lunes, 7 de octubre de 2013

La noche caía rápidamente y con su llegada, la juventud empezó a poblar las calles. Miguel se subió a su moto y empezó de nuevo el recorrido. Nada en los pubs ya concurridos pero sí ya vio hogueras en la playa desde la distancia y se dirigió a ellas. Emma como el resto de muchachos estaba sentada en la arena ante una fogata escuchando música de la fogata contigua, pasándose animados las botellas que bebían a morro, cuando el rugido suave de una moto potente les llamó la atención y lo vieron llegar. -¡Ahí lo está! ¿Te lo dije o no te lo dije preciosa?- repuso encantado y satisfecho Mark, Emma le sonrió complacida -Mira que somos gilipollas los hombres, nos manejáis a vuestro antojo- expresó guasón Charlie bebiendo de la botella de vodka y todos rieron amenos -¡Vamos a bailar preciosa! Que no te encuentre así sentada, que pareces aburrida- la levantó del brazo Mark y se pusieron a bailar entretenidos Miguel se bajó de la moto y se quitó el casco, buscándola ansioso con la mirada. La encontró en seguida y sonrió satisfecho. Bailaba divertida con Mark junto a una de las hogueras mientras Luisa y Charlie bebían y se reían sentados en la arena. Estaba preciosa con aquel vestido blanco de mangas aglobadas y escote cuadrado. La falda apenas llegaba a las rodillas y realizaba un ligero vuelo cuando Mark la giraba sobre sí misma siguiendo los pasos de baile. Echó a andar a paso rápido hacia ella. -¡Hombre, Miguel; que sorpresa!- lo saludó amistoso Charlie cuando pasó por junto de ellos -¡Da los dos veinte con facilidad!- le dijo tirándole por el aire las llaves de la moto sin detener su paso hacia Emma -¡Joooder, que guapo!- exclamó entusiasmado Charlie recogiéndolas hábilmente por el aire Al llegar a su lado la sujetó fuerte por la muñeca e intentó alejarla de allí pero ella se repuso -¡¿Qué coño crees que haces?!- increpó fastidiada -Vengo a hablar y lo vamos a hacer quieras o no- dijo rotundo tirando de su mano casi arrastrándola para alejarla de la hoguera. Todos los miraban sorprendidos pero nadie decía nada, al segundo siguieron bailando despreocupadamente. -¡¡No tenemos nada que hablar tú y yo!!- expresó frenándose pero él era más fuerte -¡¡Claro que tenemos!! ¡¡Tenemos que hablar y mucho!!- remarcó tajante -¡¡Miguel…!!- lo nombró amenazante, él se detuvo al instante y la miró decidido a los ojos -¡¿Qué?! ¡¿Me vas a mandar a la mierda otra vez?!- bramó desafiante pero ella solo podía mirarlo a los ojos como él hacía, estaba tan guapo así enfadado… Aún más que diariamente. Como deseaba besarlo Dios mío. También él ansiaba casi con desesperación tomarla en brazos y besarla; si siempre era preciosa, aquella noche estaba deslumbrante, pero se contenía a duras penas -¡Ey, ¿puedo llevar a dar una vuelta a mi Luí?- preguntó Charlie interrumpiéndolos, Miguel lo miró a la cara -¿Has bebido?- indagó mirándolo seriamente -Apenas acaba de empezar la noche colega, y hay que mantenerse hasta mínimo las ocho de la mañana- respondió resuelto pero su sinceridad era total -Con cuidado; y hay otro casco en la maleta- indicó resuelto lanzándole su casco al tiempo que retomaba el paso alejándose y llevándose a Emma de la mano que ya no ponía resistencia y se dejaba llevar. -¡¡Genial!! ¡¡Eres un tío de puta madre joder!!- exclamó feliz recogiéndolo hábilmente también Él no decía nada, solo se alejaba más y más de todos dirigiéndose hacia donde habían estado mirando amanecer la otra noche -¡¡Quieres soltarme ya Miguel!! ¡¿A dónde rayos vamos?!- protestó Emma pero él seguía alejándose de la gente sin decir nada- ¡Quieres soltarme de una puñetera vez!- gritó de nuevo deteniéndose de golpe; él también se detuvo y la miró a los ojos, ella le mantuvo desafiante la mirada ¡Cómo deseaba besarlo! pensaba ansiosa- ¡¿qué?!- le retó orgullosa elevando altanera la cabeza. Bésame Miguel, bésame por favor, bésame… repetía deseosa mentalmente como si él pudiera leer sus pensamientos -Vamos a hablar ahora mismo- expuso más calmado -¿Y se puede saber de qué quieres hablar ahora? Creo que lo dejaste todo muy clarito el otro día- le habló altanera -¿A qué se debe que me rehúyas así? ¿Por qué esta frialdad conmigo Emma?- le reprochó dolido- Sabes cómo hacerme daño y me lo has hecho Emma, mucho -¡¿Qué yo te he hecho daño?!- exclamó atónita mirándolo incrédula- ¡¡Aclárate Miguel porque te veo muy perdido!! ¿Acaso no era eso lo que querías? -No- exclamó rotundo -¿A no?- expresó irónica mirándolo sentenciosa- ¿Acaso no dijiste qué debíamos olvidar todo lo que sentimos? ¡¡Pues eso intento hacer imbécil!! -¡¡No así joder!!- exclamó angustiado tomándola de los brazos y mirándola a los ojos- No así Emma- musitó afligido -Ah, así no… ¿cómo entonces Miguel?- le habló más comedida sin apartar sus ojos de los de él, ambos callaron unos segundos- A ver si te estoy entendiendo Miguel… según tú me dejaste muy claro el otro día, esto que siento por ti y que me está matando por dentro, no está bien porque es una locura y hablaste de la diferencia de edad y una serie de chorradas más que a mí me traen al pairo, pero que al parecer, a ti te importan mucho más que lo que sentimos… y dejaste claro que debemos superarlo y olvidarlo ¿no es así?- expresó desdeñosa pero él no contestó y ella continuó- ¡¡pues eso intento Miguel!! Por eso me he distanciado de ti; no puedo superarlo si sigo viéndote, besándote y percibiendo tu aroma que me enloquece… no tienes ni idea de cómo me duele y sufro intentando alejarme de ti como así tú lo has decidido… pero, por lo que parece, no te importa como yo me sienta o lo que esté padeciendo; debo seguir siendo cariñosa y dulce contigo aunque me muera por dentro porque “te hago daño” con mi actitud ¿no?- remarcó hiriente- ¿es eso lo que quieres decirme Miguel? -Sí… algo así- musitó abochornado porque ahora, oyéndolo de sus labios, sonaba horrible -¿Te estás escuchando?- le reprochó lastimada mirándolo dolida, él apretó los labios y tomó aire profundamente pero no contestó- Eres un egoísta Miguel… un puto egoísta- le reprochó casi en un murmullo- Te importa una mierda que me muera de pena y de dolor intentando apagar todo este amor que siento con tal de que tú no sufras…- añadió dolida -¡No mi ángel! ¡Eso nunca!- respondió raudo y atormentado posando amoroso su mano en la mejilla de Emma- no soporto verte sufrir ni los más mínimo cielo mío, pero es que yo… yo solo pretendo… yo lo que quiero es…- calló confuso, no sabía cómo explicarlo -¡¿Qué es lo que quieres Miguel?! ¡¡Explícamelo para que yo pueda entenderlo!! ¡¿Qué rayos quieres?!- le gritó atormentada golpeándolo en el pecho con sus puños mientras sus ojos se llenaban de lágrimas -¡¿Qué quiero Emma?!- bramó enfadado sujetándola de nuevo por los brazos- ¡¿Qué es lo que quiero?! -¡¡Sí!! ¡¡Dímelo ya!!- replicó ansiosa -¡Pues quiero…! ¡Lo que quiero es…!- calló de pronto y sus miradas se clavaron expectantes- ¡Dios mi cielo, lo que quiero es besarte ya!- clamó ansioso, la tomó con su brazo derecho por la cintura al tiempo que le sujetaba la nuca con la mano izquierda y, aprisionándola contra su cuerpo, la besó ardiente, anhelante de su boca. Ella le rodeó el cuello al instante y le correspondió tan deseosa como él. Con verdadera exasperación. Mark, Luisa y Charlie observaban desde lejos la discusión, inquietos y preocupados por el cariz que estaba tomando… pero, al verlos besarse finalmente, sonrieron dichosos. -¡¡Bueno, arreglado!! ¡¡Ya podemos irnos a dar una vuelta!!- expresó resuelto haciendo saltar animado las llaves de la moto en su mano- ¡creo que no nos van a necesitar en un buen rato y a la moto menos! -¿Y si quieren irse Charlie?- expuso prevenida Luisa, Charlie la miró confundido y ella sonrió pícara- ya sabes cielo… Después de una bronca como la que tuvieron, sienta muy bien una reconciliación más… intensa- explicó maliciosa. Mark soltó una risita socarrona -¡Pues que se aguanten y se esperen, que cojones! ¡Después de las semanitas que nos hicieron pasar, bien merecemos este caprichito!- respondió dispuesto dirigiéndose hacia la moto, los dos hermanos lo siguieron- ¡Y sino, que se busquen la vida como el resto hacemos: ahí tienen playa y rincones escondidos donde desahogarse!- añadió despreocupado y los tres rieron divertidos

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