sábado, 14 de junio de 2014


Cuando Gus despertó aún dormían todos en la casa. Se levantó y se dirigió a la cocina, preparó la cafetera y miró el reloj del móvil, eran ya las diez. Se fue al lavadero y llamó a Guillermo
-¡Ey, colega! ¿Dormías?
-No, Gus; sabes que me despierto temprano ¿Qué pasó? ¿Supongo que te mantendrías en tu cama?- bromeó divertido
-¡No seas idiota! ¡No les levanto las chicas a los colegas!
-¡¡Ey, estaba hablando de Norma no de Marina tío!!- le reclamó guasón y lo oyó reírse explayado -Aunque no sé si haría una excepción en este caso ¿eh? porque tenías que verla con su pijamita muy cortito y aquel escote…- reveló pícaro
-¡No te pases ¿sí?!- le reprendió receloso y lo oyó reír divertido
-Vale, ya me callo; oye colega, que ya averigüé porque se peleó la fierecilla; defendía a Betty… Esa estúpida pija estaba insultándola como hace muchas otras veces pero esta vez la oyó Norma y le arreó con ganas- explicó entusiasmado- ¿Se podrá arreglar?
-No sé de eso, Gus; pero hablaré con Betty así se levante… ¿Aún estás ahí?- se le oía curioso
-Sí, aún duermen todos; ya sabes que yo también soy de dormir poco
 -Está bien, ya hablaremos… ¡Gus! ¿Avisaste a tu madre verdad?
-Que sí, pesado; le mandé un mensaje al móvil ayer mismo mientras tú y tu muñequita os despedíais en la puerta- repuso perezoso- Hasta más tarde.
Regresó a la cocina y se encontró con Rubén que entraba en aquel instante
 -Buenos días- dijo aún adormilado dirigiéndose al frigorífico y bebiendo directamente de la botella del agua
-Buenos días- respondió animado sirviéndose un tazón de café.
Estaba sentado en la terraza del jardín desayunando mientras intentaba leer el periódico pero no podía centrarse; Marina invadía sus pensamientos sin poder remediarlo. Beatriz observaba desde la puerta de la cristalera del pasillo como, ensimismado, llevaba en la misma página hacía un buen rato
-Debe estar muy interesante ese artículo que lees, llevas más de diez minutos leyéndolo muy atento- comentó guasona acercándosele, él sonrió ameno besándola tierno en la mejilla- ¿Puedo saber en qué piensas tan concentrado?- le preguntó curiosa y entrañable, él suspiró profundamente
 -Pues es todo al contrario hermanita, no consigo centrarme en nada- expuso fastidiado cerrando el periódico y dejándolo sobre la mesa de hierro forjado negro; tomó su pocillo de café y bebió despacio, su hermana lo miraba intrigada y él volvió a suspirar- Betty, esta mujer me está calando hondo… muy hondo; no logró sacármela de la cabeza- confesó turbado
-¿Y eso es bueno o malo?- inquirió desenvuelta sirviéndose un café, él la miró desconcertado
-No lo sé… Realmente no lo sé, hermana; pero me tiene todo el día alterado y no me deja centrarme en nada- explicó confuso, ella sonrió serena y cautivada
 -Si tuvieras quince años te diría que estás enamorado- expuso divertida bebiendo de su café
-Y así me siento- contestó abatido acabando el café
-¿Enamorado?- instó regocijada abriendo sus ojos encandilada
-No, como un bobo quinceañero- respondió cohibido y Beatriz se echó a reír alborozada, Guillermo se sintió abochornado por aquellas carcajadas de su hermana y la miró fastidiado
-Perdona cielo, discúlpame- se excusó cariñosa sin poder dejar de reírse- pero es que de eso ya me diera cuenta ayer; de lo que no te das cuenta tú es de que estás enamorado hermanito- expuso deleitada
 -¡Bah, tonterías!- increpó molesto retomando el periódico
-No son tonterías Guille ¡El gran fiscal implacable y esquivo con las relaciones, cazado por unos ojitos tiernos!- bromeó entrañable- ¡Estás enamorado, querido Guille! Lo que ocurre es que, has estado escapando tanto de ello, que ahora ya no lo reconoces… ¡o no quieres reconocerlo!- le aseveró decidida
-No digas sandeces; que me gusta Marina, no te lo voy a negar, pero de ahí a estar enamorado…- expuso desairado y centró su atención en el periódico de nuevo; Beatriz sonrió divertida- Ah, me llamó Gus- expuso desenfadado
-¿Tan temprano? ¿Qué le pasa?- indagó curiosa
-Que anoche Norma se sinceró con él y le contó porque fue la pelea: Silvia estaba insultándote como según dice Gus hace a menudo y Norma la atacó para callarla; se peleó por defenderte como bien sospechaba- explicó queriendo parecer sereno pero se le percibía orgulloso. Beatriz sonrió deleitada -Lo sabía…- expuso enternecida y ambos se sonrieron complacidos- cuando Silvia se echó mimosa entre mis brazos, la llamó cínica hipócrita con tanta amargura que lo dejó bien claro ¿No te habías dado cuenta?- Guillermo negó con la cabeza mirándola asombrado
-Pues no, no me di cuenta
-Hermanito, sigues sin ver aunque te esfuerzas en mirar y esa pequeña es un libro abierto si solo observas un poquito; necesito hablar con Norma…- murmuró interesada- ¿Por qué no los invitas a comer?- propuso de pronto, él la miró desconcertado pero tenía un brillo entusiasta en los ojos -¡¿Hoy?! ¡¿Aquí?!- inquirió interesado
-Sí ¿Por qué no? Como ya te dije, necesito hablar con esa pequeña y que mejor excusa para hacerlo sin que se ponga a la defensiva- comentó sin darle importancia, su hermano sonrió encantado
-No sé Betty, tendría que consultárselo a Marina y no sé cómo contactar…- expuso ofuscado pero de inmediato sus ojos se alegraron entusiasmados- ¡¡Gus!! Puede que aún siga allí- dijo esperanzado y llamó al muchacho- Gus ¿estás aún en casa de Marina?- él afirmó- Dile que os invito a comer -¡¡Genial!! ¡Ey que Guille nos invita a comer!- lo oyó anunciar entusiasmado a través del teléfono -¿A todos?- escuchó sorprendida Marina
-No, dice que a Norma no por follonera- bromeó entrañable
-¡¡Idiota!!- le increpó ella irritada y Guillermo sonrió divertido
 -Claro que a todos Marinita- repuso Gus decidido, no se oyó nada- ¡Qué sí, Guille! ¿A qué hora vienes a por nosotros?
-¿Sobre las dos menos cuarto está bien?- indicó mirando interrogante a su hermana que asintió con la cabeza
-¡Dice Guille que a las dos menos cuarto nos recoge!- repitió Gus- De acuerdo, ahí estaremos- le respondió entusiasmado y Guillermo quedó satisfecho y dichoso
-¿Qué? ¿Vienen?- preguntó intrigada Beatriz al verlo que se quedaba callado
-Sí, a las dos estaremos aquí
-¡Pues espabila hermanito!- le increpó cariñosa moviendo sus manos indicándole que se moviera, él la miró confuso- ¡No sé que les ofrecerás de comer como no avises a Tina y sabes que Gus no tiene fondo!- se burló socarrona; él rió feliz, besó tierno la frente de su hermana y entró en la casa- ¡Ay qué hombre, que poquito arranque me tiene!- protestó encandilada continuando con su desayuno
Puntual llegaba delante del portal, ya lo esperaban los tres muy bien vestidos. Pero para Guillermo la más bonita era Marina, llevaba un vestido blanco entallado que dibujaba su atractiva silueta con dos anchas tiras de tela que salían de debajo de su hermoso pecho recogiéndoselo y cubriéndolo que acababan atadas al cuello dejando su espalda y hombros al aire. Estaba preciosa y Guillermo sonrió dichoso al verla sintiendo unas ganas irrefrenables de besarla. Su hermana tenía razón, estaba perdidamente enamorado de aquella mujer aunque se negara a reconocérselo a ella.
-¿Estamos listos?- preguntó entusiasmado al bajarse del coche para saludarlos
 -Falta el torpe de Gus- indicó Norma
 -No hay problema, lo recogemos de camino- resolvió animado pero apareció de inmediato, con pantalón vaquero negro y camisa también negra de manga corta que llevaba informalmente por fuera, su media melena negra como el azabache aún venía algo húmeda acentuando la ondulación de su pelo
 -¿Tú no tienes otra ropa que no sea negra?- le indicó curiosa Norma, él le sonrió pícaro
 -Sí: los gayumbos ¿quieres verlos?- le contestó divertido echándose la mano a la cremallera del pantalón con toda la intención de bajárselos
-¡No seas descarado tío!- le reclamó cortante Rubén y todos entraron en el coche sonriendo recreados.
-¡Ey ¿vamos a comer con Betty Guille?!- preguntó ilusionado Gus observando el camino que tomaba Guillermo
-Sí… la verdad es que la idea fue de ella- respondió encantado Guillermo sonriendo dichoso
-¡Guay, la pobre siempre está sola o contigo! ¡Algo de barullo le vendrá bien!- repuso el muchacho entusiasmado.
 Cuando llegaron delante de la casa, Marina quedó impresionada al verla; la observaba maravillada cuando Beatriz salió a la puerta a recibirlos sonriendo encantada
-¡Betty, corazón!- corrió a abrazarla entusiasmado Gus
-¡Hola cielo!- le correspondía amorosa
 -Hola Betty- la saludó avergonzada Norma sin acercarse
 -¿Me vas a saludar tan fríamente, mi niña hermosa?- indagó apenada, Norma sonrió afectuosa y la abrazó amorosa- ¡Esto está mucho mejor, corazón!- repuso agradecida acariciándole tierna la cabeza apoyada contra su mejilla- ¿Este muchacho es Rubén, verdad?- indagó dulcemente mirándolo, él le sonrió entrañable y también se abrazaron amistosos- ¡¡Y aquí está Marina!!- la saludó entusiasta mostrándole los brazos para que la abrazara, ella le sonrió agradada y se abrazaron cariñosas
-Hola Beatriz, gracias por invitarnos- le expresó dulcemente
-Ah, nada de eso; gracias a vosotros por aceptar; tengo que pensar por los dos o a él nunca se le ocurriría traeros y ¡deseo tanto conocerte mejor!- comentó divertida y emocionada, se rieron entrañables entrando en la casa; Guillermo posó su mano suavemente en la espalda de Marina y ella se sentía reconfortada aunque también muy turbada por el calor que producía su mano sobre su piel haciéndola sentir escalofríos placenteros.
 -Tenéis una casa preciosa- halagó fascinada Marina a Beatriz al entrar en la sala
 -¡Tenéis no querida; tiene!- aclaró amorosa- La casa es de Guille, yo vivo con él
-Pero la compré por ti, a mí me valdría cualquier cosa en la ciudad- replicó él entrañable
-¡No cielo! ¡Tú vivirías encerrado en tu despacho de los juzgados si no me tuvieras a tu lado!- bromeó socarrona y todos rieron divertidos
 -¡Que espectaculares obras tiene aquí Beatriz! ¡Están impecables!- se impresionó Marina observando los libros de las estanterías en la sala, los acariciaba delicada y suavemente con las yemas de los dedos pasando de uno a otro, interesada en los títulos- ¿Puedo?- preguntó educada y Beatriz asintió con la cabeza, Marina tomó con un cuidado increíble y lo examinó delicadamente- ¡Están perfectos! ¡Es una maravilla!- declaró fascinada, Beatriz sonreía dichosa
 -Es que Betty sabe restaurarlos Marinita- explicó resuelta Norma y su hermana miró deslumbrada a Betty que le sonrió amena
 -¡¡Oh pues eso es fantástico; son auténticas joyas de la literatura!!- exclamó complacida y acarició suavemente las pastas de nuevo antes de colocarlo en su sitio; de camino al sofá se encontró con el bastidor- ¡¡Oh, qué maravilla, le está quedando precioso!!- se asombró fascinada al ver el bordado delicado y complicado con tantos colores distintos, Beatriz sonrió complacida
-Gracias querida, eso sí es únicamente mío- bromeó satisfecha- ¿Te gusta bordar?- le preguntó interesada acercándose a ella
-Antes lo hacía mucho, me encantaba y me relajaba- comentó entrañable- pero lo dejé, y la verdad, no sé por qué- repuso desalentada
-Porque te sepultaste entre los libros; no te llega con pasarte toda la vida encerrada en la librería, sino que pasas las pocas horas libres que tienes leyendo ¡¡A veces me quedo mirándote porque tengo miedo de que te vayas a fundir con ellos y te desvanezcas!!- respondió ofuscada Norma y todos rieron divertidos
-Eso no es cierto Norma- protestó abochornada
 -Sí lo es Marinita- remarcó inquieto Rubén- ¡Y ya veremos ahora que te quedas sola al despedir a la insoportable de Cris!- añadió socarrón- ¡No te vamos a ver el pelo!
-¡Ya te digo!- reconoció concluyente su hermana gemela
-Pues mira, os venís a vivir conmigo chicos- propuso guasona Beatriz- Como ella se pierde entre libros y mi hermano lo hace entre informes… ¡Estamos solos y nos haremos compañía!- bromeó chistosa y todos se echaron a reír a carcajadas
-Anda chistosita, vamos a la mesa que Tina ya debe tener todo dispuesto- indicó cariñoso Guillermo a su hermana besándola en la frente, fue un gesto tan tierno y amoroso que Marina percibió al instante el gran amor que tenía por su hermana. Él dirigió la silla hacia el comedor dejándola a la cabecera de la mesa y le retiró amable la silla a lado de Betty para que Marina se sentara ocupando seguidamente la otra cabecera. Rubén se sentó a lado de Marina y Gus y Norma frente a ellos al otro lado de la mesa. Tina trajo las fuentes que dejó sobre la mesa para que cada uno se sirviera
 -Gracias Tina- le habló sonriéndole tierno Guillermo- Ve a comer tranquila; nosotros nos las arreglamos solos- le propuso resuelto y la mujer le sonrió complacida
-Está bien Guille, buen provecho a todos- habló educada la mujer y desapareció de nuevo por la puerta de la cocina
Todos se mantenían en formal silencio pues los muchachos estaban cohibidos; pero, al instante, Gus logró romper aquel incómodo silencio y se desató el barullo
-¡Ey, tragaldabas! ¿Nadie te ha enseñado que por educación no se coge el pedazo más grande de la fuente?- le reclamó rauda Norma al verlo servirse el trozo más grande de carne; él la miró burlón manteniendo el filete en el aire
 -Entonces tú, como niña educada que eres ¿cogerías el pequeño, no?- expuso serenamente
-Pues claro que sí- remarcó orgullosa
 -Pues ahí lo tienes entonces ¿para qué protestas?- resolvió despreocupado sirviéndose el filete en su plato y los mayores rieron divertidos. Rota la incomodidad del primer momento, la comida se volvió entrañable, recreada y divertida como cualquier comida familiar pero sin perder en ningún momento la educación y el saber estar en la mesa. Beatriz sonreía feliz integrada completamente en la charla con los muchachos mientras Guillermo y Marina se mantenían en silencio cruzándose miradas tiernas entre ellos y sonriéndose amorosos.
-Esto es fantástico ¿Siempre es así, querida?- preguntó divertida Beatriz a Marina
-Casi siempre, aunque hoy hay más algarabía por Gus… También es bastante bichito- bromeó cariñosa mirándolo tierna frente a ella y el muchacho rió entretenido
-A él ya lo conozco de sobra- comentó amorosa- ¡Da gusto oírlos, le dan vida a esta casa que siempre está tan silenciosa! ¿No es cierto, cielo?- le comentó a Guillermo que sonrió agradado
-Un día o dos puede ser Beatriz, no lo niego- repuso gustosa Marina- Pero ahora ¿todos los días? acaban desquiciando a uno y levantando dolor de cabeza, se lo aseguro- aclaró entrañable y ambos hermanos rieron divertidos
 -Guille ¿a qué no sabías que a Rubén también le interesan las leyes? Guille es fiscal- comentó entusiasmado Gus
-Eso tenía entendido- contestó él complacido- ¿Quieres ser otro inútil como yo Rubén?- bromeó jocoso mirando burlón a Norma que se sonrojó sintiéndose muy abochornada
-Veo que ya has hablado con mi querida hermanita- respondió él entrañable, se rieron divertidos- A mí me gustaría llegar a juez… ¡Esos son los del verdadero poder!- añadió ilusionado
 -¡¡Esos sí que son unos auténticos inútiles, echan a perder todo el trabajo de un buen fiscal!!- exclamó desdeñosa Norma
-Gracias por la parte que me toca ¿Eso quiere decir que ya no te caemos tan mal los fiscales?- repuso complacido Guille mirándola tierno pero ella no contestó, solo sonrió pícara y todos rieron amenos -¡Vente, Rubén!- invitó Gus animado levantándose de la mesa- Guille me dejo ahí atrás un libro del poder judicial que te va a gustar ¿Puedo Guille?- le pidió permiso, él movió la mano tranquilo indicando que podía ir. Rubén lo seguía después de disculparse educadamente por levantarse de la mesa
 -¡¡Ey esperar, que yo también voy!!- repuso emocionada Norma también excusándose y se fue tras ellos
-Aunque protestes y digas que te dan dolor de cabeza, tus hermanos son encantadores cielito- la felicitó cariñosa Betty palmeándole tierna la mano a Marina que le sonrió agradecida

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