sábado, 26 de diciembre de 2015


    Jake ya metido en aquella ancha y cómoda cama del dormitorio que le destinaron y tras ducharse, no era capaz de dormirse. Con los brazos cruzados bajo su cabeza, no podía dejar de recordar aquella maravillosa velada con su adorada Ellie cuando percibió una sombra cruzar a hurtadillas por el jardín a través de las finas cortinas del ventanal que reconoció en seguida: era su hermano Cris
-¡Serás cabrón, hijo de la gran chingada! ¡Tú sí que sabes divertirte, pero cómo te pille la fiera de Kathy, te va a capar enano!- murmuró sonriendo divertido.
Pero Kathy no estaba precisamente por la labor de vigilar a sus hermanas... Nico, recostado contra el cabezal de su cama, tampoco podía dormirse como le ocurría a su hermano Jacob. Cuando de pronto se abrió la puerta de su dormitorio entrando rápidamente Kathy con solo un ligero camisón de seda blanco largo sobre su hermoso cuerpo y cerró pronta la puerta tras de sí para que nadie la viera.
 -¡Kat ¿qué coño haces?!- expresó sobresaltado Nico al verla al tiempo que se sentaba sobre la cama, ella sonrió pícara mirándolo con ojos ardientes y se fue acercando despacio a él- No seas loca gatita ¿y si se entera tu abuelo o tu madre? ¡¡O aún peor!! ¡¡Si nos descubre Jake no habrá quien lo aguante después, cielo!!- aclaró muy nervioso mientras ella seguía aproximándose a él y posó su dedo índice en sus labios callándolo
-Tranquilo que cerré con llave- le murmuró arrodillándose sobre la cama a su lado, él la miraba dudoso pero ya con gran deseo en los ojos- y si tenemos cuidado no tiene porque enterarse nadie: tu cuarto está en medio del pasillo, el abuelo duerme al fondo y la habitación de Jacob es la primera; estamos entre los cuartos de Meg, que duerme siempre como una marmota y no la despierta ni un huracán y mamá, que toma somníferos todas las noches y aumenta la dosis cuando realizamos fiestas en casa- explicó melosa ya enredando provocadora con sus labios en los de él que sonrió complacido
-¡Entonces ven aquí gatita mía que no sabes lo que te estaba echando de menos ya!- le murmuró ardiente tomándola entre sus brazos y tumbándola sobre la cama mientras ella reía dichosa; la besó ardiente en el cuello retirándole suavemente los finos tirantes del camisón y descubriéndole aquellos preciosos pechos que acarició ansioso con su boca. Se entregaron con pasión pero cargado de sensualidad; no fue alocado e impetuoso como en la caballeriza; se deleitaron en procurarse placer antes de la incursión final. Fue un acto totalmente maravilloso lleno de amor y entrega total.
-¡Esto es una locura pichoncito!- expuso nerviosa pero al mismo tiempo entusiasmada Meg mientras Cris se colaba hábil por el ventanal de su dormitorio
-Una locura es como me tienes toda la noche mi muñequita linda- le murmuró meloso atrapándola entre sus brazos y oprimiéndola contra su cuerpo, ella rió encandilada rodeándole el cuello con sus brazos- después de casi dos semanas sin ti y viéndote esta noche tan preciosa, no puedo aguantarme más mi chiquita- expresó lleno de deseo mientras ya recorría ardiente con sus labios el cuello y el hombro de Meg mientras le retiraba los tirantes de encaje de su camisón verde agua que resbaló hasta el suelo dejándola completamente desnuda- ¡Ay, mamasita linda, como extrañaba ver toda esta belleza!- expuso complacido al ver su cuerpo desnudo y, recogiéndola entre sus brazos, la llevó a la cama mientras se besaban ambiciosos. Su entrega empezó lenta, armoniosa, recorriéndose amorosos sus cuerpos con sus bocas inflamando más y más sus deseos hasta que les abrasaban por dentro la ansía. Megan trepó sobre él y se encajó rauda y precisa, ambos soltaron un gemido de gozo al encontrarse al fin unidos, se movía codiciosa, sabía lo que quería e iba ambiciosa a por ello; Cris la sujetó por las caderas y la guió hábil ayudándola a conseguir explosionar aquel inmenso y maravilloso orgasmo que le recorrió cada milímetro de su cuerpo por dentro provocándole intensas sacudidas de pleno placer que hicieron sonreír complacidamente feliz a Cris. Pero eso no la detuvo, más fiera y arrebatada si aquello era posible, ya iba en busca de más con codiciosa desesperación- Espera muñequita, espera- la detuvo él posando tierno sus manos en sus mejillas, ella obedeció pero lo miró muy confundida- quiero decirte que te quiero mi chiquita, que te quiero más que a nada en este mundo- declaró lleno de amor acariciando dulcemente con sus pulgares aquel hermoso rostro sonrojado de la pasión
 -Y yo a ti pichoncito, no sabes cuánto- le respondió con total sinceridad e intentó atrapar apasionada su boca pero Cris no se lo permitió reteniéndola frente a él mientras sonreía feliz de escucharla
-Entonces mi gatita impetuosa... ¿te casarás conmigo?- expresó mostrándole su mano izquierda donde llevaba ensartado en su dedo meñique un hermoso anillo de compromiso
-¡¡Dios santo Cris!!- exclamó apenas en un murmullo mirando encandilada aquella hermosura que retiró del dedo de Cris y colocándoselo en su dedo anular- ¡¡Es precioso amor mío!!- expresó llena de deleite sin poder dejar de mirarlo ya en su mano
-¿Y qué me contestas muñequita?- instó mirándola esperanzado, ella lo miró a los ojos
-¿Tú qué crees so bobo? ¡¡Sí, claro que sí!!- exclamó plena de felicidad abalanzándose sobre él y atrapó la boca de Cris fundiéndose en un apasionado beso donde se intentaban entregar todo el amor que sentían dentro. Él, sin apartar ni un ápice su boca de la de Meg, se giró preciso llevándosela bajo su cuerpo y, mientras seguían saboreándose gustosamente complacidos, comenzó a mover sus caderas embistiéndola poderoso pero muy despacio recargando de nuevo sus cuerpos de aquella pasión irrefrenada que los envolvió en una locura maravillosa que los llevó a un final esplendoroso que los lleno completamente dejándolos plenos de gozo y satisfacción.
Jake, ya harto de que el sueño no le invadiera y cansado de dar vueltas en la cama, se levantó y vistiéndose una camiseta sobre el pantalón de su pijama, salió procurando no hacer ruido de su dormitorio; cruzó silencioso la sala en dirección al jardín agenciándose una botella de tequila y un caballito al pasar por el mueble bar. Se disponía a sentarse en uno de los sillones de mimbre que había en la terraza del jardín cuando descubrió a alguien sentado bajo la pérgola. La luz de la luna se reflejaba sobre su fina bata blanca y su brillante melena, haciendo que simulase una bella aparición.
-Ellie- suspiró dichoso de encontrarla despierta y se acercó caminando descalzo sobre la mullida hierba, descubriendo que era Helena y no Ellie. Se volvió con la intención de irse para no molestarla cuando la vio hacer un gesto con sus manos que lo alertó. Ella volvió a repetirlo y había visto bien: se limpiaba las mejillas con las yemas de sus dedos, estaba llorando. Se quedó dudando unos instantes si irse y dejarla tranquila o acercarse a preguntar... decidió dejarla en paz y se encaminó de nuevo hacia la casa. Pero no podía dejar de observarla y, verla tan sola y abatida le dolía en el alma, así que regresó sobre sus pasos- ¿Se encuentra bien?- se interesó amable acercándose a ella, Helena se sobresaltó al oírlo
-Oh, me has asustado hijo- expuso sobrecogida limpiándose más presurosa las mejillas intentando ocultar las lágrimas
-Lo siento, no era esa mi intención- se excusó conmovido, ella le sonrió dulcemente mostrando una de aquellas preciosas sonrisas que le recordó a Ellie
-Lo sé hijo, no es un reproche- expuso cariñosa y se sonrieron agradados- ¿no puedes dormir?
-¿Y usted? ¿Le ocurre algo?- indagó cordial secándole una rebelde lágrima con el reverso de su mano suavemente, ella sonrió entristecida
-No hijo, estoy bien; solo son viejos fantasmas que regresan siempre en estas fechas- respondió intentando parecer amena pero su voz sonó apesadumbrada
 -¿En qué fechas?- preguntó curioso sentándose frente a ella
-Los cumpleaños de mis hijas- respondió con voz apagada mirando entristecida el horizonte- me encanta verlas tan felices celebrando sus cumpleaños... pero al mismo tiempo son fechas que me recuerdan a su padre extrañándolo tremendamente...- añadió apagadamente con voz melancólica
-¿Echa de menos a su esposo?- repitió desconcertado Jake sin comprender cómo podía extrañar al hombre que tanto la había hecho sufrir; ella lo miró de pronto sobrecogida, como si hubiera hablado de más sin darse cuenta; cosa que aún descolocó más aún a Jake, ella le esbozó una dulce sonrisa
-No me hagas caso hijo- repuso esquiva y tomó aire profundamente- ¿te lo has pasado bien en la fiesta?- cambió de conversación descaradamente, él también sonrió ameno
-Sí, estuvo bien; aunque si le digo la verdad, para mí estar tan trajeado y estirado no es una fiesta sino un fastidio- expresó sincero sirviendo tequila en el vasito y ella rió entretenida- la eché de menos- indicó amable pasándole el vasito que ella rechazó amable negando con la cabeza sonriéndole agradecida
-A mí tampoco me gustan ese tipo de fiestas- declaró guasona y ambos rieron amenos.
-Veo que no soy la única noctámbula hoy- bromeó chistosa Ellie acercándoseles y ambos le sonrieron alegres
-¿Otra pesadilla mi cielo?- le preguntó dulcemente su madre mirándola preocupada, pero ella le sonrió feliz
 -No, solo que no logro dormirme- respondió despreocupada
-Pues únete al club- expuso resuelto Jake ofreciéndole su mano que ella aceptó sentándose en sus rodillas y acomodándose sobre su pecho al tiempo que él la rodeaba amoroso ente sus brazos; Helena los miró atónita y Ellie le sonrió plenamente dichosa
-¡¡Oh mi ángel, que alegría!!- exclamó emocionada su madre al comprender aquella feliz sonrisa sin necesidad de palabras y los tres se sonrieron complacidos- Espero que ahora sí empieces a cuidarte entonces- le recriminó cariñosa y Ellie le sonrió asintiendo con la cabeza- me alegro triplemente entonces mi chiquita preciosa- expresó complacida levantándose y besándola en la frente- me voy a la cama para dejaros a solas, no os retraséis en acostaros que ya casi amanece
-Por favor señora Helena, usted no molesta- interpuso educado Jake pero ella sonrió amable
-No me seas mentirosillo que sí molesto y lo sé- aseveró decidida y los tres rieron amenos- y nada de señora Helena que aunque soy la madre de Ellie no soy tan mayor, Helena nada más ¿vale?- se sonrieron amistosos y ella se fue a la casa
-¿Qué tienes realmente mi ángel? ¿De verdad no fue una pesadilla?- se interesó preocupado así quedaron solos besándola tierno en la frente
 -De verdad, últimamente padezco algo de insomnio; me pongo a darle vueltas a la cabeza y el sueño se va- aclaró serena
-¿Y qué tanto piensa esta bonita cabecita que me tiene loquito?- repuso cariñoso besándola de nuevo en la frente, ella sonrió deleitada- ¿Acaso siguen los problemas con el rancho?
-No, todo va bien y recuperándose de nuevo; ayer han llegado una remesa de caballos nuevos junto a dos buenas yeguas de calidad para retomar la cría de puras sangres; tenemos a Relámpago que es un semental perfecto y maravilloso además de todo un campeón y Kathy está muy ilusionada con la idea- explicó animada mientras acariciaba distraída el pecho de Jake- pronto este rancho tendrá su esplendor de antaño
-¿Entonces, en qué piensas para perder el sueño todas las noches?
-En ti- respondió sincera mirándolo tierna a los ojos y él sonrió enternecido- me pasaba las noches pensando en qué podía haber hecho mal para que huyeras así, por qué no vinieras a verme y…- calló brevemente- lo que más me torturaba era pensar qué estarías haciendo en esos momentos- murmuró avergonzada y él la besó amoroso en la frente al tiempo que la oprimía suavemente contra él
 -¿No estarás celosa mi corazón?- expresó mirándola a los ojos
-Mucho- respondió melosa y se rieron alegres.
-Pues deja de estarlo porque desde hace tiempo no hay más mujer que tú en mi vida amor mío- declaró totalmente sincero y ella sonrió complacida y se besaron deleitados, se saborearon gustosos en aquella entrega de amor y pasión que sus bocas se ofrecían. Ellie lo besaba fogosa mientras sus manos acariciaban su cuerpo despacio, provocando tremendamente a Jake; su piel ardía bajo el contacto de sus suaves manos y su cabeza empezaba a perder el control de la situación; hacía tremendos esfuerzos por controlarse y no cometer la torpeza de antes aunque deseaba con exasperación aprisionarla entre sus brazos y sentir aquel precioso cuerpo bien pegado al suyo. Ellie descendió inesperadamente con sus labios a su cuello besándoselo ardiente; Jake sintió que todo se le podía escapar de sus manos de seguir así
-¡Uy, uy, uy; para cielo, ahí no!- expuso Jake de pronto retirándola cuando ella alcanzaba la curva de su cuello con su clavícula, lo miró desconcertada y Jake le sonrió dulcemente- mi chiquita, me enciendo más rápido que un mechero y ese precisamente es mi punto flaco; será mejor volver cada uno a su cuarto o esto llegará a un punto sin retorno que aún no quiero cruzar contigo; quiero hacer las cosas bien y despacio mi ángel- ella rió divertida mientras él se levantaba y, tomándola de la mano, se dirigieron a la casa
-¿Sabes qué para el mes que viene es el cumpleaños de tu hermana?- comentó desenfadada, él rió divertido
-Corazón, es mi hermana chiquita, mi tesoro, mi princesita consentida ¡¿cómo no voy a saberlo?!- respondió chistoso y ella rió recreada- ¿por qué lo preguntas?
-Estamos invitadas- declaró y él la miró sorprendido
-Sabía que Meg iba a ir pero no tenía ni idea de que tú también mi ángel- expresó deleitado, ella sonrió amena
-Cris va a aprovechar para presentar a Megan a tus padres pero a ella le da reparo ir sola, así que iba a acompañarla Kathy pero al final Cris y Nico insistieron tanto que también yo voy
-¡Qué bien, eso me alegra un montón!- repuso feliz abrazándola amoroso contra su cuerpo y ella sonrió agradada
-¿Cuántos cumple?- indagó curiosa
-Catorce
-¡¿Catorce solo?!- repitió asombrada mirándolo anonadada, él rió animado
-Fue un desliz de mi viejo; ya éramos todos unos hombrecitos, date cuenta que Nico ya tenía los 13 y Cris que era el pequeño once, cuando llegó ella de sorpresa trayendo la alegría a la casa- expuso lleno de pasión por su hermana pequeña y ella rió enternecida
-¿Qué le podría comprar Jake? No la conozco y me gustaría acertar y que le gustara de verdad-indicó amedrentada cuando ya estaban delante de la puerta de su cuarto
-Hay una cosa que le haría realmente muy feliz a mi princesita- respondió y ella lo miró ilusionada- que me quieras mucho, mucho, muchísimo; eso sí que la haría súper feliz- aclaró resuelto mientras la oprimía amoroso contra él, ella rió divertida y se besaron deleitados antes de retirarse cada uno a su dormitorio.
Jake se levantó temprano, la casa aún estaba silenciosa y se dirigió a la cocina encontrándose a la cocinera que lo recibió con una amable sonrisa
-Buenos días señorito, ahora le sirvo el desayuno...
-¿Qué señorito ni que carajos?- la interrumpió mirándola desconcertado, la mujer lo observó confundida- soy Jake- añadió mostrándole su mano, la mujer titubeó unos segundos pero sonrió alegre
-Juanita- repuso estrechándosela amistosa
 -Eso está mejor; Buenos días Juanita- resolvió ameno devolviéndole la alegre sonrisa
 -¿Te sirvo el desayuno en el comedor o esperas por los demás?
-Pero vamos a ver Juanita ¿Tú me ves señoritingo de comedor a acaso?- repuso en tono criollo y ella rió alegre- Yo me tomó mi cafecito que huele que alimenta aquí contigo, mi viejita linda; no soy un estirado gringo que necesita que le sirvan en el comedor- expresó sirviéndose un café recién hecho en una jarrita de barro de las que usaba Juanita para ella, se rieron animados y empezaron a charlar amenos- Juanita ¿puedo hacerle una pregunta?- expuso en cierto momento mirándola cohibido
-Claro mi niño- respondió resuelta sirviéndole otro café
 -He visto que en toda la casa hay docenas de fotos de toda la familia... pero no hay ni una sola del esposo de la señora Helena...- expresó mirándola curioso, la mujer se puso seria removiéndose incómoda en su silla- ni siquiera una de su boda y es raro ¿no?- siguió exponiendo, la mujer apretó inquieta sus labios
-Hijo, yo no debo hablar de eso, mejor pregúntale a las muchachas ¿sí?- intentó escabullirse y se levantó de la mesa poniéndose a lavar unos platos en el fregadero dándole la espalda
-Ya me contó Ellie que era un desgraciado que maltrataba a su madre- siguió insistiendo, la mujer lo miró sorprendida de que él supiera aquello- ¿es por eso Juanita? ¿La señora Helena las quitó al morir él?- indagó curioso, ella apretó sus labios
-No- respondió soltando un profundo suspiro y, secándose sus manos al mandil que llevaba puesto, se volvió hacia él mirándolo fijamente a los ojos- esto quedará entre nós ¿verdad?- expresó amedrentada y Jake asintió rotundo con la cabeza- el señor Williams las quemó todititas al poco de nacer la niña Kathy, no dejó ni una- aclaró y Jake abrió anonadado sus ojos- aunque la niña Helena intentaba disimular lo que pasaba en aquel desafortunado matrimonio que nunca debió realizarse, todos en la casa sabíamos lo que estaba padeciendo la pobrecilla; una mañana, tras otra tremenda trifulca entre ellos que todos pudimos oír pese a que la pobrecilla le suplicaba a ese maldito degenerado que no levantara la voz, nana volvió a recriminarle al señor Williams que todo era su culpa como venía haciendo desde el maldito día de aquella boda... El señor Williams se volvió loco y, recogiendo todas las fotos que había por la casa, las quemó ahí mismito ante mí- explicó señalando la estufa de hierro que había en la cocina; la mujer echó una visual hacia la puerta abierta de la cocina asegurándose que nadie la escuchara- aunque yo salvé una sin que él se diera cuenta- le susurró pícara y Jake sonrió divertido- pero no es de ese estirado mal hombre, no señor; es de mi niña que estaba preciosa aquel día pese a todo- declaró muy orgullosa de “su niña” y Jake sonrió enternecido
-¿Pese a todo Juanita?- repitió desconcertado, Juanita sonrió entristecida asintiendo con la cabeza
-¿Quieres verla?- preguntó en un susurro brillándole emocionada los ojos y Jake asintió, la mujer recogió un libro de la estantería que había sobre los fogones de la cocina y sacó una foto donde se veía a una preciosa Helena muy joven, apenas se le echaban 20 años, que parecía un ángel con aquel elegante vestido blanco y aquella mantilla finamente bordada sobre su cabeza; pero lo que más le impresionó a Jake fue su rostro
-¡¡Virgen de Guadalupe, nunca vi un rostro tan triste y menos en una novia!!- exclamó impactado por aquel rostro y aquellos ojos tan apagados y tristes- sí, está preciosa; pero más parece un condenado a muerte que una reluciente novia- añadió sobrecogido
-Lo dicho: pese a todo- repitió la mujer apesadumbrada recogiendo la fotografía y guardándola otra vez entre las páginas del libro justo a tiempo para ocultarla de la vista de Nico que apareció en ese justo momento
-¿Te echaron de la cama o qué?- bromeó al encontrarse ya a su hermano levantado dirigiéndose a servirse también el mismo un café
-¡Más quisiera! ¡Esa enorme cama es muy fría durmiendo solo!- bromeó y se rieron divertidos, tampoco quiso ir al comedor.
-Juanita, prepara el desayuno que el abuelo viene en seguida- expuso Kathy que entraba charlando amena con Ellie y se quedaron sorprendidas al encontrárselos a ellos ya allí- ¿Qué hacéis aquí?- les preguntó Kathy
-Desayunando- respondió tranquilamente Jake y Ellie le sonrió animada
 -Yo también prefiero desayunar aquí casi todos los días ¿verdad Juanita?- indicó rauda besando la mejilla de la cocinera y sentándose a lado de Jake
 -Sí mi niña- repuso gozosa- tú como tu mamá siempre quisisteis más estar aquí que en cualquier otro lugar de la casa, desde bien chamaquitas
Apareció también Helena acompañada de nana y más tarde el abuelo quedándose todos al final desayunando alegres en la cocina charlando amenos con Juanita sentada con ellos a la mesa como un miembro más de la familia.
 -¡¡Mamá!! ¡¡Ellie!! ¡¡Kat!! ¡¿Dónde estáis todos?! ¡¡Mirar lo que me ha dado Cris anoche!!- entró pegando gritos de felicidad Meg con la mano derecha en alto mostrando un hermoso anillo de compromiso; Cris la seguía sonriendo orgullosamente complacido
 -¡¡Virgen santa mi niña; que noticia más maravillosa!!- exclamó emocionada y feliz Helena levantándose de la mesa y acercándose a su hija para ver mejor el anillo; todos la imitaron felicitando a la feliz pareja
-¡Que callado te lo tenías enano!- expresó alegre Jake revolviéndole juguetón el pelo a su hermano que, aunque sonreía pletórico de felicidad, protestó fastidiado por aquel gesto de su hermano
-¿Anoche Meg? ¿Y cuándo? Porque parece increíble que pudieras quedarte callada- indagó confundida Kathy observando deleitada el anillo en el dedo de su hermana, los rostros de Cris y Megan se volvieron serios de pronto mirándose muy nerviosos; Jake rió divertido al comprender “cuándo” fuera que su hermano le diera el anillo a Megan
-Aaahh ¿Así que eso hacíais en la pérgola de madrugada, no?- expresó desentendido Jake echándole una mano a su atrapado hermano, Ellie lo miró extrañada y confusa- tras retirarnos a nuestros cuartos seguía sin poder dormir y me levanté a tomarme un tequila, fue cuando los vi desde la sala- explicó desenfadado
-Sí, exactamente; así fue- se apuntó rápidamente Cris a la buena coartada que su hermano le ofrecía mientras la alegre parejita le sonreían agradecidos por aquella inesperada ayuda que les brindó.
Pasaron la mañana alegres y entretenidos recorriendo aquella preciosa finca acompañados del abuelo y la señora Helena. Jake tuvo que reconocer que lo que sus hermanos le dijeran era cierto, aquella mujer estaba llena de tierna dulzura y cariño a raudales, tal y como su angelical rostro indicaba. Y amaba a sus hijas con pasión, cosa que también pasaba a la inversa: las tres muchachas demostraban un cariño inmenso por aquel amable y encantador anciano, pero lo que transmitían hacía su madre era algo excepcional que impresionaba, y eso que él quería a su madre más que a nada en el mundo, pero aquellas tres muchachas casi rozaba la adoración por la suya.
 -Es un magnífico ejemplar; con él conseguiréis unas crías extraordinarias- expuso Nico acariciando el ancho y fornido cuello de Relámpago ya de regreso en las caballerizas
 -Quiero cruzarlo cuanto antes con esta yegua blanca ¿qué te parece?- aclaró muy animada Kathy mostrando un bonito caballo todo blanco de largas y abundantes crines
-No está mal- comentó despreocupado- pero yo elegiría aquella rubia primero- aclaró señalando una hermosa yegua castaña de relucientes crines muy claras
-Sí, claro; como no ¡Dónde está una buena rubia que se quite el resto ¿no?!- comentó malicioso Jake, Nico le echó una mirada furibunda
-No empieces Jake, por Diosito santo te lo pido- le suplicó amistoso, Jake rió divertido
-¿Por qué Nico? Esta es perfecta y está en la edad para preñarla ya- indicó Kathy acariciando la hermosa yegua blanca
-Sí, no te digo lo contrario, además tiene una planta muy buena; pero a la rubia le falta poco para alcanzar la plenitud y tiene mejor estampa- destacó animoso- fíjate en su pecho, ancho y firme, es perfecta
-¡Eso siempre le gustó a mi hermanito! un buen pecho ¿verdad Nico?- volvió a bromear socarrón Jake provocando las risas divertidas del resto mientras que su hermano mayor resoplaba fastidiado
-Además observa su mirada: es una yegua osada, brava, pero muy leal; es un ejemplar extraordinario- siguió exponiendo intentando pasar de las burlas de su hermano
 -¡Sabes escoger una buena yegua muchacho!- resolvió entusiasmado el anciano palmeándole complacido la ancha espalda que se había mantenido muy atento a las explicaciones de Nico
-No lo sabe usted bien- respondió burlón Jake
 -¿Ya está bien, no? ¿Puedes pararle un poquito?- le regañó ya muy molesto Nico, Jake sonrió malicioso mientras el resto los observaban sonriendo inocentes sin comprender nada
-¿Y yo qué estoy haciendo?- expuso mirándolo con ingenuidad en aquellos grandes, hermosos pero pícaros ojos negros- solo confirmo los halagos que el abuelo Williams te hace, hermanito; me estás un poquito quisquilloso esta mañana ¿no? ¿Acaso no has descansado bien esta noche o qué?- añadió sagaz y su hermano le miró fulminante pero el inesperado sonrojo de Kathy volviéndose rauda y nerviosa para ocultar su bochorno de los demás la delató al instante- ¡¡Ay la virgen; de esto no me había enterado yo!!- exclamó atónito abriendo pasmado sus ojos
-¡¡Basta Jacob o te juro que me las pagas, por estas que me las pagas!!- explotó furioso Nico besando su dedo pulgar; Jake rió jocoso sin apartar sus ojos del sonrojado y esquivo rostro de Kathy
-¿Os ocurre algo muchachos?- indagó intrigada Helena mirando a ambos muchachos confusa
-Ah no les haga ni caso Helena, siempre están así, desde muy chiquitos; solo paran cuando mamá les da un buen tirón de orejas a cada uno- respondió desenfadado Cris y todos rieron amenos
-Bueno, será mejor regresar a la casa; Juanita ya debe tener la comida lista- resolvió Helena y todos estuvieron de acuerdo
-Me he dado cuenta de que entiendes mucho de caballos muchacho ¿tenéis un rancho también?- se interesó animado el anciano mientras regresaban a la casa; Helena iba enganchada cariñosa al brazo de su padre
-No señor; esta pasión por los caballos me viene de mi padrino, se crió entre ellos y él fue quien nos enseñó a todos a montar y me contagió esa pasión por estos nobles animales enseñándome todo lo que sé de ellos- respondió satisfecho y ambos se sonrieron agradados
-Ah, entonces es él el que posee caballos; ojalá podamos llegar a hacer negocios algún día- repuso esperanzadamente complacido Williams mientras Helena sonreía dulcemente escuchándolos hablar
-Lo siento pero no lo creo; él tampoco tiene caballos ni rancho, es el contralmirante más joven que tiene la armada americana hasta la fecha y está a cargo de uno de los buques de asalto anfibio más importantes del país- explicó orgulloso
 -¡Vaya, impresionante!- expresó admirado Williams- espero poder conocerlo algún día- añadió complacido y Nico le sonrió agradado con la idea
 -Seguro le caería bien ya que, no es porque sea mi padrino, pero es un hombre maravilloso; además de muy inteligente, educado y trabajador, es una persona súper atenta, comprensiva y sobre todo muy cariñosa por lo que sus cadetes lo adoran- expresó nuevamente con tanto orgullo y cariño que Helena y Williams le sonrieron enternecidos.

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