sábado, 9 de enero de 2016


     Tras aquellas relajantes risas provocadas por las locas ideas de Megan, todos se quedaron callados
-La verdad, es que yo sí siento algo distinto por mamá ahora que lo sé- expuso Kathy sonriendo dulcemente al cabo de un rato, todos la miraron intrigados- siento que la quiero mucho más que antes al saber que pasó por todo ese sufrimiento solo por no perdernos y protegernos ¿y vosotras?- explicó satisfecha y sus hermanas asintieron con la cabeza- mi cielo ¿vendrá mañana?- se interesó emocionada y la cara de Nico se ensombreció tremendamente
-No mi reinita, dice que no podría estar delante de vuestra madre sabiendo todo esto y no reclamarle que le haya ocultado vuestra existencia- contestó abatido y ella apretó sus labios defraudada
-Y es mejor así Kat porque tiene un carácter de mil demonios cuando se enfada y podría liarla de lo lindo ¿verdad Nico?- aclaró resuelta Lucia
-¡Entonces en eso también te pareces a él Kat!- se burló jocosa Megan y todos volvieron a reír divertidos
-Yo quiero verlo antes de irnos de viaje Nico; necesito hablar con él, necesito conocerlo, necesito decirle...- indicó apremiada Kathy mirando melosa a su futuro esposo que le sonrió dulcemente
-No te apures mi reinita, claro que iremos a verlo; el domingo nos acercaremos a su casa si así lo deseas- respondió complaciente besándola tierno en la sien
-¡¡Yo también quiero ir!!- resolvió decidida Megan y los muchachos le sonrieron asintiendo, Jake miraba curioso a Ellie que seguía callada
-¿Y tú mi ángel? ¿No quieres conocerlo también?- indagó intrigado besándola cariñoso en la mejilla, ella lo miró inquieta
-Yo sí pero... ¿Y él Jake? ¿Querrá vernos él a nosotras?- expuso amedrentada provocando que sus hermanas se cruzaran una mirada inquieta pues no habían supuesto esa posibilidad, Jake sonrió tierno
-Mi chiquita ¿si el tío Josh querrá veros? ¡¡lo que no sé es cómo carajo aguanta las ganas y no aparece aquí de inmediato para conoceros!!- declaró jocoso y todos rieron alegres- ya verás como es mi ángel: cariñoso, comprensivo, tierno ¡¡un gran hombre Ellie; tu padre es un hombre fantástico!!- expresó lleno de pasión, ella le sonrió más relajada y se besaron tiernos en los labios.
 -¿Y qué hacemos con mamá? ¿Le decimos que ya lo sabemos y que vamos a ir a verlo?- preguntó emocionada Megan, todos se quedaron callados unos segundos
-Creo que es mejor que aún no le digamos nada Meg- expresó comprensiva Ellie
-Sí, mejor- aseveró Kat- dejemos pasar el ajetreo de la boda, sabéis lo nerviosa que se pone con las fiestas y las multitudes, mas con la de mañana ya que no tiene más remedio que asistir y no podrá ocultarse como siempre en su cuarto- aclaró tierna
-Vale, entonces esperaremos a vuestro regreso para decírselo las tres juntas ¿qué os parece?- propuso animada Meg y sus dos hermanas estuvieron de acuerdo.
Durante la cena, todos charlaban animados y despreocupados; pero ellas no podían evitar mirar a su madre aún con más pasión y cariño que nunca sabiendo que todo lo que había pasado fuera para protegerlas a ellas. Era una gran y valerosa madre pese a sus tantos miedos.
 -¿Qué tal estás mi niña?- se interesó amorosa Helena cuando descubrió a Kathy mirándola otra vez fijamente
-¿La verdad mami? Estupendamente ¡¡Soy realmente feliz!!- exclamó dichosa y todos rieron alegres
-Pues vámonos entonces a la cama mi niña, para que sea felicidad te dure hasta mañana por lo menos- bromeó cariñoso el abuelo y todos se empezaron a levantar de la mesa. Kathy corrió a lado de su madre y la besó poderosamente en la mejilla
-Mi niña ¿y esto?- expresó totalmente descolocada y muy sorprendida por aquel impetuoso proceder de su hija mayor
-Porque te quiero mucho mamita, muchísimo, eso nunca lo dudes- exclamó conmovida
-¡¡Y nosotras también mamaita preciosa!!- clamó Meg abrazándose también a su cuello fuertemente mientras Ellie lo hacía a su cintura
 -¡¡Y eso nunca cambiará mamá, nunca!!- añadió Ellie con pasión
-Gracias mis niñas, yo también a vosotras- respondió enternecida por aquellas muestras de cariño tan inesperadas y arrebatadas de sus hijas.
Todos se encaminaron hacia sus respectivos cuartos charlando entretenidos entre ellos, pero Helena disimuladamente se fue quedando atrás mientras hablaba animosa con Lupe retrasándola también. Así cada uno fue desapareciendo en su respectivo dormitorio, Helena sujetó el brazo de Lupe deteniéndola
-¿Qué has hecho Lupe?- le recriminó mirándola fijamente a los ojos, Lupe la miró desconcertada
-Nada mi niña ¿a qué te refieres?- indagó sorprendida
 -¡¡Cómo que nada?! ¡¡Lo saben Lupe, mis hijas lo saben!!- exclamó sobrecogida con un miedo atroz en la mirada
 -No seas paranoica cielo, solo te quieren muchísimo mi niña; nada más- expuso despreocupada
-¡¡No Lupe, lo saben!! ¡¡Sé que lo saben; conozco a mis hijas y se lo vi en las miradas!!- insistió aterrorizada
-Pues si eso es cierto... no sé cómo pudieron haberse enterado, la verdad- expresó inocente pero esquivó descaradamente los ojos de Helena y ella la miró desconfiada
-Lucía María de la Guadalupe- nombró autoritaria y Lupe abrió sobrecogida sus grandes ojos negros de par en par
 -¡¡La Virgen; cuanto hacía que nadie me llamaba así!! ¡¡Ni el padrecito cuando me casé pronunció todo mi nombre, carajo!!- exclamó chistosa pero Helena no dio muestras de estar bromeando, ella tomó aire profundamente- vamos a ver mi niña, no sé si lo saben ni cómo se enteraron; pero si es cierto, ya las has oído Leni: te quieren con pasión y eso nunca cambiará; no te preocupes- resolvió desenfadada y besó tierna a su amiga en la mejilla- anda, vámonos a la cama que mañana es día de mucho ajetreo y debemos estar bien descansadas y guapas que somos las mamás de los novios y...- expuso desentendida intentando escabullirse a su cuarto pero Helena la detuvo de nuevo sujetándole del brazo
-¿No se lo dirías también a Josh, verdad?- instó inquieta
-¡Ay por favor mi niña! ¡Qué cosas tienes!- respondió esquiva intentando escaparse de nuevo
 -¡¡Lupe lo juraste!! ¡¡Me lo juraste, por Dios!!- le reprochó angustiada
-¡¡Pues lo siento, pero no pude evitarlo ¿qué quieres?!!- respondió rotunda mirando resuelta a su amiga a los ojos que abrió tremendamente sobrecogida los suyos- Tiene derecho a saberlo Leni, lleva 25 años ignorando que es padre de tres maravillosas muchachas y ya está bien ¿no crees? Yo no podía seguir callándolo Helena, no podía esperar a que te decidieras hacerlo porque bien pueden pasar otros 25 años más hasta que tengas la valentía de decírselo, caray- expuso tajante, Helena apretó atrapada los labios- y te aviso: de verdad te juro por la virgencita de Guadalupe que no sé si las chiquillas lo saben o no, pero como no se lo digas pronto... ten por seguro que se lo diré yo- aclaró rotundamente decidida, Helena tragó nerviosa saliva
 -Y ahora... ¿Qué va a hacer Josh, Lupe? ¿Lo sabes?- se inquietó nerviosa, Lupe tomó aire profundamente
-No mi ángel, no tengo ni idea; eso mismo le preguntó Ben pero él solo contestó que no lo sabía aún, que antes tenía que asimilar todo de lo que acababa de enterarse y se fue sin decir nada más- respondió más comedida y totalmente sincera, Helena respiró angustiada y la miró con gran dolor en los ojos
-¿Me odia verdad Lupe? ¿Me odia aún mucho más que antes, no es cierto?- expuso afligida llenándosele los ojos de lágrimas
-¿Sabes mi niña? Si te digo la verdad, yo lo que creo es que aún te ama muchísimo pero se niega a reconocerlo porque ya sufrió demasiado y teme volver a sufrir si lo hace- explicó conmovida y posó dulcemente su mano en la mejilla de su gran amiga- Helena, con tu primer rechazo sufrió lo indecible, pero del segundo... lo que él padeció ya no tiene ni nombre mi niña; estaba dispuesto a enfrentarse a lo que hiciera falta sin importarle nada solo por ti e hizo todo lo que estuvo en su mano y más para tenerte a su lado y lo único que consiguió fue dolor y más dolor, Helena... así que, sintiéndolo mucho he de decirte que, aunque sé que aún te ama lo que no está escrito, también sé que ya sufrió y esperó suficiente y está tirando la toalla, mi niña; lo vas a perder Leni, lo vas a perder para siempre como no te decidas de una vez, deja esta maldita cobardía tuya a un lado y lucha por fin por lo que realmente quieres, Leni; pero hazlo pronto o te vuelvo a repetir que lo perderás para siempre.
Ellie, con un corto camisón de seda azul celeste y la bata a juego encima, esperaba impaciente que al fin todos se acostaran. Pero su madre y Lupe seguían cuchicheando en el pasillo ¿qué tanto hablaban, por Dios bendito? ¿Por qué no se acostaban de una vez? Pensó ansiosa apoyándose de espaldas a la puerta de su dormitorio. Al fin escuchó los leves pasos de su madre pasando por delante de su cuarto y como dos puertas se cerraban casi al tiempo. Sonrió victoriosa y esperó unos segundos antes de abrir su puerta con mucho cuidado para que no la oyeran
-¡Mierda!- exclamó cerrándola rápidamente de nuevo al ver salir de su dormitorio a Megan, curioseó por la rendija de su puerta y observó como su hermana cruzaba el pasillo de puntillas para no ser oida entrando en el dormitorio de Cris; Ellie sonrió divertida al escuchar como soltaba un breve gritito alegre solo al entrar: Cris la estaba esperando tras la puerta y la había asustado, concluyó entretenida e hizo un nuevo intento de salir de su cuarto- ¿Pero será posible?- murmuró fastidiada metiéndose rápidamente de nuevo en su dormitorio, esta vez era Kathy la que apareció en el pasillo apurando su paso hacia el dormitorio de Nico. Esperó unos segundos más y, tomando aire profundamente, volvió a abrir despacio su puerta y por fin pudo alcanzar el dormitorio de Jake deslizándose rauda y silenciosamente dentro encontrándolo de espaldas observando por la cristalera; él se volvió al instante de escuchar abrirse la puerta
-¡¡Por fin mi ángel!! ¿Por qué has tardado tanto mi chiquita?- expuso ansioso y ella, sonriendo feliz, corrió a entre sus brazos; él la recogió amoroso entre ellos y la besó con pasión en la frente
-¡No sabes lo que me costó; menudo ajetreo hay en ese pasillo, hay más tráfico que en la ciudad a hora punta! ¡Primero tu madre y la mía que no paraban de cotillear en el pasillo, después casi me tropiezo con Meg que se dirigía al cuarto de Cris y luego con Kathy yéndose al cuarto de Nico!- contestó resoplando fastidiosa y él rió entretenido oprimiéndola tierno contra su cuerpo- ¿Es que hoy no piensa dormir ninguna en su cuarto o qué?!- expuso chistosa y él volvió a reír divertido.
-Al parecer no- repuso pícaro y atrapó aquella deliciosa boca que lo volvía loco besándose codiciosos mientras la iba guiando despacio hasta la cama.
Joseph, acostado en su cama con su brazo derecho debajo de su cabeza y el izquierdo sobre su vientre desnudo, observó a través del ventanal de su habitación como por segunda noche consecutiva despuntaba otro nuevo día sin haber podido cerrar los ojos ni un minuto. Desde que Lupe le había contado todo aquello, en su mente estaba prendida la imagen de aquellas tres preciosas muchachitas y sonreía feliz sintiendo una emoción y alegría inmensa en cada rincón de su cuerpo ¡¡Eran sus hijas!! ¡¡Aquellas tres hermosuras eran sus hijas!! Solo había tenido dos grandes ilusiones en su vida: pertenecer a la Marina, y lo había conseguido; y ser padre, a poder ser de una niña... ¡¡y tenía tres!! ¡¡Tres!! Volvió a deleitarse en aquella hermosa imagen de las tres juntas en la sala de Lupe anclada en su mente y tenía que hacer verdaderos esfuerzos para no correr de inmediato a aquel rancho y abrazarlas, besarlas y decirles que eran... ¡¡Dios, sus hijas!! Recordó la inmensa alegría que llevara cuando se enteró de que Lupita esperaba a Lucía y de como ya no hubo manera de que le quitaran la idea de que tenía que ser su padrino. Nunca en su vida podría olvidar el día que aquella preciosa pequeñina nació y la tuvo al fin entre sus brazos, fuera algo maravilloso e increíble... ¿Cómo sería si por encima supieras que era tu hija? Debía ser algo extraordinario, algo especial ¡¡Inimaginable!!... Pero Helena le negara poder sentirlo, y no una, sino tres veces; el rostro de Joseph se ensombreció tremendamente y se revolvió incómodo en la cama al tiempo que tragaba disgustado saliva. Prefirió desviar su mente a otro derroteros y dejar atrás el recuerdo de Helena. Volvió a sonreír tierno al recordar de nuevo a la pequeña Lucía: cuando le miraba con aquellos grandes ojitos negros que casi ocupaban toda su menudita carita y le sonreía feliz; cuando corría llena de alegría con sus pasitos vacilantes y sus bracitos abiertos hacia él así lo oía llegar; cuando por primera vez le llamó “paino”... ¡¡Dios, le había hecho sentir el hombre más afortunado del mundo!! Cerró los ojos e intentó imaginar cómo sería llegar a casa y ser recibido con una algarabía preciosa de no una sino tres pequeñinas hermosas que se alegraban inmensamente de que por fin llegara su papá... debía ser algo maravillosamente extraordinario, pero tampoco lo sabría nunca ya que Helena se había encargado de negarle aquello también. Y sus ojos se inundaron de lágrimas al tiempo que sentía un terrible dolor en el corazón que apenas le dejaba respirar que se agrandó enormemente al pensar en Nico. Quería a aquellos muchachos con pasión y ellos siempre le demostraran que el sentimiento era mutuo; aquella maravillosa familia siempre fueran su mayor y único apoyo en todos aquellos años, le daban su cariño incondicionalmente, siempre estaban a su lado sin pedir nada a cambio... y ahora que por fin uno de ellos le pedía algo, le fallaba; y eso además de dolerle le hacía sentir rastrero ¡¡Y todo por culpa de aquella puñetera mujer de nuevo, maldita sea!! E irremediablemente el bello rostro de Helena acaparó toda su mente otra vez. Rabioso retiró las sábanas de encima suya y salió de la cama bajando a la sala, se sirvió más de medio vaso de whisky y se lo bebió de un solo trago intentando borrar de un plumazo aquella hermosa imagen de su mente, pero fue inútil: aquel precioso rostro siguió anclado allí dentro y su corazón empezó a latir frenético. Apoyó sus manos en el borde de la barra del mueble bar y bajó derrotado la cabeza, hiciera lo que hiciera no podía olvidar a Helena... era su dulce Helena... su hermosa Helena... su ardiente y apasionada Helena... pero también era la Helena que poseía aquella maldita habilidad de aparecer en su vida cuando él menos lo esperaba para después marcharse dejándolo tremendamente destrozado, la Helena que le había ocultado que tenía tres hijas preciosas durante 25 años: esa era también su Helena y no debía olvidarlo nunca. Tomó aire profundamente y se sirvió otro medio vaso de whisky; lo recogió y se sentó en el sofá. Sus ojos al instante quedaron atrapados en la fotografía de su hermana Adele que estaba frente a él sobre la chimenea. Dejó el vaso sobre la mesita de café y se levantó del sofá acercándose a la fotografía; la recogió y se quedó mirándola unos segundos mientras sonreía complacidamente feliz ¡¡Dios, Kathy era clavada a ella por todos los demonios!! y de pronto escuchó la voz de Lupita resonándole en la mente: “Compadre, te has perdido sus primeros pasos, sus primeras palabras... ¿también vas a perderte su boda?”
-¡¡No; no señor; esto no te lo voy a permitir Helena, no te voy a dar el gusto de quitármelo también!!- clamó rotundo, dejó la fotografía en su lugar y subió raudo las escaleras hacia su dormitorio.
Abrió las puertas del armario y descolgó la funda donde guardaba su traje de gala que retiró sobre la cama apareciendo su impecable traje blanco de botonadura dorada y galones en hombros y puños bordados en hilo de oro; se volvió acto seguido para recoger sus zapatos negros, pero se quedó mirando fijamente a los ojos de su reflejo en el espejo de la puerta del armario
 -¿A quién quieres engañar, Joseph Hunter? Es cierto que deseas tremendamente complacer a Nico, que quieres estar presente en la boda de tu hija y por fin poder conocerlas a las tres... pero en realidad vas por ella, te mueres por verla de nuevo, por oler su perfume otra vez; mírate: solo de pensar en que vas a volver a verla ya te arden los labios por besarla, tus brazos anhelan abrazarla, sentir su cálido y suave cuerpo contra el tuyo... y sabes qué ocurrirá si vas y la ves ¿verdad? sufrirás de nuevo imbécil; ahora que ese dolor se aplacó un poco y empieza a ser llevadero, vas a volver a reavivarlo con todo su poder y volverá a ser tan insoportable o más que al principio- se dijo a sí mismo con una rabia inmensa en la voz y tragó incómodo saliva- no, no voy a ir, no puedo ir- se repitió sensato y volvió a cerrar la funda de su uniforme regresándola de nuevo al armario cerrando muy despacio las puertas. Suspirando abatido se acercó al ventanal y observó la hermosa mañana que estaba apareciendo, como el sol ya empezaba a brillar con todo su esplendor, iba a ser un día magnífico y hoy era el gran día: la boda de Nico y su hija ¡¡su hija!! y de nuevo una fuerte punzada en el corazón le hizo entrecortar la respiración y unas ganas inmensas de mandar todo al diablo y aparecer en el rancho le asaltaron- ¡¡Oh por todos los demonios ¿qué hago?!! ¡¡No puedo ir, sé que no debo, tener a Leni delante y no poder tocarla será un suplicio para mí... pero tampoco puedo soportar la idea de fallarle a Nico y no estar presente en la boda de mi hija tras perderme ya casi la mitad de su vida maldita sea!!- exclamó atormentado frotándose inquieto la frente y las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos- ¿no te llegó todo lo que me has hecho sufrir y todo lo que me has quitado que también me quitas esto, Helena?- sollozó afligido y lloró impotente toda su rabia hasta desahogarse.
La casa era un hervidero de gente a las carreras presurosas de un lado a otro entrando y saliendo de las habitaciones buscando algo de última hora o ayudándose unos a otros.
-¡¿Alguien sabe si ya llegaron los tocados de flores para el pelo?! ¡¡Necesito el mío ya!!- se oyó precipitada Megan corriendo por el pasillo
-¡¡Sí mi niña, están en la habitación de Kathy!!- respondió la voz de nanadesde algún punto de la casa
-Cris, ayúdame con esta cosa enrevesada anda que no hay quien la ate- entró Jake peleándose con su pajarita en el cuarto de su hermano que sonrió divertido y se dispuso a hacerle el lazo
-Cris m'hijo ¿sabes cómo rayos va este chisme? Tu madre no me hace ni puñetero caso y no sé hacerme ni el nudo de la corbata, para más esto...- entró su padre con el mismo problema
-De tal palo tal astilla ¿eh?- bromeó Cris y los tres rieron divertidos
-Cris, apúrate; tienes que ayudar a Nico- entró toda dispuesta Lucía ya dando órdenes de nuevo como el día anterior
 -¡¡Ay la leche ¿ahora no sabe vestirse solito?!! ¡Pues la llevamos clara, a ver quien va a vestir al chamaquito cuando nazca si su padre es tan inútil!- bromeó guasón Jake provocando las risas de su padre y hermanos
-Anda, déjate de bromitas e ir con él que está muy nervioso ¡¡Ah, y controlarlo muy bien; no debe acercarse ni de refilón al cuarto de Kathy ¿entendido?!!- ordenó rotunda marchándose de nuevo
-¡A sus órdenes mi sargento!- bromeó chistoso su padre cuadrándose militarmente y sus dos hijos rieron jocosos- esta niña segurito se va al ejercito de cabeza, va a poner firme hasta a vuestro tío Josh y sino al tiempo- expresó guasón aunque con orgullo de su pequeño retoño y todos volvieron a reír entretenidos saliendo al pasillo donde se encontraron con Ellie que se dirigía al dormitorio de Megan; Ella y Jake se observaron de arriba abajo deslumbrados, Jake de esmoquin estaba irresistiblemente atractivo y Ellie realmente preciosa con aquel vestido ceñido a su hermoso cuerpo en rojo pasión y escote en barco que dejaba sus hombros al descubierto y mostraba un arrebatador canalillo. Se sonrieron gustosamente complacidos
-Estás preciosa palomita- dijo encandilado y ella rió feliz
 -Y tú ya ni te cuento- expresó soltando un profundo suspiro mientras lo miraba pícara y se mordió excitante el labio inferior; Jake rió divertido y la tomó por la cintura atrapando aquella boca que lo hechizaba y se besaron apasionados
 -¡¡Ey, ya está bien ¿no?!! ¡¡Es que no se os puede dejar solos caray, siempre estáis igual!!- exclamó Lucía interrumpiéndolos- ¡¡Vamos Jacob, debes ayudar a Nico!!- añadió sujetando a su hermano de la mano y lo arrastró de lado de Ellie mientras ambos seguían mirándose con pasión y reían tremendamente divertidos
 -¿Meg, tienes un segundo?- indagó Ellie entrando en el cuarto de su hermana melliza
-¡Sí, claro; pasa!- le contestó resuelta desde el baño, apareció al segundo siguiente también resplandeciente con un vestido igual al de Ellie que le quedaba igual de perfecto- ¿Qué te ocurre cielito? ¿necesitas algo?- preguntó servicial mientras se calzaba aquellos altos tacones forrados de rojo como el vestido mirándose coqueta al espejo de su armario
-No, solo quiero hablar contigo- repuso serena, su hermana la miró intrigada a través del espejo- Meg ¿qué piensas realmente después de todo lo que nos contaron ayer los chicos?- expresó llena de curiosidad
-¿Yo?- repuso sorprendida volviéndose y mirando a Ellie a los ojos- Nada ¿Por qué?- resolvió moviendo indiferente los hombros
 -¿Te da igual saber que nuestro padre no es quien siempre creímos que era?- instó confundida
-Pues la verdad es que sí- respondió con una sinceridad y una indiferencia total, Ellie abrió incrédula sus ojos mirándola pasmada- Vamos a ver Ellie, tienes que reconocer que nunca tuvimos un padre al que pudiéramos querer como tal; sí, me gusta saber quién es realidad, pero me importa bien poco si es uno u otro porque como no quiero a ninguno... ¿qué más me da?- aclaró sincera moviendo de nuevo desenfadada los hombros, Ellie soltó una risotada alegre que contagió a Megan
-¡Eres increíble mi niña, siempre tienes las ideas tan claras!- expresó deleitada Ellie y se abrazaron con gran amor y pasión
-¿Es que a ti sí te importa Ellie?- le consultó cariñosa acariciando su cabeza aún abrazadas
-No Meg, para nada- resolvió despreocupada, se miraron a los ojos y se sonrieron alegres- al revés ¡este está mucho mejor ¿no crees?!- bromeó picarona, su hermana rió entretenida
-¡Ya sabía yo que nuestra belleza suprema no podía venir de ese mentecato de Eric!- se jactó chistosa Meg mirándose de nuevo presumida al espejo y volvieron a reírse divertidas
 -¿Qué? ¡Os estoy esperando! ¡¿No pensáis venir a ayudarme o qué?!- entró furiosa Kathy encontrándolas riéndose joviales- ¿Qué pasa aquí?- interrogó intrigada al verlas tan jubilosas
-¡Nada!- respondieron ambas al tiempo como de niñas cuando habían hecho alguna trastada
-Ya, nada- repuso pausadamente cerrando la puerta tras ella y las encaró decidida- Me vais a decir ahora mismo qué habéis hecho o vais de inmediato al abuelo- reclamó rotunda posando autoritaria sus manos en su cintura como siempre hacía de niñas, ellas no pudieron evitarlo y volvieron a romper a reír a carcajadas- ¡¡Pero bueno... ¿se puede saber qué rayos os pasa a vosotras dos hoy?!!- exclamó completamente desconcertada
 -Nada Kat, de verdad- le aclaró tierna Ellie sin poder dejar de reírse pero su hermana mayor frunció incrédula su ceño dando claras muestras de que no la creía
-Aquí doña “mepreocupoportodo” que estaba inquieta por si me importaba algo saber quién era realmente nuestro padre- explicó desenvuelta Megan moviendo desentendida los hombros; su hermana mayor las miró intrigadamente interesada
-¿Y?- instó impaciente Kathy
-Pues que no, que me importa bien poco que sea uno u otro- aclaró desenfadada
 -¿Y a ti Ellie?- se interesó mirándola inquieta, ella sonrió dulcemente
-Tampoco ya que tiene toda la razón Meg: nunca tuvimos un padre para que me importe algo quien sea; para mí, la única representación que tengo de lo que puede ser más o menos un padre es Rodri y ya sabía de sobra que no era mi papá... así que el resto me da igual- respondió sincera y muy serena, Kathy le sonrió satisfecha
-Entonces... ¿se puede saber por qué diablos estamos perdiendo el tiempo? ¡¡Se hace tarde y si no os habéis dado cuenta: es el día de mi boda!!- resolvió chistosa y sus hermanas rieron alegremente divertidas, la tomaron cariñosas cada una de un brazo y salieron las tres al pasillo. En ese momento también salieron al pasillo Jake y Cris acompañados de un radiantemente atractivo Nico vestido con un elegante traje negro y chaleco en plata que le quedaba perfecto. Kathy se quedó mirándolo hechizada
-¡Oh mi cielo, estás guapísimo!- murmuró extasiada y todos sonrieron amenos
-¡¿Y tú aun así mi gatita hermosa?!- expuso divertido mirándola socarrón de arriba abajo aún llevando solo la bata- ¿Acaso no quieres casarte conmigo? ¡Pues vale, sin problema; mal sea que así vestido no encuentre alguna ahí fuera que quiera hacerlo…!- bromeó pícaro recolocándose vanidoso la chaqueta
-¡Ni se te ocurra ¿me oyes?! ¡Tú eres mío!- exclamó tajante sujetándole por las solapas de la chaqueta y, acercándolo a ella, lo besó apasionada; él reaccionó al instante y, tomándola entre sus brazos, se fundieron en un delicioso beso mientras el resto reían divertidos mirándolos complacidos
 -¡¡Chiguagua señora Helena!!- exclamó de pronto Jake muy asombrado abriendo sus grandes ojos de par en par
-¡¡Virgencita de Guadalupe, está impresionante!!- también expuso deslumbrado Cris, todos se volvieron al escucharlos descubriendo a una Helena totalmente increíble; estaba más que hermosa, bellísima con aquel precioso vestido color malva claro liso y recto que marcaba su aún atractiva figura sin mangas ni tirantes llevando un pañuelo de delicada gasa del mismo color del vestido sujeto por dos pequeños broches a cada lado de su escote cubriendo sus desnudos hombros
-¡¡Mamá, estás... increíble!!- apenas pudo murmurar Ellie impresionada, su madre sonrió dulcemente acrecentando aún más toda aquella belleza
-¡¡Dios santo mamaita, no sé lo que has hecho pero te has quitado veinte años de encima de un plumazo!!- expresó atónita Megan observando deleitada a su hermosa madre
-Lo que hace un poco de maquillaje y cubrir esas canas ¿verdad?- expuso con orgullo Lupe mirando complacida a su gran amiga que volvió a sonreír animada
-Gatita, como no estés lista en diez minutos... creo que ya encontré sustituta- expresó chistoso Nico sin poder apartar sus ojos asombrados de Helena que no pudo evitar sonrojarse levemente y rió entretenida
-¡Dame cinco!- exclamó precipitada besándolo dulcemente en los labios y entró presurosa en su dormitorio siguiéndola al instante Ellie
-¡Que sean mejor veinte ¿vale?!- aclaró resuelta Megan antes de cerrar la puerta y ellos rieron divertidos encaminándose al jardín donde los invitados ya esperaban.
Joseph, ya más tranquilo y mentalizado que no debía ir a aquella boda, salió del baño aún secándose su cuerpo desnudo con una toalla blanca que tiró despreocupado sobre la cama y recogió descuidado el pantalón de deportes que había dejado sobre el sillón de su habitación la noche anterior tras desnudarse tirando sin querer la ropa del jueves que aún seguía allí también. Se agachó a recogerla y al levantar el pantalón vaquero, algo de su bolsillo cayó sobre la moqueta quedando a sus pies. A Joseph, solo ver aquella cajita de terciopelo azul, el corazón se le paralizó en el acto: ¡¡los anillos de Nico!!
-Estás preciosa hermanita- expuso cariñosa Ellie mirando con pasión a su hermosa hermana mayor a través del espejo tras acabar de colocarle la bonita mantilla blanca sobre su rubia cabellera, ella sonrió plena de dicha pero su hermana se quedó mirándola fijamente a los ojos mordiéndose dudosa su labio inferior
-¿Qué pasa Ellie?- interrogó inquieta al verle realizar aquel gesto
 -Kat, tú no nos has dicho que sientes al saber toda la verdad- instó inquieta
-Es cierto Kat ¿Tú qué piensas?- curioseó interesada Megan también junto a ellas colocándole bien la mantilla sobre sus hombros denudos
-¿Yo? ¿de verdad? Que me alegro de que Eric no sea mi padre, a ese hombre le tengo un asco increíble; sin embargo a Joseph desde que lo conocí... no sé, siento algo especial; pero lo más importante es que quiero a mamá más que nunca hermanitas, porque le hubiera sido tan fácil sacrificarme a mí para salvarse ella junto a vosotras cuando se enteró de que estaba embarazada de nuevo y ser feliz junto a Joseph, el hombre que realmente amaba, pero decidió quedarse y sufrir aquel infierno por no dejarme atrás ¿qué queréis que os diga?- declaró conmocionada, las tres sonrieron alegres y se abrazaron dichosas
 -¡¡Bueno; pues vámonos, o ese bollito trajeado que está para devorarlo, se va a cansar de esperar!!- aclaró chistosa Megan repartiendo los ramilletes de flores rojas a sus hermanas pues cada una llevaba uno igual
 -Falta el abuelo- indicó Kathy
-¿Alguien por aquí me reclama?- repuso chistoso asomándose por la puerta, todos rieron divertidos. Pero el anciano sonreía lleno de felicidad, no solo por llevar a su nieta preciosa del brazo, sino porque había oído la conversación de las muchachas y, aunque llevaba tiempo sospechando, nunca creyó que aquella noticia lo hiciera tan dichoso como así ocurriera; ahora entendía tantas cosas…

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