sábado, 15 de agosto de 2015


     Salieron del comedor, Mario la llevaba cobijada amorosamente con ambos brazos contra su cuerpo y no paraba de besarla dulcemente en la frente repetidamente mientras ella se asía a su cintura.
 Luna, riéndose divertida, se deslizaba soltando grititos de auténtico placer por la alta barra siempre muy arropada por todos para que no se lastimara; entre tío Arturo y el joven Dani la descolgaban hasta casi la mitad de la barra desde arriba mientras el resto la esperaban abajo rodeando totalmente la barra para que tuviera ni un pequeño hueco por donde escabullirse al suelo. Se percibía a simple vista que adoraban todos a la pequeña. Así se abrió la puerta del comedor, todos clavaron sus miradas intrigadas al instante en ellos mirándolos muy atentos a sus caras y sonrieron satisfechos al verlos abrazados con pasión y sonriendo felices
 -¿Qué? ¿Podemos ya celebrar la llegada de un nuevo miembro al equipo o vas a seguir aullando como perro enloquecido?- bromeó chistoso sin dejar de sonreír alegre el joven Dani; Mario sonrió pletórico
-Chicos: si todo sale bien y no hay complicaciones: dentro de seis meses aproximadamente, lo tendremos ya aquí- explicó feliz posando tierno una de sus manos en el vientre de Lara
 -¡¡¡Bien!!!
-¡¡Genial!!
-¡¡Enhorabuena compañero!!- explotaron todos de alegría rodeándolos y felicitándolos realmente complacidos
-Muchas felicidades chiquita- la felicitó con sumo cariño Arturo besando en la mejilla a Lara que le sonrió inmensamente feliz ante aquella leve pero clara muestra de profundo cariño
 -¿Qué pasa?- preguntó curiosa Luna observando sin comprender tantas felicitaciones a su papá y a Larita
-¿Qué pasa mi ardillita?- expresó su padre recogiéndola en brazos- ¡¡lo que pasa es que pronto tendrás un hermanito mi niña preciosa!!- explicó radiante de felicidad besándola fuertemente en la mejilla, la pequeña sonrió entusiasmada
-¡¿De verdad papi?!- expresó ilusionada mirándolo dichosa
 -De verdad mi ángel- aseveró con rotundidad
-¡¡Guay!! ¡¡Voy a tener un hermanito tío Arturo!!- exclamó también llena de felicidad extendiendo sus bracitos hacia él que la recogió complacido
 -Lo sé mi chiquitina, lo sé- expresó lleno de ternura besándola apasionado en la mejilla.
 -¿Qué rayos está pasando aquí? ¿A qué viene tanta celebración?- regañó serio el sargento de la unidad llegando en ese momento al parque aunque se percibía que hacía tremendos esfuerzos por no sonreír animado al ver a sus muchachos tan alegres
-¡¡Voy a tener un hermanito tío Fede!!- anunció feliz la pequeña aún en brazos de Arturo
-¡¡No me fastidies!! ¡¡Jesús, Dios nos libre!!- exclamó frunciendo disconforme el ceño al tiempo que se palmeaba desarmado la frente- ¡¡Solo espero que esta vez sea un machote y no otra ardillita preciosa y traviesa que me tenga revolucionado el parque siempre que viene!!- expresó esperanzado recogiendo a la pequeña en brazos y besándola fuerte y sonoramente en la mejilla, todos rieron alegremente divertidos- enhorabuena campeón- felicitó sonriendo dichoso palmeándole complacido el hombro a Mario mirándolo con gran aceptación y cariño demostrando que lo apreciaba realmente muchísimo
 -Gracias mi sargento- respondió agradecido sonriendo sumamente dichoso
-Y enhorabuena a la futura mamá, por supuesto- resolvió besando resuelto las mejillas de Lara- aunque la verdad no sé si darte la enhorabuena o el pésame preciosa chiquilla: no sabes quien te viene como se parezca solo un poquito al energúmeno de su padre- bromeó chistoso provocando de nuevo las risas jocosas de todos.
Lara salió del baño tras alistarse para acostarse encontrándose a Mario ya metido en la cama, recostado contra el cabezal con el brazo izquierdo bajo su cabeza con la mirada perdida y muy ensimismado. Lara se metió a su lado y lo besó amorosa en el pecho al tiempo que se abrazaba gustosa a su cuerpo, él reaccionó envolviéndola al instante entre sus brazos besándola tierno en la frente
-¿En que pensabas amor?- indagó curiosa, él le sonrió dulcemente
 -En que debo dar con Sol y no tengo ni puñetera idea de por dónde empezar a buscarla- expresó desarmado suspirando profundamente besándola de nuevo en la frente, ella lo miró confundida -¿Buscar a Sol? ¿Para qué?- interrogó descolocada
-Para pedirle los papeles del divorcio y arreglar mi situación cuanto antes, cielo ¿para qué va a ser?- respondió decidido
-Tranquilo, ya aparecerá; no te comas la cabeza por eso ahora, amor- expresó desenfadada besándolo amorosa en su pecho desnudo de nuevo, él la miró incrédulo
-¡No quiero Lara, tengo que encontrarla y ya!- exclamó rotundamente tajante y ella lo miró confundida por aquella resolución tan definitiva; él le sonrió dulcemente besándola tierno en la frente- cielo, tengo la imperiosa necesidad de solucionar esta situación a la mayor brevedad posible amor, es que no sé por qué coño no lo hice ya antes- protestó tremendamente fastidiado por su propia dejadez frotándose incómodo la frente con su mano
-Tranquilo mi vida, con agobiarte no consigues nada- volvió a intentar serenarlo dulcemente, él le sonrió tierno
-¿No lo entiendes verdad?- expresó conmovido por su ternura- quiero tenerlo todo solucionado y ser plenamente libre cuando nazca nuestro hijo amor mío... y tú ya me has hecho perder tres maravillosos meses por tu tozudez- le reprochó chistoso besándola amoroso en los labios
 -¡Sí hombre! Ahora va a ser culpa mía que no hayas arreglado tu situación, no te digo- expresó graciosa moviendo en desacuerdo los hombros y él rió divertido al tiempo que se giraba rápidamente sobre Lara atrapándola bajo su cuerpo
-Pues sí, algo de culpa tienes si no me da tiempo a encontrarla y nuestro pobrecito chiquitín...- expresó mimoso besando tierno el vientre de Lara bajo su camisón de seda rosa, ella rió divertida- nace siendo hijo de la amante de un hombre casado ¿has pensado en eso cabeza loca?- acabó de aclarar mirándola pícaro mientras sonreía travieso, ella soltó una amena carcajada y Mario atrapó aquella deliciosa boca que lo volvía loco fundiéndose ambos en un ardiente y entregado beso lleno ya de pasión y deseo.
-¡¡Ah, aquí está mi niña por fin de regreso!!- exclamó entusiasmada nana saliendo a la puerta de la casa a recibirlos como cada sábado
-¡¡Nana!!- chilló la pequeña corriendo alegre a sus brazos y se fundieron en un tierno abrazo ante las sonrisas amenas y tiernas de Lucía, Lara y Mario
 -¿Y papá nana?- se interesó Lara como siempre besando cariñosa las mejillas de su adorada nana -¡¡Aghhh hija, ya lo conoces: a saber!! por ahí andará, perdi...- expresaba despreocupada moviendo despectiva su mano
 -Estoy aquí vieja metiche- la interrumpió socarrón apareciendo tras ella también a la puerta de la casa, la mujer lo miró totalmente sorprendida mientras el resto reía divertido
 -¡¡Ahí va!! ¡¿Y que milagro estar tú ya en casa de regreso?!- exclamó incrédula nana sin poder creerse lo que sus ojos miraban
-Sabía que estaba a punto de llegar nuestra princesita y quería estar aquí para recibirla- expresó recogiendo encantado a Luna en brazos, la pequeña al instante rodeó su cuello con sus bracitos y ambos se fundieron en un amoroso y fuerte abrazo; aunque no pudo evitar que sus ojos buscaran rápidamente los de Lucía que le sonrió dulcemente sin tampoco poder dejar de mirarlo
-¡¡Ya!! ¡¡Sí: la princesita... seguro!!- expresó maliciosa nana provocando que Lucía se sonrojara levemente, Mario y Lara soltaron unas risitas pícaras que intensificaron un poco más el rubor en las mejillas de Lucía
-¡¿Qué quieres decir con eso vieja entrometida?!- protestó al instante Ricardo fulminándola con una intensa mirada de fastidio, ella levantó vanidosa la cabeza
 -Nada, solo que me gustaría saber dónde vas últimamente todos los jueves por la noche todo preparadito y perfumado- expresó con malicia, Ricardo tragó atrapado saliva
 -¡¡Vaya!! ¿Así que a los jueves, eh nana? ¡¡Que casualidad mamá, el mismo día que “últimamente” llamas a las siete en vez de a las ocho como haces siempre porque “casualmente” siempre tienes un “compromiso”!!- se burló jocoso Mario provocando las risas picaruelas de Lara y nana mientras los tres se metieron en casa sin decir nada más pero sin poder dejar de reírse chanceros mirándolos a ambos de reojo con pilleria
-Creo que ya no engañamos a nadie Ri- le murmuró Lucía riéndose traviesamente divertida mientras lo miraba con pasión
-O eso, o a alguien se le escapó la lengua...- expresó divertido mirando receloso a Luna aún en sus brazos
-¡¡Ey, que yo como prometí, no dije nada de los besos que os vi daros en las caballerizas ¿eh?!!- aclaró con una rotundidad aplastante la pequeña mirando ofendida a su abuelo Ricardo por aquella injusta acusación, Lucía y Ricardo no pudieron evitar reírse retozonamente divertidos
-Pues entonces... ¿para qué seguir disimulando ya?- expresó resuelto y, posando suavemente su mano libre en la nuca de Lucía, la acercó más a él- no sabes lo que ya te echaba de menos- le murmuró meloso acariciando con sus labios los de Lucía que sonrió encandilada
 -Mentiroso, si aún antes de ayer fue jueves y cenamos juntos como siempre- expresó coquetamente gustosa siguiéndole aquel provocador jugueteo de labios; él sonrió complacido
 -Pero es que, cuanto más estoy conmigo, más te extraño después- declaró amorosamente sincero y, sonriéndose mimosos, se fundieron en un apasionado beso lleno de deleite ante la mirada picaruela de la pequeña Luna que sonreía divertidamente entretenida aún sentada sobre el brazo izquierdo de Ricardo.
-¿Va a venir Alberto por aquí, papá?- preguntó interesada Lara cuando estaban todos sentados alrededor de la mesa de la cocina dando buena cuenta de la deliciosa comida que nana había preparado
-Sí, tiene que venir esta tarde a traerme unos papeles que debo firmar ¿por qué cielo?- contestó desenfadado sin dejar de saborear su comida
 -Quiero hablar con él; bueno, más bien... Mario y yo queremos hablar con él- reparó mirando dulcemente a Mario que le sonrió conforme
 -¿Y de qué si puede saberse?- indagó curiosa Lucía mirando intrigada a su hijo
-Queremos saber si conoce a algún investigador privado que sobre todo sea eficiente y trabaje con rapidez- explicó resuelta Lara mientras seguía comiendo desentendida
 -¿Para qué necesitáis un investigador privado?- siguió preguntando descolocada Lucía mirando sin comprender a su hijo
-Quiero encontrar a Sol mamá, tengo la imperiosa necesidad de arreglar nuestra situación… y cuanto antes- aclaró Mario mirando con pasión a Lara que le sonrió enamorada
-¿Quién es Sol?- preguntó con curiosidad Ricardo, tanto nana como su esposo e hijo también lo miraban muy interesados en saber
-Mi mamá- respondió desenvuelta Luna sin dejar de comer tranquilamente la comida que tenía en su plato; Ricardo, nana, Pedro y Leo se cruzaron unas miradas completamente desconcertadas y, llenos de una tremenda curiosidad, regresaron sus miradas intrigadas a Lara y Mario
 -Creíamos que eras viudo corazón- expresó totalmente desubicada nana
-No, nana, legalmente... soy un hombre casado- expresó sincero aunque no pudo evitar expresar su arrepentimiento y gran bochorno del rostro, todos abrieron pasmados sus ojos mirando al instante con asombro a Lara
-¡¿Casado Lara?! ¡¿Mario está casado?!- exclamó atónito Ricardo mirando con total reproche a su hija Lara
-¡Ey, que no es lo que estás pensando...!- intentó defenderse rápidamente Lara comprendiendo al instante la mirada reprochadora de su padre
-¡¿Te has liado con un hombre casado peque?!- clamó incrédulo Leo mirando incomprensible a su buena amiga
-No, no; eso no es así...- salió al instante Mario en defensa de Lara
-¡¡Lara Méndez ¿Has sido capaz de romper una familia?!!- la acusó con dura recriminación nana muy ofendida sin darle opción a Mario de explicarse
-¡¡No, claro que no nana!! ¡¿Cómo puedes siquiera pensar algo así de mí?!- se defendió contundentemente rotunda y muy ofendida Lara por aquella acusación
-No por Dios bendito nana, Lara no tuvo nada que ver con mi ruptura matrimonial; ya hacía más de seis años que Sol había desaparecido cuando nos conocimos- aclaró convincentemente categórico Mario saliendo en defensa de Lara, todos callaron mirándolo con clara decisión a que siguiera explicándose- Sol un buen día, cuando Luna apenas tenía siete meses, cogió todas sus cosas y desapareció; y desde entonces no hemos vuelto a saber nada de ella- aclaró muy sereno, todos volvieron a entrecruzarse miradas confundidas
-¿Así? ¿Sin más?- expresó confundido Ricardo
-Sí Ricardo: así, sin más- repitió sincero Mario moviendo incomprensible los hombros
-Así sin más no, hijo- intermedió Lucía con claro desdén en la voz, todos la miraron curiosos- cuando mi hijo llegó a casa se encontró que... “esa mujer”- escupió asqueada y tremendamente dolida- se había marchado dejando a nuestra pobre chiquitina abandonada en la cuna a saber cuánto tiempo sola en la casa- acabó de explicarse mirando compungida a Luna
-¡Dios bendito, para que hubiera ocurrido cualquier desgracia con nuestra niña!- exclamó sobrecogida nana mientras se persignaba acongojada mirando tremendamente conmovida a Luna que seguía comiendo tan tranquila sin prestar atención a la conversación
-¿Y nunca más supiste nada de ella?- se interesó curioso Ricardo, Mario negó con la cabeza- ¿Nunca? ¿No te molestaste ni siquiera en buscarla al menos para pedirle una explicación?- siguió preguntando sin comprender
 -No- respondió rotundo y tomó aire profundamente- al principio quise darle tiempo, creí que fuera solo un arrebato y que volvería pronto, que a lo mejor se sintió agobiada por llevar sola el bebé y la casa ya que fue un verano tremendo y mi unidad estaba día sí y día también en alerta llegando yo a veces muy tarde a casa...
 -Porque eres muy tonto y confiado, siempre quieres pensar bien de la gente pero bien te avisé cuando hablaste de casarte que esa mujer no me gustaba, que era egoísta y altanera, que se veía a leguas que aspiraba a mucho más de lo que un simple bombero podía darle y te iba a dar problemas... aunque nunca pensé que haría eso- reprochó mordaz Lucía torciendo asqueada su boca
-Mamá por favor...- murmuró Mario bajando avergonzado su cabeza reconociendo que su madre tenía razón, todos sintieron una gran lástima por aquel pobre muchacho que había sido tan vilmente burlado por aquella mala mujer- después, al pasar el tiempo y ver que no regresaba, esperaba que al menos aparecería para preguntar por su hija aunque fuera solo por teléfono, pero eso nunca ocurrió...- dijo lleno de rencor mientras miraba tristemente a Luna sentada a su lado, ella lo miró dulcemente inocente y él la besó conmovido en la frente- después, lleno de dolor furia y rabia pero no por mí, sino por lo que mi hija estaba pasando, cerré esa puerta de un portazo y no quise saber nunca más de ella; y ahí estuvo mi otro fallo después de creer y confíar en ella: me desentendí completamente de todo sin preocuparme nunca de arreglar mi situación... hasta ahora- añadió pleno de amor tomando la mano de Lara y ambos se miraron tan enamorados que conmocionaron a todos y sonrieron enternecidos
-Bueno, pues no te preocupes hijo que contrataremos al mejor investigador que haya para que la busque aunque sea de debajo de las piedras- resolvió decidido Ricardo y ellos le sonrieron agradecidos
-¿Y podemos saber a qué vienen esas prisas ahora por encontrarla?- interrogó muy interesada nana mirando pícaramente esperanzada y con gran ilusión a la enamorada parejita sin poder disimular su ilusión de escuchar una gran noticia
-A que quiero tener todo solucionado y ser de nuevo un hombre libre antes de que nazca nuestro hijo nana- expresó lleno de ilusión y pasión mirando encandilado a Lara mientras le oprimía amoroso la mano que aún sujetaba de Lara que le sonrió dichosamente feliz
-¡¿Qué?!- exclamaron pasmados todos al tiempo mirando estupefactos a la parejita, sobre todo nana que aquella no era precisamente la noticia que esperaba
-¿Qué has dicho hijo?- expresó Ricardo sin poder dar crédito a lo que había oído
-Lo que ha oído, estamos embarazados de tres meses ya- explicó pletórico de felicidad Mario sin poder dejar de mirar cautivado a Lara que sonreía radiante
 -Por todos los demonios...- exclamó abrumado Ricardo dejándose caer vencido de espaldas contra el respaldo de su silla mientras miraba completamente incrédulo a su hija, Mario y Lara lo observaron prevenidos por su reacción- pero... ¡¿se puede saber cuándo demonios te hiciste tú mujer, chiquilla? ¡¡Si apenas hace unos segundos, ahí en la puerta, vi llegar a mi princesita chiquitina!!- clamó impresionado mirando escéptico a Lara como si no diera crédito a lo que sus ojos miraban, todos reían tiernamente divertidos- ¡¡Y ahora, de pronto... vas a ser mamá, mi ángel!!- exclamó lleno de alegría mirándola encandilado mientras se enderezaba de nuevo en su silla, ella le sonrió feliz- ¡¡¿Lo habéis oído todos? Mi niña preciosa va a ser mamá y yo... abuelo!!- clamó eufórico levantándose impetuoso y abrazó colmado de felicidad a su hija que rió complacidamente dichosa
-¡Ey, y yo su abuela ¿eh?!- protestó chistosa Lucía y todos rompieron a reír divertidamente felices rodeando a la linda pareja felicitándolos llenos de alegría por la gran buena noticia.
Habían pasado ya dos meses maravillosos del cual, la última quincena del último mes, lo habían pasado íntegro en el rancho pues Mario estaba de vacaciones. Lara lucía ya una hermosa pancita que tenía enloquecidos de pasión a todos que la mimaban y cuidaban con un amor y un esmero algo sorprendente. Pero sobre todo tenía encandilado a Mario que lleno de deleite no se cansaba de acariciar amoroso aquella hermosa barriguita; y a Luna, que no paraba de parlotear sobre los planes de todo lo que iba a hacer cuando su hermanito naciera. Mientras que Lucía y Ricardo ya no se molestaban en esconderse, gozaban de su amor tan dulce y hermoso como el de sus respectivos hijos ante la vista de todos que también disfrutaban de verlos tan felices como dos adolescentes.
 -Entonces, definitivamente os marcháis mañana ¿no?- expresó muy abatida nana aunque intentó disimularlo durante la comida de aquel sábado, Lara la miró enternecida desde el otro lado de la mesa -Tenemos que hacerlo nana, lunes empieza a trabajar de nuevo Mario y yo va siendo hora de que aparezca por la clínica ¿no crees?- le habló dulcemente, ella movió desencantada los hombros y suspiró profundamente provocando las sonrisas tiernas del resto
-¿Por qué no os quedáis tú y Luna un poco más? A los muchachos les vendrá bien unos días a solas para amoldarse de nuevo a la rutina del trabajo- propuso animado Ricardo mirando esperanzado a Lucía que se quedó mirándolo sin saber que contestar
 -¡¡Sí abuelita, sí; quedémonos!!- exclamó entusiasmada Luna pero Lucía no se atrevía a responder -Pues no es mala idea mamá, así Lara y yo podríamos aprovechar a preparar la habitación del bebé más rápidamente que estando esta ardillita traste por el medio- animó resuelto Mario acariciando tierno la mejilla de su hija que sonrió divertida ante el calificativo de su adorado papá; Lucía aún mantuvo unos segundos más en silencio con las miradas del resto expectantes sobre ella
-Está bien, nos quedamos entonces una semana más- resolvió finalmente suspirando profundamente provocando un estallido de alegría de Luna, todos rieron entrañables; aunque la mirada deseosamente apasionada que Ricardo le envío, habló por sí sola haciéndola sentir inmensamente feliz... ¡¡y muy excitada; ya que Ricardo era tan tierno y a la vez tan impetuoso que sabía llevarla al sumo placer como nadie y tendrían toda una semana para gozar en la íntimidad de la casa sin tener que andar a esconderse como adolescentes por la finca!! Sonrió pícaramente complacida y él entendió al instante aquella traviesa sonrisa suya sintiendo una placentera excitación al comprobar que pensaba lo mismo que él.
-Hijo ¿sabes ya algo de esa mujer?- intentó desvíar su atención Ricardo de aquella mujer que lo tenía trastornado
 -Sí, ese investigador que ha contratado ya ha dado con ella; mil gracias por su ayuda- expresó agradecido, él le sonrió desentendido- y Alberto ya tiene preparados los papeles para entregarlos en los juzgados así se reabran tras el parón estival- explicó animado
-Estupendo, hijo; estupendo- repuso pleno de satisfacción
-¿Y puede saberse por dónde andaba ese bicho sin entrañas y sin sentimientos?- preguntó con desdén Lucía
-Pues no muy lejos mamá, resulta que al parecer desde hace algunos años está viviendo en las afueras de la ciudad; tiene una súper casa de lujo en la urbanización Valleverde para ser más exactos- aclaró desenfadado
-¡¡Ja, cómo no!! ¡¡No sé cómo no lo habíamos pensado antes!!- replicó mordaz Lucía haciendo una mueca de asco con la boca- ¡¡Entre lujos y gente con pasta: lo que ella siempre ambicionó, la muy pu...!!
-¡¡Mamá!!- la interrumpió rápidamente Mario
 -¡¿Qué?! ¡¿Acaso no es así?! ¡¿No es una vulgar mujerzuela sin valor ninguno ni sentimientos?! ¡¡hijo por Dios, si hasta las ratas o las víboras o cualquier alimaña que me quieras poner de ejemplo cuida de sus crías!!- lo enfrentó irritada por su reclamo
-¡¡Mamá!!- repitió Mario apretando fastidiado los dientes al tiempo que movía levemente la cabeza hacia Luna que observaba muy atenta lo que su abuela decía, Lucía se sonrojó abochornada al darse cuenta de la pequeña y cerró la boca al instante; todos rieron divertidamente entretenidos aunque asentían con la cabeza dándole toda la razón.
 -¡Oye tíos ¿alguno de vosotros debe dinero o está metido en algún tipo de lío?!- preguntó inquieto Fran una mañana desde lo alto del camión en donde estaba colocando bien la manguera
-No que yo sepa, o al menos yo no- respondió Arturo examinando curioso los rostros de sus demás compañeros que estaban alrededor de él preparando el camión para tenerlo listo si había alguna urgencia, todos negaron al igual que él había hecho
-¿Por qué lo dices?- preguntó curioso Mario
-¡Joder, porque es la tercera vez en esta semana que veo ese Mercedes negro con ventanillas tintadas parado al otro lado de la calle justo enfrente de nosotros! ¡Parece estar espiándonos y eso no es buena señal colegas!- expresó muy mosqueado señalando hacia fuera del parque; todos miraron intrigados lo que su compañero señalaba y de pronto el coche negro arrancó al verse descubierto
 -Será casualidad- repuso Manolo continuando con su trabajo
-¡¿Casualidad tres veces seguidas?! ¡¡Venga hombre y mis huevos claveles!!- exclamó desdeñoso por aquel comentario
 -¿No serán esos hombres de negro de los que hablas siempre que se dedican a espiarnos?- bromeó burlón Paco poniendo entonación de suspense y terror, todos rompieron a reír divertidos
-Burlaros, vosotros burlaros... pero que el gobierno nos tiene a todos súper vigilados y controlados, es cierto; y veréis como pronto empezaran a ponernos chips de localización, y si no al tiempo- aseveró rotundo regresando a su trabajo y todos volvieron a reírse explayados de su fantasioso compañero que siempre andaba buscando tramas ocultos del gobierno por todos lados.

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