domingo, 17 de enero de 2016


      Tras ducharse juntos enredando como adolescentes, Josh se afeitaba frente al amplio espejo del baño mientras Helena, envuelta solo en una toalla, se maquillaba a su lado. Él no podía dejar de observarla a través del espejo mientras sonreía dichoso; cuantas veces había soñado con pequeñas escenas cotidianas como aquella junto a su amada Leni y se estaban realizando al fin
-¿Sabes qué roncas cuando duermes?- expuso burlona mientras se daba la máscara de pestañas, él la miró guasón
-¡¡Adiós!! ¿Ya me estás buscando defectos, mi ángel? Pues tú babeas y no te dije nada- respondió chistoso
 -¡Ey, yo no babeo mentiroso!- protestó fastidiada dándole un suave empujón con su hombro y se rieron alegres; inesperadamente, él le soltó de un movimiento rápido la toalla; Helena, soltando un gritito de sorpresa, intentó sujetársela rápidamente pero no pudo evitar que cayera al suelo quedándose desnuda ante él que sonrió pícaro mirándola deleitado de arriba abajo
-Tienes un cuerpo increíble cielo, nadie diría que es el de una futura abuelita- repuso complacido por aquella bella visión, ella sonrió agradada al tiempo que la recogía y volvía a ocultar su desnudez
-Y tú sigues teniendo un culito muy atractivo y durito... pese a tu edad- indicó maliciosa dándole una cachetada en su nalga y volvieron a reírse alegres, él la besó tierno en los labios y regresó al dormitorio
-¿Pedimos algo para desayunar, cielo? Hay tiempo y estamos cerca de la Sede- preguntó desde el cuarto
-Bueno- contestó indiferente desde el baño mientras recogía todos sus útiles de maquillaje en el pequeño neceser
-¿Qué te parece... huevos con salchichas y bacón, zumo de naranja, tostadas y café?- indagó animado leyendo la carta sentado al borde de la cama, ella se asomó por la puerta del baño mirándolo pasmada
-¡¿Serás capaz de comerte todo eso?!- expuso asombrada y él rió divertido
-Ya no soy un jovenzuelo y debo reponer fuerzas, me vienes muy juguetona tú- comentó desenvuelto y se rieron alegres
-Para mí solo café y zumo- respondió metiéndose nuevamente en el baño
-¿Solo eso mi vida?- indagó extrañado
-Tengo el estómago revuelto del viaje- respondió despreocupada. Él hizo el pedido por teléfono.
Después de desayunar, se vestían uno frente al otro. Él se quedó mirando complacido mientras se abrochaba la guerrera azul marino de su traje oficial como Helena se vestía uno de sus vestidos nuevos sobre un sujetador azul cobalto con finos bordados en hilo de plata muy incitante con el culote haciendo juego
-¿Qué me miras?- indagó curiosa y él sonrió deleitado
-Que me gusta mucho tu cambio… demasiado diría yo; lástima que tengamos que irnos- comentó pícaro acercándose a ella y la besó ardiente en el cuello
-Anda, deja de enredar y súbeme la cremallera- le indicó cariñosa
-No es eso lo que me está apeteciendo precisamente- le murmuró meloso sobre los labios pero se la subió mientras se besaban apasionados.
 Llegaron ante aquel impresionante edificio de piedra y subieron las escalinatas pasando bajo aquellas altas columnas cuadradas en dirección a la entrada principal tomados tiernamente de la mano. Helena lo observaba todo deslumbrada no queriéndose perder ningún detalle de aquel fastuoso edificio mientras Josh, sin soltarla en ningún momento de la mano, se retiró su visera al traspasar las puertas y se dirigió a paso decidido hacía el mostrador de la entrada donde estaba un joven vestido con su uniforme militar que se cuadró al instante de ver a Josh
 -Contralmirante- expresó rotundo sin bajar su mano
 -Descanse oficial- le indicó amable Josh devolviéndole el saludo y el muchacho obedeció- soy el contralmirante Hunter y tengo una citación para presentarme ante...
-Sí señor, sé de sobra quién es usted: su fama le precede señor; lo que logró hacer en Vietnam y Kuwait es asombroso señor- expresó mirándolo emocionado, Josh le sonrió agradecido
-No hice nada que otro en mi lugar no hubiera hecho muchacho, solo pensaba en poner a salvo a mis compañeros- se defendió humilde, el muchacho sonrió ameno
-El almirante Stevenson le espera, señor- añadió cordial y le dio indicaciones de cómo llegar hasta su despacho no sin antes entregarle una credencial de visita autorizada a Helena que debía llevar siempre bien a la vista; ella obedeció sujetándosela en una esquina del escote cuadrado de su vestido rojo y Josh, tras volverse a saludar militarmente con el muchacho, se dirigió hacia los ascensores siempre llevando suave pero con firmeza a Helena de la mano.
 Llegaron tras unas dobles puertas de madera donde Josh llamó suavemente oyendo una voz firme y profunda diciendo un «entre» con potencia
-Almirante- se cuadró firme Josh entrando en el despacho, el hombre que estaba tras su gran mesa se levantó sonriendo amistoso y respondió al saludo despreocupadamente
-Descanse Hunter y pase; adelante- le indicó amigable respondiéndole al saludo
-Gracias señor- obedeció y, sin soltar la mano de Helena, se acercaron a la gran mesa de madera maciza mientras aquel hombre de pelo completamente blanco y un bigote muy bien recortado y cuidado sonreía ameno observando detenidamente a Helena- le presento a mi esposa Helena, señor
-Encantado- repuso educado sonriendo dichoso mostrando su mano a Helena que se la estrechó cohibida pero él se la sujetó suavemente y, acercándosela a los labios, la besó levemente; pero no se la soltó inmediatamente, la retuvo en su mano mientras la miraba encandilado a los ojos- ¿Así qué su esposa, eh?
 -Sí señor
-Es bien hermosa,contralmirante- dijo volviendo a observarla detenidamente, Helena le sonrió agradecida aunque estaba poniéndose nerviosa con aquella descarado examen- Pero siéntense por favor- indicó resuelto soltando por fin la mano de Helena
-Gracias señor- obedecieron sentándose en los butacones frente a él mientras el almirante hacia lo mismo en su sillón de cuero negro de alto respaldo
 -No tenía información de que se hubiera casado contralmirante- comentó desenfadado
-No lo hice señor, eso será así regresemos a casa señor
-¡Ah, así que se nos casa ¿eh?!- dijo ameno sonriendo abiertamente- ¿Y este, supongo, es el motivo de su renuncia, no?
-Sí señor, una de ellas- respondió con total serenidad, el almirante elevó sus cejas
 -¡¡Ah ¿una de ellas?!! ¡¿Acaso hay más?!- expresó curioso
-Sí señor, cuatro más: mis tres hijas y mi futuro nieto señor- explicó sincero y el hombre sonrió agradado
-¡¡Vaya, así que va a ser abuelo Hunter; enhorabuena!!- expresó gustoso y los tres se rieron alegres- pues referente a eso contralmirante...- exclamó abriendo un expediente que tenía sobre la mesa frente a él y lo leyó detenidamente- debo decirle que, arriba, no va a sentar nada bien su carta de renuncia- dijo mucho más serio mirando a Josh fijamente a los ojos
-Lo lamento señor pero mi decisión es irrevocable, deseo dejar la marina definitivamente- remarcó con decisión
-¿No habría alguna manera de convencerlo Hunter? el puesto que se le está ofreciendo dentro de estas instalaciones es muy importante y realmente se lo merece tras su expectacular carrera; además nos interesa tenerlo aquí- insistió
 -Lo siento señor, pero no lo acepto señor- contestó rotundo
 -¿Sabe qué las cosas andan algo revueltas en el Mediterráneo otra vez verdad?- instó volviendo a mirarlo muy serio y fijamente a los ojos
-Sí señor, algo he oído- respondió y se quedaron en silencio unos segundos mirándose fijamente uno al otro
-Esto que le voy a decir es confidencial, contralmirante y no debe salir de entre estos muros, pero lo necesitamos aquí Hunter; van a destinar varias flotas de apoyo y usted es uno de los mejores contralmirantes que tiene la marina para planificar el despliegue; su formación en contienda es espectacular y...
-Lo lamento señor pero no me hará cambiar de idea- recalcó decidido
-¡¡Por Dios santo Hunter, es tan testarudo como Clark me ha dicho caray!!- protestó fastidiado por tanta negativa recostándose en su alto sillón mirando escéptico a Josh- ¡¡si sus solicitudes ofreciéndose voluntario a todo eran siempre las primeras en recibirse…!!- expresó con incredulidad
-Lo siento señor pero eso se acabó para mí- se miraron de nuevo a los ojos- le he dado treinta y dos años a la marina y creo que ya tengo derecho a un merecido descanso- el hombre no dijo nada, siguió examinando el expediente
-Pues tengo que comunicarle que aún no he recibido la aceptación firmada de su renuncia Hunter
-¿Se pueden negar a dártela Josh?- indagó nerviosa Helena sujetándole fuertemente la mano que Josh aún no soltara pero el hombre le sonrió tierno
-¿Le molestaría mucho si lo hicieran señorita?- indagó intrigado el hombre, Helena se sonrojó
-Si es para mandarlo a otra estúpida guerra, por supuesto que sí- respondió rotunda sonando casi desafiante; Josh al instante le apretó la mano en advertencia de que callara pero ya era tarde y ya había hablado, el hombre entrecerró su poblado cejo mirándola fijamente y ella apretó nerviosa sus labios al tiempo que aún se sonrojaba más. El hombre rió agradado
-Debo aclararle dos cosas mi hermosa dama: primero, nunca nadie lo ha enviado a ninguno de esos destinos, es más, debo decirle que él se apuntó sin aceptar ningún tipo de negativa; y segundo, este nuevo puesto no sería al frente de ningún flota, es aquí: al frente de la agencia de Logística- expuso amable, Helena elevó pasmada sus finas y bien depiladas cejas- Y por lo que estoy intuyendo Hunter, no sé yo si dejar la marina le será un buen cambio: parece que va a llevarse un hueso de primera y volver a obedecer órdenes será dar un gran paso atrás, amigo mío- bromeó ameno y los tres rieron divertidos- no se preocupe Helena, no creo que lo hagan; eso sí: la firmaran a regañadientes y estarán maldiciendo una semana entera y su mal genio nos tocará pagarlo a los que nos quedamos aquí, pero no se la negarán- expresó resuelto y se sonrieron los tres entrañables- bueno, esta noche hay una cena de gala en la que estará presente el secretario de Defensa y tiene muchas ganas de conocerle contralmirante ¿asistirá verdad?- les propuso animado cerrando el expediente
-Si no hay más remedio señor...- replicó Josh dando claras muestras de que no le convencía la idea, el almirante rió divertido
-Sospecho que no contralmirante, no tendrá más remedio que asistir- expuso guasón levantándose de su sillón y ellos lo imitaron- Señorita Helena, ha sido un verdadero placer conocerla- expuso galante mostrándole amistoso la mano a Helena que volvió a estrechársela y él volvió a besársela suavemente -Gracias, igualmente- respondió amable y se sonrieron cordiales
-Nos vemos esta noche contralmirante- se expresó ahora hacia Josh
-Almirante- respondió Josh cuadrándose militarmente antes de estrecharle amistoso la mano que el hombre le ofrecía.
-Hunter, le pido por favor que lo piense un poco más; su ascenso a vicealmirante está ya debatiéndose en el Senado y apenas en tres semanas se sabrá la resolución; solo le pido eso contralmirante: tres semanas, realmente nos sería usted de gran ayuda al frente del departamento de Logística en estos momentos- expuso preocupado reteniendo la mano de Josh entre la suya y mirándolo esperanzado
-Lo haré si así me lo pide señor, pero ya le digo que mi decisión está tomada- concluyó rotundo, la cara del almirante fue de auténtica desolación
-Josh, cielo…- le habló tierna Helena posando suavemente su mano en el brazo extendido de Joseph que aún estrechaba la mano del almirante, él la miró alertamente sobrecogido
-Por favor Leni: no- expresó amedrentadamente desconfiado pero ella lo miró melosa con aquellos preciosos ojos que lo enloquecían
-Cielo, solo te pide tres semanas y realmente parece importante ¿qué son tres semanas tras todo lo que hemos esperado ya? Es un ascenso importante en tu carrera y yo puedo ir preparando la boda con más tiempo…- intentó convencerlo dulcemente
-¡¡Ah, no; de eso nada Leni!!- negó tajante- ¡¡No te me vas a volver a escapar; de esta vez no!! ¡¡Si decido aceptar ese puesto, será tras regresarnos a Carolina, casarnos y después me reintegraré a tomar mi cargo; no antes!! ¡¡No te me vas a escapar como en aquel viaje de hace 28 años y aún sigo esperando, Helena!!- resolvió contundente, Helena lo miró atónita y el almirante no pudo evitar soltar una risa jocosa
-¡¿28 años lo tiene esperando para darle el sí, querida?! ¡¡Lo dicho contralmirante: le van poner a orden!!- bromeó burlón y los tres rieron divertidos- no se preocupe Hunter, si acepta, le conseguiré una semana de permiso; se la tiene bien merecida después de esperar tanto compañero- siguió bromeando y Josh rió complacido; el almirante se quedó mirándolo fijamente a los ojos- ¿acepta Joseph?- instó esperanzado, Josh tragó incómodo saliva por aquella insistencia de su superior y esquivó su intensa mirada encontrándose con el dulce rostro de Helena que lo miraba con un brillo esperanzador en los ojos; él resopló vencido
-Me parece que no tengo escapatoria- masculló derrotado y tanto Helena como el almirante sonrieron complacidos
-¡¡Perfecto amigo mío; ha decidido muy bien!!- exclamó feliz y Josh lo miró reprochador
-Mas bien me han empujado a decidir- protestó fastidiado y el almirante como Helena volvieron a reírse cómplices
-¡¡Oh, mire que casualidad!! por eso no recibiera aún contestación... ¡¡si tengo aquí aún su carta de renuncia sin formalizar!!- replicó guasón sacando una carta de entre el expediente de Josh, él volvió a resoplar atrapado- Pues nada: aquí se queda tres semanas más- resolvió satisfecho metiéndola de nuevo entre los papeles y ahora sí se rieron amenos los tres.
Tras volverse a despedir, Joseph y Helena salieron del despacho encaminándose hacia el ascensor. Ya dentro, Josh estaba muy callado junto a Helena sin pronunciar palabra, ella lo miró inquieta
 -Josh ¿estás enfadado? ¿te ha molestado lo que hice ahí dentro?- preguntó cohibida, él la miró a los ojos
-Un poco... pero te la voy a cobrar estrellita, te la voy cobrar con creces...- expresó amenazante mirándola fijamente a los ojos y ella tragó nerviosa saliva- y esto solo será el principio- exclamó tomándola poderosamente entre sus brazos y la besó apasionado oprimiéndola ansioso contra él; Helena rió alegre y siguieron besándose ardientes antes de que el ascensor se detuviera en la planta baja.
Pasaron el día recorriendo alegres y felices la ciudad despreocupados de todo. Tomados como amantes enamorados de la mano y haciéndose a menudo carantoñas tiernas como jóvenes adolescentes, visitaron el Lincoln Memorial; el jardín Botánico; y muy cerca de él, el Capitolio. Pasearon por Capitol Hill deleitándose con la visión de sus coloreadas casas y su bullicioso mercado. Comieron en el maravilloso Araya's Place y visitaron el impresionante Smithsonian; pero apenas habían visto su museo Nacional de Historia Natural cuando Josh, ya impaciente y excitado de tantos arrumacos acaramelados durante todo el día, no pudo resistir más y quiso regresar al hotel.
Pero antes de subir a la habitación, Helena se empeñó en pasar por la boutique de moda que allí había y él aceptó a regañadientes
-Buenas tardes, soy Sara ¿En qué puedo servirla?- le dijo la dependienta amistosa
 -Hola, necesito un vestido para una cena de gala y me pongo en sus manos- indicó desenvuelta
-Claro, tenemos varios modelos y muy exclusivos en los que puede elegir pero...- la muchacha se quedó callada unos segundos observando a Helena de arriba abajo y mostró una complacida sonrisa- pero tenemos uno que a usted le irá increíble; sígame por favor- expresó animosa y la guío hacia los probadores
-¿Voy contigo mi vida? Puedes necesitar ayuda con la cremallera- se ofreció pícaro Josh y Helena lo miró maliciosa
-¡Nooo cielito, Sara me puede ayudar; tranquilo!- canturreó guasona provocando las risas divertidas de la dependienta y él suspiró desarmado
-Vale, espero aquí entonces, pero no tardes- expuso sentándose en un sillón de la boutique. Pero quince minutos después ya estaba crispado ante la espera; ella salió por fin- ¿Nos vamos ya?- exclamó impaciente poniéndose en el acto en pie
-Me va a buscar unos zapatos y una cartera y ya- expuso calmadamente
-¡¡Leni!!- expuso exasperado, ella sonrió divertida
-Cinco minutos mi rey, no seas impaciente; te lo compensaré con creces- le murmuró melosa jugueteando con sus labios en los de Josh que resopló derrotado
 Después de probarse cuatro pares de zapatos de distintos modelos y estilos, por fin se decidió por unas sandalias cerradas negras de raso con tacón fino y muy alto a conjunto con una pequeña cartera de mano.
-¿Esas mi vida?- le preguntó impaciente
-Sí, creo que me quedaré con éstas- expuso descalzándolas aunque no sonaba muy convencida
-¡Estupendo! Cárguelo todo a la habitación 605 y mándelo arriba- casi ordenó tomándola de la mano antes de que volviera a cambiar de opinión y apresuró su paso hacia el ascensor ante la sorpresa de las dos mujeres
-¡Gracias por su ayuda Sara, cargue una buena propina también!- agradeció amable Helena mientras Josh casi la arrastraba hacia los ascensores; la muchacha reía divertida mirándolos desde la puerta de la boutique.
Aunque intentó apresurar el cierre de las puertas para subir solos, una ancianita muy agradable sonriéndoles amena logró entrar a tiempo en el ascensor; Helena le correspondió educada y, aunque Josh también lo intentó, su ansia solo le dejó mostrar un mueca cordial. Sujetó a Helena por la cintura besándola ardiente en los labios y, en su ímpetu, perdió la noción del lugar en dónde se encontraban, bajó a su cuello y la oprimía anhelante contra él; sin darse cuenta le subía la falda acariciándole ansioso el muslo
-¡Josh, por Dios bendito; estate quieto!- le regañó ella abochornada por la mirada divertida de soslayo que la buena mujer les lanzaba, él volvió a resoplar deteniéndose y la buena mujer rió entretenida
 -No se preocupe querida, sé bien lo que es; mi marido también estuvo en la marina y sé cómo llegan de alta mar- expresó desenfadada la anciana
-¿A qué sí buena señora? ¿Ves mi Leni preciosa? Esta buena mujer sabe lo que estoy pasando: mucha agua y solo hombres alrededor- expuso él animado besándola ardiente de nuevo en el cuello
 -Pero si tú no…- iba protestar Helena pero él atrapó ansioso de nuevo su boca callándola y la mujer rió alegre; el ascensor se detuvo
 -Cuatro pasos más muchacho, aguanta- indicó burlona la anciana mirándolos caminar por el pasillo presurosos
-Hasta luego y perdone- se disculpó Helena educadamente mientras él la arrastraba al cuarto mientras la mujer seguía riéndose muy divertida. Solo abierta la puerta, Josh la tomó por la cintura elevándola en el aire y regresó a besarla ardiente por el cuello al tiempo que la llevaba a la cama- ¡Josh, por Dios! ¿Qué rayos te ocurre?- exclamó atónita por su alocado comportamiento
-Ya has oído a la buena mujer: es normal Leni- aclaró satisfecho mientras ya le desabrochaba la cremallera del vestido
-¡Si acabaras de llegar de un viaje amor, pero tú y yo estuvimos juntos no hace ni cinco horas!- expresó incomprensible
-Pero tengo hambre atrasada de veintiséis años atrás mi vida y me has hecho sufrir lo que has querido todo el día con tus arrumacos y mimos… ¡¡Si nuestra Ellie se parece a ti, no me extraña que el pobre Jake esté tan rabioso por casarse de una puñetera vez: le alteráis la sangre al más pintado!!- expuso sofocado retirándole ya el vestido, Helena rió deleitada- y la que te vas a fastidiar eres tú porque, con la última paradita en la Boutique, me tienes más cachondo que un perro en celo y no voy a dar para mucho- aclaró excitado retirándole el sujetador y devorando ansioso sus pechos descubiertos
 -¡Si tú supieras como me tienes tú a mí con este uniforme que te sienta de pecado mi amor!- murmuró deseosa desabrochándole presurosa el cinturón de sus pantalones, él la miró complacido y se sonrieron tomándose ambiciosos de nuevo las bocas mientras se despojaban presurosos de las ropas tras lo cual él la embistió rotundamente, sin preámbulos, ninguno los necesitaba ya; Helena gimió entusiasta y comenzó a mover sus caderas sin piedad, seguía siendo su gatita implacable que sabía lo que quería e iba a por ello sin demora; él con gran satisfacción se lo dio y pronto gemía complacida ante su pasional desahogo que había alcanzado ya- Más Josh… dame más- reclamó ambiciosa entre jadeos intensos
-Sí mi gatita avariciosa, todo lo que quieras- contestó ávido y se incorporó arrodillándose sobre la cama, la tomó por las caderas y se las elevó levemente; la embistió una y otra vez imperiosamente, sin clemencia, mientras gemían impetuosos alcanzando un trepidante final arrebatadamente rabioso, frenético, que parecía iba a desgarrarlos por dentro pero dejándolos completamente satisfechos- ¡Dios, un día me vas a sorber hasta la médula mi fierecilla!- expuso debilitado dejándose caer a su lado
-¡Y ni así te agotas! ¡Insaciable!- respondió guasona intentando levantarse
-¡¿A dónde crees que vas?!- la atrapó raudo por la cintura con su brazo derrotándola junto a él mientras Helena soltaba un chillido alborozado, rieron alegres mientras jugueteaban amorosos cuando los interrumpió la puerta- ¿Quién cojones viene ahora?
-Señores Hunter, su pedido- habló el botones llamando de nuevo como si le hubiera oído y se rieron divertidos. Josh se levantó cubriéndose con la sábana y entre abrió la puerta, el muchacho no pudo evitar echarle una visual de arriba abajo- buenas tardes señor, le envían esto de la boutique…- aclaró cohibido mostrando una elegante funda de plástico y una bolsa de la boutique
-Gracias- repuso amable recogiéndolas y le sonrió atrapado- te doy la propina después ¿vale? Como ves, no llevo la cartera encima- expresó moviendo desarmado las cejas, él muchacho rió entretenido
-Claro señor, no importa; y lamento haberles interrumpido- respondió pícaro y ambos se rieron alegres al tiempo que Josh cerraba de nuevo la puerta. Tiró todo sobre el chaise longue que había a los pies de la cama y se dejó caer a lado de Helena- ¿Dónde íbamos mi gatita?- aclaró chistoso recogiéndola entre sus brazos y posicionándola sobre él; rieron alegremente juguetones y, enredando mimosos de nuevo, poco a poco estaban ya excitados nuevamente. Pero de esta vez, hicieron el amor pausadamente y entregados al máximo de manera excepcional llegando de nuevo a un clímax magnífico cargado de pasión que los agotó completa y satisfactoriamente.
 La casa del almirante Clark era esplendida. Josh iba impecable con el traje azul marino de gala de la Marina y Helena realmente hermosa con su nuevo vestido negro hasta los tobillos que ceñía su cuerpo levemente mostrando delicadamente sus hermosas curvas con un leve escote drapeado que caía desbocado hacia atrás mostrando parte de su espalda.
 Cuando entraron en el gran salón, Helena quedó impresionada al ver a tantas personas uniformadas con las pecheras llenas de medallas y las mangas de sus guerreras llenas de bandas bordadas de hilo dorado. Josh la guío posando su mano muy suavemente en la espalda de Helena internándose en la multitud hasta alcanzar a un hombre también muy elegantemente uniformado que venía hacia ellos sonriendo dichoso y Josh se lo presentó como el Almirante Clark
-¿Dónde la tuvo escondida todo este tiempo Hunter?- expuso encandilado tras besarle galante la mano a Helena
-A buen recaudo señor, sé muy bien de que pie cojean los marinos y no podía arriesgarme a mostrarla mucho- bromeó ameno y él le sonrió agradado
 -Bien hecho muchacho, aunque nos estuviera imposibilitando de tan hermosa visión, tiene una gran razón; esta joya debe estar bien protegida- expresó y rieron deleitados, el almirante los guió amable hacia el almirante Stevenson que junto a tres mujeres muy elegantes y enjoyadas estaban charlando animados con otro hombre elegantemente trajeado de esmoquin pero sin uniforme que el almirante Clark les presentó como el secretario de Defensa y entablaron una amena conversación entre los siete
-¿Y es cierto eso que me acaban de comentar de que, además de casarse, tiene también tres hermosas hijas?- preguntó animoso el secretario de Defensa
 -Sí señor, y pronto un nieto señor
-¡Caray Hunter! Una cosa es ser reservado con su vida privada pero lo suyo es… increíble- expuso asombrado y volvieron a reírse animados- bueno, supongo que ahora tendremos el honor de ver más a menudo a su hermosa esposa al ocupar usted su despacho en el Pentágono ¿verdad?- explicó satisfecho
 -No lo creo señor- respondió rotundo Josh desconcertándolo, él lo miró pasmado- acepté el puesto solo por tres semanas señor: después dejaré mi cargo y abandonaré la marina- resolvió tajante
-¡Déjese de patochadas Hunter; su carrera es intachable para hacer esa tontería!- aclaró rotundo, Josh se mordió el labio irritado ante la mirada inquieta del almirante Stevenson y la asombrada de Helena que observaba la conversación sin decir palabra como las otras tres mujeres
 -Esperaré entonces el consejo militar señor, porque yo me regresó al sur con mi familia así acabe esta nueva misión y no pienso cambiar de actitud- repuso totalmente decidido
-Ya le dije que era un terco mulo tejano intratable… siempre logra sacarme de mis casillas- murmuró el almirante Clark mirándolo desafiante, su vena de la frente se hinchaba por momentos asombrando a Helena- ya estamos como cuando la guerra del Golfo que se empeñó en ir cabezudamente pese a nuestras negaciones ¿cómo no logró aburrir a Sadam de aquella y que se rindiera antes contralmirante?
-No logré tenerlo frente a frente señor, se me escapó- bromeó más sereno Josh y todos rieron divertidos relajando de nuevo el ambiente. Un pequeño rebumbio nervioso entre todos los asistentes les llamó la atención
-¿Qué ocurre Harry?- se interesó intrigado el secretario de Defensa hacia un grupo de hombres que murmuraban muy nerviosos cerca
-Lo que se sospechaba James: la tormenta que está entrando por Carolina acaba de convertirse en huracán de fuerza tres; están enviando militares a la zona- explicó preocupado
-¡¡¿Qué?!!- clamó alarmado Josh abriendo aterrado sus ojos al escucharlo
-¡¡Dios santo Josh, un huracán!! ¡¡Nuestras niñas!!- chilló presa del pánico Helena al tiempo, Josh la cobijó amoroso contra su pecho
 -¡¿De qué rayos están hablando?!- exclamó impaciente mirándolos a todos sobrecogido
-¿No se ha enterado? Una gran tormenta ha entrado por Carolina del Sur este mediodía arrasando con todo a su paso- explicó conmovido el almirante Clark
 -¡¡Oh Dios, no!!- expresó aterrada Helena
-Cálmate cielo, nos regresaremos de inmediato- aclaró resuelto Josh besándola tranquilizador en la cabeza- lo siento mucho señor, pero debemos irnos...
-Eso es imposible, los aeropuertos están cerrados desde esta tarde- indicó la esposa del secretario de Defensa mirándolos acongojada
-¡¡Josh, Ellie y Jake están solos!! ¡¡Porque papá poco puede ya y Megan no sirve para nada y menos cuando se asusta!!- sollozó angustiada Helena, Josh la oprimió aún más contra su cuerpo para calmar su angustia
-No están solos cielo, cálmate; seguro que Ben y Lupe están con ellos...- intentó serenarla
-¡Que saben ellos de ranchos Josh! ¡¡Oh Dios, ni tampoco nuestra pequeña Ellie!! ¡¡Siempre la llevó Kathy y ella no está!!- cada vez estaba más aterrada- ¡¡Oh Dios mío!! ¡Oh Dios mío!!- se derrumbó angustiada rompiendo a llorar desconsolada, Josh la rodeó con sus brazos oprimiéndola fuertemente contra su pecho, también estaba atormentado sin saber que hacer
-No os angustiéis, os encontraré como regresar de inmediato- habló rotundo el secretario James
-¿Podrá hacerlo señor?- expuso esperanzado Josh mirándolo afligido
-Claro que sí; no se preocupe contralmirante- resolvió levantándose y dirigiéndose al teléfono. Habló durante un buen rato ante la atenta mirada de todos mientras Josh seguía cobijando amoroso a Helena contra su pecho que no cesaba de llorar y temblar entre sus brazos. Él colgó el teléfono volviéndose sonriendo animado- resuelto, regresarán en uno de los dos últimos aviones con suministros que salen para Charleston ahora mismo; mi chófer los llevará al hotel a recoger sus cosas y de ahí al aeropuerto; no se retrasen: el último avión saldrá en veinte minutos- avisó dispuesto
-Gracias señor- expuso enormemente agradecido Josh- ¿Lo oyes cielo? Nos regresamos ya; vámonos- Helena lo miró más serena y, tomándola de la mano, ambos se dirigieron hacia la salida de la casa

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