viernes, 26 de septiembre de 2014


Muy temprano regresaron Franco y Jorge que se alegraron al verla mucho más recuperada, protestaba mimosa porque tenía hambre y solo le trajeran de desayuno un té provocando las risas alegres de todos. Tía Meli se ocupó de enviarle ropa limpia y, después de la visita de la doctora, se duchó y regresaron a casa. Isabella iba muy disgustada porque le habían roto su vestido nuevo y eso hacía reír a Alonso de nuevo.
-¡Hermanita!- la recibió cariñoso su hermano que se abrazaron amorosos- ¡Mira que echarte ahora a las drogas!- bromeó burlón
 -¡¡Miguel!!- le regañó duramente su madre pero el resto de la familia rió divertida.
 Desayunaban todos juntos en la cocina aunque el centro de atención y los mimos de toda la familia eran para Isabella que se volcaban en quererla atender y consolar
-Se debería poder hacer algo más que simplemente poner una denuncia en la policía y quedarnos a esperar que hagan algo- protestó fastidiada Blanca y tanto Jorge como Franco estaban de acuerdo pero tampoco sabían el qué hacer
-Y a esperar mucho, tía; porque llevan ya algunos años haciéndolo y la policía aún no han hecho nada- repuso Alonso desalentado y ellos lo observaron abatidos
-Entonces ¿es una práctica común?- preguntó Franco intrigado
-Desde hace un par de años sí… En las fiestas de fin de curso escogen a un par de chicas novatas y las someten solo por diversión- todos lo miraban desconcertados- luego no puedes demostrar nada: ellas apenas recuerdan, no se sabe quién se lo dio, ni quien se aprovechó de ellas… nada, no hay pruebas- se miraron impotentes entre todos
-Recuerdo que el año pasado se comentaba algo de una de tercero…- recordó Isabella apesadumbrada
-Sí: Ana, estaba en mi clase de filología… ella juró y perjuró que fue violada por cuatro, hasta recordaba levemente a dos; pero tampoco logró demostrar nada- indicó apenado Alonso- esa droga estimula la libido y no parece violación sino entrega voluntaria… Lo único que consiguió la pobre muchacha fue tener que cambiarse de instituto porque era la burla de todos…
 -¡Esto es escandaloso!- bramó enfurecido Jorge golpeando con su puño en la mesa, todos callaban- ¡A dónde vamos a llegar! Teníais que ver aquella casa: era un nido de drogas y pervertidos- Alonso bajaba la cabeza- ¿Cómo nadie puede hacer nada?
 -Algunos sí lo hacen papá- repuso calmosamente, se miraron fijamente- ya no es la primera vez que Gus acaba en el hospital… o el otro con una puñalada- añadió sarcástico- pero con eso tampoco se arregla nada
-¿Pero qué hace entonces la policía? Si en la casa hay drogas…- aclaró Meli asustada
-¡Vamos mamá, no me seas inocente! Eso todo desaparece por arte de magia así se ve aproximarse a la policía…- contestó serenamente su hijo
 -¿Y esas bacanales de tres y a cuatro juntos en los cuartos?- repuso Jorge
 -¿Por qué crees que esas fiestas se hacen en casas particulares? Prácticas sexuales consentidas en domicilios particulares… de puertas adentro de tu casa puedes hacer de casi todo, la policía tiene las manos atadas- indicó apesadumbrado
-¡¿Y tú qué haces con esa gente hijo?!- le regañó duramente Blanca
 -Saltó la liebre- murmuró apesadumbrado, ya se esperaba la regañina- No voy a esas fiestas tía; los conozco porque están en mi equipo de fútbol… Andrea y yo fuimos una sola vez pensando que era simplemente una fiesta, pero al ver todo aquel desmadre no volvimos… Lo juro
-¡La gente está corrompida!- repuso desolado Franco
 -Y ahora sabes que debemos andarnos con mucho ojo los dos ¿verdad Isabel?- murmuró preocupado Alonso, todos le clavaron la mirada inquietos- No consiguieron lo que querían y ahora ella se ha convertido en un reto no en una simple distracción- callaron nerviosamente- y aún por encima yo llamé a la policía… estaremos ambos en la lista de “prioridades”
-¡Santo Dios!- murmuró afectada Meli echándose la mano nerviosa al pecho; Francesco observó que todos estaban muy afectados y el nerviosismo era palpable en el ambiente
 -¿Y por dónde dices que cae esa casa?- preguntó confundiéndolos a todos que lo miraron intrigados- ¡Jovencitos tan desinhibidos y liberales no los encuentras fácilmente!- bromeó recalcando su voz afeminada
-¡¡Franco!!- le increpó molesta Blanca y todos rieron más tranquilos relajándose
 -Estoy pensando…- comentó muy pausadamente Alonso y todos lo miraron intrigados- Este año no pensaba irme con vosotros de vacaciones, me iba a ir solo a recorrer el norte y… ¿qué os parece si me llevo conmigo a Isabel y nos marchamos ya? alejarnos hasta que todo esto se calme y sacarla a ella de aquí y que se olvide de todo esto
-¿No pensabas venir a Ibiza con nosotros?- le reprochó dolida su prima pero él no contestó nada
-Cierto, me lo comentó hace unos días- repuso Jorge y miró a los ojos de su sobrino que también lo miró fijamente- Pero ¿no tenías otros planes hijo?
-No importa papá, ahora lo importante es Isa- declaró rotundo y Jorge le sonrió agradecido
-Pues a mí me parece buena idea- resolvió finalmente Jorge tranquilamente
-El norte es muy bonito- repuso Meli- ¿Qué parte irás hijo?- indagó gustosa, Alonso tragó saliva nervioso
-Galicia- expresó y madre e hijo se quedaron mirándose seriamente
-¿Y yo?- preguntó desolado Miguel interrumpiendo aquel incómodo momento entre ellos, Alonso sonrió tierno
-Claro enano, tú también vendrás- respondió revolviéndole cariñoso el pelo y el muchacho sonrió agradado- la verdad es que a ti ya pensaba proponértelo, te has esforzado este año y te lo mereces
-¿Y a mí no?- preguntó dolida Isabella
-Tú tienes tu grupito de amigas “fantásticas de la muerte” esperándote en Ibiza y pensé que no te apetecería venir- intentó escabullirse, le sonrió ameno pero ella lo miraba desconcertada
-Pues a mí me parece buena idea: tampoco conozco Galicia y podemos alcanzarlos en donde se encuentren cuando Jorge tome las vacaciones- se animó Franco, Meli miró fijamente a su hijo que le devolvió la mirada, Alonso se vio atrapado
-¿Vas a Vigo, verdad?- instó calmada sonriéndole dulcemente, Alonso también esbozó una amena sonrisa asintiendo con la cabeza
-Entonces está decidido- repuso animada Blanca- os iréis a Galicia y nos encontraremos en Vigo
-Llamaré y haré las reservas de hotel- repuso entusiasmado Franco y comenzaron a planear entre todos las vacaciones. Isabella se animaba hablando de ir de compras
-¡No te ilusiones tanto!- la frenó severo Alonso- No creas que te vas a llevar cuarenta maletas, es un viaje sin programar, estilo mochilero: donde nos pille la noche, nos detenemos y buscamos alojamiento; no pienso andar a cargar tus maletas cada vez que lleguemos a un hostal
 -¡Suena divertido!- clamó entusiasmado Miguel y su prima le sonrió animada igualmente
A la semana siguiente, salían en el deportivo azul rumbo a Galicia los tres jóvenes entusiasmados.
-¡Lo vamos a pasar divino!- decía ilusionada Isabella sonriendo feliz, Alonso la miraba encandilado, era tan bonita y espontánea que lo embobaba.
-Espero que me dejéis andar a mi aire ¿eh? ya que puedo disfrutar sin la autoridad de los adultos no me vengáis vosotros a tocar las narices- indicó animado Miguel provocando las risas divertidas de los otros dos
-¿Tantos planes tienes enano?- bromeó burlona su hermana
-Sí, y lo primero es ligarme a cuanta gallega quiera caer- rieron explayados. Se detuvieron a comer antes de llegar a tierras gallegas; se lo tomaban con calma. Un fuerte contraste los asaltó al entrar en Galicia, el esplendoroso verdor y sus montañas plagadas de altos árboles les sorprendieron gratamente
-¡Menudo contraste de paisaje, esto es precioso!- indicó Miguel
-¡Solo estamos entrando y ya me parece maravilloso!- aclaró pasmada Isabella
-Pasaremos la noche en Orense, luego seguiremos hacia el norte hasta alcanzar la costa e iremos bordeándola hasta llegar a Vigo- aclaró sereno Alonso, su prima lo miró sorprendida
-Lo tienes todo planeado ¿lo llevas pensando mucho, verdad?
-Llevo años deseando venir, me tira esta tierra… quiero descubrirla despacio- contestó deseoso y sus primos le sonrieron animados. Entraron en la ciudad, aparcaron cerca del paseo junto al río y descubrieron la ciudad paseando animados. Era deslumbrante encontrarse zonas antiguas integradas en zonas modernas, la ciudad les maravilló y las termas calientes, les entusiasmaron. Cenaron en una tasca antigua el famoso pulpo a la gallega con un postre de filloas, comieron apetitosos y hambrientos. Luego disfrutaron de la noche orensana. Se lo estaban pasando realmente bien. Buscaron alojamiento en un hostal y alquilaron dos cuartos contiguos, uno para Isabella y el otro para ellos dos.
-¡Vamos, arriba dormilones; que tenemos mucho que ver!- irrumpió entusiasmada Isabella en el dormitorio de ellos cuando dormían plácidamente despertándolos alegre, ellos la miraron desconcertados sonriendo alegres: siempre era la última en despertarse pero parecía muy feliz con aquel viaje- ¿Y ahora?- le preguntó entusiasmada a su primo cuando metían sus cosas en el maletero ya dispuestos a continuar viaje
-Tomaremos la 540 hasta Lugo y allí tomaremos contacto con la costa- indicó ameno- y, después… que la carretera nos lleve a dónde quiera- expresó resuelto Alonso cerrando el maletero del coche y los tres rieron alegres.
El viaje era divertido y entretenido, paraban a descubrir algún pueblo que les parecía llamativo y se recreaban con los paisajes y sus gentes, agradables y paisanas. Isabella siempre buscaba la mano de Alonso que no soltaba hasta regresar al coche mientras recorrían las callejuelas de los distintos pueblecitos. Cosa que encantaba a Alonso y no perdía ocasión de acariciarle tierno la mejilla o la abrazaba amoroso al verla feliz como una niña descubriendo cosas nuevas, estaba tan enamorado de ella que no podía dejar de mostrarle su cariño con mimos y caricias inocentes. Todas las noches llamaban a casa y hablaban con la familia, pero sobre todo Isabella era la que les contaba entusiasmada todo lo que veían dando claros detalles ante la mirada cariñosa de su primo; se la veía tan ilusionada y feliz que lo encandilaba aún más. Llegaron al destino principal del viaje: Viveiro, allí alcanzaron la costa por fin y fueron recorriéndola sin prisas deteniéndose en cada pueblecito que les parecía curioso o le veían algo hermoso disfrutando de cada rincón y dejándose guiar por los alegres y orgullosos lugareños que les indicaban calas o jardines que no podían dejar de visitar antes de irse.
En una de estas agradables paradas en otro pueblecillo de ensueño, disfrutaban de una cala preciosa escondida entre árboles que apenas media docena de vecinos disfrutaban de ella también. Ellos enredaban divertidos en sus aguas inmensas y alucinantemente cristalinas mientras Isabella tomaba un día más el sol sobre aquellas arenas finísimas y blancas negándose a bañarse ya que, acostumbrada a las aguas del Mar Mediterráneo, siempre encontraba el agua del océano demasiado fría. Después de aquel refrescante y maravilloso baño, comieron amenos y con apetito sus bocadillos. Al acabar, Miguel se fue a pasear e investigar que había más allá de aquellos peñascos mientras ellos prefirieron quedarse a reposar la comida. Isabella se sentó sobre la toalla de su primo entre sus piernas recostándose contra su pecho; él la recibió amoroso besándola tierno en la sien y se quedaron observando entretenidos a los niños enredando en la orilla del mar
-Me está encantando este viaje, Alonso- repuso emocionada
-Me alegro mi chiquita, yo sabía que me iba a gustar por eso no me sorprendo tanto- contestó calmosamente, ella lo miró y sonrieron agradados
-¿A qué se debe esta ilusión tuya por conocer Galicia?
-A mi madre- respondió encantado- Me contó un viaje que hizo con mi padre que es de aquí y me describía los sitios maravillosos que le mostró y cosas que vio que provocaron en mí las ganas de conocerla
-¿Tu padre es gallego?- indicó mirándolo sorprendida y él asintió con la cabeza sonriéndole dulcemente- ¿Qué más sabes de él Alonso?
-Lo conocí hace un par de años…- ella lo volvió a mirar asombrada- según supe, llevaba años insistiéndole a mamá con verme hasta que por fin, cuando cumplir los 18, mi madre me lo comentó y me preguntó si yo quería conocerlo…- ella lo miraba intrigada- acepté claro está, también a mí me comía la curiosidad de saber cómo era y descubrí que es un buen tipo, ameno y agradable… desde entonces, a menudo nos hablamos por teléfono y otras veces quedamos para comer juntos
-¿A qué se dedica?
 -¿No lo sabes?- ella negó con la cabeza- Es piloto de vuelos comerciales; así conoció a mamá, se llama Gabriel- ella sonrió amena
-¿Y es guapo cómo tú?- curioseó interesada poniéndose de lado para verlo mejor, él rió divertido por su comentario
-Algo, supongo… ¡Aunque yo le gano, por supuesto!- le susurró bromista en el oído y se rieron entrañables, estaba preciosa sonrojada por el sol y sonriendo feliz; los deseos de besarla lo asaltaron inmensamente de nuevo
 -No sabía que estabas en contacto con tu padre…- murmuró boquiabierta
-Nadie lo sabe, solo tío Jorge- respondió sincero y tranquilo y ella le sonrió agradada
-¡Y ahora yo!- repuso dichosa y él le sonrió ameno
-¡Tú eres como tío Jorge: no cuentas!- aclaró tirándole suavemente de su nariz y ella protestó divertida- Sé que me guardarás el secreto- se sonrieron cómplices
-¿Por qué quieres mantenerlo en secreto?- indagó curiosa, él la besó cariñoso en la sien
-Para no lastimar a mamá; ella estaba muy reticente a que nos conociéramos, no sé qué teme pero no quiero inquietarla, así es mejor- respondió ameno y ella le volvió a sonreír dulcemente
 -¿De dónde es?
-Allí es a dónde nos dirigimos, es de un sitio llamado Cangas del Morrazo aunque él vive en Vigo desde hace años
-¡¿En Vigo?!- se sorprendió ella- ¡De ahí aquella mirada de tu madre!- aclaró alegre y volvieron a sonreírse
-Él nos espera en Cangas, quiere que conozca a su familia
 -Ah, vaya; tiene familia…- indicó apesadumbrada y él sonrió ameno
-Mis abuelos y dos tíos, él sigue soltero como mamá- le aclaró comprendiendo su tristeza y ahora ella le sonrió agradada
-¿Y Miguel? Se va a enterar…- indicó inquieta
-Cuento con que me guarde también el secreto, no es nada negligente y sé que lo hará; además, al volver pienso contárselo a mi madre… se lo prometí a papá
-Alonso…- lo miró fijamente a los ojos- ¿por qué crees que a tía Meli puede inquietarla que te encuentres con tu padre? Por aquella mirada no parecía que le sentara mal, al contrario, parecía enternecida…
 -Lo sé, Isa- le apartó suavemente el pelo de la cara pasándosela por detrás de la oreja- pero una cosa es que suponga que vengo a encontrarme con mi padre y otra que sepa que conoceré al resto de mi familia; solo ella sabe por qué tardó tanto y tenía tantas reticencias a presentármelo y no quiero disgustarla más de lo necesario- ella movió la cabeza comprendiendo. Se miraban a los ojos, estaba tan cerca y tan deseoso de besarla… Alonso le sujetó la nuca y la besó resuelto, delicado pero pasional
-¡Alonso… ¿qué haces?!- se sorprendió ella apartándose y mirándolo pasmada
-Deseaba tanto hacerlo Isa…- repuso él franco y sin remordimientos, ella lo observó intensamente a los ojos
-Pero Alonso… eso no…- estaba descolocada
-¿Pero qué Isa? ¿”Eso no” qué? ¿Acaso piensas también que está mal como yo lo hago? ¿Qué no está nada bien que sienta todo lo que estoy sintiendo por ti y no puedo evitarlo aunque lo haya intentado de mil formas? Pues dame tú una razón sensata para no hacerlo mi chiquita, porque yo aunque me esfuerce no la encuentro- indicó acariciándole tiernamente la nuca con su mano- te juro por lo más sagrado que he intentado evitarlo con cien y una excusas, Isa… pero no logro encontrar ni una sola con la suficiente lógica para que me aparte de ti… ¡No somos nada Isa! ¡Ni siquiera nos unen los apellidos! ¡Tú llevas el de Franco!...- la miró fijamente a los ojos- ¡Y estoy tan loco por ti, Isa!- aclaró decidido y resuelto; ella lo oía muy confundida, tampoco lograba encontrar un no lógico a lo que ella sentía también por él e intentaba esconder. A por qué no dejarse llevar por aquel alocado latir de su corazón al contacto de su mano; a no querer comprender que significaba realmente aquel esplendoroso escalofrío que le recorría la espalda con cada caricia suya, a negarse a ver lo que aquella ternura de su mirada significaba y querer esconder como si de algo sucio se tratara aquel tremendo ardor que sentía en sus labios cada vez que lo tenía tan cerca como en aquel momento. ¿Por qué seguir negando todo lo que sentía desde hacía tiempo? ella también lo amaba y hacía mucho tiempo de eso.
-Alonso…- comenzó a hablar y él la atendía inquieto, esperaba esa explicación razonable para evitar todo aquello- yo también estoy enamorada de ti desde hace mucho tiempo… mucho, creo que desde niños- declaró sincera, esas palabras desconcertaron a Alonso y la miró sorprendido- y tampoco le encuentro lógica a seguir negándolo- resolvió derrotada y, sonriéndose dichosos, se besaron de nuevo; pero esta vez profundamente concedidos, se entregaron felices y radiantes, deleitándose complacidos en saborear al fin sus bocas. Se intentaban retirar pero se volvían a atraer ambiciosos de aquella dulce degustación de sus bocas; se saboreaban pausados, no queriendo olvidar ningún recodo de ellas ni perder ni un segundo de su tan deseado contacto- Nos va a pillar Miguel- le susurró ella sin poder dejar de rozar sus labios en los de él, seguía acariciando tierno su nuca y su contacto la sublevaba, parecía arderle la piel al suave contacto de su mano
-Creo que al final no va a ser tan buena idea haberlo traído- bromeó disgustado por tener que soltarse de aquella boca tan deliciosa, ella sonrió divertida
-Yo creo que tampoco; aunque no es mejor la que tenías en un principio: dejarme a mí atrás ¿a quién se le ocurre?- repuso ella burlona, él la rodeó con sus brazos y la oprimió contra su pecho al tiempo que ella se abrazaba a su cuerpo reposando su mejilla contra su pecho, la besó dulcemente en el pelo; se rieron alegres mientras la acunaba tiernamente.

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