viernes, 20 de junio de 2014


-¡Marinita, mucho has dormido!- le indicó feliz Norma descubriéndola mirándolos desde el pasillo y sacándola de aquella hermosa ensoñación. Guillermo la buscó raudo con la vista al oír a la muchacha y se miraron apasionados sonriéndose radiantes. Beatriz los observó y sonrió feliz, sus miradas lo decían todo ya y la noche había ido muy bien… se podría decir hasta que demasiado bien reparando en sus miradas ardorosamente mimosas y satisfechas. Norma ya corriera a sus brazos y buscaba ansiosa sus manos encontrando el anillo, sonrió ilusionada.
-¡¿Dirías que sí, supongo?!- inquirió entusiasmada mirándola dichosa
-¡¡Serás payasa; si hubiera dicho que no, no tendría el anillo puesto so boba!!- explicó guasón Gus. Guillermo le clavó una mirada enfurecida en su hermana- ¡¡Ey, no mires así a Betty tío, que ella no tiene la culpa de nada!!- le amonestó Gus dolido al ver el rostro furioso de Guillermo
-¿Ah no?- exclamó molesto
-¡¡Me lo sonsacaron, Guille!! ¡¡Te lo prometo!! ¡¡Yo no quería decirlo pero…!!- se defendió ella divertida
-¡¡Ya!! ¡¡Te lo sonsacaron!!- repuso irónico
-No te enfades con ella Guille que eso es muy fácil ¡No sabes lo persuasivos que pueden llegar a ser!- la defendió cariñosa Marina y se rieron entrañables, Guillermo le tomó la mano y la guió cariñoso hasta sus rodillas sentándola en su regazo, se iban a besar pero él se detuvo mirando burlón a Rubén -¿Ahora ya podré hacerlo siempre que quiera, no? Esto me dará ese derecho al menos- bromeó chistoso mostrándole el bello anillo en el dedo de Marina y todos rieron alegres mientras ellos se besaron amorosos en los labios
-¡¡Oh, que besito más romántico!!- se burló guasón Gus, Guillermo hizo amago de darle en la cabeza con el libro que sujetaba y todos se rieron divertidos
-Muchas gracias, Betty; fue un detalle un bonito y además es precioso- le agradeció ilusionada Marina mirando el anillo en su mano, ella le sonrió amorosa
-Es el que le regalo nuestro padre a nuestra madre cuando le pidió en matrimonio; creo que es una bonita manera de comenzar una tradición: tú se lo entregarás a vuestro hijo cuando llegue el momento- se sonrieron candorosas
-Pero, entonces, era mejor que lo empezaras tú- repuso cariñosa
-Querida, yo no puedo tener hijos… ¡Sería una tradición muy rara y corta ¿no crees?!- bromeó divertida y todos volvieron a reírse. Norma le entregó el café que le fuera a buscar a la cocina -Gracias cielo- le agradeció Marina cariñosa sonriéndose amorosas mientras la muchacha se sentaba en el sofá que ocupaba antes junto a Beatriz. Pero la miraba insistente, no le apartaba la mirada, Marina se puso muy nerviosa ante aquella mirada tan inquisitiva, su hermana era tan perspicaz y observadora que temía fuera a darse cuenta de algo
-Te encuentro distinta, Marinita- repuso de pronto desconcertada, Marina dio sobresaltada un respigo sobre el regazo de Guillermo bailándole levemente el pocillo en sus manos, él lo sujetó raudo deteniendo su cantoso tintineo mientras le acarició tierno la espalda intentando tranquilizarla.
 -No… no sé por qué lo dices cielo, yo estoy bien, igual que siempre- respondió turbada intentando sonreírle amena aunque el sonrojo acudió a sus mejillas. Beatriz sonreía pícara y Guillermo la miró reprochador. Pero la mirada inquisidora de Norma que seguía acribillándola junto a las miradas curiosas de los otros dos muchachos que la observaban intrigados por el comentario de Norma, la pusieron aún más nerviosa y sus manos empezaron a temblar levemente. Guillermo le retiró comedido el pocillo dejándolo sobre la mesita y se las sujetó tiernamente ocultándoselas al resto
-No, no lo estás… estás radiante hermanita, no sé, tienes un brillo especial en la mirada- siguió exponiendo intrigada, Beatriz soltó una leve risita maliciosa provocando que su hermano volviera a mirarla fustigador- ¡¡Ya lo sé!!- exclamó entusiasmada y Marina se sobresaltó inquieta apretándole inconscientemente la mano a Guillermo que aún estaban sobre las suyas, Norma le tomó cariñosa la mano izquierda acariciándosela tiernamente- Es que estás feliz ¿verdad?- aclaró resuelta sonriendo dichosa, Marina también sonrió más relajada
-Sí mi ángel, soy muy, muy feliz- respondió pletórica mirando amorosa a Guillermo que sonrió complacido y la besó dulcemente en los labios
-¡¡Lo sabía!! ¡¡Si te conozco muy bien hermanita, a mí no me engañas!!- exclamó satisfecha besando cariñosa la mejilla de su hermana y todos rieron alegres dejando al fin su curiosidad sobre Marina y cada uno regresó a la conversación que mantenían anteriormente
 -¿De verdad eres feliz mi amor?- indagó meloso Guillermo mirándola encandilado
 -Inmensamente feliz amor mío ¿y tú?- respondió plena de felicidad
 -Yo lo soy tanto que me parece increíble- declaró apasionado y se besaron deleitados complaciéndose en saborearse suave pero intensamente
-Bueno ¿y para cuándo la boda?- preguntó de pronto Beatriz interesada
-No hay prisa- contestó Marina dulcemente
-Pronto; cuanto antes- repuso al unísono Guillermo rotundamente, todos se rieron a carcajadas
-¡Hay alguien desesperadito por aquí ¿eh?! ¡Ni que no hubieras tenido tiempo de sobra esta noche habiendo llegado casi a las siete de la mañana!!- se burló guasón Gus, esta vez sí se llevó una colleja de Guillermo
-No seas grosero hombre- le recriminó molesto- Y por cierto ¿tú nunca duermes o que rayos te ocurre?- expuso atónito por el comentario del muchacho
 -Sí, y perfectamente para tú información; pero tengo el sueño muy ligero y oí llegar el coche- respondió vivaracho y todos rieron divertidos- Y ahora tú ¿a qué se debe tanta… prisa, colega?- expuso pícaro mirándolo malicioso
-Porque si empiezo con el caso Mendoza en Octubre, después estaré demasiado liado para la boda- explicó calmoso, todos lo miraron inquietos y preocupados
-¡¿Vas a meterte en ese caso Guille?! ¡¡Me dijiste que no lo harías!!- le reclamó trastornada Beatriz -No te pongas ya histérica…- le indicó tranquilo- No es seguro… pero si me requieren no puedo negarme, Betty
-Siempre entendí que los fiscales eran los que iniciaban las investigaciones de los casos- comentó indecisa y alarmada Marina, él la miró impresionado
-¡Este cree que somos idiotas, vamos!- le reprochó dolida Beatriz, los muchachos los observaban disgustados
-¡Ese desgraciado lleva saliéndose con la de él muchas veces Betty! ¡Va siendo hora de que alguien le pare los pies ¿no creéis?!- exclamó irritado
 -¿Y tienes que ser tú, colega?- preguntó ensombrecido Gus mirándolo inquieto, Guillermo le miró conmovido por su muestra de cariño y preocupación- ¿No puede hacerlo otro, tío? ¡Ese capullo es peligroso, colega!- exclamó sobrecogido
-No te preocupes Gus, todo saldrá bien, hijo… Y a mí sabes que no se me escapará- intentó tranquilizarlo acariciando cariñoso su cabeza
-Es sabido que el último fiscal que lo intentó sufrió “un desafortunado accidente”- expuso temeroso Rubén sin ser capaz de mirarle
-Pero nosotros estamos yendo con mucho tiento y atando muy bien los cabos Rubén, tranquilo; para cuando se entere, ya nos tendrá encima sin oportunidad de hacer nada- repuso entusiasmado también mesándole la cabeza con ternura. Todos guardaron un tenso silencio, no estaban tan convencidos como él.
-Bueno, y entonces ¿para cuándo la boda entonces?- rompió aquel incómodo mutismo Norma entusiasmada guiñándole un ojo cómplice a Guillermo que le sonrió agradecido y ella le correspondió cariñosa
 -Pues para finales de Agosto principios de Septiembre estaría muy bien mi gatita linda- comentó encantado Guillermo y todos empezaron a opinar borrándoseles aquel semblante de preocupación que apareciera en ellos
 -¡¿Y qué os parece el 7 de Septiembre?!- expresó ilusionada Norma- es nuestro cumpleaños y sería muy bonito que fuera también vuestro aniversario ¿no lo crees así Guille?- todos sonrieron agradados -Por mí estupendo- resolvió él encandilado por el inesperado cariño que sus ojos le transmitían
-Hay que ver en que cae- comentó encantada Beatriz
-Es un sábado también- precisó resuelto Gus y Guillermo lo miró pícaro sonriendo socarrón
-¡Uy, que bien sabes en que cae pillaban!- exclamó burlón
-Porque siempre regreso el uno de casa de mi padre y este año es un domingo so listo- explicó sonrojándose abochornado y los adultos sonrieron entrañables, el rostro de Norma se ensombreció de pronto conmoviendo a los mayores
-Pues lo siento cielo pero este año tendrás que volver antes, sabes que eres mi lazarillo preferido y te necesito para ayudarme con los preparativos, eres el que mejor entiende siempre lo que quiero- expuso amorosa Beatriz y se sonrieron cariñosos; la faz de Norma volvió a iluminarse entusiasmada provocando una sonrisa tierna en los adultos.
El día pasó tranquilo y entrañable, el verano estaba encima y el día era muy caluroso. Decidieron irse bajo la sombra fresca del roble pues allí corría una suave brisa más fresca. Guillermo sentó con mucho cariño a Beatriz sobre la hierba recostándola contra el árbol y los muchachos se arremolinaron a su alrededor. A su lado, erguido sobre los codos, se había acostado Guillermo y Marina apoyaba su cabeza en su muslo. El jugaba distraído con un mechón de su cabello mientras se miraban enamorados y se sonreían amorosos.
-Para la semana es el baile de fin de curso- comentaba Beatriz con los muchachos- ¿Vais a ayudar en los preparativos?
-¡Claro que sí Betty! ¿A qué sí Gus?- respondió entusiasmada Norma pero el rostro sorpresivo del muchacho indicaba que no tenía pensado hacerlo… hasta aquel momento; Beatriz rió divertida
 -A mí me gustaría ir ¿puedo?- inquirió deseoso Rubén
-Es el mismo día que la de tu instituto enano, se siente- le comentó resuelta Norma
-No me importa… Prefiero ir a la vuestra- replicó ofuscado- puedo echar una mano si es necesario- se ofreció impaciente
 -Claro que puedes venir, cariño; siempre eres bien recibido en nuestra escuela- contestó cariñosa Beatriz y él sonrió complacido. Comenzaron a planear todo el entramado de la fiesta. Marina, entre el murmullo de los muchachos, la suave brisa y el cansancio que aún tenía de la noche anterior; se durmió. Guillermo la observaba embelesado, cautivado le acariciaba la mejilla suavemente
 -¿No es un ángel precioso?- admiró abstraído. Todos sonrieron divertidos pero no dijeron nada para no quitarlo de su embeleso apasionado
Guillermo los regresó a casa pasadas las diez. Rubén en su cuarto, ya estaba metiéndose en su cama mientras Marina se acababa de lavar los dientes cuando apareció Norma en la puerta del baño mirándola entusiasmada
-¿Puedo dormir contigo esta noche?- propuso resuelta, Marina la miró reprochadora y ella le sonrió pícara- Aún no me contaste nada de ayer- protestó melosa
-Estoy cansada, cielo… y mañana hay que madrugar- se excusó cariñosa
-¡Solo por encima! ¡Sin entrar en muchos detalles!- inquirió mimosa, su hermana sonrió entrañable aceptando y ella sonrió feliz. Entró entusiasmada en el cuarto seguida de Marina- ¡¡Jesús ¿qué ha pasado aquí?!! Nunca vi una cama tan mal hecha; ese inútil de Rubén no aprenderá nunca- repuso disgustada al verla revuelta. Marina se quedó enmudecida; con las prisas, se habían olvidado ordenarla de nuevo- Pero nunca la había hecho tan mal, más bien parece que se anduvieron revolcando encima- expresó distraída mirando a Marina que se quedara paralizada mirándola turbada. Norma observó la cara sonrojada de su hermana y percibió su alteración, frunció confundida el ceño y algo debajo de la cama llamó su atención. Se agachó a recogerlo y abrió atónita los ojos cuando descubrió la corbata rosa que Guillermo llevaba la noche anterior. Clavó su mirada en la abochornada y nerviosa Marina que observaba aterrorizada la corbata en las manos de su hermana- ¡¡Lo habéis hecho!! ¡¡Y aquí… en tu cama!!- gritó arrebatada
 -¡¡Chisss, cállate por favor!!- suplicó en un murmullo apurándose a taparle la boca para que no las oyera Rubén mientras su hermana reía divertida- Por favor, Norma; no me hagas pasar más vergüenza- imploró sonrojada, Norma seguía riéndose pero prometió callarse con un gesto de la mano para que su hermana le destapara la boca
 -Ya decía yo que te encontraba extrañamente cambiada y muy radiante- comentó satisfecha así que Marina le apartó la mano de la boca- ¡Tienes que contarme todo, muchachita!- le reclamó divertida señalándola con su dedo índice
 -Vale, pero baja la voz… ¡Que no se entere Rubén, por favor!- rogó abochornada, y ella le sonrió cómplice y entrañable. Ya en la cama metidas, Norma se puso boca abajo sujetando su cara entre sus manos expectante, la miraba interesada y curiosa. Marina la observaba amorosa y le apartó un mechón de pelo de la mejilla
-¿Por dónde empiezo?- le preguntó dulcemente
 -¡Por el principio! ¡Quiero saberlo todo!- inquirió resplandeciente
-Pues primero me llevó a cenar a un restaurante muy distinguido y refinado- explicó fascinada, ella sonrió dichosa
-¡¡Te dije que era un tío muy elegante!!- aclaró convencida y se sonrieron entrañables
-Después fuimos a un club privado en el que solo entran socios… ¡Muy íntimo y bonito!- ella estaba maravillada y Norma sonrió deslumbrada- Allí me pidió que nos casáramos- añadió ilusionada
 -¿Y cómo te lo propuso?- indagó curiosa
-Pues, realmente no podría explicártelo bien…- repuso insegura- Comenzamos a hablar, llevó la conversación a dónde le interesaba y me lo propuso
-¡¡Muy de abogados y fiscales!!- repuso divertida- Te van llevando a dónde ellos quieren llegar ¡¡Gus será muy buen fiscal también; siempre acaba sonsacándome!!- añadió resuelta y se rieron explayadas- ¿Y después?- indagó intransigente
-Bailamos- comentó dichosa- ¡Bailamos mucho y juntos… muy juntos!- sonaba apasionada, cerró los ojos recordando aquel extraordinario momento- ¡Fue tan bonito y romántico, Norma! ¡Bailábamos tan juntos, que si cierro los ojos, parece que aún puedo percibir su perfume!- comentó entusiasmada -¡¡Hasta yo puedo percibirlo cielo!!- soltó ella de pronto, Marina la miró sorprendida, Norma olisqueó la almohada- La almohada huele a él Marinita- ella también la olfateó descubriendo que tenía razón, el perfume de Guillermo estaba impregnado en la almohada
-¡¡Pues no la lavaré nunca!!- reparó imperiosa abrazándose a la almohada y se rieron divertidas
 -¿Y después que pasó?- la apremió interesada
-Y después…- expresó insegura, Norma abrió los ojos entusiasmada- pues después me sentí tan amada entre sus brazos mientras bailábamos, me miraba tan dulce y me besaba tan meloso, que me sentí envuelta en una maravillosa ensoñación apasionada que me excitó tanto que… le propuse venirnos al piso- resolvió apresurada para pasar rápido el mal trago de explicarle aquello sonrojándose tremendamente
-¡¡Marina!!- exclamó pasmada Norma mirándola atónita, ella movió ofuscada los hombros
 -Norma, corazón… la noche fue tan extraordinariamente romántica y él tan galante, cariñoso y atento… ¡Y estaba tan guapo, Norma!- explicó admirada- Que me di cuenta que lo deseaba, lo deseaba mucho, muchísimo; supe en aquel instante que llegara mi momento, que estaba preparada, y pasó- concluyó sonrojada
-¿Cómo es Marinita? ¿Qué se siente?- indagó curiosa
 -¿Cómo es? Es algo maravilloso que te hace sentir ciento de sensaciones extraordinarias todas a la vez haciéndote perder la razón- expuso aún conmocionada al recordarlo y se quedó unos segundos callada rememorando aquel maravilloso momento, la miró amorosa acariciándole la mejilla dulcemente- ¿y qué sientes, cielo? No sabría explicártelo con palabras, es un torrente de emociones y sentimientos que explosionan de golpe dentro tuya recorriéndote cada milímetro de tu cuerpo… es algo sorprendente e inexplicable- se miraron a los ojos y se sonrieron encantadas- Es simplemente maravilloso, cielo- se quedaron calladas mirándose fascinadas
-Marinita…- habló temerosa mirándola fijamente a los ojos- ¿y duele mucho?
-A mí no me dolió corazón porque Guille fue sensible, muy tierno y muy cariñoso; la primera vez fue muy paciente y lo hizo con mucho cuidado y muy despacio- Norma la miró pícara
-¿La primera vez?- repitió socarrona y Marina sonrió deleitada sonrojándose
-Lo hicimos tres veces y la primera fue hermoso cielo pero la segunda y la tercera… ¡¡Ay Normita!!- exclamó arrebatada abrazándose ilusionada a su hermana que reía divertida- ¡¡Aquello fue espectacular corazón!! ¡¡Cuanta pasión y cuanto me hizo sentir en cada caricia y en cada beso cielo!! ¡¡Fue algo realmente increíble!!- declaró apasionada. Norma se recostó contra su pecho quedándose muy callada y pensativa
-Marinita…- volvió a decir miedosa y trémula sin moverse- ¿qué va ser de nosotros cuándo te cases con Guille?
-¡Cielo!- repuso conmovida levantándole el mentón para verle los ojos llorosos- ¡No te angusties mi niña que nada va a cambiar corazón! ¡Viviremos igual como hasta ahora mi chiquita! Aunque intenté exponérselo no hizo falta, él ya contaba con ello y está de acuerdo cielo- parecía más tranquila y se volvió a recostar entre los brazos de su hermana- Además, él tampoco dejará a Betty desamparada… Ni por supuesto a Gus- añadió guasona, su hermana la miró pícara
-¡Muy graciosa!- indicó burlona- ¿Tomasteis precauciones cómo siempre me recalcas a mí, no?- inquirió socarrona
-¡¡A dormir!!- se sonrojó al recordar que en aquel momento de pasión ni se le había pasado por la cabeza ese tema y apagó la luz de la mesilla para esconder su bochorno, la oyó reír divertida.

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