martes, 28 de enero de 2014

-Quieta estúpida y levanta las manos muy despacio- le habló fría y tranquila Clarisse apuntando con su arma a la sien de Fran que sintió el frío del hierro y como retrocedía el percutor. Fran tragó nerviosa saliva mientras obedecía. Clarisse la cacheó pero no le encontró nada- Camina, despacio… ¡Joder, pero que idiotas os vuelve a todos el dichoso amor!- se burló sarcástica empujándola hacia delante. Fran comenzó a andar hacia el grupo. Diego la miraba aterrorizado, ahora sí que estaba asustado y enfurecido a partes iguales -¡¿Qué narices haces aquí?!- le gritó furioso al llegar junto suya -¿Ayudarte?- bromeó ella intentando disimular el terror que sentía y él la miró exasperado. -Mi niña- musitó acobardado Alexander al ver a Fran allí, nervioso dio un paso atrás mirándola con sus ojos llenos de pánico, la oscuridad le veló el rostro pero sus ojos quedaron al descubierto iluminados por la luz de emergencia que había sobre él. Fran lo observó y la sangre se le heló de repente, aquellos ojos grises cargados de sorpresa y dolor eran inolvidables para ella… el corazón pasó de latirle apuradamente a detenérsele de golpe. No podía apartar sus ojos de aquellos que nunca olvidaría el resto de su vida -Tú… Fuiste tú… ¡¡tú mataste a mi padre!!- declaró llena de amargura y dolor intenso, Alexander se sintió lastimado por su mirada de odio inmenso -Cielo…- intentó hablar Alexander pero las palabras no le salían y dio un paso hacia ella. -¡¡Ni se te ocurra acercarte a mí desgraciado!!- le escupió asqueada mirándolo desdeñosa mientras lo señalaba con su dedo índice- ¡¡Tú!! ¡¡Fuiste tú quien me lo arrebató de mi lado…!! ¡¡Y yo confiando en el asesino de mi padre todos estos años!!- sollozaba llena de dolor -Fran cielo…- murmuró conmovido Diego por su sufrimiento y ella lo miró aterrada a los ojos -¡¿Tú lo sabías?! ¡¿Lo sabías Diego?! ¡¿Lo sabías y no me dijiste nada?!- le reclamó dolida sin poder detener las lágrimas -No mi cielo; te juro por el amor que te tengo, que no sabía nada hasta hace un par de horas que me lo dijeron desde la central- declaró sincero mirándola apesadumbrado, ella apretó sus labios intentando controlar las lágrimas que no cesaban de correr por sus mejillas -Mi niña…- expuso afligido Alexander intentando acercare de nuevo a ella extendiendo sus manos para sujetarla -¡¡¡No me toques!! ¡¡No se te ocurra tocarme Alexander!!- exclamó fuera de sí levantando sus manos para evitar su contacto- ¡¡Siempre me diste asco Alexander!! ¡¡Nunca soporté tus abrazos ni tus besos, aunque no entendía por qué y ahora ya lo comprendo!! ¡¡Algo, algo en mi interior me decía que no eras de fiar!!- increpó asqueada mirándolo con resentimiento y asco -Te dije que teníamos que quitarla del medio también; te dije que era un error dejarla viva en aquella puta gasolinera… si me hubieras dejado acabar con ella como te pregunté en el mismo momento en que la vi bajarse del coche de su maldito padre ahora no estaríamos en esta puta situación Sombra- le reprochó enfurecido Arthur- tiene el puto mismo defecto que su padre ¡Le encanta meter las narices donde no le llaman! ”Yo me encargo, la tengo controlada” decías… ¡¡Ya se ve como la tienes controlada gilipollas!!- siguió gritando fuera de sí y reprochándole a Alexander mirándolo enfurecido- sigue inmiscuyéndose en todo, esta desgraciada consentida… ¡Y te lo avisé! ¡Os lo dije a todos! ¡¡Clarisse debía eliminarla también cuando fue de lo de Ben pero no hubo manera de convencerte!! ¡¡Y ahora estamos dónde estamos por tu insensatez y tu encoñamiento por esta estúpida!! -¡¡Basta Arthur!! ¡¡Cállate!! ¡¡Cállate!!- gritó furioso Alexander pero sus ojos estaban cargados de dolor mirando a Fran -¿Por qué? ¿Por qué? Si era tu mejor amigo, confiaba en ti… era mi padre Alex… ¡¡Mi padre!! ¡¡Y tú le mataste, asesino; le mataste!!- sollozó afligida mirándolo con desprecio -Se enteró de todo cielo... ¡¡él solo fue quien se lo buscó mi ángel!! Quería denunciarme cuando me descubrió; si aceptara entrar, aún seguiría con vida… pero el muy idiota ¡¡tan leal y profesional!!... ¡¡el muy imbécil iba a denunciarme mi vida y no podía permitirlo!!- explicó angustiado de ver a su amada Fran como lo miraba con odio y desprecio- No me mires así mi ángel… -¡¡Cállate!! ¡¡No soy ni tu amor ni tu ángel ni nada de nada!! ¡¡Me das asco!! ¡¡Solo siento nauseas al verte!! ¡¡Te odio y te desprecio como nunca odié y desprecié a nadie!! ¡¡Ojalá te pudras en el infierno desgraciado!!- chilló llena de ira y lo abofeteó con todas sus fuerzas, Alexander ni se inmutó, le dolía más su desprecio y aquella mirada de odio que todas sus bofetadas -Mi niña...- musitó afligido con lágrimas en los ojos -¡Acabemos con esto de una vez y vámonos ya, Sombra!- interrumpió intranquilo Marti mientras miraba a su alrededor nervioso- nos estamos demorando demasiado y ya estarán a punto de entrar los refuerzos de este capullo; además, ya has oído lo que dijo: lo tienen todo Alexander, se acabó, debemos irnos de la ciudad… -No seáis estúpidos; se acabó todo ¿es que no lo entendéis? ¿Por qué no me entregáis las armas y os rendís? no tenéis escapatoria- exclamó contundente Diego, Charlie se echó a reír -No, si hay que reconocer que los tiene bien puestos el sopla pollas este ¡¡Hay que tenerlos cuadrados para estar rodeado de armas, él sin un puto bolígrafo con lo defenderse y tener los santos cojones de decirnos que nos rindamos!!- se jactó burlón- ¡¡Venga, llevároslos y deshaceros de ellos de inmediato!! ¡¡Nos vemos en dónde siempre, yo me comunicaré con Antonelli!!- les ordenó decidido a Arthur y a Clarisse que sujetaron a ambos por los brazos -¡¡No!!- chilló angustiado Alexander- ¡¡A mi chiquita no!!- remarcó tajante -¡No seas estúpido Sombra; ya no tiene remedio, también hay que eliminarla!- remarcó rotundo Arthur- ¡¿O acaso crees aún que tendrás alguna oportunidad con ella?! ¡No seas engreído y baja de una puta vez de tu nube Sombra!! ¡¡Nunca, nunca, obtendrás nada de ella!! ¡¡Y menos ahora que sabe quién eres joder!! ¡¿Acaso no te has dado cuenta de cuanto te odia y el asco que muestran sus ojos?!- Le habló explícito y él pareció reaccionar al ver los ojos cargados de odio y asco de Fran, su rostro se puso serio mirando déspota a Fran- Lo único que quieras tirártela a la fuerza antes de acabar con ella… para saciarte el regusto, más bien- añadió sarcástico -Si no eres mía, no serás de nadie Fran, tú decides- bramó furioso mirándola con determinación; ella levantó orgullosa su cabeza retándolo -Pues ya sabes lo que tienes que hacer; pero de mí ni un beso en la mejilla por voluntad propia recibirás jamás- repuso muy calmada mirándolo desafiante -Está bien; pero nos desharemos de él antes, y que ella lo vea… la llevaré en mi coche, quiero estar presente- expresó despectivo hacia Arthur y Clarisse que sujetaron a Diego de ambos brazos -¡¡No!! ¡No, por favor no!- gritó desesperadamente angustiada Fran abrazándose amorosa al cuello de Diego que la abrazó impulsivo contra sí -Te quiero mi dulce petit suisse, no lo olvides nunca- le murmuró amoroso besándola con pasión en la mejilla -Ya están llegando amor, apenas unos segundos, y Archie también está aquí- le susurró al oído. -¡¡Separarla de él!!- bramó frenético Alexander, Marti se la arrancó de entre sus brazos. -¡¿Dónde está mi hijo Alexander?! ¡¿Dónde tenéis a mi hijo?!- le preguntó desesperado Diego a Alexander dando unos pasos hacia él aunque Arthur le sujetó fuertemente evitando su avance -En su casa supongo… ¡¡Llámalo!!- le respondió irónico como él había hecho cuando le preguntara por Fran Entonces estalló todo y una gran confusión los envolvió. Coches negros con lunas tintadas entraron veloces en el parking asaltándolo. Frenadas chirriantes, luces rojas y azules chispeando y docenas de personas enfundadas con chalecos y armados hasta los dientes saltaron de los vehículos aún antes de que se detuvieran y los disparos comenzaron a sonar y a cruzarse por todas partes; les rozaban las cabezas, se incrustaban en las paredes y las columnas, haciendo saltar la pintura que caía sobre ellos. Fran se agachó instintivamente y Diego la cubrió con su cuerpo llevándosela a un rincón refugiándose tras uno de los coches -Dame tu arma cielo- le inquirió nervioso -No la tengo- respondió mordiéndose el labio inquieta -¡¡Genial Fran!!- repuso exasperado -No me paré a cogerla, en cuanto tuve oportunidad me escapé de Cristín; además, ya me la hubiera quitado Clarisse idiota ¿o acaso no me cacheó?- replicó irritada mirándolo desafiante -Esa no es excusa ¿Acaso no sabes escondértela en algún lugar seguro?- le reclamó mordaz -Sí, como tú ¡¡Anda, dime!! ¡¿Dónde está la tuya so, listo?!- le objetó contundente, él sonrió derrotado; unos disparos muy cercanos les hicieron cubrirse aún más y Marti cayó abatido a pocos metros de ellos -¡Quédate aquí y no se te ocurra moverte!- la miró a los ojos duramente- ¡¡Aquí!! ¡¿Me oyes?! ¡¡Obedéceme por una sola puta vez en tu vida, Fran!!- repitió autoritario; aun así, la besó suavemente en los labios y corrió agachado hacia el cuerpo de Marti; recogió su arma e intentó acercarse a los suyos. Pero le disparaban continuamente prohibiéndole el paso, era Alexander que se escudriñaba detrás de uno de los coches al otro lado del aparcamiento. Se escudó contra una columna respondiéndole al fuego- ¡¡Tienen a mi hijo y a Sandy, no matéis al viejo!!- les gritó desesperado Diego a sus compañeros -¡¡Negativo Vázquez, Castro está en la guardería con tu hijo!! ¡¡Acabo de confirmarlo al oírtelo decir!!- le respondió la voz de Archie desde algún lugar de aquella locura -¡¡Maldito hijo de puta!!- gritó Diego enfurecido saliendo de su escondite hacia Alexander- ¡¡Te voy a matar con mis propias manos!! ¡¡Con mi hijo no permito que se juegue!!- gritaba furibundo mientras disparaba sin tregua acercándose al coche, una bala del revólver de Alexander impactó en el hombro de Diego pero no fue suficiente para detenerlo -¡No Diego!- gritó angustiada Fran al verlo y salió de su escondite hacia él, intentó contenerlo colocándose delante- ¡No seas loco, Diego! ¡Te va a matar!- al colocarse en la trayectoria de las balas, Alexander dejó de disparar de inmediato -¡¡Sácate de ahí, amor mío!!- le reclamó angustiado Alexander. Diego la arrastraba con la fuerza de su cuerpo, estaba rabioso, fuera de sí. Llegaron a la altura de Alexander y Diego se abalanzó sobre él cayendo los dos al suelo, empezó a golpearle alocadamente con los puños en el rostro- ¡¡Con mi hijo no permito bromas ni amenazas desgraciado!! -¡¡Diego, basta ya!!- lo intentaba separar Fran sin resultado. Se oyó un disparo que le rozó la mejilla a Diego y otro al instante resonó justo a su lado ensordeciéndolo, se detuvo asombrado agachando instintivamente la cabeza -Por Ben- exclamó muy serena Fran a su lado y la observó atónito, empuñando el arma con firmeza había abatido a Clarisse con un preciso disparo en medio y medio de su frente. Los disparos se detuvieron de pronto, todo había acabado por fin. -¡Qué pena, es la primera vez que falla!- se burló irónico Alexander aún en el suelo aprisionado por las piernas de Diego -¡¡Maldito hijo de puta!!- gritó asqueada Fran y apuntó a su cabeza con el revólver -¡¡¡No Fran!!!- la intentó detener Diego de inmediato pero ella apretó al instante el gatillo sin pensárselo dos veces Pero únicamente se oyó un sordo clic indicando que el arma se quedara sin balas, Alexander esbozó una risa sarcástica -¡¡Desgraciado hijo de perra!! ¡¡No te vas a ir de rositas!- bramó enfurecida Fran arremetiendo contra él con frenéticas patadas en las costillas y el rostro- ¡¡Por Ben!! ¡¡Por mi padre!! ¡¡Por mami!! ¡¡Por Diego!!- gritaba entre lágrimas de rabia sin poder detener sus furiosas e incontroladas patadas sobre Alexander- ¡¡Por todo el daño que le has hecho a mami y a mí desgraciado!!- Diego la sujetó por la cintura y, levantándola en el aire, la alejó de él; ella seguía pateando al aire furiosa intentando alcanzar el cuerpo de Alexander- ¡Déjame Diego, aún no acabé con él!- gritaba exasperada -Ya, ya cielo, cálmate- la intentaba tranquilizar cariñoso sin soltarla -¡¡Te odio tanto, no sabes cuánto te odio y el asco que me das!!- le gritaba sin poder detener el torrente de lágrimas que desbordaban sus ojos al viejo que seguía en el suelo conmocionado y dolorido por los contundentes golpes recibidos de ambos, llegaron dos compañeros de Diego que lo esposaron y se hicieron cargo de él -Se acabó mi vida, ya pasó todo- la dejó suavemente en el suelo y le sujetó dulcemente la cara con sus manos mirándola a los ojos- ¡¡Dios!! ¡¡Si estás ardiendo de nuevo mi vida!- se preocupó; ella le miraba con los ojos enfurecidos aún, jadeaba ansiosa y agitada y las lágrimas seguían corriéndole por sus mejillas- ¿Quieres hacerle mucho daño realmente? ¿Daño de verdad?- expuso divertido limpiándole con dulzura sus lágrimas con sus dedos pulgares y la besó apasionado, ella se abrazó anhelante a él y se fundieron en un beso entregado y ardiente. Diego miró socarrón sin soltar aquella deliciosa boca que le correspondía con tanta complacencia a Alexander que los observaba desesperado y rabioso desde dentro del coche donde lo habían metido Se les acercó Archie y Cristín -Gracias chiquita, te debo una- le habló conmocionado Archie y ella le sonrió tierna -¡¡A ti!!- bramó furibundo Diego señalando contundente a Cristín, ella lo miraba atemorizada- ¡¡Te voy a meter un puro que te vas a cagar!! ¡¡Te voy a enterrar entre archivos hasta el día del juicio final!! ¡¡Vete despidiéndote de volver a ver el sol!!- añadió rabioso -Ella no tiene la culpa Diego, me escabullí por la ventana del baño así tuve oportunidad… ni me lo pensé- intercedió amable por ella Fran, Diego la miró irritado a los ojos -Si tú dices que vas a mear, ella hace de taza… ¡¡eso es vigilar a un testigo protegido!!- bramó enfurecido -¡¡Lo sé jefe!! ¡¡Me di cuenta al instante, pero la tía corre que se las pela y tiene una suerte que ni que naciera de pie!! ¡¿Quién encuentra un taxi libre a las puertas de casa justo cuando lo necesita?!- aclaró anonadada Cristín -¡¡Esa no es excusa McLaren!!- siguió bramando frenético -¡¡Oh Dios, el taxi!!- recordó de pronto Fran y echó a correr -¿A dónde crees que vas ahora? ¿Qué taxi petit suisse?- preguntó desconcertado Diego pero siguiéndola ya a la salida -¡Está esperando aún!- contestó sin dejar de correr, Archie y Cristín los observaban atónitos -Lo dicho ¡tal para cual!- aseguró entrañable Archie -No, si va a ser verdad eso que dicen de que Dios los da y ellos se juntan…- expresó guasona Cristín -¿Quieres decir que… tú y yo… algún día…?- habló con malicia Archie mirándola pícaro -¡¡Ni lo sueñes Spencer!! ¡¡Dios no tiene nada que ver en lo nuestro!! ¡¡Quien nos unió fue el demonio ese que nos va a amargar la existencia hasta el fin de nuestros días!!- aclaró rotunda -¡¿A mí, por qué?! ¡¡A mí no se me escapó su “adorada gatita” cielito!!- expuso burlón sonriendo socarronamente -¡¡Ja!! ¡¿A ver si te crees que voy a cargar yo sola con todo el mochuelo?! ¡¡Tú me dejaste sola en plena custodia de un testigo potencialmente inestable!! ¡¡Te vas a cagar!!- explicó vanidosa, el rostro de su compañero se puso lívido al instante

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