jueves, 3 de julio de 2014


-A ver, tío ¿qué pasa? Soy buen oyente ¿eh?- preguntó amistoso echándole el brazo por los hombros, Hugo sonrió ameno, le dio la última calada al cigarrillo y lo lanzó a lo lejos
-Nada… no hay nada que contar- contestó calmadamente
-Algo habrá sino no estarías así, digo yo- repuso suspicaz- ¿No será esa poli, no?- le guiñó el ojo pícaro y él le sonrió divertido
-No me pasa nada, de verdad; y esa solo me hace el favor de traerme el tabaco… si te digo la verdad, no sé ni cómo se llama- aclaró desdeñoso pero Gus lo miraba como si no le estuviera creyendo- Solo estoy deseoso de irme y regresar a mi vida, Gus… Esta desidia me aburre ya; al principio estaba bien pues estaba extenuado entre el trabajo y los estudios y ese relajo me vino bien, pero ahora es todo rutinario, vacío, sin esa ilusión de a ver que pasa mañana pues mañana será igual a hoy…- hablaba cansado, aburrido, desanimado. Se sacó un paquete de cigarrillos del bolsillo, invitó a Gus que denegó y se encendió otro pitillo
 -A todos nos afecta- repuso apenado Gus, él lo miró intrigado
-Pero no es lo mismo Gus; vosotros entráis y salís por las clases y tú aún te has podido ir todo un día la semana pasada con tu madre…- aclaró alentado
 -Yo la verdad, no estoy mal del todo, me hago a la idea y me conformo… No soy muy de salir ¿sabes? y me entretengo bien en casa con mis libros y mi pintura- Hugo lo miraba intrigado- Pero a Norma le pasa igual que a ti- dijo ensombrecido, Hugo evitó su mirada volviendo a observar el horizonte
-¿Qué le pasa a ella?- preguntó curioso sin mirarle, su corazón latía veloz y su mente voló a la noche en su cama, aquella hermosa entrega llena de pasión… sus gemidos, su deliciosa boca y su piel suave y tersa; sintió como algo le mordía las entrañas y una fuerte carga de pasión le llenó el bajo vientre haciéndole estremecer al tiempo que se le erizaba la piel.
-Está muy rara- contestó decaído- Al principio todo iba bien pero después empezó a cambiar… Se volvió esquiva y muy seria- lo miró a los ojos y le sonrió entrañable- ¡Hasta llegué a pensar que había algo entre vosotros dos!- repuso de pronto divertido, Hugo tragó saliva nerviosamente- Pero ya me explicó que no, que solo estábamos entrando en una rutina que la aburría y la empezaba a agobiar; así que decidimos aparcar un poco… Frenar las visitas nocturnas, vamos ¿ya entiendes verdad?- le preguntó amable y Hugo asintió con la cabeza- pero lo que estoy notando es que cada vez estamos más distanciados en vez de unirnos- comentó ensombrecido
-Pues yo os veo muy bien cuando estáis juntos- indicó indiferente disimulando el ansía de que siguiera hablando
-Ella se comporta de forma extraña desde hace unos días- habló atónito- Está fría y distante; de pronto se pone tierna, cariñosa, demasiado efusiva hasta ponerme a cien y cuando busco rematar la faena, está otra vez esquiva y malhumorada… Me reprocha que siempre quiero lo mismo y ya no le apetece… ¡Joder, si es ella la que me busca y juega conmigo hasta el punto de no aguantar más para después mandarme a freír puñetas!- replicó extrañado y fuera de sí- La verdad es que me está llenando mucho los cojones y un día voy a mandarla a la mierda- repuso definitivo
 -¿Habrá otro?- indicó intrigado, Gus movió los hombros indeciso
 -Pues que con su pan se lo coma- dijo sereno, bajando la cabeza y clavando la mirada en el suelo; Hugo sintió que su corazón latía entusiasmado ante la posibilidad de poder volver a estar con Norma cuando aquello rematara- Pero a mí que no me toque más las narices- añadió apesadumbrado y se calló brevemente, Hugo lo observó
 -¿No estás hablando en serio, verdad?- preguntó desconsolado, él sonrió amargamente
-¡Que va, tío!- aclaró abatido- Puede hacer de mi una zapatilla que estoy loco por ella… Lo que más temo en estos momentos es que quiera acabar con todo- lo miró a los ojos- Está tan metida dentro de mí que creo que la necesito hasta para respirar ¿sabes lo que quiero decir?
-Por mala suerte sí- respondió profundamente sincero tirando la colilla- Parece que la tienes incrustada debajo de tu piel y no puedes arrancártela aunque lo intentes y sientes un dolor terrible tanto al tenerla como al perderla
-Sí, algo así- lo miró intrigado- ¿Lo has sentido alguna vez?
-Sí- se levantó de la piedra y se cerró la cremallera de la zamarra- ¿Nos vamos? Esto ha enfriado demasiado ahora- ya anocheciera y se levantara un viento helado que les hacía soltar vapor al hablar. Gus lo imitó y comenzaron a andar hacia la casa, la hierba triscaba bajo sus pies de la helada que estaba cayendo
-¿Qué puedo hacer, Hugo?- le preguntó angustiado metiendo las manos en los bolsillos de su cazadora
-Ten paciencia chaval- le dijo amable- pronto cambiará todo y volveréis a estar unidos como antes- pensaba que con su marcha, ella quedaría tranquila y volvería a interesarse por el pobre muchacho… Aquella locura no solo le había hecho daño a ellos sino que a Gus también de rebote y sin merecerlo. -¿Y si hay otro? ¿Y si me deja?- clamó preocupado, Hugo se detuvo y lo miró fijamente, el muchacho estaba realmente trastornado; la quería demasiado.
 -¿Quieres saber realmente lo que yo haría?- preguntó sincero y él asintió- Pues dale dónde le duela- aclaró decidido, Gus lo miró extrañado- Hazle saber que tú también sabes mandar y que no eres el perrito faldero de nadie; no seas tan blandito y guiado… Tan dulce y empalagosamente tierno con ella- le habló sincero y asqueado; siguieron andando- déjala acercarse y, de pronto, pasa tú de ella; devuélvele la pelota que te lanza, hazle sufrir como ella hace contigo… no vayas derretido tras sus faldas así te de dos arrumacos, es una niña consentida que siempre obtiene lo que quiere y tienes que demostrarle que se le acabó el chollo contigo; la tienes muy mal acostumbrada y así hace lo que le viene en gana contigo- se detuvo de nuevo y lo miró a los ojos, Gus lo miraba atento- ¿Quieres un consejo muy útil sobre algunas mujeres cómo Norma?- él asintió interesado- dale caña, chaval, que te estás durmiendo: no seas siempre tierno y cariñoso en la cama; sé despreciativo, algo salvaje… Varía en el sexo, no le des siempre lo mismo y la tendrás rendida a tus pies- continuaron el caminar -¿Cómo sabes eso?- lo miraba intrigado- ¿Por qué has dicho mujeres cómo Norma?
 -Cuando tengas más experiencia ya las irás conociendo y las irás clasificando- repuso entrañable- Por ejemplo: Marina es una mujer serena, tranquila, con un instinto maternal arraigado: quiere un sexo calmoso, suave y muy cargado de caricias y sentimientos; sin embargo, Norma es una gata indomable: quiere un sexo desbocado, violento; pero otras veces con dulzura y con tiernas palabras… es de las que le aburren siempre lo mismo, la rutina
-Mucho sabes- indicó sarcástico mirándolo malicioso y Hugo sonrió ameno
 -Tengo 26 años y no sabes cuánto puedes llegar a aprender siendo camarero, es casi como quitarse el título de psicólogo- bromeó chistoso y se rieron amistosos- tienes que sorpréndela alguna vez, píllala desprevenida, eso la pondrá loca… Y nada de siempre tierno sin intención de dañarla, no es porcelana y no rompe; dale con ganas, con ansías, con ímpetu- lo detuvo sujetándole por el hombro y lo miró a la cara seriamente- controlando siempre como te responde ¿eh?… Si se queja o se niega, para inmediatamente; era que estaba equivocado, pero creo que no me equivoco por la forma de comportarse tan presumida queriendo siempre destacar y que todos le doren la píldora- Se quedó pensativo de pronto y su rostro se inquietó- Oye, Gus; hablando de todo un poco- ya estaban muy cerca de la casa y ralentizó el paso- ¿Usáis protección no? Sois demasiado jóvenes- indagó interesado recordando que ellos no tuvieran cuidado ninguno
-No hay problema en ese caso, no somos idiotas y tenemos mucho cuidado…- Hugo tragó saliva nervioso- Además está tomando la píldora pues es tan impetuosa que a veces no me dejaba ni ponerme el preservativo pues decía que le cortaba el rollo- se sonrieron divertidos
-Espero que todo te vaya bien, chaval- le repuso amable- Y si no funcionara, recuerda que es mejor sufrir un poco ahora que pasar la vida pegado a alguien que no te corresponde y sufrir por ello el resto de tus días
-O hacer sufrir a otros- indicó él apenado
-¿A qué te refieres?- indagó inquieto por si se diera cuenta de algo de lo que pasara entre ellos
-A lo que ocurrió entre mis padres, el saco de hostias fui yo- Hugo le pasó el brazo por los hombros amistoso y lo apretó contra él cariñoso- Joder, tío; yo iba con idea de ayudarte y acabaste ayudándome tú a mí
-Nunca me dolió la cabeza por una tía- expuso amable sintiendo un gran pinchazo en el estomago pues eso no era cierto en aquellos momentos- Además tengo un lema que recuerda tú siempre, colega: Hay muchas manzanas en el saco y no vale la pena llorar por una que se pierde- se rieron divertidos entrando en la casa. Estaban todos sentados a la mesa para iniciar la cena- Disculpar por el retraso, nos hemos liado sin darnos cuenta- se disculpó educado Hugo pero nadie reprochó nada y les sonrieron amables mientras se quitaban las zamarras
-¿No hace mucho frío para estar fuera a estas horas, hijo?- preguntó cariñosa su madre, él la besó dulcemente en la mejilla y ella protestó por su mejilla helada- ¡Estáis helados!- repuso asombrada -¡¡No que va, Gabriela; estamos muy calentitos!!- bromeó socarrón Gus con segundas refiriéndose a la conversación mantenida anteriormente, Hugo rió divertido moviendo la cabeza alentadoramente -Eres criminal chaval- repuso entrañable mientras ocupaba su lugar en la mesa; Norma los miraba intrigada y parecía algo nerviosa por su complicidad; Hugo le sonrió cínicamente y ella expresó con su mirada su desconcierto
-Hugo, tío- le dijo de pronto Gus sentado frente a él sacándolo del cruce de miradas con Norma- ¿Y si esa es la más dulce y preferida del saco?- él le sonrió entrañable mientras Norma los miraban intrigada
 -¡El saco está lleno, chaval! ¡Habrá otra más dulce dentro, te lo aseguro; tú busca!- contestó socarrón -¿De qué habláis?- preguntó curiosa Norma, Hugo le sonrió sarcástico
-De manzanas- le respondió esquivo y siguió cenando sin más explicaciones.
Ya todos se retiraran a sus cuartos después de una amena sobremesa tras la cena pero Hugo se quedó en la sala buscando algo para leer mientras no le entraba el sueño. Elegido un libro, se dirigía a su cuarto
-Hugo, podría hablar contigo un momento por favor- lo llamó Guillermo desde su despacho al verlo pasar; a Hugo la sangre se le heló al oírlo y se volvió muy despacio mirándolo prevenido. Tenía el rostro muy serio, demasiado, parecía preocupado y eso aún inquieto más a Hugo
-Sí claro, no hay problema- repuso amable entrando en el despacho
 -Cierra la puerta, haz el favor- aquello aún inquieto más a Hugo, nunca cerraba la puerta… pero obedeció tragando nervioso saliva y se sentó frente a él. Guillermo lo miró fijamente a los ojos con aquellos profundos y amedrentadores ojos negros que alarmaron a Hugo tremendamente; Marina le había comentado algo sobre él y Norma…- Hugo ¿Conoces a un tal Eduardo Fonseca?- interrogó de pronto dejando completamente desubicado a Hugo
-¿A tío Eduardo?- repitió aturdido ya que no era esa la pregunta que se esperaba y Guillermo asintió con la cabeza- sí, claro que lo conozco; era un gran amigo de mi padre y me crié llamándole tío Eduardo…
 -¿Confías plenamente en él?- insistió nervioso
 -Sí, totalmente; cuando mi padre murió, se volcó con nosotros dándonos cariño e intentó ayudarnos siempre; él fue quien le procuró ese trabajo a mi madre en la conservera de ese desgraciado pues él también trabaja con él- explicó más resuelto al ver que de lo que Guillermo quería hablar no era de su relación con Norma- ¿Por qué? ¡¿Pasó algo con él?!- se alarmó preocupado
 -No tranquilo, él está bien- lo tranquilizó sonriéndole ameno y Hugo se serenó- es que apareció de pronto diciendo que quiere declarar; que quiere ayudar a tu madre y que se acabe todo esto de una vez para siempre
-El bueno de tío Eduardo- musitó conmovido y ambos se sonrieron alegres
-Se le ve muy nervioso y preocupado por tu madre- expuso muy calmosamente examinando la reacción de Hugo pero él sonrió alegre
-Lo sé, hace ya un par de años que viene echándole los tejos e invitándola a cenar y a salir; pero mi madre o no lo ve o no quiere verlo y él tiene una paciencia infinita- expresó tierno y ambos rieron divertidos.
-Y con un par bien puestos- repuso Guillermo fascinado y Gus lo miró descolocado- Estuvo hasta ahora en su puesto recopilando un montón de documentos y facturas en contra de Mendoza que si lo llega a descubrir…- se calló sobrecogido, Hugo le sonrió dulcemente- puedes estar tranquilo Hugo, el caso está ganado y lo refundiremos en la cárcel de por vida; tu madre estará a salvo- ambos rieron dichosos- pues por hoy ya está bien, me esperan mis dos adoradas para dormir- expresó satisfecho cerrando los expedientes que tenía delante, Hugo lo miró incrédulo
-¿Nada más? ¿Solo era de eso de lo que querías hablar?- interrogó confundido, Guillermo lo miró curioso
-Sí ¿por qué? ¿Acaso quieres hablarme tú de algo?- se ofreció amistoso
-No, de nada- resolvió relajado y, sonriéndose ameno con Guillermo, se levantó de su sillón- pues hasta mañana entonces
-Hasta mañana hijo- respondió animoso y Hugo se fue a su cuarto respirando mucho más tranquilo. -Mañana tener las cosas preparadas que os vendrán a recoger a las cinco- indicó Guillermo durante la cena a los dos días dejándolos a todos atónitos, se miraron incrédulos unos a otros
-¿Cómo mañana Guillermo? ¿El juicio no es aún para final de mes?- interrogó intrigado Hugo
-No, se adelantó para el lunes entrante; pero vamos a trasladaros más cerca del juzgado para que el viaje no sea tan largo y estéis más seguros, ya está todo dispuesto- explicó resuelto
-¡Guille! ¡¿Y avisas así?! ¡¿De un día para otro?!- le recriminó enfadada Betty, él la miró asombrado -¡¡Betty, las cosas deben hacerse así por su seguridad!! ¡¡Además, yo aviso cuando me pasan el aviso; en eso yo no mando!!- aclaró resuelto y todos rieron amenos- Eduardo Fonseca nos consiguió una documentación impresionante y ya lo hemos detenido; ese tío no saldrá en lo que le resta de vida del calabozo- explicó satisfecho
 -¡¡Genial!!- repuso satisfecho y eufórico Hugo- ¡¡Nos podremos ir ya, madre!!- le dijo dichoso y ella le sonrió feliz
 -Caray, Hugo; que mala vida te hemos dado sin saber hijo- protestó dolida Betty, él se sintió avergonzado y se sonrojó humillado
-¡Dios, nada de eso!- expuso abochornado tomándole la mano tiernamente- Discúlpeme si esa es la impresión que le di… pero yo solo pensaba en que ya empezó la universidad y estoy agobiado por perder de nuevo el curso… Me costó mucho llegar aquí y no me gustaría perder mi carrera, es lo único y más importante que me queda en estos momentos- Betty sonrió complacida palmeándole dulcemente la mano que mantenía sobre la de ella
 -Lo sé, cielo… Si solo bromeaba, corazón- le dijo amorosa, miró decidida y triunfadora a su hermano- ¿Ves cómo era lo que yo decía? No era por el encierro ni por ninguna chica como pensabais vosotros, estaba agobiado por sus estudios y yo lo sabía; me huelo a los buenos estudiantes a kilómetros- repuso orgullosa y todos rieron divertidos
 -¡¿Chicas Betty?! ¡¿Qué problema tiene este con las chicas?! ¡¡Si sabe él lo que se le perdió al demonio y nos anda de ligoteo con las pitufas, que yo lo vi el otro día con estos ojitos!!- - expuso socarrón Gus y todos miraron a Hugo intrigados
-¿De verdad, hijo?- preguntó curiosa su madre
-¡¡Qué va mamá, no le hagas caso a este charlatán barato!!- repuso abochornado
-¡¡Sí, sí… charlatán barato!!- repitió burlón Gus- ¡¡Atrévete a decir que el otro día no le estabas calentando la oreja a la rubita del lado sur!!- añadió socarrón mirándolo malicioso, Hugo rió explayado
-Quieres callarte bocas- protestó divertido tirándole un pedazo de pan que él detuvo hábil con un placaje rápido, todos reían divertidos menos Norma que sonreía levemente mientras le clavaba una mirada colérica. Hugo se la mantuvo desafiante
 -¡Ya me extrañaba a mí tanto paseíto mañana, tarde y noche; picaruelo!- se apuntó a la broma Rubén- ¿y estaba buena Gus?- inquirió malicioso, Gus resopló fuertemente abriendo desmesuradamente sus ojos en un gesto muy aclaratorio afirmando con la cabeza
-Pues si esa te pareció guapa, tenías que ver la morenita que viene los martes y viernes- aclaró socarrón Hugo sonriéndole burlón a Norma que esquivó rabiosa su mirada rápidamente.
 -¡¿Lo veis?! ¡¡Si el muy jodido hasta les tiene los días controlados!!- exclamó chistoso Gus y todos se rieron recreados

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