martes, 12 de agosto de 2014


Eran cerca de las siete y Vega seguía jugando muy entretenido a la video consola con Abi, Alicia salió del baño preparada y los miró asombrada acercándose a su madre indicándole que le subiera la cremallera de la espalda
 -¿No piensas prepararte?- comentó intrigada
 -Hay tiempo mi bien…- respondió pausado continuando con el juego sin prestarle atención- ¡Atenta cielo! ¡¡Strike de nuevo!!- gritó alegre riéndose satisfecho
-¡¿Otro?! ¡Hoy me has ganado las tres partidas a los bolos, tramposo!- protestó animada la pequeña y él la besó cariñoso en la mejilla- Una al tenis, ahí sí que no me puedes
 -¡Vega!- increpó molesta Alicia al observar que iba a aceptar, él la miró y se quedó deslumbrado -¡¡Wow!!- exclamó atónito mirándola con aquel vestido verde oscuro largo y entallado a su hermoso cuerpo torneando sus excitantes curvas, llevaba una abertura delantera que mostraba al andar parte de sus muslos; con un escote en forma de corazón se percibían perfectamente sus exuberantes pechos. Era sin tirantes así que llevaba los hombros descubiertos y relucía en aquel precioso escote el colgante que él le regalara; ella sonrió complacida- estás preciosa cielo
 -Pues como no apures, esta preciosidad llamará a Carlos… no pienso llegar tarde- repuso chistosa y él le hizo una gesto burlón con la boca así se acercaba a ella y la besó amoroso en los labios; se sonrieron encandilados mientras él se dirigía a la ducha. En menos de media hora, Vega salía del dormitorio enfundado en un flamante esmoquin que le quedaba perfecto
-¡Caray papi, qué guapo estás!- indicó alegre la pequeña y él sonrió feliz; también las dos mujeres sonrieron amenas
-Gracias mi ángel; observando a mami, debo ir muy bien también o nos la pueden arrebatar mi bien- bromeó guiñándole un ojo pícaro, la niña rió divertida
Al llegar a la calle, Alicia observó sorprendida que Vega le abría caballeroso la puerta de un flamante coche negro nuevo y reluciente, era último modelo y, aunque era cómodo y amplio para la familia, aún conservaba un aire deportivo
-¿Y esto?- preguntó confundida entrando en él sentándose en el asiento delantero, él la besó dulcemente en los labios
-No pensarías que permitiría que la cirujana más importante de la ciudad llegara en taxi a un evento de esta categoría ¿verdad?- expuso orgulloso y se sonrieron animados
-Huele aún a nuevo ¿lo has alquilado mi vida?- preguntó curiosa cuando él se sentó al volante
-No mi bien, es nuestro; Abi quería un coche ¿no? Pues ya tenemos coche- aclaró despreocupado poniéndolo en marcha, ella lo miró atónita y él sonrió animado- lo compré hace días pero este modelo no lo tenían y tuve que esperar a que lo enviarán; gracias a Dios llegó ayer, justo a tiempo
 -¿Por qué tenía que ser éste precisamente, no?- comentó burlona mirándolo chistosa
 -¡Claro mi sol ¿qué creías?!- repuso decididamente orgulloso- buscaba uno superior al de don sosito y que dejara el suyo por debajo y me recomendaron este- ella rió divertida
-Serás bobo- comentó moviendo incómoda la cabeza y él la besó tierno en los labios.
 -No que va; indagué y me dijeron en el concesionario que este era el más fuerte y seguro para viajar nuestra chiquita, eso me animó a pedirlo- Alicia le sonrió enternecida, él le dedicó una sonrisa burlona- añadido a lo anterior, fue lo que acabó por decidirme definitivamente por este modelo- aclaró socarrón integrándose al tráfico mientras ella soltaba un carcajada entretenida
Al llegar al hotel donde se realizaba la cena, que casualmente era el mismo donde se alojara Vega cuando llegara a la ciudad, un amable aparca coches le abrió la puerta mientras el portero galante se la abría a Alicia ofreciéndole su mano para descender
-Buenas noches señora, bienvenida al hotel Hispania- le dijo cordial
-Buenas noches- le contestó ella con aquella dulce sonrisa que enamoraba a quien la observara
-¡Ey, Manolo! No me la mires así que me la vas a gastar- repuso chistoso Vega, el portero miró intrigado a Vega
-¡Hombre Vega; bienvenido de nuevo!- lo saludó amistoso sonriéndose animados, se dieron un abrazo cordial ante la mirada sorpresiva de Alicia- Pensé que erais invitados a la cena
-Y lo somos, aquí mi mujer es cirujana del hospital: Alicia, Manolo; Manolo Alicia- los presentó pasando su brazo por la cintura de Alicia que le sonrió amena al portero
 -¡Vaya, encantado señora! Tiene usted un esposo muy agradable y amistoso; hicimos buenas migas mientras estuvo aquí alojado- dijo besándola galante en la mano
-Gracias, lo sé- respondió satisfecha y se sonrieron amistosos
-Y tú una esposa muy hermosa Vega, esa sonrisa encandila a cualquiera
-También lo sé, por eso no me gusta dejarla sola mucho tiempo- bromeó entrañable y se rieron los tres animados mientras se dirigían a la entrada del hotel
Al entrar en el gran salón de convenciones del hotel, todos los observaron curiosos mientras se quitaban los abrigos entregándoselos a la guardarropía
-Todos te mira de lo preciosa que estás- le murmuró él besándola en la sien
-No me miran a mí, te observan a ti- le aclaró dichosa y él la miró desconcertado- se supone que estaba con Carlos ¿recuerdas?- comentó cariñosa y se sonrieron animados
-Además, porque estás preciosa- remarcó besándola tierno en los labios y la sujetó cariñoso por la cintura
-Hola Martín, bienvenida- los saludó el director del hospital estrechándole la mano
-Hola doctor Bermúdez, le presentó a Vega; mi futuro esposo- los presentó Alicia
 -Anda, así que finalmente sí que te nos casas; encantado- los felicitó estrechándole también la mano a Vega- ahora comprendo mucho mejor…- expuso malicioso, Alicia se inquietó e intentó disimularlo pero Vega lo percibió
-¿Ha visto a Bárbara? Debo hablarle- lo interrumpió rápidamente
-Sí, por ahí anda- respondió pausadamente señalando la parte trasera de la sala, ellos se dirigieron hacia donde indicaba
-¿Ocurre algo cielo?- indagó curioso mientras la seguía sin soltar su cintura
-No, que va- repuso rápida mientras le sonreía dulcemente; pero Vega la conocía bien y sabía que esa respuesta tan presurosa y esquiva significaba que sí ocurría algo pero lo dejó pasar
-Alicia- la saludó entusiasmada una muchacha de pelo muy rizo en castaño casi rojizo besándola en la mejilla aunque observaba encandilada a Vega
-Hola Bárbara, te andaba buscando- aclaró animosa y la muchacha le sonrió confundida- ¿No querías conocer al responsable de los envíos de flores? Pues aquí lo tienes; Vega ella es mi mano derecha y buena amiga, Bárbara
-Encantado- repuso él amable estrechándole la mano, pero ella lo besó también en las mejillas
-Caray chica, que tipazo guapo además de ser tan atento- expuso animada y se rieron amenos- me encanta ese detalle de mandarle flores todas las semanas… ¡Ay, quien pudiera tener a alguien que me mandara así flores!- expuso apesadumbrada y volvieron a reírse. Charlaban entretenidos cuando pasó el camarero con una bandeja con copas de cava, Vega cogió dos que les ofreció a ellas agradeciéndoselo con una sonrisa y tomó otra para él
 -¡Coño Marcos!- expuso sorprendido al encontrarse con el botones del hotel que era el portador de la bandeja
-¡¡Vaya, Vega!! ¿Qué hace aquí? ¿No me irá a decir qué es médico? Siempre pensé que era músico- aclaró alegre y él le sonrió ameno
-Ni médico ni músico; mi trabajo es mucho más aburrido que todo eso- bromeó y todos rieron divertidos- ¿Y tú? Creí que eras botones
-Sí, pero cuando hay eventos así también hecho una mano de camarero y me saco un plus
-Está bien, ya nos veremos por aquí entonces
-A mí seguro- aclaró chistoso siguiendo con su trabajo y se rieron animados
-Pero tú… ¿estás una semana en un hotel y te haces amigo de todo el personal o qué?- comentó guasona Alicia, él movió los hombros indiferente y Bárbara rió divertida
 -Pues espera a conocer al ascensorista- ella lo miró intrigada y él la besó en la sien- es Willy cielo -Ahora comprendo ya a quien sale Abi entonces- añadió despreocupada y volvieron a reírse alegres mientras él la besaba complacido en los labios
Ellas charlaban distraídas con varios compañeros mientras Vega, algo aburrido, observaba despreocupado la sala; se encontró con la mirada intensa y molesta de Carlos sobre él. Lo miraba fijamente y se percibía, aún a distancia, su rabia en sus ojos. Vega sonrió divertido y levantó su copa saludándolo sarcástico, Carlos torció la boca en señal de desprecio y se volteó dándole la espalda provocándole una risa animada en Vega. Aunque no le importaba lo que hiciera, no le gustaba aquel hombre y no lo perdió de vista en toda la noche, descubriéndolo en varias ocasiones observando con un interés ambicioso a Alicia; cosa que no le gustó, no le molestaba que la mirara, pero en aquella mirada había algo más que deseo y que no lograba descifrar. Dio gracias a Dios cuando descubrió que no les tocaba en la misma mesa.
 La cena fue transcurriendo amena, acompañados con el director del hospital y su esposa que era una mujer agradable y risueña que charlaba despreocupada con él cuando Alicia y su jefe se enzarzaban en una conversación del trabajo en el hospital
-A veces se hacen realmente odiosos ¿verdad?- le dijo chistosa y él sonrió ameno- no les llega con ver calamidades todo el día que también tienen que traérselos a casa y, lo que más me fastidia, a la mesa
-Son manías que debemos soportar por amar a un médico, supongo- expuso calmadamente y ella le sonrió agradada; ellos que lo escucharon, lo miraron encantados y le sonrieron complacidos
-Debo ir al baño- murmuró fastidiada la buena mujer- Alicia querida ¿le molestaría acompañarme? Odio tener que cruzar toda la sala sola, todos te miran como un bicho raro- los tres sonrieron amenos -No, claro que no; así aprovecho para lavarme las manos… otra manía de los cirujanos, estarnos lavando las manos de continuo- comentó amistosa besando tierna los labios de Vega al tiempo que se levantaba. Ellos las observaban deleitados dirigiéndose a los baños
-Además de una fantástica cirujana es preciosa; enamora a cualquiera que tenga oportunidad de conocerla- comentó Bermúdez, Vega le sonrió agradado- no comprendía la inexplicable perra que ha cogido Méndez en echarla después de tanto apoyarla… pero ahora, conociéndolo y sabiendo su próximo enlace, lo comprendo todo- aclaró desenfadado
-Pues discúlpeme pero yo a usted no- repuso despreocupado Vega
-Hablo de Carlos querido amigo ¿Alicia no se lo contó?- indagó intrigado, Vega entrecerró intrigado el ceño- está haciendo una campaña tremenda en contra de Alicia con la única pretensión de echarla del hospital… ya ha conseguido que la destituyeran de jefe de cirugía- Vega miró al director fijamente, en su rostro se distinguía perfectamente la incertidumbre y la rabia por la noticia- Pero no se inquiete, no creo que eso lo consiga, es una excelente cirujana que el hospital no se puede permitir el lujo de perder… -suspiró profundamente- nunca me gustaron las relaciones entre los internos y jamás las amparo porque siempre acaban trayendo problemas, pero su apoyo incondicional hacia ella al principio nos demostró que estaba realmente muy enamorado de Alicia y casi lo animé, pero ahora… y el hospital acabará pagando los platos rotos como siempre… ¡Me lo estoy oliendo!
 -Lo lamento- comentó pausadamente Vega, él lo miró y le sonrió ameno
 -Pues si eso es cierto, podría no haberse entrometido querido amigo- expuso socarrón, pero Vega lo miró desafiante mordiéndose el labio inferior con rabia, en seguida el hombre le sonrió divertido- ¡Era broma, no se me enfade!- aclaró jocoso
-Eso no debería decírmelo a mí, él fue quien se entremetió no yo- aclaró rotundo mirándolo fijamente- Ali y yo estamos juntos desde hace años, él se interpuso en nuestra vida aprovechando una pequeña separación que sufrimos y él lo sabe… como también sabe que yo soy el padre de Abi- el hombre lo miró estupefacto- ahora que sea un hombre y se aguante, no siempre conseguimos todo lo que queremos y no vamos por ahí forzando a los demás a hacer lo que no desean- repuso tajante y el hombre sonrió calmadamente- y si lo que perturba en la tranquilidad del hospital es la presencia de mi esposa, tranquilo; no tiene necesidad de trabajar ahí, otros hospitales están deseando tenerla en su plantilla
-¡Eso no me lo haga por Dios santo!- repuso inquieto- no me la anime a irse; claro que otro hospital estará deseoso de conseguirla… ¡cualquiera! ¡Tiene unas manos de oro!!
-Pues haga lo que esté en su mano para evitarle problemas, ella y Abi son lo más importante para mí y no permitiré que le amarguen ni un segundo de su vida; si me entero de que no es feliz allí dentro, no dudaré en sacarla inmediatamente- aclaró decidido, se miraron penetrantemente y Bermúdez le sonrió tranquilizador
-Creo que nos estamos acalorando y estamos sacando algo las cosas de quicio, será mejor que cambiemos de tema querido amigo ¿Así que usted es el padre de esa preciosidad?- repitió asombrado y Vega le sonrió orgulloso- Pues como le digo a Alicia, van a tener muchos problemas con esa chiquita: es tan linda como encantadora y va a ser una rompe corazones; tiene a todo el personal del hospital loquito- se sonrieron agradados y seguían hablando sobre ella cuando regresaron las mujeres a la mesa.
El evento se alargó entre charlas amenas y bailes; aunque Vega estaba aún más incómodo que cuando llegaron, saber que aquel imbécil estaba amargando la tranquilidad de Ali lo enfurecía y, cada vez que lo miraba, sentía unos deseos irrefrenables de romperle la cara. Examinó por undécima vez su reloj ¡¡las doce por fin!! Se bebió de un trago el resto del whisky de su vaso dejándolo posado sobre una de las mesas.
 -Se acabó: son las doce- interrumpió de pronto la amena conversación que Alicia mantenía con otros colegas mostrándole su reloj de pulsera, todos lo observaron desconcertados mientras ella sonreía divertida mirándolo amorosa- lo acordado mi bien: a partir de ahora me toca decidir a mí y decido que ya es hora de irnos de aquí- aclaró rotundo sujetándola de la mano cariñosamente pero decidido y se la llevó del salón ante las miradas y las risas divertidas y amenas de los demás. Al pasar junto al director del hospital que bailaba con su esposa mirándolos divertidos, se detuvieron a despedirse educadamente. Alicia se despidió con besos en las mejillas a ambos
 -Referente a lo que hablamos antes doctor Bermúdez le aclaro que no fue un calentón momentáneo, lo decía muy serio y cada vez estoy más decidido a hacerlo- le aclaró amable pero rotundo Vega al director mientras le estrechaba la mano que lo miró a los ojos con cierto aire de preocupación
-¿Qué ocurre Vega?- preguntó intrigada Alicia al oírlo y miraba a los dos desconcertada
-Nada cielo, cosas nuestras- repuso animado besándola en la sien y, tomándola por la cintura, se la llevó del evento.
 -¿A dónde vamos?- preguntaba ya en el coche y él le sonrió cariñoso deshaciéndose la pajarita y desabrochándose los dos primeros botones de la camisa
-Es una sorpresa, no preguntes tanto curiosa- aclaró tierno y se sonrieron animados
-¿Puedo poner música entonces?- indagó entretenida toqueteando la radio
-Puedes hacer lo que quieras mi cielo- aclaró ameno y volvieron a sonreírse; ella dejó un dial de música animada pero suave; continuó curioseando tocándolo en todo y abriendo los compartimentos de la guantera.
-¿Y esto qué es?- preguntó pulsando ya un pequeño dispositivo pegado al techo cerca del espejo retrovisor
-¡No toques que explota!- bromeó él de pronto y ella se sobresaltó, Vega soltó una risotada divertida ante su respingo de espanto
-¡Serás idiota, me asustaste!- expuso fastidiada dándole un suave puñetazo en el brazo, Vega le pasó el brazo por el cuello y la atrajo a él besándola dulcemente en la sien sin apartar la vista de la carretera
-Perdona mi vida, no quería asustarte así- se disculpó enternecido- y eso ya verás lo que es; no me seas tan curiosa que ya pareces mi dulce melocotón preguntándolo todo- dijo cariñoso y se sonrieron; ella se abrazó a él dejándose ir el resto del trayecto recostada contra su pecho y rodeada de su brazo. Observó que tomaba camino de la casa nueva y se detenía delante del portalón
-¿Qué hacemos aquí?- indagó curiosa y él volvió a sonreírle tierno
-Demostrarte que yo siempre cumplo mi palabra; dale ahora al aparatejo cielo que no va a explotar- le animó ameno y ella obedeció descubriendo que era el mando a distancia que abría el portalón
-¡¡Lo has mecanizado!!- expuso sorprendida
-Así cuando llueva no tenemos que bajarnos para abrir- y guío el coche hasta dentro del garaje que estaba abierto. Se bajaron del coche mientras ya se cerraba el portalón de nuevo, subieron las escaleras de caracol que había en la esquina y llevaban arriba internamente desembocando en la cocina que dejó boquiabierta a Alicia cuando Vega encendió las luces, ya estaba completamente amueblada en madera y piedra gris blanquecina. No le faltaba ningún detalle haciéndola muy cómoda y se sentía un ambiente agradable allí
-¡Dios santo si está todo listo y amueblado ya mi bien!- expuso alegre y él le sonrió complacido, se abrazaron ilusionados besándose amantes
-Te prometí que antes de fin de año la tenía y aquí está mi vida; preparada para mañana meternos dentro… pero esta noche la estrenaremos nosotros a gusto- aclaró dispuesto oprimiéndola anhelante contra él y Alicia rió animada rodeándole el cuello con sus brazos, comenzaron a enredar juguetones con sus bocas sin llegar a besarse totalmente provocando una inmensa excitación en ambos- quiero hacerte el amor en cada rincón de la casa para que toda ella me recuerde a ti como me ocurre con el ático
-¿Y todo en esta noche? Te recuerdo que la casa es grande- repuso socarrona, él sonrió divertido -Haré lo que pueda, no me seas exigente- aclaró vanidoso y, sonriéndose felices, se besaron deleitados mientras se iban excitando más y más. Se retiraron los abrigos mutuamente y Vega le bajó la cremallera del vestido escabullendo sus manos dentro de él buscando su piel, acariciaba su espalda desnuda y sus manos quemaban la piel de Alicia como siempre le ocurría así él posaba sus dedos en su cuerpo. El deseo ya los devoraba y Alicia le quitó el fajín desabrochándole presurosa la camisa retirándosela junto a la chaqueta, él se retiró levemente para dejar resbalar el vestido por su cuerpo. La elevó levemente
-Y esta será la zona más transitada, así que empezaremos por aquí- murmuró ardoroso y la recostó sobre la mesa de piedra de la cocina
-¡Está fría Vega!- protestó elevando la espalda huyendo de la fría piedra, él rió divertido
-No te preocupes mi cielo, con el calor que yo llevo desde que te vi con ese vestido, pronto agradecerás ese fresquito en tu espalda- aclaró chistoso y atrapó de nuevo su boca besándose ávidos.

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