lunes, 23 de septiembre de 2013

-¡¡Ey!!- la sobresaltó Mark sacándola de sopetón de sus cavilaciones- Tierra llamando a Emma… regresa ¿eh? que te necesitamos aquí- expuso chistoso provocando las risas de los cuatro, regresaron al trabajo aunque no tardó mucho en volverse a quedar traspuesta con la mirada clavada en las fotocopias que tenía delante -Cielito ¿estás bien?- la sacaba Luisa de nuevo de sus cavilaciones tomándole tierna su mano -¿Eh?- exclamaba desorientada y mirándolos confundida encontrándolos observándola inquietos- sí, estoy bien; no me pasa nada- añadía sonriéndoles animada -Pues no lo parece corazón, más bien pareces preocupada ¿has tenido bronca en casa? ¿O es otra cosa? Sí lo prefieres, podemos ir tú y yo a mi cuarto a charlar…- instó cariñosa -No, de verdad que estoy bien, no me pasa nada- repuso animosa regresando su mirada de nuevo a sus fotocopias -Bueno ¿y ahora si papeamos algo y nos vamos de marcha?- propuso alegre Mark dando una animada palmada, Emma lo miró extrañada -¡Vamos Mark, no empieces! ¡Acabemos primero y saquemos esto de delante de una vez! ¡Después tenemos tiempo de sobra para divertirnos ¿no lo ves mejor así?!- le regañó fastidiada y sus amigos la miraron confundidos- ¿Qué pasa? ¿Acaso no tengo razón?- instó -¿Ves cómo estás en Babia?- indicó bromista Charlie, ella lo miró confundida- ¡Ya hemos acabado preciosa! Ahora solo queda imprimirlo y entregarlo- aclaró resuelto mostrándole la pantalla del portátil -¡¿Ya?!- se sorprendió y todos sonrieron amenos -No sé qué te pasa, pero que estás rarísima lo estás cielo- remarcó rotunda Luisa -Más bien parece… una embobada enamorada pensando en su galán- bromeó burlón Charlie y Luisa y Mark se rieron divertidos -¡¡No seas imbécil!! ¡¡Yo no estoy enamorada de nadie ¿me oyes?!!- bramó irritada sorprendiéndolos, se quedaron mirándola atónitos mientras recogía nerviosa sus cosas- ¡¿Cómo se te ocurre semejante estupidez?! ¡¡Enamorada!! ¡¡Cómo si no tuviera cosas más importantes en la cabeza que enamorarme!! -Tranquilízate Emma, Charlie solo bromeaba- lo defendió conmovida Luisa -¡¡Pues a mí esas bromas no me hacen gracia ¿vale?!!- increpó furiosa dirigiéndose al cuarto de Luisa -¡Toma fiera! ¡Qué es de Miguel!- le indicó Mark recogiendo el libro de sobre la mesa -¡¿Qué es de Miguel?!- se volvió rauda mirándolo interesada y sus ojos brillaron ilusionados -El libro zopenca… ¿Acaso no es de tu tío Miguel?- repuso confundido aunque Charlie y Luisa se miraron prevenidos -Ah sí… Claro- musitó más apagadamente y, recogiéndolo, se fue al cuarto de Luisa sin decir nada más. Los tres muchachos se miraron perspicaces -¿Os habéis dado cuenta como le cambió el semblante al oír el nombre de Miguel?- indicó suspicaz Mark -¡¡Cómo no!! ¡¡Si te has dado cuenta hasta tú que nunca te enteras de nada, como para no hacerlo nosotros!!- respondió jocosa Luisa y su hermano le hizo fastidiado una mueca burlona -Pero ¿no es su tío?- preguntó desconcertado Charlie -¿Y un poquito mayor, no?- añadió despectivo Mark -¿Pero lo habéis visto bien? El tío está como para removerle las tripas a cualquiera ¡está para comérselo, caray! y no me parece para nada ni tan mayor ni tan extraño que se sienta atraída por él… Ahora, eso de que sea su tío y aun así se haya enamorado de él, sí que me tiene contrariada…- expuso confundida Estaban recostados cómodamente en las hamacas del jardín, descansado tras la magnífica cena y disfrutando de sus whiskies mientras se deleitaban de la noche serena y estrellada que los rodeaba; silenciosa, solo se oían los cantos de las cigarras. .Esto es una maravilla, me quedaría aquí para siempre- musitó encandilado Alonso y todos, aunque estaban conformes, siguieron en silencio -¿A alguien le apetece irse a la cama ya?- preguntó Darío mirándolos interesado, el resto se miraron indagadores y negaron con la cabeza- ¡Genial! ¿Bajamos hasta el pueblo a tomar unas copas?- propuso animado y todos aceptaron. -Muy mal nos tiene que ir para que ninguno logré dormir esta noche caliente- decía Darío cuando paseaban ya por el pueblo mirando a unas muchachas que los observaban curiosas y divertidas desde la plaza. -Ten cuidado, a ver si vas a “dormir caliente” pero de otra manera muy distinta a la que piensas- le contestó Alonso observando a los chicos que los miraban desconfiados desde la misma plaza. Se rieron divertidos. Tomaron unas copas en un bar. Allí Darío y Paco entrabaron amistad con dos mujeres en la barra y las invitaron a sentarse con ellos; eran divertidas y una se interesaba demasiado por Miguel que esquivaba educado sus pícaras indirectas, provocando que sus compañeros se rieran divertidos de él. Cansada de sus negaciones, se fue a bailar con su amiga y Paco -Para uno que se le presenta la ocasión de mojar, no es precisamente el que quiere- se chasqueaba burlón Alonso -Paso; vine a desconectar y descansar, no a buscarme problemas con los pueblerinos- respondió despreocupado Miguel bebiendo de su vaso de whisky -¡A este no lo traigo más! el guaperas me está fastidiando los planes- repuso divertido Darío y se volvieron a reír -Yo no te fastidio nada so bobo, al contrario ¿la dejé libre, no? … ¡Atácale tú idiota! ¡Está tan calentita y deseosa que está a punto de sufrir una explosión espontánea!- le dijo entretenido y su compañero lo miró malicioso; tomó un trago de su combinado y se dirigió a la pista intentando otro ataque con la mujer mientras Miguel y Alonso lo miraban riéndose explayados. Volvió a la mesa al cuarto de hora -¡Tíos, la cosa va bien! ¡Esta no se me escapa viva!- se rieron nuevamente- Paco y yo nos vamos con ellas a bailar al pub de la esquina, ¿os venís o esperáis aquí?- les propuso animado -Vamos, este ya está muy visto- respondió resuelto Alonso acabándose su whisky de un trago, Miguel lo imitó y los siguieron Era un lugar demasiado oscuro y lleno de gente; luces cegadoras que daban vueltas sobre la pista hacían sentirse mareado. Las zonas únicamente algo iluminadas eran la barra del bar y los baños. -¿Dónde coño nos estamos metiendo? Aquí no se ve un huevo- comentó guasón Miguel y Paco rió divertido dejándose guiar por las mujeres hasta una de las mesas con sofás que estaban rodeando la pista -Qué lugar más intrigante ¿no?- decía Alonso observando asombrado todo a su alrededor al tiempo que se sentaba junto a Miguel -¡Siéntate en otro lugar joder! ¡A ver si nos van a tomar por lo que no somos coño! ¿No ves que así cuadramos en… parejitas?- repuso él gracioso -¿Y eso te molesta cielito? ¿Aún no quieres que se sepa que has salido del armario mi amor?- repuso chistoso acariciándole la mejilla y todos se rieron divertidos. -Yo tengo que ir a buscar de beber para superar esto- bromeó jocoso Miguel dirigiéndose a la barra -Yo te acompaño mi vida, no vaya a ser que te me pierdas- siguió bromeando Alonso siguiéndolo y todos volvieron a reírse explayados. Al pasar por junto la entrada le pareció ver a Emma pasar por delante del pub, el corazón le dio un vuelco y comenzó a acelerársele frenético. Se detuvo al instante y volvió a observar más fijamente descubriendo que no era ella. Se sonrió aturdido, estaba tan obsesionado con ella que ya la veía por todas partes, se dijo a sí mismo y siguió a Alonso. Llevaron las copas a la mesa. Darío ya bailaba en la pista con la rubia bien amarrado a él y Paco invitó a la otra muchacha dejando solos a Alonso y a Miguel que se burlaban de ellos mientras bailaban en la pista una pieza lenta, agarrados ansiosos a las mujeres -¡Estos hoy hay que controlarlos o nos desaparecerán de un momento a otro!- le decía divertido Alonso- ¿Qué te apuestas? -¡Yo apuesto a que se van a volver con nosotros pero muy calientes y defraudados!- repuso parrandero y se rieron amenos -¡Va luego! ¿Cincuenta pavos?- propuso resuelto Alonso y Miguel movió despreocupado los hombros La noche pasaba entretenida charlando amenos entre los dos. A veces, las parejitas regresaban a la mesa a refrescarse con sus bebidas, pero de inmediato volvían a la pista a seguir bailando. De pronto Miguel se encontró con la gran sorpresa de encontrar a Emma bailando con el moreno Mark en medio de la pista. Su corazón le dio un vuelco y sintió una alegría inmensa al verla, pero unos celos terribles lo asaltaron mirándola riendo dichosa en brazos de aquel niñato. Su corazón latía a cien. La música cambió a ritmo rápido y todos comenzaron a bailar frenéticos, regresaron de nuevo las dos parejitas sentándose esta vez y empezaron a charlar entre todos. Miguel intentaba seguir la conversación pero no podía apartar los ojos de Emma que se movía vertiginosa moviendo sus caderas al ritmo de la música acompasándolas perfectamente con sus brazos y cabeza. Intentó pasar desapercibido y no fijarse más en ella. Intentó concentrarse en su grupo de amigos que reían entretenidos pero no lo consiguió; su mirada corría rauda a cada instante al hermoso rostro de Emma riéndose en la pista junto a sus amigos mientras seguía moviendo aquel hermoso cuerpo de forma encandiladora. -Está buena la rubita ¿eh?- le susurró malicioso Alonso que lo había estado observando hacía rato sin que se diera cuenta -¡Cállate imbécil!- le reprochó molesto y, sin más, se puso en pie y se dirigió hacia Emma dejando a sus compañeros mirándolo desconcertados -¿Qué coño le pasó a este? ¿Qué le has dicho?- expuso pasmado Darío -Nada- respondió descolocado Alonso -¿Y a dónde va tan presuroso?- indagó sorprendido Paco observándolo incrédulo intentando esquivar al ciento de personas que abarrotaban el pub -Ni idea pero, por lo que parece, va hacia la pista- murmuró confundido Alonso

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