jueves, 10 de diciembre de 2015


     Al llegar a la sala, él la atrapó entre sus brazos dejándose caer sobre el sofá llevándosela sobre su cuerpo. Reían felices mirándose dichosos, Joseph la besó dulcemente en los labios
 -Te quiero tanto mi vida- declaró mirándola apasionado
 -Y yo a ti amor, nunca dejé de hacerlo en todos estos años- respondió enamorada acariciándole tierna aquel hoyuelo en su barbilla que tanto le gustaba, se sonrieron felices y se besaron apasionados; él se retiró levemente y le acarició la mejilla con ternura
-¿Sabes? compré esta casa pensando en ti- declaró amoroso, ella abrió sus ojos mirándolo asombrada y él sonrió ameno- tenía pensado hacer un par de misiones más y juntar un buen dinero para después ir a buscarte…- declaró sincero, ella le acarició dulcemente la mejilla
-Mi vida, a mí el dinero no me importa- respondió conmovida, él sonrió amargamente
-A ti puede que no, pero a tu papaíto sí…
-Olvida a mi padre, Josh; yo te quiero a ti amor mío, solo a ti- clamó rotundamente sincera, él sonrió complacido
 -Y si, como tenía pensado hacer, hubiera aparecido en el rancho buscándote... ¿te vendrías conmigo Leni?- preguntó interesado
-Ni me lo pensaría un segundo mi amor; nunca me perdoné no haberme subido a aquel taxi hace dos años- aclaró apesadumbrada
-Mi amor- expuso emocionado y la oprimió contra su cuerpo, se sonrieron felices y se volvieron a besar ardientes- Te quiero tanto, tanto… no puedes ni imaginarte cuanto lamento haber sido tan impetuoso y alistarme a esa maldita guerra sin escuchar a Lupita cuando me insistía en que esperara, que tú vendrías en cuánto tuvieras oportunidad; hemos perdido dos años maravillosos en los que hubiéramos estado ya juntos y felices mi cielo
 -No pensemos en lo que pudo ser, pensemos en lo que será a partir de ahora- propuso amorosa y se sonrieron dichosos
-¿Entonces estás decidida a dejarlo todo y quedarte conmigo vida mía?- preguntó esperanzado
-Claro, a eso vine ¿no?- resolvió dispuesta
-¡No sé aún a que viniste cielo ya que no llegaste a decirme nada! Pero no sabes cuánto me alegro de que lo hayas hecho- declaró feliz oprimiéndola otra vez entre sus brazos, ambos rieron radiantes y se besaron apasionados
-Debo irme Josh… empieza a hacerse tarde- murmuró pesarosa entre sus besos amorosos
-¡¿Cómo que te vas?! ¡¡Tú no regresas a esa casa Leni!!- expuso tajante y ella lo miró atónita
 -¿Qué estás diciendo? Tengo que volver Joseph
-¡¡No!! Tú a lado de ese desgraciado no regresas- habló rotundo mirándola definitivo- además, acabas de decir que te quedabas conmigo Leni- reclamó confundido
 -Mi cielo… cálmate- le habló melosa posando dulcemente su mano en su mejilla- claro que dije que me quedaba contigo pero no ahora mismo, ahora debo regresar ¿no lo comprendes? Debo hacerlo corazón, debo ir a arreglar mi situación y luego ya regresaré definitivamente a tu lado, quedarme ahora no resolvería nada y complicaría mucho más las cosas; debo hacer las cosas bien para que podamos ser completamente felices el resto de nuestra vida ¿lo entiendes verdad?
-No puedo dejarte ir después de todo lo que sé Leni; no estaría tranquilo sabiéndote a lado de ese animal- habló afligido
-Estate tranquilo mi vida: hace mucho que no me toca… prometo regresar pronto y con todo arreglado
-¿Mañana?- instó esperanzado mirándola a los ojos, Helena volvió a sonreír
-No puede ser mañana Josh, debes darme tiempo para arreglar los papeles… pero los martes y jueves vengo a la ciudad ¿te parece bien vernos el martes que viene?- expuso acariciando tierna con su dedo pulgar su hoyuelo del mentón
-Si no hay más remedio- declaró meloso, se sonrieron alegres
-Pronto lo arreglaré todo; te lo prometo- respondió decidida- ¿Sabes? Me encanta este hoyuelo tuyo- declaró amorosa, él sonrió dichoso y sujetándole su rostro entre sus manos, la besó vigoroso en los labios
-Y a mí me encantas toda tú- clamó arrebatadamente apasionado y volvieron a reír divertidos; él la tomó en brazos y subieron a vestirse.
Tomados amorosamente de la mano bajaron la colina hasta casi el borde del aparcamiento y, sin dejar de mirarse encandilados, se despidieron a través del parabrisas trasero mientras el coche se alejaba camino del rancho.
-Papá, necesito hablar urgentemente contigo- entró decidida en el despacho de su padre así llegó a casa; estaba tan feliz en aquellos momentos y tan dispuesta a ponerle fin a aquella tortura de matrimonio que no podía esperar al día siguiente
 -Lo siento cielo pero ahora no puedo; estoy muy apurado- le contestó su padre y Helena se dio cuenta de que estaba muy apremiado y metía presuroso documentos en su maletín
-¿Pasa algo?- indagó inquieta
-No cielo… pero se me ha hecho tarde y debo irme ahora mismo a Salt Lake, Gabriel me está esperando en el coche; mañana hay una venta de caballos importante y debo asistir- explicó nervioso cerrando su maletín, así a todo la miró a los ojos fijamente- ¿Es muy urgente cielo mío? ¿Estás bien?- se intranquilizó
-No te preocupes, puede esperar… pero ¿no vas a tardar en regresar, verdad?- indagó interesada
-No, solo serán un par de días nada más, como mucho una semana- respondió resuelto, recogió su maletín y apuró el paso hacia la puerta; la besó tierno en la frente al pasar junto a ella- ¿de verdad que puede esperar mi niña?- instó preocupado mirándola a los ojos
-Sí, no hay problema; que tengas buen viaje papá- respondió tranquilizadora y su padre le sonrió dulcemente marchándose de inmediato.
Aquel martes, Rodrigo y nana la dejaban en la parte trasera del centro comercial y observaban sonriendo alegres como una feliz Helena corría entusiasmada colina arriba para encontrarse con Joseph que ya la esperaba a medio camino sonriéndole dichoso al verla aparecer. Apresuró más su paso hacia sus brazos y se fundieron en un abrazo ardiente mientras se besaban apasionados.
 -Mi amor, cuanto te eché de menos ángel mío- le susurró meloso besándola amoroso por el rostro, ella sonrió dichosa y él la elevó entre sus brazos llevándosela colina arriba mientras reían felices- ¿Has hablado ya con ese desgraciado sobre vuestra separación?- indagó esperanzado al llegar a la casa, ella apretó nerviosa sus labios- ¿Leni?- instó receloso al verle aquel gesto
-No pude cielo mío, papá tuvo que ir de viaje y no volverá hasta la semana
-¡¡Leni!!- exclamó fastidiado dejándola en el suelo y dándole la espalda
-¡Por favor Josh! ¡¡Cielo, mírame!!- suplicó amorosa sujetándole del brazo obligándolo a girarse y mirarla a los ojos- mi vida, entiéndelo; necesito antes hablar con mi padre y que él esté presente cuando vaya a enfrentar a Eric ¿no lo comprendes?
-¿Por qué?- instó confundido
-Porque le tengo miedo Josh- declaró casi en un murmullo bajando avergonzada la cabeza
-Pues exactamente por eso debes abandonarlo de una puñetera vez ángel mío- remarcó tercamente
-¡¡No puedo hacer las cosas así!!- le increpó irritada aunque sus ojos se llenaron de lágrimas- ¡¿Tan difícil te es de comprender que eso no puedo hacerlo amor mío?! ¡¿Qué no puedo abandonarlo así como pretendes?! ¡¡Soy su esposa ante la ley Joseph, y las cosas deben hacerse bien o tendremos muchos problemas y nunca seremos felices!! ¡¿Te es tan complicado de entender?!- sollozó angustiada, él respiró profundamente y la tomó entre sus brazos oprimiéndola dulcemente contra su pecho; ella se aferró a él con pasión- Josh, te quiero, te amo con locura… Déjame hacer bien las cosas por una vez en mi vida- musitó afligida y él la besó amoroso en el pelo consolándola
-Está bien cielo, no te angusties así amor mío… Esperaré entonces- repuso más calmado, ella lo miró agradecida a los ojos y él acarició tierno sus mejillas limpiándole aquellas horribles lágrimas que tanto le afectaban- no llores más mi niña que sabes cuánto odio verte llorar… está bien, esperaré lo que haga falta… pero no tardes Leni o bien soy capaz de hacer una locura y presentarme en el rancho a buscarte amor mío- expresó ardiente y la besó apasionado; se fundieron en un beso cargado de deseo y deleite que los excitó tremendamente. Joseph la tomó en brazos de nuevo y se la llevó al dormitorio donde se amaron sin reparos ni reticencias entregándose plenamente y gozando al máximo.
 Aquellas visitas apasionadas y llenas de amor se repitieron todos los jueves y martes siguientes durante aquel mes. Pero muchas veces, mientras reponían aliento tras la impresionante e intensa entrega, Joseph se quedaba muy serio y abstraído mirando al techo de la habitación; Helena, recostaba complacida sobre su pecho y entre sus brazos, lo miraba inquieta mientras le acariciaba tierna el hermoso hoyuelo de su barbilla hasta que sus ojos se encontraban y él la observaba intensamente, expectante
-¿Te está tocando? ¿Te levanta la mano o intenta forzarte de nuevo?- indagaba entonces incómodo
-No mi amor, tranquilo; ya te dije que hace mucho que ni hablamos y mucho menos intenta tocarme- le contestaba serenamente sonriéndole dulcemente, él parecía aplacar algo su desazón
-No aguanto más esta situación Leni, debes ponerle fin de una vez; no soporto verte marchar y no saber de ti en días ignorando que puede estar pasando… además puede ser muy peligroso para ti si él llega a enterarse de lo nuestro- expresó preocupado aquella tarde
-Lo sé, te prometo que en cuanto tenga oportunidad le pediré el divorcio
-¿Aún no has hablado con tu padre tampoco?- indagó inquieto
-No
-¡¡Leni, por Dios santo!! ¡¿A qué coño esperas?!- le reclamó dolido sentándose al borde de la cama dándole la espalda
-Espera Josh, escúchame amor- le habló amorosa arrodillándose tras él rodeándolo con sus brazos por los hombros y lo besó mimosa en el hombro- he estado pensando que mejor es que primero hable con Arthur, el abogado de papá; tener los papeles en mi mano y presentárselos llegado el momento para que él no tenga oportunidad de negarse a firmarlos y papá vea que estoy completamente dispuesta a hacerlo…- explicó animosa acariciándole tierna el vello de su pecho, lo besó amorosa en el cuello- ¿qué te parece amor mío? ¿No es mejor así?- él no contestó, solo la miró a los ojos- pero Arthur está de viaje en estos momentos mi vida, volverá pronto según me dijo su secretaría- lo besaba amorosa en los labios mirándolo con pasión- no voy a echarme atrás Joseph, esta vez no- declaraba rotunda, él sonreía feliz
-No temo eso mi amor, me aterra que pueda hacerte daño y yo estar lejos para evitarlo- expuso inquieto
-No me pasará nada cielo mío, nana está siempre a mi lado y si algo intentara, Rodrigo me traerá de inmediato con o sin papeles- aclaró resuelta
-¿Quién es ese Rodrigo?- indagó curioso
-El capataz del rancho y nuestro cómplice además de nana; es el que me trae todos los días al centro comercial- contestó alegre, se rieron felices y se besaron apasionados. Ella lo fue atrayendo hasta acostarlo de nuevo en la cama- y dejemos eso ahora vida mía, no desaprovechemos nuestro poco tiempo juntos en hablar de eso- musitó melosa mientras empezó a recorrer su musculoso cuerpo con sus labios, él cerró sus ojos deleitado por las ardientes caricias de sus cálidos labios, de pronto, los abrió de nuevo atónito al sentir su boca sobre su miembro
-¡Leni ¿qué crees que haces?!- exclamó pasmado apoyándose en sus codos mirándola asombrado, ella sonrió juguetona y se lo introdujo dentro de su boca profundamente, él gimió levemente, lo volvió a retirar acariciándolo con su lengua
-¿Acaso no te gusta?- preguntó pícara mientras jugueteaba con su lengua en él
-Sí… pero…- balbuceó desconcertado y ella no dejó que acabara de hablar, se lo volvió a introducir en su ardiente boca enredando hábilmente con su lengua en él- ¡Oh Dios Leni!- gimió con sumo placer dejándose caer de espaldas de nuevo y se dejó hacer con complacencia
Los fines de semana, no podía soportar estar en la casa pues toda ella estaba impregnada ya del aroma de su adorada Helena aumentando aún más su deseo y desesperación por no poder verla hasta el martes; así que bajaba a casa de Lupe y Ben. Ellos podían apreciar encantados como él había cambiado en ese mes. Se le veía tan feliz e ilusionado de nuevo. Aunque no había manera de sonsacarle el motivo. Como siempre, jugaba incansable con los dos niños; pero últimamente, muchas veces se quedaba extasiado mirando a los pequeños con ojos ilusionados y sonriendo dichoso. Entonces, Lupe y Ben se miraban divertidos y sonreían alegres.
-¿Otra vez dejando volar tu imaginación compadre?- expuso cariñosa Lupe acercándose a él entregándole una botella de cerveza fresca
-Algún día todos esos sueños se harán realidad, mi Lupita bella; ya lo verás- contestó ilusionado dibujando una feliz sonrisa en su cara, Lupe le correspondió amena
-¿Es una mujer verdad?- interrogó curiosa pero él solo esbozó una sonrisa plenamente dichosa- y esos grandiosos planes compadre serán… ¿Cuándo?- siguió fisgoneando, Joseph soltó una carcajada alegre
-Pronto mi Lupita preciosa, muy pronto; no comas ansias- respondió esquivo besándola tierno en la sien y regresó a jugar con aquellos dos incansables diablillos.
 -Nunca lograrás sonsacarle nada mi reinita- aclaró amoroso Ben sentádose junto a su esposa en las escaleras traseras de la casa observándolo también enredar feliz con los pequeños que lo querían con locura
-Está enamorado… Esa sonrisa permanente en su rostro y ese brillo en sus ojos solo puede ser causada por una mujer, te apuesto lo que quieras mi vida- respondió maliciosa y él sonrió divertido- ¿Ah? ¿No me crees?
-Claro que te creo mi cielo- expuso despreocupado besándola tierno en los labios- nunca dudaría de tu instinto de brujita
-¡No te burles!- protestó mimosa, él rió jocoso y volvió a besarla en los labios amoroso.
Aquel lunes, Lupe acababa de preparar la cena mientras Ben entretenía a los pequeños sobre la mesa de la cocina, cuando un potente portazo proveniente de la puerta de la calle les hizo dar un respingo sobresaltados y apareció Joseph hecho un auténtico demonio en la cocina; su mirada furiosa y su rostro contraído de la rabia los dejó mudos. Sin decir nada, abrió el refrigerador y cogió una cerveza cerrando de otro portazo la puerta
-¡Ey! ¡Qué el frigo no te hizo nada colega!- comentó bromista Ben pero él solo lo miró a los ojos, tenía sus ojos tan llenos de rabia y dolor que los inquietó- ¿Qué pasa Josh?- preguntó más serio acercándose a él
-¡¡Todo esto es una mierda!! ¡¡Una puta mierda!!- expuso furioso golpeando la puerta de la nevera con su puño, Lupe y su esposo se miraron nerviosos
-¿Qué te pasa corazón?- indagó amorosa Lupe posando su mano dulcemente en su mejilla
-¡Ay mi Lupita…!! ¡¡Es algo terrible!!- habló afligido posando su mano sobre la de ella aún en su mejilla- me exigen embarcar de inmediato hacia el Mar del Norte, tengo que dirigir unas maniobras con un destructor porque ese estúpido contramaestre se ha puesto enfermo- expuso desolado, ella lo miró conmovida
-¡Eso es genial compadre! ¡Será tu ascenso a Oficial de Marina!- se alegró inmensamente Benjamin 
-¡¡Eso es una mierda Ben!!- bramó enfurecido mirándolo desolado, él calló confundido- ¿Es que no lo entiendes? ¡¡No quiero ir Ben!! ¡¡No puedo irme!! ¡¡Ahora no!!- gritó angustiado tirando enérgico el botellín de cerveza al cubo de la basura
-Pues no vayas- propuso decidida Lupe y él la miró completamente abatido
-¡¡Es que tampoco me puedo negar mi chiquita preciosa!!- clamó angustiado, ella frunció el ceño sin comprender- No me puedo negar o me degradarán y en estos momentos no puedo permitírmelo, Lupe; ahora no- gritaba completamente desolado
-No te puedo comprender compadre- le habló suavemente su amigo, él lo miró apesadumbrado- Siempre te has ofrecido voluntario a todas las misiones que se presentaban para ascender en la carrera rápidamente, conseguir cuantos más méritos y galones en menos tiempo fueran posibles… y ahora que tienes en tu mano un paso de los más importantes… ¿no quieres ir?- preguntó incrédulo
-¡¡No!! ¡¡No quiero ir!! ¡¡Ahora no!!- increpó con tanto dolor y lágrimas en los ojos que Lupe sintió gran lástima por él
-Ay mi chiquito- murmuró afligida abrazándolo, él se aferró a ella y rompió a llorar sobre su hombro dejando a Ben conmocionado- no te preocupes mi ángel, volverás pronto, no te angusties; es lo que siempre has estado esperando: ese empujón fortuito que te haga despegar- intentó animarlo
-Lo sé mi Lupita hermosa, lo sé… pero ¿por qué diablos tuvo que aparecer precisamente ahora? ¿Por qué no dentro de un par de semanas o un mes? Ahora no puedo alejarme de aquí, ahora no…Y menos tanto tiempo mi Lupita adorada; estas maniobras pueden durar de seis meses a un año- sollozó sin consuelo, Lupe y Benjamin se miraron desolados
-Diosito proveerá mi niño, no te angusties- le habló cariñosa Lupe
-¡Maldigo a ese Dios tuyo Lupe! ¡Cuando estoy a punto de ser feliz, de nuevo me la arranca de entre las manos!- sollozó abatido y ellos no se atrevieron a decir nada dejándolo desahogarse en silencio
Helena era tan feliz que su rostro había cambiado: las ojeras desaparecieran y radiaba felicidad en aquellos hermosos ojos color miel que brillaban ilusionados
Eric últimamente solía observarla fijamente mientras ella, absorta en sus pensamientos, pensaba en su adorado Josh y su rostro resplandecía de felicidad. Cómo sucedía aquel martes. A la sombra de la pérgola del jardín donde descansaba siempre tras la comida, esperaba ansiosa que fueran las cuatro al fin para estar entre sus brazos. Tan ensimismada estaba en sus apasionados recuerdos que no se dio cuenta que Eric se había acercado a ella
 -Estás muy cambiada últimamente- comentó sin dejar de mirarla, ella también lo miró distraída
-¿Qué has dicho?- instó confundida
-Que estás muy cambiada… muy bonita, has recuperado aquella alegría y plenitud de hace unos años; estás muy…- se quedó callado unos segundos mirándola intensamente, Helena se estaba poniendo nerviosa ante su penetrante mirada- pareces más feliz- acabó diciendo, a Helena le sonó a reproche
-Será porque lo soy- respondió esquiva cerrando el libro que había intentado leer sin poder lograrlo con su ansia de irse al encuentro de Joseph, e intentó alejarse de Eric, pero él la detuvo por el brazo al pasar por su lado y se miraron fijamente a los ojos
-¿Y puede saberse a que es debido?- preguntó desconfiado
-A que ya no me importa nada más que yo misma- respondió sincera y rotunda- ¿Me puedes soltar? Debo prepararme para ir a la ciudad
-Mucho bajas a la ciudad últimamente ¿no?- comentó sarcástico
-Como siempre, dos días a la semana… además, hago lo que me da la gana; como llevas haciendo tú desde el maldito día que nos casamos- reprochó despreocupada
-Te estás volviendo muy… descarada - contestó déspota, ella sonrió sarcástica
-¡Oh sí, claro! Decir las verdades es ahora volverse descarada; descarada sería si te echara en cara todo lo que te gastas en tus vicios como esas estúpidas partidas de póquer en donde pierdes lo que ya no es tuyo… porque todo lo tuyo ya lo has lapidado- recriminó atrevida, sintió como la mano de Eric se aferraba fuertemente en su brazo clavándole los dedos
-Cállate desvergonzada- le recriminó irritado- me voy a enterar a que te dedicas toda la tarde en la ciudad y después ya hablaremos de los vicios de cada uno
 -Pues entérate de lo que quieras; yo solo hago compras pero gasto lo que es mío… no como tú- le reprochó decidida, él sonrió cínicamente
-No preciosa, a eso se dedica tu nana chismosa y alcahueta que la han visto… pero tú no vas con ella según oídas- le corrigió mordaz, Helena se mordió nerviosa el labio; pero se recompuso rápidamente
-¿Y quién te lo contó? No me lo digas, deja que lo adivine, alguna de esas amantes tuyas ¿no? que aburridas las debes tener cuando perdéis el tiempo hablando de mí- contestó burlona mostrando una serenidad pasmosa que hasta a ella misma asombró, él aún apretó más su mano en torno a su brazo haciéndole bastante daño pero ella no dio muestras de dolor, no quería darle ese gusto- suéltame que se me está haciendo tarde y quedé con mi modista a las cuatro- añadió rotunda dando un tirón de su brazo soltándose de su amarre- por cierto Eric, el papel de esposo celoso no te pega, no lo vuelvas a hacer, estás realmente ridículo- aclaró burlona echando a andar hacia la casa, en medio del camino se detuvo volviéndose hacia él que se quedara mirándola furioso- ¡Ah, se me olvidaba! He hablado con Arthur y ya está preparándolo todo: quiero el divorcio Eric, cuanto antes; esto no lo aguanto más- declaró decidida y se fue a la casa presurosa antes de que se desatara la furia en él.

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