viernes, 31 de enero de 2014

Acababa de poner los últimos detalles en la preciosa mesa que organizó cuando sonó el telefonillo en la pared de la cocina -¿Sí Marcus?- contestó amena -El señor Diego Vázquez desea subir a verla señorita Sullivan, dice que lo está esperando- le anunció el portero -Sí Marcus, gracias- respondió entusiasmada- ¡Ya está aquí mami!- exclamó ilusionada quitándose el delantal rauda. Al poco, Diego llamaba al timbre de casa repetidamente, también venía entusiasmado. Fran corrió como una niña ilusionada a abrirle y él la atrapó apasionado entre sus brazos; dando vueltas enloquecido de felicidad la llevó hasta la sala. Estaba eufórico y Miriam los miraba riendo divertida -¡¡Mira corazón, me ha llegado la respuesta, lo he conseguido por fin!!- le decía exaltado mostrándole un sobre que llevaba en su mano, Fran lo recogió y lo leyó atenta, su rostro se ensombreció al instante- ¡¡Me aceptaron para la Unidad de armas y tácticas Especiales, mamá Miriam!! ¡¡No sabe cuánto he luchado y esperado para ello!! ¡¡Voy a entrar por fin mamá Miriam!!- anunció feliz mientras levantaba ahora a la mujer dándole vueltas entusiasmado, ella reía divertida -¡¡Eso es maravilloso, hijo; me alegro por ti!!- le decía la mujer emocionada, Fran veía la carta fijamente con la sonrisa congelada, en aquel papel decía que había sido aceptado para realizar las pruebas en los cuerpos especiales y tenía que presentarse en menos de siete días. Diego la abrazó por detrás y la oprimió encandilado contra su cuerpo -¿Qué te parece mi ángel? ¿No es magnífico?- preguntó rebosante de felicidad, ella intentó sonreírle animada -Esto… es genial, amor; de verdad- repuso intentando parecer entusiasmada mientras le sonreía cariñosa pero Diego la observó confundido, la noticia parecía no alegrarle del todo, ella se dio cuenta y reaccionó al instante- ¡Es maravilloso Diego, de verdad!- exclamó más entusiasmada y se abrazó a él que sonrió feliz besándolo apasionada, él la correspondió deleitado -¿Ya lo sabías mi niña? ¿Es eso lo qué vamos a celebrar luego?- preguntó Miriam intrigada, Diego se percató entonces de la mesa perfectamente preparada con todo lujo de detalles como las velas encendidas o las rosas rojas del precioso centro de mesa, miró curioso a Fran y ella les sonrió animosa -No que va, no sabía nada- respondió calmadamente -Pero tú también tenías una noticia que darme cielo ¿por eso esta cena? ¿Qué es mi vida?- se interesó cariñoso mirándola con ternura mientras le acariciaba dulcemente la mejilla -Nada, apenas tiene importancia comparada con la tuya, cielo- dijo resuelta y él le tomó tierno la cara entre sus manos -¿Qué es cielo?- insistió cariñoso mirándola fijamente a los ojos, Fran estuvo tentada a contárselo pero… -Me ascendieron y me ofrecen el puesto de comisario en el distrito 21- contestó animada -¡Pero eso es genial mi petit suisse! ¡Claro que también hay que celebrarlo!- exclamó entusiasmado recogiéndola entre sus brazos y elevándola de nuevo mientras giraba alegre- ¡Ya era hora que te decidieras a seguir adelante y prosperar mi bien! -¿Verdad que sí?- expuso complacida y volvieron a besarse apasionados. Durante la deliciosa cena, Diego hablaba radiante de su nuevo proyecto -¿Cuánto estarás fuera?- preguntó ansiosa Fran -Seis meses nada más, mi vida; va a ser un curso intensivo- le habló dulcemente -¡Seis meses sin verte!- se desoló sin poder evitarlo; seis meses, con casi los dos que tenía ya… Diego no estaría con ella durante el embarazo, aquello la descorazonó, ya no le parecía tan lindo ni tan buena idea eso de seguir adelante… -Mi amor…- exclamó conmovido acariciándole cariñoso la mejilla- se pasarán rápidos, te lo prometo vida mía -Para ti probablemente pero para mí…-musitó decaída, él tomó su nuca aproximándola y la besó apasionado -Para mí tampoco mi gatita, para que nos vamos a engañar- repuso franco y sincero posando su frente contra la frente de Fran- Seis meses sin ti será horrible de verdad- declaró ardiente, Fran sonrió entrañable -¿Y vas a aguantar sin ver a Andy?- se burló amorosa, él resopló resignado y se rieron amenos los tres. Continuaron con la cena charlando animados. -La cena estuvo increíble, mama Miriam; cocina como los mismos ángeles- le dijo amoroso a la mujer besándola cariñoso en la frente cuando se dirigían al sofá para estar más cómodos -Gracias hijo, a ver si logró entrar en razón a esta alocada y me aprende, que no voy a durarle toda la vida- contestó ella resuelta y los tres rieron divertidos- bueno yo me voy a la cama, que aquí no pinto nada ya- añadió guasona dirigiéndose a las escaleras para irse a su cuarto dejándolos abrazados amorosamente en el sofá -¿Te quedarás esta noche?- le susurró melosa Fran enredando con su boca en los labios de Diego -Si mamá Miriam me lo permite…- repuso pícaro mirando de soslayo a la anciana que ya alcanzaba el final de las escaleras, Miriam lo miró sorprendida desde la barandilla del piso superior -¡¿Quién yo?! ¡¡Soy vieja pero muy moderna muchacho!!- respondió chistosa y la pareja rió divertida- además… esta casa no es mía- añadió desentendida encerrándose en su cuarto, ellos rieron alegres y se besaron deleitados. La pasión de sus cuerpos se encendió presurosa como siempre les ocurría y al poco, ya ansiosos, se devoraban las bocas mientras sus manos ardientes buscaban sus cuerpos desnudos debajo de sus ropas. Diego la cogió en brazos y, sin dejar de besarse ávidos, se la llevó al dormitorio de Fran. Ya desnudos sobre la cama, Diego recorría el cuerpo de Fran con su boca ardiente excitándola al máximo, la hacía perder la razón del deseo que lograba provocarle siempre. Él besaba apasionado su vientre enredando alrededor de su ombligo y ella cerró deleitada los ojos pensando tierna que estaba besando sin saber a su hijo; acarició cariñosa su cabeza y él regresó muy despacio a su boca que ella entreabrió ávida de saborearla pero él no la complació -Cásate conmigo Fran- propuso de pronto mirándola intensamente con aquellos hermosos ojos color miel, ella lo miró sorprendida y él le sonrió apasionado- No sabes lo mal que lo pasé anoche mi amor, te echo ya tanto de menos a mi lado; te juro que si no fuera porque Andy estaba durmiendo en su cuna, te hubiera aparecido aquí sin pensármelo dos veces… Quiero estar contigo para siempre mi vida, despertar a tu lado todos los días… y tenerte así todas las noches -Diego, te amo tanto…- respondió conmocionada posando sus manos en sus mejillas acariciándoselas amorosa -Pero…- añadió él apesadumbrado esperando su negativa -Pero nada mi amor; sí me quiero casar contigo Diego, claro que sí- sus ojos brillaron entusiasmados resaltando aquellas bellas vetas verdosas y sonrieron dichosos atrapándose apasionados las bocas al tiempo que Diego se adentró profunda y poderosamente en ella, Fran gimió deleitada por la inesperada y vigorosa invasión. Se amaron con una pasión desmedida, entregándose como siempre con todo su ser y con todo el amor que se tenían. Cada beso, cada caricia, cada embiste, estaba cargado de amor incondicional y absoluto. Fue maravilloso y extraordinario. Como siempre lo era. Entre sueños escuchó un breve pitido suave pero insistente que se repetía una y otra vez a breves espacios de tiempo hasta que acabó despejándola completamente. Era la alarma del reloj de pulsera de Diego que dormía profundamente a su lado boca abajo con la cabeza apoyada sobre sus brazos cruzados. Lo observo deleitada y se sintió completamente enamorada de aquel hombre atractivo y encantador que dormía a su lado. Realmente él tenía razón, era algo maravilloso y delicioso despertarse a su lado. Lo besó amorosa en el hombro y siguió besándolo tierna por la espalda, él gimió gustoso y esbozó una sonrisa complacida pero no despertó -Despierta vago, o llegarás tarde- le susurró melosa sin dejar de recorrer su ancha y fornida espalda con sus labios pero parecía tan profundamente dormido que ni se inmutó- Diego…- insistió tierna -Ven aquí mi ardiente gatita- la sobresaltó de pronto y en un rápido movimiento la atrapó entre sus brazos deslizándola debajo de su cuerpo posicionándose impetuoso sobre ella -¡Diego!- chilló espantada por el susto aunque reía divertida -Esto sí que es despertar a gusto- declaró complacido besándola ardiente en el cuello. Ella reía alegre mientras él recorría fogoso su cuello y su escote caminando ávido hacia sus pechos -¡Vas a llegar tarde Diego!- expresó entre risas gustosas ya embelesada por sus dulces caricias -Hay tiempo de sobra o sino no enredaras- resolvió entusiasta besándola ardiente en la boca. Se entregaron totalmente fervientes. Cada día estaban más enamorados y así se lo demostraban mutuamente en todas sus caricias y entregas, poniendo todo su amor y dedicación en hacerse gozar el uno al otro, llegando siempre a una culminación extraordinaria y complaciente que los dejaba completamente dichosos y satisfechos. Él se abrochaba los zapatos sentado al borde de la cama mientras ella, aún acostada y sonriendo encandilada, observaba deleitada su atractivo y enloquecedor cuerpo de fornidos brazos y espaldas anchas y poderosas. Estaba enamorada perdidamente de aquel maravilloso hombre. Arrebatada de amor, se abrazó a su cuerpo por detrás y lo besó apasionada en el cuello -No enredes gatita, no enredes que ahora sí se me hace tarde- exclamó él deleitado, ambos se rieron felices -¿Vendrás esta noche?- le murmuró melosa besándolo de nuevo en su espalda desnuda -¿Acaso lo dudas?- musitó embargado de amor volviendo su cabeza levemente y se besaron deleitados. Se puso en pie recogiendo su jersey del suelo- ¿qué vas a hacer hoy?- indagó cariñoso mientras se lo vestía en un raudo movimiento -No sé…- respondió dejándose caer de espaldas sobre la cama, él se deleitó en ver aquel hermoso cuerpo desnudo que lo tenía completa y desquiciadamente enamorado- esto de no hacer nada no va conmigo- protestó fastidiada, estaban retirados provisionalmente del cuerpo hasta aclarar el caso; él sonrió cariñoso acercándose a ella -Tranquila mi vida- le habló amoroso besándola tierno en los labios- estamos acabando y pronto os pondrán en activo de nuevo; mientras descansa y relájate, últimamente no tienes muy buena cara cielo, estás ojerosa y pálida- habló tierno pero preocupado, ella le sonrió tranquilizadora -Estoy bien, muy bien- respondió feliz pensando en su maternidad rodeándole el cuello con sus brazos y se besaron complacidos Los sorprendió encontrarse ya a Miriam en la cocina con el desayuno preparado -Buenos días mami ¿cómo has madrugado tanto?- la besó tierna en la mejilla Fran -La costumbre mi chiquita, sabes que siempre me levanté para prepararle el desayuno a tu padrino… él ya no está, pero sí Diego que se lo merece mucho más- respondió animada y se sonrieron amenos, Diego se acercó a ella y la besó amoroso en la frente -Gracias mamita Miriam, con tantos mimos me parece que voy a quedarme más veces a dormir aquí- bromeó pícaro y ellas rieron amenas -Las que quieras hijo; como bien dije ayer: ¡¡esta no es mi casa!!- declaró Miriam cariñosa y él le sonrió complacido -Pues este bonito detalle se merece una noticia que sé que le va a encantar mamita- expuso entusiasmado, ella lo miró intrigada- anoche le propuse matrimonio a su chiquita y aceptó ¡¡nos casamos mamita Miriam!!- añadió emocionado. Miriam abrió los ojos entusiasmada sonriendo dichosa -¿De verdad?- preguntó ilusionada mirando a Fran que le sonrió feliz- ¡esto es maravilloso hijos! -Tendremos que esperar a que regrese pero está decidido- repuso entrañable, le cogió la mano a Fran mirándola con pasión- Si me esperas, claro- le dijo a Fran y ella sonrió amorosa -No sé ¿eh?… es que seis meses… me lo voy a pensar- repuso ella pícara. Él la miró reprochador -Atrévete a no hacerlo y verás- declaró tajante y ambos rieron felices. Diego abrazó fuertemente a las dos al tiempo y las besó a ambas dulcemente en sus frentes- ¡Que preciosa familia vamos a ser!- añadió orgulloso observando el reflejo en el cristal del ventanal -Y está incompleta- exclamó emocionada Fran observando el reflejo también y soñando con ver entre ellos a su pequeño, él la miró intrigado y ella tragó nerviosa saliva- falta Andy- resolvió rauda, se sonrieron amorosos y se besaron dulces y complacidos. -Te quiero tanto, mi gatita- dijo apasionado sobre sus labios -Y yo a ti, mi vida, no sabes cuánto. Así él se fue, Fran subió a su cuarto y llamó a Sandy -¡Hola cielo! ¿Qué tal te encuentras?- la saludó amistosa así descolgó pero al instante su voz se volvió aterrada- ¡¿Por qué esta llamada tan temprano Fran?! ¡¿No lo irás a hacer verdad?! ¡¡Piénsalo un poquito más cielo!! ¡¡Aún te queda tiempo suficiente…!!- clamó angustiada -No lo voy a hacer Sandy, tranquila, estoy decidida: voy a tener a mi bebé- aclaró rotunda -¡Oh gracias al cielo!- exclamó relajada y Fran sonrió conmovida- ¡¿Y se lo has dicho a Diego?! ¡Seguro que se volvió loco de felicidad ¿verdad?!- se entusiasmó -No se lo he dicho Sandy y por eso te llamo… por favor no se lo vayas a decir si va a verte, Sandy; prométemelo- imploró afligida dejando completamente descolocada a Sandy

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