo todos juntos y en alegre armonía en la larga mesa de la cocina, solo faltaba Lara que según Ricardo la había oído salir muy temprano a cabalgar y aún no había regresado.
 -¿Quieres calmarte y comer más despacio? Aún te vas a atragantar chiquilla- le regañó seriamente Mario a Luna que engullía su desayuno impaciente
-¿Es que no ves que ya estoy lista para que Leo me lleve a montar a Lucero cuanto antes? que después ya nos volvemos a casa y no podré hacerlo papi- aclaró con gran desparpajo abriendo sus bracitos y mostrando a su padre su vestimenta; ya llevaba puesto el traje de montar que Lara le había regalado que le quedaba a la perfección y estaba preciosa con aquel pantaloncito en beige ceñido a sus bien hechitas piernas y que le hacía un culito la mar de hermoso y con su chaquetita de vestir azul oscura entallada a su cuerpecito encima de un fino jersey de cuello alto, todos rieron tiernamente divertidos
-Hola, buenos días nana ¿dónde nos anda el gruñón esta mañana?- saludó animadamente chistoso un hombre de también sobre unos sesenta años como el padre de Lara vestido con un elegante traje de chaqueta oscuro entrando sin llamar por la puerta interior de la cocina quedándose cohibido al encontrarse con todos sentados a la mesa
-Buenos días a ti también Alberto y el gruñón aún está aquí, por si no me viste al entrar- respondió desenfadado Ricardo provocando las risas divertidas de todos
 -Oh, lo siento Richi, no sabía que tenías invitados- se disculpó azorado
 -Ah tranquilo, son buenos amigos de la familia; anda ven, siéntate y tómate un café con nosotros- lo invitó resuelta nana palmeando suavemente la silla a su lado invitándolo a ocuparla
-Como me conoces, preciosa, sabes que nunca le digo que no a uno de tus deliciosos cafés- expresó ya más relajado y obedeció besándola amistoso en la sien al ocupar el sitio junto a ella. Tras presentarles a Mario Lucía y Luna continuaron la agradable charla mientras terminaban de desayunar. -Muy buenos días y perdonar mi retraso pero se me fue el santo al cielo- expresó alegremente Lara entrando por la puerta que daba al exterior de la cocina mientras se quitaba unos finos guantes de cuero para monta; Mario la observó sin poder remediarlo de arriba abajo, estaba provocadoramente preciosa con aquel pantalón de montar ceñido a sus perfectas caderas y torneadas piernas y con aquel polo también entallado que marcaban sus perfectos y redondos pechos
-Como siempre haces lo mismo, ya no nos molestamos en esperarte- contestó desenfadado su padre y ella le sonrió divertida mientras se encaminaba a ocupar su lugar de la mesa entre su padre y Luna
 -¿Has dormido bien?- se interesó cariñosa acariciando dulcemente el brazo de Lucía al pasar por junto de ella que le sonrió complacida mientras asentía con la cabeza; de pronto, asombrando a todos, besó con pasión los labios de Mario mientras ocupaba su lugar- hola amor- le murmuró melosa y él sonrió deleitado aunque también desconcertado por aquella muestra de amor ante todos- buenos días mi ángel- saludó con ternura besando amorosa la cabeza de la pequeña Luna al tiempo que se sentaba a su lado, la pequeña le dedicó una alegre y feliz sonrisa devolviéndole el beso en la mejilla- ¡¡Hombre Alberto, perdona que no te había visto ¿has traído esos dichosos papeles?!!- exclamó al encontrárselo frente a ella
-Sí mi niña; lo siento, lo intenté, pero no hay más remedio...- empezó a excusarse él intentando aplacar su esperada furia al verlo allí
-No, tranquilo; me encanta que ya estés aquí porque así podremos solucionar ese tema cuanto antes: ¡tengo muchas ideas que quiero hacer con ese dinero!- expresó súper animada y resuelta cogiendo una de las tostadas y empezó a untarla con mermelada; todos, excepto Mario que también siguió desayunando tranquilamente, abrieron atónitos sus ojos mirándola completamente estupefactos
-Pero Lara, mi hija...- empezó a hablar confundido su padre sin comprender para nada el nuevo comportamiento de su hija
-Sí papi, estás oyendo bien: quiero ese dinero, pertenecía la mayoría a mi madre y esa gentuza se lo quitó sin ningún miramiento; ahora, aunque se revuelvan de rabia en sus asquerosas tumbas, nada pueden hacer para que vuelva a quien realmente le pertenece, o sea: yo- remarcó rotunda sonriéndole con una serenidad asombrosa dejándolo aún más descolocado
-¡¡Esa es mi peque, yeeeah!!- exclamó con inmensa satisfacción Leo provocando las risas del resto -Y lo primero que voy a hacer con ese dinero es arreglar la ermita de Santa Bárbara papá, que está muy abandonada, quiero que vuelva a tener el esplendor que tenía antaño; y quiero arreglar la subida al monte donde está y a poder ser que vuelva a celebrarse su hermosa romería; y ponerle una gran placa en memoría de ese gran hombre que fue el padre Gustavo- añadió decidida provocando que nana exhalara un gemido de estupefacción al escucharla- por cierto, otra cosa que hará que esos imbéciles se retuerzan en sus tumbas como chinches- añadió plácidamente vengativa, todos no pudieron evitar reírse divertidos
-Hija...- murmuró impresionado su padre mirándola boquiabierto y no pudo evitar que de sus preciosos ojos negros manaran lágrimas de emoción; Lara le sonrió dulcemente extendiendo tierna su mano hacia él que se la tomó amoroso y ambos se sonrieron felices. Mario comprendió al instante que aquella debía ser la pequeña iglesia donde Ricardo y su esposa se habían casado en secreto y aquel padre Gustavo el cura que los casó
-Y lo siguiente que quiero hacer es arreglar y modernizar el colegio del pueblo: quiero que tenga un comedor decente; y comprar ordenadores, que todos los niños tenga su ordenador y que no sigan usando uno cada tres como nos ocurría a nosotros- explicó mirando a Leo que sonreía pletórico de orgullo hacia Lara- y una guardería gratuita para los más chiquitines, que sus madres no tengan que andar cargándolos a la espalda mientras trabajan los campos en época de siembra o recolección... -Lara, hija...- volvió a decir su padre muy conmovido apretándole complacido la mano que aún le sujetaba; ella le sonrió feliz
-Quiero devolverle de alguna forma todo el cariño y protección que este pueblo siempre me dio papá; siempre me arroparon y protegieron de esa carroña de familia y llegó mi momento de demostrarles cuanto les quiero también- aclaró también muy emocionada; todos sonrieron felizmente satisfechos con su decisión.
Había pasado mes y medio sin que apenas se dieran cuenta. Eran tan inmensamente felices que desbordaban dicha por cada poro de sus cuerpos. Realmente se miraba una pareja ya plenamente compenetrada en tan poco tiempo y sobre todo que se amaban con pasión. Además, Lara no podía ser más cariñosa maternal y dulce con Luna que si de su propia hija se tratara y, habían entablado tan buena conexión y tenían un algo especial entre ellas, que Luna daba el corazón por Lara.
 Acudían casi todos los domingos, acompañados siempre por Lucía, a comer al rancho alternándolos con algunos fines de semana que pasaban allí enteros. Todos en el rancho estaban locos por aquella chiquitina que ya empezaba a despuntar como muy buena amazona y era tan alegre y cariñosa que los tenía encandilados; pero a quien tenía completamente enamorado era a Ricardo y ella ya lo llamaba abuelito con tanto cariño y dulzura que lo tenía derretido y babeando. Y entre semana, Lara llevaba con ella a Luna a la clínica donde la pequeña se portaba estupendamente entreteniéndose obediente junto a Paula si Lara tenía alguna operación o un caso demasiado serio para que la pequeña fuera testigo; o ejercía alegre de su atenta ayudante en las consultas y durante las visitas a domicilio. Luego, durante la cena, le contaba entusiasmada y con todo lujo de detalles a Mario lo que habían hecho durante en día y él la escuchaba atento y feliz
-Estoy pensando que alguna vez va a ser mejor que Luna vaya contigo- expresó resuelta un día Lara levantándose de su taburete dejando la loza de su cena en el fregadero, Mario y Luna se miraron desconcertados por aquel comentario y la miraron intrigados- esta señorita se dedica a darte el parte de cada paso que doy durante el día y yo no sé absolutamente nada de lo que tú haces, yo tengo que “suponerme” que estás trabajando- explicó con retintín mirando desconfiada a Mario, la pequeña soltó una divertida carcajada.
-Mi ángel, siempre tengo pegado al bocazas de Arturo y a donde voy me acompaña ¿por qué no le preguntas que también estará feliz de darte un “parte diario”?- bromeó guasón Mario mirándola encandilado, cada día amaba más a aquella mujer
-Sí, sí, como si no supiera que entre vosotros los hombres os tapáis unos a otros- replicó sagaz, él rió entretenido
-Ven aquí mi gatita preciosa y celosilla- expresó cariñoso Mario sentándola amoroso en su regazo y la besó tierno en los labios mientras acariciaba suavemente su muslo a través de su fino vestido de verano- si sabes de sobra que solo tengo ojos para ti y solo salir por esa puerta ya estoy deseando volver a tu lado, vida mía: ¿qué supones que hago todo el día? Solo pensar en ti y desear que pasen pronto las horas para regresar contigo mi amor- declaró lleno de pasión, Lara sonrió dichosa y se besaron apasionados.
Aquel jueves apareció muy tranquilo en la clínica: no había citas pendientes y pocos clientes habían entrado en toda la mañana; además le tocaba el turno a Jorge de realizar las visitas domiciliarias, así que Lara tras poner al día unos expedientes y firmar unas facturas y albaranes, ya no tenía nada más que hacer. Arrimada de espaldas al mostrador de la entrada, charlaba con Paula la secretaria mientras Luna estaba entretenida colocando bien los folletos de publicidad en los estantes.
 -¿Ya se lo has dicho?- peguntó con curiosidad Paula, Lara negó con la cabeza- ¡¿y a qué estás esperando Lara?!- expresó reprochadora mirándola en total desacuerdo con ella, Lara miró muy inquieta a Luna pero estaba algo alejada de ellas y muy concentrada en colocar bien los folletos
-A hacerme la prueba y estar segura- le contestó en un susurro para que Luna siguiera sin escucharlas -¡¿A hacerte la prueba?! ¡¡Por Dios santo, Lara ¿Qué mas prueba necesitas que tener dos faltas seguidas?!! ¡¡Deja de marear la perdiz y asimílalo de una vez: estás embarazada, Lara!!- expresó con rotundidad y Lara volvió a espiar inquieta a Luna que seguía a lo suyo sin prestarles atención.
 -No puede ser posible Pau, estoy tomando la píldora...- se defendió abrumada
-¡¡Pues espero que la hayas dejado ya!!- clamó contundente, Lara apretó inquieta los labios, respiró profundamente y asintió con la cabeza- perfecto...- expresó complacida- cielo, sabes que no es un método eficaz al 100%, hay un uno por ciento de posibilidades de fallo
-¿Y yo tengo la mala suerte de ser ese 1%, no?- protestó fastidiada
-¡¡Hija, tú eres la que sabe más de medicina que yo y hasta yo sé muy bien que se debe ser continúa y regular en su toma diaria pero, y tú misma me lo dijiste, dejaste de tomarla una temporada porque no tenías ninguna relación ni planes de tenerla ¿qué protestas ahora? ¿acaso te costaba mucho seguir tomándote una pastillita “por si acaso”?!!- le recriminó mordaz, Lara bajó abochornada la cabeza -Esa es otra... ¿cómo le digo que estoy de dos meses cuando ese es precisamente el tiempo que estamos juntos?- murmuró acongojada mirándola terriblemente culpable
-Ni se te ocurra sentirte responsable ¿entendido? tanta culpa tuviste tú como él ¿acaso se preocupó de preguntarte si tomabas algo? ¿Seguro que no verdad? Ellos van a lo que van sin pensar en nada, pues ahora que también apande con su parte de responsabilidad, que narices- aclaró contundentemente convencida, Lara sonrió divertida y se quedó pensativa unos segundos, de pronto esbozó una alegre e ilusionada sonrisa
-¿No hay nada para hoy, verdad?- se interesó de pronto revisando la agenda de citas
 -No ¿por qué?- respondió Paula desenfadada
 -Estoy pensando en aparecerle de sorpresa a Mario para comer con él- expuso animada aunque miraba a su compañera y amiga con algo de indecisión
-¡Es una idea estupenda Larita, así aprovechas y se lo dices de una puñetera vez!- exclamó entusiasmada Paula
 -Sí, pero... ¿Y si no le gusta o no le parece bien que aparezca en el parque de bomberos sin avisar?- expresó inquieta
 -¿Cómo no le va a parecer bien, so boba? ¡¡Estará encantado mujer, ya lo verás!!- exclamó convencida- es más: tómate el resto del día libre, descansa que buena falta te hace y disfruta de tu niña que la pobrecilla está aquí metida siempre y es una santa; bien se merece un día con su mamá- resolvió animada retirándole la agenda de las manos
-No, eso no ¿y si aparece alguna urgencia Paula?- negó tajante
-¡¡Oh por Dios Lara!! ¡¡Si aparece algo para eso está Jorge ¿no? ¿o para qué narices le pagas?!! ¡Así que coge a tu pequeña, poneros bien hermosas e ir a darle una sorpresa a ese guapetón de hombre que tienes!- aclaró decidida, Lara sonrió ya convencida.
Mario estaba debajo de uno de los camiones de bomberos arreglándole los frenos cuando oyó a Fran silbar contundentemente a modo de aviso
-¡¡Chicos no os podéis perder esto!! ¡¡Menudos dos bombones se acercan por las nueve!!- clamó tras el silbido y Mario observó como todos corrían curiosos al portalón dejándolo solo
 -Panda de salidos- expresó moviendo desaprobador la cabeza aunque sonrió divertido siguiendo con su trabajo
 -Debería estar prohibido que bellezas así salieran a la calle ¡¡Dios mío!!- oyó exclamarles con picardía a Manolo al tiempo que les silbaba a modo de piropo
-¿Queréis compañía hermosuras? Dos preciosidades como vosotras no deberían andar solitas, puede ser peligroso- habló al tiempo Arturo
-¡¡Tío Arturo!!- se oyó al instante y Mario abrió atónito los ojos, esa era...
 -Lo siento chicos, sabemos que somos verdaderamente irresistibles, pero nosotras venimos a ver al bombero más guapo del parque sin despreciar para nada lo presente ¿eh?- escuchó bromear divertida la inconfundible voz de Lara, sin poder creérselo aún del todo, espió por debajo del camión encontrándose con un par de hermosas piernas encima de unos vertiginosos tacones que una falda negra de vuelo solo dejaba ver hasta unas preciosas rodillas acompañadas de dos piernecillas, muy bien hechas también por cierto, con unas coquetas bailarinas blancas con un lacito delante y debajo de una faldita roja también muy fruncida a una chiquita pero hermosa cintura. Sonrió pleno de dicha: reconocería aquellas cuatro hermosas piernas en cualquier lugar; se asomó por debajo del camión sin dejar de sonreír feliz mirando encandilado a aquellas dos bellezas que le sonrieron también muy dichosas de verlo
 -¡¡Hola papi!!- exclamó entusiasmada Luna moviendo su manita a forma de saludo
-Hola mi ardillita, pero ¿qué hacéis aquí?- expresó complacido saliendo de debajo del camión
-¿No lo has oído? Venimos a buscar al bombero más guapo de la estación para llevárnoslo a comer con nosotras- expresó con satisfacción Lara besándolo amoroso en los labios, él sonrió pletórico de felicidad
-¡Joder tío, que suerte tienes cabrón! A mí no sale ni a verme la fea del estanco y a ti te vienen a buscar dos bellezones impresionantes- expresó envidioso Diego provocando las risas de todos
-Ni yo me puedo creer la suerte que tengo- expresó gustosamente complacido Mario mirando con gran pasión a Lara que le sonrió satisfecha- pero no puedo salir del parque mi ángel…- se lamentó derrotado besándola tierno en los labios pero ella sonrió serena
 -Ya lo imaginaba…así que traemos comida para un regimiento- aclaró con satisfacción moviendo vanidosa las cejas y mostrando la cesta de picnic que traía en la mano, Mario rió entretenido
 -¡Por fin alguien se apiada de nosotros y por una vez nos trae algo comestible librándonos de “eso” que cocina Fran!- exclamó deleitado Diego provocando las risas guasonas de todos
 -¿A qué la próxima vez cocinas tú por listo?- protestó fastidiado Fran por aquel reclamo y todos rompieron a reír divertidos.
Comían todos juntos animados y charlando divertidos ante la larga mesa en el comedor, Luna lo hacía en el mismo plato que su padre sentada sobre sus rodillas mientras que Lara lo hacía sentada a su lado.
-¿Y qué? ¿Nuestra ardillita doctora le ha salvado la vida a muchos animalitos hoy?- le preguntó cariñoso Arturo a Luna
-Hoy no, solo vino la señora Adela con su gatita a revisión que está embarazada- respondió convencida como toda una profesional suspirando defraudada, todos rieron encandiladamente divertidos
 -Las mujeres están embarazadas mi chiquita, los animalitas se dice que están preñadas- la corrigió dulcemente Mario besándola tierno en la mejilla
 -Entonces ¿no es lo mismo papi?- preguntó curiosa mirándolo extrañada
 -Sí es lo mismo mi ángel: las dos van a tener hijitos, pero hablando con propiedad se dice así- le explicó con dulzura siguiendo con su comida
-¡Aaahh! A ver si lo entendí: entonces la gatita de la señora Adela está preñada y Larita embarazada ¿no?- Lara quedó paralizada y sin aliento al escucharla al tiempo que se sonó el fuerte golpe de golpearse el tenedor de Mario contra su plato al escurrírsele de la mano, un silencio total se hizo en la mesa
-¿De dónde sacaste eso de que Lara está embarazada ardillita?- preguntó muy pausado clavándole una mirada profunda e intensa en los ojos de Lara que tragó trabajosamente saliva
-Se lo oí decir a Paula cuando ella y Larita hablaban en la consulta esta mañana- explicó desenfadada sin darse cuenta de la tensión que se formara a su alrededor, Mario seguía sin apartar su mirada seria y fija de los ojos de Lara
 -¿No entenderías mal mi ángel?- insistió para asegurarse pero ver como Lara intentaba de nuevo tragar incómoda saliva era bastante aclaratorio
 -No papi, oí muy bien lo dijo: “¡¿Hacerte la prueba?! ¡¡Por Dios santo, Lara ¿Qué mas prueba necesitas que tener dos faltas seguidas?!! ¡¡Deja de marear la perdiz y asimílalo de una vez: estás embarazada, Lara!!”- repitió segura y rotunda sin dejarse ni una coma, Lara palideció y Mario abrió atónito sus ojos
 -¡¿Dos faltas ya Lara?!- bramó pasmado mirándola con reproche a los ojos, ella apretó atrapada los labios mirándolo sobrecogida
-Sí dos- remarcó desenfadada la pequeña- Y por cierto ¿qué es lo que te falta dos veces Larita? ¿acaso perdiste algo y no lo encuentras?- preguntó muy intrigada mirando con gran curiosidad a Lara que no podía pronunciar palabra y seguía mirando entre atemorizada y arrepentida a los ojos de Mario que cada vez se endurecían más y más al tiempo que respiraba más apresurado demostrando que su enfado estaba llegando a rozar la furia- ¿y qué prueba es esa que te quieres hacer mareando una perdiz?- siguió preguntando intrigada pero Lara no respondía, no podía responder, los ojos cada vez más duros y reprochadores de Mario clavados en ella provocaban que su garganta se obstruyera cada vez más deprisa sin dejarla pronunciar palabra; el resto mantenía un tenso silencio saltando inquietos sus miradas del rostro de Mario al de Lara- ¿y cómo rayos se marea una perdiz?- expresó descolocada la pequeña haciendo un gesto de extrañeza con su linda boquita- ¿tú lo sabes papi?- indagó mirando con gran curiosidad a su padre pero Mario no podía apartar sus ojos implacables de Lara- ¡¡Papi ¿tú sabes cómo se marea una perdiz?!!- instó fastidiada la pequeña ante el silencio sepulcral de ambos
-Vente ardillita, vamos a tirarnos por la barra y deja que papi y Lara hablen a solas- intermedió afable y atento Arturo levantándose del banco y, acercándose a Mario, le retiró a la pequeña de las rodillas; todos también se levantaron en sombrío silencio saliendo apresurados del comedor, se percibía que huían del mal genio que Mario ya no podía disimular de su rostro
-¡¿Por qué cojones no me lo dijiste Lara?! ¡¿Por qué ni siquiera me lo comentaste cuando empezaste a sospechar que podías estar embarazada?!- lo oyeron explotar frenético apenas quedaron a solas
-¡¡A mí no me levantes la voz ¿vale?!!- gritó tajante Lara dejándolo de un pasmo y hasta asombrándose ella misma de que su garganta se desatascara tan rápidamente y con aquella energía, Mario tomó aire profundamente
-Perdóname, no quise gritarte así, pero...- se disculpó algo más aplacado pero mirándola dolido- ¿Por qué rayos no me comentaste nada?- le reprochó posándole dulcemente su mano sobre la que Lara mantenía sobre su regazo
-Quería esperar un poco más de tiempo para asegurarme antes de decírtelo- expresó arrepentida mirándolo pesarosa
 -¡¿Más tiempo para asegurarte?!- repitió abriendo pasmado sus ojos- ¡¿Cuánto más tiempo necesitas que la claridad de dos meses de retraso Lara?! ¡¿Esperar a las contracciones para estar bien segura?!- exclamó mordaz, ella bajó disgustada la cabeza- es más Lara, también es mi hijo: tenía derecho a enterarme ya de la primera falta que tuviste ¿no crees?- le reprochó herido
-Es que ni yo me di cuenta de que no me viniera, Mario; fue el primer mes que estábamos juntos y no me acordé para nada de la dichosa regla- expresó sincera mirándolo mortificada, él volvió a abrir atónito sus ojos
 -¡¿Ya fue el primer mes?!- exclamó impresionado, ella asintió con la cabeza- ¡¡Virgen del amor hermoso Lara!!- clamó pasándose impresionado las manos por el pelo- ¡¡Entonces no son dos Lara: vas camino de tres meses de embarazo si no los has cumplido ya!!- expresó sobrecogido mirándola con los ojos abiertos como platos- ¡¡Dios santo...!!- murmuró de pronto sobrecogido como si recordara algo y la miró con aterrado espanto- ¡¡Alocada insensata, de casi tres meses y tú montándote todos los fines de semana en ese dichoso caballo Lara!! ¡¿En qué coño estabas pensando?!- clamó aterrorizado, ella abrió sus ojos espantada
-¡¡Oh Dios santo, no me di cuenta!!- clamó estremecida y sus ojos se llenaron de lágrimas arrepentidas- ¡¡Oh por Dios, no me di cuenta Mario... te juro que ni por la cabeza se me pasó...!!- rompió a llorar angustiada mirándolo con terrible aflicción; él la miró conmovido y, pasándole dulcemente el brazo por los hombros, la cobijó amoroso contra su pecho
-Tranquila mi ángel, serénate; no pasó nada gracias a Dios- le murmuró tierno besándola amoroso en la cabeza al tiempo que la acunaba suavemente entre sus brazos y se quedaron en silencio unos segundos así: ella arropada contra su pecho mientras él la acunaba dulcemente entre sus brazos; de pronto Mario se detuvo en su suave mecer- Lara...- nombró de repente como si de pronto volviera a recordar algo y ella elevó su cabeza para mirarle a los ojos- ¡¡vamos a ser padres mi amor!!- exclamó como si en aquel instante acabara de percatarse realmente de la noticia, Lara sonrió divertida por aquella reacción de Mario; él posó sus manos a ambos lados del rostro de Lara y la miró con pasión a los ojos- ¡¿Me has escuchado amor mío?!? ¡¡Vamos a ser padres vida mía!! ¡¿No suena maravilloso?!- volvió a gritar pletórico de felicidad, ella sonrió enternecida
-De nuevo- remarcó segura y complacida sin poder olvidarse de Luna, Mario sonrió plenamente dichoso
 -Eres increíble amor mío ¿cómo no voy a amarte mi ángel?- declaró lleno de pasión y la besó ardiente en los labios fundiéndose en un apasionado beso en el que se entregaron todo aquel impresionante amor y aquella inmensa felicidad que sentían dentro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario