miércoles, 11 de diciembre de 2013

Miguel las tomó a ambas entre sus brazos y salieron al pasillo mientras las enfermeras cerraban las cortinas de las cristaleras -¿Queréis esperarme en la cafetería mientras yo dispongo todo?- les indicó tierno, Eva empezaba a negar con la cabeza pero él la detuvo- Amor, estás solo con un café, debes comer algo -Claro mi niña, debemos comer algo pues se presenta un día muy largo- indicó cariñosa Bárbara tomándola entre sus brazos, Eva no cesaba de llorar- Miguel… -Dígame Bárbara -Quería ser incinerado y enterrado junto a Dani… tengo todo dispuesto… ¿Dónde rayos he metido esos dichosos papeles?- habló rebuscando en su bolso, estaba tan nerviosa que no encontraba nada; Miguel la besó dulcemente en la frente tranquilizándola -No se preocupe, yo me encargo de que todo se haga como él quería; ahora vayan a la cafetería que yo las alcanzo en seguida- besó tierno en los labios a Eva y las observó entrar en el ascensor. De inmediato habló con el forense dándole instrucciones y llamó a su hermana -Hola desagradecido, por fin llamas, llevas casi dos semanas sin dar señales de vida; menos mal que hablo con Eva más a menudo sino… -Julia, le acaba de morir el padre a Eva- expuso sin contemplaciones dejándola muda -Vaya por Dios…- murmuró apesadumbrada- ¿Y cómo está la pobrecita? -No se esperaba que le doliera tanto como le duele y está abatida -No te preocupes cielito, ahora mismo me pongo en contacto con Diego y todos los demás y cogemos el primer vuelo -No es necesario, con que la llames y me la animes… -¡De eso nada! no os dejaremos solos en un momento así- remarcó decidida y Miguel sintió una gran calma -Gracias Julia, te quiero hermanita -Y yo a ti, además ya tengo muchas ganas de volver a veros- bromeó tierna y ambos se rieron amenos Fueron dos días tremendos para Eva, nunca se hubiera imaginado que le dolería así la muerte de su padre, y Miguel la apoyaba y mimaba con extrema ternura siempre pendiente de todo. Tampoco se apartaba de Bárbara dedicándole gran cariño, aunque parecía que lo tenía más asimilado y lo llevaba mucho mejor que su hija. Miguel quedó impresionado al ver a toda la ciudad en el velatorio, nadie falló mostrando su gran cariño y apoyo a Eva y a su madre. Pero la llegada de toda la familia al completo de Miguel fue un gran respiro para él y, el enorme cariño que les demostraron Julia y Carla, un aliento increíble para Eva y Bárbara que las ayudó muchísimo a sobrellevarlo mejor. Todos se tuvieron que regresar, con gran pesar, así acabó el sepelio; pero su apoyo y su amor incondicional de aquellos dos días habían ayudado mucho a Eva. Aunque sin comparación a que Miguel estuviera a su lado. Ambos estaban asombrados como aquel difícil momento les había unido mucho más que antes. Dos semanas después, ya todo más tranquilo y normalizado, esperaban en la salita de espera de ginecología junto al resto de pacientes cuando salió la enfermera y miró a Eva sonriéndole amistosa -Eva, ya puedes pasar- anunció afectuosa y los tres la siguieron entrando en otra salita donde les esperaba una doctora madura, de casi sesenta años, sentada a su mesa y escribiendo rápidamente en su ordenador. La consulta era muy agradable y bonita, decorada con plantas y de un color rosa muy pálido; más parecía un despacho de un comercial que de un médico. Se levantó educadamente al verlos llegar -Hola Eva, ya me enteré por lo que habéis pasado… lo lamento mucho- les habló conmovida mostrándole amable su mano que ella estrechó cordial -Gracias- musitó Eva apagadamente -Bueno, veo que vienes tan bien acompañada como siempre- expuso sonriendo agradada -Sí, a ver cuánto dura- bromeó ella y se rieron amenos -Bueno ¿Y cómo lo vamos llevando?- se interesó ocupando de nuevo su cómodo sillón de piel frente a ellos -Bien, como siempre hasta ahora- aclaró resuelta -Eso está muy bien- se alegró la mujer revisando su expediente, los miró entusiasmada- Hoy toca la primera ecografía ¿te apetece ver a ese chiquitín? -¿Usted que cree?-contestó guasona y volvieron a reírse alegres -Pues pasa con Sabrina y vete desvistiéndote; nosotros ahora vamos- Eva obedeció y siguió a la enfermera a la habitación contigua mientras ellos se quedaron en la consulta -¿Cómo va doctora?- se impacientó Bárbara, la doctora le sonrió entrañable -Muy bien, no se preocupe; todos los resultados de las pruebas salieron perfectos y Eva está perfecta llevando el embarazo de maravilla- les aseguró tranquilizadora- ¿Vamos a ver cómo está esa ricura?- los invitó afable levantándose de su sillón y ellos la siguieron. Eva ya estaba colocada en la camilla y Miguel se colocó a su lado tomándole amoroso la mano sonriéndose felices- Eva, vamos a realizar una amniocentesis para asegurarnos que todo marcha perfectamente -¿Y eso qué es?- preguntó nerviosa Eva, Miguel la besó dulcemente en la mano que le sujetaba amoroso -Nada cielo, es solo extraer un poquito de líquido de la bolsa para asegurarse de que nuestro bebé está completamente sano y todo va perfecto- le explicó tierno y ella asintió con la cabeza más tranquila. La doctora empezó la exploración -Nada, esto está maravillosamente… fantástico- declaró satisfecha y los tres sonrieron complacidos; la doctora, cambiándose de guantes, tomó una jeringuilla con una enorme aguja que su enfermera le pasó que estremeció a Eva mientras le extendía líquido desinfectante en el vientre asustándola aún más -¡¿Para qué es eso?!- expuso atemorizada -Mi vida, debe llegar al líquido amniótico a través de tu vientre pero no te preocupes, no será nada- comentó cariñoso Miguel pero ella lo miró aterrada -¡¿Qué no me preocupe Mikel?! ¡¡Me va a atravesar la barriga con una enorme aguja que va a pasar muy cerca de mi pequeño!! ¡¿Cómo puedes decirme qué no me preocupe?!- gritó horrorizada- ¡¿Y si apunta mal?! -No apuntaré mal, tranquila- respondió serena la doctora -¡¿Y si mi chiquitín se mueve inesperadamente y lo lastima?! -No lo hará Eva, lo estaré controlando en todo momento con el monitor- siguió intentado serenarla -¡¿Y si…?! -¡¡Ya estamos con los “y sis”!!- protestó cariñoso Miguel besándola en los labios acallándola- mi amor, la doctora sabe lo que hace ¿no crees? Pero si sigues así, acabarás poniéndola nerviosa y entonces sí podría hacerle daño ¿vale? Tranquila -¿Y duele Mikel?- preguntó asustada -No cielo, no duele; tú mírame a mí y olvida lo que la doctora hace ¿de acuerdo?- expuso amoroso mirándola tierno a los ojos, ella empezó a sonreír más calmada mientras se observaban enamorados a los ojos -¡¡Caray, y no dolía!! ¡¡Mentiroso!!- protestó estremecida al sentir entrar la aguja apretándole fuertemente la mano a Miguel -Pues si esto te duele amor mío, apaga y vámonos… la llevamos clara para el parto entonces- se burló chistoso y Bárbara rompió a reír divertida -¡Mira tú qué gracioso!- protestó ella pero sonrió divertida -Ya está ¿ves? Ni os habéis enterado ninguno de los dos- aclaró la doctora entregándole la jeringa a su enfermera mientras acariciaba tierna el vientre de Eva donde había realizad el pinchazo, Miguel la observó interesado- Tranquilo, el color es completamente nítido y sin impurezas y la densidad normal… simple y llanamente, ha salido agua muy limpia y clara- declaró la doctora amable y ambos se sonrieron complacidos- Bueno… y ahora vamos a conocer a este chiquitín ¿no estáis deseando verlo?- indicó alegre tomando el ecógrafo y pronto un fuerte y hermoso latido empezó a oírse conmoviendo a todos- perfecto, está todo perfecto Eva- declaró animada la doctora- estás ya de catorce semanas, no de doce como pensabas -¡Diablos, que puntería! Entonces, fue dejar la píldora y ya me embarazaste- expresó mirando atónita a Miguel que rió divertido -El feto se está alimentando bien… aunque no lo veo yo tan grande para…- hablaba confusa moviendo el lector por el vientre cuando, en un breve espacio de tiempo, se escuchó levemente un efímero sonido confundido entre los latidos del bebé. Detuvo el lector de pronto y ella y Miguel se miraron intrigados -¿Qué pasa?- preguntaron al unísono madre e hija inquietas por aquel cruce de miradas entre ellos -Un momento… dejarme un segundo…- murmuró la doctora regresando a mover el lector muy despacio y con mucho cuidado por el vientre de Eva, de pronto se volvió a escuchar un leve murmullo entre los latidos que volvió a desaparecer al segundo siguiente -¡Ahí! ¡No! ¡Se pasó! ¡Atrás doctora!- expuso nervioso Miguel -¡¿Qué pasa Mikel?!- gritó angustiada Eva, la doctora obedeció a Miguel y en seguida se escuchó claro y fuerte: había dos latidos acompasados -¡¡Son dos latidos mi vida!! ¡¿No los escuchas?!- indicó radiante de felicidad mirándola dichoso, Bárbara sollozó emocionada pero ella lo miraba confundida -¿Tiene… dos corazones Mikel?- preguntó inquieta apretándole nerviosa su mano -No mi amor ¿cómo se te ocurre tal cosa?- le habló meloso besándole apasionado la mano- son dos bebés mi vida, ¡¡vamos a tener gemelos vida mía!! -¡¿Gemelos?!- repitió emocionada y se sonrieron felices- ¡¡Gemelos Mikel!!- recalcó entusiasmada -Sí, sí, aquí podemos apreciar a los dos hermanitos juntitos y felices- expuso animada la doctora mostrándolos en el monitor -¡Dos niños mi vida!- exclamó emocionada Eva apretándole fuertemente la mano a Miguel que sonreía pleno de felicidad aunque miraba apesadumbrado a Bárbara que le sonreía feliz pero algo decepcionada con la noticia -No Eva- la corrigió amena la doctora- es un niño y… una niña- aclaró decidida -¡¡Mi niña!! ¡¡Sabía que era una niña!!- expuso radiante Bárbara y todos rieron alegres, Eva oprimió feliz la mano de su madre -¡¡Dani y Emma vienen juntitos amor mío!! ¿No es maravilloso?- declaró llena de amor, Miguel sintió que no podía amar más a aquella mujer de lo que lo hacía ya y, sin poder mediar palabra, la besó apasionado intentando demostrarle todo aquel inmenso amor que sentía por ella. Después de la doctora acordar las próximas revisiones, bajaban en el ascensor y Miguel sonreía dichoso oyéndolas parlotear enloquecidas sobre cientos de planes que proponían para el cuarto de los bebés. Así llegaron a la calle Miguel cogió su teléfono mientras se dirigían al coche y, sin necesidad de decir nada, Eva le sonrió llena de dicha sabiendo lo que iba a hacer -¿Lidia? ¿Qué pasó? ¿Por qué coges tú el teléfono?- se alarmó confundido al oír la voz de su sobrina cuando esperaba a su hermana Julia -¿Y no será porque vivo aquí tío Miki?- bromeó ella divertida -Serás…- expuso entretenido y la oyó reír amena- ¿y tu madre? -Aquí está, como una lapa pegada al teléfono así oyó que eras tú- expuso guasona y escuchó protestar fastidiada a Julia -Pues tengo que daros una gran noticia que sé os va a entusiasmar a las dos -¿Qué pasó Miki?- preguntó excitada Julia -Vamos a ser papás de gemelos hermanita, viene un niño y una niña- aclaró entusiasmado y tuvo que apartarse del oído el teléfono al escuchar gritar exaltada a Lidia, también Eva y Bárbara lograron oírla y rompieron a reír divertidas -¡¡Oh Miki, eso es maravilloso!! Pero… ¿cómo está Eva hermanito? Una noticia así a mí me impactaría- se inquietó cariñosa Julia -Pues ella está encantada de la vida hermanita; y se encuentra los tres muy bien, están perfectamente… Te la paso y lo compruebas tú misma, un beso a las dos- les envió cariñoso pasándole el teléfono a Eva -Hola Julita- la saludó resuelta y feliz -Mi niña… ¡¿Gemelos?!- expuso sobrecogida y Eva sonrió divertida- ¿No estás asustada cielito? -Ya está dando por el culo la acojonada ésta ¡¡Y si no lo estaba, ya estás tú para meterle el miedo en el cuerpo!!- oyó protestar a Lidia provocándole una carcajada a Eva -Paciencia que yo estoy muy tranquila… Sé que todo irá bien; además ¿para qué sino tengo al mejor cirujano a mi lado? Él no permitirá que nada nos ocurra a los tres- expuso decidida mirando encandilada a Miguel que sonrió dichoso -¡¡Claro que sí cielito!!- remarcó más confiada Julia- no me hagas caso corazón, yo soy una acojonada como dice Lidia a la que le aterra todo pero tú eres muy valiente y decidida cielo y, como muy bien dices, tienes al mejor cirujano a vuestro lado- declaró cariñosa y se rieron alegres- ¿Y para cuándo la boda cielito?- añadió entusiasmada -¡¡Santo Dios Julia!!- protestó fastidiada ahora Eva y Miguel y su madre la miraron intrigados- ¡¡No pierdes nunca la oportunidad de preguntarme lo mismo siempre corazón!! No hay prisa para eso Julia, estamos bien así ¿quién quiere una boda? ¿Quién necesita un estúpido papel para reafirmar que nos amamos?- rezongó incómoda, Miguel rió divertido -Que yo sepa hasta ahora hermanita, y llevamos casi tres años juntos, es a lo único que le tiene un miedo atroz- expuso guasón Miguel elevando la voz para que su hermana le oyera; Eva lo miró ofendida -Yo más bien diría hijo que roza el pánico- lo secundó burlona Bárbara -¡¡Mamá!! Pero… ¡Seréis idiotas! ¡¡Vaya dos se me han juntado!!- protestó fastidiada mirándolos agraviada y ellos se sonrieron socarrones mirándola burlones -Anda, no te burles Miguel, que siempre le dio mucho coraje a la pobrecilla que se rieran de ella- le recomendó tierna Bárbara aunque con un pelín de sorna en la voz, más bien sonaba a incentivo que a atenuación -Pues lo siento mamá Bárbara, pero si es una miedosa que va de valiente no le tengo culpa yo… y le tiene miedo a un papel ¡Uy, un papel!- se jactó guasón Miguel -Es que la tinta puede llegar a ser letal hijo; oí que un bolígrafo atacó a una mujer el otro día- se mofó Bárbara y ambos rieron burlones; también se oían las risas de Lidia y Julia a través del teléfono -¡No seáis estúpidos! ¡No es eso!- protestó ella mirándolos irritada; sus lindos ojillos se iban enverdeciendo de la rabia -¿Se la imagina mamá Bárbara? Seguro que hasta suda frío solo con pensarlo- se mofó riendo sarcástico -¡Y las piernas le castañean ¿no las oyes?!- se rió jocosa Bárbara y ambos se rieron divertidos -¡¡Seréis imbéciles!! ¡¿A qué nos casamos en dos semanas?!- explotó desafiante mirando retadora a Miguel -¡Ja! ¡No te lo crees ni tú!- volvió a burlarse jocoso -¡¿Qué no?!- chirrió los dientes furiosa- ¡¿Qué te apuestas idiota?!- le bramó encrespada -¡Júralo!- la incitó tajante, ella lo miraba sulfurada- ¡No hay huevos a jurarlo! -¡¿Qué no…?!- exclamó indignada- ¡¡Julia, te juro por mis bebés que en dos semanas nos casamos!!- anunció decidida por el teléfono mirando desafiante a Miguel; el chillido entusiasmado de Julia y Lidia a través del teléfono la devolvieron a la realidad y miró incrédula a Miguel y a su madre que sonreían llenos de felicidad- ¡¡Demonios!! ¡¡Creo que acabo de caer como una estúpida en mi propia trampa!!- musitó sobrecogida, Miguel soltó una sonora carcajada tomándola amoroso entre sus brazos -Dos semanas, ahora ya no hay vueltas atrás, lo has jurado mi gatita- declaró satisfecho y la besó apasionado en los labios FIN

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