sábado, 23 de noviembre de 2013

Al día siguiente, Eva llevó a trabajar un vestido muy parecido pero, en vez del pequeño vuelo en su diminuta falda, tenía unos pequeños volantes que bailaba de un lado a otro al ritmo de sus pasos. Miguel la miraba deleitado recorrer las mesas mientras sonreía gustoso. También a más de un cliente se le iba la vista tras ella mientras charlaba divertida con un grupo de jóvenes habituales, reía encantadora y satisfecha. Al irse el último cliente, ella echó el cierre y corrió a los brazos de Miguel, se besaron ardorosos -¡Qué ganas tenía de besarte ya!- repuso deseosa -Pues se te veía muy animada con los clientes- bromeó divertido y se sonrieron. Se volvieron a besar tiernos, dulcemente entregados. Miguel acarició sus caderas levantando el vestido despacio, escurrió su mano en la braguita y la acarició suave pero preciso. Se fueron encendiendo y pasaron a besarse urgentes, deseosos, entre los gemidos dulces de Eva que le desabrochó los botones del vaquero y acarició su miembro ya turgente y duro. -Vamos a llegar tarde- gemía ella ansiosa -Hay tiempo para todo- respondió sentándola sobre las neveras rodeándole ella ya sus caderas con sus piernas; se besaban desesperados, apremiantes, mientras Miguel la penetraba ardiente y Eva gimió placentera. Se entregaron raudos, gustosos, llegando de manera dulce y encantadora al apogeo final que fue esplendoroso de nuevo. Satisfechos se besaron amorosos- Te quiero Eva- le dijo impulsivo al oído, completamente sincero, de corazón. Ella sintió un gran placer y se abrazó a él apasionada, estaba emocionada. Lo miró a los ojos radiante y feliz mientras acariciaba tierna sus sienes -También yo te quiero mi amor- respondió encantada y también plenamente sincera. Se besaron deleitados, entregados. Entraron en el aeropuerto asidos de la mano; se les veían radiantes. Totalmente felices. Sonreían dichosos y se miraban enamorados. Apareció Lidia por el pasillo de embarque que corrió a los brazos de Miguel entusiasmada y Eva se soltó de la mano de Miguel suavemente, disimulada, pero él se dio cuenta. Cogió por el aire a Lidia que ya saltaba a sus brazos -¡Tío Miki, cuanto te eché de menos!- gritaba eufórica besándolo repetidamente por su rostro mientras él la abrazaba encantado -¡Mi adorada diablilla!- decía amoroso y feliz. Lidia subida a él y agarrada a su cuello lo miraba a los ojos sonriendo dichosa -¡Te veo distinto…estás…!- buscaba entusiasmada las palabras- ¡…estás radiante, tío Miki!- añadió encantada y él sonrió feliz, la dejó en el suelo y abrazó amoroso por los hombros a Eva -Se lo debo a ella- repuso profundamente enamorado besándola tierno en los labios, Lidia sonrió encantada -¡Eva!- dijo entusiasmada y la abrazó apasionada, ella le correspondió agradecida y emocionada -Hola Lidia, por fin nos conocemos- le decía cariñosa, Lidia la besó cariñosa -Pero esto es magnifico- decía entusiasmada mirando a Eva que sonreía gustosa, la besó nuevamente y también a Miguel- Ya sospechábamos algo mamá y yo pero, saberlo definitivamente… ¡Es maravilloso!- expuso emocionada, sus ojos se humedecieron y Miguel rió entrañable, la abrazó cariñoso y la besó tierno en el pelo -Vamos a por las maletas ante de que nos acabes inundando a todos- bromeó amoroso y se rieron felices. Ya en el coche, mientras Miguel conducía, Eva sentada de lado en el asiento delantero y Lidia avanzada hacia delante, se sujetaban amistosas las manos mientras charlaban entusiasmadas planeando cosas ante la mirada complacida de Miguel. Habían conectado tan bien desde el primer momento que lo tenía deslumbrado -Mira, cielo- dijo Miguel entusiasmado- ahí trabajamos los dos- señaló el pub al pasar por delante de él -Pero eso es un pub- repuso sorprendida- ¿Qué haces tú en un pub, tío Miki?- preguntó intrigada -Pues servir copas ¿qué si no?- respondió él sonriendo divertido -¡¿Sirviendo copas?! ¡¿Tú?!- saltó estupefacta y él asintió con la cabeza- ¡¡Tío Miki de camarero!!- se echó a reír a carcajadas, Miguel sonreía entrañable mientras Eva sonreía desconcertada- Eso tengo que verlo yo y sacar fotos ¡¡O no me creerán cuando lo cuente a mi vuelta!!- bromeó burlona y los tres volvieron a reírse divertidos- ¿Y eso te gusta tío Miki? -Me encanta cielito- declaró rotundo y el rostro de Lidia se tornó algo más serio - Pero tío Miki… ¿no vas volver a tu puesto de director de…?- preguntó intrigada -¡¡No!!- respondió tajante Miguel prohibiéndole acabar la pregunta, sorprendiendo a ambas -Pero, tío Miki… No digo ahora… Pero ¿No buscarás más adelante un puesto de…?- indagó curiosa -¡¡No!!- contestó rotundo, ellas se miraron confundidas -¿No vas a ejercer nunca más la…?- insistió desconcertada -¡¡No Lidia!!- la interrumpió rotundo de nuevo, ella aún se echó más hacia delante asomando la cabeza por en medio de los asientos delanteros -¡¿Vas a abandonar tu carrera tío Miki?! ¡¡Si eres un magnífico…!! - declaró atónita -¡Basta Lidia!! ¡¡Sí, abandono mi inútil carrera! ¡¡Joder!! ¿Qué parte no has entendido aún?- repuso enojado y cortante. Sus manos se aferraban frenéticas al volante dejándole los nudillos blanquecinos -¡¿Inútil tío Miki?! ¡Si eres uno de los más reconocidos…! -¡¡He dicho que basta ya Lidia!!- le gritó encolerizado golpeando bruscamente el volante con su mano abierta, ella se quedó callada y se recostó en el asiento trasero dolida por su reacción. Eva los miró a ambos sin entender nada, estaba aturdida. Se quedó impresionada al ver el rostro de Miguel, estaba congestionado de dolor y rabia como hacia unos meses cuando solo hacia unos segundos estaba tan feliz con la llegada de Lidia -Mikel…- le habló amorosa posando su mano dulcemente sobre su antebrazo, él levantó su mano indicándole que no dijera nada. Ella se recostó contra la puerta del coche y se mantuvo callada como él le pidiera. Los tres guardaban absoluto silencio. Miguel hurgó impaciente en el cajetín junto al cambio de marchas sin encontrar lo que buscaba. Eva comprendió de inmediato que buscaba el tabaco que siempre llevaba allí pero hoy lo llevaba ella en el bolso. Se lo entregara cuando llegaran al aeropuerto. Le sujetó suavemente la mano y él la miró irritado, ella le sonrió dulcemente sacando el paquete de su bolso y le encendió un cigarrillo que le posó con cuidado en los labios. El le sonrió más calmado y ella lo besó amorosa en la mejilla -Y dime Lidia ¿qué tal el viaje?- intentó entablar de nuevo la conversación con la muchacha que seguía enterrada en el asiento trasero con la mirada llorosa, le sonrió amable y ella le correspondió -Bien, algo movido al acercarnos aquí pero bien- comentó serena, se sonrieron de nuevo -Siempre pasa, aquí en el norte siempre hay turbulencias pero no son importantes -Además, vendría mejor si el avaro de mi tío me trajera en primera y no en turista- bromeó ya más animada, él sonrió entrañable; su rostro ya estaba más relajado -Soy camarero ¿recuerdas?- le dijo afectuoso guiñándole un ojo por el espejo retrovisor, ella le sonrió cariñosa -¡Bah, bah, lo que eres es un tacaño!- bromeó burlona y se rieron divertidos los tres. Lidia abrazó a su tío por el cuello y lo besó en la mejilla- ¿Sabes qué te quiero mucho, verdad?- le dijo amorosa -Y yo a ti, corazón- respondió apasionado y le besó la mano dulcemente- perdóname mi muñequita linda -Nunca me habías levantado así la voz… pero me lo merecía; perdóname tú tío Miki, no debí insistir así en algo que se ve a leguas que no quieres hablar- aclaró cariñosa y lo volvió a besar en la mejilla- Ahora… ¡¡espera que se entere mamá!! ¡¡Va a arder Troya!!- añadió socarrona y ambos rompieron a reír a carcajadas, Eva también sonrió feliz de verlos de nuevo a bien- ¿Y a ti Eva? ¿Te gusta ser camarera?- le preguntó animada de nuevo -Sí, también me gusta- respondió sincera y Miguel y ella se sonrieron complacidos -¿Y siempre lo fuiste?- siguió indagando curiosa -No; trabajo en ello desde hace tres años pero me gusta, no lo voy a negar- se echaron a reír divertidos Aparcó el coche delante de la casa. Lidia la observó detenidamente mientras Miguel recogía las maletas del maletero -¿Te gusta?- le preguntó al llegar a su altura besándola en la mejilla -Es preciosa tío Miki…- expuso encantada- Bueno, un poco chica pero está muy bien- añadió guasona -¿Un poco chica? ¿Cuanta casa necesitas tú?- bromeó cariñoso Miguel mordiéndole suavemente la mejilla -¡¡Ey!!- protestó mimosa, se rieron alegres y entraron- ¡¡Que cosita más linda!!- expuso encandilada recogiendo al gatito que acudiera a su encuentro al oírlos llegar. Ya se instalara sin ser invitado en la casa desde que Eva le diera de comer. Examinó curiosa la casa entera con el gato en brazos mientras Miguel dejaba las maletas en el cuarto de invitados. Eva la seguía divertida. Miguel se acercó y Lidia lo miró cautivada -¡¡Me encanta tío Miki!!- declaró encandilada- ¡¡Y esa terraza a la playa es fantástica!! Aunque… se nota la falta de la mano de mamá en la decoración- bromeó maliciosa y Miguel se rió entrañable -Esta la decorará Eva cómo quiera y cuando desee- expuso abrazándola por detrás y la besó apasionado en el cuello -¡¿Quién yo?!- se sorprendió ella y Lidia sonrió divertida mirando entusiasmada la alegría de su tío -¿Quién sino mi amor?- repuso Miguel enamorado- Bueno, siempre puedo pedírselo a la cajera- se burló entrañable -¡Ey, no te pases ni un pelo ¿eh?!- reclamó resentida mirándolo fastidiada y Miguel y Lidia se rieron divertidos ante su clara muestra de celos. -¡Ven aquí fierecilla mía!- exclamó apasionado Miguel volteándola hacia él. Se besaron ardientes, entregados. -¡¡Ejem, que no estáis solos ¿eh?!!- protestó burlona Lidia balanceando las manos ante sus rostros -Pues puedes ir haciéndote la cama, cielo; está sin preparar- respondió guasón Miguel mirándola divertido -¡Ja, ja… que amable; aunque no me extraña nada viniendo de ti!- respondió chistosa sonriendo amena -No le hagas caso cielo que sí la tienes lista- habló tierna Eva -¡Pues que se vaya a deshacer las maletas y tarde un ratito!- soltó ameno Miguel atrapando ansioso los labios de Eva -¡Ey, que si lo que quieres es que desaparezca, solo tienes que decírmelo! ¡Paso de ver escenitas!- bromeó resuelta la muchacha y se dirigió a su cuarto -¡Espera Lidia! No le hagas caso a este idiota; te ayudo con las maletas- se ofreció cariñosa Eva pero Miguel la sujetó nuevamente por la cintura -¿Y quién prepara el desayuno mi brujita linda?- preguntó besándola apasionado en el hombro -Lo haces tú, por impaciente y descarado- respondió amorosa pero rotunda y se sonrieron dichosos- ¿Tienes hambre Lidia?- le preguntó a la muchacha que los observaba desde la puerta del cuarto sonriendo divertida -Sí, un poco- respondió campechana -Pues, hala… ¡a cocinar, culito prieto!- bromeó cariñosa dándole una suave cachetada en su duro trasero -¡Ey!- protestó sorprendido y ambas rieron divertidas mientras se alejó a ayudar a Lidia. Hablaban divertidas y entrañables mientras Miguel cocinaba oyéndolas feliz. Habían conectado de inmediato. -¡A desayunar cotorras!- las avisó divertido cuando acabó; ellas aparecieron al segundo sentándose a la mesa sin dejar de charlar animadas -¿Qué tal las cosas por allá?- le preguntó animado sirviéndoles el café antes de sentarse en su silla -Más o menos- respondió campechana- Ahora andan locos con la dichosa boda de las narices- añadió disgustada -¿Qué te disgusta tanto, muñequita?- preguntó intrigado Miguel, ella resopló cansadamente- Si estabas ilusionada -Sí tío Miki, pero ahora… No sé- respondió apagadamente, Miguel y Eva se miraron confundidos -¿Al final te da pena que tu hermano se marche de casa verdad?- expuso cariñosa Eva -¡¡Saca de ahí Eva!! ¡¡Qué va!! - resolvió rotunda sorprendiéndolos- ¡¡Si estoy deseando que llegue el día para que desaparezca de mi vista, por favor!! ¡¡Plasta de tío!! ¡¡Déjalo ir, Evita!! ¡Déjalo ir!!- añadió resuelta y ellos rieron divertidos- Pero es que… ¡Es esa tía, tío Miki! -¿Qué le pasa?- indagó curioso -Es… Es… ¡¡Es tan insoportable como mamá!!- declaró al fin pasmada y ellos soltaron una carcajada explayada -¡¡No os reír!! ¡¿Cómo es posible que haya dos personas tan iguales sin ser parientes Santo Dios?!- añadió contrariada abriendo atónitos sus hermosos ojos negros como los de su tío, ellos seguían riéndose- Todo tiene que ir combinado a la perfección hasta el último detalle y muy chic… ¡¡Están locas las dos!! ¡¡Son tal para cual!! -Es normal chiquita- habló cariñosa Eva tomándole dulcemente la mano sobre la barra de la mesa- Es un gran día para tu mamá: ¡¡la boda de su niño adorado!! -¡¡Pero que no me toquen los cojones a mí, Eva!!- protestó afligida sorprendiendo a Eva, Miguel rió entretenido -¿Qué? ¿No te dejan ir de vaqueros, verdad?- bromeó socarrón Miguel sin dejar de reír -¡No idiota!- le tiró la servilleta a la cara y volvieron a reírse los tres- ¡Se empecinaron en que tengo que ser una de sus damas de honor! ¿Os lo podéis creer? -Normal Lidia, eres hermana del novio- comentó cariñosa Eva -La única hermana del novio amor- le aclaró Miguel -¡Con más razón aún!- remarcó ella decidida -¡¡Pues yo no pienso ponerme ese vestido verde esmeralda que escogieron!!- protestó rotunda -¡Acabáramos! Todo por el color de un estúpido vestido- declaró resignado Miguel levantándose para llevar su plato al fregadero -¡¡No es eso tío Miki!!- rezongó mimosa- es de lo más hortera lleno de volantitos y lacitos ¡¡Y que a mí el verde me queda fatal caray!!- reclamó fastidiada- Sin embargo, vi uno blanco que me queda perfecto con mi tez morena- expuso entusiasmada -¡De blanco no puedes ir!- rechazó imperiosa Eva dejándola desconcertada -¿Por qué?- indagó incrédula -Porque de blanco solo va la novia, corazón… ¡Eso hasta lo sé yo!- comentó entrañable Miguel besándola tierno en la frente regresando a su sitio y encendiendo un cigarrillo -¡¡Ah, entonces no importa!!- soltó de nuevo entusiasmada- ¡¡Porque ella va de “champagne”!!- se burló campechana moviendo las manos muy cursi y se rieron explayados

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