viernes, 8 de agosto de 2014


Abi bajaba al portal llevando con cuidado un plato cubierto con un paño; al llegar a las últimas escaleras encontró a la señora Marta hablando en el portal con una desconocida. Se detuvo educada para no interrumpir aunque observaba curiosa a aquella señora que hablaba con Marta, era muy guapa y alta y poseía una melena larguísima muy rubia, se la veía muy elegante con aquel flamante abrigo de piel y aquellas botas de altísimo tacón
-¿Sabe en qué piso vive un chico moreno llegado de Australia hace poco llamado Vega Jime…?- preguntaba la mujer
 -¿Buscas a Vega?- intervino amistosa Abi mostrándole una sonrisa preciosa
-¿Lo conoces?- se alegró la mujer
-¡Claro, es amigo mío! si quieres te llevo a su piso- se ofreció dispuesta acercándose a las mujeres- tome señora Marta, la abuelita dice que espera que le gusten
-Gracias muñequita, seguro que sí, para hacer galletas no hay nada como las manos de Esther ¿gusta?- aclaró alegre la portera invitando a la mujer
 -No gracias, eso es pura grasa- respondió poniendo mala cara a las deliciosas galletas; Marta la miró desdeñosa, otra remilgada de esas que no saben lo que es bueno, pensó despectiva
-Vamos, yo te llevo- repuso animosa la pequeña tomando de la mano a la mujer y empezaron a subir las escaleras de regreso al piso de Vega
La mujer ya estaba sin aliento solo alcanzar el segundo rellano y se detuvo a retomar aire
 -Vamos, que aún no hemos llegado- expuso Abi tirando de su mano guiándola escaleras arriba -¡¿Aún hay que subir más?! ¿No podías alquilar un primero Vega?- protestó fastidiada
-No te preocupes, ya estamos llegando; solo dos pisos más- le indicó animosa
-¡¿Dos más?!- protestó pasmada, la pequeña rió divertida; tomó aire profundamente y siguieron ascendiendo
-¡¡Vega, aquí hay una señora que te busca!!- gritó al llegar a los cuatro escalones que llevaban al ático. Vega y Alicia se separaron raudos de su apasionado beso que se estaban dando y se miraron intrigados al tiempo que se limpiaban los restos de carmín de los labios mutuamente, observaron la puerta y a Vega se le desencajó el rostro
-¡¡Gabriela!!- expuso pasmado, Alicia y Abi saltaban intrigadas su mirada de Vega a la morena despampanante
-Hola Vega- dijo resoplando apoyándose en el dintel de la puerta- ¡¡No sé cómo puedes vivir en un sitio sin ascensor!! ¡¡Es que no sé ni cómo existen aún estos lugares!! ¡¡Deberían derruir todas estas antiguallas que afean tanto las ciudades!! ¡¡Estamos en pleno siglo XXI, por Dios santo!!- protestó despectiva
-Pues es un edificio precioso- no se pudo resistir refutarle orgullosa Alicia
-Solo son un montón de piedras- repuso despectiva la rubia mirando desdeñosa a Alicia de arriba abajo aunque se podía percibir claramente la gran curiosidad en su mirada hacia ella; Alicia se mordió el labio inferior aguantándose las ganas de replicarle a aquella estúpida
-¿Qué coño haces aquí Gabriela?- preguntó desconcertado Vega- ¡¿Cómo has dado conmigo?!
-¡Oh mi amor, quien pregunta siempre encuentra!- expuso satisfecha hablando melosa acercándose a él; Alicia abrió los ojos mirándolo asombrada, él se inquietó
-¡Ey chisss, quieta ahí ¿eh?!!- exclamó tajante levantando su mano deteniendo su avance hacia él- No te equivoques que aquí lo de “mi amor” sobra- aclaró rotundamente, la rubia lo miró confundida- ¿Y quieres decirme de una vez que haces aquí?
 -Está claro ¿no?- expuso sonriendo triunfante- vengo a pasar las navidades contigo… como el año pasado mi vida- añadió mirándolo pícara- me lo debes por dejarme plantada en Madrid con todo preparado para tu gran recibimiento y ante todos los invitados- expuso mimosa acercándose a él de nuevo
 -¡¿De qué coño estás hablando?! ¡¿Te has vuelto loca?!- exclamó abriendo atónito sus ojos- primero y más importante ya te he dicho que te olvidaras de esos “mis amores” y “vidas mías” que entre tú y yo no hay ni habrá nunca nada y segundo yo no te debo nada Gabriela; eso arréglalo con tu padre que yo ya le había dejado bien claro que me regresaría de inmediato a casa- replicó esquivo alejándose de su cercanía
-¡¿Cómo qué no hay nada entre nosotros Vega?! ¡¿Entonces?! ¡¿No significa nada lo qué pasó el año pasado?!
-Santo Dios, definitivamente sí estás loca- exclamó incrédulo mirándola pasmado- ¡¿Y qué rayos pasó según tú Gabi?! Porque según yo recuerde, y es poco porque estaba muy borracho, solo echamos un polvo rápido e insulso en la moqueta de mi despacho ¡¡nada más!!- increpó apretando furioso su mandíbula, Alicia miraba a ambos pasmada
-¿Qué es echar un polvo mami?- preguntó curiosa Abi sobresaltando a sus padres que se miraron inquietos unos segundos antes de dirigir sus miradas a la pequeña que los observaba muy interesada- ¿Eh mami? ¿Qué es?
-Será mejor que nos vayamos mi cielito, Vega debe hablar a solas con esta señorita- le dijo cariñosa Alicia tomando la mano de la niña llevándosela hacia la puerta
-Pero ¿qué es mami?- insistió curiosa
 -Espera Ali, no te vayas ahora por favor te lo pido ¡Todo tiene una explicación!- la detuvo muy desazonado Vega, Alicia se volvió y le sonrió dulcemente aplacando su desesperación
-Hablamos luego Vega, no te preocupes- le dijo cariñosa y él respiró tranquilo- pero Abi debe preparase para cenar, se le hace tarde- remarcó con segundas indicándole que estaba escuchando lo que no debía, él asintió con la cabeza y Alicia guío a la pequeña hacia la puerta de la calle
-¡Vega, no te vayas sin despedirte ¿eh?!- aclamó presurosa la pequeña antes de que su madre la sacara del piso
-No mi chiquita, tranquila- respondió cariñoso
-¿Qué es echar un polvo mami? Mami ¿Qué es, eh?- seguía insistiendo la pequeña escaleras abajo pero Alicia no la atendía- ¡¡mami!! ¡¿Qué es echar un polvo caray?!- protestó ante su silencio
-Por Dios Abi cállate ya, pregúntaselo mañana a Vega que seguro te lo explica mejor que yo- contestó incómoda por el interrogatorio de la pequeña mientras intentaba poner atención a lo que sucedía en el piso de arriba
-Pero Vega ¿Cómo puedes decir que no hubo nada…?- escuchó la voz melosa de aquella mujer
-¡¡Ni Vega ni hostias!! ¡¡Calla de una vez esa puta bocaza que tienes y no te me acerques o soy capaz de hacer una locura Gabriela!! ¡¿Se puede saber qué cojones tienes en esa cabeza de chorlito para presentarte aquí sin más soltando toda esta sarta de gilipolleces desgraciada?!- gritó enfurecido amedrantando a madre e hija que se detuvieron sobresaltadas, Abi miró a su madre con los ojos muy abiertos
-¡¡¡Wow ¿lo has oído mami?!! ¡¡Vega ha dicho un montonazo de palabrotas!!- expuso asombrada -Calla Abi y apura cielito- expuso muy asustada Alicia apresurando aún más su paso, debía regresar cuanto antes junto a Vega; estaba enfadándose tremendamente y ella sabía que, si llegaba a ponerse colérico, perdería completamente el control pudiendo decir terribles barbaridades
-¡¡A mí no me hables así estúpido!!
 -¡Estúpida lo eres tú! ¡¡Muy estúpida y engreída si crees que me importas algo solo porque nos hayamos revolcado una noche de borrachera!! ¡¿Acaso no te dice nada que desde entonces no me haya querido poner al teléfono en tus cientos de llamadas imbécil?!
-¡¿Acaso crees que puedes usarme y tirarme cuando te venga en gana capullo?!
 -¡Había que ver quien usó a quien ¿no crees?! ¡¡Porque yo solo te di lo que me andabas pidiendo a gritos desde hacía mucho tiempo estúpida!!- replicó mordaz
-¿Qué son esos gritos hija? ¿No es Vega?- preguntó inquieta Esther saliendo al descansillo alarmada por el griterío como ya varías vecinas habían hecho
-Nada mamá; metete dentro y llévate a Abi por favor- contestó entregándole la mano de su pequeña -¡¿Tú te das cuenta a quién le estás hablando estúpido?!- seguían vociferando en el ático oyéndose en todo el edificio
-¡¡Sí lo sé!! ¡¡Lo sé muy bien!! ¡¡A la hija mimada y consentida de mi jefe acostumbrada a conseguir todo lo que le da la gana con el dinero de su papaíto!! ¡¡Pero conmigo te has equivocado niñata gilipollas, no hay dinero en este mundo que pueda comprarme!!
 -Pero Ali... ¿qué ocurre?- insistió Esther al ver que su hija se dirigía a las escaleras sin contestarle -Es Vega abuelita, está muy pero que muy enfadado porque una estúpida rubia gilipollas el año pasado le echó polvos en la moqueta de su despacho- contestó resuelta la pequeña
-¡¿Qué has dicho mi niña?!- exclamó Esther abriendo anonadada sus ojos con tal explicación de su nieta
-Por favor mamá, mete a Abi dentro ¡¡ya!!- ordenó rotunda Alicia mientras regresaba apresurada al piso de Vega
-¡¡Te vas a arrepentir Vega, me las vas a pagar!! ¡¡Las vas a pagar muy caro!!- lo amenazó furiosamente, él soltó una risotada sarcástica
-¡¡Uy que miedo me das!! ¡¿Y qué vas a hacer?! ¡¿Ir corriendo a junto tu papi y contárselo todo?! ¡¿Le vas a contar qué me he tirado a su hijita que llevaba meses rogándoseme como puta sin clientes?! ¡¡Pues ve, anda, corre; a ver si por una gilipollez como esa despide al mejor agente que tuvo nunca!!
 -¡¡Eres un gilipollas y no eres tan intocable como te crees; mi padre está bastante descontento con tu última fusión, has hecho que le saliera mucho más cara de lo pensado!!
 -Tu padre me la chupa tanto como tú estúpida; no, mucho mejor que tú porque tú lo haces realmente mal- se burló irónico
-¡¡Vega!! ¡¿Quieres dejar de decir barbaridades por todos los demonios?!- intervino rotunda Alicia, él pareció reaccionar
-Ali, mi amor, yo... te juro por nuestra…- intentaba explicarse pero Alicia le cubrió la boca con su mano dulcemente
 -Basta Vega, no digas nada más; están oyendo todos los vecinos cielo… y también Abi- le recomendó comedida; él tomó aire profundamente, aquella aclaración pareció consternarle tremendamente- Ahora es mejor que te vayas, Willy y Sarah están esperándote y vas a llegar tarde- le expuso cariñosa aproximándose a él.
-No me voy hasta que esta tipeja se haya ido de aquí- reclamó furioso mirando a Gabriela con rabia -No, te vas ahora; antes de que sigas diciendo más disparates- recogió el abrigo del respaldo del sofá y se lo entregó pero él lo rehusó
-¡No Ali! ¡No pienso irme dejándote a solas con esta lengua de víbora que lo tergiversa todo!- clamó rotundo mirando con ira a Gabriela que levantó orgullosa su cabeza observándolo desafiante, él abrió sus ojos comprendiendo- ¡¡Desgraciada mal nacida!! ¡¡Ya sé a qué viniste estúpida!!- exclamó furibundo- ¡¡Maldita sea la hora en que me dejé arrastrar por tus triquiñuelas hija de la gran…!! -¡Vega por Dios santo, cállate ya!- lo interrumpió tajante Alicia y él la miró desubicado
-Ali te juro que no significó nada amor mío...- le rogó contrariado, ella le sonrió tierna
-Lo sé, no tienes que darme explicaciones; además fue algo que pasó cuando no estábamos juntos, no me importa- expuso animosa ayudándole a vestirse el abrigo y colocándole bien la bufanda blanca alrededor del cuello se le quedó mirando enamorada a los ojos- te quiero Vega y nada que hayas podido hacer en el pasado puede cambiar eso- él sonrió satisfecho
 -Y yo a ti vida mía; nunca dejé de amarte a pesar de todo, no lo dudes nunca- habló contundente -También lo sé, y yo a ti; ahora vete que ya llegas tarde- repuso besándolo suavemente en los labios; él se dirigió a la puerta echándole una mirada furiosa a Gabriela que levantó la cabeza orgullosa -Cuidado con el veneno que le escupes a mi mujer víbora o iré en tu busca y te aplastaré la cabeza sin consideración; estás avisada- la amenazó tajante antes de descender apresuradamente las escaleras
Al quedarse solas, ambas se clavaron unas miradas desafiantes
-Disculpa lo que te ha dicho, cuando se calienta explota irracionalmente pero no lo piensa realmente- le comentó Alicia intentando ser amable pero ella esbozó una sonrisa cínica
-Lo que dijo es todo cierto- expuso serenamente desconcertando a Alicia- yo consigo todo lo que quiero ¿entiendes? y lo quiero a él desde que lo vi... al principio se hizo el esquivo y reticente pero al final cayó- habló orgullosa, Alicia la miraba sin inmutarse- ¿y sabes? no me defraudó para nada: nos amamos apasionadamente, estuvo ardiente y complaciente al máximo conmigo…
-No hace falta que me lo digas ni te creas que solo lo fue contigo; siempre sabe cómo complacerme también- indicó muy calmada sonriendo despreocupada, los ojos de Gabriela chispearon rabiosos -Pero él es mío ahora ¿entiendes?… ¡Y nadie me arrebata algo que es mío hasta que yo decida que ya no me interesa ¿comprendes estúpida?!- exclamó desdeñosa, se miraron fijamente, desafiantes, aquellos ojos azules soltaban chispas de furia que amedrentaban a Alicia pero no dio muestras de temor ante ella
-La estúpida lo estás siendo tú y mucho; primero, él no pertenece a nadie y segundo, no debes conocer a Vega si piensas eso: nunca conseguirás nada por las malas; al contrario, cuanto más insistas por ese camino más se cerrará él- explicó muy serena echando mano de su aparente tranquilidad ensayada todos aquellos años frente a sus pacientes; Gabriela le echó una mirada despectiva de arriba abajo
-Volverá a caer entre mis brazos, puedo asegurarte que tú no eres un obstáculo en mi camino ¡Eres muy poca cosa a mi lado!- Alicia soltó unas risas alegres mirándola conmovida
 -Con lo que acabas de decir me demuestras que realmente no lo conoces- aclaró entre risas y ella la miró ofuscada- puede que sí, que tengas razón en que yo a tu lado parezca poca cosa; pero yo soy la dueña de su corazón, él me ama desde hace años y tú no fuiste nada más que un simple desahogo- aclaró contundente y muy calmada desconcertándola- ahora, si haces el favor, te vas de mi casa y aquí no regreses- indicó señalando las escaleras
 -Ni te creas que esto se acabó, solo acaba de empezar- amenazó desafiante
-Haz lo que te plazca si crees que puedes conseguir algo, yo estoy tan segura de su amor que mira…- extendió su mano ante Gabriela y estaba estática, ni el más leve temblor se podía apreciarle- ni me inquietas; pero, eso sí, búscalo e inténtalo fuera de mi casa, no se te ocurra regresar por aquí o no seré tan educada la próxima vez- se quedaron mirando desafiantes a los ojos- ¡¡Que te largues ya de mi casa te digo!!- bramó tajante, Gabriela la miró furiosa pero no dijo nada y se fue del apartamento. Alicia soltó un resoplido intentando expulsar sus tremendos nervios que había estado controlando; ya no era mujer de enfrentamientos pero aquella estúpida tan orgullosa y altanera la había intimidado muchísimo… pero bueno, había salido bien parada de nuevo por segunda vez en aquella tensa semana… ¡Menuda semanita llevaba, ya podía acabarse de una vez! Pensó exhausta de la tensión sufrida cerrando el apartamento de Vega y regresando a su piso
-¿Qué ha ocurrido Alicia? ¿Todo está bien?- le preguntó la señora Amelia parada ante la puerta de su apartamento cuando Alicia pasó junto a ella
 -Nada señora Amelia, solo un mal entendido; buenas noches y que descanse- le contestó amistosa sin detener su descenso por las escaleras hasta el segundo piso
-¿Qué rayos está pasando mi niña? ¿Quién era esa mujer?- indagó nerviosa su madre así entró en su apartamento
-Nadie mamá, no merece la pena ni hablar de ella- comentó despreocupada recogiendo en brazos a su pequeña- vámonos a bañarnos mi rayito de sol- le habló amorosa llevándosela al baño para bañarla -¿Y Vega mami?- le preguntó muy interesada
-Tuvo que irse corazón, mañana lo verás- contestó besándola tierna en la mejilla
-Y no vino a despedirse como me prometió; se olvidó de mí mami- protestó haciendo pucheros y sus ojitos ya se llenaban de lágrimas
-Ey mi ángel, no se olvidó de ti ¿me oyes? ya nunca se olvidará de ti cielo mío porque te quiere muchísimo…- le indicó rotunda mirándola a sus lindos ojitos negros, la pequeña parecía calmarse- pero ya viste que está demasiado enfadado mi rayito de sol, así que dejemos que se tranquilice ¿sí? y ya verás cómo mañana es el Vega de siempre ¿vale?- le explicó tierna y la pequeña sonrió más alegre asintiendo con la cabeza
 Después de alistar a la pequeña y de cenar, las tres se acostaron. Alicia tomó unos expedientes para entretenerse revisándolos mientras Vega no le avisaba de su llegada pero no podía concentrarse en ellos, estaba alterada por la discusión con Gabriela y, sobre todo, preocupada por las amenazas de Carlos; así que se levantó y se sentó en la sala tomándose un té caliente. Estaba inquieta y muy preocupada por lo que Carlos dijera, sabía que se avecinaba una lucha tremenda; sería una continua persecución esperando que cometiera un error y no cesaría en su idea de echarla del hospital, y también sabía que, si se lo proponía, lo lograría y… entonces ¿ella que haría?… ser cirujana era su vida.
-¿Qué haces aquí mi niña?- le preguntó su madre apareciendo en la sala sacando a Alicia de sus inquietos pensamientos, examinó su reloj
 -¡Dios santo, si ya son las dos!
-¿Estás bien Ali?- repuso su madre sentándose a su lado- estabas muy ensimismada con carita de preocupación mi niña, ¿acaso te inquieta esa mujer que vino cielo?- indagó inquieta, ella le sonrió enternecida
-No, que va; ni me acordaba de ella mamá- contestó animosa- conozco a Vega y no dudo de él, sé que siempre será leal y sincero durante una relación; es él el que siempre duda de sí mismo
-Entonces ¿qué es lo que ocurre mi cielo?- insistió cariñosa tomando la mano de su hija entre las de ella, Alicia tomó aire profundamente- ¿Las cosas con Carlos no han ido tan bien como has dicho, verdad? ¿Has tenido problemas con él, no?
-Sí mamá- su madre la miró intrigada- la verdad es que no se tomó nada bien la ruptura y discutimos... nunca me imaginé que fuera así mamá, me mostró su cara realmente, dijo cosas horribles y me amenazó…- sonrió pesarosa- no, más bien, me avisó de que me fuera buscando otro hospital donde ejercer porque en este mis días están contados
-Oh por favor ¿Y puede hacerlo?- indagó intrigada
-Sí mamá, tiene el suficiente poder allí dentro para poder conseguirlo- ambas se quedaron mirándose preocupadas unos segundos a los ojos- además si lo vieras mamá: es frío, manipulador, calculador y muy mala persona… me dijo cosas y tenía planes terribles para después de la boda… ¿Sabías qué su intención en todo momento era alejaros, separarme de vosotras; de Abi y de ti? Si miraras con que rabia hablaba de Abi mamá, me dijo que no soportaba a mi niña mimosa y consentida, que estaba muy maleducada y necesitaba mucha mano dura- añadió consternada y sus ojos se llenaron de dolor -Lamento mucho que hayas tenido que darte cuenta así de quien es mi chiquita pero se miraba a leguas que no era trigo limpio, las personas que no miran a los ojos cuando te hablan no son buenas mi niña- dijo apesadumbrada, besó dulcemente las manos de su hija- pero ya te has librado de él que es lo importante mi niña
-Sí… pero ¿A qué precio mamá? ¿Cómo pude estar tan ciega y no ver antes el hombre que era? ¿Y si pierdo mi puesto en el hospital qué haré mamá? La cirugía es mi vida…- se lamentó inquieta
-No te preocupes por eso mi cielo, tienes unas manos de oro mi chiquita y cualquier otro hospital estará deseoso de tenerte en su equipo; verás cómo saldremos adelante ¿siempre lo hemos hecho, no?- expuso llena de orgullo y Alicia le sonrió cariñosa
 -Te quiero mucho, mamá; no sé qué hubiera hecho todos estos años sin ti a mi lado- expuso emocionada abrazándola con ternura

No hay comentarios:

Publicar un comentario